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El Archivo de Archivos: un latinoamericanismo eurocéntrico en la psiquiatría y la criminología de principios del siglo XX

The archive of Archivos: an Eurocentric Latin-Americanism in the psychiatry and criminology at the beginnings of the 20th century

Resúmenes

Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines (dirigida por José Ingenieros, y editada entre 1902 y 1913) juega un papel clave, a nivel nacional y continental, como instancia privilegiada para consolidar la psiquiatría y la criminología como disciplinas científicas. Esta publicación crea una red latinoamericana -sin precedentes- de autores e ideas, con centro en Buenos Aires. Este trabajo considera el tipo de identidad latinoamericana que se perfila en esta publicación y el tipo de culturas populares que se modelizan indirectamente a partir de los casos allí estudiados.

psiquiatría; criminología; positivismo argentino


The journal Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines (directed by José Ingenieros and edited between 1902 and 1913) plays a key role at national and continental level, as a privileged instance to consolidate the psychiatry and the criminology as scientific disciplines. This publication creates an unprecedented Latino American network of authors and ideas in these fields, with a center in Buenos Aires. This article considers the type of Latino American identity that it outlines and the type of popular cultures that are indirectly modeled from the cases studied.

psychiatry; criminology; Argentine positivism


DOSSIÊ: INTELECTUAIS E CIRCULAÇÃO DE IDEAS NA AMÉRICA LATINA

El Archivo de Archivos: un latinoamericanismo eurocéntrico en la psiquiatría y la criminología de principios del siglo XX* * Autora convidada. ** Pesquisadora do CONICET. Contato: jjbalsa@isis.unlp.edu.ar [

The archive of Archivos: an Eurocentric Latin-Americanism in the psychiatry and criminology at the beginnings of the 20th century

Alejandra Mailhe** * Autora convidada. ** Pesquisadora do CONICET. Contato: jjbalsa@isis.unlp.edu.ar [

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina

RESUMEN

Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines (dirigida por José Ingenieros, y editada entre 1902 y 1913) juega un papel clave, a nivel nacional y continental, como instancia privilegiada para consolidar la psiquiatría y la criminología como disciplinas científicas. Esta publicación crea una red latinoamericana –sin precedentes– de autores e ideas, con centro en Buenos Aires. Este trabajo considera el tipo de identidad latinoamericana que se perfila en esta publicación y el tipo de culturas populares que se modelizan indirectamente a partir de los casos allí estudiados.

Palabras clave: psiquiatría, criminología, positivismo argentino

ABSTRACT

The journal Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines (directed by José Ingenieros and edited between 1902 and 1913) plays a key role at national and continental level, as a privileged instance to consolidate the psychiatry and the criminology as scientific disciplines. This publication creates an unprecedented Latino American network of authors and ideas in these fields, with a center in Buenos Aires. This article considers the type of Latino American identity that it outlines and the type of popular cultures that are indirectly modeled from the cases studied.

Keywords: psychiatry, criminology, Argentine positivism

Introducción

En el desarrollo de la psiquiatría y la criminología positivista de entresiglos, la revista Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines juega un papel clave, como instancia privilegiada para consolidar estas áreas como disciplinas especializadas a nivel nacional y continental.[1 1 ] Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines. Buenos Aires: La Semana Médica, 1902-1907; Penitenciaría Nacional, 1907-1913. En adelante, Archivos. [ ]

Con el antecendente de Criminalogía moderna (la revista que dirige Pietro Gori y de la que se editan veinte números a fines del siglo XIX),[2 2 ] En Criminalogía moderna (Buenos Aires, 1898-1901), José Ingenieros publica algunos de sus primeros trabajos en el área psiquiátrico-criminológica, colaborando además en la dirección de la revista. Archivos se inicia precisamente poco después de que Criminalogía moderna deja de editarse. [ ] Archivos implica un avance significativo, entre otras cosas por la creación de una red latinoamericana de autores e ideas con centro en Buenos Aires. La revista es fundada por Francisco de Veyga, quien pergenia una publicación capaz de continuar la de Pietro Gori, pero alcanzando mayor amplitud.[3 3 ] Ver BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros. Buenos Aires: El Ateneo, 1953. [ ] Dirigida a partir de 1902 por José Ingenieros, Archivos se instala como una de las publicaciones más prestigiosas a nivel continental. De edición bimestral, desde 1907 funciona como órgano oficial del Instituto de Criminología, en cuya penitenciaría es impresa por los mismos penados que son objeto de estudio por parte de la revista.[4 4 ] El itinerario editorial de la revista pone en evidencia su proceso de consolidación institucional, asegurando su continuidad por más de diez años: Archivos comienza a editarse en Buenos Aires, desde 1902, por la Revista Nacional; desde 1903 se edita a través de La semana médica, y a partir de 1907 (cuando Ingenieros crea el primer Instituto de Criminología, en la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires, asumiendo como su primer director), empieza a imprimirse en los talleres gráficos de la Penitenciaría Nacional; ver: BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.75. [ ] Su continuidad por más de diez años, y la participación de numerosos –y a menudo destacados– autores latinoamericanos y europeos, convierte a Archivos en un Archivo privilegiado para reflexionar sobre algunos aspectos de la historia intelectual y de la historia de las ideas ligadas al positivismo argentino y latinoamericano, hegemónico a principios de siglo.

En este trabajo me interesa en especial poner en juego ese doble enfoque teórico-metodológico, para analizar el tipo de identidad latinoamericana que se perfila a través de la red de vínculos intelectuales que traza esta publicación, y considerar el tipo de culturas populares que se modelizan indirectamente, a través de los casos allí estudiados.

La consolidación exitosa de una revista científica

En la Europa de entresiglos, las revistas científicas se convierten en un pilar clave de la investigación moderna. Para Duclert y Rasmussen, colaboran en la transformación de los saberes y de las prácticas científicas, al jugar un papel importante en la creciente profesionalización, en la especialización en disciplinas particulares, y en su internacionalización.[5 5 ] DUCLERT, Vincent; RASMUSSEN, Anne. Les Revues scientifiques et la dynamique de la recherche. In: PLUET-DESPATIN, Jacqueline et alt. La Belle Époque des Revues, 1880-1914. Paris: L'Imec, 2002. [ ] Las publicaciones de larga duración, con un apoyo institucional claro (por parte de academias, escuelas o sociedades científicas), evidencian hasta qué punto publicar se transforma en una ocupación profesional organizada.

Las revistas crean así redes crecientes de interacción, en un auténtico intertexto científico que despliega una función acumulativa indispensable para el funcionamiento colectivo de la ciencia moderna. Como parte de estas transformaciones modernizadoras, las revistas científicas de esta etapa editan incluso trabajos en curso, para responder a la búsqueda de una actualización permanente, convirtiéndose en emblemas de la creatividad científica (en desmedro del libro, asociado más bien a la conservación de una ciencia ya prefijada). Además, las normas de esa ciencia en proceso de internacionalización homogeneizan las publicaciones científicas (por ejemplo a través de la codificación formal de citas, títulos etc.), alcanzando así una creciente legibilidad internacional. A la vez, se transforman en el lugar de encuentro de investigaciones internacionales, como mediación ideal en la recepción de lo producido fuera. En este sentido, un elemento clave es el registro crítico de lo editado en la sección bibliográfica, que convierte a las revistas en verdaderos "libros de libros". También la composición de los comités de redacción y la edición plurilingüe, entre otros elementos, refuerzan esa dimensión internacional.

Archivos es un ejemplo paradigmático de este tipo de revistas científicas surgidas en entresiglos con un carácter internacionalista. En efecto, varios de los trazos arriba señalados pueden aplicarse a esta prestigiosa publicación local que se convierte en una de las primeras revistas científicas especializadas, con proyección continental, y que se sitúa en la intersección de los campos médico, psiquiátrico, jurídico y pedagógico, con una continuidad temporal significativa.[6 6 ] El propio Ingenieros, en un texto clave para captar su versión de la "historia intelectual" de la disciplina, observa la importancia capital de las revistas que, en la época, editan casi toda la producción sobre temas psiquiátrico-criminológicos en el país, contrastando con la escasa relevancia de los libros sobre esa temática; INGENIEROS, José. La locura en la Argentina. Buenos Aires: Editorial Buenos Aires, 1920, especialmente p.172-180. [ ]

Por un lado, los autores nucleados en torno a la constelación intelectual de Archivos colaboran y se citan en grado diverso entre sí; escriben sobre temas afines y con enfoques próximos, incursionando en la criminología y/o en la psiquiatría, además de responder a algunas figuras rectoras (como José Ingenieros, y en menor medida Francisco De Veyga) en torno a las cuales se organiza un campo disciplinar sesgado por la tensión entre especialidad e interdisciplinariedad.[7 7 ] Evidentemente también otras revistas colaboran en la consolidación de ese campo científico. Así por ejemplo, al menos 14 figuras publican tanto en Archivos como en otras revistas próximas en la época, como los Anales de la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, creando una masa discursiva importante para la fundación de la psicología y de la criminología a nivel nacional; ver: MICELI, Claudio; BRUNO, Darío; PUHL, Stella. El concepto de "colegio invisible" y la intersección de dos campos disciplinares en la Argentina de comienzos del siglo XX. Anuario de Investigaciones, Buenos Aires, v.XVIII, p. 191-199, 2011. [ ] En este sentido, el principal objetivo de Archivos, según reza el programa explicitado desde sus inicios, es "el estudio científico de los hombres anormales, especialmente del hombre criminal y alienado", apelando a la psiquiatría, la criminología y la medicina legal.

Los fuertes vínculos recíprocos de colaboración entre las figuras que editan en Archivos están sesgados por un esfuerzo compartido tendiente a consolidar esas especialidades científicas emergentes. En particular, la relación de Ingenieros con De Veyga permite percibir cómo se crea y consolida una red de promoción profesional, permitiéndole a Ingenieros afirmarse en una posición muy destacada como heredero "natural" de un espacio disciplinar emergente y en expansión.[8 8 ] En varios aspectos se hace evidente que el vínculo entre estas dos figuras es clave para pensar el arco en que se desarrolla esta publicación. De Veiga se doctora en 1890 en medicina, especializándose al año siguiente en el Instituto Pasteur de París. Luego alcanza, entre otros cargos, el de profesor de medicina legal en la Facultad de Ciencias Médicas, y el de Director del Servicio de Observación de Alienados de la Policía Federal Argentina. Ingenieros conoce a De Veyga en 1899; ese año De Veyga lo designa secretario de La Semana Médica, una prestigiosa revista bajo su dirección. Además de desempeñarse como secretario, Ingenieros colabora en esa publicación con algunos trabajos (el primero que edita es un comentario a un libro de Lombroso, titulado "Etiología y terapéutica del delito", aparecido en agosto de 1899). En 1901, De Veyga nombra a Ingenieros en el cargo de Jefe de clínica en el Servicio de Observación de Alienados, y en 1902 Ingenieros asciende al cargo de Director, en el que permanece hasta 1911. Ese año De Veyga renuncia a su puesto de profesor de Medicina Legal en la Universidad de Buenos Aires. Ingenieros, que aspira a ser nombrado por el gobierno en el puesto dejado por De Veyga, como sucesión "natural", ve frustradas sus expectativas porque el gobierno de Sáenz Peña le niega el nombramiento (tal vez por su vínculo juvenil con el socialismo). Como protesta contra el gobierno, Ingenieros renuncia a todos sus cargos y se auto-exilia en Europa, lo cual –como veremos– tendrá consecuencias directas en el destino de Archivos. [ ] Esa empresa intelectual integra a los actores por encima de las diferencias generacionales, e incluso por encima de las disidencias teóricas surgidas en el seno de esas disciplinas en formación.

En este contexto, Archivos se instala rápidamente como una de las publicaciones más importantes en el ámbito de la psiquiatría y la criminología de la época, a nivel continental. Apelando al concepto de "Archivo" (que, como género, supone la publicación de documentación producida sistemáticamente, por parte de una institución oficial y con una sede específica), el título de la revista exhibe su voluntad de seguir el modelo del Archivio di psichiatria, antropologia criminale e scienze penali per servire allo studio dell'uomo alienato e delinquente, revista dirigida por Cesare Lombroso, líder de la escuela italiana de Turín. El nombre implica así una clara estrategia de afiliación a una publicación prestigiosa a nivel internacional, a pesar de la distancia crítica que la revista porteña mantiene con respecto al modelo criminológico lombrosiano, en base al mayor peso dado a las causas psicológicas y sociales en la explicación de la etiología del delito.

Los sutiles cambios de nombre que sufre Archivos evidencian la tensión entre dos disciplinas en proceso de consolidación: la psiquiatría y la criminología.[9 9 ] En efecto, la revista se inaugura en 1902 bajo el título Archivos de criminalogía, psiquiatría y medicina legal. Ese año se modifica la acepción italiana de "criminalogía" por "criminología". En 1903 se transforma en Archivos de psiquiatría, criminología y ciencias afines, explicitando la centralidad mayor de la psiquiatría (que somete el delito al estudio psicopatológico) y la apertura hacia nuevos campos. En 1904 se agrega una especificación más concreta del contenido de las "ciencias afines", al incluirse el subtítulo "Medicina Legal – Sociología – Derecho – Psicología – Pedagogía". En 1908 (y hasta el final de la dirección de Ingenieros en 1913) pasa a llamarse simplemente Archivos de psiquiatría y criminología aplicadas a las ciencias afines. La idea de una aplicación a las ciencias afines pone en evidencia el avance hegemonizante de las dos disciplinas rectoras sobre los otros campos del saber social interpelados por la revista; ver: ROSSI, Lucía. Presencia del discurso psicológico en las publicaciones periódicas en Argentina (1900-1962). Revista de Historia de la Psicología Argentina, n.1, 2008. Disponible en: < http://23118.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/informacion_adicional/obligatorias/034_historia_2/Archivos/inv/revista_virtual_historia_de_la_psicologia.pdf>. Acceso en: 07 enero 2014. [ ] Además de cruzar estas especialidades, adhiriendo al positivismo hegemónico, la revista edita trabajos con tesituras enunciativas diversas, ligadas a los saberes jurídico, policial, pedagógico y penitenciario –entre otros–, pero convergiendo sobre los mismos objetos. En efecto, dando cuenta de la tensión arriba señalada entre apertura interdisciplinaria y especialidad, a pesar del predominio de colaboradores del ámbito médico (de diversos hospitales, de sanidad militar, de tribunales, de la cárcel de encausados), también escriben profesores y académicos del país y de universidades extranjeras (europeos y latinoamericanos), colaboradores del ámbito político, abogados penalistas y del fuero civil, miembros del ámbito educativo, de la fuerza policial, de instituciones penitenciarias, y funcionarios del Estado. Así, los casos de individuos peligrosos, delincuentes, alienados, histéricas o "invertidos sexuales", o el mundo del margen social en general, entre otros temas, son asediados desde varias epistemes afines.[10 10 ] Sobre la representación del margen social en Archivos, ver: DOVIO, Mariana. La noción de "mala vida" en la revista Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines en relación al higienismo argentino. Nuevo Mundo Mundos Nuevos, s/n, 2012. Disponible en: < http://nuevomundo.Revues.org/>. Acceso en: 07 enero 2014. [ ]

