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Composición corporal, alteraciones bioquímicas y clínicas de adolescentes con exceso de adiposidad

Resúmenes

FUNDAMENTO: Adolescentes con exceso de adiposidad y eutróficas presentan las mismas alteraciones metabólicas esperadas en individuos obesos. OBJETIVO: Evaluar la composición corporal, alteraciones antropométricas, bioquímicas y clínicas de adolescentes del sexo femenino. MÉTODOS: Fueron evaluadas 113 adolescentes de escuelas públicas de Viçosa, MG, divididas en tres grupos: grupo 1 - constituido por adolescentes eutróficas con exceso de grasa corporal; grupo 2 - eutróficas con grasa corporal dentro de los limites de normalidad; y grupo 3 - con exceso de peso y de grasa corporal. Peso, estatura, circunferencia de la cintura y cadera, presión arterial fueron medidos. El índice de masa corporal (IMC) y la relación cintura-cadera fueron calculados. El porcentaje de grasa corporal fue obtenido por la impedancia bioeléctrica horizontal, siguiendo protocolo propio para la referida evaluación. La evaluación del porcentaje de grasa corporal y bioquímica fue realizada después de 12 horas de ayuno, siendo analizados perfil lipídico, glucemia y insulina, homocisteína, leptina y Proteína C Reactiva. La resistencia a la insulina fue calculada por el índice HOMA. RESULTADOS: El grupo de las adolescentes eutróficas, con elevada adiposidad, se comportó, en relación a la presión arterial, fracción HDL y glucemia, de modo semejante a las adolescentes con exceso de peso. Se pudo notar que el índice HOMA, la insulina y la leptina aumentaron de acuerdo con el aumento de la grasa corporal. Más de la mitad de las adolescentes presentaba valores de colesterol total y PCR encima de los niveles recomendados. La alteración metabólica más evidente se relacionó al perfil lipídico para los grupos estudiados. CONCLUSIÓN: El exceso de adiposidad en adolescentes eutróficas puede estar relacionado a alteraciones bioquímicas y clínicas semejantes a aquellas encontradas en adolescentes con exceso de peso.

Composición corporal; alteraciones del peso corporal; adiposidad; adolescente; obesidad


FUNDAMENTO: Adolescentes com excesso de adiposidade e eutróficas apresentam as mesmas alterações metabólicas esperadas em indivíduos obesos. OBJETIVO: Avaliar a composição corpórea, alterações antropométricas, bioquímicas e clínicas de adolescentes do sexo feminino. MÉTODOS: Foram avaliadas 113 adolescentes de escolas públicas de Viçosa, MG, divididas em três grupos: grupo 1 - constituído por adolescentes eutróficas com excesso de gordura corpórea; grupo 2 - eutróficas com gordura corpórea dentro dos limites de normalidade; e grupo 3 - com excesso de peso e de gordura corpórea. Peso, estatura, circunferência da cintura e quadril, pressão arterial foram aferidos. O índice de massa corporal (IMC) e a relação cintura-quadril foram calculados. O porcentual de gordura corpórea foi obtido pela impedância bioelétrica horizontal, seguindo protocolo próprio para a referida avaliação. A avaliação do porcentual de gordura corpórea e bioquímica foi realizada após 12 horas de jejum, sendo analisados perfil lipídico, glicemia e insulina, homocisteína, leptina e Proteína C Reativa. A resistência à insulina foi calculada pelo índice HOMA. RESULTADOS: O grupo das adolescentes eutróficas, com elevada adiposidade, comportou-se, em relação à pressão arterial, fração HDL e glicemia, de modo semelhante às adolescentes com excesso de peso. Pode-se perceber que o índice HOMA, a insulina e a leptina aumentaram de acordo com o aumento da gordura corpórea. Mais da metade das adolescentes apresentava valores de colesterol total e PCR acima dos níveis recomendados. A alteração metabólica mais evidente relacionou-se ao perfil lipídico para os grupos estudados. CONCLUSÃO: O excesso de adiposidade em adolescentes eutróficas pode estar relacionado a alterações bioquímicas e clínicas semelhantes àquelas encontradas em adolescentes com excesso de peso.

