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Efectos socioterritoriales en Chile del súper ciclo de los commodities y de su término

Social-geographical effects of the commodities’ super cycle and of its end in Chile

Resumen

Los ciclos económicos de los commodities impactan a las economías emergentes, y muy desigualmente a sus diversos territorios subnacionales y sectores sociales, unos más vulnerables que otros. Este artículo investiga los efectos socioterritoriales en Chile del súper ciclo de los commodities y de su término, evaluando regional y comunalmente las reducciones en la pobreza durante los años de alto precio del cobre y, con su declinación, el incremento subnacional del desempleo. Se constata una mayor concentración territorial de la pobreza, que acusa una inercia territorial y temporal. En cambio, la relativamente mayor dispersión y fluctuación de los índices de desempleo evidencia una volatilidad de esta variable. El desafío de la equidad se hace presente en los periodos de bonanza y urgente en los de crisis.

súper ciclo; commodities; efectos socioterritoriales; pobreza; desempleo

Abstract

Commodities’ economic cycles affect emerging economies and have different impacts on their diverse subnational territories and social sectors, as some are more vulnerable than others. In this article, we investigate the social-geographical effects of the commodities’ super cycle and of its end in Chile. In addition, we evaluate poverty reduction at regional and district levels when the price of copper was high, and the subnational increase in unemployment when the prices decreased. A greater geographical concentration of poverty was found, which reveals a geographical and temporal inertia. Conversely, the relatively greater dispersion and fluctuation of unemployment rates evidence this variable’s volatility. The challenge of equity arises in prosperity periods and becomes urgent during crises.

super cycle; commodities; social-geographical effects; poverty; unemployment

Introducción

Las consecuencias de las crisis económicas internacionales tienden a reflejarse principalmente en los indicadores financieros y cuentas nacionales de cada país afectado. Sin embargo, los indicadores socioeconómicos expresan de forma más directa el efecto que recae sobre la población, más cuando aquellos se registran en una escala territorial intermedia o local, desagregándose así la divergencia subnacional de la influencia y el impacto de las crisis.

Esta presentación tiene como objetivo comprender y cuantificar los efectos socioterritoriales del súper ciclo de los commodities y de su reciente término, analizando la distribución regional y comunal de la pobreza y el desempleo en Chile en la década actual (incluyendo estadísticas laborales hasta 2016). Se considera a Chile como caso de estudio por su economía abierta y más expuesta a los ciclos internacionales, por su especialización en la exportación de commodities – mineros, agrícolas, forestales y pesqueros – y, sobre todo, por su fuerte dependencia del cobre y de las variaciones de sus precios internacionales.

Una primera hipótesis tras esta investigación está referida a la desigual exposición, vulnerabilidad y resiliencia de los territorios y las comunidades subnacionales ante los ciclos económicos internacionales, según sea su dotación de recursos naturales, su diversificación productiva, canasta exportadora y dependencia de determinados mercados externos; es decir, según su particular inserción en los mercados globales. Una segunda hipótesis, derivada de la anterior, se relaciona con los efectos sociales de esa desigual exposición y vulnerabilidad, expresados principalmente en la variación en los mercados laborales – tasa de desempleo – y en los indicadores de pobreza, medida tanto por ingresos como multidimensionalmente. Esta segunda hipótesis plantea que, en tanto el desempleo presenta mayor dispersión territorial y mayor volatilidad temporal, la pobreza resulta ser más estructural, registrando una mayor inercia y también una mayor concentración territorial. En consecuencia, los mercados laborales tendrían más flexibilidad y adaptabilidad – incluida la conmutación o movilidad horizontal – frente a los ciclos económicos y las crisis, en tanto la pobreza, incluida la multidimensional, acusaría mayor resistencia a la movilidad social vertical y menor ubicuidad – o fuerte localización – sea por condiciones históricas estructurales, en especial en ciertas regiones de menor desarrollo relativo, sea por ruralidad extrema en determinadas comunas.

El texto tiene tres secciones: la primera, incluye una breve reflexión teórica sobre las crisis internacionales, con referencia a su origen, propagación e impactos internacionales, haciendo hincapié en sus efectos sociales a escala subnacional. En ese contexto, se aborda en particular el denominado súper ciclo de los commodities, periodo en el que los precios de los principales insumos comercializados internacionalmente presentaron importantes alzas. Además de describir el contexto en el que los precios se incrementan, se resalta el abrupto fin del súper ciclo y sus consecuencias.

En las siguientes dos secciones se exponen los efectos socioterritoriales del súper ciclo y de su declinación. En consecuencia, la segunda sección analiza los datos de pobreza en el país, fundamentalmente a partir de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen) ejecutada por el Ministerio de Desarrollo Social. En su última medición, del año 2013, se revisa la distribución de la pobreza tanto a nivel de ingresos como en su variante multidimensional incorporada de manera reciente, examinando su concentración espacial a nivel de regiones y comunas. La tercera sección estudia la fluctuación del desempleo en el periodo 2013-2016, revisando por un lado las regiones y comunas que mayor cesantía han presentado a lo largo de esos años, y por otro aquellas que han sufrido mayores fluctuaciones en dicho tiempo. Finalmente, en las conclusiones se observará, siguiendo las hipótesis planteadas, la relación que presentan ambas variables, examinando la heterogénea concordancia que registra la distribución territorial de la pobreza con el desempleo en las distintas regiones y comunas de Chile, y su relación con los territorios especializados en la producción de commodities.

Las crisis y el súper ciclo de los commodities

El primer indicio de una desestabilización económica se manifiesta a través de variaciones negativas en su lugar de origen. El sector afectado presenta inicialmente caídas en algunas de sus tasas (ingresos, inversión, empleo, etc.) las cuales pueden trascender hacia otros sectores y territorios. La propagación y su nivel del impacto, dependen estrechamente de las relaciones económicas previamente establecidas. De hecho, el modelo de comercio internacional que es avalado por muchos países fomenta las relaciones inter e intrasectoriales transfronterizas, permitiendo a su vez la construcción de un circuito de dependencia comercial.

La manifestación de beneficios y/o perjuicios a través de esas relaciones comerciales se evidencian principalmente en aquellos territorios que tienen un mayor vínculo internacional. Los territorios productores de commodities, al presentar una exposición más directa a los mercados globales, son los primeros en generar y experimentar cambios abruptos como fruto de, por ejemplo, decisiones locales sobre la producción y precios, la reducción de barreras a capitales extranjeros o las variaciones en su demanda. Es precisamente por estos y otros factores que existe un alto grado de riesgo y especulación en los mercados de los commodities.

Uno de los ejemplos más mencionado en relación a lo anterior corresponde a la crisis del petróleo en 1973. La Organización de Países Productores de Petróleo (Opep) durante 1973 tuvo iniciativas alcistas sobre los precios del commodity por parte de algunos de sus países miembros (Ruíz--Caro, 2001RUÍZ-CARO, A. (2001). El papel de la Opep en el comportamiento del mercado petrolero internacional. Cepal, Serie Recursos Naturales e Infraestructura, n. 21.). Además, en ese mismo año estableció restricciones a la exportación del petróleo principalmente a los Estados Unidos y otros países industrializados por brindar su apoyo a Israel en el conflicto contra Siria y Egipto. Algunas de las consecuencias fueron, por un lado, una mayor inflación en los países industrializados y por otro, una mayor especulación de ganancias en países latinoamericanos. Estados Unidos, que venía de tener un gran déficit en cuenta corriente por la sobrevaluación del dólar, suspendió la convertibilidad del patrón oro como medida contingente. Aparicio (2014)APARICIO, A. (2014). Historia Económica Mundial 1950-1990. Economía Informa, n. 385, pp. 70-83. Disponible en: http://herzog.economia.unam.mx/assets/pdfs/econinfo/385/04aparicio.pdf Acesso en: 31 jul 2016.
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menciona que, sin embargo, esto desató la inflación en la economía del país norteamericano, que se agravaría por los incidentes reaccionarios de la Opep dos años después.