Gran parte de la información de la revista proviene de fuentes policiales (ligadas al Servicio de Observación de Alienados y el Departamento de Contraventores), de hospitales (San Roque, de Alienadas, de las Mercedes, Melchor Romero), de consultorios privados, de informes periciales y sentencias, y de prisiones. También se incluyen conferencias y ensayos literarios, e incluso fragmentos de ficciones narrativas, obras teatrales y poesía, aunque la literatura solo ingresa cuando su contenido es válido para aprehender el ámbito de la "mala vida", o cuando la fuente literaria es presentada como documento de un cuadro psicopatológico. De hecho, la revista entabla una disputa con la literatura, por la comprensión de la verdad del sujeto y de lo social, más allá de que los informes y los análisis de casos apelen ellos mismos, frecuentemente, a diversos recursos literarios para enfatizar el impacto en los lectores.[11 11 ] Sobre los recursos literarios en los estudios psiquiátrico-criminológicos de Ingenieros, ver: FERNÁNDEZ, Cristina. Las historias de vida en José Ingenieros. Anclajes, La Pampa, v.XVIII, n.13, p.71-89, 2009. Por ejemplo, en "Fetichista con hermafrodismo psíquico activo" Ingenieros apela a recursos narrativos que buscan alcanzar un alto impacto en el lectorado, poniendo en evidencia la pugna entre la psiquiatría y la literatura decadente por la captación –¿por la sugestión?– del mismo público culto, ávido de monstruosidades sexuales; INGENIEROS, José. Fetichista con hermafrodismo psíquico activo. Archivos, p.616, 1902. Un caso próximo al analizado por Ingenieros, en este artículo, motiva el cuento "Dentro da noite" del narrador decadentista carioca João do Rio, en la misma etapa. Con respecto a esta cuestión en Do Rio, ver: ANTELO, Raúl. João do Rio: o dandi e a especulação. Rio de Janiero: Taurus-Timbre, 1989; MAILHE, Alejandra. Visão do paraíso; Visão do inferno. In: MAILHE, Alejandra. Brasil, márgenes imaginarios. Buenos Aires: Lumière, 2011, p.191-225. [ ] En este sentido, Archivos elogia el alcance objetivo del realismo y del naturalismo, y condena en cambio el modernismo/decadentismo como síntoma de un desvío patologizante.[12 12 ] Entre otros ejemplos de esta condena, el positivista español Bernaldo de Quirós analiza, como caso clínico, al escritor austro-húngaro Leopold von Sacher-Masoch, autor de varias novelas escandalosas a fines del siglo XIX; QUIRÓS, Bernaldo de. Sacher-Masoch y el masoquismo. Archivos, p.639-645,1907. Quirós sigue la definición de "masoquismo" de Krafft-Ebing en Psychopathia sexualis, para plantear que no solo las novelas de este autor, sino también su biografía, están marcadas por la misma perversión. [ ] La reducción del decadentismo a "caso psiquiátrico" conduce incluso a que Archivos reproduzca largas páginas de poemas como documentos psiquiátrico-criminológicos. Así por ejemplo, en la sección "Documentos" se editan textos poéticos de "un joven erotómano que vacía en el molde modernista" su patología, según se aclara en una nota al pie sin firma.[13 13 ] Archivos, p.598-618, 1908. [ ]

A pesar de la hegemonía arrasadora del discurso cientificista, Archivos también introduce algunas voces marginales que dejan traslucir el debate entre positivismo y antipositivismo que sesga la lucha interdiscursiva en el contexto enunciativo externo a la revista, presionando por ingresar en la publicación. Afín al estilo integrador de Ingenieros,[14 14 ] Esa actitud integradora se percibe claramente luego, en la Revista de Filosofía, fundada por Ingenieros en 1915. [ ] esa disidencia epistemológica marginal agrega un grado de polifonía más hondo que el de las diversas tesituras profesionales convocadas en el marco de las "ciencias afines". En este sentido, vale la pena subrayar la tenue gravitación, en Archivos, de algunos nombres que han iniciado un proceso de distanciamiento con respecto al positivismo hegemónico, o que directamente se enfrentan a él. Tal es el caso de Ernesto Quesada, Alejandro Korn y Leopoldo Lugones, entre otras figuras.[15 15 ] Ernesto Quesada interviene en Archivos en 1903, en calidad de profesor universitario, con dos notas jurídicas sobre sexualidad en el matrimonio; Archivos, p.143, 1903; Archivos, p.219, 1908. Alejandro Korn sigue los tópicos del informe médico-psiquiátrico al descubrir "La simulación de la locura por un fratricida" ( Archivos, p.691, 1902), pero incorpora un punto de vista humanista acerca de la enfermedad mental que es disonante con respecto al enfoque dominante en la psicología experimental. También interviene Leopoldo Lugones con el artículo "Estado sociológico de España en tiempo de la conquista jesuítica" ( Archivos, p.572, 1904), un trabajo que forma parte de la elaboración de su ensayo El imperio jesuítico, editado el mismo año que su artículo. [ ] En un contexto social marcado por el creciente debate en torno a la definición de la psicología, la presencia ocasional de Alberini en Archivos es particularmente interesante ya que, en varios textos de su producción (por ejemplo en "Las definiciones del crimen")[16 16 ] Ver ALBERINI, Coriolano. Las definiciones del crimen. Verbum, Buenos Aires, n.21, p.12-25, 1912. Disponible en: < www.filo.uba.ar/contenidos/investigacion/institutos/inibi_nuevo/verbum1912.htm>. Acceso en: 07 enero 2014. Al respecto, ver: ROSSI, Lucía. Presencia del discurso psicológico en las publicaciones periódicas en Argentina. En Archivos, Alberini interviene con la edición del texto más filosófico "La pedagogía de W. James", difundiendo el pragmatismo norteamericano; Archivos, p.572, 1910. [ ] Alberini cuestiona el enfoque pasivizante que domina en Archivos, denunciando los efectos de una visión naturalista que desentiende al sujeto de la responsabilidad ética de sus actos, promoviendo la inimputabilidad jurídica.[17 17 ] La perspectiva de Alberini se consolidará luego, en el marco de la Reforma Universitaria, a través del modelo de una psicología "espiritualista" ligada a las filosofías de Dilthey y Bergson, entre otros. [ ] De todos modos, la intervención más francamente disruptiva o contra-hegemónica proviene del escritor Macedonio Fernández, que en el primer año de la revista edita "El problema del genio",[18 18 ] Archivos, p.110, 1902. [ ] una suerte de atentado breve y contundente contra la psicología experimental: el autor se dirige desafiante a la revista, retando al directorio a que resuelva "el problema del genio", conciente de la impotencia del positivismo para dar cuenta de lo que Alejandro Korn definiría luego como la "libertad creadora" del sujeto.

Aunque muy controlada, la inclusión de esas voces podría responder a la necesidad de Archivos de afianzar vínculos de solidaridad intelectual amplios, en un campo cultural en formación, reforzando la idea de una red intelectual que se organiza en anillos concéntricos, según la distancia respecto de la disciplina específica, pero en el marco de fuertes lazos de colaboración incluso entre figuras que encarnan paradigmas epistemológicos antagónicos. En este sentido, la gravitación en Archivos de algunos nombres ligados a la cultura modernista y/o al antipositivismo podría pensarse en sintonía con la publicidad cultural que promociona la propia revista, por ejemplo al difundir la vasta colección de ensayos argentinos de la librería de J. Menéndez: Archivos publicita recurrentemente ese catálogo que incluye desde los propios volúmenes anuales de la revista, o ensayos de los autores de ese círculo intelectual más estrecho, hasta los libros de algunos nombres importantes en el campo nacional pero alejados de la disciplina científica (con colaboraciones muy esporádicas en Archivos) y en general ajenos al positivismo allí dominante, como Paul Groussac, Leopoldo Lugones o Joaquín V. González.[19 19 ] En efecto, el catálogo promociona algunos textos claramente interesantes para el lectorado especializado de Archivos, como Dactiloscopía de Vucetich, Estudios médico-legales de De Veyga o La simulación de la locura de Ingenieros, pero también recomienda El imperio jesuítico de Lugones o El viaje intelectual de Groussac, recortando un área de interés cultural amplia. [ ] Creando un equilibrio inestable entre fuerzas centrífugas y centrípetas, tanto las colaboraciones marginales en Archivos como la publicidad editorial operan como huellas, en la revista, de la colaboración intelectual que atraviesa el campo junto con las tensiones epistemológicas. Esa actitud integradora de disidencias disciplinares y epistemológicas parece responder al proyecto intelectual del propio Ingenieros (ya que esa característica se reiterará luego en su Revista de Filosofía). En este sentido, es evidente que los vasos comunicantes que articulan positivismo y antipositivismo son múltiples y complejos, abarcando tanto la sociabilidad intelectual[20 20 ] Visible en la producción juvenil de Ingenieros (por ejemplo, al compartir con Lugones la dirección del periódico quincenal La Montaña, en 1897). [ ] como las discursividades, que aparecen marcadas por fronteras muy porosas de migración y contaminación retórica.[21 21 ] Reiteradamente las solidaridades intelectuales conducen a establecer apoyos mutuos aparentemente contradictorios. Así por ejemplo, combinando amistad y disidencia ideológica, Paul Groussac prologa la primera edición de La locura en la historia (1895) de Ramos Mejía; sin embargo, además de confirmar su amistad y admiración por el autor del ensayo, ¡Groussac refuta cada una de las principales hipótesis presentes en el texto que prologa! Entre otras cosas, acusa a parte de la psiquiatría contemporánea de falsear el método científico por novelizar subjetivamente los casos estudiados; ver: GROUSSAC, Paul. Introducción. In: RAMOS MEJÍA, José María. La locura en la historia. Buenos Aires: Editorial Buenos Aires, 1920, p.7-39. Con respecto a la migración interdiscursiva, numerosos textos de la época dan cuenta del entramado en el que se cruzan las discursividades positivista y antipositivista. Además de la incorporación (arriba mencionada) de recursos literarios de raigambre modernista para la narración de algunos casos editados en Archivos, podrían citarse muchos ejemplos ajenos a la revista, entre ellos el prefacio que escribe Carlos O. Bunge para su ensayo Nuestra América (1903), titulado "Una palabra": ese prólogo (que presenta un tratado "científico" de psicología social) aparece plagado de tópicos clisés del modernismo, aptos para teatralizar la "crisis del sujeto decadente" que da origen a la indagación "sociológica" del libro. En este sentido, es evidente que Bunge apela a la retórica que mejor le asegura un impacto afectivo y efectivo para ganar la atención y la adhesión del incipiente lectorado de masas; ver: BUNGE, Carlos O. Nuestra América. Buenos Aires, Secretaría de Cultura de la Nación, 1994. [ ]

Archivos diseña un perfil internacional a través de la constante intervención de científicos de Francia (como M. Mignard, G. Petit y A Laissant), Italia (como C. Lombroso, E. Ferri y J. Segi), Suiza (como A. Nicéforo) y España (como B. de Quirós, S. Ramón y Cajal, y P. Dorado Montero). También intervienen numerosos autores latinoamericanos pertenecientes a las principales instituciones de cada país. Entre los países latinoamericanos con mayor gravitación en la revista, cabe señalar la presencia de Perú (con textos de L. Avedaño, M. Barrios, G. Olano y H. Valdizán, entre otros) y Brasil (con textos de A. de Araújo Leal, F. da Rocha, E. de Moraes, R. Nina Rodrigues, F. Pacheco y A. Peixoto). Sin embargo, los autores brasileños se concentran solo en los dos primeros años de la revista, probablemente como consecuencia de una dura polémica teórica, suscitada en 1902, entre Nina Rodrigues e Ingenieros, en torno a cómo interpretar el "estado de multitud". También se editan colaboraciones de psiquiatras, criminólogos, juristas e historiadores de Guatemala, Bolivia, Chile, México, Venezuela, Costa Rica, Uruguay y Cuba.

En los doce años de publicación, la revista mantiene relativamente estable la proporción de colaboraciones locales y extranjeras en la sección de artículos originales.[22 22 ] Así por ejemplo, en el primer año Archivos edita 80 trabajos, de los cuales 57 pertenecen a autores argentinos y 23 a extranjeros, mientras que en 1911, coincidiendo con el auto-exilio de Ingenieros, el número es el menor de la colección –31 textos– de los cuales 26 son de autores locales y 5 de extranjeros. [ ] Además de la gravitación de colaboradores europeos y latinoamericanos, la aspiración de Archivos a ocupar un lugar protagónico a nivel internacional también se percibe en la composición de su comité de redacción (marcado por la legitimidad que le provee a la revista la intervención de algunas figuras de exterior, sobre todo en los primeros años),[23 23 ] Inicialmente, el comité de redacción de la revista está integrado por Ingenieros (como director) y por Ramos Mejía, De Veyga, Francisco Puga Borne (profesor de Medicina Legal en la Universidad de Santiago de Chile), A. Garibaldi (director de la Oficina Antropométrica de Montevideo), Domingo Cabred (Profesor de Psiquiatría de la Universidad de Buenos Aires, y fundador de una colonia Open Door pionera en América Latina), el italiano Pietro Gori y el brasileño Nina Rodrigues. En 1904 se agrega el argentino Manuel T. Podestá (médico del Hospital Nacional de Alienadas) y se alejan Gori, Cabred y Nina Rodrigues. También en 1904 se suman Horacio Piñero y Emilio Bondenari; en 1906 se agregan Víctor Mercante y Rodolfo Senet, y en 1907 H. Areco, Antonio Ballvé y Eusebio Gómez, todos argentinos. [ ] así como también en el intercambio sostenido con revistas del exterior.[24 24 ] En efecto, como parte de esa apertura internacionalista, Archivos muestra desde 1902 un alto nivel de intercambio con otros centros académicos: con 11 revistas de Argentina, 22 de Francia y 9 de Italia, además de otras de Alemania, Bélgica, Inglaterra, España, Holanda, Brasil, Perú, Uruguay y Bolivia. En el índice final de 1902 se listan 50 "revistas que han sido analizadas" de Argentina, América Latina y Europa. Si bien ese listado desaparece en los volúmenes siguientes, sirve para establecer el carácter internacional de la revista. Además de las colaboraciones internacionales, desde 1904, se anuncia a los lectores, en la portada de la revista, que las suscripciones a la misma se encuentran disponibles "en las principales librerías de Buenos Aires, Río de Janeiro, Montevideo y Santiago de Chile", poniendo en evidencia así su difusión internacional, a tono con el carácter internacional del comité de redacción y de las colaboraciones. Ese perfil se halla en sintonía con la edición de La simulación de la locura de Ingenieros, simultáneamente en Argentina y en Italia, en 1903, o con la destacada intervención del director de Archivos en el Vto. Congreso Internacional de Psicología, celebrado en Roma en 1905, entre otros gestos que demuestran la proyección internacional a la que aspira el positivismo argentino. [ ]

Conformando doce volúmenes anuales de extensión variable,[25 25 ] El primer volumen es el más extenso, con 77 artículos en su primera sección, revelando una acumulación de importante material publicable (que concentra además casi todas las intervenciones de intelectuales brasileños durante la vida de esta revista); el volumen de 1911, por el contrario, es el menor (contiene solo 31 artículos), probablemente como resultado de las dificultades que encara la edición a partir del alejamiento de su director, auto-exiliado desde ese año en Europa. [ Archivos cuenta con algunas secciones fijas que revelan la profesionalización científica y el internacionalismo allí promovidos. Entre 1902 y 1903 hay una sección de artículos que diferencia entre "Colaboración argentina" y "Colaboración sud-americana", luego ampliada al título genérico de "Colaboración extranjera". Desde 1904, toda la sección se unifica bajo el encabezado uniforme de "Colaboración", y desde 1906 pasa a llamarse "Artículos originales".[26 26 ] Ese cambio formal en la clasificación de los autores solo se repone en el índice final, editado en 1913, en donde se organizan dos grupos: nacionales y extranjeros. [ ] Esta desaparición de la distancia formal entre autores nacionales y sudamericanos, y luego entre nacionales y extranjeros, crea un espacio simbólico crecientemente universalizador del conocimiento, en el marco de una equiparación "democrática" entre nacionales, latinoamericanos y europeos, situados virtualmente en paridad de derechos de intervención. En efecto, ese cambio permite concretar mejor la utopía del despliegue de una racionalidad científica universal, no marcada subjetivamente por ninguna variable social, cultural o geopolítica: para la revista a priori sería lo mismo enunciar desde Buenos Aires, desde Bolivia o desde Francia, aunque de ningún modo sea lo mismo –incluso para la propia revista– en términos del prestigio simbólico de cada uno de esos "centros".[27 27 ] Además, cada artículo editado incorpora, en el encabezado, escuetas referencias al título académico y a la función institucional desempeñada por el (o los) autor(es) del trabajo. Ese tratamiento sobrio condice con el efecto de objetividad científica buscado por el medio, al tiempo que la pertenencia institucional consolida el prestigio de la voz interviniente. [ ]

La sección "Documentos psicológicos" (que luego se transforma en la más amplia de "Variedades, documentos, comentarios") edita fuentes valiosas para el estudio psiquiátrico y criminológico (por ejemplo, textos literarios que ponen en evidencia las patologías de los sujetos de enunciación). Por último, "Libros y revistas" reseña publicaciones locales y extranjeras, de libros y artículos editados en Francia, Alemania, Brasil, Uruguay y Costa Rica, entre otros países. Esa sección, coordinada especialmente por Ingenieros (lo que demuestra la importancia que le da el director de Archivos a ese espacio),[28 28 ] Al respecto, ver: BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.76. [ ] juega un papel estratégico en la revista, al reforzar la construcción de una red transnacional, permitiendo ejercer una recepción activa y crítica de todas las novedades, tanto de los aportes teóricos como de los estudios de caso, para consolidar así una autoimagen de hiperconexión con todos los centros internacionales.

