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La maternidad como experiencia corporal reflexiva: Carta a un niño que nunca nació

Motherhood as a Reflective Bodily Experience: Letter to a Child Never Born

A maternidade como uma experiência corporal reflexiva: Carta a um menino que nunca nasceu

Resumen:

Desde un paradigma cualitativo crítico, se parte de la propuesta metodológica de los itinerarios corporales de Mari Luz Esteban (2004), para abordar las vivencias y reflexiones que la periodista Oriana Fallaci plantea en su obra Carta a un niño que nunca nació (2000). Se emplea la maternidad como categoría de análisis desplegada en tres subcategorías: 1) Demanda o decisión, 2) La experiencia corporal reflexiva, y 3) Otras perspectivas de maternidad. En este recorrido, se cuestiona el instinto maternal como parte de identidad irrenunciable de la mujer, y se resalta la apertura de Fallaci en su texto para nuevas formas de vivenciar y posicionarse ante la maternidad, lo cual le permite irse abriendo paso, y a su vez, abrir paso y posibilidad a otras mujeres.

Palabras clave:
Corporalidad; Maternidad; Género

Abstract:

From a critical qualitative paradigm, this work starts from the methodological proposal of the corporal itineraries of Mari Luz Esteban (2004) to address the experiences and reflections that the journalist Oriana Fallaci raises in her work Carta a un niño que nunca nació (2000). This research uses motherhood as a category of analysis, deployed in three subcategories: 1) Demand or decision, 2) Corporeality as a reflexive experience, and 3) Other perspectives of motherhood. Thus, the maternal instinct is questioned as part of a woman's inalienable identity, and Fallaci's commitment to new ways of experiencing and positioning herself in the face of motherhood is highlighted, which allows her to make her way, and open the way and possibility for other women.

Keywords:
Corporeality; Motherhood; Gender

Resumo:

A partir de um paradigma qualitativo crítico, este trabalho parte da proposta metodológica dos itinerários corporais de Mari Luz Esteban (2004) para abordar as experiências e reflexões que a jornalista Oriana Fallaci suscita em sua obra Carta a un niño que nunca nació (2000). Esta pesquisa usa a maternidade como uma categoria de análise, implementada através de três subcategorias: 1) Demanda ou decisão, 2) Corporeidade como uma experiência reflexiva, e 3) Outras perspectivas de maternidade. Assim, o instinto materno é questionado como parte da identidade inalienável da mulher, e o compromisso de Fallaci com novas formas de vivenciar e se posicionar diante da maternidade é destacado, o que lhe permite fazer seu caminho e abrir o caminho e a possibilidade para outras mulheres.

Palavras-chave:
Corporeidade; Maternidade; Gênero

Introducción

El libro Cartas a un niño que nunca nació de Oriana Fallaci (2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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) muestra distintas vivencias corporales durante la maternidad que permiten interpretarla no como una experiencia interna o individual, sino en su carácter interactivo y reflexivo (Mari Luz ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64.) que cuestiona la complejidad de la maternidad más allá de una identidad femenina.

Este trabajo toma como categoría analítica la maternidad, buscando abstraer ciertas características y atributos de este fenómeno para organizar una forma de verlo y pensarlo en la realidad (Helmut SEIFFERT, 1977SEIFFERT, Helmut. Introducción a la lógica: propedéutica lógica y lógica formal. Barcelona: Herder, 1977.). Para ello, se desglosan tres subcategorías que especifican algunos detalles de la categoría principal (Hugo CERDA,1988CERDA, Hugo. Los elementos de la investigación. Bogotá: El Búho, 1988.), y que se presentan en cada uno de los apartados de este escrito: 1) Demanda o decisión, que reflexiona sobre la construcción sociohistórica de la maternidad como identidad femenina que la obra de Fallaci pone en duda; 2) La experiencia corporal reflexiva, que desarrolla la idea del cuerpo como espacio en el cual recae la demanda de la maternidad y las vivencias corporales de la periodista durante sus primeros meses de embarazo; y 3) Otras formas de maternidad, en donde se conjuga la demanda cultural y la experiencia corporal que se muestra en el libro analizado, para pensar en los conflictos y las alternativas y abrir caminos a otras formas de maternidad.

Desde estas subcategorías se piensa la maternidad como experiencias corporales particulares que van significando y direccionando este proceso dentro de coordenadas sociohistóricas compartidas. Esto permitiría pensarla como una práctica particularmente apropiada por las mujeres, opuesto a lo que la idea del instinto maternal impone como obligación e identidad esencialista.

Antes de profundizar en estos elementos, es preciso presentar y contextualizar la obra, su autora, los antecedentes, alcances y la metodología empleada para este análisis. Oriana Fallaci (1929-2006) fue una activista, escritora y periodista italiana reconocida por la fuerza e independencia que caracterizó su carrera. Su trabajo confrontativo como corresponsal de guerra en Vietnam, India, Pakistán, Oriente Medio y Latinoamérica, y sus entrevistas trasgresoras que exponían la debilidad de importantes personajes políticos, la colocaron como un mito en el periodismo al incorporar su creatividad y personalidad enérgica a la profesión:

(…)[Fallaci] cambió el modo de entender el periodismo. Ella se encaró con los poderosos y truncó el modo de hacer (periodismo)1 1 Paréntesis agregado a la cita textual. . Dinamitó la figura del periodista convertido en altavoz y se erigió en azote, exigiendo respuestas claras y denunciando las mentiras o las medias verdades. (Esther PEÑAS, 2015PEÑAS, Esther. “Oriana Fallaci, la reportera insolente.” ethic [En línea]. 2015, n. 24. Disponible en Disponible en https://ethic.es/2015/07/oriana-fallaci-la-reportera-insolente/ . Consultado el 27/04/2021.
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, sin página)

Su experiencia personal con la guerra no fue solo desde su profesión, en su infancia vivió de primera mano el fascismo de Mussolini, y siguiendo el ejemplo de su padre, participó en el movimiento clandestino de resistencia italiana “justicia y libertad”, contra el nazismo (PEÑAS, 2015PEÑAS, Esther. “Oriana Fallaci, la reportera insolente.” ethic [En línea]. 2015, n. 24. Disponible en Disponible en https://ethic.es/2015/07/oriana-fallaci-la-reportera-insolente/ . Consultado el 27/04/2021.
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). Estas experiencias y su fuerte personalidad están presentes en sus obras periodísticas, reflexivas y de corte biográfico.

