Este artículo discute el inicio de la relación analítica con niños autistas a la luz del análisis de María, una niña autista de 3 años de edad. Este caso clínico se volvió importante como objeto de estudio, por haber suscitado un cuestionamiento de los principios teórico-clínicos que inducen al psicoanalista a encontrar significados en las acciones de un niño autista, aunque éste no hable ni juegue, y a interpretarlos, desde el comienzo de uma relación analítica, con la intención de crear la relación transferencial.
Con María, la analista, al comienzo del tratamiento, dejó en suspenso los significados y las interpretaciones y pasó a vivenciar la natureza fenoménica de los “gruñidos” y “manierismos” de la niña. Al proceder de esta manera, se abrió otra vía para crear uma relación analítica con María: las diversas tonalidades de sus “gruñidos”, el zumbido de sus “manierismos”, las formas de sus movimientos corporales y el ritmo de su respiración pasaron a ser contenidos por la analista, sin la necesidad imperiosa de interpretar.
Psicoanálisis; autismo; significación; interpretación