Composição corporal; alterações do peso corporal; adiposidade; adolescente; obesidade


BACKGROUND: Adolescents with excess body fat and eutrophic had the same metabolic changes expected in obese individuals. OBJECTIVE: To evaluate body composition, anthropometric changes, biochemical and clinical characteristics of female adolescents. METHODS: A total of 113 adolescents from public schools in Viçosa, MG, divided into three groups: group 1 - consisting of eutrophic adolescents with excess body fat; group 2 - eutrophic with body fat within normal limits; and group 3 - with excess weight and body fat. Weight, height, waist and hip circumference, blood pressure were measured. The body mass index (BMI) and waist-hip ratio were calculated. The percentage of body fat was obtained by bioelectrical impedance horizontally, following its own protocol for this evaluation. The assessment of the percentage of body fat and biochemistry was performed after 12 hours of fasting, and analyzed the lipid profile, blood glucose and insulin, homocysteine, leptin and C-reactive protein. Insulin resistance was calculated by HOMA index. RESULTS: The group of eutrophic adolescents, with higher adiposity, behaved in relation to blood pressure, HDL and glucose levels, similarly to adolescents who are overweight. It can be seen that the HOMA index, insulin and leptin increased with increasing body fat. More than half of adolescents had total cholesterol and CRP levels above recommended levels. The most obvious metabolic disorder related to the lipid profile for both groups studied. CONCLUSION: Excess adiposity in normal weight adolescents may be related to clinical and biochemical changes similar to those found in adolescents who are overweight.

Body composition; body weight changes; adiposity; adolescent; obesity


ARTÍCULO ORIGINAL

Universidade Federal de Viçosa, Viçosa, MG - Brasil

Correspondencia

RESUMEN

FUNDAMENTO: Adolescentes con exceso de adiposidad y eutróficas presentan las mismas alteraciones metabólicas esperadas en individuos obesos.

OBJETIVO: Evaluar la composición corporal, alteraciones antropométricas, bioquímicas y clínicas de adolescentes del sexo femenino.

MÉTODOS: Fueron evaluadas 113 adolescentes de escuelas públicas de Viçosa, MG, divididas en tres grupos: grupo 1 - constituido por adolescentes eutróficas con exceso de grasa corporal; grupo 2 - eutróficas con grasa corporal dentro de los limites de normalidad; y grupo 3 - con exceso de peso y de grasa corporal. Peso, estatura, circunferencia de la cintura y cadera, presión arterial fueron medidos. El índice de masa corporal (IMC) y la relación cintura-cadera fueron calculados. El porcentaje de grasa corporal fue obtenido por la impedancia bioeléctrica horizontal, siguiendo protocolo propio para la referida evaluación. La evaluación del porcentaje de grasa corporal y bioquímica fue realizada después de 12 horas de ayuno, siendo analizados perfil lipídico, glucemia y insulina, homocisteína, leptina y Proteína C Reactiva. La resistencia a la insulina fue calculada por el índice HOMA.

RESULTADOS: El grupo de las adolescentes eutróficas, con elevada adiposidad, se comportó, en relación a la presión arterial, fracción HDL y glucemia, de modo semejante a las adolescentes con exceso de peso. Se pudo notar que el índice HOMA, la insulina y la leptina aumentaron de acuerdo con el aumento de la grasa corporal. Más de la mitad de las adolescentes presentaba valores de colesterol total y PCR encima de los niveles recomendados. La alteración metabólica más evidente se relacionó al perfil lipídico para los grupos estudiados.

CONCLUSIÓN: El exceso de adiposidad en adolescentes eutróficas puede estar relacionado a alteraciones bioquímicas y clínicas semejantes a aquellas encontradas en adolescentes con exceso de peso.

Palabras clave: Composición corporal, alteraciones del peso corporal, adiposidad, adolescente, obesidad.