La consecuente crisis inflacionaria, siguiendo a Reinhart y Rogoff (2009)REINHART, C. y ROGOFF, K. (2009). This time is different: eight centuries of financial folly. Princeton, Princeton University Press., además de elevar los precios de forma crónica, afecta a la demanda interna inicialmente, seguida por una especulación con consecuencias macroeconómicas negativas. En este contexto, los bancos occidentales se confiaron del contexto macroeconómico y de la rentabilidad esperada, enfocándose a redirigir los excedentes del petróleo a los países emergentes.

Sin embargo, en la década del setenta comenzaría a implementarse mundialmente el modelo neoliberal, siendo el principal promotor de la apertura comercial. Este modelo de libre mercado internacional facilita el proceso de propagación de las crisis. Reinhart y Rogoff (2009)REINHART, C. y ROGOFF, K. (2009). This time is different: eight centuries of financial folly. Princeton, Princeton University Press., basándose en trabajos precedentes propios y de otros autores,1 (1) Los autores se basan principalmente en los trabajos de: Diaz-Alejandro (1985), Kamisnky y Reinhart (1999) y Reinhart y Rogoff (2008). mencionan que una crisis comienza por la liberalización financiera que produce mayores facilidades a los bancos y empresas para acceder a créditos externos. Simultáneamente, los bancos comienzan a ejercer prácticas de préstamo doméstico riesgosas y los problemas se evidencian después de un incremento de los intereses, donde los balances bancarios se debilitan por aumento de la deuda. Ante esta situación, el respectivo banco central comienza a asistir a las instituciones financieras afectadas, por medio de extensiones crediticias. Sin embargo, el banco central también tiene en sus manos el manejo de la tasa de interés, que utiliza como instrumento de política monetaria defensiva para amortiguar el valor de la moneda frente a la tasa de cambio. A pesar de esto, el banco central ejercerá primordialmente su facultad como prestamista de última instancia para salvar las entidades financieras, desembocando todo lo anterior en una depreciación de la moneda. La deuda externa de los bancos y la soberana se agravan, ya que tales préstamos están en moneda extranjera, incrementando la inflación y la probabilidad de un default tanto interno como externo.

La crisis de 1973 y la siguiente experimentada en 1979, reflejan la incidencia que tienen los precios internacionales sobre la economía mundial. En efecto, aparentemente las razonas políticas se destacan sobre las decisiones que implicaron los efectos económicos, pero se debe aclarar que antes de los eventos ya existía una intención alcista sobre los precios del petróleo, al menos en la primera crisis de la década. En la segunda, se sostiene más la hipótesis política que generó el desabastecimiento en ese entonces, periodo en el que la especulación se incrementó al acumularse los stocks (como medida preventiva desde la primera crisis) y el surgimiento de los contratos a futuro (Aparicio (2001). La revolución de Irán y la guerra de este país con Irak fueron los causantes de la disminución de la producción petrolera, de las expectativas negativas desde el exterior y del incremento de los precios del commodity. El peso de otros países productores de petróleo fuera de la Opep comenzó a ser mayor en el mercado internacional, al incrementar su producción y reducir sus precios de venta, hecho que de igual forma no impidió que la demanda del crudo se contrajera en los años siguientes.

Frente a los eventos mencionados, que incluyen restricciones a la oferta, caídas de demanda y precios de commodities, alteración de los términos de intercambio, encarecimiento de costos producto de la inflación, iliquidez como fruto de una corrida bancaria, y la salida de capitales de inversión por riesgo financiero, los sectores público y privado de un país deben tomar decisiones que afectan directamente a la población. En los ámbitos laborales, los despidos masivos son acciones comunes en épocas de crisis, sobretodo en economías más abiertas y en los sectores más dependientes de los mercados internacionales. El desempleo y la informalidad alteran a su vez la demanda y el consumo interno, detonando una movilidad regresiva de algunos sectores que caen en la pobreza o la agudizan. Lo anterior a su vez, genera desplazamientos demográficos hacia otras áreas y sectores del país donde puedan existir mayores oportunidades. Aunque se promuevan políticas asistenciales, el gobierno también debe lidiar con los posibles efectos de las crisis en todo el territorio, requiriendo estrategias para priorizar su gasto, que muchas veces debe ajustarse por programas de austeridad. En resumen, las crisis internacionales se presentan como un desafío a la gestión, asumiendo un papel principal en la agenda de un país.

En el periodo de la crisis internacional de 1973, Chile también tuvo que enfrentar cambios estructurales y la desafiante dualidad de tomar medidas frente a desafíos provenientes del exterior y del propio país, con consecuencias socio-laborales relevantes. En efecto, según Velásquez (2009)VELÁSQUEZ, M. (2009). Flexibilidad, protección y políticas activas en Chile. Cepal, Serie Macroeconomía del Desarrollo, n. 78., antes de 1973 el empleador principal de profesionales y técnicos era el sector público. Sus remuneraciones eran moderadas en comparación con las del sector privado, al igual que su productividad, aunque no tenían problemas serios de empleo. Las políticas tenían un carácter proteccionista, con barreras establecidas para el despido, indemnizaciones altas, huelga indefinida e injerencia del gobierno en la determinación del salario. Con esta última medida, se pretendía aumentar el poder adquisitivo de las remuneraciones mediante reajustes legales, dentro de la política principal de fijación de precios.

Un año después del golpe militar, las reformas se direccionaron hacia una economía abierta, donde la propiedad privada toma una gran relevancia, el Estado interventor se reduce y el sector privado asume el liderazgo del desarrollo del país (García-Huidobro, 1999GARCÍA-HUIDOBRO, G. (1999). La capacidad generadora de empleo productivo de la economía chilena. Serie Reformas Económicas, LC/L.12250. Cepal.). Las consecuencias iniciales sobre el mercado laboral fueron la desregulación y posterior flexibilización, que junto al contexto internacional de crisis petrolera incrementarían las tasas de desempleo y subempleo, reduciendo a su vez el salario real (Morgado, 1999MORGADO, E. (1999). Las reformas laborales y su impacto en el funcionamiento del mercado de trabajo. Serie Reformas Económicas, Cepal, n. 32.). Las medidas incluían la eliminación y prohibición de las organizaciones sindicales y la legislación que avalaba las acciones colectivas. En síntesis, se dejó atrás el modelo con fuerte regulación laboral que protegía al trabajador y se centraba en el concepto de justicia social. La reducción del gasto fiscal contempló la reducción de empleados públicos, tendencia que se compartiría con otros sectores. Los nuevos cesantes pasaron a ser independientes, trabajadores informales, asalariados desprotegidos o subcontratistas, con condiciones laborales precarias (García--Huidobro, 1999).

El sector económico que tuvo mayores impactos negativos fue el industrial, puesto que la demanda por sus productos se redujo fuertemente, al mismo tiempo que las importaciones se incrementaban. A nivel subnacional, las regiones más urbanizadas, y por ende donde se concentraba el sector industrial-manufacturero y la construcción, fueron las que más se vieron afectadas, presentando las mayores tasas de desempleo: 13,3% en la Metropolitana de Santiago y 14,7% en la del Biobío (Banco Central de Chile, 2012BANCO CENTRAL DE CHILE (2012). Indicadores Económicos y Sociales Regionales de Chile, 1980-2010. Disponible en: http://www.bcentral.cl/publicaciones/estadisticas/informacion-integrada/iei14.htm. Acesso en: 31 jul 2016.
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).

Los antecedentes conceptuales e históricos expuestos a modo de introducción permiten comprender los efectos sociales y territoriales del reciente súper ciclo de los commodities y de su fuerte declinación, en particular en un país como Chile, cuya economía de menor tamaño y plenamente abierta está muy expuesta a las variaciones y crisis en los mercados internacionales.

