Open-access Prácticas cotidianas migrantes en el espacio público en torno a edificaciones en altura. El caso del Barrio Pila de Ganso en Santiago, Chile

Práticas cotidianas dos migrantes no espaço público ao redor de edifícios altos. O caso do bairro Pila de Ganso na Santiago, Chile

Daily practices of migrants in the public space around high-rise buildings. The case of Pila de Ganso neighborhood in Santiago, Chile

Resumen

Tanto la migración internacional como la hiper densificación son parte de procesos globales, en donde la forma urbana y las sociedades han sufrido cambios radicales produciendo fenómenos de fragmentación generalizada. La producción masiva de edificaciones en altura en barrios centrales de Santiago, han generado prácticas cotidianas de distintos tipos de usuarios migrantes en el espacio público, ante la carencia de éste y de áreas verdes, y por normativas que restringen determinados usos sociales, económicos y cívico-políticos. La investigación identifica las prácticas cotidianas de personas migrantes que son usuarias del espacio público en el barrio Pila de Ganso, de Estación Central, con alta presencia de edificaciones en altura, respecto de sus lógicas de localización y tipos de usos del espacio público. Mediante la aplicación de observación con participación moderada en 22 cuadrantes del Barrio Pila de Ganso y entrevistas a 8 migrantes se analizan los elementos arquitectónico-urbanos que condicionan sus usos y las percepciones de los usuarios. Los resultados muestran que estas prácticas cotidianas con usos diversos del espacio público y que les entregan mayor actividad a los barrios, son ilustrativas para las actuales agendas de diseño urbano de escala barrial.

Palabras clave:
Prácticas migrantes; Espacio público; Edificaciones en altura; Estación Central.

Resumo

Tanto a migração internacional quanto a hiper densificação são processos globais que provocaram mudanças radicais na forma urbana e nas sociedades, resultando em fenômenos de fragmentação generalizada. A produção massiva de edifícios altos em bairros centrais de Santiago gerou práticas cotidianas entre diferentes tipos de migrantes no espaço público, em virtude da escassez de áreas públicas e verdes, bem como das regulamentações que restringem determinados usos sociais, econômicos e cívico-políticos. Esta pesquisa identifica as práticas diárias dos migrantes que utilizam o espaço público no bairro Pila de Ganso, na Estación Central, caracterizado por uma elevada presença de edifícios altos, relacionando essas práticas às lógicas de localização e aos tipos de uso do espaço público. Por meio da observação com participação moderada em 22 quadrantes do bairro Pila de Ganso e de entrevistas com 8 migrantes, foram analisados os elementos arquitetônicos e urbanos que condicionam os usos e as percepções dos usuários. Os resultados mostram que essas práticas cotidianas com diversos usos do espaço público e que proporcionam maior atividade aos bairros são ilustrativas para as atuais agendas de design urbano em escala de bairro.

Palavras-chave:
Práticas de migrantes; Espaço público; Edifícios altos; Estación Central.

Abstract

Both international migration and hyper densification are part of global processes, whereby urban form and societies have undergone radical changes, resulting in the emergence of phenomena of generalized fragmentation. The construction of numerous high-rise buildings in inner Santiago has resulted in the emergence of diverse daily practices among various types of migrants in public spaces. This is largely due to the scarcity of public space and green areas, and regulations that limit certain social, economic, and civic-political activities. This research identifies the daily practices of migrants who utilize public space in the Pila de Ganso neighborhood of Estación Central, which is characterized by a high concentration of high-rise buildings. It examines the logic of their spatial location and the types of public space in use. Through the implementation of observation with moderate participation in 22 quadrants of the Pila de Ganso neighborhood and interviews with 8 migrants, the architectural and urban elements that influence their use of public space and the perceptions of the users are analyzed. The results show that these everyday practices with diverse uses of public space and that provide greater activity to neighborhoods are illustrative for current neighborhood-scale urban design agendas.

Keywords:
Migrant practices; Public Space; Verticalization; Estación Central.

Introducción

Los fenómenos de migración internacional y la hiperdensificación pueden comprenderse como parte de procesos globales, en donde la forma urbana y las sociedades han sufrido cambios radicales a un ritmo acelerado. Ello ha producido fenómenos de fragmentación generalizada (Soja, 2008) manifestada en inmensas distancias sociales, económicas, culturales, etarias y políticas entre las personas y, muchas veces, manifestada en el uso intenso del espacio público por parte de los más desfavorecidos como una forma de subsistir (Borja & Muxi, 2003). Lo anterior acarrea, además, una diferenciación socioespacial creciente (Inzulza & Galleguillos, 2014) expresada en procesos como la segregación y la gentrificación. Respecto a esto último, autores como Smith (2001), Rorty (1999) y Bauman (2003) concuerdan en que, con el desbordamiento de las capacidades de regulación del Estado por parte de los poderes del mercado y los flujos de capital, los modos de producir ciudad e incluso comunidad se modifican hacia un paradigma carente de proyectos comunes y hacia una atomización del individuo.

Ante este escenario, en donde surge un sentimiento de desprotección, falta de pertenencia y descontento, especialmente entre los frágiles y débiles, se buscan diversos chivos expiatorios (Rodríguez, 2017), con el fin de dilatar discusiones de fondo como las asociadas a las desigualdades, las privaciones materiales o las paradojas generadas dentro de las lógicas del libre mercado en escenarios locales. En particular, las “<<fuerzas del mercado>> en libre flotación extraterritorial contribuyen a poner en marcha [...] <<migraciones económicas [globales]>>” (Bauman, 2003: 98), con una escala y un alcance sin precedentes, producto de los requerimientos de mano de obra disponible en los mercados nacionales. Sin embargo, el fenómeno migratorio es situado en muchas ocasiones por los medios de comunicación, gobiernos y políticos, como una amenaza a la seguridad y la comunidad nacional, generando tensiones en los grupos que habitan un mismo barrio, con lo cual se aboga por la protección de las fronteras, la conservación de una identidad nacional original y, como Bauman (2003) plantea, por la noción de exclusivismo, es decir, la idea de que los “otros” colectivamente son una amenaza para “nosotros”.