Introducción

La adolescencia es caracterizada por transformaciones físicas, psíquicas y sociales. Es un período en que ocurren eventos importantes como el estirón de crecimiento y la maduración sexual1,2.

Cambios importantes en la composición corporal ocurren durante la adolescencia y principalmente durante la pubertad. El monitoreo de la composición corporal durante esa fase es importante, pues muchos aspectos de esa composición, como peso, grasa corporal y tejido magro, son predictivos de características de la fase adulta3.

En ese período, la clasificación del estado nutricional es más compleja debido a las modificaciones citadas y a los ajustes que ocurren durante el estirón de crecimiento, siendo difícil la evaluación de la adiposidad y obesidad. En tal franja etárea, peso y altura son indicadores menos específicos del estado nutricional, debiendo el adolescente ser evaluado por la antropometría y por el análisis de la composición corporal, examen clínico y bioquímico, para que haya mayor precisión en el diagnóstico nutricional4.

La obesidad ha sido asociada a alteraciones metabólicas, las cuales contribuyen al aumento del riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares. El depósito excesivo de tejido adiposo parece ser factor responsable por esa situación, principalmente cuando este tejido se acumula en la región abdominal. Así, varios desórdenes en el metabolismo de carbohidratos, como resistencia a la insulina, disminución de la tolerancia a la glucosa y diabetes, y en el metabolismo de lípidos, como hipertrigliceridemia, aumento de los niveles de colesterol total y LDL y disminución de los niveles de HDL, y aun alteraciones en los niveles presóricos, han sido identificadas en individuos con exceso de grasa corporal. De esa forma, estimar la cantidad de tejido adiposo es importante en la prevención de la ocurrencia de tales alteraciones5.

Así, este artículo tuvo como objetivo evaluar la composición corporal, las alteraciones antropométricas, bioquímicas y clínicas de adolescentes del sexo femenino.

Metodología

Casuística

Se trata de un estudio de corte transversal controlado, teniendo al individuo como unidad de estudio. La investigación fue realizada con 113 adolescentes del sexo femenino, de 14-18 años, del municipio de Viçosa, MG, teniendo como criterios de inclusión: estudiar en escuelas públicas, residir en el municipio y ya haber presentado menarca hace por lo menos un año, hecho que contribuye para mayor homogeneidad de la muestra.

Las adolescentes fueron divididas en tres grupos, de acuerdo con el porcentaje de grasa corporal y el índice de masa corporal:

• Grupo 1 (G1 = 38) - grasa corporal > 28,0% y el índice de masa corporal con los valores > 10,0% y < 85,0%, según la edad y el sexo6;

• Grupo 2 (G2 = 40) - grasa corporal > 15,0% y < 25,0%7 y el índice de masa corporal con los valores > 10,0% y < 85,0%, según la edad y el sexo6; y

• Grupo 3 (G3 = 35) - grasa corporal > 28,0% y el índice de masa corporal con valores > 85,0%, según la edad y el sexo6.

Según Sigulem et al7, los puntos de corte para clasificación del porcentaje de grasa corporal elevada son aquellos > 25,0%, para Lohman8, a partir de este valor, los adolescentes pueden ser clasificados en riesgo de sobrepeso. Se optó por el valor de 28,0% con la finalidad de obtener individuos que poseyesen realmente elevado porcentaje de grasa corporal, buscándose aumentar la especificidad con el propósito de disminuir los falsos positivos.

Métodos

Para evaluación antropométrica, fueron medidos peso y estatura, utilizando las técnicas propuestas por Jelliffe9. El peso fue obtenido en balanza digital electrónica, con capacidad máxima de 150 kg y subdivisión en 100 g. La estatura fue medida por medio de estadiómetro, con extensión de 2 m y escala de 0,1 cm. El índice de masa corporal (IMC) fue clasificado de acuerdo con la referencia antropométrica del Center for Disease Control and Prevention y National Center for Health Statistics6.