Es variada la producción que refiere o se centra en la periodista. En una revisión realizada en bases de datos académicas (Redalyc, Scielo, Google Schollar y Dialnet con las palabras claves: “Oriana Fallaci”, “Oriana Fallaci y Maternidad”, “Cartas a un niño que nunca nació”), resaltan notas y artículos sobre su vida y trabajo (PEÑAS, 2015PEÑAS, Esther. “Oriana Fallaci, la reportera insolente.” ethic [En línea]. 2015, n. 24. Disponible en Disponible en https://ethic.es/2015/07/oriana-fallaci-la-reportera-insolente/ . Consultado el 27/04/2021.
https://ethic.es/2015/07/oriana-fallaci-...
; José Luis ESQUIVEL, 2007ESQUIVEL, José Luis. “De la cima a la sima”. Revista Mexicana de Comunicación [En línea]. 2007, n. 107. Disponible en Disponible en http://mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc/2007/11/01/de-la-cima-a-la-sima/ . Consultado el 29/04/2021.
http://mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc...
). También se mencionan o citan sus aportes periodísticos (Francisca ROBLES, 2001ROBLES, Francisca. “El proceder narrativo en la entrevista periodística: del suceso al relato”. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales [En línea]. Distrito Federal, 2001, vol. XLIV, n. 183, p. 65-83. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/421/42118304.pdf . Consultado el 29/04/2021.
https://www.redalyc.org/pdf/421/42118304...
; Manuel CALVO, 2002CALVO, Manuel. “El periodismo del tercer milenio. Problemas de la divulgación científica en Iberoamérica” Interciencia, [En línea]. Venezuela, 2002, vol. 27, n. 2, p. 57-6. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=33906502 . Consultado el 29/04/2021.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=3...
), o sus reflexiones políticas y como corresponsal de guerra (Javier DUQUE, 2012DUQUE, Javier. “Orizio, Riccardo. Hablando con el diablo, entrevistas con dictadores. México: Fondo de Cultura Económica y Turner; 2009”. Revista Estudios Socio-Jurídicos [En línea]. Bogotá, 2012, vol. 14, n. 2, p. 337-341. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=73329123012 . Consultado el 29/04/2021.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=7...
; Mariana BONANO, 2020BONANO, Mariana. “Las crónicas de Leila Guerriero y las modulaciones de la voz. Mirada, subjetividad y autoficción”.Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica[En línea]. 2020, vol. 11, n. 22, p. 100-111. DOI: 10.25025/perifrasis202011.22.06. Consultado el 29/04/2021.
https://doi.org/10.25025/perifrasis20201...
; María CASTRO, 2006CASTRO, María Clemencia. “La guerra: una experiencia sin fin”. Revista Colombiana de Psicología [En línea]. Bogotá, 2006, n. 15, p. 131-135. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80401514 . Consultado el 29/04/2021.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=8...
; Martín RODRÍGUEZ, 2006RODRÍGUEZ, Martín. “El interculturalismo, tema de nuestro tiempo”. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado [En línea]. Zaragoza, 2006, vol. 20, n. 1, p. 39-60. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/274/27411310003.pdf . Consultado el 29/04/2021.
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).

Sus obras también se mencionan en trabajos de género, como en Educación y género (Jesús LECHUGA; Giovanna RAMÍREZ; Maricruz GUERRERO, 2018LECHUGA, Jesús; RAMIREZ, Giovanna; GUERRERO, Maricruz. “Educación y género. El largo trayecto de la mujer hacia la modernidad en México”.Economía UNAM[En línea]. 2018, vol. 15, n. 43, p. 110-139. ISSN 1665-952X. DOI: 10.22201/fe.24488143e.2018.43.387. Consultado el 29/04/2021.
https://doi.org/10.22201/fe.24488143e.20...
), pero sobre Carta a un niño que nunca nació, se encontraron solo algunas notas en líneas a modo de reseña (Ezequiel ABDALÁ, 2018ABDALÁ, Ezequiel. “Reseña: Carta a un niño que nunca nació- Oriana Fallaci”. Revista Ojo [En línea]. 2018. Disponible en Disponible en https://www.revistaojo.com/2018/05/13/carta-a-un-nino-que-nunca-nacio-oriana-fallaci/ . Consultado el 29/04/2021.
https://www.revistaojo.com/2018/05/13/ca...
) o de análisis, como el que realiza Cristina (2016CRISTINA. “Carta a un niño que nunca nació - Oriana Fallaci”. Devoradora de libros. Cuadernos de lecturas [En línea]. 13 de marzo del 2016. Disponible en Disponible en http://www.devoradoradelibros.com/2016/03/carta-un-nino-que-nunca-nacio-oriana.html . Consultado el 29/04/2021.
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) en su blog online Devoradora de libros. Cuadernos de lecturas.

Si bien se reconoce el alcance de sus reflexiones de género, políticas, y aportes en el periodismo, este trabajo se enfoca en el lado más humano y vulnerable de la reconocida periodista (PEÑAS, 2015PEÑAS, Esther. “Oriana Fallaci, la reportera insolente.” ethic [En línea]. 2015, n. 24. Disponible en Disponible en https://ethic.es/2015/07/oriana-fallaci-la-reportera-insolente/ . Consultado el 27/04/2021.
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) para analizar un eje relevante en la construcción de ser mujer: la maternidad. No se busca mostrar a la autora como mujer sometida, sumisa ni víctima; el alcance de este texto apunta a presentar las coordenadas espacio temporales concretas que la atraviesan, los conflictos de los que no escapa por su género, las formas de afrontarlos, y principalmente pensar en la compleja experiencia que representa la maternidad y las posibilidades de trascender a su demanda como identidad irrenunciable de la mujer, al intentar nuevas formas de vivenciarla y posicionarse ante ella.

Por lo tanto, el objetivo se ciñe en analizar la maternidad como experiencia corporal reflexiva que conjuga en el cuerpo femenino biología y cultura. Para ello se toma Carta a un niño que nunca nació, texto donde la activista mantiene un dialogo interno con su hijo a través de 29 cartas que revelan su experiencia durante el embarazo, la demanda que éste representa culturalmente y su apuesta por asumirlo como una decisión que le representa una serie de conflictos entre la vida y muerte, embarazo y aborto, la renuncia de una maternidad impuesta y una alternativa. Para el presente trabajo, su libro se toma como un fragmento de historia de vida, método que toma el texto resultante de la experiencia compartida como un “campo” de experiencias vividas con origen, desarrollo, progresiones y regresiones que, si logra “habitarse” permitirá pensar el vínculo entre texto y contexto, “la historia de vida a las características del cuadro histórico objetivo, en el cual la historia de vida se ha ido desenvolviendo” (Franco FERROTI, 2007FERROTI, Franco. “Las historias de vida como método”. Convergencia. Revista de Ciencias Sociales [En línea]. 2007, vol. 14, n. 44, p. 15-40. Disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10504402.
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, p.29).

Así, se parte del paradigma cualitativo crítico que toma la propuesta metodológica de los itinerarios corporales de Marí Luz Esteban (2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64.), para pensar en la corporalidad de Fallaci vuelta experiencia en su texto. Estos itinerarios corporales son “procesos vitales individuales pero que nos remiten siempre a lo colectivo, que ocurren dentro de estructuras sociales concretas y en los que damos toda la centralidad a las acciones sociales de los sujetos, entendidas estas como prácticas corporales” (ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64., p. 54).

Esta propuesta pone el cuerpo como espacio de “la vivencia, el deseo, la reflexión, resistencia, la contestación y el cambio social en diferentes encrucijadas económicas, políticas, sexuales, estéticas e intelectuales” (ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64., p. 54). Así, el cuerpo sería sujeto de reflexión de su experiencia y resistencia dentro de la “enculturación corporal” que conlleva la perspectiva de género.

Para Esteban, el género no solo se configura desde lo simbólico, también desde “una base reflexivo-corporal, material, física, performativa, aunque en interacción estrecha con el nivel ideológico de la experiencia” (ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64., p. 57). Concuerda con Connell para señalar que la constitución de la masculinidad y feminidad:

se producen a partir de una materialidad, una determinada manera de vivir, sentir y poner en funcionamiento el cuerpo, sancionada dentro de unas instituciones culturales (…) y que, por tanto, (…), las prácticas de género son prácticas reflexivo-corporales que surgen siempre en la interacción: prácticas que no son ni internas, ni individuales, sino que conforman el mundo social. (ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64., p. 58)

Será entonces desde los itinerarios corporales sobre el embarazo que se presentan en la obra de Fallaci que sería posible recuperar la experiencia corporal reflexiva de la maternidad.

Demanda o decisión

La presente subcategoría analiza desde el texto de Fallaci la postura de asumir la maternidad como una decisión, antes que una demanda femenina. Para ello, primero se desarrolla la idea de la maternidad como un hecho biocultural que ha sido naturalizado como una identidad esencialista que se justifica por un instinto. Posteriormente se presentan algunas vicisitudes que genera la maternidad como conjunción de deseo y demandas, como puede verse en la obra de Fallaci, donde los personajes cercanos a la autora -el padre del niño, el médico varón, la médico mujer, sus padres, su amiga, su jefe, e incluso el sastre y el farmacéutico-, parecen fungir más como portavoces punitivos de la norma maternal, que como una red de apoyo y compañía.