Una paradoja similar se presenta en el barrio en estudio. La producción masiva de viviendas en altura responde a procesos de gentrificación en áreas centrales (Inzulza & Galleguillos, 2014), a la desregulación normativa municipal en Estación Central y al interés inmobiliario por generar proyectos altamente rentables. Como consecuencia de la masividad y tipologías edificatorias deficientes, se ha generado una precarización de las viviendas y un impacto negativo en el entorno urbano (Rojas-Symmes, 2020). Pese a esto, desde los medios de comunicación se construye una correlación entre la presencia migrante, sus prácticas cotidianas en el espacio público y el deterioro del barrio, entregando una imagen racializada y estereotipada, que incluye situaciones de delincuencia, conflictos vecinales y políticas de control que han acontecido desde la administración municipal (Stefoni & Brito, 2019; Dammert & Erlandsen, 2020).

Así, por ejemplo, habitar hoy en el barrio Pila del Ganso en Estación Central, Santiago de Chile, significa vivir en “el infierno de[...] la Pequeña Caracas” (Gamba, 29 de mayo de 2023). De esta manera, se puede observar que, a partir de este imaginario producido, por una parte, se hace suponer que antes de la llegada de migrantes al sector todo era mejor, pese a ser Zona de Renovación Urbana (Ilustre Municipalidad de Estación Central, 2017) y, por lo tanto, donde ya existía un deterioro tal que eran necesarias políticas municipales de mejoramiento, renovación, rehabilitación o remodelación urbana. Y, por otra parte, se rompe cualquier intento por comprender la amplitud de prácticas migrantes, los motivos de sus protagonistas y sus “tácticas” (De Certeau, 1996) para sacar provecho de las circunstancias y sus efectos en el territorio.

Es decir que, frente a las lucrativas pero precarias condiciones de habitabilidad generadas por el sector inmobiliario (Rojas-Symmes, 2020), no existen voces ni ciudadanos: es un espacio hiperdensificado, pero sin visibilidad y sin habitantes. Es por ello que, si bien existen estudios sobre las condiciones de habitabilidad al interior de las viviendas del barrio, se hace sumamente necesario investigar la diversidad de prácticas espaciales cotidianas que las personas migrantes realizan en el espacio público, dada la ausencia de estudios y puesto que en este espacio es donde las personas adquieren visibilidad en la ciudad.

La presente investigación identifica las prácticas cotidianas de personas migrantes que son usuarias del espacio público en el barrio Pila de Ganso, en Estación Central, Santiago de Chile, con alta presencia de edificaciones en altura, respecto de sus lógicas de localización, tipos de usos y percepciones de los usuarios migrantes en este espacio común. El artículo se divide en cuatro partes. Primero, se entrega un marco teórico respecto a las prácticas cotidianas espaciales de migrantes como estrategias y tácticas y como apropiación territorial. Luego, se explica la metodología de carácter exploratoria y cualitativa, incluyendo observación con participación moderada en cuadrantes del Barrio Pila de Ganso y entrevistas a migrantes respecto a elementos arquitectónico-urbanos que condicionan sus usos y percepciones del espacio. Los resultados muestran que estas prácticas cotidianas con usos diversos del espacio público activan un barrio precarizado con nuevos tipos de comercio migrante y con prácticas recreacionales o sociales, que son ilustrativas para las actuales agendas de diseño urbano de escala barrial.

Marco Teórico

Prácticas cotidianas espaciales de migrantes como estrategias y tácticas

Para De Certeau (1996) “las prácticas cotidianas competen a un conjunto extenso, de difícil delimitación y que provisionalmente podríamos designar bajo el título de procedimientos” (p. 51). Tales procedimientos, se sitúan dentro de las “artes de hacer” mediante las cuales la gente se reapropia de un espacio previsto para ciertos fines estratégicos, sin que con ello se conforme un nuevo orden, o se establezca un dominio total sobre un lugar.

En cierto sentido, mientras el poder es una microfísica (Foucault, 2019), entendida como una red entre instituciones, discursos o cosas (Agamben, 2011), tendida por dispositivos que siempre tienen una función estratégica concreta y que resultan del entrecruzamiento de redes de saber y poder, las prácticas cotidianas son un tipo de microfísica de las resistencias. O sea, acciones tácticas dentro del orden tendido que no buscan establecer un discurso o un nuevo orden, sino que simplemente sacan provecho de las “lenguas recibidas y sometidas a sintaxis prescritas [y] trazan las astucias de otros intereses y deseos que no están ni determinados ni captados por los sistemas donde se desarrollan” (De Certeau, 1996, p. XLIX).

En relación con lo anterior, De Certeau (1996) plantea una diferencia entre dos tipos de prácticas: estrategias y tácticas. Las primeras refieren a un “cálculo de relaciones de fuerzas que se vuelve posible a partir del momento en que un sujeto de voluntad y de poder es susceptible de aislarse de un ambiente” (De Certeau, 1996: XLIX). Son capaces de circunscribir un lugar como “propio”, a través del cual ejercen un manejo de las relaciones con una exterioridad distinta, en cualquier tipo de circunstancia. Así, “la racionalidad política, económica o científica se construye de acuerdo con este modelo estratégico [del poder]” (De Certeau, 1996: L).

Las tácticas, por su parte, se identifican con las antes señaladas prácticas cotidianas y microfísica de las resistencias. Constituyen un tipo de prácticas populares, decisiones y maneras de aprovechar las circunstancias y el tiempo, que se insertan en un lugar que no les es “propio”, pero desde el cual le vienen dadas, tanto oportunidades de reapropiación para fines individuales o colectivos, como condiciones y maneras de comprender el mundo. En este sentido, Lefebvre (2013) y Campos Medina & Soto-Labbé (2016) concuerdan en que toda práctica de resistencia espacial no puede surgir ex-novo, los lugares poseen ya significado. Ello no implica que todo lugar llegue a ser apropiado y, si es apropiado, tal apropiación “se presenta [...] hegemónica, en sentido gramsciano, nunca como absoluta” (Salcedo, 2002: 13), es decir, coyuntural o histórica.