La composición corporal (porcentaje de grasa corporal, % GC) fue obtenida por la impedancia bioeléctrica horizontal (Biodynamics, modelo 310)10. Para tal medida, las adolescentes siguieron protocolo propio para ese fin: estar al mínimo a 7 días de la última menstruación y al mínimo a 7 días de la fecha de la próxima11; ayuno de 12 horas12; no haber realizado ejercicio físico en las 12 horas que antecedieron el examen13; no haber ingerido alcohol en las 48 horas que antecedieron al examen13; no haber hecho uso de diuréticos por al menos 7 días antes14; no portar ningún objeto metálico durante el examen14; y orinar 30 minutos antes13.

Para la medición de las circunferencias, se utilizó cinta métrica, con extensión de 2 m, flexible e inelástica, dividida en centímetros y subdivida en milímetros. Las circunferencias de la cintura (CCI) y de la cadera (CCA) fueron medidas según recomendación de Taylor et al15. La relación cintura-cadera (RCCA) fue el cociente entre las medidas de cintura y de cadera.

La presión arterial (PA) fue medida, según las recomendaciones de la V Directrices Brasileñas de Hipertensión Arterial16, utilizando monitor de presión sanguínea de inflación automática preconizado por la Sociedade Brasileira de Cardiologia16. Los puntos de corte de presión arterial sistólica y diastólica fueron basados en los percentiles de estatura para edad y sexo, siguiendo los valores descritos en la directriz.

Para evaluación bioquímica, fue colectada sangre después de 12 horas de ayuno, siendo analizada en el Laboratorio de Análisis Clínicos de la División de Salud de la Universidad Federal de Viçosa, en el municipio de Viçosa, MG. Las muestras fueron tomadas por punción venosa, con material descartable, siendo utilizado el analizador automático de parámetros bioquímicos COBAS®. Los niveles de leptina, insulina y homocisteína fueron dosados en un laboratorio de referencia de la ciudad de Rio de Janeiro, RJ.

Perfil lipídico

El perfil lipídico fue establecido según parámetros de la I Directriz de Prevención de la Aterosclerosis en la Infancia y Adolescencia17.

Glucemia de ayuno

La evaluación de los niveles de glucemia fue basada en la American Diabetes Association18.

Insulina de ayuno

El punto de corte utilizado para la clasificación de los valores de insulina fue aquel recomendado por la I Directriz de Prevención de la Aterosclerosis en la Infancia y Adolescencia17.

HOMA-IR

Para la verificación de la resistencia a la insulina, fue utilizado el método Homeostasis Model Assessment (HOMA-IR), basado en la I Directriz de Prevención de la Aterosclerosis en la Infancia y Adolescencia17.

HOMA-IR = glucemia (mmol/l) x insulina (μU/ml) / 22,5

Homocisteína

Los valores de referencia considerados para homocisteína fueron aquellos sugeridos por la III Directriz de Dislipidemias y Prevención de Aterosclerosis19.

Proteína C reactiva

Los valores de referencia establecidos por la III Directriz de Dislipidemias y Prevención de Aterosclerosis fueron utilizados19.

Leptina

Para el dosaje de leptina, fueron considerados los valores de referencia de 0,1 a 19,7 mg/dl, según valores de referencia del laboratorio de análisis clínicos (Kit LINCO Research).

Análisis estadístico

El banco de datos fue elaborado en el programa Microsoft Excel. Los análisis estadísticos fueron realizados con el auxilio del programa Sigma-Statistic® for Windows.

Tests paramétricos o no paramétricos fueron realizados de acuerdo con la distribución de las variables, así como tests de asociación. Los tests utilizados fueron el test t de Student, Mann Whitney, qui-cuadrado, correlación de Pearson y correlación de Spearman. El nivel de rechazo de la hipótesis de nulidad fue menor que 0,05, o sea 5,0%.