Las primeras cartas del libro dan inicio con la certeza de un embarazo2 2 Si bien la maternidad y el embarazo podrían diferenciarse masculina y científicamente, para la experiencia de las mujeres ambos fenómenos ocurren de manera simultánea. Al embarazarse, las mujeres piensan y sienten a su hijo, se materna en mente y afectos, como se puede ver nítidamente en el libro de Fallaci que se analiza en este trabajo. que provoca incertidumbre y temor. En el libro, la autora niega que el miedo se deba a los demás, a dios o al dolor, sino a la responsabilidad que debe tomar sobre traer una nueva vida en un mundo que ella misma suele poner en duda por su crueldad e injusticia: “¿Cómo sabré que no sería más justo eliminarte; cómo sabré que no prefieres ser devuelto al silencio?” (Oriana FALLACI 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 1).

Habiendo vivido una infancia en la segunda guerra mundial y con un trabajo que reportaba la crueldad e injusticias de la guerra, le presenta al “niño”3 3 Forma en la que en todas las cartas se dirige a quien crece dentro de sí. una realidad cruel, con esporádicos momentos de alegría, pero fiel a la percepción de vida que tiene. Así, su texto conjuga esa tenacidad y confrontación que la caracterizaron, con el miedo e incertidumbre que le representa su posición ante el embarazo y asumir una decisión que comparte con muchas mujeres, la de dar vida en un contexto de dificultades, guerra, hambre y desigualdades genéricas y estructurales.

El miedo parece paralizarla, separarla del cuerpo, y llevarla a racionalizar continuamente sus experiencias en fábulas y cartas sobre el amor, la injusticia, la libertad, la implicación de vivir en una comunidad, lo que se espera de ser hombre o mujer, y la desigualdad que representa. Desde esta concepción de vida, a lo largo del libro se cuestiona constantemente su, por momentos firme, decisión de dar una nueva vida. “Semejante cambio de idea es muy posible, niño: nuestra lógica está llena de contradicciones. Apenas afirmas una cosa ya ves su contraria y hasta puede ocurrir que te des cuenta de que lo contrario es tan válido como lo que antes afirmabas” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 2). Este tipo de disidencias sobre la maternidad poco mencionadas pero comunes en muchas mujeres, toma características específicas con la personalidad de la periodista.

Comencemos por señalar la naturalización de la maternidad que se ha construido sociohistóricamente como identidad femenina que conforma a las mujeres como madres y esposas. Independientemente de su edad, clase social y nacionalidad, toda mujer está signada como madre, pues las relaciones con vínculos maternales de protección, servicio y cuidado del otro de manera simbólica, económica, social, imaginaria y afectiva, no solo son con los esposos e hijos, sino con los amigos, hermanos, novios, nueras, yernos, alumnos vecinos, etc. (Marcela LAGARDE, 2005LAGARDE, Marcela. Los cautiverios de las mujeres: madreesposas, monjas, putas, presas y locas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2005.).

(…) Ser madre y ser esposa consiste para las mujeres en vivir de acuerdo con las normas que expresan su ser -para y de- otros, realizar actividades de reproducción y tener relaciones de servidumbre voluntaria, tanto con el deber encarnado en los otros, como con el poder en sus más variadas manifestaciones. (LAGARDE, 2005LAGARDE, Marcela. Los cautiverios de las mujeres: madreesposas, monjas, putas, presas y locas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2005., p. 363)

Con la significación cultural de las características corporales que posibilitan la gestación, el imaginario de género asoció el cuerpo femenino a sus funciones de reproducción, colocando la maternidad como identidad femenina que “sigue siendo un destino socialmente naturalizado” (Karla Alejandra CONTRERAS; Liliana Ibeth CASTAÑEDA, 2016CONTRERAS, Karla Alejandra; CASTAÑEDA, Liliana Ibeth. “Tensiones entre el cuerpo productivo de la mujer y la normatividad de género en torno a la maternidad”. Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad [En línea]. Córdoba, 2016, vol. 8, n. 21, p. 10-24. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273246916002 . Consultado el 20/04/2021.
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, p. 11). Esta idea de identidad esencialista plantea un “instinto maternal” irrenunciable, como si la mente y cuerpo femenino respondieran naturalmente a la demanda no solo de procrear, sino de saber hacerlo como “debe hacerse” por el hecho de ser mujer.

Y aunque los conceptos de instinto y naturaleza humana han sido descalificados por algunos intelectuales para referirse a lo humano, la idea de maternidad actual parece conservar tintes de ese concepto de instinto maternal: “siempre pensamos que el amor de la madre por su hijo es tan poderoso y tan generalizado que algo debe haber sacado de la naturaleza. Hemos cambiado de vocabulario, pero no de ilusiones” (Elizabeth BADINTER, 1991BADINTER, Elizabeth. ¿Existe el amor maternal? Historia del amor maternal. Siglos XVII al XX. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 1991. Traducción de Marta Vasallo., p. 8).

Aunque la maternidad se coloque como piedra angular de la idealizada identidad de género, no es “la esencia” femenina, sino un modelo ideológico normativo que en el plano psicológico “presenta ambigüedades, conflicto y contradicciones importantes” (CONTRERAS; CATAÑEDA, 2016CONTRERAS, Karla Alejandra; CASTAÑEDA, Liliana Ibeth. “Tensiones entre el cuerpo productivo de la mujer y la normatividad de género en torno a la maternidad”. Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad [En línea]. Córdoba, 2016, vol. 8, n. 21, p. 10-24. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273246916002 . Consultado el 20/04/2021.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2...
). Esto se presentan en el texto de Fallaci, para quien “La maternidad no es un oficio y tampoco un deber, sino un simple derecho entre tantos otros” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 3), una decisión, y al contrario de la opinión de su madre, para quien ser mujer implica una pesada carga, para Oriana, por momentos, eso es lo enriquecedor de la vida.

Este conflicto de la maternidad que viven y han vivido distintas mujeres, como la madre de la activista, quien en un contexto de pobreza tuvo la intención de abortarla. La periodista, “victoriosa” de haber nacido, refiere preferir la vida y el sufrimiento a la nada:

Pero ¿hay que preferir la nada al sufrimiento? Yo, hasta en las pausas en que lloro sobre mis fracasos, mis desilusiones y mis dolores, llego a la conclusión de que sufrir es preferible siempre a la nada. Si amplío esta conclusión a la vida toda, al dilema de nacer o no nacer, termino por exclamar que nacer es mejor que no nacer. Sin embargo, ¿resulta lícito imponerte a ti ese razonamiento? ¿No equivale a traerte al mundo basándome tan sólo en mi convicción? (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 1)

Como se ve en la cita anterior, la autora toma una posición que le implica no solo asumir su propia condición y futuro, sino la responsabilidad ante la vida de alguien más en un contexto difícil. Por eso, a pesar de que en las primeras cartas la decisión tomada es la del nacimiento, el conflicto se sostiene a lo largo de la narrativa, insistiendo la posibilidad de muerte: “Te preguntas, acaso, por qué, desde hace algunos días, no hago más que hablarte de esto. (…) La sola idea de matarte, hoy, me mata; y, sin embargo, llego a tomarla en consideración” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 7).

Esta construcción cultural de la maternidad minimiza a aquellas mujeres que no son madres ya sea por infertilidad o por decisión, y a las que lo son se les recrimina en caso de no cumplir con el trabajo sentimental signado en el amor romántico, la educación y sacrificio por los hijos (Carmen DE LA MATA; José HERNÁNDEZ, 2021DE LA MATA, Carmen; HERNÁNDEZ, José. “Lo femenino y la vivencia de la soledad. La vejez como una etapa de fortaleza”. Cuadernos de Trabajo Social [En línea]. 2021, vol. 34, n. 1, p. 199-209. Disponible en Disponible en https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/article/view/68544 . Consultado el 15/02/2020.
https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/a...
). Así, en nombre del amor se ha establecido culturalmente el comportamiento materno esperado, como si tal fuese una capacidad ya integrada en el cuerpo femenino que no debería tener espacio para la duda. Sin embargo, el amor maternal no puede darse por hecho como ley universal, es un sentimiento que puede o no existir, puede darse y desaparecer. Esto dependerá de la madre, su historia y la historia (BADINTER, 1991BADINTER, Elizabeth. ¿Existe el amor maternal? Historia del amor maternal. Siglos XVII al XX. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 1991. Traducción de Marta Vasallo.).