También, se puede deducir que no toda práctica cotidiana es una práctica de resistencia, pero sí, generalmente, implica una resignificación de aquello que viene dado por el discurso y las prácticas hegemónicas. Adicionalmente a esto, Campos Medina & Soto-Labbé (2016) señalan que es necesario comprender que la apropiación territorial igualmente se da desde la propia corporalidad. Aún más, el lugar donde primero habita el ser humano es su cuerpo, pues:

juega un papel clave en el modelamiento de nuestra vivencia cotidiana, ya que su uso sistemático nos entrega inteligibilidad y familiaridad hacia nuestro entorno y, por lo tanto, nos provee de la seguridad básica que necesitamos en nuestros desempeños diarios (Campos Medina & Soto-Labbé, 2016: 27).

Esta seguridad es tal, que una vez habituados a un lugar, tal hecho se vuelve inconsciente. La corporalidad, en términos de Ortega y Gasset (1970), pasa a formar parte de nuestras creencias: cuando salimos a la calle, tenemos la certeza de que hay un suelo bajo nuestros pies. Como señala el filósofo “con las creencias propiamente no hacemos nada, sino que simplemente estamos en ellas” (Ortega y Gasset, 1970: 1). El caso del migrante, en cuanto extraño, puede echar ciertas luces sobre un modo de habitar diferente, pues para “conocer a fondo la categoría del extraño [toda persona] tiene que ir acostumbrándose a la contradicción” (Beck, 2007: 51).

Prácticas cotidianas espaciales de migrantes como apropiación territorial

De Certeau (1996) genera un marco en que las prácticas cotidianas pueden entenderse como tácticas, es decir, como acciones o astucias, insertas en un lugar dado que no pertenece a quienes las realizan. Esta forma de no pertenencia se vive de un modo especial desde los migrantes, quienes, al no ser originarios de las sintaxis prescritas o la lengua del lugar de destino, generan prácticas cotidianas diversas y permanentemente cuestionan el orden existente y el modo de producción espacial dominante. En cierta medida, el migrante vive una doble extrañeza: tanto en la pluralidad de sus prácticas cotidianas que resulta, a la vez, un extraño para los “otros” ya insertos en un lugar; como también respecto a sí mismo en múltiples sentidos (Medina, 2022).

Márquez & Correa (2015) señalan que este extrañamiento, puede producirse desde el momento en que el migrante decide abandonar su país. Por un lado, porque establece una diferencia con su comunidad, dado que migrar implica un cuestionamiento al lugar de origen, considerando que se puede vivir mejor en otro lugar. Mientras que, por otro lado, aun cuando abandona su comunidad el migrante reconoce que “con él o ella parten también las redes, los códigos culturales, el cariño, los conocimientos, las imágenes, los paisajes y por, sobre todo, el sentido de pertenencia e identidad” (Márquez & Correa, 2015: 25). Por ello, migrar implica un estado intermedio entre estar y no-estar, ser y no-ser.

Una vez en el destino, se encuentra con una extrañeza de su corporalidad y frente al territorio en que trata de insertarse. Así, mientras para quien nace en un lugar el cuerpo es algo inconsciente, común y seguro frente a los habitantes de un territorio, para el migrante la corporalidad empieza a acontecer, donde empieza a acontecer, es decir, "se vuelve algo consciente por su diferencia y singularidad […]. El andar, el vestir [...], el hablar y el pronunciar, pierden su naturalidad y transparencia, dejando de pasar inadvertidos, convirtiéndose en focos de atención y objetos de acción” (Campos Medina & Soto-Labbé, 2016, p. 27). Esto se hace especialmente patente en el espacio público, puesto que es en el transitar u ocupar la calle que aparece frente a las otredades (Carrión, 2003), es observado, visto o juzgado.

También vive una extrañeza en función de la espacialización de sus prácticas cotidianas en un territorio, dado que llega a un lugar que es y está siendo apropiado por grupos locales o de diferentes orígenes que actúan en función de otras modalidades de habitar y que tienen otra relación con el espacio, las palabras, las cosas y la vida social. Así, Ducci & Rojas-Symmes (2010) señalan que la forma en que los migrantes se adaptan al territorio y el tipo de prácticas cotidianas que llevan a cabo, son diversas y múltiples entre migrantes de diferentes orígenes. Por ejemplo, un migrante peruano no realizará ciertas prácticas cotidianas de la misma manera que un migrante colombiano.

En relación con esto último, en Chile existen estudios sobre prácticas cotidianas migrantes que se han centrado, principalmente, en la localización de ellos en el territorio de llegada y la relación con las colectividades que lo habitan. En este sentido, Ducci & Rojas-Symmes (2010), Rihm & Sharim (2019) e Inzulza et al. (2019), concuerdan en que las prácticas cotidianas de los migrantes tienen un mayor impacto y visibilidad en la medida en que se desarrollan en el espacio público. Los migrantes se encuentran en una permanente negociación entre las concepciones dominantes del espacio público que lo entienden, por una parte, en una separación estricta respecto al espacio privado-legalista (González, 2017) y con una función principal de aseguramiento de la libre circulación tecnocrática-funcionalista (Borja & Muxi, 2003; Escudero-Peña, 2017 ). Y, por otro lado, la necesidad de llevar a cabo prácticas que les permitan recomponer su identidad y su relación con el espacio que habitan.

Así, en los mejores casos, son integrados y revitalizan barrios antes deteriorados (Inzulza et al., 2019). Mientras que, en los peores, se enfrentan a formas de violencia física y/o simbólica producto de la teoría de la amenaza grupal (Bauman, 2003), o a una valoración excesiva del orden dominante por los nacionales frente a la cual “no se puede transgredir ni un poco porque ya te miran raro” (Rihm & Sharim, 2010: 9).