El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación con Seres Humanos de la Universidad Federal de Viçosa (número del registro: 40502156/02). Los datos serán mantenidos en sigilo y la participación fue voluntaria. Solamente adolescentes cuyos padres o responsables firmaron el Término de Consentimiento participaron del estudio. Después de todas las evaluaciones, las adolescentes que presentaron alguna alteración fueron encaminadas al Programa de Atención a la Salud del Adolescente de la Universidad Federal de Viçosa, MG.

Resultados

Las adolescentes se encontraban en la fase intermedia de la adolescencia, habiendo pasado por el estirón de crecimiento y presentado las alteraciones características de la pubertad, una vez que ya presentaban al mínimo un año de menarca.

Fueron verificados los valores mínimo, máximo y mediano, media y desvío-estándar de las variables antropométricas, bioquímicas y clínicas de las adolescentes estudiadas (Tabla 1). Se obtuvieron resultados alterados en algunas adolescentes, pues los valores máximos de glucemia, insulina, HOMA, colesterol total, LDL, triglicéridos, leptina, homocisteína y PCR estaban encima de los valores deseables. Más de la mitad de las adolescentes presentaba valores de colesterol total y PCR encima de los niveles recomendados.

La Tabla 2 muestra la prevalencia de las alteraciones clínicas y bioquímicas de las adolescentes estudiadas. Se verifica que el índice de resistencia a la insulina (HOMA), los valores de insulina y los de leptina presentaron niveles más elevados en las adolescentes que poseían mayor porcentaje de grasa corporal, mientras tanto, otras variables no se comportaron de la misma forma.

La Tabla 3 presenta los valores mínimo, máximo y mediano, media y de desvío-estándar de las alteraciones bioquímicas de las adolescentes evaluadas. El grupo de adolescentes eutróficas, con elevada adiposidad, se comportó, en relación a la presión arterial, fracción HDL y glucemia, de modo semejante a las adolescentes con exceso de peso.

Se verificó correlación entre variables antropométricas, de composición corporal y clínica de las adolescentes estudiadas (Tabla 4) y se pudo identificar que la circunferencia de la cintura fue la variable que mejor se correlacionó con las demás.

La Tabla 5 presenta la correlación entre parámetros bioquímicos, variables antropométricas y de composición corporal de las adolescentes que participaron del estudio. Las variables HOMA y insulina fueron las que mejor se correlacionaron con los parámetros antropométricos.

Se verificó la correlación entre variables bioquímicas y clínicas de las adolescentes del estudio (Tabla 6).

Discusión

Solamente la evaluación del peso corpóreo no es capaz de determinar el estado de obesidad de un individuo, pues no es posible conocer si el exceso de peso es decurrente de tejido adiposo, de masa libre de grasa, o de ambos. El IMC no refleja las modificaciones que ocurren durante la adolescencia, así que hacer la evaluación solamente por el IMC puede ser insuficiente para diagnosticar sobrepeso, siendo importante detallar los componentes de la composición corporal20,21.

Aun cuando el IMC es considerado adecuado, el exceso de grasa corporal puede contribuir para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles22. Además de la preocupación actual de que el adolescente no se vuelva un adulto obeso, también existe aquella preocupación con la obesidad durante la adolescencia, pues, conforme se puede verificar en este estudio, cuando se evaluaron adolescentes eutróficas por el IMC, pero con elevado porcentaje de grasa corporal, presentaron alteraciones iguales a las encontradas en aquellas con sobrepeso.

Según Almeida et al23, problemas como formación de placas ateroscleróticas, intolerancia a la glucosa, diabetes tipo 2, dislipidemia y hipertensión están presentes ya en esa fase de la vida, principalmente en los individuos con exceso de peso. Mientras tanto, varios factores dificultan el diagnóstico de alteraciones metabólicas importantes, como la falta de conocimiento de la situación mencionada anteriormente, de acceso a exámenes de laboratorio y al hecho de los adolescentes ser asintomáticos.