El discurso social romántico de la madre entregada y el instinto maternal norman y significan prácticas que corresponden a un ser “buena o mala” madre. Esto va determinando lo que es permitido ver, decir y pensar públicamente, y aquello que debe evitarse por la crítica y rechazo que conllevan. A esta condición de vivir en sociedad Fallaci lo llama el Hormiguero, y lo explica como un engranaje ambivalente, al que por más que se busque huir siempre se regresa, porque también se necesita “El hormiguero se aprende a sobrellevar… si te tocan buenas personas. Junto con esas esclavitudes conocerás las que te serán impuestas por los otros, es decir, por los miles y miles de habitantes del hormiguero: sus costumbres y sus leyes” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
https://www.liceorepublicadebrasil.cl/do...
, p.11).

Las experiencias de reproducción y aborto están vinculadas por los roles de género, y las redes sociales son importantes para las mujeres en casos de embarazos no deseados en procesos de aborto, ya que son fuente de información, apoyo moral, emocional y material. Sin embargo, la participación de los integrantes de la red varía dependiendo del contexto sociocultural, familiar y no siempre es positiva (Joaquina ERVITI, 2005ERVITI, Joaquina. El aborto entre mujeres pobres. Sociología de la experiencia. Cuernavaca, Morelos: CRIM. 2005.), como en el caso de Fallaci.

El hormiguero que para ella debía fungir como una comunidad para “darse las manos, consolarse y ayudarse” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
https://www.liceorepublicadebrasil.cl/do...
), no parece representar una red de apoyo, ni un tejido social que pueda acoger la vida humana desde la gestación, sino unas “hormigas” que se desentienden, como el padre del niño, el jefe que solo parece preocupado por las complicaciones que puede representar para el trabajo, y una amiga que insiste en el aborto a pesar de conocer la decisión de ser madre. Como esta última, otras “hormigas” también juzgan su condición de “señorita” soltera y embarazada, como el farmacéutico, el sastre, las enfermeras y el médico. Estos últimos además de juzgar su forma de maternidad, le recuerdan la imposibilidad de renunciar a ella, la demanda de asumir una “obligación” que adquirió por ser una mujer sexualmente activa. En este callejón sin salida no solo no puede renunciar a la maternidad, debe asumirla con todas las normas de “buena madre” que implica. Solo sus padres, desde la distancia de una carta, apoyan su decisión, mientras el resto parece tener el derecho de opinar, reforzar la demanda y normas de la maternidad, sin brindar contención en ese momento de vulnerabilidad.

Así, se ve rodeada de un hormiguero que pareciera no tener cabida para bebés ni sus madres gestantes. “Mi ira se transfirió entonces a ella, a todos aquellos que creen ayudarte mediante las leyes del hormiguero, con su arbitrario concepto acerca de lo justo y lo injusto.” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p.18). Pero estos personajes no la incomodan solo por su insistencia de seguir las “leyes” de la maternidad, sino porque la culpa que provocan señala un conflicto interno, con dudas y dificultades sobre los deseos propios y su decisión.

La subcategoría sobre la maternidad como demanda o decisión ha sido un intento por señalar la estricta normatividad social que se justifica en la idea esencialista del instinto e identidad maternal. Esto no indica entonces que la maternidad sea solo una construcción social, sino que esta está articulada con un hecho biocultural. Por ello, en la siguiente subcategoría se dará centralidad a la experiencia corporal que Fallaci describe en su libro, y la reflexión que realiza desde estas vivencias.

La experiencia corporal reflexiva

Esta segunda subcategoría reflexiona en torno al cuerpo como espacio material en el que recae la demanda de dar vida a otro. Se busca señalar su implicación como espacio normado por la feminidad y como depositario de la aparente esencia materna, pero también resaltar su carácter material que le permite experimentar, significar, construir e interactuar con una realidad sensorial. Por ello, se realizan algunas puntuaciones sobre el cuerpo, la corporalidad y la propuesta de los itinerarios corporales de Esteban (2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64.) para presentar algunas experiencias corporales del embarazo que se presentan en Carta a un niño que nunca nació.

La maternidad, al igual que el sexo y la reproducción no son actos naturales, sino socialmente construidos, pues si bien tiene una dimensión sensorial relacionada a la intimidad, el placer y la procreación, es más una “afirmación genérica, asunto político y problema religioso” (María BARCELÓ, 2016BARCELÓ, María Inmaculada. “Un camino hacia la maternidad postpatriarcal.” AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana [En línea], 2016, vol. 11, p. 131-152. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/623/62345164007.pdf . Consultado el 15/04/2021.
https://www.redalyc.org/pdf/623/62345164...
, p. 136).

Desde la biopolítica4 4 El biopoder en Foucault “es un ejercicio de poder, una estrategia, un cambio en la economía de un poder que se orienta hacia la macro-física de la población y hacia la micro-física del sujeto (p. 49). “(…) es un problema, un nombre dado a una situación estratégica y a relaciones de lucha que toman como campo de batalla la vida misma. El bio-poder es estrategia, por cuanto entra en una economía de poder que en el contexto del neoliberalismo o arte liberal de gobernar se traduce en una Vitalpolitik o bio-política. Se trata no tanto de negar, marginar, coaccionar la vida, sino de afirmarla, organizarla, gestionarla, administrarla” (TOSCANO, 2008, p. 51). de Foucault, la sexualidad, más que es una esencia biológica, es una construcción histórica que, como dispositivo, vigila y controla el cuerpo, introduciéndolo en un juego de economía de energías y regulación y control poblacional. “(…) [la sexualidad] es un poder microscópico que se ejerce en los cuerpos, en la calidad de sus placeres, para así ejercer un macro-poder de regulación y control de las poblaciones” (Daniel Gihovani TOSCANO, 2008TOSCANO, Daniel Gihovani. “El bio-poder en Michel Foucault”. Universitas Philosophica [En línea]. Bogotá, 2008, vol. 25, n. 51, p. 39-57. Pontificia Universidad Javeriana. Disponible en Disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=409534415003 . Consultado el 20/04/2021.
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, p. 54).

LA MÁQUINA O DISPOSITIVO DISCIPLINARIO5 5 Mayúsculas conservadas de la cita textual. opera sobre los cuerpos para volverlos más dóciles (…) La disciplina se vuelca sobre el cuerpo, no (…) a priori, sino (…) en el momento de su adiestramiento, la disciplina fabrica al individuo. La disciplina como máquina que hace visible y hace hablar. (TOSCANO, 2008TOSCANO, Daniel Gihovani. “El bio-poder en Michel Foucault”. Universitas Philosophica [En línea]. Bogotá, 2008, vol. 25, n. 51, p. 39-57. Pontificia Universidad Javeriana. Disponible en Disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=409534415003 . Consultado el 20/04/2021.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=40...
, p. 47)

Este planteamiento permite pensar cómo la sexualidad y reproducción norman el cuerpo como espacio de intersección social y natural en donde recaen las demandas. A la medicina, como el saber oficial sobre el cuerpo, se le otorga el poder de disciplinarlo a través de relaciones políticas en las que también se articula el género, como ocurre con la medicalización del cuerpo femenino, que permite controlar su sexualidad y capacidad reproductiva.

