De modos interesantes, el mundo de la arquitectura – generalmente aquí definido como la preocupación deliberada con el ambiente humano construido – y el mundo del psicoanálisis – generalmente declarado como el lugar para el estudio de la vida mental inconsciente – entrecruzanse. Una construcción deriva de la imaginación humana, en una dialéctica que es ampliamente influenciada por muchos factores contribuyentes – su función declarada, su relación con el entorno, sus posibilidades funcionales, su aspecto artístico o su design, los deseos de su cliente, la respuesta anticipada del público y muchos otros factores que constituyen su estructura psíquica. Mismo que la obra sea proveniente del idioma conocido de su arquitecto – e esto queda claro en un Le Corbusier o en un Mis Van der Roe – ella pasa también por muchas imágenes mentales, derivadas de diversos factores, que serán parte de la dirección inconsciente del proyecto del arquitecto.