En estas dos últimas situaciones, pueden llevar a los migrantes a una marginación del entorno barrial, a relacionarse solo con personas connacionales o a mudarse a enclaves con mayor presencia de personas migrantes. Respecto a lo anterior, Margarit et al. (2022) y Stefoni (2015) explican que ello se produce por la necesidad de construir redes de apoyo mutuo y de transterritorialidad, es decir, de reapropiarse en barrios en donde sea posible un habitar cotidiano con fuertes referencias al espacio de origen y recomponer la identidad propia en otros territorios.

En este sentido, tales prácticas cotidianas pueden comprenderse como tácticas o prácticas de resistencia frente a la exclusión y a diversos tipos de violencia del dispositivo dominante (Agamben, 2011) que se expresan mediante actos como agresiones físicas o verbales, discursos de exclusivismo (Bauman, 2003) y conservadurismo, edificios hiperdensos y precarios, y prácticas espaciales de gentrificación en base a viviendas verticales para la inversión, entre algunos.

Metodología

El enfoque de la investigación es de carácter exploratorio y cualitativo. Se utilizan métodos propios de la disciplina arquitectónica como el análisis morfológico-planimétrico, análisis funcional barrial, registros fotográficos y mapeos para la evaluación de percepciones de residentes sobre su barrio. El barrio de estudio es Pila del Ganso ubicado en la comuna de Estación Central, en el límite poniente del anillo interior de Santiago de Chile, que está inserto en el centro de la Región Metropolitana (RM) (Figura 1).

Figura 1
Localización céntrica del barrio en la Región Metropolitana. Fuente: Elaboración propia en base a PLADECO (Ilustre Municipalidad de Estación Central, 2017).

Administrativamente, se localiza en la macrozona norte de la comuna, en la unidad vecinal 12 (Ilustre Municipalidad de Estación Central, 2017). Esta área se caracteriza por tener un uso de suelo mayoritariamente residencial, con viviendas tradicionales de 1 a 2 pisos, construidas para trabajadores de Laboratorios de Chile en la década de 1960 (Mora, 2023), y edificaciones en altura de entre 5-31 pisos, con hasta 1.036 unidades habitacionales por edificio, construidas, primero, en oleadas sucesivas entre los años 2008 a 2017 (Rojas-Symmes, 2020) y, segundo, otras posteriores finalizadas entre 2018 a 2023 (Mora, 2023).

Como primera etapa, se realizó una caracterización morfológica-planimétrica desde los elementos arquitectónico-urbanos del barrio, incluyendo el tipo de agrupamiento, antejardín, tipo de fachada, uso de suelo e intervalo de pisos de las edificaciones (Figura 2). Se tuvo como referencia la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones1 (MINVU, 2024) de Chile y el Plan de Desarrollo Comunal de Estación Central (Ilustre Municipalidad de Estación Central, 2017), o PLADECO2, así como una categorización propia desde la observación directa de las edificaciones. En el caso del agrupamiento, estos se dividieron en aislado, continuo y pareado, con o sin antejardín, y fachadas según si son de tipo tradicional (construida por Laboratorios de Chile) o diferentes (especial). El uso de suelo se dividió en residencial, comercial, mixto, variable e indefinido, y el intervalo de altura se definió en baja altura (1-3 pisos), mediana altura (4-12 pisos) y edificaciones en altura (13 o más pisos).

Figura 2
Establecimiento de tipologías edificatorias. Fuente: Elaboración propia, en base a Digimapas Chile (2020).

Al realizar el cruce de información se obtuvieron 21 tipologías edificatorias. Para su identificación se desarrolló un mapeo, utilizando como base la cartografía digital de Digimapas Chile (2020). Posteriormente, se establecieron 22 cuadrantes de análisis que sirvieron tanto para el levantamiento de las tipologías edificatorias como para la identificación de las prácticas cotidianas migrantes, pudiendo establecer además con precisión las dimensiones de las vías, según tipos de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) de Chile (MINVU, 2024) y metros cuadrados de áreas verdes. Con toda esta información, se realizó la digitalización de los resultados para un mejor análisis y cruce de información dentro de un archivo digital único.

Observación con participación moderada y clasificación de prácticas cotidianas migrantes

Se realizaron cinco visitas a terreno entre la primera quincena de febrero y fines de abril de 2024. En la primera visita, mediante una observación con participación moderada (Hernández-Sampieri et al., 2014) se recorrieron los 22 cuadrantes del barrio con una bitácora, observando todo tipo de prácticas que implicaran un grado de permanencia en el espacio público. En ciertos lugares de alta presencia de personas migrantes, dado que la presencia permanente del investigador resultaba extraña como una persona ajena al lugar, se decidió como estrategia, comprar productos alimenticios tradicionales de otros países y, de esta forma, aprovechar esos espacios para conversar y generar espacios de confianza con los usuarios del lugar, preguntándoles sobre el barrio, sus características y los cambios socio espaciales que ellos evidenciaban durante el día. Esta visita permitió establecer dos tipos de prácticas cotidianas principales para el análisis: comerciales o laborales y de socialización o recreación.

En la segunda visita, se recorrieron los cuadrantes seleccionados y se mapearon las prácticas comerciales asociadas a locales comerciales migrantes (LCM). Para tal ejercicio, se usaron como identificadores letreros con referencias explícitas a una nacionalidad, indicaciones de vecinos sobre negocios con dueños migrantes y/o se preguntó directamente a trabajadores o locatarios tras comprar algún producto. En las últimas tres visitas, se mapearon prácticas comerciales asociadas a locales comerciales migrantes (LCM), comercio ambulante migrante (CAM) y de socialización-recreacionales en tres horarios (mañana, tarde y tarde-noche) y días distintos.