El cuerpo femenino ha sido expropiado por la medicina, abarcando no solo el parto, sino también los demás ciclos de la vida de la mujer: (…) etapas que el discurso médico ha transformado en “patologías”, vinculadas a la construcción de mitos (…) que legitiman y perpetúan en el tiempo el paradigma biologicista sobre el cuerpo femenino. (Flavio SALGADO; Marinelly DIAZ, 2019SALGADO, Flavio; DIAZ, Marinelly. “Violencia Obstétrica y de género mediante la medicalización del cuerpo femenino.” Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad [En línea], Argentina, 2019, n. 11, p. 23-34. Disponible en Disponible en http://www.relaces.com.ar/index.php/relaces/article/view/263/260 . Consultado el 18/02/2021.
http://www.relaces.com.ar/index.php/rela...
; p. 32)

Así, ese instinto maternal caracteriza las normas corporales de una “buena madre”: el reposo, amantar, desvelo, sacrificio, las multitareas. Pero estas prácticas, sensaciones y los valores atribuidos a éstos no son una mera repetición mecánica signada por la cultura, sino una experiencia personal que no solo atraviesa el cuerpo, que parten de él (Susana ROSTAGNOL, 2002ROSTAGNOL, Susana. “Cuerpo, Mujer, Concepción: Superposiciones y Contraposiciones entre el cuerpo físico y el cuerpo cultural.” Asociación Psicoanalítica del Uruguay. El cuerpo en psicoanálisis: entre la biología y la cultura [En línea]. Montevideo, 2002, p. 1-8. Disponible en Disponible en https://www.fhuce.edu.uy/images/genero_cuerpo_sexualidad/Publicaciones/APU%20cuerpo%20mujer%20concepcion.pdf . Consultado el 20/02/2021.
https://www.fhuce.edu.uy/images/genero_c...
, p. 2).

Este cuerpo entonces sería no solo una construcción cultural normada, sino una materialidad que permite una experiencia. Para Ponty, la corporalidad es el proceso por el cual el propio cuerpo experimenta su motricidad y relación con el mundo, es decir, es un puente entre nosotros mismos y nuestro mundo es el horizonte de la percepción. Todo lo que nos rodea, está “manchado” por nuestra propia corporalidad (Asier PÉREZ, 2008PÉREZ, Asier. “Merleau-Ponty: percepción, corporalidad y mundo”. Eikasa. Revista de Filosofía [En línea]. 2008, 20, p. 197-220. Disponible en Disponible en https://revistadefilosofia.org/20-06.pdf . Consultado el 17/04/2021.
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, p.203).

El cuerpo sería un todo que nos envuelve y el primer espacio de referencia para ubicarnos y ubicar un exterior. Es el punto desde el cual nos abrimos al mundo y lo dotamos de sentido. “Gracias a él y a su disposición a la situación y la acción el espacio en el que se mueve se convierte en un espacio roturado por nuestras acciones actuales pasadas y futuras” (PÉREZ, 2008PÉREZ, Asier. “Merleau-Ponty: percepción, corporalidad y mundo”. Eikasa. Revista de Filosofía [En línea]. 2008, 20, p. 197-220. Disponible en Disponible en https://revistadefilosofia.org/20-06.pdf . Consultado el 17/04/2021.
https://revistadefilosofia.org/20-06.pdf...
, p. 204). Así, cada cuerpo va experimentando la maternidad desde prácticas reflexivo signadas por el género, por lo que por más internas e individuales que parezcan, siempre serán un referente de interacción con el mundo social (ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64., p. 58).

Por ello, el cuerpo mismo es sujeto de experiencia desde las sensaciones y prácticas vitales individuales insertas en un marco contextual específico; así, por más personal que sea la vivencia, estas siempre remiten a lo colectivo, incluyendo la construcción de género. Para Esteban la reflexión corporal es un proceso que

guía las acciones de hombres y mujeres, permitiéndoles en circunstancias y coyunturas concretas, reducir sus itinerarios y resistir y contestar a las estructuras sociales, al margen de la intencionalidad o no de partida, y contribuyendo así también a su propio ‘empoderamiento. (ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64., p. 63)

Esta experiencia corporal es lo que abre el libro, con la intuición que le da certeza a Fallaci de un embarazo inesperado, incluso antes de que el médico lo confirme: “Anoche supe que existías: una gota de vida que se escapó de la nada. Yo estaba con los ojos abiertos de par en par en la oscuridad y, de pronto, en esa oscuridad, se encendió un relámpago de certeza: sí, ahí estabas. Existías” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 1).

En la primera consulta, el médico no puede asegurar un embarazo y advierte que puede tratarse de un error, pero para Fallaci la certeza estaba dada: “Volveré tan sólo para demostrarle que es un ignorante. Toda su ciencia no vale lo que mi intuición” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 3). Cuando la medicina hace su confirmación, ella ya se encontraba pensando su propia corporalidad y la de quien se formaba dentro suyo. El cuerpo que crea otro cuerpo comienza a darle lugar a todo el trabajo silencioso de esta materialidad: “¡Cuánto trabajas, niño! ¿Quién ha dicho que duermes tranquilo, acunado por tus aguas? Tú no duermes nunca, no reposas nunca” (FALLACI, 2000, p. 7).

Pero no es solo el cuerpo del niño el que se crea y trabaja arduamente, este proceso también implica un esfuerzo, cambio y adaptación constante en el cuerpo de la madre. Ambos cuerpos se encuentran en una dependencia:

Todo en ti depende de mí, y todo en mí depende de ti: si enfermas, yo enfermo y si muero, tú mueres. Pero no puedo comunicarme contigo, ni tú conmigo. (….) Nunca dos seres extraños ligados al mismo destino fueron más extraños entre sí que nosotros. Nunca dos desconocidos que compartieran el mismo cuerpo fueron recíprocamente tan desconocidos ni estuvieron tan lejos el uno del otro. (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 8)

Poco a poco los cambios del embarazo son más evidentes, como el crecimiento del vientre. También el agotamiento, el sueño y cansancio son una pesada señal del trabajo constante y silencioso de un cuerpo que gesta, y le provoca la sensación del sometimiento de su propio cuerpo: “(…) fuiste tú quien tomó la iniciativa, y yo me equivocaba al creer que te imponía una elección. Teniéndote, no hago otra cosa que plegarme a tu imposición cuando se encendió tu gota de vida. No elegí nada, solo obedecí” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 9).

Esta sensación incómoda se acentúa cuando el médico prescribe dos semanas de inmovilidad en cama, que causa un constante malestar que suele reflejarse en las cartas de reproche hacia el niño: “Lo malo es que esta inmovilidad me pone nerviosa, me vuelve malvada” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 10). A pesar de la inmovilidad aparece una señal, la sangre adquiere un nuevo significado para un cuerpo gestante en reposo, ya no es ausencia de embarazo (menstruación), sino una alerta: “Pero cuando vi esa minúscula mancha en la almohada, se me nubló la vista y se me aflojaron las piernas- (…) era más que suficiente para comunicarme el mensaje, que tal vez estabas concluyendo tu existencia” (FALLACI, 2000, p. 20).

Ante el sangrado, el médico señala que la preocupación y estrés propician que el cuerpo interrumpa inconscientemente el embarazo. Así el conflicto y duda internas se manifestarían en el cuerpo, como un “pensamiento que mata” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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). Para tal caso, el tratamiento fue evitar emociones, pensamientos preocupantes y permanecer tranquila “Doctor -contesté-, eso es lo mismo que pedirme que cambie el color de mis ojos. ¿Cómo quiere que me mantenga serena si mi naturaleza no lo es?” Me observo nuevamente con frialdad: “Eso es asunto suyo. Ingéniese. Engorde” (FALLACI, 2000, p. 19).