El denominado “súper ciclo” de los commodities se caracterizó por un crecimiento sostenido de los precios internacionales de bienes primarios desde comienzos de la década de los 2000, que sólo se vieron caer brevemente en la crisis subprime. Después de este suceso, los precios se recuperaron rápidamente y se incrementaron algunos hasta el año 2011 y otros hasta 2014, fechas en que experimentan una fuerte caída que se mantiene, con pocas variaciones, en la actualidad. Para apreciar el auge de más de diez años de los commodities, se toman como ejemplo los precios del cobre y del petróleo, según distintas bases de datos.

Para el cobre, se consultó a la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco),2 (2) Para mayor información consultar el siguiente enlace: http://www.cochilco.cl/estadisticas/precio-metales.asp la cual posee una amplia información estadística de los precios nominales de mercado internacional que se consideran en la Bolsa de Metales de Londres (BML) y Commodity Exchange, Inc. (Comex), que es la principal bolsa de comercio de futuros de metales. Los precios del cobre se expresan en dólares estadounidenses (USD) por libra (lb). Para el petróleo, se consultó directamente a la base del Fondo Monetario Internacional (FMI),3 (3) Para mayor información consultar el siguiente enlace: http://www.imf.org/external/np/res/commod/index.aspx para obtener sus precios según el spot de mercado correspondiente. Se considera inicialmente el precio del petróleo tipo Brent, el cual es un petróleo liviano que se extrae principalmente del Mar del Norte4 (4) Parte del océano Atlántico, localizado entre las costas de Noruega y Dinamarca en el oriente, de Gran Bretaña al occidente, y de Alemania, los Países Bajos, Bélgica y Francia al sur. y marca gran influencia en el continente europeo. También se considera el West Texas Intermediate (WTI), que es un petróleo más liviano que el Brent y su producción se ubica en los estados de Texas y al sur de Oklahoma, marcando un referente de mercado para otros precios del commodity en Estados Unidos. Finalmente, se obtiene el precio originario de Dubai Fateh, donde se produce un petróleo de carácter medio y cuyo precio es utilizado para las exportaciones del Golfo Pérsico hacia los países asiáticos. Los precios del petróleo generalmente se expresan en dólares estadounidenses (USD) por barril.

La información estadística obtenida de las fuentes mencionadas, respecto de los dos precios del cobre y los tres del petróleo, se grafica para el periodo correspondiente al súper ciclo y a su declinación (2000-2016).

Para comparar detenidamente los precios del cobre y del petróleo, se establecen ejes distintos que expresan su respectiva denominación (Figura 1). En ambos, se puede apreciar un incremento relativamente sostenido desde finales del año 2001 (aproximadamente 18,5 USD/barril para el petróleo y 0,67 USD/lb para el cobre) hasta aproximadamente mediados del 2008 (131,5 USD/barril para el petróleo y 3,72 USD/lb para el cobre). En la crisis subprime sufrieron una importante disminución que afectó a ambos commodities a finales del 2008 y comienzos del 2009 (41,8 USD/barril para el petróleo y 1,5 USD/lb para el cobre), situación que fue esporádica ya que en los años siguientes su precio volvió a incrementarse hasta principios del 2011 (116,32 USD/barril para el petróleo y 4,48 USD/lb para el cobre). El petróleo mantuvo un comportamiento más sostenido que el cobre hasta junio del 2014 (108,37 USD/barril), aunque después experimentó una fuerte caída hasta enero del 2015 (47,45 UDS/barril). En los primeros meses de 2015 tuvo una leve recuperación (62,5 USD/barril), pero de mayo a diciembre experimentaría una continua caída, llegando a un peor valor incluso comparado con el que tuvo en el contexto de la crisis subprime (36,56 USD/barril). En enero del 2016, este commodity ya se encuentra por debajo de los 30 USD/barril, aunque a junio se incrementa a 47,69 USD/barril. Por su parte, el cobre desde el 2011 hasta la fecha ha tenido una caída menos abrupta que el petróleo, aunque su nivel es casi igual de preocupante (en diciembre de 2015 llegó a 2,08 USD/lb). De hecho, en enero de 2016 se encontraba cerca a los 2 USD/lb, precio que se recuperó en lo que va del 2016 hasta 2,1 USD/lb.

Figura 1
– Precios mensuales internacionales del cobre y petróleo, 2000-2016

Si se realiza un zoom en los dos y medio últimos años, se puede apreciar más en detalle la abrupta caída del precio del petróleo y la constante disminución del precio del cobre. De enero del 2014 a enero del 2016, mes en que los precios llegaron a su valor mínimo en 12 años, el petróleo cayó un 70,61% mientras que el cobre un 39,47%. Entre el 2008 y 2009 la reducción de los precios fue mucho más acelerada, pero lo fue también su recuperación, ya que en el 2010 estaban en niveles similares a los de comienzos del 2008, previo al repunte de ese año.

La mantención del alto techo de oferta de petróleo por la OPEP y el aumento generalizado de oferta mundial del mismo, la autosuficiencia energética impulsada por Estados Unidos mediante el fracking, y la disminución de la demanda de cobre y petróleo por China, India e incluso otros países emergentes que se ven afectados por la apreciación del dólar, son varias de las razones que se dan para explicar el contexto del fin del súper ciclo. Beinstein (2015BEINSTEIN, J. (2015). Crisis petrolera y declinación sistémica mundial. Mundo Siglo XXI, Revista del Ciecas-IPN, v. X, n. 36, pp. 13-26., p. 15) hace alusión a algunas específicas para el caso del petróleo, pero las resume en dos tendencias principales: “crecimiento de la oferta de crudo y desaceleración del crecimiento económico global”. Con este argumento, reconoce que la oferta sobrepasó a la demanda, produciendo una caída de los precios desde el 2014, haciéndose poco rentables las producciones tanto de altos costos como las convencionales.

Baffes et al. (2015)BAFFES, J.; KOSE, M.; OHNSORGE, F. y STOCKER, M. (2015). The great plunge in oil prices: causes, consequences, and policy responses. Policy Research note 15/01. Development Economics, World Bank Group afirman que en las últimas tres décadas sucedieron otras cinco caídas de los precios del petróleo de más del 30% en menos de un año. De hecho, reconocen que los eventos recientes son similares a la caída de precios experimentada por el crudo entre 1985 y 1986, seguida de un incremento considerable de la oferta de los países fuera de la Opep y la decisión de este organismo a renunciar a la segmentación de precios y subir la producción. Los mismos autores coinciden con Beinstein (2015)BEINSTEIN, J. (2015). Crisis petrolera y declinación sistémica mundial. Mundo Siglo XXI, Revista del Ciecas-IPN, v. X, n. 36, pp. 13-26. en qué para la caída del 2014, los factores cruciales fueron la renuncia al sostenimiento de precios de la Opep y la rápida expansión de la producción no convencional del petróleo. Esto significa que la incidencia de los cambios en la oferta pesó más como causa que lo que ocurrió con la demanda, al menos para el caso del petróleo.

Figura 2
– Precios mensuales internacionales de cobre y petróleo, 2014-2016

Para el cobre, el efecto de la disminución de la demanda puede tener más peso en comparación con el caso precedente. Esto se puede justificar en la relación que existe, por ejemplo, entre el mayor exportador (Chile) y mayor importador (China). Fung, Garcia--Herrero y Seade (2015)FUNG, K.; GARCIA-HERRERO, A. y SEADE, J. (2015). Beyond minerals: China-Latin American Trans-Pacific supply chain. Policy Brief n. 5. Bank of Finland. observan el ranking de exportación de ambos países, donde China ocupa el primer lugar de destino de las exportaciones chilenas, que en su mayoría están relacionadas al cobre (30% según las últimas cifras de la Dirección Nacional de Aduanas del país). Por otro lado, Chile no figura ni entre los 10 primeros como destino de las exportaciones chinas, demostrando la relación comercial totalmente asimétrica entre ambos países y la gran dependencia del país austral por la demanda del gigante asiático.