Entrevistas semiestructuradas a usuarios migrantes del espacio público y mapeo tipo FODA

Se llevó a cabo una entrevista semiestructurada a los dos tipos de usuarios con mayor presencia y cuyas prácticas cotidianas son permanentes en el barrio, es decir, los usuarios de locales comerciales migrantes (LCM) y de comercio ambulante migrante (CAM). La elección de los 8 entrevistados divididos, en 4 usuarios LCM y 4 usuarios CAM, se realizó de manera aleatoria en el lugar e incluyó un mapeo basado en un análisis FODA con el cual se logró espacializar las percepciones de los usuarios migrantes. Además, debido a los usos distintos del espacio público dependiendo de si los usuarios eran CAM o LCM, se usaron dos tipos de cuestionarios similares que buscaron establecer relaciones entre ambos tipos de usuarios y profundizar en aspectos específicos de cada uno.

El cuestionario de la entrevista, el cual fue propuesto siguiendo los protocolos de ética respectivos, lo que incluye la protección de los datos personales mediante la utilización de nombres ficticios, se estructuró en dos ejes que evaluaron las prácticas cotidianas comerciales (eje 1) y de socialización o recreación (eje 2), de forma de contrastar las respuestas con los hallazgos previos de la investigación. A cada entrevistado se le entregó un plano del barrio donde, a través del dibujo y escritura de observaciones, señalaron las principales fortalezas (verde), oportunidades (azul), debilidades (rojo) y amenazas en el barrio (naranjo).

Resultados y Discusión

Tipos de prácticas cotidianas en el espacio público de usuarios migrantes

Respecto a las prácticas cotidianas comerciales de usuarios migrantes en el espacio público se observan dos tipos según los usuarios identificados: unas asociadas a dueños o trabajadores de locales comerciales migrantes (LCM) y otras al comercio ambulante migrante (CAM). En ambas prácticas se identifica que existe una mayor localización en torno al metro San Alberto Hurtado y las dos avenidas más próximas a éste: Toro Mazotte y Libertador Bernardo O’Higgins. También se observa que existe una relación entre la presencia de edificaciones en altura y las prácticas comerciales, pese a los escasos aportes que generan en sí mismas. Así, en el primer caso, solo 2 de 23 edificios presentan LCM en primera planta, aunque una gran parte de LCM se ubican próximos a estas edificaciones.

Mientras que, en el segundo, si bien la presencia es escasa considerando todas las edificaciones (Figura 3), incluso en el horario de mañana de mayor presencia junto a diferentes edificios (6 de 23), cerca del 50% de los comerciantes ambulantes, en los distintos horarios, se concentran frente a los edificios, que se encuentran en vías de servicio como Avenida Toro Mazotte y Coronel Souper, donde están la mayor parte de edificaciones en altura. Esto puede explicarse como una decisión táctica, frente a la alta presencia de población migrante en las edificaciones del sector con hasta 83,7% del total poblacional por manzana censal (INE, 2018), a la cantidad de personas que transitan desde el Metro San Alberto Hurtado, pero también, debido a la proximidad al lugar de residencia de los mismos usuarios (7 de los 8 entrevistados son residentes de edificios del sector).

Figura 3
Comercio ambulante próximo a edificaciones en altura. Fuente: Elaboración Propia.

Con respecto a los modos de apropiación del espacio público construido, se hallaron 5 modos que guardan relación con (a) el tipo de vías donde se localizan, (b) con la relación entre la fachada y las secciones de la acera inmediata (Inzulza et al., 2019), y (c) con los tipos de elementos que se disponen sobre la acera. Así, el primer caso identificado es el de apropiación móvil del CAM, que se caracteriza por un uso exclusivo de la Zona de mobiliario urbano (ZMU), mayoritariamente en vías de servicio (Figura 4) y por una menor o mayor complejidad que depende de la cantidad de elementos dispuestos sobre la ZMU y los productos que se venden (Figuras 5, 6 y 7).

Figura 4
Vía de servicio tipo. Fuente: Elaboración Propia.

Figura 5
Tipologías de comercio ambulante según elementos sobre el espacio público. Fuente: Elaboración Propia.

Figura 6
Tipologías de comercio ambulante migrante. Fuente: Elaboración Propia.

Figura 7
Tipologías de comercio ambulante migrante. Fuente: Elaboración Propia.

De esta manera, se reconoce que los puestos más básicos, disponen solo de un paño o bandejas para la venta y transporte de productos como cigarros, fármacos y ropa. Mientras que, los más complejos instalan tiendas, donde se dispone de multiplicidad de productos y mobiliarios como toldos, sillas y mesas para la permanencia de clientela en el lugar.

En el segundo caso, están los LCM de actividad solo interior con uso de mobiliario en el frente de fachada, donde las prácticas comerciales se desarrollan sólo al interior del local y que suelen estar presentes en todos los tipos de vías del barrio. El tercer caso, se trata de las fachadas publicitarias, donde los vendedores utilizan el frente de fachada del LCM, estando de pie o disponiendo sillas, para atraer clientes hacia el interior del local. Este caso es especialmente notorio en vías expresas del barrio, donde los barberos tienen una presencia constante a lo largo del frente de fachada de avenidas como Libertador Bernardo O’Higgins. El cuarto caso es la vereda publicitaria, en que se disponen mobiliarios y/o vendedores, sobre el frente de fachada y la ZMU para atraer clientes hacia el interior del local, sin que ello implique una permanencia de ellos. Tal situación se observa más frecuentemente en los minimarkets de vías de servicio como Avenida Toro Mazotte.

Por último, se encuentran las veredas “privatizadas”, en que se hace ocupación de la ZMU con mobiliarios para atraer al cliente hacia el local, pero también para su permanencia y comodidad, de tal manera que los límites entre espacio privado y público se desdibujan, como es el caso de dos restaurantes peruanos identificados en la vía colectora Avenida 5 de abril (Figura 8).

Figura 8
Vía colectora tipo. Fuente: Elaboración Propia.