Después de unos días en absoluto reposo, y con constante preocupación por su trabajo, Fallaci concluye que la inmovilidad que le implica el embarazo no es condición para ella, por lo que decide retomar sus actividades y emprender un viaje de trabajo importante. A su salida del hospital, el médico señala que tal acto implicaría un asesinato, y en ese mismo momento Fallaci experimentó por primera vez el movimiento del cuerpo dentro suyo:

Encerrado en su bata blanca, ya no médico sino juez, tronó que yo falto a mis deberes más fundamentales de madre, de mujer y de ciudadana. Gritó que dejar el hospital equivaldría ya a un delito, y levantarse de la cama a un crimen, pero que emprender un viaje iba a constituir un homicidio premeditado y que la ley debería castigarme como a cualquier asesino. (…) firmé un documento eximiéndolo a él de toda responsabilidad. por tu vida y por la mía, responsabilidades que yo asumía en su lugar. (…) Tu primer puntapié… casi en el mismo momento, te moviste. (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 21)

Bajo presión de las constantes opiniones del padre del niño, su amiga y su jefe sobre la renuncia de su vida y trabajo, y a pesar de interpretar esa primera sensación de movimiento dentro suyo como la respuesta que tanto había esperado, decidió seguir con su plan de retomar sus actividades habituales y laborales. Durante su viaje consultó a otra médica quien secundó su decisión de seguir con sus actividades normales, sin embargo, anunció que su viaje planeado en carretera era de riesgo si no descansaba cada cierto tiempo o conducía en caminos cómodos, lo cual termina ocasionando la pérdida del niño:

Tú eres como mi Luna, como mi polvo de Luna. Los espasmos han redoblado; ya no logro conducir. Si encontrase un motel, si pudiera parar y descansar... Con el cerebro más lúcido, quizá descubriría una solución para salvar lo salvable, para no arrojar mi Luna. (…) Con certeza, con la misma certeza que me paralizó la noche en que supe que existías, ahora sé que estás dejando de existir. (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 25)

Así como su intuición confirmó el embarazo, ahora reconoce su perdida antes de que la médica lo confirme: “Tiene usted razón. Ya no crece. Desde hace por lo menos dos semanas, quizá tres. Ánimo, no hay más remedio ha muerto” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 25). En ese momento, su cuerpo se bloquea sin que ello implique el cese de distintas sensaciones:

No contesté. No hice el menor gesto. No parpadeé siquiera. Me quedé allí como un cuerpo que era piedra y silencio. También mi cerebro era piedra y silencio: no anidaba en él ni un pensamiento, ni una palabra. La única sensación era un peso insoportable en el estómago, un plomo invisible que me aplastaba como si el cielo se me hubiese caído encima sin ruido. (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
https://www.liceorepublicadebrasil.cl/do...
; p. 25)

Sola, en un cuarto de hotel, llora su pérdida mientras lidia con el sentimiento de culpa. La vida que dejó de crecer, es ahora un intento de cuerpo sin vida que permanece dentro suyo, implicándole el riesgo de muerte en caso de no someterse a una práctica para retirarlo: “Había suspirado tanto por volver a ser dueña y señora de mi propia suerte. Ahora que lo soy, ya no me importa” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 32).

Las vivencias presentadas anteriormente intentan reconstruir la experiencia de embarazo que Fallaci presenta en su libro, y que la van permitiendo significar y decidir sobre su maternidad y otros deseos. El cuerpo que en un “chispazo” toma certeza de embarazo, que se cansa con trabajo, que cambia constante y silenciosamente, que sangra ante una amenaza, y que se demanda inmóvil para salvar una vida, deja ver algunos elementos desde los que la experiencia corporal se torna reflexiva y guía una maternidad que finalmente es dejada a manos de la naturaleza, ¿podría pensarse esto como una evasiva a tomar la responsabilidad de decidir?

Esto cuestiona la creencia del instinto maternal, pues si bien el cuerpo de la mujer presenta condiciones específicas para responder al proceso de gestación, y la posterior alimentación, no existe un cuerpo femenino naturalmente determinado para cumplir con las demandas culturales de la maternidad.

La siguiente subcategoría se centrará en las rutas que la autora fue tomando desde la reflexión de las experiencias corporales presentadas en este apartado, y se dará especial peso a resaltar como su camino recorrido representa otra posibilidad de maternidad que busca conjugarse con otros anhelos.

Otras perspectivas de maternidad

Esta última subcategoría presenta la apropiación de una maternidad que conjugue con deseos laborales y personales. Para ello se desarrollará la doble demanda a la que se sujeta el cuerpo femenino: la reproducción y producción, así como los conflictos de esta tensión que devienen en un sentimiento de culpa que se presentan desde el inicio de la obra, hasta en la última decisión de dejar la nueva vida en manos del azar y la naturaleza.

Parece importante señalar que en la obra se expresa el deseo de ser madre, pero también otros anhelos como el trabajo: “Soy una mujer que trabaja, y tengo muchos otros compromisos y curiosidades; ya te dije que no te necesito” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
https://www.liceorepublicadebrasil.cl/do...
, p. 2). Ese trabajo que representa una forma de realización, también implica una necesidad económica para una mujer que se abre camino sola en el periodismo, así como una forma de relacionarse con los demás y posicionarse ante la vida. Esto parece haberse vuelto más difícil y cuestionable a raíz del embarazo que “no necesita” ni le “divierte”, pero aun así desea y decide llevar a delante su gestación: “Te impondré esa prepotencia que nos impusieron también” (FALLACI, 2000, p. 2).

Así como la maternidad es una fuerte demanda femenina, dentro del sistema capitalista altamente competitivo, las necesidades de los mercados laborales han insertado a la mujer en el espacio económico y educativo con otras formas de demanda (CONTRERAS; CASTAÑEDA, 2016CONTRERAS, Karla Alejandra; CASTAÑEDA, Liliana Ibeth. “Tensiones entre el cuerpo productivo de la mujer y la normatividad de género en torno a la maternidad”. Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad [En línea]. Córdoba, 2016, vol. 8, n. 21, p. 10-24. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273246916002 . Consultado el 20/04/2021.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2...
). De esta forma, durante el periodo en el que las mujeres se consideran más fuertes y capaces se les demande la realización profesional y maternal, lo que provoca una serie de tensiones y contradicciones:

Siendo así, el cuerpo reproductivo y el cuerpo productivo femeninos se construyen como excluyentes y se viven en constante conflicto y contradicción. Mientras que sobre el primero se finca la identidad de género femenina, es el segundo el que se vive públicamente y le permite a las mujeres ganar y experimentar el reconocimiento social. (CONTRERAS; CASTAÑEDA, 2016CONTRERAS, Karla Alejandra; CASTAÑEDA, Liliana Ibeth. “Tensiones entre el cuerpo productivo de la mujer y la normatividad de género en torno a la maternidad”. Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad [En línea]. Córdoba, 2016, vol. 8, n. 21, p. 10-24. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273246916002 . Consultado el 20/04/2021.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2...
, p. 12)

Esta doble demanda deja a las mujeres con la exigencia de cumplir con una jornada laboral que termina para dar inicio con el trabajo doméstico. Esto ha devenido en formas de “postergación de la maternidad asociados a la preponderancia de alcanzar metas de tipo laboral, profesional y económico” (CONTRERAS; CASTAÑEDA, 2016CONTRERAS, Karla Alejandra; CASTAÑEDA, Liliana Ibeth. “Tensiones entre el cuerpo productivo de la mujer y la normatividad de género en torno a la maternidad”. Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad [En línea]. Córdoba, 2016, vol. 8, n. 21, p. 10-24. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273246916002 . Consultado el 20/04/2021.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2...
, p. 10). Así, el mercado intenta responder a esta sobre explotación doble bajo la ilusión de cumplir los sueños laborales y de maternidad, y ofrece opciones como congelar los óvulos, los vientres de alquiler, los bancos de semen, donde los bebés son los nuevos productos en venta.

Estas posibilidades reconfiguran las apuestas de las maternidades, pues ya no implican la necesidad de un varón. “Hoy en día hay mujeres solas que optan propositivamente por la procreación asistida. (…) un porcentaje de la población femenina no encuentra, o no está dispuesta a estar con un varón a cualquier precio para emprender la senda de la maternidad biológica” (BARCELÓ, 2016BARCELÓ, María Inmaculada. “Un camino hacia la maternidad postpatriarcal.” AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana [En línea], 2016, vol. 11, p. 131-152. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/623/62345164007.pdf . Consultado el 15/04/2021.
https://www.redalyc.org/pdf/623/62345164...
, p.133).