A la vez, la vida de Archivos se despliega junto con la consagración nacional e internacional de su director en su extensa etapa positivista.[29 29 ] Sin embargo, en la revista también es posible leer, al menos desde 1911, la apertura de Ingenieros hacia preocupaciones filosóficas más amplias (lo que se traduce, por ejemplo, en la edición, por parte de Archivos, de algunos capítulos de su ensayo El hombre mediocre). Cabe aclarar que mientras Ingenieros busca formular una filosofía ética (o un idealismo práctico), no abandona completamente sus preocupaciones psiquiátrico-criminológicas. De hecho, en Archivos continúa editando algunos trabajos vinculados a esta área, mientras corrige su libro Criminología; INGENIEROS, José. Criminología. Madrid: Jorro, 1913. Con respecto a El hombre mediocre, ver: MAILHE, Alejandra. "El laberinto de la soledad" del genio o las paradojas de El hombre mediocre. Varia Historia, Belo Horizonte, v.29, n.49, p.197-216, 2013. [ ] De hecho, varios elementos de Archivos dan cuenta del proyecto intelectual de su director (entre otros, el ya mencionado énfasis en la psiquiatría en desmedro de la criminología, el despliegue de algunos debates incentivados por el director, y el doble y ambicioso movimiento que implica consolidar las especialidades sin resignar ni la inclusión de otras epistemes próximas, ni la intervención intelectual en la esfera pública desde la especificidad disciplinar). A esto se suma la enorme gravitación de Ingenieros como autor de trabajos y como corrector de los textos de sus colaboradores.[30 30 ] En este sentido, debe tenerse en cuenta el hecho de que, entre 1902 y 1913, Ingenieros colabora en Archivos con 90 artículos firmados, en un promedio de 8 a 10 por año, a los que se deben sumar las notas y los comentarios sin firma en las otras secciones de la revista. Así se refuerza la centralidad del director, capaz de organizar toda la agenda de investigación del positivismo criminológico y psiquiátrico, además de introducir, a partir de la década del diez, temas claves que cruzan ciencia y filosofía. Bagú recuerda el modo en que Ingenieros controla e interviene en todos los textos editados en Archivos, incluso en aquellos que llevan firma de otro autor; BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.76. Un ejemplo en este sentido es el cierre del estudio científico de un caso clínico de "inversión sexual", editado por Francisco de Veyga, en el que se introduce un giro literario, lúdico y disonante con respecto al estilo del resto del artículo, revelándose un sospechoso quiebre en la voz enunciativa: refiriéndose al destino fatal del "invertido" Manón, el texto se cierra con la sentencia "Y el destino fue lógico con Manón hasta en la última hora: murió tuberculoso, como una verdadera 'Maragita Gautier'"; DE VEYGA, Francisco. La inversión sexual congénita. Archivo, p.48s, 1902. [ ] En este sentido, dada esta hegemonía de su director, si bien Archivos ya se define como una revista científica (ligada a una red intelectual en proceso acelerado de profesionalización, y legitimada por instituciones científicas), parece combinar estrategias retóricas y editoriales propias de las publicaciones científicas emergentes, con estrategias propias de las revistas de autor.

Esa dirección "fuerte" de Archivos, por parte de Ingenieros, se sostiene incluso entre 1911 y 1913, durante el auto-exilio del director en Europa,[31 31 ] Cabe aclarar que en 1911, el gobierno de Roque Sáenz Peña le niega a Ingenieros su nombramiento en la cátedra de Medicina Legal en la Universidad de Buenos Aires (probablemente como respuesta a la oposición de Ingenieros a la reforma de la ley electoral, o por presiones de la Iglesia católica). Como protesta, Ingenieros renuncia a todos sus cargos, denuncia la injusticia en una carta pública al Presidente de la nación Roque Sáenz Peña, y se auto-exilia en Europa hasta 1914. Esa estadía en el exterior acompaña el desarrollo de un giro epistemológico con respecto a su etapa conceptual previa, sesgada por el positivismo. [ ] aunque formalmente esa función sea ejercida por el médico Helvio Fernández.[32 32 ] Especializado en psiquiatría y criminología, docente en la cátedra de Clínica Psiquiátrica, y amigo de Ingenieros, desde 1911 Fernández suplanta a Ingenieros en la dirección del Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional y en la dirección de Archivos, cuando Ingenieros se va del país; BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.123. [ ] En efecto, Ingenieros ejerce una dirección indirecta de Archivos desde el exterior, orientando a Fernández en sus cartas sobre cada decisión a tomar con respecto al contenido de los números, los contactos nacionales e internacionales, o las estrategias de financiamiento a implementar.[33 33 ] La dirección intelectual ejercida por Ingenieros sobre Fernández se despliega en el marco de un vínculo de camaradería íntima, que pone en evidencia cómo las relaciones profesionales de esa estrecha red porteña involucran lazos afectivos propios de una fraternidad "entre nos". El epistolario de Ingenieros actualmente se encuentra en el "Fondo Ingenieros" del CEDINCI en Buenos Aires. [ ] Sin embargo, esas cartas también revelan una creciente distancia, de parte de Ingenieros, respecto del proyecto psiquiátrico/criminológico en general y respecto de la revista en particular,[34 34 ] De hecho, en una carta de 1913 sin fechar (probablemente de enero/febrero de ese año), Ingenieros le insiste a Fernández que su nombre ya no aparezca más en la portada de Archivos, y le aclara, con un énfasis que revela cierta irritación: "Te advierto que estoy muy contento con esta solución, pues los tales Archivos no estaban ya muy dentro de mi última orientación intelectual, exclusivamente filosófica. A mi regreso (...) he de publicar una revista de otra orientación y ella habrá enterrado a los Archivos, de manera que igual da enterrarlos antes"; INGENIEROS, José. Carta a Hervio Fernández, 1913, Fondo Ingenieros, CEDINCI, FA021, p.2. [ ] dejando entrever su plan de sustituir Archivos por una revista cultural de carácter filosófico (proyecto que concretará, al regresar de su auto-exilio, con la creación de la Revista de Filosofía en 1915).[35 35 ] Dirigida por Ingenieros y co-dirigida por Aníbal Ponce, la Revista de Filosofía define un programa amplio de intervención interdisciplinaria, abierta a diversas corrientes, incluyendo el idealismo espiritualista. Es posible pensar que la aspiración cultural integradora que proyecta Ingenieros en la Revista de Filosofía se ve tímidamente anticipada en la heterogeneidad de voces disciplinares (provenientes de la psiquiatría y la criminología, pero también de "ciencias afines" como la pedagogía y el derecho) y en la más controlada heterogeneidad de perspectivas epistemológicas, ya presentes en Archivos. En esta dirección, sería posible explorar ciertas continuidades entre ambas revistas, aunque esto excede el objetivo más modesto de este trabajo. [ ]

La desaparición de Archivos confirma que –tal como señalamos– en la publicación perduran algunos rasgos propios de las revistas de autor: haciéndose eco del distanciamiento de Ingenieros, en el último número de Archivos (editado en diciembre de 1913), la nota editorial "Cerrando un ciclo", firmada por "La dirección", anuncia el final de la revista, "por haberlo así determinado la voluntad de su fundador, el Dr. José Ingenieros".[36 36 ] Archivos, p.641, 1913. [ ] Al mismo tiempo, avisa que el Instituto de Criminología iniciará al año siguiente una nueva Revista de criminología y psiquiatría que "intentará proseguir el mismo programa de estudios, examen y crítica que se había trazado la publicación que hoy termina".[37 37 ] El éxito de la Revista de criminología y psiquiatría, dirigida por Fernández y con continuidad entre 1914 y 1927, demuestra la existencia de un campo disciplinar maduro, previamente consolidado por Archivos. [ ] Y contradiciendo en parte la confesión de las cartas, la nota editorial aclara que "creemos que [Archivos] reaparecerá, con mayores impulsos y, tal vez, mayor amplitud, para constituir el eje de un movimiento intelectual propulsor del progreso científico, algo así como el provocado por la actuación de Emerson en los Estados Unidos".[38 38 ] Archivos, p.641, 1913. [ ]

Por una internacionalización de la alteridad social

Formando parte de una más amplia internacionalización de la patología mental y del delito, Archivos confirma su apertura cosmopolita a través de diversas estrategias. Por un lado, tal como vimos, incorpora colaboraciones extranjeras de psiquiatras y criminólogos europeos y latinoamericanos, así como también reseña numerosos libros y revistas sobre el tema, editados en Europa y en América Latina.

También la publicidad de Archivos refuerza el internacionalismo cientificista que promueven los artículos editados. La publicidad –que es escasa– promociona poderosos tónicos, calzados anatómicos o preparados para la higiene íntima (a tono con el abordaje "moderno" de la sexualidad en los artículos), apelando siempre a la legitimación científica de las mercancías, al tiempo que el carácter extranjero de las mismas subraya el internacionalismo modernizador tanto de la revista científica como del medio social en el cual ésta se inserta.

Incluso la fotografía responde plenamente a la modelización de las patologías y del delito, regida por modelos de la visualidad europea, lejos de cualquier especificidad local (así por ejemplo, varios trabajos sobre casos de histeria reproducen algunas imágenes de contracturas y parálisis, bajo la inspiración del Archivo fotográfico de la Salpêtrière, que modeliza la visualidad psiquiátrica moderna en general).[39 39 ] Para ejemplificar la construcción fotográfica de la histeria en Archivos, bajo el modelo visual de la Salpêtrière, ver: DURQUET, Joaquín. Paraplejía histérica curada por sugestión. Archivos, p.306-318, 1905. Sobre la visualidad de la histeria en la Salpêtrière, ver: DIDI-HUBERMAN, Georges. La invención de la histeria. Madrid: Cátedra, 2007. [ ]

Esa voluntad internacionalista (que es posible leer en los dispositivos editoriales, en la reseña copiosa de publicaciones, y hasta en la publicidad y en las fotografías editadas) busca instalar la revista en una posición privilegiada, como instancia de mediación entre las teorías centrales (recepcionadas críticamente) y los focos de estudio latinoamericanos. En efecto, por varias vías la revista se autolegitima como un medio capaz de consolidar el prestigio simbólico de Buenos Aires como centro productor de conocimiento teórico y empírico, y como núcleo integrador de los demás centros latinoamericanos, convertidos así sutilmente en espacios periféricos. En esta combinación entre centralización porteña y construcción de una red transnacional, la revista parece aspirar a organizar la agenda de investigación de la disciplina en el país, y acaso también en el continente.

De hecho, Archivos aspira incluso a intervenir en el propio campo de las teorías centrales, especialmente a partir de la producción de Ingenieros, quien edita en la revista nuevas clasificaciones teóricas[40 40 ] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Nueva clasificación de los delincuentes. Archivos, 1906, p.30. [ ] y adelantos de sus nuevos libros,[41 41 ] Por ejemplo de La simulación en la lucha por la vida, El lenguaje musical y sus perturbaciones histéricas, Histeria y sugestión, Criminología y El hombre mediocre entre otros. [ ] amén de darle un marcado "vuelo teórico" a cada uno de los "estudios de caso" que publica.

En la recepción de las teorías centrales juega un papel clave la sección "Análisis de libros y revistas": si por un lado permite saldar deudas y favores en el marco de la reciprocidad académica, también es una instancia clave para reafirmar el control del programa psiquiátrico y criminológico a nivel transnacional, puntuando objetos de estudio privilegiados, o sancionando desvíos, especialmente al cuestionar los trabajos que sobrevaloran la determinación biológica hereditaria, para enfatizar la mayor validez del enfoque psicológico/neurológico y social, privilegiado en el contexto de la revista en general, y en el enfoque teórico de figuras como Ingenieros y De Veyga en particular. En efecto, en las colaboraciones tanto de Ingenieros como de De Veyga (por ejemplo, en su colección de artículos sobre "los invertidos sexuales"), el perfil psicológico pesa mucho más que el morfológico para explicar la etiología del delito. Así, tomando una distancia significativa respecto de la obra de Lombroso, desde el primer artículo que Ingenieros publica en Archivos, en la revista predomina el énfasis en el estudio de la psicopatología criminal, muy por encima de las anormalidades físicas.[42 42 ] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Valor de la psicopatología en la antropología criminal. Archivos, p.1, 1902. [ ] Además, algunos comentarios explícitos de Ingenieros sobre la obra de Lombroso, editados en Archivos, confirman la mayor inclinación del director de la revista en favor de la psicología y en desmedro de las determinaciones de la antropología física.[43 43 ] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Las teorías de Lombroso ante la crítica. Archivos, p.334, 1902; INGENIEROS, José. Homenaje a César Lombroso. Archivos, p.515, 1909. Sobre la distancia de los autores argentinos y latinoamericanos respecto de Lombroso, ver: CAIMARI, Lila. La antropología y la recepción de Lombroso en América Latina. In: MONTALDO, Silvio; TAPPERO, Paolo (eds). Cesare Lombroso cento anni dopo. Turín: UTET, 2009. [ ] También algunos autores latinoamericanos, como el brasileño Evaristo de Moraes, refuerzan esta perspectiva, produciendo indirectamente la imagen de una recepción crítica transnacional que enfatiza la legitimidad teórica de Archivos.[44 44 ] Ver: MORAES, Evaristo de. La teoría lombrosiana del delincuente. Archivos, p.321, 1902. [ ]

Tanto el vuelo teórico de algunos trabajos, como el énfasis en las teorías psicológicas –en desmedro del determinismo biológico dominante en las tesis de Lombroso– evidencian el esfuerzo de Archivos por fijar una nueva agenda de objetos de estudio, y por tomar partido entre los diversos modelos teóricos en pugna en el seno de la psiquiatría y de la criminología positivistas, señalando el rumbo teórico más pertinente.

A través de esa constante recepción crítica, Archivos refuerza el papel dominante de Buenos Aires como centro productor de conocimiento a nivel continental, y como integrador de los demás centros latinoamericanos, convertidos así en espacios periféricos en términos simbólicos.

Además, ese internacionalismo modernizador converge con el eurocentrismo que parece orientar la visión letrada sobre los sectores populares y la cultura popular, perceptible en los análisis de los casos de delincuentes, histéricas, alienados, curanderos e "invertidos sexuales", entre otros objetos de estudio. En ese sentido, es posible pensar que Archivos prioriza –indirecta e implícitamente– un modelo de abordaje teórico y un modelo de sujeto social en particular, en desmedro de otros.

A nivel nacional, la revista diseña una geografía simbólica centrada casi exclusivamente en el eje modernizador de Buenos Aires, La Plata y –en menor medida –Rosario, con respecto tanto a la localización institucional de los autores como de los casos analizados, volviendo así visibles sólo a los sectores populares urbanos de las ciudades más influidas por el "aluvión inmigratorio". Esta perspectiva sesgada juega un papel importante en la revista, en la conformación de un colectivo popular ligado predominantemente a la modernización, de espaldas a la diversidad cultural del interior.

Me interesa subrayar que el doble cariz de Buenos Aires (como centro hegemónico en América Latina, y como puente mediador con los grandes centros), coloca la publicación en una incómoda tensión "periférica" entre la aspiración a la validez universal de sus trabajos y la conciencia del más modesto aporte local. Esa tensión puede entreverse en muchos de los trabajos de argentinos y latinoamericanos que abordan sus casos de estudio como no marcados en términos de raza, clase o ethos cultural, casi sin localismos exotizantes, como respondiendo a un control ejercido por la revista para poner en evidencia la dimensión universal del crimen y de la enfermedad mental. Esta tendencia relativiza uno de los principales objetivos explicitados en el "Programa" editado en cada número, en donde se postula –entre otras cosas– que los Archivos "tratarán de establecer las modalidades especiales que revisten en el continente sudamericano los fenómenos de psicopatología individual y social, completando así los estudios de los investigadores europeos".

Varias colaboraciones latinoamericanas confirman esta tendencia universalizante (tensionada con respecto a la preocupación localista), al no enfatizar la indagación en torno de alguna especificidad ad hoc del lumpen propio de sus contextos nacionales de origen. Quisiera detenerme brevemente en tres casos de autores que, en Archivos, editan textos poco marcados por el contenido etnológico al que se abocan en cambio en sus investigaciones locales: el médico psiquiatra peruano Hermilio Valdizán, el criminólogo y antropólogo cubano Fernando Ortiz, y el médico legista, psiquiatra y criminólogo brasileño Raimundo Nina Rodrigues. Se trata de tres figuras comparables: contemporáneos, formados en el marco de paradigmas epistemológicos muy próximos, y relevantes en la organización de cada campo psiquiátrico-criminológico nacional. Estos tres autores escogen publicar en Archivos trabajos poco o nada centrados en los componentes indígena y afro que ellos mismos abordan de manera privilegiada en sus países de origen y en el mismo período.

