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Provocación y fuerza a través del cuerpo femenino: la lucha de FEMEN

. En el principio era el cuerpo. .Barcelona: Malpaso Ediciones, 2014. 198. 9780745683218

La periodista Galia Ackerman edita y elabora el prólogo a esta obra, que se adentra en el movimiento de activistas por los derechos de las mujeres que está dando la vuelta a Europa y al mundo entero: Femen. En el principio era el cuerpo es el título bajo el que encontramos respuestas a algunos de los interrogantes que se nos platean cuando vemos las protestas de estas jóvenes con coronas de flores y torsos desnudos. La necesidad de "revolver el cuerpo contra la injusticia" (p.5) es una de las ideas clave del manifiesto de Femen. Y es que se concibe el cuerpo femenino como un arma, un medio de protesta frente a la desigualdad. Por esta razón, las Femen hacen uso de él para enfrentarse a la dominación del capital y del patriarcado sobre las mujeres. Su imagen de marca se ha hecho mundialmente famosa y fácilmente reconocible: "una joven en topless con una corona de flores sobre la cabeza" (p.13). Desde nuestro punto vista, esta obra resulta de gran interés en el ámbito de los estudios feministas y de género, ya que nos permite percatarnos de la evolución de la lucha feminista, de las nuevas maneras de actuar por la igualdad en una época tecnológica, interconectada y plagada de consumidores/as de contenidos. Femen nos otorga la oportunidad de conocer las razones morales de sus protestas, así como de los medios que utilizan para hacerlo: sus cuerpos desnudos.

Las cuatro fundadoras de Femen (Anna Hutsol, Inna Shevchenko, Oksana Shachko y Alexandra Shevchenko) narran el contexto en el que nacieron, crecieron y decidieron luchar por el feminismo. Más allá de las anécdotas de sus experiencias, los relatos de vida de estas cuatro mujeres han definido su trayectoria política, llevándolas hacia la formación de la organización Femen. Su adolescencia se desarrolló en una Ucrania en que Yanukóvich y Yúshenko luchaban por el poder en las elecciones presidenciales. El primero suponía la continuación del mismo establishment y el segundo pretendía aproximarse a Europa y modernizar el país, un aire nuevo para Ucrania. Cuando Yanukóvich salió elegido, se desató una oleada de protestas y desobediencia civil frente a la supuesta corrupción en los procesos electorales. Con el trasfondo de la Revolución Naranja (2004-2005), estas jóvenes empezaron a marcar su propio camino.

La situación geopolítica de Ucrania, así como su cultura e historia particulares, definen el movimiento Femen. Desde bien lejos en el tiempo, las relaciones del país con Rusia y Europa han sido cuán menos tormentosas, configurando una experiencia particular para estas ciudadanas ucranianas. Todas tienen en común la inquietud y el hambre por la justicia, rasgos que las llevó a unirse pronto a diversos colectivos y grupos de discusión. Mediante lecturas como La mujer y el socialismo de Bebel, descubrieron que el feminismo era la motivación más permanente que podían llegar a tener. Nueva Ética fue el primer nombre que tuvo esta agrupación, cuando se separaron de sus compañeros del Centro de Perspectivas (Kiev) por tener diferentes prioridades de lucha. Aquí habían comenzado sus periplos y su formación en textos marxistas. Al empezar a conformar su propio programa ideológico, identificaron "lo que consideran las tres manifestaciones del patriarcado: la industria del sexo, la dictadura y el clericalismo" (p.16), y contra estos tres pilares inciden cada vez que pueden, a través de sus cuerpos.