Los años del súper ciclo, su posterior término y la eventualidad de una recuperación de los precios de los commodities representan un gran desafío para los países exportadores, relacionado con las consecuencias de la denominada “enfermedad holandesa”. Este concepto tiene su origen en 1960 en los Países Bajos, por un descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural en Slochteren, próximo del Mar del Norte. El resultado de esto fue un fuerte incremento de los ingresos en divisas, provocando una fuerte apreciación sobre el florín, la moneda local, y por ende una pérdida de competitividad de las exportaciones no petroleras (Ebrahim-Zadeh, 2003EBRAHIM-ZADEH, C. (2003). El síndrome holandés: demasiada riqueza malgastada. Finanzas y Desarrollo, n. 40. Fondo Monetario Internacional. Disponible en: http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2003/03/pdf/ebra.pdf. Acesso en: 3 ago 2016.
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). En otras palabras, este término describe las consecuencias negativas de cualquier hecho que produzca la entrada de grandes cantidades de divisas, expresado en distintas causas que mencionan Sánchez, García de la Cruz y Del Sur (2015)SÁNCHEZ, A.; GARCÍA DE LA CRUZ, J. M. y DEL SUR MORA, A. (2015). Comercio internacional, materias primas y enfermedad holandesa: estudio comparativo de los efectos estáticos en Noruega y Chile. Revista de Economía Mundial n. 39. Disponible en: http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/10703/Comercio_internacional.pdf?sequence=2. Acesso en: 3 ago 2016.
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: el descubrimiento de un yacimiento importante de un bien que se exporta y que por lo general es del sector primario; el fuerte aumento de los precios de algún commodity de exportación; la llegada desmedida de ayuda o asistencia externa para una economía en crisis y con problemas serios en su tejido productivo; el ingreso de grandes cantidades de inversión extranjera directa; y el aumento de las exportaciones de materias primas de un país debido al incremento de la demanda internacional por esos recursos.

Los mismos autores destacan el trabajo de Corden y Neary (1982)CORDEN, W. y NEARY, J. P. (1982). Booming sector and de-industrialisation in a small open economy. The Economic Journal, n. 195. Cambridge University Press. Disponible en: http://www.diva-portal.org/smash/get/diva2:330276/FULLTEXT01.pdf. Acesso en: 3 ago 2016.
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, quienes estudiaron el grado de exposición de tres sectores de una economía a los efectos externos. El primero, es un sector exportador de materia prima en pleno auge, a causa de un importante aumento de su precio o demanda en el mercado internacional. El segundo es un sector exportador tradicional de bienes manufactureros que se ve estancado, a diferencia del tercero, que corresponde al sector de bienes y servicios no transables y que se desarrollan en el mercado nacional (como por ejemplo el mercado minorista, servicios locales y la construcción). De esto se puede concluir que el sector secundario y los demás sectores exportadores ven afectada su competitividad debido a la fuerte apreciación de la moneda por el auge en el sector primario y su atracción de grandes cantidades de ingresos en divisas; mientras que el sector terciario, por su parte, se beneficia de esta situación y se expande. Cabe agregar aquí que, cuando los distintos sectores beneficiados o perjudicados están presentes en diferentes regiones subnacionales o en distintas ciudades, la “enfermedad holandesa” no solo se manifiesta intersectorialmente, sino también territorial y socialmente.

En Chile, los altos precios internacionales de cobre y las exportaciones del mismo aumentaron el flujo de dólares estadounidenses al país, generando un incremento de la oferta de esta divisa la que consecuentemente redujo su valor respecto del peso chileno. Este hecho se convirtió en un factor negativo para las exportaciones de otros sectores, debido a que sus productos se encarecieron y resultaron menos competitivos en los mercados internacionales (Rehner, Baeza y Barton, 2014REHNER, J.; BAEZA, S. y BARTON, J. (2014). Chile’s resource-based export boom and its outcomes: regional specialization, export stability and economic growth. Geoforum, v. 56, pp. 35-45.). Aunque la caída del precio del cobre y el alza del tipo de cambio favoreció inicialmente a otras exportaciones, la reducción generalizada de los precios de los commodities terminó afectando al conjunto de la economía chilena, más allá de su diversificación relativa en sus exportaciones de recursos naturales.

Las consecuencias del fin del súper ciclo sobre la pobreza tienden a ser variadas según Baffes et al. (2015)BAFFES, J.; KOSE, M.; OHNSORGE, F. y STOCKER, M. (2015). The great plunge in oil prices: causes, consequences, and policy responses. Policy Research note 15/01. Development Economics, World Bank Group. De hecho, aseguran que los impactos son indirectos y pueden en parte incluso ser positivos. Por ejemplo, la reducción del precio del petróleo incide sobre los precios de los combustibles, los cuales también caen causando beneficios para varios sectores de la sociedad. Los costos de transporte se reducen, disminuyendo los costos totales de los distintos productos. No obstante, los ingresos provenientes de las exportaciones generalmente representan parte importante de los recursos fiscales, incluso por la propiedad estatal de grandes empresas productoras de commodities, como es el caso de Chile con el cobre y la empresa Codelco. Esto implica menores ingresos en general, incluyendo los que se pueden destinar a políticas asistenciales y que se enfocan en atender a la población más vulnerable. Además, la reducción de precios torna más exigente la competencia internacional, forzando a disminuir costos de producción, afectando al factor trabajo y su remuneración.

El súper ciclo de los commodities y la pobreza regional y comunal en Chile

Esta sección analiza las estadísticas de reducción de la pobreza en el país durante el súper ciclo de los commodities, según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) ejecutada por el Ministerio de Desarrollo Social, la que en su última medición, del año 2013, registra la distribución regional y comunal de la pobreza tanto a nivel de ingresos como mediante una metodología multidimensional.

Diversos autores han enfatizado que Chile constituye un ejemplo exitoso en reducción de la pobreza durante las últimas décadas. Patricio Meller (2003) atribuye esta reducción a los elevados ritmos de crecimiento que mostró Chile, especialmente en la década de 1990 antes de la crisis asiática. Meller señala que el número de pobres en 1990 era alrededor de 5 millones, cifra que se redujo a 3,3 millones en 1996 – de acuerdo a los datos otorgados por la entonces División de Estudios del Ministerio Secretaría General de la Presidencia.

La tendencia a la reducción de la pobreza logró mantenerse de manera continua en las décadas siguientes. En el año 2006, en términos de ingresos el país registraba un 29,1% de personas bajo la línea de la pobreza, contando con un 12,6% de casos en pobreza extrema o indigencia. Hacia el 2013, la pobreza general se redujo prácticamente a la mitad, es decir, 14,4%, y sólo un 4,5% registraba una situación de indigencia. Esta reducción se produjo principalmente entre 2011 y 2013 – en los años de mayores precios de los commodities – periodo en el cual la población no-pobre aumentó en un 7,8% (Ministerio de Desarrollo Social, s/fMINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL (s/f). Resultados Encuesta Casen 2013. Disponible en: http://www.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/resultados-encuesta-casen-2013/. Acesso en: 14 jul 2016.
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).

No obstante, para diversos organismos, las cifras anteriormente destacadas no reflejan en su totalidad la situación real de pobreza y vulnerabilidad al interior del país. Así lo señala el Informe de la Comisión para la Medición de la Pobreza (2014) el cual indica que si bien la medición tradicional por ingresos – implementada en 1987 – permite una comparabilidad de las cifras a lo largo del tiempo, no refleja los nuevos patrones de consumo de las familias chilenas, como tampoco los cambios en la composición sociodemográfica en los hogares. Asimismo, el informe señala que “el ingreso no cubre todas las necesidades materiales, por lo que dimensiones esenciales del bienestar tienden a quedar excluidas de la medición de pobreza cuando ésta se mide únicamente por ingresos” (CMP, 2014COMISIÓN PARA LA MEDICIÓN DE LA POBREZA, CMP (2014). Informe Final. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Santiago, PNUD., p. 72).