En el caso de Valdizán, su tesis doctoral sobre La alienación mental entre los primitivos peruanos (1915) realiza un cruce temprano entre arqueología y psiquiatría, desplegando toda la agenda de la psiquiatría positivista para estudiar la enfermedad mental entre los antiguos incas.[45 45 ] Valdizán es una figura pionera de la psiquiatría positivista en Perú, e historiador de la medicina peruana. La alienación mental entre los primitivos peruanos, su tesis doctoral, es presentada en 1915 en la Universidad Mayor de San Marcos, en Lima. [ ] En esa tesis, Valdizán analiza el vocabulario de los antiguos incas para dar cuenta de diversos estados psicopatológicos (ebriedad, sonambulismo, delirio, depresión etc.); además, reconstruye formas supersticiosas de explicar intuitivamente el problema del "traumatismo psíquico"; estudia diversos tratamientos mágicos de la enfermedad mental (danzas de hechicería, baños, sangrías, consumo de drogas y hasta trepanaciones de cráneo), y se concentra en el fenómeno del éxtasis místico, en los contagios colectivos por sugestión y en varias perversiones sexuales, entre otros temas. Así, proyecta los principales temas de la psiquiatría moderna sobre el molde "arcaico" de la cultura precolombina, demostrando la identidad de las patologías en el pasado y en el presente.[46 46 ] En esa arqueología psiquiátrica pionera, Valdizán parte de una perspectiva eurocéntrica, visible especialmente en su imposibilidad de pensar formas culturalmente divergentes de configurar la enfermedad mental entre los antiguos Incas. Como veremos, este autor es citado por Ingenieros, en 1920, como una fuente válida para realizar una historia de la locura en la América precolombina y colonial; INGENIEROS, José. La locura en la Argentina, p.16 y ss. [ ]

En contraste con esta preocupación por estudiar la especificidad del mundo indígena, en Archivos Valdizán colabora con un único artículo, "El tatuaje en los delincuentes peruanos" (1912), en sintonía con un estudio más amplio sobre los delincuentes en Perú; pero el tono de ese trabajo confirma que en Archivos se privilegia –al menos en la sección de artículos–[47 47 ] Cabe advertir que, en la sección de reseñas, sí hay espacio para dar cuenta de algunos trabajos más próximos al cruce entre antropología y psiquiatría que llevan a cabo varios autores latinoamericanos. Así por ejemplo, Archivos reseña en 1906 el libro Exercício ilegal da medicina. O curandeirismo no Rio de Janeiro de F. Monteiro de Barros, y en 1907 reseña Los negros brujos de Ortiz; pero en general los comentarios de los reseñistas anónimos también confirman la distancia "argentinocéntrica" dominante en la revista, respecto de ese tipo de problemáticas que a la revista le resultan lejanas o incluso desconocidas (por ejemplo, en la reseña de Los negros brujos el crítico –acaso el propio Ingenieros– hace una lectura muy superficial, no pudiendo juzgar el libro –según aduce– por desconocer completamente la condición de los negros en Cuba). [ ] la edición de textos poco marcados en términos de exotismo local, al tiempo que los colectivos populares de otros contextos latinoamericanos son relegados (como menos interesantes o como más problemáticos) hacia los márgenes de la disciplina psiquiátrico-criminológica nacional.[48 48 ] Otras colaboraciones latinoamericanas en Archivos insisten en este desplazamiento del localismo a mero telón de fondo. Así por ejemplo, el positivista peruano Leónidas Avendaño ( Archivos, p.611-616, 1909) edita su informe "Sobre un homicida simulador", sin reparar en ningún tipo de marcas locales, más allá de que el detenido padezca de insomnio por sus excesos en el consumo de coca. [ ]

En sus primeros trabajos ligados a la criminología positivista, Fernando Ortiz estudia el problema de la marginalidad en Cuba, centrándose en el mundo negro, especialmente en el campo de la religión. Lejos aún del giro culturalista que se producirá en su obra en torno a la década del treinta, por entonces Ortiz afirma que los factores raciales definen negativamente la psicología popular, y concibe la hechicería afrocubana como la manifestación paradigmática de la marginalidad delincuente, al valorar preconceptuosamente esas prácticas populares como primitivas e irracionales. Sin embargo, al subrayar la relevancia clave de la cultura negra en Cuba, aunque lo haga desde una perspectiva miserabilista, también realiza una implícita inclusión simbólica de negros y mulatos en la conformación del "pueblo" nacional; así contradice la construcción identitaria hasta entonces hegemónica, fundada en un imaginario blanco, hispano y/o latino. En esta dirección, Los negros brujos (1906) recorre un amplio repertorio de temas históricos y etnográficos, abordando desde la historización del tráfico de esclavos y de las rebeliones, hasta las prácticas religiosas consideradas "primitivas", observando tanto los procesos de sincretismo previos como sus manifestaciones actuales.[49 49 ] Sobre Ortiz, ver, entre otros trabajos: ARROYO, Jossiana. Travestismos culturales. Pittsburg: Universidad de Pittsburg, 2003; MAILHE, Alejandra. Avatares de la conceptualización de la cultura negra en la obra de Fernando Ortiz, 1900-1940. Orbis Tertius, La Plata, n.17, 2011. Disponible en: < http://www.orbistertius.unlp.edu.ar/article/view/OTv16n17d01>. Acceso en: 07 enero 2014. [ ]

Ahora bien; en uno de los trabajos que edita en Archivos, titulado "La inmigración desde el punto de vista criminológico", Ortiz parte del caso cubano pero para teorizar sobre el problema de la inmigración en general, asumiendo implícitamente que ésta es una preocupación clave para las elites latinoamericanas en su conjunto. Asumiendo una perspectiva marcadamente racialista, Ortiz jerarquiza los grupos inmigrantes, privilegiando las razas europeas del norte en desmedro de las del sur, y condenando la inmigración asiática y negra por su predisposición racial al delito.[50 50 ] ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico. Archivos, p.332-340, 1907. En este texto, Ortiz defiende la restricción de la inmigración asiática y negra a Cuba, ya que éstas "son más delincuentes que la blanca, porque sus psiquis primitivas o bárbaras se hallan desnudas de los estratos altruistas de que aquella ya ha logrado revestirse"; ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico, p.332-333. [ ] Más allá de la pertinencia temática del texto con respecto a Archivos, esa colaboración de Ortiz se amolda a las preferencias ideológicas de este medio en varios sentidos. Por un lado permite confirmar, por contraste con respecto al "problema cubano", el éxito de la inmigración europea en Argentina como horizonte modélico; por otro lado, en la medida en que el autor le dedica varias páginas al elogio del método dactiloscópico de Juan Vucetich –en desmedro del método "complicado, costoso, falible" de Bertillon–,[51 51 ] ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico, p.339. [ ] el artículo también permite confirmar el éxito de la criminología argentina (y de la constelación intelectual nucleada en torno a Archivos), como horizonte modélico de la criminología latinoamericana.

En el segundo artículo editado en la revista, "Las rebeliones de los afro-cubanos", Ortiz se centra en la historia del tráfico y de las rebeliones de esclavos en la isla. Aunque asume un punto de vista tímidamente legitimador de la alteridad (afín al que comenzará a desplegar en toda su obra posterior, a partir de la edición de su ensayo Los negros esclavos, de 1916),[52 52 ] ORTIZ, Fernando. Las rebeliones de los afro-cubanos. Archivos, p.560-566, 1910. [ ] el carácter estrictamente histórico de su análisis deja fuera el abordaje de un problema más álgido –la vigencia del sustrato cultural afro en el presente de Cuba–, privilegiado en cambio en la mayoría de sus análisis de "etnografía criminal".

Por su parte, numerosos trabajos de Nina Rodrigues se centran de manera pionera en el estudio del mundo negro.[53 53 ] Nina Rodrigues es profesor de la "Escola de Medicina" en Salvador de Bahía y fundador de campos profesionales claves como la medicina legal, la psiquiatría y la psicología social. Sobre la figura y la obra de Nina Rodrigues ver, entre otros: MAIO, Marcos C. A medicina de Nina Rodrigues. Cadernos de Saúde Pública, Rio de Janeiro, v.11, n.2, p.226-237, 1995; CORRÊA, Mariza. As ilusões da liberdade: a escola Nina Rodrigues e a antropologia no Brasil. São Paulo: EDUSF, 1998. [ ] Así por ejemplo, en O animismo fetichista dos negros baianos[54 54 ] Este ensayo recoge artículos publicados antes en la Revista Brazileira de Río de Janeiro entre 1896 y 1897. Como libro, es editado por primera vez en francés, bajo el título L'animisme fétichiste des nègres de Bahia. Salvador: Reis & Comp., 1900. [ ] Nina Rodrigues aborda el problema del predominio de la religiosidad afro-brasileña entre los sectores populares nacionales –insuficientemente catequizados–, y el problema de la condición psicopatológica del trance ritual, definido a partir de los fenómenos de histeria y sugestión, temas dominantes en la escuela francesa "de la Salpêtrière". En "A loucura epidêmica de Canudos" (1897), partiendo de los modelos teóricos de Le Bon, Sighele y Tarde, analiza la relación patológica entre meneur y masas sertanejas (sometidas al fanatismo religioso propio de un catolicismo híbrido, impregnado de componentes "supersticiosos", y por ende "retrógrado"). Esos estudios sobre la religiosidad negra y sobre el catolicismo popular parecen insistir en señalar que, en Brasil, la irracionalidad de las masas asume un cariz religioso, pre-político y colectivo, incluso lejos del modelo católico (que continúa siendo un horizonte "deseable" de occidentalización). De hecho, Nina Rodrigues se ve literalmente cercado por la eficacia de la hipnosis popular, a tal punto que –creando una imagen inquietante de inversión de la dominación– insiste con alarma en que Brasil ha sido –y continúa siendo– "africanizado", es decir: colonizado desde sus bases populares.

Y en su ensayo póstumo Os africanos no Brasil (1932) se centra en diversos aspectos del sustrato cultural afro-brasileño, desde la historia del tráfico esclavo y de las rebeliones, hasta las lenguas, creencias religiosas y ritos del folclore negro todavía vivo en entresiglos. Si bien su perspectiva racialista es evidente (a tal punto que el fanatismo irracional se vuelve un elemento determinante en esa lectura conspirativa que criminaliza la historia de los negros y de los sectores populares en general), resulta insoslayable el carácter inaugural de sus estudios sobre la cultura afro-brasileña.

Pues bien; a pesar de la importancia de esa producción intelectual (centrada en las religiosidades populares tanto como en la historia socio-cultural del mundo negro en Brasil), en los dos años que interviene en Archivos, como miembro del comité de redacción y como autor de artículos, Nina Rodrigues no edita nada próximo a esas investigaciones más antropológicas. En efecto, colabora con un análisis neutro sobre el estado de la medicina legal en Brasil, que responde a su activa batalla por la consolidación de esa disciplina, a tono con el esfuerzo profesionalizador de Archivos.[55 55 ] NINA RODRIGUES, Raimundo. Progresos de la Medicina Legal en el Brasil. Archivos, p.17, 1902. [ ] También interviene con un análisis teórico sobre el simbolismo del descuartizamiento, no marcado en términos nacionales.[56 56 ] NINA RODRIGUES, Raimundo. Psicología del depeçage criminal. Archivos, p.385, 1903. [ ] Por último, sostiene una polémica pública con Ingenieros, en torno a la interpretación de la psicología de las multitudes de S. Sighele, en la que tampoco se vuelve visible el análisis de la religiosidad popular como objeto.

En efecto, en 1902 el director de Archivos edita una reseña muy crítica de "La folie des foules" de Nina Rodrigues:[57 57 ] Ese artículo de Nina Rodrigues, editado por primera vez en los Annales médico-psychologiques (París, 1901), es criticado por Ingenieros en Archivos, p.118, 1902. [ ] allí Ingenieros acusa al brasileño de realizar una mala lectura de Sighele, al enfatizar demasiado el principio de asociación entre los alienados, exagerando el estado patológico de la multitud (pues, para Ingenieros, las multitudes delirantes no pueden ser el resultado de una asociación de alienados, sino de la mera sugestión de un alienado sobre una multitud de simples predispuestos). Nina Rodrigues se defiende de esta acusación a través de una carta pública editada el mismo año en Archivos en francés, bajo el título "A propós du mémoire: 'La folie des foules'".[58 58 ] NINA RODRIGUES, Raimundo. A propós du mémoire: "La folie des foules". Archivos, p.290, 1902. [ ] Allí el brasileño asume una posición conciliatoria, compatibilizando su enfoque con el de Sighele y con el del propio Ingenieros, a quien cita para demostrarle que también él ha admitido que los alienados pueden influir sobre los neurópatas o los degenerados, suscitando su asociación.[59 59 ] Nina Rodrigues insiste en que esta capacidad no debe ser subestimada ya que, tal como se comprueba en las rebeliones colectivas de los asilos mentales, los alienados pueden asociarse, aunque con límites y como excepción. [ ] Entonces Ingenieros responde duramente, en una breve y contundente nota en la que subraya el desacuerdo, incluso apelando también él al francés, como parte de una puja intelectual en la que se ostenta el dominio de esa lengua prestigiosa, al tiempo que se aspira a alcanzar una resonancia internacional por encima del mero debate sudamericano.[60 60 ] INGENIEROS, José. Deux mots de reponse. Archivos, p.293, 1902. [ ]

Más allá de los alcances materiales de esta disputa (a partir de la cual Nina Rodrigues deja de publicar en Archivos y, junto con él, desaparece toda presencia brasileña en ese medio, tal vez como consecuencia de las tensiones entre estas dos figuras), y más allá de los matices ideológicos que deja entrever,[61 61 ] La confrontación también parece implicar una cierta diferencia ideológica de fondo: al negarse a extender el concepto de "patología" al colectivo popular, Ingenieros asumiría una posición más resistente a la patologización de esos sectores (y por ende, más progresista), aunque se trate solo de una diferencia de matices en el marco de la misma matriz teórica, devaluadora de la alteridad. Sobre el contenido "antipopulista" de la psicología de las multitudes, ver: LACLAU, Ernesto. Le Bon. La razón populista. Buenos Aires: FCE, 2005. Cabe aclarar que no es la polémica sino el artículo "Psicología del depeçage criminal", aparecido al año siguiente, el último texto de Nina Rodrigues editado en Archivos. [ ] llama la atención el hecho de que Archivos no reproduzca el texto de Nina Rodrigues sobre el movimiento milenarista de Canudos que da lugar a todo el debate, como si el fenómeno de la religiosidad popular brasileña resultara poco relevante para el lectorado de Archivos, precisamente el año en que la masacre de Canudos alcanza su consagración interpretativa, en el país vecino, con la edición de Os sertões de Euclides da Cunha.[62 62 ] Por lo demás, Ingenieros parece haber estado muy atento a la recepción de sus propias obras en revistas científicas y periódicos de Brasil, tal como lo prueba la colección de reseñas críticas conservadas por el propio Ingenieros en su Archivo personal (actualmente patrimonio del "Fondo Ingenieros" en el CEDINCI). [ ]

Así, toda una densa trama de análisis, que cruzan los modernos estudios psiquiátrico-criminológicos con la etnografía y con la arqueología americanas, tienen poco lugar en la revista, aún interviniendo autores latinoamericanos abocados a difundir esas temáticas en otros medios. El carácter racial y/o culturalmente "retrógrado" de las masas, el cariz "pre-político" de sus manifestaciones "irracionales", o incluso el papel "patógeno" de la posesión religiosa, tienden a invisibilizarse en Archivos. Por eso la revista parece ejercer un borramiento eurocéntrico de la especificidad cultural de los sectores populares indígenas, negros y mestizos –claves para definir la cuestión social en otros contextos latinoamericanos–, en sintonía con el universalismo positivista, que busca confirmar la plena compatibilidad de América Latina con respecto a Europa.