Así, se mueven distintas normas sociales, como las formas de establecer el amor romántico, que ahora disocian la maternidad respecto al matrimonio; las relaciones sexuales que ya no se vinculan a la reproducción; y la familia nuclear (padre, madre e hijos) que dejó de concebirse como la única forma de familia (BARCELÓ, 2016BARCELÓ, María Inmaculada. “Un camino hacia la maternidad postpatriarcal.” AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana [En línea], 2016, vol. 11, p. 131-152. Disponible en Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/623/62345164007.pdf . Consultado el 15/04/2021.
https://www.redalyc.org/pdf/623/62345164...
). Esto concuerda con la tendencia de la maternidad sin pareja sexual o afectiva, donde la soltería es una elección y no una condición inesperada, los hogares uniparentales maternales “no sobrevenidos ni sobrellevados, sino deliberados” (BARCELÓ, 2016, p. 133).

A pesar de la época en que se escribió Carta a un niño que nunca nació (1975), la obra ya presentaba una forma de maternidad que no respondía a la demanda de estar casada, de renunciar otros anhelos, o anteponer al otro sobre sí misma. A continuación, se profundiza en estas nuevas perspectivas y la complicación que representan al intentarse en un contexto que no ha cambiado sus demandas y condiciones respecto a la maternidad.

Sobre la demanda que vincula la maternidad con el matrimonio, Oriana decide ser madre soltera: “Soy una mujer que ha elegido vivir sola. Tu padre no vive conmigo” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 2). Para su época, esto implicaba un trato distinto:

En el mundo en que estás a punto de entrar, y pese a los discursos acerca de los tiempos que cambian, una mujer que espera un hijo sin estar casada es vista, la mayor parte de las veces, como una irresponsable. En el mejor de los casos, como una extravagante o una provocadora. O como una heroína. Nunca como una madre igual a todas las demás. (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 6)

Esto implica cuestionar el aparente irrenunciable vínculo entre el amor romántico y amor maternal que ha sido la base de la idea de una familia natural. En las sociedades patriarcales, el amor de pareja y el amor materno van unidos (DE LA MATA; HERNÁNDEZ, 2021DE LA MATA, Carmen; HERNÁNDEZ, José. “Lo femenino y la vivencia de la soledad. La vejez como una etapa de fortaleza”. Cuadernos de Trabajo Social [En línea]. 2021, vol. 34, n. 1, p. 199-209. Disponible en Disponible en https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/article/view/68544 . Consultado el 15/02/2020.
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).

El mandato al género femenino de amar al otro y a los otros, implica ceder el sentido de la vida, otorgar el lugar central de la propia existencia, y situar a otro en un plano superior (DE LA MATA; HERNÁNDEZ, 2021DE LA MATA, Carmen; HERNÁNDEZ, José. “Lo femenino y la vivencia de la soledad. La vejez como una etapa de fortaleza”. Cuadernos de Trabajo Social [En línea]. 2021, vol. 34, n. 1, p. 199-209. Disponible en Disponible en https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/article/view/68544 . Consultado el 15/02/2020.
https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/a...
), Para la activista, el amor es un impulso, una la ligadura a la más ciega esclavitud que: “No sirve más que para olvidarte de ti mismo, de tus derechos, de tu dignidad; es decir, de tu libertad” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 5). Y, sin embargo, todo mundo, incluso ella, busca encontrarlo, tal vez en ese niño:

… tal vez sea cierto lo que siempre sostuvo mi madre: que amor es lo que experimenta una mujer hacia su hijo cuando lo toma en brazos y lo siente solo, inerme, indefenso. Por lo menos mientras es inerme e indefenso no te insulta, no te decepciona. ¿Y si te correspondiera a ti descubrirme el sentido de esas cuatro letras absurdas? ¿Precisamente a ti, que me robas a mí misma, me chupas la sangre y me respiras el aliento? (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 5)

“Ser una buena madre” implicaría renuncia inmediata a sus otros anhelos, lo que cuestiona insistentemente: “Estoy asustada, y también enfadada contigo. ¿Qué te crees que soy: ¿un recipiente, un frasco donde se pone un objeto para custodiarlo? ¡Soy una mujer, diantre, una persona!” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 19).

Por ello, las indicaciones de reposo se tensan con la presión laboral que incrementa con su fatiga, la posible renuncia de un viaje laboral importante para ella, y un jefe que exige despreocupadamente el cumplimiento de su trabajo: “Sería terrible tener que renunciar al viaje que ya he proyectado, y así parece haberlo entendido el jefe. En tono amenazador me ha preguntado hoy “si podré”, y añadió que espera que sí” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 9). Finalmente, esta tensión sumada a un estado de inactividad por el reposo, la hacen explotar: “No puedo destornillarme el cerebro y prohibirle que piense. No puedo anular mis sentimientos o impedirles que se manifiesten” (FALLACI, 2000, p. 19).

Ante tal situación, decide que no renunciará a aquello que la hace vivir y ser persona: su mente, sentimientos, reacciones, y trabajo.

¡Qué exigente eres, niño! Primero pretendes controlar mi cuerpo y privarlo de su más elemental derecho: moverse. Después, aspiras nada menos que a controlar mi mente y mi corazón atrofiándolos, neutralizándolos, robándoles su capacidad de sentir, pensar y vivir. (…) Si queremos seguir juntos, niño, hemos de pactar. Y este es el pacto: te hago una concesión. Engordaré; te regalo mi cuerpo. Pero no mi mente. Ni tampoco mis reacciones. Me las quedo. Y junto con ellas pretendo una propina: mis placeres menudos. Ya ves, ahora bebo un abundantísimo whisky, y me fumo un paquete de cigarrillos, uno tras otro, y reanudo mi trabajo, y vuelvo a existir como persona y no como frasco, y lloro, lloro, lloro sin preguntarte si te hace daño. ¡Porque estoy harta de ti! (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 19)

Tensiones como la anterior se presentan repetitivamente ante la incomodidad que causa su embarazo a los demás, e intenta racionalizarlo como una lucha entre “ellos y nosotros”, entre esas demandas, reclamos y críticas, y sus propias posturas y decisiones:

Lo que no entiendo es por qué, cuando una mujer anuncia que está legalmente embarazada, todos se ponen a festejarla, (…) Conmigo se quedan quietos, callados, o sueltan consideraciones acerca del aborto. Dirías que se trata de una conjura, de una conspiración para separarnos. Y hay momentos en que me siento inquieta, en que me pregunto quién ganará: ¿nosotros o ellos? (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 6)

Como se presentó en la subcategoría anterior, Fallaci decide retomar las actividades que el reposo le ha privado, dejar el hospital, y dejar a la naturaleza y su cuerpo el destino de la vida del niño.

El oficio de mamá no me sienta. Me reclama otra clase de obligaciones para con la vida. Tengo un trabajo que me gusta, y me propongo llevarlo a cabo. Un futuro que me espera, y no pienso renunciar a él. (…) Dejo este hospital y emprendo mi viaje. Después, que sea lo que quiera. Si logras nacer, nacerás. Si no, morirás. Yo no te mato, quede esto bien claro: sencillamente, me niego a ayudarte a que ejercites hasta el final tu tiranía… (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 21)

Al retomar sus actividades habituales, parece haber logrado conjugar la maternidad con sus deseos, y se le puede leer ilusionada con la idea de ser madre, de tener al niño: “Me echaré a los hombros tu carga, te llevaré así por todas partes y la gente sonreirá diciendo: “¡Mira aquellos dos niños chiflados!” (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 22).

Pero a pesar de su tenacidad por continuar su vida y aceptar la decisión de la naturaleza, al perder al niño no puede evitar la culpa. Esta se representa en un sueño en el cual, al igual que paso durante todo el embarazo, los médicos, el padre del niño, el jefe, la amiga y los padres son los encargados de juzgar si la muerte del niño podría considerarse natural o un asesinato perpetuado por la madre.

