Es consenso es que el lazo social hoy se organiza en un montaje perverso. Ya no tenemos un maestro que rige los actos, las organizaciones familiares no son organizados en torno al poder paterno, son tiempos de la feminización de la cultura y de la lógica capitalista. El discurso capitalista no requiere la renuncia a los instintos, por el contrario, fomenta el disfrute del goce y reduce el otro a objeto. Esto llevó a un cambio en la economía pulsional, en el trato de cada uno con la realidad externa, que se convirtió en mutante, y en la fenomenología discursiva. El goce del lenguaje es mostrar con la palabra y producir un discurso en imagen.
Discurso; perversión; economía instintiva; capitalismo; goce