La poca gravitación de estos temas en la revista no parece deberse a un rechazo del racialismo dominante en la perspectiva ideológica de los colaboradores latinoamericanos. De hecho, el propio Ingenieros revela, en varios de sus textos, un horizonte de ideas afín al de estos autores. Por ejemplo, si releyendo la obra de Nicéforo, desde cierto sesgo crítico, puede suavizar las determinaciones biológicas del retraso evolutivo del pueblo, en favor de las causas económicas y sociales,[63 63 ] INGENIEROS, José. Italia en la ciencia, en la vida y en el arte. Valencia: Sempere, 1910, p.54. [ ] frente a los sectores populares negros reactualiza preconceptos racialistas afines a los de Nina Rodrigues o del primer Ortiz. Esta perspectiva puede leerse tanto en sus juicios sobre la población negra sudamericana en su Sociología argentina (1918),[64 64 ] Ver, por ejemplo: "La función de la nacionalidad argentina en el continente sudamericano" en INGENIEROS, José. Sociología argentina. In: INGENIEROS, José. Obras completas. v.VIII. Buenos Aires: Rosso, 1939, p.79-90. [ ] como cuando, en viaje hacia Roma en 1905, se detiene brevemente en Cabo Verde: en la crónica "San Vicente, los negros" reivindica la esclavitud como una protección bondadosa, por ser "la sanción política y legal de una realidad objetiva, puramente biológica (...). Los hombres de las razas blancas, aun en sus grupos étnicos más inferiores, distan un abismo de estos seres, que parecen más próximos de los monos antropoides que de los blancos y civilizados".[65 65 ] INGENIEROS, José. Italia en la ciencia, en la vida y en el arte, p.13. [ ] Aquí Ingenieros coincide con la asimetría jurídica propuesta por Nina Rodrigues para Brasil, al advertir que "los hombres de razas inferiores no deberían ser, política y jurídicamente, nuestros iguales; son inaptos para el ejercicio de la capacidad civil, y no debieran considerarse 'personas' en el concepto jurídico".[66 66 ] Y remata: "cuanto se haga en pro de las razas inferiores es anticientífico; a lo sumo se les podría proteger para que se extinguieran agradablemente", pues "la igualdad humana es un genio digno de ingenuos como Cristo y de enfermos como Bakounine"; INGENIEROS, José. Italia en la ciencia, en la vida y en el arte, p.14-15. [ ]

Volviendo a Archivos, algunas colaboraciones de autores argentinos refuerzan la tendencia eurocéntrica arriba señalada, por ejemplo al centrarse en patologías sexuales que parecen asegurar –tranquilizadoramente– perversiones comparables a los casos más escandalosos estudiados por la psiquiatría europea, especialmente bajo el modelo de la Psychopathia sexualis (1886) de Krafft-Erbing. En esta dirección, varios artículos forjan una vasta galería de patologías modernas, propias de cualquier civilización "decadente", precisamente cuando, en el clima de ideas pre-spenglerianas de entresiglos, la decadencia y/o la degeneración se asocian con índices elevados de civilización.[67 67 ] Sobre el concepto de decadencia en la literatura y el pensamiento del período, ver: PIERROT, Jean. L'imaginaire décadent. París: PUF, 1977. [ ] En este sentido, a partir de la ostentación de perversiones "interesantes" y a tono con el grado de complejidad civilizatoria, casos como el del anciano que ha perdido la represión de su libido,[68 68 ] RAMOS MEJÍA, José María. Un caso de erotismo psíquico senil. Archivos, p.41-43, 1902. [ ] el del masturbador fetichista y bisexual que goza en los espacios públicos,[69 69 ] INGENIEROS, José. Fetichista con hermafrodismo psíquico activo. Archivos, p.616, 1902. [ ] el del hermafrodita que oculta su patología hasta morir de cáncer de testículo,[70 70 ] ROCHE, Carlos. El pseudo-hermafroditismo masculino y los androginoides. Archivos, p.420-448, 1904. [ ] o el del varón de los sectores populares que eyacula con solo ser mirado (¡lo que vuelve complicada la entrevista médica!)[71 71 ] En efecto, uno de los casos evidentemente más escandalosos para la pacata galería porteña (que se esfuerza por estar a la altura de las degeneraciones cosmopolitas) se encuentra en el artículo "Obsesión sexual: la mirada masturbadora" ( Archivos, p.273-275, 1902): en ese "estudio clínico", Lucas Ayarragaray (médico del Hospital de Alienadas) aborda el caso de un joven español, N.N., que presenta el síntoma insólito de eyacular descontroladamente con solo percibir el "maleficio" de ser mirado por otro varón, especialmente a la altura de sus genitales. El tipo de patología perturba la vida del paciente, e incluso complica la propia entrevista médica, ya que la mirada del facultativo, por el solo hecho de interactuar en la entrevista, corre el riesgo de ser una provocación "fatal". [ ] permiten confirmar, subrepticia e indirectamente, que estos sectores populares –en su mayoría inmigrantes europeos– son compatibles con el grado avanzado de civilización (y, por ende, con la modernización capitalista) que promete alcanzar la Argentina.

Es evidente que esa universalidad es una construcción ilusoria constantemente sesgada por las variables de clase, género, raza y cultura que la mirada intelectual –patriarcalista y eurocéntrica en grados diversos– repone subrepticiamente en los análisis concretos, recreando así un ordenamiento jerárquico del objeto de estudio. En este sentido, es posible leer a contrapelo el efecto "político" de los informes y análisis de caso que predominan en Archivos: la ausencia de trabajos más "antropológicos" por parte de autores latinoamericanos, sumado al carácter moderno y secularizado de las patologías locales allí difundidas, confirman la centralización que la revista pretende consolidar para Buenos Aires como modelo de europeización exitosa y como faro de la disciplina, a nivel continental.

También vale la pena advertir que la universalización presente en el cientificismo positivista parece adquirir connotaciones diferentes en el centro y en la periferia latinoamericana. En este sentido, varios intelectuales europeos como Charcot, Bourneville, Bernheim o Tarde postulan –en algunos casos, obsesivamente– la equivalencia de las psicopatologías en el pasado y en el presente, y en las periferias más atrasadas tanto como en los principales centros civilizatorios. Así por ejemplo, señalan la identidad del fenómeno histérico en las epidemias de posesión en la Edad Media, en los ritos fetichistas africanos, y en los ataques y contagios colectivos en las ciudades modernas.[72 72 ] Sobre Charcot (y en menor medida, Bernheim), ver: GAUCHET, Marcel; SWAIN, Gladis. El verdadero Charcot. Buenos Aires: Nueva Visión, 2002. Para estudiar el esfuerzo de la escuela de la Salpêtrière por comparar formas antiguas y modernas de la psicopatología, ver especialmente los nueve volúmenes de la Bibliothèque Diabolique, editada por D. Bourneville (París: Progrès Médical, 1882-1902). [ ] Pero si en el contexto europeo esa universalización permite –entre otras cosas– llevar adelante una cruzada secularizadora y republicana contra el discurso religioso, en el contexto latinoamericano parece suscitar, además, una indirecta legitimación del área y/o de sus colectivos populares, fundada en la identidad de las subjetividades (o al menos, de sus patologías), aun cuando esa legitimación sea muy limitada e incluso contradictoria.[73 73 ] Así por ejemplo, en la tesis doctoral de Valdizán hay implícita una cierta legitimación del colectivo indígena precolombino (aunque muy acotada), al menos por considerarlo un objeto de estudio interesante, importante a nivel nacional, y abordable con los modernos instrumentos conceptuales de la psiquiatría. En el caso de Nina Rodrigues, si bien este autor contradice la universalización al sostener la responsabilidad penal diferencial de negros y mulatos (en As raças humanas e a responsabilidade penal no Brasil, de 1894), su aplicación del concepto de "histeria" al mundo negro supone un gesto paradójicamente democratizador: contra la opinión de varios intelectuales locales (como João Baptista de Lacerda) y extranjeros (como el francés Regis, autor de "Un mot sur la superstition et sur la folie chez les nègres du Zambeze" – 1882), que le niegan a la "raza negra" el privilegio de la histeria, Nina Rodrigues crea una equivalencia universalizante, homologando blancos/as y negros/as frente a la misma patología (que, según sostiene, puede darse tanto en Europa como en África o en Brasil). Al respecto, ver: CORRÊA, Mariza. As ilusões da liberdade. [ ]

Las huellas de la red

Más allá de este cariz eurocéntrico, Archivos da lugar a la formación de una red de contactos y de ideas a nivel latinoamericano que parece resultar perdurable, al menos entre los intelectuales vinculados a ese proyecto editorial. Tal vez esa perduración pueda medirse en la apelación, por parte de Ingenieros –y ya varios años después de cerrada la revista– a textos de autores latinoamericanos que habían colaborado en Archivos. En efecto, todavía en 1920 Ingenieros recurre a fuentes editadas en aquella revista a principios de siglo, para reconstruir las sucesivas concepciones de la locura a lo largo de la historia del país, desde la colonia hasta el presente: en La locura en la Argentina, la mayoría de las referencias sobre supersticiones populares indígenas y negras prueba el éxito de esa red para alcanzar una proyección continental, precisamente sobre temas que en Archivos habían sido desplazados de la sección principal (y apenas considerados en las reseñas). Así por ejemplo, para estudiar la concepción de la locura entre los quichuas, Ingenieros se basa en la tesis de Valdizán no editada en Archivos. Y las referencias de Ingenieros, para pensar problemas vinculados a la negritud en América Latina, siguen siendo las obras de Nina Rodrigues y de Fernando Ortiz en el novecientos.[74 74 ] Ingenieros cita explícitamente la obra de Nina Rodrigues en general, así como Los negros brujos de Ortiz y La brujería y el ñañiguismo desde el punto de vista médico-legal de Israel Castellanos, amén de recordar algunas referencias locales al tema en textos de Juan A. García, V. F. López y J. M. Ramos Mejía. [ ] Incluso se hace evidente en qué medida continúa pensando la Argentina a partir del contraste con los casos de Brasil y Cuba: aludiendo en 1920 al caso policial que en 1906 había disparado la edición de Los negros brujos de Ortiz, Ingenieros señala que "este ambiente de superstición africana nunca se tornó criminal contra los blancos, como ocurre hasta nuestros días en el Brasil y en Cuba".[75 75 ] INGENIEROS, José. La locura en la Argentina, p.37; bastardilla nuestra. En verdad, esa lectura tergiversa el objetivo tranquilizador de Ortiz (que en Los negros brujos buscaba demostrar que la ejecución de delitos de esas características eran raros en Cuba); ver: MAILHE, Alejandra. Avatares de la conceptualización de la cultura negra en la obra de Fernando Ortiz, 1900-1940. [ ] Y la matriz de los análisis de Nina Rodrigues y de Ortiz es tan fuerte (para suplir estudios inexistentes sobre locura y brujería negra en Argentina), que incluso apela –como aquellos autores en entresiglos– a la experiencia autobiográfica para legitimar su saber, cuando recuerda haber presenciado, a los 15 años, una ceremonia secreta de negros, guiado por una cocinera negra de la casa familiar.

Así, recién en 1920 Ingenieros aborda los trabajos más etnográficos de los mismos autores latinoamericanos que años antes habían intervenido en Archivos con análisis más universalistas (ya que la revista había permitido crear una red latinoamericana, pero controlada por la agenda de enfoques teóricos y objetos de estudio privilegiados por Buenos Aires). En esta dirección, La locura en la Argentina trae a la superficie una serie de lecturas que habían sido desplazadas por Archivos a sus márgenes: Nina Rodrigues, Fernando Ortiz y Hermilio Valdizán, entre otros, en el clímax de la euforia modernizadora de Archivos, parecen operar ahora como "lo inconsciente reprimido" que retorna, algunos años después, para pensar el pasado remoto de la Argentina moderna... y para permitirle a Ingenieros confirmar que Argentina ya no es lo que todavía son Brasil, Cuba o Perú.

Esta incursión tímida en una psiquiatría latinoamericana más etnográfica (que le es necesaria a Ingenieros, para esbozar una historia colonial de la locura en el país) confirma la importancia de Archivos tanto para vertebrar una red latinoamericana de contactos y referencias (que perduran más allá del auge del positivismo), como para proveer a los intelectuales argentinos de una cierta formación "latinoamericanista" de base. A la vez, la recuperación de esas fuentes (desplazadas a los márgenes en la recepción llevada a cabo por Archivos) confirma el universalismo eurocéntrico dominante en aquel proyecto intelectual.

Algunas conclusiones

Archivos se plantea el desafío de construir un espacio de mediación privilegiado entre los centros teóricos europeos y las periferias latinoamericanas. Esa mediación científica se percibe en las redes de sociabilidad intelectual que allí se consolidan, en los criterios formales de edición, en los diversos niveles de significación contenidos en los artículos editados, e incluso en los soportes gráficos. En especial, la posición paradójica que asume Archivos en términos de historia intelectual, al crear una red internacional con centro en Buenos Aires, articulando América Latina y Europa, se refracta, en el contenido de los textos, a través de la universalización de las patologías que allí se difunden. En efecto, los trabajos insisten en equiparar las patologías en el centro y en las periferias, en el pasado y en el presente, universalizándolas, dejando de lado las investiduras culturales diversas que darían cuenta de la multiculturalidad y/o de la asincronía de la modernidad latinoamericana como proyecto incompleto, o peor aún, "dislocado". Algunos dispositivos gráficos (principalmente la publicidad y las fotografías) apoyan la formación de ese perfil científico internacional, que afecta tanto a la identidad de los intelectuales que intervienen en la revista como a sus propios objetos de estudio.

Creando un equilibrio tenso –no exento de conflictos–, esa mediación se tramita ejerciendo una recepción crítica de algunas teorías centrales (por ejemplo, manteniendo distancia respecto del lombrosianismo), pero también ejerciendo una recepción crítica de algunas producciones latinoamericanas (por ejemplo, apagando el cariz más "etnográfico" de la psiquiatría y de la criminología "periféricas").

A pesar del sesgo eurocéntrico que gravita en los enfoques teóricos y en los objetos de estudio privilegiados por Buenos Aires, la revista ofrece un canon de autores capaz de sentar las bases para una posterior –aunque muy moderada– latinoamericanización de los propios intelectuales argentinos. En el contexto de la Reforma Universitaria, precisamente cuando se esboza un proyecto político-cultural de integración continental,[76 76 ] Sobre el proyecto político-cultural de integración continental en la obra de Ingenieros, en la década del veinte, ver: PITA GONZÁLEZ, Alexandra. La Unión Latino Americana y el Boletín Renovación: redes intelectuales y revistas culturales en la década de1920. México: El Colegio de México, 2009. ] Ingenieros vuelve sobre los autores difundidos años antes por Archivos... para recuperar las obras relegadas por la misma revista que, a principios de siglo, había creado una primera red latinoamericana, transida –paradójicamente– de un latinoamericanismo eurocéntrico.