Se observó asociación significativa entre G1 y G2 y entre G1 y G3 para HOMA, en la que individuos con exceso de peso presentaron una posibilidad 4,5 veces mayor de alteraciones en los niveles de este índice. Para insulina, la asociación fue verificada entre G1 y G3, con posibilidad 4,5 veces mayor para desarrollo de alteraciones en los valores de este hormona (Tabla 2). Se verifica que los valores de HOMA y insulina fueron mayores en las adolescentes con mayor porcentaje de grasa corporal (Tabla 3).

Evaluando el perfil lipídico, se verificó que G1 y G3 ya presentaban valores de media y mediana para colesterol total encima de lo deseable (Tabla 3), o sea, en más de la mitad de las adolescentes, ya se podía identificar esta alteración, destacando que 42,5% de las adolescentes de G2, o sea, eutróficas, poseían valores de colesterol total encima del deseable. Faria24, en estudio sobre criterios para diagnóstico del síndrome metabólico asociado a exceso de peso, grasa corporal y resistencia a la insulina en adolescentes del sexo femenino, encontró valores de colesterol total inadecuados en 57,0% de la población, 22,0% para triglicéridos, 47,0% para LDL y 50,0% para HDL, inclusive en adolescentes eutróficas. Según Fonseca25, la dislipidemia aterogénica es caracterizada por la elevación de triglicéridos, bajos niveles de la fracción HDL y aumento de los niveles de LDL.

La génesis de la aterosclerosis está correlacionada a los niveles lipídicos en adolescentes, siendo posible la identificación de placas ateromatosas en esta fase. La génesis de la ateroesclerosis puede ser iniciada en la infancia con el desarrollo de estrías en la aorta y su progreso en la vida adulta, siendo entonces importante la identificación precoz de riesgos elevados basados en la obesidad, elevada adiposidad corporal, historia familiar y anormalidades lipídicas. Niveles disminuidos de HDL aceleran la progresión de la ateroesclerosis, pues presentan como función el transporte reverso del colesterol, o sea, la remoción del colesterol de las células, transportándolo al hígado para metabolización. Además de eso, previene la agregación de las partículas de LDL al endotelio4,26.

Ribeiro et al27, evaluando riesgo cardiovascular en niños y adolescentes, entre 6-18 años, verificaron que 32,9% y 25,1% presentaron niveles de colesterol total y LDL, respectivamente, encima de los valores deseables, y 17,0% presentaron niveles de HDL abajo de lo deseable.

De acuerdo con la I Directriz de Prevención de la Ateroesclerosis en la Infancia y Adolescencia17, estudios epidemiológicos en el Brasil identificaron prevalencia de hipertensión primaria, que varió de 0,8-8,2% entre niños y adolescentes. En el presente estudio, se pudo observar que 3,54% de las adolescentes presentaron elevación de la presión arterial, siendo que todas poseían exceso de peso, habiendo asociación entre G1 y G3 con posibilidad de 1,13 veces mayor para el desarrollo de alteración en los niveles presóricos (Tabla 2).

Se pudo identificar la influencia de la grasa corporal en los niveles de presión arterial, sistólica y diastólica, pues no hubo diferencia estadística entre G1 y G3 (Tabla 3). La correlación entre presión arterial sistólica y diastólica, CCI, CCA, IMC y porcentaje de grasa corporal fue significativa, demostrando la relación entre adiposidad y niveles de presión arterial (Tabla 4).

Según la I Directriz de Prevención de la Ateroesclerosis en la Infancia y Adolescencia17, el aumento de la prevalencia mundial de hipertensión arterial primaria en la infancia y adolescencia presenta relación directa con el aumento de la prevalencia de obesidad, siendo la obesidad factor de riesgo de hipertensión arterial sistémica en la infancia.

Analizando los niveles de leptina, se pudo notar que hubo diferencia significativa entre los grupos estudiados, siendo G1 > G2 y G1 < G3. Se observó asociación entre G1 y G3 con posibilidad de 3,73 veces mayor para alteraciones en los niveles de leptina (Tabla 3). Hubo correlación entre leptina y colesterol total, peso, IMC, CCI, CCA y porcentaje de grasa corporal (Tablas 5 y 6). Se destaca la influencia de la grasa corporal en la determinación de los niveles de leptina, que presentó aumento de acuerdo con las modificaciones en la composición corporal. Algunos estudios identifican correlación entre leptina y insulina, hecho que no fue evidenciado en este estudio28,29.