Al respecto, autores como Alkire y Foster (2011)ALKIRE, S. Y FOSTER, J. (2011). Understandings and misunderstandings of multidimensional poverty measurement, Oxford Poverty and Human Development Initiative. Working Paper, n. 43. Oxford Department of International Development, University of Oxford. proponen realizar mediciones que detecten los diversos factores que inciden en la condición de pobreza, como el analfabetismo, la desnutrición, el hacinamiento y la cesantía, situados bajo umbrales de carencia dentro de los cuales se permite distinguir a quienes comparten la condición de pobreza (Kulkys, 2004). Como señalan Bravo y Torche (2011BRAVO, J. y TORCHE, A. (2011). Un enfoque multidimensional de la pobreza en Chile: su evolución temporal y regional. Santiago, Pontificia Universidad Católica de Chile., p. 4),

este nuevo valor está determinado básicamente por la existencia de varias carencias simultáneas y puede estimarse sobre la base del incremento en la probabilidad de trampa de pobreza que genera la interacción de las varias carencias consideradas.

Siguiendo las metodologías de Alkiere y Foster, el Ministerio de Desarrollo Social ha elaborado una nueva medición multidimensional de la pobreza, aplicada en la versión 2013 de la Encuesta Casen. En ella, se definió una serie de dimensiones considerando los tipos de carencias que experimentan los individuos y hogares, ocupando ponderadores tanto al interior de cada dimensión como entre éstas (Berner, 2014). Estas dimensiones incluyen salud, educación, vivienda, y trabajo y seguridad social. Bajo esta nueva medición se obtienen mayores cifras de pobreza. Por ejemplo, en el año 2013, un 20,4% de personas se sitúa bajo la línea de la pobreza con esta nueva metodología multidimensional, en contraste al 14,4% registrado en la medición solo por ingresos en ese mismo año (Ministerio de Desarrollo Social, s/fMINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL (s/f). Resultados Encuesta Casen 2013. Disponible en: http://www.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/resultados-encuesta-casen-2013/. Acesso en: 14 jul 2016.
http://www.ministeriodesarrollosocial.go...
).

Aun cuando la nueva metodología se relaciona con la última Encuesta, el Ministerio de Desarrollo Social informa datos de pobreza multidimensional a escala regional y comunal para las mediciones de los años 2009, 2011 y 2013. La Tabla 1 revela que, para los tres años, la Región de la Araucanía – por décadas la con menor participación en las exportaciones del país – es la que ha mostrado mayores niveles de pobreza: para el 2009, cerca de un 40% de sus habitantes se encontraban en condición de pobreza multidimensional, si bien disminuye a 28,5% para el 2013 – con un 23,7% a nivel de hogares. En contraste, la Región de Magallanes – una región extrema con beneficios específicos – exhibe en todos los casos menos del 20% de pobreza en el periodo analizado, llegando incluso a un 9,6% a nivel de hogares para el 2013. No obstante estas diferencias, para todas las regiones se aprecia una tendencia a disminuir la pobreza multidimensional, con excepción de las regiones del Maule y Biobío, las que tuvieron un leve aumento hacia el 2011 – un 2,7% y un 0,4% a nivel de personas respectivamente –, aunque lograron reducir su pobreza en el 2013.

Tabla 1
– Pobreza multidimensional en personas y hogares por regiones, 2009-2013
Tabla 2
– Pobreza de ingresos en personas y hogares por regiones, 2009-2013

Revisando las cifras a nivel de pobreza por ingresos, nuevamente la Región de la Araucanía es la que muestra mayores niveles: en el año 2009, cerca de un 50% de personas estaban en dicha categoría. No obstante, ésta logra disminuir significativamente en las mediciones siguientes, llegando a un 27,9% para el 2013. Por otro lado, la Región de Antofagasta – la principal exportadora de cobre – es la que posee los menores niveles de pobreza por ingresos, superando incluso a la Región de Magallanes. De hecho, en la medición 2013 de la Encuesta Casen, registra tan sólo un 3,2% de hogares bajo la línea de la pobreza, contrastando de esta forma con la medición multidimensional, según la cual un 14,8% de sus hogares clasifican como pobres.

En cuanto a registros de pobreza extrema – con casos de extrema carencia e incluso de indigencia- nuevamente se concluye que la Región de Antofagasta posee las cifras más bajas, con sólo un 1% de casos en esta categoría. En cambio, la Región de la Araucanía es la que posee índices más altos, siendo el único territorio en donde se presenta más del 10% de casos a nivel de personas según la Casen 2013. En la categoría de pobreza no-extrema dentro de la misma Encuesta, la Región de Magallanes es la que exhibe las menores cifras, registrando tan sólo un 2% de hogares en esa condición, dato menor incluso que el de la Región de Antofagasta. Por otro lado, si bien nuevamente la Araucanía posee la mayor cifra de pobreza no-extrema, supera por menor diferencia a la Región del Maule –agrícola y vitivinícola – la cual tiene un 16,4% de personas en esta categoría – es decir, sólo un 0,9% menos que en la Araucanía.

Las siguientes tablas incluyen las 35 comunas – es decir, el 10% del total nacional – con mayores niveles de pobreza en la Casen 2013. La Tabla 3 muestra una alta preponderancia de las Regiones del Biobío y de la Araucanía: 25 de las 35 comunas más pobres se encuentran entre estas dos regiones. Alto Biobío es la que exhibe el mayor índice de pobreza, con un 68,6% del total, encontrándose en la Región del Biobío. Por su parte, la Región de la Araucanía posee 7 de las 10 comunas con mayor pobreza, como lo son Lonquimay (61,5%), Perquenco (55,8%) Nueva Imperial (52,6%) Teodoro Schmidt (52,2%), Toltén (52,2%) y Lumaco (51,8%). Ambas regiones, con importante presencia de etnias originales, han registrado persistentes índices de pobreza. Además, la del Biobío enfrentó una fuerte desindustrialización con el cambio de modelo económico, a la que se sumó el fin de la minería del carbón. Las dos regiones han tenido un proceso de reconversión liderado por el sector forestal y sus derivados.

Tabla 3
– Comunas con mayor porcentaje de pobreza total (Casen 2013)

Con respecto al resto de los casos, se aprecian tan sólo 4 comunas procedentes de la Región de Los Lagos – San Juan de la Costa, Fresia, Curaco de Velez y San Pablo – mientras que las regiones de Coquimbo, Los Ríos y Maule poseen 2 casos cada una.

A nivel de pobreza extrema, se registra incluso una mayor preponderancia de las regiones del Biobío y de la Araucanía, contando con 29 de las 35 comunas con más casos en la Casen 2013. En ese total, la última región incluye 16 de las 35 comunas, mientras que la primera posee un total de 12 casos. Así, se aprecia nuevamente que la comuna Alto Biobío ocupa la primera posición, con un 38,4% del total de personas, cifra bastante elevada, considerando el promedio de 4,5% registrado a nivel nacional. El resto de los casos corresponden a las Regiones de Los Lagos, Maule, Coquimbo y Magallanes, las cuales – a excepción de esta última – poseen cada una dos comunas.

Entre las comunas con mayor pobreza no-extrema, la Región de la Araucanía posee 14 de las 35 comunas con las cifras más elevadas en el país, incluyendo las primeras 4 posiciones, que corresponden a Perquenco (40,2%), Gorbea (34,5%), Ercilla (33,9%) y Nueva Imperial (32,7%). La Región del Biobío, en tanto, cuenta con 7 comunas en este listado, aunque tan sólo 1 caso entre los primeros 10: Treguaco, con un 30,6%. Para el resto de las regiones, se aprecia que El Maule cuenta con 4 comunas en el listado – 2 de las cuales están en las primeras 10 posiciones: Curepto y Yerbas Buenas –, mientras que Los Ríos tiene 3 casos. Las regiones de O´Higgins, Coquimbo y Arica cuentan con una comuna cada una – Paredones, Río Hurtado y Putre, respectivamente.