Después de diversas acciones de protesta en temas tan variados como las malas conductas en el metro de Kiev y la escasez de baños públicos en la misma ciudad, las Femen focalizaron su lucha en temas que afectasen en mayor medida a las mujeres. La lucha contra la mercantilización del cuerpo femenino es el eje transversal de sus reivindicaciones, demandan pues, la total erradicación de la prostitución. Identifican la industria del sexo y el turismo sexual como uno de los grandes cánceres de Ucrania. Cansadas de que las ucranianas sean tratadas como las prostitutas de Europa, atacan la hipocresía de un Estado, en el que si bien se encuentra prohibida la prostitución, se permite y protege a los extranjeros que acuden al país para consumir sexo. En el año 2008 iniciaron la campaña Ucrania no es un burdel, lo que supuso que "en cuanto comenzaron a luchar contra la prostitución, empezaron a tratarlas como prostitutas" (p.63). Estas activistas reclaman una ley que castigue al cliente, al modo que se hace en Suecia. Consideran que éste es el que perpetúa la situación denigrante para la mujer, ya que al comprar su cuerpo, demuestra quién detenta realmente el poder: el hombre. Su rechazo a que la Eurocopa 2012 se celebrase en Ucrania, convirtiéndola en el burdel de Europa, es una de sus campañas más sonadas en este sentido.

Pronto se dieron cuenta de que sus protestas no podían limitarse a cuestiones sociales, sino que debían "intervenir en los problemas políticos" (p.106, p.152). En 2010 realizaron su primer topless político frente a Putin, bajo el gobierno de Yanukóvich. Durante este mandato la atmósfera se volvió mucho más represiva, y empezaron a actuar sin avisar a nadie, solamente unos/as pocos/as periodistas, para evitar la violencia y la represión estatal. Las relaciones con Rusia y Vladimir Putin mejoraron enormemente en esta época, en octubre de 2010, con razón de una visita de éste último a Ucrania; las Femen decidieron mostrar su rechazo a las nuevas relaciones que se estaban edificando entre su país y Rusia, querían evitar que Ucrania "se convirtiera en la comida del oso ruso" (91). En marzo de 2012 apoyaron a la oposición rusa (p.139) contra el regreso de Putin al poder y el fraude electoral, y algunas de ellas acabaron de nuevo en la cárcel.

Más allá de la opinión personal que cada cual pueda tener de esta organización, lo que resulta innegable es la fuerza y la valentía de estas jóvenes, que no dudan en poner su cuerpo en la palestra de lo público para suscitar el debate y la reflexión social. Entre sus muchas batallas está la de haber sido secuestradas por la KGB bielorrusa, después de realizar una de sus acciones contra el régimen de Alexandr Lukashenko en Minsk en diciembre de 2011 (p.121-131). Se trataba de un acto para pedir la libertad de los presos políticos que hay en las cárceles de dicho país por mostrar su oposición al régimen. Después de ser interrogadas y humilladas por la KBG bielorrusa durante horas, pudieron volver a Ucrania, asustadas y malheridas, pero con fuerzas renovadas para seguir con su programa de reivindicaciones habituales. Lo admirable del activismo de Femen es que después de decenas de encarcelamientos, noches en comisarías, y de sufrir violencia física y psicológica, su lucha está más viva que nunca, y su fuerza es inquebrantable, al igual que sus convicciones.

Se declaran ateas, su propia experiencia como mujeres ucranianas las lleva a afirmar que la doctrina ortodoxa promueve enseñanzas reaccionarias que legitiman la posición de inferioridad de la mujer, y que son el germen de muchos de los problemas sociales del país. Pero no solamente la doctrina ortodoxa, afirman que toda religión ha sido pensada para subyugar a la mujer. Su primera acción antirreligiosa se desarrolló en plena Plaza de San Pedro, en El Vaticano, cuando Sasha se desvistió para gritar: "Libertad para las mujeres", vestida con un hábito transparente similar al de las monjas (p.117). En este sentido, su compromiso feminista traspasa fronteras, y se muestran totalmente en contra de los regímenes teocráticos islamistas; por eso, en 2010, decidieron apoyar a una mujer que iba a ser lapidada en Irán. Lo tienen muy claro, piden "que el mundo civilizado boicotee a los países que continúan practicando tradiciones islámicas bárbaras" (p. 97). Para Femen, el Islam no merece ningún respeto, ya que en su nombre "las mujeres son golpeadas, humilladas y privadas de sus derechos fundamentales" (p.145). Por esta razón, no apoyan la "tolerancia" que parece reinar en Europa hacia estas prácticas, por ejemplo, para ellas "es tan falso hablar de la libre elección del uso del nicab como de la libertad de convertirse en prostituta" (p.151).