Artigo recebido em: 25/02/2014

  • [3] Ver BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros Buenos Aires: El Ateneo, 1953.
  • [4] El itinerario editorial de la revista pone en evidencia su proceso de consolidación institucional, asegurando su continuidad por más de diez años: Archivos comienza a editarse en Buenos Aires, desde 1902, por la Revista Nacional; desde 1903 se edita a través de La semana médica, y a partir de 1907 (cuando Ingenieros crea el primer Instituto de Criminología, en la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires, asumiendo como su primer director), empieza a imprimirse en los talleres gráficos de la Penitenciaría Nacional; ver: BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.75.
  • [5] DUCLERT, Vincent; RASMUSSEN, Anne. Les Revues scientifiques et la dynamique de la recherche. In: PLUET-DESPATIN, Jacqueline et alt. La Belle Époque des Revues, 1880-1914. Paris: L'Imec, 2002.
  • [6] El propio Ingenieros, en un texto clave para captar su versión de la "historia intelectual" de la disciplina, observa la importancia capital de las revistas que, en la época, editan casi toda la producción sobre temas psiquiátrico-criminológicos en el país, contrastando con la escasa relevancia de los libros sobre esa temática; INGENIEROS, José. La locura en la Argentina Buenos Aires: Editorial Buenos Aires, 1920, especialmente p.172-180.
  • [7] Evidentemente también otras revistas colaboran en la consolidación de ese campo científico. Así por ejemplo, al menos 14 figuras publican tanto en Archivos como en otras revistas próximas en la época, como los Anales de la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, creando una masa discursiva importante para la fundación de la psicología y de la criminología a nivel nacional; ver: MICELI, Claudio; BRUNO, Darío; PUHL, Stella. El concepto de "colegio invisible" y la intersección de dos campos disciplinares en la Argentina de comienzos del siglo XX. Anuario de Investigaciones, Buenos Aires, v.XVIII, p. 191-199, 2011.
  • [9] En efecto, la revista se inaugura en 1902 bajo el título Archivos de criminalogía, psiquiatría y medicina legal. Ese año se modifica la acepción italiana de "criminalogía" por "criminología". En 1903 se transforma en Archivos de psiquiatría, criminología y ciencias afines, explicitando la centralidad mayor de la psiquiatría (que somete el delito al estudio psicopatológico) y la apertura hacia nuevos campos. En 1904 se agrega una especificación más concreta del contenido de las "ciencias afines", al incluirse el subtítulo "Medicina Legal – Sociología – Derecho – Psicología – Pedagogía". En 1908 (y hasta el final de la dirección de Ingenieros en 1913) pasa a llamarse simplemente Archivos de psiquiatría y criminología aplicadas a las ciencias afines La idea de una aplicación a las ciencias afines pone en evidencia el avance hegemonizante de las dos disciplinas rectoras sobre los otros campos del saber social interpelados por la revista; ver: ROSSI, Lucía. Presencia del discurso psicológico en las publicaciones periódicas en Argentina (1900-1962). Revista de Historia de la Psicología Argentina, n.1, 2008. Disponible en: <http://23118.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/informacion_adicional/obligatorias/034_historia_2/Archivos/inv/revista_virtual_historia_de_la_psicologia.pdf>. Acceso en: 07 enero 2014.
  • [10] Sobre la representación del margen social en Archivos, ver: DOVIO, Mariana. La noción de "mala vida" en la revista Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines en relación al higienismo argentino. Nuevo Mundo Mundos Nuevos, s/n, 2012. Disponible en: <http://nuevomundo.Revues.org/>. Acceso en: 07 enero 2014.
  • [11] Sobre los recursos literarios en los estudios psiquiátrico-criminológicos de Ingenieros, ver: FERNÁNDEZ, Cristina. Las historias de vida en José Ingenieros. Anclajes, La Pampa, v.XVIII, n.13, p.71-89, 2009.
  • Por ejemplo, en "Fetichista con hermafrodismo psíquico activo" Ingenieros apela a recursos narrativos que buscan alcanzar un alto impacto en el lectorado, poniendo en evidencia la pugna entre la psiquiatría y la literatura decadente por la captación –¿por la sugestión?– del mismo público culto, ávido de monstruosidades sexuales; INGENIEROS, José. Fetichista con hermafrodismo psíquico activo. Archivos, p.616, 1902.
  • Un caso próximo al analizado por Ingenieros, en este artículo, motiva el cuento "Dentro da noite" del narrador decadentista carioca João do Rio, en la misma etapa. Con respecto a esta cuestión en Do Rio, ver: ANTELO, Raúl. João do Rio: o dandi e a especulação. Rio de Janiero: Taurus-Timbre, 1989;
  • MAILHE, Alejandra. Visão do paraíso; Visão do inferno. In: MAILHE, Alejandra. Brasil, márgenes imaginarios Buenos Aires: Lumière, 2011, p.191-225.
  • 12
    [12] Entre otros ejemplos de esta condena, el positivista español Bernaldo de Quirós analiza, como caso clínico, al escritor austro-húngaro Leopold von Sacher-Masoch, autor de varias novelas escandalosas a fines del siglo XIX; QUIRÓS, Bernaldo de. Sacher-Masoch y el masoquismo. Archivos, p.639-645,1907.
  • [16] Ver ALBERINI, Coriolano. Las definiciones del crimen. Verbum, Buenos Aires, n.21, p.12-25, 1912. Disponible en: <www.filo.uba.ar/contenidos/investigacion/institutos/inibi_nuevo/verbum1912.htm>. Acceso en: 07 enero 2014.
  • Al respecto, ver: ROSSI, Lucía. Presencia del discurso psicológico en las publicaciones periódicas en Argentina. En Archivos, Alberini interviene con la edición del texto más filosófico "La pedagogía de W. James", difundiendo el pragmatismo norteamericano; Archivos, p.572, 1910.
  • [21] Reiteradamente las solidaridades intelectuales conducen a establecer apoyos mutuos aparentemente contradictorios. Así por ejemplo, combinando amistad y disidencia ideológica, Paul Groussac prologa la primera edición de La locura en la historia (1895) de Ramos Mejía; sin embargo, además de confirmar su amistad y admiración por el autor del ensayo, ¡Groussac refuta cada una de las principales hipótesis presentes en el texto que prologa! Entre otras cosas, acusa a parte de la psiquiatría contemporánea de falsear el método científico por novelizar subjetivamente los casos estudiados; ver: GROUSSAC, Paul. Introducción. In: RAMOS MEJÍA, José María. La locura en la historia. Buenos Aires: Editorial Buenos Aires, 1920, p.7-39.
  • Con respecto a la migración interdiscursiva, numerosos textos de la época dan cuenta del entramado en el que se cruzan las discursividades positivista y antipositivista. Además de la incorporación (arriba mencionada) de recursos literarios de raigambre modernista para la narración de algunos casos editados en Archivos, podrían citarse muchos ejemplos ajenos a la revista, entre ellos el prefacio que escribe Carlos O. Bunge para su ensayo Nuestra América (1903), titulado "Una palabra": ese prólogo (que presenta un tratado "científico" de psicología social) aparece plagado de tópicos clisés del modernismo, aptos para teatralizar la "crisis del sujeto decadente" que da origen a la indagación "sociológica" del libro. En este sentido, es evidente que Bunge apela a la retórica que mejor le asegura un impacto afectivo y efectivo para ganar la atención y la adhesión del incipiente lectorado de masas; ver: BUNGE, Carlos O. Nuestra América Buenos Aires, Secretaría de Cultura de la Nación, 1994.
  • [28] Al respecto, ver: BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.76.
  • [29] Sin embargo, en la revista también es posible leer, al menos desde 1911, la apertura de Ingenieros hacia preocupaciones filosóficas más amplias (lo que se traduce, por ejemplo, en la edición, por parte de Archivos, de algunos capítulos de su ensayo El hombre mediocre). Cabe aclarar que mientras Ingenieros busca formular una filosofía ética (o un idealismo práctico), no abandona completamente sus preocupaciones psiquiátrico-criminológicas. De hecho, en Archivos continúa editando algunos trabajos vinculados a esta área, mientras corrige su libro Criminología; INGENIEROS, José. Criminología. Madrid: Jorro, 1913.
  • Con respecto a El hombre mediocre, ver: MAILHE, Alejandra. "El laberinto de la soledad" del genio o las paradojas de El hombre mediocre Varia Historia, Belo Horizonte, v.29, n.49, p.197-216, 2013.
  • [30] En este sentido, debe tenerse en cuenta el hecho de que, entre 1902 y 1913, Ingenieros colabora en Archivos con 90 artículos firmados, en un promedio de 8 a 10 por año, a los que se deben sumar las notas y los comentarios sin firma en las otras secciones de la revista. Así se refuerza la centralidad del director, capaz de organizar toda la agenda de investigación del positivismo criminológico y psiquiátrico, además de introducir, a partir de la década del diez, temas claves que cruzan ciencia y filosofía. Bagú recuerda el modo en que Ingenieros controla e interviene en todos los textos editados en Archivos, incluso en aquellos que llevan firma de otro autor; BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.76.
  • Un ejemplo en este sentido es el cierre del estudio científico de un caso clínico de "inversión sexual", editado por Francisco de Veyga, en el que se introduce un giro literario, lúdico y disonante con respecto al estilo del resto del artículo, revelándose un sospechoso quiebre en la voz enunciativa: refiriéndose al destino fatal del "invertido" Manón, el texto se cierra con la sentencia "Y el destino fue lógico con Manón hasta en la última hora: murió tuberculoso, como una verdadera 'Maragita Gautier'"; DE VEYGA, Francisco. La inversión sexual congénita. Archivo, p.48s, 1902.
  • [32] Especializado en psiquiatría y criminología, docente en la cátedra de Clínica Psiquiátrica, y amigo de Ingenieros, desde 1911 Fernández suplanta a Ingenieros en la dirección del Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional y en la dirección de Archivos, cuando Ingenieros se va del país; BAGÚ, Sergio. Vida ejemplar de José Ingenieros, p.123.
  • [34] De hecho, en una carta de 1913 sin fechar (probablemente de enero/febrero de ese año), Ingenieros le insiste a Fernández que su nombre ya no aparezca más en la portada de Archivos, y le aclara, con un énfasis que revela cierta irritación: "Te advierto que estoy muy contento con esta solución, pues los tales Archivos no estaban ya muy dentro de mi última orientación intelectual, exclusivamente filosófica. A mi regreso (...) he de publicar una revista de otra orientación y ella habrá enterrado a los Archivos, de manera que igual da enterrarlos antes"; INGENIEROS, José. Carta a Hervio Fernández, 1913, Fondo Ingenieros, CEDINCI, FA021, p.2.
  • [39] Para ejemplificar la construcción fotográfica de la histeria en Archivos, bajo el modelo visual de la Salpêtrière, ver: DURQUET, Joaquín. Paraplejía histérica curada por sugestión. Archivos, p.306-318, 1905.
  • Sobre la visualidad de la histeria en la Salpêtrière, ver: DIDI-HUBERMAN, Georges. La invención de la histeria Madrid: Cátedra, 2007.
  • [40] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Nueva clasificación de los delincuentes. Archivos, 1906, p.30.
  • [42] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Valor de la psicopatología en la antropología criminal. Archivos, p.1, 1902.
  • [43] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Las teorías de Lombroso ante la crítica. Archivos, p.334, 1902;
  • INGENIEROS, José. Homenaje a César Lombroso. Archivos, p.515, 1909.
  • Sobre la distancia de los autores argentinos y latinoamericanos respecto de Lombroso, ver: CAIMARI, Lila. La antropología y la recepción de Lombroso en América Latina. In: MONTALDO, Silvio; TAPPERO, Paolo (eds). Cesare Lombroso cento anni dopo Turín: UTET, 2009.
  • [44] Ver: MORAES, Evaristo de. La teoría lombrosiana del delincuente. Archivos, p.321, 1902.
  • [46] En esa arqueología psiquiátrica pionera, Valdizán parte de una perspectiva eurocéntrica, visible especialmente en su imposibilidad de pensar formas culturalmente divergentes de configurar la enfermedad mental entre los antiguos Incas. Como veremos, este autor es citado por Ingenieros, en 1920, como una fuente válida para realizar una historia de la locura en la América precolombina y colonial; INGENIEROS, José. La locura en la Argentina, p.16 y ss.
  • [49] Sobre Ortiz, ver, entre otros trabajos: ARROYO, Jossiana. Travestismos culturales Pittsburg: Universidad de Pittsburg, 2003;
  • MAILHE, Alejandra. Avatares de la conceptualización de la cultura negra en la obra de Fernando Ortiz, 1900-1940. Orbis Tertius, La Plata, n.17, 2011. Disponible en: <http://www.orbistertius.unlp.edu.ar/article/view/OTv16n17d01>. Acceso en: 07 enero 2014.
  • [50] ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico. Archivos, p.332-340, 1907.
  • En este texto, Ortiz defiende la restricción de la inmigración asiática y negra a Cuba, ya que éstas "son más delincuentes que la blanca, porque sus psiquis primitivas o bárbaras se hallan desnudas de los estratos altruistas de que aquella ya ha logrado revestirse"; ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico, p.332-333.
  • [51] ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico, p.339.
  • [52] ORTIZ, Fernando. Las rebeliones de los afro-cubanos. Archivos, p.560-566, 1910.
  • [53] Nina Rodrigues es profesor de la "Escola de Medicina" en Salvador de Bahía y fundador de campos profesionales claves como la medicina legal, la psiquiatría y la psicología social. Sobre la figura y la obra de Nina Rodrigues ver, entre otros: MAIO, Marcos C. A medicina de Nina Rodrigues. Cadernos de Saúde Pública, Rio de Janeiro, v.11, n.2, p.226-237, 1995;
  • CORRÊA, Mariza. As ilusões da liberdade: a escola Nina Rodrigues e a antropologia no Brasil. São Paulo: EDUSF, 1998.
  • [55] NINA RODRIGUES, Raimundo. Progresos de la Medicina Legal en el Brasil. Archivos, p.17, 1902.
  • [56] NINA RODRIGUES, Raimundo. Psicología del depeçage criminal. Archivos, p.385, 1903.
  • [57] Ese artículo de Nina Rodrigues, editado por primera vez en los Annales médico-psychologiques (París, 1901), es criticado por Ingenieros en Archivos, p.118, 1902.
  • [58] NINA RODRIGUES, Raimundo. A propós du mémoire: "La folie des foules". Archivos, p.290, 1902.
  • [60] INGENIEROS, José. Deux mots de reponse. Archivos, p.293, 1902.
  • [61] La confrontación también parece implicar una cierta diferencia ideológica de fondo: al negarse a extender el concepto de "patología" al colectivo popular, Ingenieros asumiría una posición más resistente a la patologización de esos sectores (y por ende, más progresista), aunque se trate solo de una diferencia de matices en el marco de la misma matriz teórica, devaluadora de la alteridad. Sobre el contenido "antipopulista" de la psicología de las multitudes, ver: LACLAU, Ernesto. Le Bon. La razón populista Buenos Aires: FCE, 2005.
  • [63] INGENIEROS, José. Italia en la ciencia, en la vida y en el arte Valencia: Sempere, 1910, p.54.
  • [64] Ver, por ejemplo: "La función de la nacionalidad argentina en el continente sudamericano" en INGENIEROS, José. Sociología argentina. In: INGENIEROS, José. Obras completas v.VIII. Buenos Aires: Rosso, 1939, p.79-90.
  • [65] INGENIEROS, José. Italia en la ciencia, en la vida y en el arte, p.13.
  • [66] Y remata: "cuanto se haga en pro de las razas inferiores es anticientífico; a lo sumo se les podría proteger para que se extinguieran agradablemente", pues "la igualdad humana es un genio digno de ingenuos como Cristo y de enfermos como Bakounine"; INGENIEROS, José. Italia en la ciencia, en la vida y en el arte, p.14-15.
  • [67] Sobre el concepto de decadencia en la literatura y el pensamiento del período, ver: PIERROT, Jean. L'imaginaire décadent París: PUF, 1977.
  • [68] RAMOS MEJÍA, José María. Un caso de erotismo psíquico senil. Archivos, p.41-43, 1902.
  • [69] INGENIEROS, José. Fetichista con hermafrodismo psíquico activo. Archivos, p.616, 1902.
  • [70] ROCHE, Carlos. El pseudo-hermafroditismo masculino y los androginoides. Archivos, p.420-448, 1904.
  • [72] Sobre Charcot (y en menor medida, Bernheim), ver: GAUCHET, Marcel; SWAIN, Gladis. El verdadero Charcot Buenos Aires: Nueva Visión, 2002.
  • [73] Así por ejemplo, en la tesis doctoral de Valdizán hay implícita una cierta legitimación del colectivo indígena precolombino (aunque muy acotada), al menos por considerarlo un objeto de estudio interesante, importante a nivel nacional, y abordable con los modernos instrumentos conceptuales de la psiquiatría. En el caso de Nina Rodrigues, si bien este autor contradice la universalización al sostener la responsabilidad penal diferencial de negros y mulatos (en As raças humanas e a responsabilidade penal no Brasil, de 1894), su aplicación del concepto de "histeria" al mundo negro supone un gesto paradójicamente democratizador: contra la opinión de varios intelectuales locales (como João Baptista de Lacerda) y extranjeros (como el francés Regis, autor de "Un mot sur la superstition et sur la folie chez les nègres du Zambeze" – 1882), que le niegan a la "raza negra" el privilegio de la histeria, Nina Rodrigues crea una equivalencia universalizante, homologando blancos/as y negros/as frente a la misma patología (que, según sostiene, puede darse tanto en Europa como en África o en Brasil). Al respecto, ver: CORRÊA, Mariza. As ilusões da liberdade