En cuanto a la medición multidimensional de la pobreza, una vez más la Región de la Araucanía es la que mayor número de comunas presenta en el 10% superior del país, con un total de 11 casos – la Tabla 4 – de las cuales 2 se encuentran en las primeras 10 posiciones: Cholchol y Lonquimay con un 56,6% y 56% respectivamente. Sin embargo, la Región de Los Lagos – primera en salmonicultura de exportación – esta vez es la segunda con más comunas, con un total de 7 – superando de esta forma a la Octava Región que registra 6 comunas – con Quellén presentando la mayor cifra, con un total de 55% de pobreza multidimensional. Cabe destacar además que, en este listado, es la comuna de Camiña de la Región de Tarapacá la que presenta la mayor cifra, con un 66,1%, mientras que Alto Biobío ahora se desplaza al cuarto lugar con un 57,8%. Además, por primera vez se aprecian 2 comunas que pertenecen a la Región Metropolitana: San Ramón, con un 50,9% y San Pedro (de Melipilla), con un 43,5%.

Tabla 4
– Comunas con mayor pobreza multidimensional

Los datos analizados, correspondientes a las Encuestas Casen de los años 2009. 2011 y 2013 – aún no se publican los resultados de la del año 2015 – permiten adelantar dos conclusiones: la primera, relativa a la verificación de una tendencia clara de disminución general de la pobreza en el país, durante un periodo de mayores precios de los commodities que permitieron altas tasas de crecimiento de la economía, menor desempleo, y el financiamiento de políticas sociales de superación de la pobreza. La segunda, referida a la persistencia de altos índices de pobreza en determinadas regiones y comunas, que aun cuando tienden a disminuir, superan siempre a la media nacional y, sobre todo, acusan una fuerte concentración geográfica – subnacional y también intraurbana – de personas y hogares pobres.

El fin del súper ciclo de los commodities y el desempleo regional y comunal

Esta tercera sección se dedica al estudio de la fluctuación del desempleo en el periodo 2013-2016, correspondiente a la declinación de los precios de los commodities, y en ella se analizan, por un lado, las regiones y comunas que mayor cesantía han presentado en esos años, y por otro, aquellas que han sufrido mayores fluctuaciones en dicho periodo.

Más allá del éxito generalizado que ha mostrado el país en la reducción de su pobreza, sus tasas de empleo no se han mantenido estables. Chile ha sido afectado principalmente por dos grandes recesiones desde 1990. En primer lugar, la crisis asiática, que interrumpió una década de crecimiento fluido, a partir de un desequilibrio en la balanza comercial – producto de una fuerte caída de las exportaciones de commodities – que llevó a un déficit en la cuenta corriente del país (Covarrubias, 2002COVARRUBIAS, A. (2002). El manejo de la economía chilena frente a la crisis asiática 1997-2001. Panorama Socioeconómico, n. 24. Talca, Universidad de Talca.). Esto generó una caída en la tasa de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB), la cual se tornó crítica en 1999, año en el cual el país registró un crecimiento negativo. Esto produjo, entre otras consecuencias, una elevada tasa de desempleo, del orden del 10%, y una caída en la tasa de inversión (Ffrench-Davis y Heresi, 2012FFRENCH-DAVIS, R. y HERESI, R. (2012). “La economía chilena frente a la crisis financiera: respuestas contra-cíclicas y desafíos pendientes”. In: LEÓN, J. L. (coord.). La gran recesión. Respuestas en las Américas y Asia del Pacífic. México, Observatorio América Latina-Asia Pacífico.).

La segunda coyuntura corresponde a la crisis subprime desatada en los mercados globales el año 2007 – a partir de burbujas en el mercado inmobiliario-financiero de Estados Unidos – que impactó a Chile en el 2008. De acuerdo a Ffrench-Davis y Heresi (2012)FFRENCH-DAVIS, R. y HERESI, R. (2012). “La economía chilena frente a la crisis financiera: respuestas contra-cíclicas y desafíos pendientes”. In: LEÓN, J. L. (coord.). La gran recesión. Respuestas en las Américas y Asia del Pacífic. México, Observatorio América Latina-Asia Pacífico., esto significó, entre otros aspectos, una reversión de más de 6 puntos en la cuenta corriente de la balanza de pagos con respecto al 2007. Los autores indican que la crisis generada en el mercado inmobiliario contagió rápidamente a todos los otros mercados por la volatilidad financiera, repercutiendo en una caída de los precios de los commodities, que para Chile significó una reducción del precio del cobre en 1,4 USD durante el periodo más agudo. En términos laborales, esto implicó un aumento de la tasa de desempleo de 7,8% a 9,7% entre los años 2008 y 2009.

En 2016, si bien el país no ha vuelto a experimentar una crisis de esas magnitudes, diversos autores refieren a un escenario de desaceleración económica. Así lo señala el Director del Banco Mundial para Chile, Alberto Rodríguez (2014)RODRÍGUEZ, A. (2014). Chile: es urgente no perder de vista el largo plazo. Proyecciones Económicas 2015. Diario La Segunda: 4-6., el cual constata que la caída de los ritmos del crecimiento que ha tenido el país tras la recuperación de la crisis subprime, se debe a una combinación de factores, tanto de naturaleza interna como externa. En términos externos, Rodríguez apunta a las caídas en las economías de China y Europa, junto con el fin del súper-ciclo del cobre, cuyos precios han descendido hacia niveles similares a los que tenía en el año 2004. En cuanto al escenario interno, éste ha registrado una serie de finalizaciones de proyectos de inversión en el sector minero, además de reformas por parte del actual gobierno que, a juicio del autor han buscado generar un crecimiento más inclusivo.

El efecto de los factores descritos sobre los mercados laborales se indaga a continuación. En primer lugar, los datos anuales sugieren que efectivamente entre el año 2013 y 2014, la tasa de desocupación a nivel nacional registró un incremento, desde un 5,98% a un 6,33%. Para el año 2015, dicha tasa disminuyó muy levemente, en un 0,07%, con respecto al año anterior.

Tabla 5
– Desempleo regional y nacional

Como se ha advertido en este artículo, este periodo de desaceleración ha tenido repercusiones diversas en las regiones del país. De hecho, la Región del Biobío es la que mayores cifras de desempleo ha presentado, aunque logró disminuir de un 8,12% a un 7,68% entre el 2014 y el 2015. Distinta es la suerte que corrió la Región de Tarapacá –principalmente minera –, la cual incrementó su desempleo en más de un punto porcentual en este mismo periodo, llegando a un 7,1% en el 2015. Por su parte, la Región de Los Lagos es la que menores cifras de desempleo ha exhibido en estos años, con excepción del 2014, en el cual la Región con más baja cifra es Magallanes, con un 2,62%.

En cuanto al periodo 2015-2016, se observa a nivel nacional que la tasa de desempleo ha tenido ciertas fluctuaciones: entre el segundo y tercer trimestre del 2015, ésta alcanzo sus mayores cifras – llegando al 6,5% – mientras que en los siguientes periodos se mantuvo en el 6%. Cabe resaltar que una de las regiones más afectas ha sido la de Tarapacá la cual, para el segundo trimestre del 2015, registró el mayor índice (7,57%) superando incluso a la Región del Biobío. En el primer trimestre del 2016, la Región de Tarapacá es la única que supera una tasa del 8%. Por el contrario, la Región de Los Lagos se ha mantenido con cifras más bajas, incluso en el primer trimestre del 2016, registrando un 2,4%. Al respecto, sólo en el tercer trimestre del 2015 la Región de Aysén – contigua en el sur – la supera con una tasa de desempleo menor, de un 3,13% (Banco Central (s/f)BANCO CENTRAL (s/f). Series del boletín mensual. Base de datos estadísticos. Disponible en: http://si3.bcentral.cl/Boletin/secure/boletin.aspx?idCanasta=SJNTE3151. Acesso en: 5 jul 2016.
http://si3.bcentral.cl/Boletin/secure/bo...
a través de INE).