Percatarse de que "la prensa nunca se desplaza cuando la conferencia se trata de estudios de género" (p.40) las empujó a incorporar espectáculos a sus protestas; así fue cómo el germen de Femen se sembró. Siempre han mantenido una actitud abierta hacia los medios de comunicación, ya que si nadie ve sus acciones, es como si nunca las hubiesen llevado a cabo. Se mueven de forma magistral en las redes sociales, obteniendo gran parte de su fama y de su financiación mediante la venta de merchandising. Su organización se financia con las donaciones de individuales, aunque también han contado con patrocinadores procedentes de diferentes ámbitos: medios de comunicación, mundo de la música, diseño, etc. Justamente el logo de Femen fue un regalo de uno de sus patrocinadores. Es la letra cirílica ф (efe), cuya forma imita los pechos femeninos, y cuyos colores cambian según el país donde radica la organización.

Bajo el término "Sextremismo" acuñan el nuevo activismo que han desarrollado, que definen como "la rebelión de la sexualidad femenina contra el patriarcado a través de actos políticos extremos de acción directa" (p.8). El carácter extremo de sus acciones les permite subvertir las estructuras patriarcales del orden establecido sin hacer uso de la violencia, pero sin renunciar a la agresividad de sus protestas. Activistas y no terroristas, es lo que declaran ser. Como se ha comentado antes, su imagen ha dado la vuelta a Europa, incluso al mundo. Coronas de flores, topless y cuerpos femeninos que sirven como pancartas de lemas para la libertad de las mujeres: tres ingredientes clave de la receta Femen. La decisión de optar por realizar sus protestas en topless fue fruto de la propia evolución de sus acciones. Sin negar las discusiones internas y las activistas que abandonaron Femen por esta decisión, Oksana Shachko cuenta que: "necesitábamos un cambio cualitativo que recordara que las que protestan son mujeres, es decir: cuerpos femeninos" (p.75). Su cuerpo-pancarta "es una verdad expresada a través del cuerpo con la ayuda del desnudo y de los signos que se trazan sobre él" (p.8). Su desnudez es también una alusión al pacifismo, la libertad y la pobreza de su organización. La corona de flores es un símbolo ucraniano de la virginidad que las Femen han sabido apropiarse para representar la fuerza, juventud y belleza (p.81).

El "Feminismo pop" de corte ucraniano característico de Femen se refiere a dos aspectos centrales: son tanto una organización feminista como un grupo de activismo (p.101). Su dimensión artística es innegable, ya que el arte es un medio a través del cual canalizan su voz: "si queremos que nos escuchen, tenemos que crear acciones que choquen, performances teatralizadas con un mensaje claro y conciso. Tenemos que causar impresión en la gente, impactar. Sólo así podremos cambiar las cosas" (p.103). Al fin y al cabo, como señala la propia Ackerman, la radicalidad y la importancia de la propuesta de Femen es que se trata de un nuevo feminismo, ya que "utilizan medios del activismo artístico, cada vez de modo más radical, con fines puramente políticos, pero se niegan deliberadamente a considerarse artistas" (p.17). Su método ha conseguido acaparar la atención internacional, y actualmente tienen sedes en diferentes países que incluyen Brasil y Gran Bretaña, con un centro de reclutamiento en París, donde forman a nuevas activistas física y psicológicamente.

La lucha de Femen es una lucha feminista que ha sabido adaptarse a los tiempos actuales. Sus formas de protestar y trasladar la lucha a la ciudadanía son resultado de un contexto cultural concreto, referente a la experiencia ucraniana, y de las exigencias de espectacularidad que subyacen a toda sociedad mediática. Sociedades donde aquello que no se ve, no existe y no ha existido nunca. Así pues, Femen torna visible la lucha por la libertad de las mujeres a través de acciones directas y concisas que no dejan a nadie impasible

Datas de Publicação

  • Publicação nesta coleção
    Jan-Apr 2016
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