Estos cinco modos de relación entre las prácticas comerciales migrantes con el espacio público dan cuenta de usos diversos que ponen en cuestión, en menor o mayor grado, la comprensión abstracta-dominante (Lefebvre, 2013) del espacio público-legalista (González, 2017) y tecnocrática-funcionalista (Borja & Muxi, 2003; Escudero-Peña, 2017). Los usuarios de los LCM suelen hacer un uso frecuente de las aceras del barrio, extendiendo más allá del espacio interior las prácticas comerciales, con lo cual se provocan situaciones cotidianas de ruptura de la mecanicidad del libre transitar, que incitan a una permanencia o al establecimiento de un diálogo vecinal, sin que ello implique un bloqueo o interrupción de la franja de circulación.

Por último, se identificaron tácticas de especialización y de localización asociadas a modos de apropiación del espacio relacionados con el origen de las personas migrantes y los horarios en que se llevaban a cabo las prácticas comerciales. En el caso de los LCM (Tabla 1), se observa una constancia en el funcionamiento de los locales durante los días que se realizaron visitas a terreno. También se constata que existe una predominancia de LCM de nacionalidad venezolana (59,7% de los LCM), en donde los minimarkets con productos importados y las barberías constituyen los principales nichos de negocio, aun cuando tienen presencia en la diversidad de rubros identificados.

Tabla 1
Tipos de locales comerciales por nacionalidad. Fuente: Elaboración Propia.

Por otra parte, también se identificó la especialización de ciertas nacionalidades en tipos de negocios. Así, los restoranes/locales de comida son principalmente de nacionalidad peruana (53,8%), las verdulerías haitianas (66,7%), las barberías dominicanas (52,9%) y las empresas de remesas uruguayas (100%). Incluso estas dos últimas tienen a los respectivos rubros como los únicos que desarrollan en el barrio.

Respecto al CAM, se evidencia que los resultados son variables dependiendo de los diferentes horarios del día. De esta forma, durante el horario de la mañana (Tabla 2), existe una predominancia de comerciantes ambulantes de nacionalidad venezolana (47,1%) y haitiana (44,3%). En este caso, es especialmente interesante notar que el CAM de nacionalidad haitiana tiene la mayor presencia en casi todos los tipos de actividad (a diferencia de su presencia en los LCM) con excepción de la comida preparada, la cual para el CAM de nacionalidad venezolana representa el 81,8% de sus actividades.

Tabla 2
Tipos comercio ambulante por nacionalidad en el horario mañana. Fuente: Elaboración Propia.

Posteriormente, en el horario de tarde, se evidencia una disminución de la venta de comida preparada y un aumento en la venta de otros productos como frutas, verduras, condimentos, y artículos para el hogar, pese a lo cual, la comida preparada sigue siendo predominante. Esto implica un aumento del CAM de usuarios de nacionalidad haitiana (49,2%) y de otras nacionalidades (colombiana, peruana y dominicana), así como una disminución de aquellos de nacionalidad venezolana (33,8%). Ello se refleja espacialmente en una menor concentración de CAM en Toro Mazotte y un aumento en Avenida Libertador Bernardo O’Higgins, cerca del metro San Alberto Hurtado, lo cual da cuenta de una intencionalidad en los modos de localización.

Por último, durante la tarde-noche (Tabla 3) se presenta la mayor concentración y diversidad de CAM en el barrio, donde se conforma una calle activa en Avenida Toro Mazotte, en que la comida preparada (37,7%) y venta de ropa, bisutería y calzado (15,7%) se vuelven las principales actividades, donde el CAM venezolano (70,1%) toma un claro protagonismo. Con esto, también aparecen otros productos como fármacos, cigarros y productos de belleza, que tenían escasa presencia en los horarios anteriores. Sobre esta situación, es igualmente interesante el aumento cuantitativo del CAM (de 65 a 127 puestos) y, en particular, de grupos como los usuarios dominicanos, especializados en vender productos y servicios de estética (al igual que en los LCM), así como en la presencia de prácticas de socialización-recreacionales asociadas al comercio y a la escasez de áreas verdes barriales, siendo la calle activa el lugar con mayor permanencia de este tipo de prácticas en el espacio público.

Tabla 3
Tipos comercio ambulante por nacionalidad en el horario tarde-noche. Fuente: Elaboración Propia.

En relación con el reconocimiento de la calle activa en Avenida Toro Mazotte, esta es quizá el caso más evidente de una comprensión heterogénea y diversa a la concepción tecnocrática-funcionalista del espacio público, puesto que existen tres tipos de cuestionamiento. Primero, a los espacios que deben ser usados para la socialización, recreación y trabajo, en un contexto de ausencia de ellos en el barrio y la vivienda. Segundo, a los horarios y días en que deben realizarse, dentro de una realidad de jornadas laborales extensas (como se verá posteriormente). Y, tercero, al espacio “nacional”, en un contexto de globalización, en cuanto se hace necesario un grado de transterritorialidad (Ducci & Rojas-Symmes, 2010) y reapropiación de un territorio estigmatizado por condiciones como la alta presencia migrante y la delincuencia barrial, mediante prácticas cotidianas que permiten insertar fuertes referencias a aquel territorio originario en otro rincón del planeta.

Prácticas cotidianas en el espacio público desde la perspectiva usuaria migrante

Se puede comprobar que a partir de la perspectiva migrante existen tres tipos de hallazgos por eje: unos que aportan nueva información a los resultados previos, otros que los corroboran o complementan, y unos últimos que los contradicen. Así, respecto al eje comercial/laboral, se puede señalar que la mayor parte de la información corrobora o complementa los hallazgos. En el caso del CAM y del LCM, se corroboran las tácticas de localización en cuanto la totalidad de los entrevistados declaran haber elegido el barrio para vender, debido al alto flujo de personas y presencia de migrantes en las edificaciones en altura, por la cercanía a sus viviendas. Además, de una percepción general de estar en un “barrio comercial” asociado al metro San Alberto Hurtado, Av. Libertador Bernardo O’Higgins y Av. Toro Mazotte, coincidiendo este punto con las principales fortalezas identificadas en los mapeos del barrio. En este sentido, José Roberto (entrevistado venezolano de LCM) señala que la elección se debe “[al] flujo de gente […] por el metro, por los colectivos […]. Mucho migrante, por los edificios y la cercanía al metro. Es un punto estratégico”.

