EDITORIAL
Editor Asociado de la Revista Latino-Americana de Enfermagem, y Profesor Titular de la Escola de Enfermagem de Ribeirão Preto, Universidade de São Paulo, Centro Colaborador de la OMS para el Desarrollo de la Investigación en Enfermería, SP, Brasil. E-mail: avrmlccr@eerp.usp.br
La violencia representa una restricción física o moral, una fuerza material o moral empleada contra la voluntad o libertad de una persona; sufre la influencia de locales, circunstancias, épocas y realidades distintas(1). Implica en la existencia de una relación asimétrica de poder, con la fuerza siendo empleada contra los derechos, las leyes y la libertad; está presente en todos los ámbitos de la vida y se manifiesta bajo diferentes, formas como la violencia física, psicológica y social(2). Es posible que suceda en el ambiente laboral entre compañeros y/o jefes, en las escuelas, entre compañeros y/o profesores, y en los demás ambientes sociales, incluyendo el doméstico, entre miembros de una familia.
La cuestión de la violencia se ha convertido en una de las principales preocupaciones no solo en Brasil, pero, también, en muchos países por ser un fenómeno de interés público debido a su elevada frecuencia y a las consecuencias causadas en la vida de las personas, principalmente de las que viven en los grandes centros urbanos. El incremento de la violencia cotidiana se configura como aspecto representativo y problemático de la actual organización de la vida social. Los homicidios, en Brasil, pasaron de 13.910 casos, en 1980, para 49.932 casos, en 2010, lo que corresponde a un aumento de 259%, equivalente a 4,4% de crecimiento al año; entretanto, la población del país también creció de modo más tímido (60,3%): pasó de 119,0 millones de habitantes, en 1980, para 190,7 millones, en 2010(3).
La violencia por causas externas también ha presentado índices alarmantes, principalmente los accidentes de tránsito, los cuales han desencadenado acciones preventivas, objetivando mayor seguridad en el tránsito y la elaboración de protocolos específicos para la asistencia a las víctimas en las instituciones de salud.
Para la Organización Panamericana de la Salud, la interfaz entre los actos violentos y la salud se origina porque es en el sector de la salud donde acaban convergiendo los casos resultantes de esos actos(4). En las instituciones de salud pasó a ser relativamente común que los profesionales se encuentren con víctimas de actos violentos como niños, adultos, ancianos, hombres y mujeres, en general con múltiples heridas, dolores, secuelas irreversibles, tanto en el ámbito físico como mental. Al mismo tiempo, esos profesionales también son víctimas de violencia y, otras veces, la perpetuán. Por eso, la violencia se ha constituido en un tema importante de investigación.
En este fascículo, se presentan interesantes estudios abordando la asistencia de enfermería, las víctimas de trauma y los aspectos de violencia doméstica.
Una mayor visibilidad y la consecuente discusión sobre el fenómeno de la violencia ciertamente contribuirán con indicadores para minimizar este problema.
Referencias
- 1. Minayo SMC, Souza RE, organizadoras. Violência sob o olhar da saúde. Rio de Janeiro (RJ): Fiocruz; 2003.
- 2. Santos J, Dias C. Violência no trabalho: uma revisão da literatura. Rev Bras Med Trabalho. jan-mar 2004;2(1):36-54.
- 3. Waiselfisz JJ. Mapa da Violência 2012. Os novos padrões da violência homicida no Brasil [Internet]. São Paulo: Instituto Sangari; 2011. 243 p. [acesso 28 jan 2012].
- 4. Organização Pan-americana da Saúde. Violencia y salud. Washington (US): OPAS; 1994.
La violencia y sus implicaciones para la salud y la enfermería
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
02 Abr 2012 -
Fecha del número
Feb 2012