…ahora preferiría que fueses varón. Así no pasarías por la escuela mensual de la sangre, ni tendrías que considerarte culpable si alguna vez conduces por una carretera deshecha, entre baches y piedras. No te sentirías mal como yo en este momento y podrías zambullirte en el azul mucho más seriamente que yo. (FALLACI, 2000FALLACI, Oriana. Carta a un niño que nunca nació. Edición Electrónica: El Trauko, 2000. Disponible en https://www.liceorepublicadebrasil.cl/doc/O.Fallaci%20-%20Carta%20a%20un%20nino%20que%20nunca%20nacio.pdf
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, p. 23)

Dejar todo en manos del cuerpo parecería una forma de racionalizar y eximirse de culpa, sin embargo, en su escrito reconoce que sus prácticas son parte de su cuerpo y para un embarazo se requieren mínimas condiciones físicas. Así, su cuerpo parecería responder al dilema reflexivo entre su deseo de traerlo al mundo y su deseo de eliminarlo. Las razones y sin razones de la maternidad que son internalizadas valoran el ser madre y cuestionan y culpan a quien no lo es (ERVITI, 2005ERVITI, Joaquina. El aborto entre mujeres pobres. Sociología de la experiencia. Cuernavaca, Morelos: CRIM. 2005.), en este caso, hasta el punto de cuestionar sus propias acciones como falta de instinto maternal que deviene en culpa.

Esta subcategoría presentó cómo desde su experiencia corporal reflexiva, Fallaci se va guiando en un camino complicado que la lleva de optar por ser madre soltera en una época con un “hormiguero” que constantemente le critica, a experimentar una serie de desencuentros entre su deseo maternal, profesional y personal, que la llevan a deslindarse del embarazo y dejarlo a manos de la naturaleza y la suerte. Durante este proceso, a través de sus cartas, expresa con mucha fuerza el coraje, incertidumbre, soledad y miedo que señalan la complejidad de este recorrido que muchas mujeres comparten, pero no enuncian públicamente.

Conclusiones

Desde un paradigma cualitativo crítico centrado en la experiencia corporal reflexiva (ESTEBAN, 2004ESTEBAN, Mari Luz. “Hacia una teoría corporal de la acción social e individual”. In: ESTEBAN, Mari Luz. Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. España: Ediciones Ballaterra, 2004, p. 53-64.) de Oriana Fallaci en Carta a un niño que nunca nació, el presente escrito desarrolló como categoría analítica a la maternidad, desde tres subcategorías enfocadas en: 1) la construcción cultural de la identidad femenina maternal, 2) las vivencias que el cuerpo presenta ante esta demanda y embarazo, y 3) la apropiación que las mujeres tienen de esta maternidad desde las especificidades de sus cuerpos y deseos.

A través de las tres subcategorías presentadas, 1) demanda y decisión, 2) la experiencia corporal reflexiva, y 3) otras perspectivas de maternidad, se ha señalado la complejidad biocultural que implica la maternidad, concluyendo que esta no es la esencia natural de la mujer, sino una construcción estructurada desde distintas dimensiones que toma el cuerpo como espacio de encuentro, desde el cual es posible experimentar la maternidad y los conflictos que conlleva en su generalidad y especificidad.

La principal apuesta ha sido la de trascender a esta explicación constructivista del cuerpo pasivo ante los significados culturales que le atraviesan, y pensarlo como agente desde el cual los sujetos se apropian de sus experiencias corporales. El análisis del libro de Oriana Fallaci parece reproducir con fuerza esa experiencia corporal que encarna la maternidad, y los sentimientos y ambivalencias que de ella subyacen. Es desde estas vivencias que fue posible pensar a la autora no como una repetidora pasiva de normas culturales, sino con la capacidad de darle espacio a su experiencia corporal y desde ella, permitirse transitar otras rutas.

Su insistencia por plantear más preguntas que respuestas se acompaña de esta reflexión corporal que le abre otras posibilidades, y también la enfrenta a otras complicaciones. Aunque en su texto se deje ver los problemas que vivió en la guerra con una infancia pobre y las implicaciones de la posguerra, también se ve la potencia que encuentra principalmente en su trabajo, sus posturas e ideales políticos y su intento por conjugar una vida lo más acorde a sus posturas y deseos, cuestiona las demandas que la atraviesan y la lleva por un camino doloroso, no solo físicamente, sino mentalmente agotador en tanto toma un rumbo a contracorriente.

Este transitar se puede ver en la obra que inicia con una intuición y cierra con una imagen muy afectuosa de una experiencia potente que se ejecuta en el cuerpo mismo. La fuerza no solo con la que hace el recorrido, sino con la que decide hacerlo, nos invita a pensar en una mujer fuerte que no renuncia a su sensibilidad, y que si bien ha experimentado las dificultades de la vida dentro de un hormiguero que la juzga, cuestiona y finalmente la abandona, también ha recibido fuerza biológica vital y afectiva de su padre, de su madre, de otras mujeres. A lo largo de su vida, esta fuerza y sensibilidad de la cual es deudora, la vincula con estas personas, incluso transgeneracionalmente por imitación o reacción, para irse abriendo camino y abrir caminos y, sobre todo, nuevas posibilidades de maternidad. De igual modo, de asumirse y posicionarse ante ella con la mayor coherencia, conciencia y responsabilidad posible.

Experiencias como la suya que comparte en su texto son un ejercicio de sororidad en toda la extensión de la palabra. No sólo para congregarnos como mujeres en torno a un tema que a la mayoría suele atravesar, sino que trasciende y continúa poniendo las bases para lograr cambios sociales que posibilitan nuevas formas de responder ante la esencialista intuición materna construida y demandada. Sus reflexiones a la vez desgarradoras y llenas de esperanza, de fuerza y sensibilidad, son un recordatorio de que caminamos a hombros de gigantes de las madres, amigas, y por supuesto, las autoras que no solo optan por otros caminos, sino que los comparten.

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    » http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=409534415003
  • 1
    Paréntesis agregado a la cita textual.
  • 2
    Si bien la maternidad y el embarazo podrían diferenciarse masculina y científicamente, para la experiencia de las mujeres ambos fenómenos ocurren de manera simultánea. Al embarazarse, las mujeres piensan y sienten a su hijo, se materna en mente y afectos, como se puede ver nítidamente en el libro de Fallaci que se analiza en este trabajo.
  • 3
    Forma en la que en todas las cartas se dirige a quien crece dentro de sí.
  • 4
    El biopoder en Foucault “es un ejercicio de poder, una estrategia, un cambio en la economía de un poder que se orienta hacia la macro-física de la población y hacia la micro-física del sujeto (p. 49). “(…) es un problema, un nombre dado a una situación estratégica y a relaciones de lucha que toman como campo de batalla la vida misma. El bio-poder es estrategia, por cuanto entra en una economía de poder que en el contexto del neoliberalismo o arte liberal de gobernar se traduce en una Vitalpolitik o bio-política. Se trata no tanto de negar, marginar, coaccionar la vida, sino de afirmarla, organizarla, gestionarla, administrarla” (TOSCANO, 2008, p. 51).
  • 5
    Mayúsculas conservadas de la cita textual.
  • 6
    Como citar este artículo de acuerdo con las normas de la revista: RODRÍGUEZ BARRAZA, Adriana; AGUIRRE PÉREZ, Daniela. “La maternidad como experiencia corporal reflexiva: Carta a un niño que nunca nació”. Revista Estudos Feministas, Florianópolis, v. 31, n. 1, e81443, 2023
  • 7
    Financiación: No se aplica
  • 8
    Consentimiento de uso de imagen: No se aplica
  • 9
    Aprobación de un comité de ética en investigación: No se aplica

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    21 Abr 2023
  • Fecha del número
    2023

Histórico

  • Recibido
    19 Mayo 2021
  • Revisado
    20 Jun 2022
  • Acepto
    25 Jul 2022
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