Relacionado a esto, como resultados complementarios, tal cercanía a las viviendas se explica en el caso del CAM, por la posibilidad de transportar y guardar con facilidad la mercancía cotidianamente desde sus departamentos (7/8 vive en edificaciones en altura) y también de escapar o esconderlas en la conserjería de sus edificios cuando acuden fiscalizadores municipales o policías.

Otra parte de los hallazgos complementarios refieren a la identificación, por parte de los usuarios de LCM, de la carencia y mal estado de las áreas verdes, la presencia de microbasurales y de comercio ambulante como las principales características del espacio público para mejorar. Esto reafirma lo observado en el lugar, pero contrasta con las respuestas del CAM, para quienes el espacio está en perfecto estado, puesto que nada impide que ellos puedan trabajar. Quizás tal situación podría explicarse por la adaptabilidad necesaria de estos usuarios frente a las precarias condiciones del entorno.

Por otra parte, en relación con hallazgos nuevos, fue interesante notar que no existe una relación directa entre los años de residencia y el tipo de usuario que se es; y, también que, tanto los usuarios del CAM como de los LCM, tienen extensas jornadas laborales que pueden llegar hasta las 112 horas semanales. Así, Antoninne (entrevistada haitiana de CAM) indica que “todos los días trabajo. Año nuevo no trabajo. Trabajo todos los días, entro a las 6 [AM] hasta las 10 [PM], a veces termino 8.30, 9 de la tarde”.

Esto podría ser una de las posibles causas de por qué se pudo observar a usuarios de los LCM en el espacio público barrial durante el horario nocturno. También se podría explicar por extensión y por qué se da un uso más intensivo al espacio público en este horario, y, viceversa, por qué existe un CAM que aumenta en el horario nocturno. Con ello, también se da cuenta de que, como Borja & Muxi (2003) señalan, finalmente son los pobres y marginados de la sociedad quienes necesitan ocupar más intensivamente el espacio público, especialmente para subsistir.

Por último, relacionado a los hallazgos contradictorios, los usuarios de LCM negaron parcialmente utilizar el espacio público frente a los locales. Inicialmente este resultado fue del todo contradictorio al constatar tales prácticas mientras se realizaban las entrevistas. Sin embargo, uno de los entrevistados indicó que esto no se puede hacer porque han recibido advertencias por parte de la municipalidad: “antes ocupábamos unos flyers [carteles de promoción], pero la verdad siempre hasta donde empieza el negocio, porque no nos permiten hacerlo afuera [las autoridades municipales]” (Kelvin, entrevistado dominicano de LCM).

Esto permitió identificar una clara forma de prácticas de resistencia (De Certeau, 1996) respecto a las prácticas comerciales, puesto que mientras la concepción hegemónica-dominante del espacio público trata de controlar estas prácticas, a través del ejercicio de fiscalizaciones o el retiro de permisos municipales, los usuarios de LCM ejercen sus prácticas cotidianas comerciales en la medida de lo posible y siempre atentos a sacar provecho de las circunstancias.

Por otra parte, en relación con el eje de uso social/recreativo, la mayor parte de los hallazgos complementan o corroboran los resultados previos. De esta forma, por ejemplo, nuevamente se comprueba la inexistencia de espacios para la socialización o recreación dentro del barrio, lo que implica que ambos tipos de usuarios deban salir de la comuna, principalmente al Parque Quinta Normal y al Parque O’Higgins, o bien suplir estas necesidades utilizando el escaso espacio público disponible en el barrio, como sucede con la calle activa de Avenida Toro Mazotte. Relacionado a esto último, si bien los entrevistados identifican a la Avenida Toro Mazotte como el mayor punto de prácticas de socialización, también lo reconocen como el de mayor conflictividad producto de disputas por el uso del espacio.

Igualmente, cabe constatar que, a partir del análisis FODA, son la escasez de áreas verdes y los conflictos en el barrio, las principales debilidades para los usuarios migrantes. Mientras que, las amenazas, se asocian a un posible agravamiento de la delincuencia y la falta de soluciones frente a ella en la Av. Toro Mazotte. Pese a esto, se verifica que tales conflictos entre personas migrantes y/o no migrantes, o entre CAM y LCM, parecen ser prácticamente inexistentes. Así, Antonio (entrevistado venezolano de CAM) dice que: “la verdad nunca he tenido ningún tipo de problemas con nadie. Al contrario, ha habido oportunidades como ayer, que hubo lluvia, no trabajamos y más bien la gente se preocupa, nos pregunta”.

Adicionalmente, se corrobora que existe un uso social o recreativo del espacio público asociado a las prácticas comerciales, pero cuya permanencia es de carácter transitorio. En el caso de los LCM, para los clientes depende del rubro comercial y en el de los trabajadores solo en la medida que los dueños lo permitan. Así, para los clientes, en unos el espacio público se usa para comer y en otros para esperar un servicio o atención, pero siempre de manera transitoria; y para los trabajadores, en la mayoría de los casos no socializan ni se recrean en el espacio fuera del local.

Por otro lado, en el caso del CAM los clientes igualmente tienen mayormente una permanencia transitoria, pero existe una parte de ellos que tienen una permanencia constante. Generalmente, estos son conocidos, vecinos o familiares de los usuarios que se quedan conversando y/o incluso ayudando en el puesto, con lo que se generan redes de apoyo migrante (Stefoni, 2015; Margarit et al., 2022). En concomitancia con esto, María Teresa (entrevistada venezolana de CAM) señala que “[lo] que hago es a veces converso con mi vecina que llega del trabajo en la tarde y ella me ayuda con el puesto”.