En el periodo transcurrido del año 2016, se aprecia a nivel nacional un aumento continuo de la tasa de desempleo. Este incremento se ha intensificado en los meses de marzo y mayo, registrando un alza de 0,4% para ambos casos con respecto al mes anterior. A nivel regional, se observa que en todos los casos ha habido un alza hacia el mes de mayo, incluso en la Región de Los Lagos, la cual ha incrementado su índice en un 0,8% con respecto al mes de abril – lo que se puede atribuir a la crisis ambiental que sacudió la acuicultura y pesca de Chiloé durante ese mes.Una de las regiones con mayor alza corresponde a la de Atacama – con pequeña y mediana minería – que experimenta un aumento desde un 5,7% en enero a un 9,2% en marzo, siendo aquella la cifra más alta registrada en todo el periodo 2013-2016 para las regiones. Esta cifra es sólo comparable con la de Antofagasta – región sede de la gran minería- la que alcanza a 8,3% en el mes de mayo (Banco Central (s/f)BANCO CENTRAL (s/f). Series del boletín mensual. Base de datos estadísticos. Disponible en: http://si3.bcentral.cl/Boletin/secure/boletin.aspx?idCanasta=SJNTE3151. Acesso en: 5 jul 2016.
http://si3.bcentral.cl/Boletin/secure/bo...
a través de INE).

Al desglosar la información a nivel de comunas, se observa, en primer lugar, que al calcular los promedios totales para el periodo 2013-2016 – en base a las Encuestas Nacionales de Empleo elaboradas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)– Negrete constituye el único territorio con más de dos dígitos, contando con un 10,45% de desempleo. Éste se sitúa en la Región del Biobío, y es una de las 8 comunas de esa región pertenecientes al 10% con mayores tasas de desocupación para dicho periodo, junto con Cabrero (7,04%), Mulchén (6,24%), Laja (5,93%), Chillán Viejo (5,93%), Coronel (5,74%), Lota (5,65%) y Antuco (5,32%). Así, la Región del Biobío es la que mayor cantidad de comunas presenta en la Tabla 6 después de la Región de Valparaíso, que cuenta con un total de 9 casos, entre los que se encuentran Nogales (7,24%) y Petorca (6,6%). Además, cabe destacar que la Región Metropolitana presenta un total de 3 comunas: La Pintana (5,69%), La Cisterna (6,75%) y Alhué (7,3%), encontrándose esta última como uno de los casos con mayor promedio – superado sólo por Negrete y Freirina, correspondiente ésta a la Región de Atacama. Es notable que las tres regiones con más casos sean las que cuentan con las mayores áreas metropolitanas: Santiago, Concepción y Valparaíso.

Tabla 6
– Comunas con mayor promedio de desocupados, periodo 2013-2016

Al desagregar por año los promedios anteriores, se obtienen las siguientes cifras: en el año 2013, hay dos comunas que superan los 2 dígitos de personas desocupadas: Alhué, con casi un 12%, y Sierra Gorda – de Antofagasta – con un 11,34%. Estas comunas están seguidas de cerca por Nogales y Negrete, ambas con un 9,63%. En el año 2014, Negrete fue la comuna con mayor promedio de desocupación – con un 9,71% –, a la que se suman 7 comunas de la Región Metropolitana en el 10% con mayor cesantía, incluyendo a Pedro Aguirre Cerda – comuna en que se sitúa en la segunda posición con un 9,35%. De hecho, la Región Metropolitana es la segunda que posee más comunas de desempleados para el 2014, encontrándose solamente superada por la Región del Biobío con 8 casos. Por otro lado, es menester resaltar la presencia de varios centros urbanos del Norte minero, como lo son Tocopilla (8,75%), Chañaral (8,11%) y Calama (6,3%), además de la ya señalada Sierra Gorda, las cuales se encuentran dentro de las primeras 20 comunas con mayor desempleo.

En el año 2015, se aprecian nuevamente 2 comunas que presentan dos dígitos en términos de desocupación: Yerbas Buenas – Región del Maule – con un 13,15% y Freirina – Atacama – con un 10,9, encontrándose ambas en la tabla de los promedios totales. Siempre en El Maule, se suman otras tres comunas: Hualañé, 8,4% –, Teno, 7,5% –, y Linares, 6,7%. Por su parte, las regiones del Biobío y Metropolitana nuevamente presentan la mayor cantidad de casos, con 7 comunas con mayor desocupación cada una. En el primer semestre de 2016, se aprecian 4 comunas con cifras de desocupación que alcanzan los 2 dígitos: Negrete (14,25%), Freirina (13,03%), Panquehue – Región de Valparaíso – (11,45%) y Tierra Amarilla – Atacama – (10,58%). Es interesante observar que en este semestre la mayoría de las comunas pertenece a la Región Metropolitana, sumando incluso casos como Providencia – de ingresos medios y altos-(6,63%), Padre Hurtado (6,28%) y Pudahuel (5,98%) (Encuestas Nacional de Empleo 2013-2016, Instituto Nacional de Estadísticas, s/fINSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS, INE (s/f). Encuesta Nacional de Empleo: Bases de Datos. Disponible en: http://www.ine.cl/ene/base-de-datos-ene.php. Acesso en: 15 jul 2016.
http://www.ine.cl/ene/base-de-datos-ene....
).

Al analizar las comunas que más han aumentado sus promedios de desocupados, comparando el promedio del primer trimestre del año 2013 con el primero del 2016 – sin considerar los periodos intermedios –, se observa que la comuna de Freirina registró el mayor aumento, incrementando en un 10,2%, la única cifra de dos dígitos. Ésta es una de las 4 comunas que presentaron la mayor alza de la Región der Atacama, junto con Caldera (3,4%), Diego de Almagro (3,3%) y Vallenar (3,1%). Por otro lado, resulta interesante la presencia de comunas que congregan a residentes de medios y altos ingresos: es el caso de Zapallar, que registra casi un 5% de aumento de desocupación para dicho periodo; Providencia – con un incremento de 4,07% – y La Reina, que experimentó un alza de 3,7%. Ahora bien, si sumamos las variaciones que han registrado las comunas durante todos los trimestres en el periodo 2013-2016, se observa que la comuna de Renaico – en la Araucanía- obtiene la mayor cifra, con un total de 24,73%. Ésta es seguida por Nogales, con un 21,87% y Freirina con un 19,93%. La comuna de Negrete – que registraba el mayor promedio en todo el periodo – obtiene la quinta posición con un 11,93% (Encuestas Nacional de Empleo 2013 – 2016, Instituto Nacional de Estadísticas, s/fINSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS, INE (s/f). Encuesta Nacional de Empleo: Bases de Datos. Disponible en: http://www.ine.cl/ene/base-de-datos-ene.php. Acesso en: 15 jul 2016.
http://www.ine.cl/ene/base-de-datos-ene....
).

Al concluir la redacción de este artículo (septiembre de 2016), la prensa nacional destacaba que por primera vez en el último quinquenio, según las última estadísticas del INE, la tasa de desempleo del país ascendía a 7,1%, correspondiendo los mayores promedios a las regiones del norte minero: Tarapacá, 7,9%; Antofagasta, 8,1%; Atacama, 7,8%; y Coquimbo, 8,6%, esta última región de origen de la mayoría de los trabajadores mineros conmutantes, En el último año, con la caída del precio internacional del cobre, la minería, muy poco intensiva en trabajo, perdía 44.140 empleos (EL Mercurio, 1 de septiembre de 2016, B 1 y 2).

Conclusiones

Ciertamente durante los años del súper ciclo de los commodities Chile, capitalizando un alto precio del cobre y creciendo a tasas mayores, generó más empleo, y mediante ello y políticas sociales sostenidas durante distintos gobiernos, logró reducir significativamente la pobreza. En efecto, entre los años 2011 y 2013, con un elevado precio del cobre (c/lb, BML cátodos grado A) entre USD 399,7 y 332,1, la tasa de desempleo cayó de 7,20 % a 6,48%, y la pobreza por ingresos se redujo de 22,2% a 14,4% en el mismo periodo (Ministerio de Desarrollo Social, Banco Central y Cochilco, s/fCOMISIÓN CHILENA DEL COBRE, COCHILCO (s/f.) Base de datos: Precio de los metales. Disponible en: http://www.cochilco.cl/estadisticas/precio-metales.asp. Acesso en: 25 jul 2016.
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). Aunque no hay cifras oficiales de pobreza posteriores al fin del súper ciclo – la Encuesta Casen 2015 aún no se publica – es predecible algún impacto del crecimiento del desempleo, como del incremento de los trabajadores por cuenta propia con empleos más precarios, sobre los niveles de pobreza por ingresos e incluso multidimensional.