Arslanian et al28 verificaron que niveles de leptina reflejan estoques de grasa corporal y que aparentemente no hay diferencias entre los géneros y entre los niveles de maduración sexual. Fue encontrada correlación entre leptina y niveles de insulina de ayuno. El estudio verificó que obesidad y hiperinsulinemia están asociadas con elevados niveles de leptina. Los autores colocan que aun hay mucha controversia entre los resultados de investigaciones envolviendo la leptina.

Anahita et al30, estudiando concentración de leptina en niñas obesas, verificaron que presentó correlación con los niveles de presión arterial sistólica y diastólica y de triglicéridos. La concentración de leptina fue significativamente más elevada en individuos obesos.

La leptina se relaciona con control de peso y posiblemente afecta la sensibilidad a la insulina. Estudios in Vitro han demostrado que niveles aumentados de leptina pueden inhibir la secreción de insulina31. En estudio sobre resistencia a la insulina y leptina, realizado con 402 adolescentes, Huang et al31 verificaron que la leptina se correlacionó positivamente con distribución central de grasa y grasa corporal total, con niveles de triglicéridos y de HOMA. Los mismos autores afirman que niveles de leptina han sido asociados con distensibilidad arterial disminuida, siendo la leptina potente predictora de síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares también en adolescentes.

La prevalencia de hiperhomocisteinemia fue de 3,54%, no habiendo diferencia entre los grupos estudiados (Tabla 2). La homocisteína es un aminoácido importante en el proceso de formación del ADN, estando la hiperhomocisteinemia asociada a eventos cardiovasculares en adultos por facilitar el proceso de injuria oxidativa en las arterias y aumentar la proliferación de células musculares. Entre adolescentes, correlaciones entre homocisteína y diabetes o variables del síndrome metabólico han sido inconsistentes, la asociación con IMC y presión arterial es débil, con perfil lipídico normalmente exento32.

Según la III Directrices Brasileñas de Dislipidemia y Prevención de la Aterosclerosis19, aunque la homocisteína no sea considerada factor de riesgo independiente, su elevación puede ser un marcador para el desarrollo de enfermedad vascular y para un pronóstico peor en individuos con ateroesclerosis.

La Proteína C Reactiva se presentó alterada en 12,38% de las adolescentes, no habiendo diferencia estadística entre los grupos estudiados, mientras tanto, las adolescentes con mayor porcentaje de grasa corporal presentaron valores más elevados (Tabla 2). Media y mediana se presentaron encima de los valores de referencia, estando más de la mitad de las adolescentes con esa alteración (Tabla 1). Los valores de PCR no presentaron correlación con las variables antropométricas, clínicas o bioquímicas (Tablas 5 y 6).

La Proteína C Reactiva (PCR) es un marcador de inflamación y niveles elevados están asociados con riesgo aumentado de enfermedad coronaria en adultos sanos y pueden predecir riesgo aumentado de eventos coronarios futuros33. En estudio correlacionando niveles de Proteína C Reactiva y perfil antropométrico, porcentaje de grasa corporal y lípidos en adolescentes, Vikram et al33 verificaron que individuos con exceso de peso y mayor porcentaje de grasa corporal presentaron niveles más elevados de PCR, no habiendo correlación con el perfil lipídico.

Aun pequeñas alteraciones en las concentraciones de PCR pueden prever el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Citocinas inflamatorias liberadas por el tejido adiposo estimulan la producción hepática de PCR y pueden estar asociadas al desarrollo de enfermedades cardiovasculares por causar alteración en la sensibilidad a la insulina, aumento de la liberación de moléculas de adhesión por el endotelio, aumento de la liberación hepática de fibrinógeno y efecto pro-coagulante de plaquetas en niños y adolescentes34.