Respecto a nuevos hallazgos, es interesante notar que la totalidad de usuarios migrantes señalan la inexistencia de un “sentido de comunidad”, tanto entre LCM como en el CAM, principalmente, porque en ambos casos no se suele establecer relaciones más allá del lugar de trabajo. Sin embargo, las respuestas varían en ambos casos al preguntar por las “redes de apoyo”, ya sea con otros LCM/CAM o con personas de la misma nacionalidad. En el caso del LCM un trabajador señaló que “a veces viene el vecino de la botillería a comprar cosas que no venda allí, o la de la heladería porque no tiene de esto otro, y así” (José Roberto, entrevistado venezolano de LCM), mientras el resto señala que las relaciones son inexistentes.

Por otra parte, en el caso del CAM, todos señalaron que existe un apoyo que se da de parte de personas de diferente nacionalidad, ya sea comprando o ayudando con el cuidado y transporte del puesto, probablemente, dado los riesgos de decomiso de los productos, de pérdida de permanencia en el país y de las precariedades asociadas al comercio ambulante.

Esto último da cuenta de adaptaciones de los usuarios que, constantemente, se enfrentan a condiciones laborales y de la ciudad que son precarias y, frente a las cuales, a través de las entrevistas y mapeos, no sólo se limitan a reconocerlas, sino que plantean soluciones, tales como, un nuevo mercado, pasajes comerciales o adaptaciones a las edificaciones y espacio público existentes para responder efectivamente a las problemáticas expuestas sobre su habitar y sobre el barrio.

Conclusiones

La investigación genera aportes en cuanto no existen trabajos previos sobre lo que ocurre fuera de las edificaciones en altura del barrio Pila del Ganso ni registros de la calle activa de Avenida Toro Mazotte, o estudios sobre la relación entre prácticas y espacio público en el barrio, más allá de su criminalización. Adicionalmente a esto, existen aportes generados a partir de la caracterización barrial, sobre la cual fue posible evidenciar los problemas que hacen las nulas contribuciones que hacen las edificaciones en altura al entorno barrial y el consecuente aprovechamiento de las edificaciones tradicionales o del espacio público próximo a estos edificios que deben hacer los usuarios migrantes, como tácticas de localización que permiten una cercanía al trabajo, transporte de mercancías o para la huida y escondite de los elementos de trabajo ante las fiscalizaciones de la autoridad.

Igualmente, se demuestra que, tanto el CAM como los LCM, hacen un uso diverso del espacio público, con diferentes ocupaciones de las secciones de la acera y distintas relaciones entre los elementos que se disponen y los modos de utilización del espacio. Además, se evidencian patrones de localización en ciertas vías, rubros especializados de actividad comercial según nacionalidad, cambios en la intensidad, en las actividades y nacionalidades que usan el espacio público según los horarios del día, y actividades menores que, finalmente, muestran su relacionalidad con las prácticas comerciales.

Con la evaluación de percepciones, motivaciones y estrategias de los usuarios migrantes, se obtuvieron los principales hallazgos acerca de los dos tipos de prácticas identificadas por eje. En el caso del eje de uso comercial o laboral, los principales guardan relación con el reconocimiento de una fortaleza en que éste sea un barrio comercial, de alta presencia migrante y flujos de personas, especialmente, para poder trabajar, independientemente de las condiciones del entorno físico. Además, se evidencian los extensos horarios laborales y el correlato que esto tiene con la conformación de la calle activa de Avenida Toro Mazotte para la vida comercial y social barrial, así como la autonegación de las prácticas cotidianas que los usuarios llevan a cabo, por causa de las prohibiciones o sanciones que tratan de “normalizar” el libre tránsito en las aceras.

En el eje de uso social o recreativo, tienen relación con la ausencia de espacios destinados para estas prácticas, la relación directa que existe entre la conformación de redes de apoyo social y el espacio laboral-comercial, y la concepción de este como un barrio con pocos conflictos entre personas, aunque exista un grado de delincuencia que es percibida como la principal debilidad y amenaza por los mismos usuarios migrantes.

De esta manera, a través de los resultados obtenidos, es posible concluir que las prácticas cotidianas de los usuarios migrantes implican adaptaciones, tácticas o astucias cotidianas que se producen como consecuencia de las condiciones dadas en el espacio dominante, ya sea por el entorno construido o por la localización en el espacio público. Ahora bien, en cuanto son “extraños”, estas tácticas diversas conllevan una reapropiación territorial que da cuenta de la necesidad de insertar un grado de transterritorialidad al espacio local, en un contexto global donde las fronteras se diluyen (Bauman, 2003; Soja, 2008) y existe la posibilidad de producir un espacio con fuertes referencias al país de origen junto con connacionales o personas de diferentes países, dentro de un mismo barrio.

Sin embargo, pese a estas diferencias, también es posible encontrar coincidencias entre la evaluación migrante de los problemas del barrio y los imaginarios creados sobre él. Como fuera señalado, la mayoría de los migrantes participantes coincidió en identificar la delincuencia, la alta presencia de CAM y el entorno físico barrial, como las principales debilidades y amenazas futuras. Empero lo que varía son las soluciones propuestas por los propios habitantes del territorio.

Finalmente, es importante señalar que este tipo de situaciones reconocidas dan pie a cuestionamientos sobre el enfoque reactivo del Estado chileno y los medios de comunicación frente al problema de la migración, que, mediante la instalación de imaginarios de conflictos permanentes y de un enemigo colectivo común, se niegan a reconocer la mirada migrante en tanto habitantes de un territorio, o como sujetos ciudadanos, cerrando de antemano posibles soluciones que podrían venir desde las mismas personas que habitan efectivamente el territorio.

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  • Cómo citar:
    Inzulza Contardo, J. & Sandoval Flores, D. (2025). Prácticas cotidianas migrantes en el espacio público en torno a edificaciones en altura. El caso del Barrio Pila de Ganso en Santiago, Chile. urbe. Revista Brasileira de Gestão Urbana, v.17, e20240220, 2025. https://doi.org/10.1590/2175-3369.017.e20240220
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  • Editor responsável:
    Luis Alberto Salinas Arreortua

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    17 Mar 2025
  • Fecha del número
    2025

Histórico

  • Recibido
    09 Set 2024
  • Acepto
    06 Ene 2025
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