  • [75] INGENIEROS, José. La locura en la Argentina, p.37;
  • bastardilla nuestra. En verdad, esa lectura tergiversa el objetivo tranquilizador de Ortiz (que en Los negros brujos buscaba demostrar que la ejecución de delitos de esas características eran raros en Cuba); ver: MAILHE, Alejandra. Avatares de la conceptualización de la cultura negra en la obra de Fernando Ortiz, 1900-1940.
  • [76] Sobre el proyecto político-cultural de integración continental en la obra de Ingenieros, en la década del veinte, ver: PITA GONZÁLEZ, Alexandra. La Unión Latino Americana y el Boletín Renovación: redes intelectuales y revistas culturales en la década de1920. México: El Colegio de México, 2009.
  • *
    Autora convidada.
    **
    Pesquisadora do CONICET. Contato:
    [
  • 1
    ]
    Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines. Buenos Aires: La Semana Médica, 1902-1907; Penitenciaría Nacional, 1907-1913. En adelante,
    Archivos.
    [
  • 2
    ] En Criminalogía moderna (Buenos Aires, 1898-1901), José Ingenieros publica algunos de sus primeros trabajos en el área psiquiátrico-criminológica, colaborando además en la dirección de la revista.
    Archivos se inicia precisamente poco después de que Criminalogía moderna deja de editarse.
    [
  • 3
    ] Ver BAGÚ, Sergio.
    Vida ejemplar de José Ingenieros. Buenos Aires: El Ateneo, 1953.
    [
  • 4
    ] El itinerario editorial de la revista pone en evidencia su proceso de consolidación institucional, asegurando su continuidad por más de diez años:
    Archivos comienza a editarse en Buenos Aires, desde 1902, por la
    Revista Nacional; desde 1903 se edita a través
    de La semana médica, y a partir de 1907 (cuando Ingenieros crea el primer Instituto de Criminología, en la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires, asumiendo como su primer director), empieza a imprimirse en los talleres gráficos de la Penitenciaría Nacional; ver: BAGÚ, Sergio.
    Vida ejemplar de José Ingenieros, p.75.
    [
  • 5
    ] DUCLERT, Vincent; RASMUSSEN, Anne. Les
    Revues scientifiques et la dynamique de la recherche. In: PLUET-DESPATIN, Jacqueline et alt.
    La Belle Époque des Revues, 1880-1914. Paris: L'Imec, 2002.
    [
  • 6
    ] El propio Ingenieros, en un texto clave para captar su versión de la "historia intelectual" de la disciplina, observa la importancia capital de las revistas que, en la época, editan casi toda la producción sobre temas psiquiátrico-criminológicos en el país, contrastando con la escasa relevancia de los libros sobre esa temática; INGENIEROS, José.
    La locura en la Argentina. Buenos Aires: Editorial Buenos Aires, 1920, especialmente p.172-180.
    [
  • 7
    ] Evidentemente también otras revistas colaboran en la consolidación de ese campo científico. Así por ejemplo, al menos 14 figuras publican tanto en
    Archivos como en otras revistas próximas en la época, como los Anales de la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, creando una masa discursiva importante para la fundación de la psicología y de la criminología a nivel nacional; ver: MICELI, Claudio; BRUNO, Darío; PUHL, Stella. El concepto de "colegio invisible" y la intersección de dos campos disciplinares en la Argentina de comienzos del siglo XX.
    Anuario de Investigaciones, Buenos Aires, v.XVIII, p. 191-199, 2011.
    [
  • 8
    ] En varios aspectos se hace evidente que el vínculo entre estas dos figuras es clave para pensar el arco en que se desarrolla esta publicación. De Veiga se doctora en 1890 en medicina, especializándose al año siguiente en el Instituto Pasteur de París. Luego alcanza, entre otros cargos, el de profesor de medicina legal en la Facultad de Ciencias Médicas, y el de Director del Servicio de Observación de Alienados de la Policía Federal Argentina. Ingenieros conoce a De Veyga en 1899; ese año De Veyga lo designa secretario de
    La Semana Médica, una prestigiosa revista bajo su dirección. Además de desempeñarse como secretario, Ingenieros colabora en esa publicación con algunos trabajos (el primero que edita es un comentario a un libro de Lombroso, titulado "Etiología y terapéutica del delito", aparecido en agosto de 1899). En 1901, De Veyga nombra a Ingenieros en el cargo de Jefe de clínica en el Servicio de Observación de Alienados, y en 1902 Ingenieros asciende al cargo de Director, en el que permanece hasta 1911. Ese año De Veyga renuncia a su puesto de profesor de Medicina Legal en la Universidad de Buenos Aires. Ingenieros, que aspira a ser nombrado por el gobierno en el puesto dejado por De Veyga, como sucesión "natural", ve frustradas sus expectativas porque el gobierno de Sáenz Peña le niega el nombramiento (tal vez por su vínculo juvenil con el socialismo). Como protesta contra el gobierno, Ingenieros renuncia a todos sus cargos y se auto-exilia en Europa, lo cual –como veremos– tendrá consecuencias directas en el destino de
    Archivos.
    [
  • 9
    ] En efecto, la revista se inaugura en 1902 bajo el título
    Archivos de criminalogía, psiquiatría y medicina legal. Ese año se modifica la acepción italiana de "criminalogía" por "criminología". En 1903 se transforma en
    Archivos de psiquiatría, criminología y ciencias afines, explicitando la centralidad mayor de la psiquiatría (que somete el delito al estudio psicopatológico) y la apertura hacia nuevos campos. En 1904 se agrega una especificación más concreta del contenido de las "ciencias afines", al incluirse el subtítulo "Medicina Legal – Sociología – Derecho – Psicología – Pedagogía". En 1908 (y hasta el final de la dirección de Ingenieros en 1913) pasa a llamarse simplemente
    Archivos de psiquiatría y criminología aplicadas a las ciencias afines. La idea de una aplicación a las ciencias afines pone en evidencia el avance hegemonizante de las dos disciplinas rectoras sobre los otros campos del saber social interpelados por la revista; ver: ROSSI, Lucía. Presencia del discurso psicológico en las publicaciones periódicas en Argentina (1900-1962). Revista de Historia de la Psicología Argentina, n.1, 2008. Disponible en: <
    [
  • 10
    ] Sobre la representación del margen social en
    Archivos, ver: DOVIO, Mariana. La noción de "mala vida" en la revista
    Archivos de psiquiatría, criminología, medicina legal y ciencias afines en relación al higienismo argentino.
    Nuevo Mundo Mundos Nuevos, s/n, 2012. Disponible en: <
    http://nuevomundo.Revues.org/>. Acceso en: 07 enero 2014.
    [
  • 11
    ] Sobre los recursos literarios en los estudios psiquiátrico-criminológicos de Ingenieros, ver: FERNÁNDEZ, Cristina. Las historias de vida en José Ingenieros. Anclajes, La Pampa, v.XVIII, n.13, p.71-89, 2009. Por ejemplo, en "Fetichista con hermafrodismo psíquico activo" Ingenieros apela a recursos narrativos que buscan alcanzar un alto impacto en el lectorado, poniendo en evidencia la pugna entre la psiquiatría y la literatura decadente por la captación –¿por la sugestión?– del mismo público culto, ávido de monstruosidades sexuales; INGENIEROS, José. Fetichista con hermafrodismo psíquico activo.
    Archivos, p.616, 1902. Un caso próximo al analizado por Ingenieros, en este artículo, motiva el cuento "Dentro da noite" del narrador decadentista carioca João do Rio, en la misma etapa. Con respecto a esta cuestión en Do Rio, ver: ANTELO, Raúl. João do Rio: o dandi e a especulação. Rio de Janiero: Taurus-Timbre, 1989; MAILHE, Alejandra. Visão do paraíso; Visão do inferno. In: MAILHE, Alejandra.
    Brasil, márgenes imaginarios. Buenos Aires: Lumière, 2011, p.191-225.
    [
  • 12
    ] Entre otros ejemplos de esta condena, el positivista español Bernaldo de Quirós analiza, como caso clínico, al escritor austro-húngaro Leopold von Sacher-Masoch, autor de varias novelas escandalosas a fines del siglo XIX; QUIRÓS, Bernaldo de. Sacher-Masoch y el masoquismo.
    Archivos, p.639-645,1907. Quirós sigue la definición de "masoquismo" de Krafft-Ebing en
    Psychopathia sexualis, para plantear que no solo las novelas de este autor, sino también su biografía, están marcadas por la misma perversión.
    [
  • 13
    ]
    Archivos, p.598-618, 1908.
    [
  • 14
    ] Esa actitud integradora se percibe claramente luego, en la
    Revista de Filosofía, fundada por Ingenieros en 1915.
    [
  • 15
    ] Ernesto Quesada interviene en
    Archivos en 1903, en calidad de profesor universitario, con dos notas jurídicas sobre sexualidad en el matrimonio;
    Archivos, p.143, 1903;
    Archivos, p.219, 1908. Alejandro Korn sigue los tópicos del informe médico-psiquiátrico al descubrir "La simulación de la locura por un fratricida" (
    Archivos, p.691, 1902), pero incorpora un punto de vista humanista acerca de la enfermedad mental que es disonante con respecto al enfoque dominante en la psicología experimental. También interviene Leopoldo Lugones con el artículo "Estado sociológico de España en tiempo de la conquista jesuítica" (
    Archivos, p.572, 1904), un trabajo que forma parte de la elaboración de su ensayo
    El imperio jesuítico, editado el mismo año que su artículo.
    [
  • 16
    ] Ver ALBERINI, Coriolano. Las definiciones del crimen.
    Verbum, Buenos Aires, n.21, p.12-25, 1912. Disponible en: <
    www.filo.uba.ar/contenidos/investigacion/institutos/inibi_nuevo/verbum1912.htm>. Acceso en: 07 enero 2014. Al respecto, ver: ROSSI, Lucía. Presencia del discurso psicológico en las publicaciones periódicas en Argentina. En
    Archivos, Alberini interviene con la edición del texto más filosófico "La pedagogía de W. James", difundiendo el pragmatismo norteamericano;
    Archivos, p.572, 1910.
    [
  • 17
    ] La perspectiva de Alberini se consolidará luego, en el marco de la Reforma Universitaria, a través del modelo de una psicología "espiritualista" ligada a las filosofías de Dilthey y Bergson, entre otros.
    [
  • 18
    ]
    Archivos, p.110, 1902.
    [
  • 19
    ] En efecto, el catálogo promociona algunos textos claramente interesantes para el lectorado especializado de
    Archivos, como Dactiloscopía de Vucetich,
    Estudios médico-legales de De Veyga o
    La simulación de la locura de Ingenieros, pero también recomienda
    El imperio jesuítico de Lugones o
    El viaje intelectual de Groussac, recortando un área de interés cultural amplia.
    [
  • 20
    ] Visible en la producción juvenil de Ingenieros (por ejemplo, al compartir con Lugones la dirección del periódico quincenal
    La Montaña, en 1897).
    [
  • 21
    ] Reiteradamente las solidaridades intelectuales conducen a establecer apoyos mutuos aparentemente contradictorios. Así por ejemplo, combinando amistad y disidencia ideológica, Paul Groussac prologa la primera edición de La locura en la historia (1895) de Ramos Mejía; sin embargo, además de confirmar su amistad y admiración por el autor del ensayo, ¡Groussac refuta cada una de las principales hipótesis presentes en el texto que prologa! Entre otras cosas, acusa a parte de la psiquiatría contemporánea de falsear el método científico por novelizar subjetivamente los casos estudiados; ver: GROUSSAC, Paul. Introducción. In: RAMOS MEJÍA, José María. La locura en la historia. Buenos Aires: Editorial Buenos Aires, 1920, p.7-39. Con respecto a la migración interdiscursiva, numerosos textos de la época dan cuenta del entramado en el que se cruzan las discursividades positivista y antipositivista. Además de la incorporación (arriba mencionada) de recursos literarios de raigambre modernista para la narración de algunos casos editados en
    Archivos, podrían citarse muchos ejemplos ajenos a la revista, entre ellos el prefacio que escribe Carlos O. Bunge para su ensayo
    Nuestra América (1903), titulado "Una palabra": ese prólogo (que presenta un tratado "científico" de psicología social) aparece plagado de tópicos clisés del modernismo, aptos para teatralizar la "crisis del sujeto decadente" que da origen a la indagación "sociológica" del libro. En este sentido, es evidente que Bunge apela a la retórica que mejor le asegura un impacto afectivo y efectivo para ganar la atención y la adhesión del incipiente lectorado de masas; ver: BUNGE, Carlos O.
    Nuestra América. Buenos Aires, Secretaría de Cultura de la Nación, 1994.
    [
  • 22
    ] Así por ejemplo, en el primer año
    Archivos edita 80 trabajos, de los cuales 57 pertenecen a autores argentinos y 23 a extranjeros, mientras que en 1911, coincidiendo con el auto-exilio de Ingenieros, el número es el menor de la colección –31 textos– de los cuales 26 son de autores locales y 5 de extranjeros.
    [
  • 23
    ] Inicialmente, el comité de redacción de la revista está integrado por Ingenieros (como director) y por Ramos Mejía, De Veyga, Francisco Puga Borne (profesor de Medicina Legal en la Universidad de Santiago de Chile), A. Garibaldi (director de la Oficina Antropométrica de Montevideo), Domingo Cabred (Profesor de Psiquiatría de la Universidad de Buenos Aires, y fundador de una colonia Open Door pionera en América Latina), el italiano Pietro Gori y el brasileño Nina Rodrigues. En 1904 se agrega el argentino Manuel T. Podestá (médico del Hospital Nacional de Alienadas) y se alejan Gori, Cabred y Nina Rodrigues. También en 1904 se suman Horacio Piñero y Emilio Bondenari; en 1906 se agregan Víctor Mercante y Rodolfo Senet, y en 1907 H. Areco, Antonio Ballvé y Eusebio Gómez, todos argentinos.
    [
  • 24
    ] En efecto, como parte de esa apertura internacionalista,
    Archivos muestra desde 1902 un alto nivel de intercambio con otros centros académicos: con 11 revistas de Argentina, 22 de Francia y 9 de Italia, además de otras de Alemania, Bélgica, Inglaterra, España, Holanda, Brasil, Perú, Uruguay y Bolivia. En el índice final de 1902 se listan 50 "revistas que han sido analizadas" de Argentina, América Latina y Europa. Si bien ese listado desaparece en los volúmenes siguientes, sirve para establecer el carácter internacional de la revista. Además de las colaboraciones internacionales, desde 1904, se anuncia a los lectores, en la portada de la revista, que las suscripciones a la misma se encuentran disponibles "en las principales librerías de Buenos Aires, Río de Janeiro, Montevideo y Santiago de Chile", poniendo en evidencia así su difusión internacional, a tono con el carácter internacional del comité de redacción y de las colaboraciones. Ese perfil se halla en sintonía con la edición de
    La simulación de la locura de Ingenieros, simultáneamente en Argentina y en Italia, en 1903, o con la destacada intervención del director de
    Archivos en el Vto. Congreso Internacional de Psicología, celebrado en Roma en 1905, entre otros gestos que demuestran la proyección internacional a la que aspira el positivismo argentino.
    [
  • 25
    ] El primer volumen es el más extenso, con 77 artículos en su primera sección, revelando una acumulación de importante material publicable (que concentra además casi todas las intervenciones de intelectuales brasileños durante la vida de esta revista); el volumen de 1911, por el contrario, es el menor (contiene solo 31 artículos), probablemente como resultado de las dificultades que encara la edición a partir del alejamiento de su director, auto-exiliado desde ese año en Europa.
    [
  • 26
    ] Ese cambio formal en la clasificación de los autores solo se repone en el índice final, editado en 1913, en donde se organizan dos grupos: nacionales y extranjeros.
    [
  • 27
    ] Además, cada artículo editado incorpora, en el encabezado, escuetas referencias al título académico y a la función institucional desempeñada por el (o los) autor(es) del trabajo. Ese tratamiento sobrio condice con el efecto de objetividad científica buscado por el medio, al tiempo que la pertenencia institucional consolida el prestigio de la voz interviniente.
    [
  • 28
    ] Al respecto, ver: BAGÚ, Sergio.
    Vida ejemplar de José Ingenieros, p.76.
    [
  • 29
    ] Sin embargo, en la revista también es posible leer, al menos desde 1911, la apertura de Ingenieros hacia preocupaciones filosóficas más amplias (lo que se traduce, por ejemplo, en la edición, por parte de
    Archivos, de algunos capítulos de su ensayo
    El hombre mediocre). Cabe aclarar que mientras Ingenieros busca formular una filosofía ética (o un idealismo práctico), no abandona completamente sus preocupaciones psiquiátrico-criminológicas. De hecho, en
    Archivos continúa editando algunos trabajos vinculados a esta área, mientras corrige su libro Criminología; INGENIEROS, José. Criminología. Madrid: Jorro, 1913. Con respecto a
    El hombre mediocre, ver: MAILHE, Alejandra. "El laberinto de la soledad" del genio o las paradojas de
    El hombre mediocre.
    Varia Historia, Belo Horizonte, v.29, n.49, p.197-216, 2013.