El porcentaje de grasa corporal presentó fuertes correlaciones con peso, IMC, CCI, CCA y correlaciones más bajas, aunque significativas, con la presión arterial sistólica y diastólica y con RCCA (Tabla 4). Se verificaron correlaciones débiles entre el porcentaje de grasa corporal y los exámenes bioquímicos HOMA, insulina y leptina. No hubo correlación entre grasa corporal y perfil lipídico (Tablas 5 y 6).

Se verificó que la circunferencia de la cintura fue la variable que más se correlacionó con las demás (Tablas 4 y 5).

Circunferencia de la cintura y relación cintura-cadera son utilizadas como medidas de distribución de grasa corporal e indicadoras de riesgo de enfermedades metabólicas, con todo, tienen uso limitado en adolescentes debido a la ausencia de puntos de corte validados4. Según Oliveira et al26, la circunferencia de la cintura aislada ha demostrado mejor asociación con las alteraciones metabólicas que la relación cintura-cadera, también en adolescentes. Debido a las alteraciones rápidas ocurridas en la cintura pélvica, características de la adolescencia, principalmente durante la maduración sexual, las modificaciones en la relación cintura-cadera pueden estar más relacionadas a estas alteraciones que a cambios en la distribución de la grasa corporal.

La circunferencia de la cintura es considerada el parámetro más sensible y específico de acumulación de grasa corporal en la parte superior del cuerpo. Se trata de una medida que puede ser utilizada de manera aislada en la determinación de riesgo de desarrollo de alteraciones metabólicas en individuos jóvenes, incluyendo niños y adolescentes27.

La utilización de la circunferencia de la cintura como predictora de enfermedades cardiovasculares está relacionada al papel de esta ubicación central de la grasa corporal. Los adipocitos de esa región son más resistentes al efecto antilipolítico de la insulina, además de estar más próximos de la circulación portal, liberando elevados niveles de ácidos grasos libres, que pueden colaborar para mayor síntesis de VLDL, aumento en la gluconeogénesis y disminución en el clearance de insulina. Tal hecho contribuye a una mayor resistencia periférica a la insulina y hiperinsulinemia, favoreciendo el desarrollo de la hipertensión y del proceso aterosclerótico35.

Es importante destacar la presencia de diversas alteraciones entre las adolescentes del estudio, cuyos valores máximos de glucemia, insulina, HOMA, colesterol total, LDL, triglicéridos, leptina, homocisteína y PCR estaban encima de los valores deseables. Más de la mitad de las adolescentes presentaba valores de colesterol total y PCR encima de los niveles recomendados.

Alteraciones lipídicas son preocupantes, una vez que las placas ateromatosas pueden iniciar su desarrollo en la infancia y adolescencia, presentando relación directa con el perfil lipídico. De esa forma, son de gran importancia programas de educación nutricional que busquen la manutención no sólo de peso saludable, sino también de la adiposidad dentro de los valores de normalidad, a fin de evitar la aparición de alteraciones metabólicas y clínicas durante la adolescencia y complicaciones más graves en la vida adulta.

Potencial Conflicto de Intereses

Declaro no haber conflicto de intereses pertinentes.

Fuentes de Financiamiento

El presente estudio fue financiado por la FAPEMIG.

Vinculación Académica

Este artículo es parte de tesis de Maestría de Hiara Miguel Stanciola Serrano, Gisele Queiroz Carvalho y Patrícia Feliciano Pereira por la Universidad Federal de Viçosa.

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  • Composición corporal, alteraciones bioquímicas y clínicas de adolescentes con exceso de adiposidad

    Hiara Miguel Stanciola Serrano; Gisele Queiroz Carvalho; Patrícia Feliciano Pereira; Maria do Carmo Gouveia Peluzio; Sylvia do Carmo Castro Franceschini; Silvia Eloiza Priore
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      13 Ago 2010
    • Fecha del número
      Oct 2010

    Histórico

    • Recibido
      08 Jul 2009
    • Revisado
      23 Feb 2010
    • Acepto
      12 Abr 2010
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