¿Qué correlación presentan ambas variables, desempleo y pobreza, y más aún, cómo se manifiesta esa relación en los diversos territorios? ¿Qué concordancia registra la distribución territorial de la pobreza con el desempleo en las distintas regiones de Chile?

En una reflexión final sobre los datos examinados a lo largo del informe, se concluye que, en un plano territorial, la pobreza tiende a una mayor concentración en relación al desempleo. La Tabla 7 revela que, para las 35 comunas con mayores cifras de pobreza por ingreso, 25 de ellas se encuentran en las regiones del Biobío y La Araucanía. La pobreza multidimensional, en tanto, sólo se encuentra levemente más dispersa, entre las regiones de Biobío, Araucanía y Los Lagos – las tres geográficamente próximas – con 23 comunas dentro de ellas que corresponden al 10% con más pobreza. Por su parte, el desempleo tiende hacia una mayor dispersión, sobre todo cuando se analiza la suma total de los promedios de desocupación, en donde casi todas las regiones presentan al menos una comuna entre los primeros 35 casos con mayores índices. En este ámbito, cobra especial relevancia la Región de Valparaíso, la cual posee la mayor cantidad de comunas con los promedios más altos de desempleo del periodo 2013-2016, superando de esta forma a las regiones del centro-sur del país.

Tabla 7
– Pobreza y desempleo por región

En el plano comunal, se observa un total de 6 comunas que se repiten en los listados generales de pobreza y desempleo. En ese sentido, como exhibe a continuación la Tabla 8, se aprecian 4 comunas pertenecientes al centro sur: Negrete, Antuco, Lumaco y Fresia. Las primeras 3 de estas pertenecen a regiones con alta actividad en el sector forestal (Biobío y la Araucanía. La última de ellas se localiza en una Región con una predominancia del sector salmonero (Katz, 2010KATZ, J. (2010). La crisis del salmón y el desempleo en la Décima Región. Seminario de título ingeniero comercial, Mención en Economía. Escuela de Economía y Administración, Facultad de Economía y Negocios. Santiago, Universidad de Chile.). Las otras 2 comunas de las 6 con alta pobreza y desempleo se localizan en distintos puntos del norte del país: Río Hurtado está en la Región de Coquimbo, y es una comuna que, de acuerdo a un informe del Departamento de Planificación Territorial del Gobierno Regional (2014), se caracteriza por su ruralidad, no contando con centros urbanos consolidados, y manteniendo un constante descenso demográfico. Por último, la comuna de Huara, que ocupa el noveno lugar en pobreza multidimensional y la posición 34 en la suma de promedios de desempleo (2013-2016), se encuentra en la Región de Tarapacá. Ésta localidad centra su actividad principalmente en el turismo, contando con activos patrimoniales como la estación ferroviaria – declarada Monumento Nacional – y el museo de la salitrera de Negreiros (Gobierno Regional de Tarapacá, 2016GOBIERNO REGIONAL DE TARAPACÁ (2016). Turismo: Huara. Disponible en: http://www.goretarapaca.gov.cl/nuestra-region/turismo/huara/. Acesso en: 22 jul 2016.
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).

Tabla 8
– Comunas con alta pobreza y desempleo

Así, mientras los territorios del centro-sur, y en particular las regiones y algunas comunas del Biobío y La Araucanía, recurrentemente registran los mayores índices de desempleo y pobreza, los demás casos, como Río Hurtado y Huara, presentan singularidades que explican su condición.

La mayor concentración territorial de la pobreza, y su persistencia aun con indicadores decrecientes, acusan una cierta inercia territorial y temporal asociada probablemente a factores estructurales que se reflejan mejor en la medición multidimensional. En cambio, la relativamente mayor dispersión y fluctuación de los índices de desempleo evidencia una mayor volatilidad de esta variable y, eventualmente, ajustes geográficos por conmutación laboral y migración, ambos en búsqueda de mejores oportunidades.

La primera hipótesis de esta esta investigación, referida a la desigual exposición, vulnerabilidad y resiliencia de los territorios y las comunidades subnacionales ante los ciclos económicos internacionales, en función su particular inserción en los mercados globales – según de su dotación de recursos naturales, su diversificación productiva, canasta exportadora y dependencia de determinados mercados externos – se verifica principalmente, no exclusivamente, en las regiones mineras del norte del país, asociada a la caída del precio del cobre por el término del súper ciclo de los commodities, y se acusa en sus tasas de desempleo. También se observa en variadas comunas de todo el país, por los efectos sistémicos del sector exportador en la economía nacional, incluidas algunas de menores ingresos de la Región Metropolitana de Santiago, tales como Pedro Aguirre Cerda, La Cisterna y La Pintana.

La segunda hipótesis, sosteniendo que el desempleo presenta mayor dispersión territorial y mayor volatilidad temporal, mientras que la pobreza resulta ser más estructural, registrando una mayor inercia y también una mayor concentración territorial, se verifica principal, aunque no exclusivamente, en las dos regiones contiguas del Biobío y La Araucanía, ambas con amplia presencia de pueblos originarios y con problemas históricos que las políticas públicas no han logrado resolver o incluso han agravado. La pobreza por ingresos y multidimensional también se observa localizadamente en varias comunas, la mayoría de ellas en condiciones de ruralidad y algunas con difícil accesibilidad, pertenecientes a distintas regiones.

En consecuencia, los mercados laborales tendrían más flexibilidad y adaptabilidad – incluida la conmutación o movilidad horizontal – frente a los ciclos económicos y las crisis, en tanto la pobreza, incluida la multidimensional, acusaría mayor resistencia a la movilidad social vertical y menor ubicuidad – o fuerte localización – sea por condiciones históricas estructurales, en especial en ciertas regiones de menor desarrollo relativo y/o en determinadas comunas de ruralidad extrema.

Así pues, los ciclos económicos, las crisis internacionales, y las fluctuaciones en los mercados internacionales de los commodities impactan, para bien y para mal, a las economías en desarrollo, y de modo muy desigual a sus diversos territorios subnacionales y distintos sectores sociales, unos más vulnerables que otros. El desafío de la equidad se hace presente en los periodos de bonanza y urgente en los de crisis.

Referencias

  • ALKIRE, S. Y FOSTER, J. (2011). Understandings and misunderstandings of multidimensional poverty measurement, Oxford Poverty and Human Development Initiative. Working Paper, n. 43. Oxford Department of International Development, University of Oxford.
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  • (1)
    Los autores se basan principalmente en los trabajos de: Diaz-Alejandro (1985)DIAZ-ALEJANDRO, C. (1985). Good-bye financial repression, hello financial crash. Journal of Development Economics, v. 19, n.1-2, pp. 1-24., Kamisnky y Reinhart (1999) y Reinhart y Rogoff (2008)REINHART, C. y ROGOFF, K. (2008). The forgotten history of domestic debt. Working Paper. Cambridge, National Bureau of Economic Research, n. 13946. Disponible en: http://www.nber.org/papers/w13946.pdf. Acesso en: 31 jul 2016.
    http://www.nber.org/papers/w13946.pdf...
    .
  • (2)
    Para mayor información consultar el siguiente enlace: http://www.cochilco.cl/estadisticas/precio-metales.asp
  • (3)
    Para mayor información consultar el siguiente enlace: http://www.imf.org/external/np/res/commod/index.aspx
  • (4)
    Parte del océano Atlántico, localizado entre las costas de Noruega y Dinamarca en el oriente, de Gran Bretaña al occidente, y de Alemania, los Países Bajos, Bélgica y Francia al sur.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Jan-Apr 2017

Histórico

  • Recibido
    10 Set 2016
  • Acepto
    21 Nov 2016
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