    [
  • 30
    ] En este sentido, debe tenerse en cuenta el hecho de que, entre 1902 y 1913, Ingenieros colabora en
    Archivos con 90 artículos firmados, en un promedio de 8 a 10 por año, a los que se deben sumar las notas y los comentarios sin firma en las otras secciones de la revista. Así se refuerza la centralidad del director, capaz de organizar toda la agenda de investigación del positivismo criminológico y psiquiátrico, además de introducir, a partir de la década del diez, temas claves que cruzan ciencia y filosofía. Bagú recuerda el modo en que Ingenieros controla e interviene en todos los textos editados en
    Archivos, incluso en aquellos que llevan firma de otro autor; BAGÚ, Sergio.
    Vida ejemplar de José Ingenieros, p.76. Un ejemplo en este sentido es el cierre del estudio científico de un caso clínico de "inversión sexual", editado por Francisco de Veyga, en el que se introduce un giro literario, lúdico y disonante con respecto al estilo del resto del artículo, revelándose un sospechoso quiebre en la voz enunciativa: refiriéndose al destino fatal del "invertido" Manón, el texto se cierra con la sentencia "Y el destino fue lógico con Manón hasta en la última hora: murió tuberculoso, como una verdadera 'Maragita Gautier'"; DE VEYGA, Francisco. La inversión sexual congénita.
    Archivo, p.48s, 1902.
    [
  • 31
    ] Cabe aclarar que en 1911, el gobierno de Roque Sáenz Peña le niega a Ingenieros su nombramiento en la cátedra de Medicina Legal en la Universidad de Buenos Aires (probablemente como respuesta a la oposición de Ingenieros a la reforma de la ley electoral, o por presiones de la Iglesia católica). Como protesta, Ingenieros renuncia a todos sus cargos, denuncia la injusticia en una carta pública al Presidente de la nación Roque Sáenz Peña, y se auto-exilia en Europa hasta 1914. Esa estadía en el exterior acompaña el desarrollo de un giro epistemológico con respecto a su etapa conceptual previa, sesgada por el positivismo.
    [
  • 32
    ] Especializado en psiquiatría y criminología, docente en la cátedra de Clínica Psiquiátrica, y amigo de Ingenieros, desde 1911 Fernández suplanta a Ingenieros en la dirección del Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional y en la dirección de
    Archivos, cuando Ingenieros se va del país; BAGÚ, Sergio.
    Vida ejemplar de José Ingenieros, p.123.
    [
  • 33
    ] La dirección intelectual ejercida por Ingenieros sobre Fernández se despliega en el marco de un vínculo de camaradería íntima, que pone en evidencia cómo las relaciones profesionales de esa estrecha red porteña involucran lazos afectivos propios de una fraternidad "entre nos". El epistolario de Ingenieros actualmente se encuentra en el "Fondo Ingenieros" del CEDINCI en Buenos Aires.
    [
  • 34
    ] De hecho, en una carta de 1913 sin fechar (probablemente de enero/febrero de ese año), Ingenieros le insiste a Fernández que su nombre ya no aparezca más en la portada de
    Archivos, y le aclara, con un énfasis que revela cierta irritación: "Te advierto que estoy muy contento con esta solución, pues los tales
    Archivos no estaban ya muy dentro de mi última orientación intelectual, exclusivamente filosófica. A mi regreso (...) he de publicar una revista de otra orientación y ella habrá enterrado a los
    Archivos, de manera que igual da enterrarlos antes"; INGENIEROS, José. Carta a Hervio Fernández, 1913, Fondo Ingenieros, CEDINCI, FA021, p.2.
    [
  • 35
    ] Dirigida por Ingenieros y co-dirigida por Aníbal Ponce, la
    Revista de Filosofía define un programa amplio de intervención interdisciplinaria, abierta a diversas corrientes, incluyendo el idealismo espiritualista. Es posible pensar que la aspiración cultural integradora que proyecta Ingenieros en la
    Revista de Filosofía se ve tímidamente anticipada en la heterogeneidad de voces disciplinares (provenientes de la psiquiatría y la criminología, pero también de "ciencias afines" como la pedagogía y el derecho) y en la más controlada heterogeneidad de perspectivas epistemológicas, ya presentes en
    Archivos. En esta dirección, sería posible explorar ciertas continuidades entre ambas revistas, aunque esto excede el objetivo más modesto de este trabajo.
    [
  • 36
    ]
    Archivos, p.641, 1913.
    [
  • 37
    ] El éxito de la
    Revista de criminología y psiquiatría, dirigida por Fernández y con continuidad entre 1914 y 1927, demuestra la existencia de un campo disciplinar maduro, previamente consolidado por
    Archivos.
    [
  • 38
    ]
    Archivos, p.641, 1913.
    [
  • 39
    ] Para ejemplificar la construcción fotográfica de la histeria en
    Archivos, bajo el modelo visual de la Salpêtrière, ver: DURQUET, Joaquín. Paraplejía histérica curada por sugestión.
    Archivos, p.306-318, 1905. Sobre la visualidad de la histeria en la Salpêtrière, ver: DIDI-HUBERMAN, Georges.
    La invención de la histeria. Madrid: Cátedra, 2007.
    [
  • 40
    ] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Nueva clasificación de los delincuentes.
    Archivos, 1906, p.30.
    [
  • 41
    ] Por ejemplo de La simulación en la lucha por la vida,
    El lenguaje musical y sus perturbaciones histéricas,
    Histeria y sugestión, Criminología y
    El hombre mediocre entre otros.
    [
  • 42
    ] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Valor de la psicopatología en la antropología criminal.
    Archivos, p.1, 1902.
    [
  • 43
    ] Ver, por ejemplo: INGENIEROS, José. Las teorías de Lombroso ante la crítica.
    Archivos, p.334, 1902; INGENIEROS, José. Homenaje a César Lombroso.
    Archivos, p.515, 1909. Sobre la distancia de los autores argentinos y latinoamericanos respecto de Lombroso, ver: CAIMARI, Lila. La antropología y la recepción de Lombroso en América Latina. In: MONTALDO, Silvio; TAPPERO, Paolo (eds).
    Cesare Lombroso cento anni dopo. Turín: UTET, 2009.
    [
  • 44
    ] Ver: MORAES, Evaristo de. La teoría lombrosiana del delincuente.
    Archivos, p.321, 1902.
    [
  • 45
    ] Valdizán es una figura pionera de la psiquiatría positivista en Perú, e historiador de la medicina peruana.
    La alienación mental entre los primitivos peruanos, su tesis doctoral, es presentada en 1915 en la Universidad Mayor de San Marcos, en Lima.
    [
  • 46
    ] En esa arqueología psiquiátrica pionera, Valdizán parte de una perspectiva eurocéntrica, visible especialmente en su imposibilidad de pensar formas culturalmente divergentes de configurar la enfermedad mental entre los antiguos Incas. Como veremos, este autor es citado por Ingenieros, en 1920, como una fuente válida para realizar una historia de la locura en la América precolombina y colonial; INGENIEROS, José.
    La locura en la Argentina, p.16 y ss.
    [
  • 47
    ] Cabe advertir que, en la sección de reseñas, sí hay espacio para dar cuenta de algunos trabajos más próximos al cruce entre antropología y psiquiatría que llevan a cabo varios autores latinoamericanos. Así por ejemplo,
    Archivos reseña en 1906 el libro
    Exercício ilegal da medicina. O curandeirismo no Rio de Janeiro de F. Monteiro de Barros, y en 1907 reseña
    Los negros brujos de Ortiz; pero en general los comentarios de los reseñistas anónimos también confirman la distancia "argentinocéntrica" dominante en la revista, respecto de ese tipo de problemáticas que a la revista le resultan lejanas o incluso desconocidas (por ejemplo, en la reseña de
    Los negros brujos el crítico –acaso el propio Ingenieros– hace una lectura muy superficial, no pudiendo juzgar el libro –según aduce– por desconocer completamente la condición de los negros en Cuba).
    [
  • 48
    ] Otras colaboraciones latinoamericanas en
    Archivos insisten en este desplazamiento del localismo a mero telón de fondo. Así por ejemplo, el positivista peruano Leónidas Avendaño (
    Archivos, p.611-616, 1909) edita su informe "Sobre un homicida simulador", sin reparar en ningún tipo de marcas locales, más allá de que el detenido padezca de insomnio por sus excesos en el consumo de coca.
    [
  • 49
    ] Sobre Ortiz, ver, entre otros trabajos: ARROYO, Jossiana.
    Travestismos culturales. Pittsburg: Universidad de Pittsburg, 2003; MAILHE, Alejandra. Avatares de la conceptualización de la cultura negra en la obra de Fernando Ortiz, 1900-1940.
    Orbis Tertius, La Plata, n.17, 2011. Disponible en: <
    [
  • 50
    ] ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico.
    Archivos, p.332-340, 1907. En este texto, Ortiz defiende la restricción de la inmigración asiática y negra a Cuba, ya que éstas "son más delincuentes que la blanca, porque sus
    psiquis primitivas o bárbaras se hallan desnudas de los estratos altruistas de que aquella ya ha logrado revestirse"; ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico, p.332-333.
    [
  • 51
    ] ORTIZ, Fernando. La inmigración desde el punto de vista criminológico, p.339.
    [
  • 52
    ] ORTIZ, Fernando. Las rebeliones de los afro-cubanos.
    Archivos, p.560-566, 1910.
    [
  • 53
    ] Nina Rodrigues es profesor de la "Escola de Medicina" en Salvador de Bahía y fundador de campos profesionales claves como la medicina legal, la psiquiatría y la psicología social. Sobre la figura y la obra de Nina Rodrigues ver, entre otros: MAIO, Marcos C. A medicina de Nina Rodrigues.
    Cadernos de Saúde Pública, Rio de Janeiro, v.11, n.2, p.226-237, 1995; CORRÊA, Mariza.
    As ilusões da liberdade: a escola Nina Rodrigues e a antropologia no Brasil. São Paulo: EDUSF, 1998.
    [
  • 54
    ] Este ensayo recoge artículos publicados antes en la
    Revista Brazileira de Río de Janeiro entre 1896 y 1897. Como libro, es editado por primera vez en francés, bajo el título
    L'animisme fétichiste des nègres de Bahia. Salvador: Reis & Comp., 1900.
    [
  • 55
    ] NINA RODRIGUES, Raimundo. Progresos de la Medicina Legal en el Brasil.
    Archivos, p.17, 1902.
    [
  • 56
    ] NINA RODRIGUES, Raimundo. Psicología del depeçage criminal.
    Archivos, p.385, 1903.
    [
  • 57
    ] Ese artículo de Nina Rodrigues, editado por primera vez en los
    Annales médico-psychologiques (París, 1901), es criticado por Ingenieros en
    Archivos, p.118, 1902.
    [
  • 58
    ] NINA RODRIGUES, Raimundo. A propós du mémoire: "La folie des foules".
    Archivos, p.290, 1902.
    [
  • 59
    ] Nina Rodrigues insiste en que esta capacidad no debe ser subestimada ya que, tal como se comprueba en las rebeliones colectivas de los asilos mentales, los alienados pueden asociarse, aunque con límites y como excepción.
    [
  • 60
    ] INGENIEROS, José. Deux mots de reponse.
    Archivos, p.293, 1902.
    [
  • 61
    ] La confrontación también parece implicar una cierta diferencia ideológica de fondo: al negarse a extender el concepto de "patología" al colectivo popular, Ingenieros asumiría una posición más resistente a la patologización de esos sectores (y por ende, más progresista), aunque se trate solo de una diferencia de matices en el marco de la misma matriz teórica, devaluadora de la alteridad. Sobre el contenido "antipopulista" de la psicología de las multitudes, ver: LACLAU, Ernesto. Le Bon.
    La razón populista. Buenos Aires: FCE, 2005. Cabe aclarar que no es la polémica sino el artículo "Psicología del depeçage criminal", aparecido al año siguiente, el último texto de Nina Rodrigues editado en
    Archivos.
    [
  • 62
    ] Por lo demás, Ingenieros parece haber estado muy atento a la recepción de sus propias obras en revistas científicas y periódicos de Brasil, tal como lo prueba la colección de reseñas críticas conservadas por el propio Ingenieros en su
    Archivo personal (actualmente patrimonio del "Fondo Ingenieros" en el CEDINCI).
    [
  • 63
    ] INGENIEROS, José.
    Italia en la ciencia, en la vida y en el arte. Valencia: Sempere, 1910, p.54.
    [
  • 64
    ] Ver, por ejemplo: "La función de la nacionalidad argentina en el continente sudamericano" en INGENIEROS, José. Sociología argentina. In: INGENIEROS, José.
    Obras completas. v.VIII. Buenos Aires: Rosso, 1939, p.79-90.
    [
  • 65
    ] INGENIEROS, José.
    Italia en la ciencia, en la vida y en el arte, p.13.
    [
  • 66
    ] Y remata: "cuanto se haga en pro de las razas inferiores es anticientífico; a lo sumo se les podría proteger para que se extinguieran agradablemente", pues "la igualdad humana es un genio digno de ingenuos como Cristo y de enfermos como Bakounine"; INGENIEROS, José.
    Italia en la ciencia, en la vida y en el arte, p.14-15.
    [
  • 67
    ] Sobre el concepto de decadencia en la literatura y el pensamiento del período, ver: PIERROT, Jean.
    L'imaginaire décadent. París: PUF, 1977.
    [
  • 68
    ] RAMOS MEJÍA, José María. Un caso de erotismo psíquico senil.
    Archivos, p.41-43, 1902.
    [
  • 69
    ] INGENIEROS, José. Fetichista con hermafrodismo psíquico activo.
    Archivos, p.616, 1902.
    [
  • 70
    ] ROCHE, Carlos. El pseudo-hermafroditismo masculino y los androginoides.
    Archivos, p.420-448, 1904.
    [
  • 71
    ] En efecto, uno de los casos evidentemente más escandalosos para la pacata galería porteña (que se esfuerza por estar a la altura de las degeneraciones cosmopolitas) se encuentra en el artículo "Obsesión sexual: la mirada masturbadora" (
    Archivos, p.273-275, 1902): en ese "estudio clínico", Lucas Ayarragaray (médico del Hospital de Alienadas) aborda el caso de un joven español, N.N., que presenta el síntoma insólito de eyacular descontroladamente con solo percibir el "maleficio" de ser mirado por otro varón, especialmente a la altura de sus genitales. El tipo de patología perturba la vida del paciente, e incluso complica la propia entrevista médica, ya que la mirada del facultativo, por el solo hecho de interactuar en la entrevista, corre el riesgo de ser una provocación "fatal".
    [
  • 72
    ] Sobre Charcot (y en menor medida, Bernheim), ver: GAUCHET, Marcel; SWAIN, Gladis.
    El verdadero Charcot. Buenos Aires: Nueva Visión, 2002. Para estudiar el esfuerzo de la escuela de la Salpêtrière por comparar formas antiguas y modernas de la psicopatología, ver especialmente los nueve volúmenes de la
    Bibliothèque Diabolique, editada por D. Bourneville (París: Progrès Médical, 1882-1902).
    [
  • 73
    ] Así por ejemplo, en la tesis doctoral de Valdizán hay implícita una cierta legitimación del colectivo indígena precolombino (aunque muy acotada), al menos por considerarlo un objeto de estudio interesante, importante a nivel nacional, y abordable con los modernos instrumentos conceptuales de la psiquiatría. En el caso de Nina Rodrigues, si bien este autor contradice la universalización al sostener la responsabilidad penal diferencial de negros y mulatos (en
    As raças humanas e a responsabilidade penal no Brasil, de 1894), su aplicación del concepto de "histeria" al mundo negro supone un gesto paradójicamente democratizador: contra la opinión de varios intelectuales locales (como João Baptista de Lacerda) y extranjeros (como el francés Regis, autor de "Un mot sur la superstition et sur la folie chez les nègres du Zambeze" – 1882), que le niegan a la "raza negra" el privilegio de la histeria, Nina Rodrigues crea una equivalencia universalizante, homologando blancos/as y negros/as frente a la misma patología (que, según sostiene, puede darse tanto en Europa como en África o en Brasil). Al respecto, ver: CORRÊA, Mariza.
    As ilusões da liberdade.
    [
  • 74
    ] Ingenieros cita explícitamente la obra de Nina Rodrigues en general, así como
    Los negros brujos de Ortiz y
    La brujería y el ñañiguismo desde el punto de vista médico-legal de Israel Castellanos, amén de recordar algunas referencias locales al tema en textos de Juan A. García, V. F. López y J. M. Ramos Mejía.
    [
  • 75
    ] INGENIEROS, José.
    La locura en la Argentina, p.37; bastardilla nuestra. En verdad, esa lectura tergiversa el objetivo tranquilizador de Ortiz (que en
    Los negros brujos buscaba demostrar que la ejecución de delitos de esas características eran raros en Cuba); ver: MAILHE, Alejandra. Avatares de la conceptualización de la cultura negra en la obra de Fernando Ortiz, 1900-1940.
    [
  • 76
    ] Sobre el proyecto político-cultural de integración continental en la obra de Ingenieros, en la década del veinte, ver: PITA GONZÁLEZ, Alexandra.
    La Unión Latino Americana y el Boletín Renovación: redes intelectuales y revistas culturales en la década de1920. México: El Colegio de México, 2009.
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      18 Dic 2014
    • Fecha del número
      Dic 2014

    Histórico

    • Recibido
      25 Feb 2014
    Pós-Graduação em História, Faculdade de Filosofia e Ciências Humanas, Universidade Federal de Minas Gerais Av. Antônio Carlos, 6627 , Pampulha, Cidade Universitária, Caixa Postal 253 - CEP 31270-901, Tel./Fax: (55 31) 3409-5045, Belo Horizonte - MG, Brasil - Belo Horizonte - MG - Brazil
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