Siguiendo la hipótesis de que la conmoción causada por un evento violento tiene el poder de exiliar al sujeto del circuito de la pulsión invocante, discutimos la contribución de un taller de composición musical a la transformación de este impacto traumático en narrativa. A partir de la constatación de que lo repentino de este suceso inesperado produce un fenómeno típico — el silenciamiento del sujeto —, consideramos que nuestro dispositivo de intervención puede llegar a permitir que los sujetos afectados por experiencias de violencia y desarraigo compartan y reintegren las partes exiliadas en el momento del trauma. Para finalizar, se concluye que el papel de transeúnte/espectador ejercido por los propios participantes, por las personas que circulan en la institución o incluso por el propio mediador, hace que la voz pulsante de quienes cantan allí sea auténtica, transformándolos en verdaderos productores de placer.
Palabras claves:
Psicoanálisis; trauma; música; canción