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ARUÁS EN LOS PRIMEROS TIEMPOS DEL DIRECTORIO: FRONTERA, TRABAJO Y PODER EN LA DESEMBOCADURA DEL AMAZONAS (1757-1767)* 1 A pesar de ello, Ferreira Penna dedicó un artículo de prensa a Rebordello en 1888 mencionando algunos de los pasajes incluidos en este artículo. (FERREIRA PENNA, 1973, p. 251-253).

THE ARUÁ IN THE EARLY DAYS OF THE DIRETÓRIO DOS ÍNDIOS: FRONTIER, LABOR AND POWER AT THE AMAZON MOUTH (1757-1767)

Resumen

La aplicación del Directorio pombalino supuso una serie de transformaciones para las poblaciones indígenas de la Amazonía. Con el incentivo de la lengua portuguesa o la adopción de nombres y apellidos portugueses, entre otras medidas, se pretendió acabar con la heterogeneidad étnica y lingüística en la región. Sin embargo, el Directorio tuvo que ser negociado con las autoridades locales de cada comunidad y el resultado fue más complejo de lo esperado por la corona. A partir del estudio de caso de dos comunidades (Chaves y Rebordello), situadas en la desembocadura del río Amazonas, este artículo explora las continuidades y transformaciones de sus habitantes en la primera década del Directorio. Para ello, se ha analizado la correspondencia de los administradores de ambas localidades para informar al Gobernador del Estado de Grão-Pará y Maranhão. Esta perspectiva anclada en la cotidianeidad de las poblaciones nos permite comprender mejor las lógicas de resistencia y negociación de los indígenas aruás que habitaban esta región desde, por lo menos, los primeros tiempos de la conquista europea.

Palabras-clave:
Frontera; Amazonas; Aruá; Directorio; Etnohistoria

Abstract

The implementation of the Diretório dos Índios law led to the transformation of the daily life in the indigenous villages of the Amazon. The incentives to learn the Portuguese language and adopt Portuguese names and surnames - among other measures - were intended to put an end to the ethnic and linguistic heterogeneity of the region. However, colonial authorities could not enforce such law and were thus forced to negotiate its terms with the local authorities of each community. From the case studies of two of these communities (Chaves and Rebordello), located at the Amazon River mouth, this article explores the continuities and transformations experienced by its inhabitants during the first decade of the Diretório dos Índios. The sources analyzed for that object are the letters sent by the administrators of these two communities to the Governor of the Estado de Grão-Pará and Maranhão. Therefore, perspectives rooted in daily life are privileged in this article, allowing us to better understand the logic of resistance and negotiations displayed by the Aruá, one of the native peoples who inhabited the Amazon mouth since, at least, the first arrival of the Europeans.

Keywords:
Frontier; Amazon; Aruá; Diretório dos Índios; Ethnohistory

Introducción

La Amazonía portuguesa inició un periodo de profundas transformaciones legislativas con la llegada de Francisco Xavier de Mendonça Furtado en 1751. Junto con otras medidas de impacto, como la expulsión de la Compañía de Jesús o la creación de una compañía de comercio, en 1758 entró en vigor el “Directorio que se debe observar en las poblaciones de los Indios del Pará y Maranhão”. Se trataba de una guía de 95 puntos para gestionar la recientemente proclamada libertad de los pueblos indígenas y el fin de la administración de las aldeas por los misioneros (1755).

Para la historiografía tradicional, el Directorio supone un punto y aparte en la historia colonial de la región, en la medida que establecía un mayor control de la corona sobre las poblaciones indígenas. Sin embargo, en las últimas décadas, se vienen subrayando las continuidades con el periodo anterior y, en particular, con el Regimiento de las Misiones, que desde 1686 ordenaba la gestión de las aldeas de los pueblos originarios. De la misma manera, también se ha puesto en cuestión el origen exclusivamente metropolitano del Directorio, al reconocer la influencia de las dinámicas locales en su diseño y ejecución (COELHO, 2016COELHO, Mauro Cezar. Do sertão para o mar: um estudo sobre a experiência portuguesa na América: o caso do Diretório dos Índios (1750-1798). São Paulo: Livraria da Física, 2016.; DOMINGUES, 2000DOMINGUES, Ângela. Quando os índios eram vassalos: colonização e relações de poder no norte do Brasil na segunda metade do século XVIII. Lisboa: Comissão Nacional para as Comemorações dos Descobrimentos Portugueses, 2000.; ROLLER, 2014ROLLER, Heather F. Amazonian routes: indigenous mobility and colonial communities in Northern Brazil. Stanford: Stanford University Press, 2014.; SAMPAIO, 2012SAMPAIO, Patricia Melo. Espelhos partidos: etnia, legislação e desigualdade na colônia. Manaus: Edua, 2012.; SOMMER, 2000SOMMER, Barbara A. Negotiated settlements: native Amazonians and Portuguese policy in Pará, Brazil, 1758-1798. Tesis (Doctorado) - University of New Mexico, Albuquerque, 2000.).

Este artículo participa de esta visión descentrada de la legislación colonial, enfatizando el estudio de las lógicas locales en la concepción y aplicación del Directorio; y parte de ella para analizar la complejidad de las reacciones de las poblaciones indígenas a los cambios propuestos en la década de 1750. Para ello, se ha optado por el análisis microhistórico de dos comunidades: la villa de Chaves, situada en la costa norte de la isla de Marajó, y el lugar de Rebordello, en la vecina isla de Caviana. Son varias las razones para la elección de ambas comunidades.

En primer lugar, el análisis de caso nos permite acceder a un nivel de cotidianeidad que generalmente pasa desapercibido en estudios más amplios. En este contexto, no se ha buscado aquí un caso extraordinario que nos permita hacer un abordaje original; por el contrario, las dos comunidades escogidas sirven como un ejemplo del cotidiano de las villas pombalinas en las fronteras amazónicas. Parafraseando a Luis González y González, podemos afirmar que ni Chaves ni Rebordello han hecho méritos para aparecer en los libros de historia de Brasil1 1 A pesar de ello, Ferreira Penna dedicó un artículo de prensa a Rebordello en 1888 mencionando algunos de los pasajes incluidos en este artículo. (FERREIRA PENNA, 1973, p. 251-253). . Allí no nacieron grandes figuras históricas ni tampoco ocurrieron batallas memorables. Pero es precisamente su “tipicidad” que nos parece relevante para el estudio actual sobre la naturaleza negociada de la frontera (GONZÁLEZ, 1968GONZÁLEZ, Luiz. Pueblo en vilo: microhistoria de San José de Gracia. Ciudad de México: El Colegio de México, 1968.)2 2 Ver también los ensayos incluidos en: Saito y Rosas (2017). Sobre la Amazonía brasileña, ver: Lopes (1999), Sampaio (2003). .

Uno de esos rasgos típicos es la continuidad en la ocupación del espacio, puesto que la mayoría de las villas se fundaron sobre misiones religiosas preexistentes o en emplazamientos cercanos a las antiguas misiones. Éste fue el caso de Chaves y Rebordello, como veremos más adelante. Además, muchas de esas misiones ya habían sido fundadas en espacios previamente ocupados por sociedades amerindias, como también parece haber sido el caso de las dos comunidades estudiadas en este artículo, situadas en una región tradicionalmente asociada con las poblaciones aruás.

Debido a su precaria conexión con los centros coloniales y a la deficiente implantación portuguesa en el interior, muchas de las villas amazónicas de aquella época pueden ser consideradas como emplazamientos de frontera. Algunas de ellas, además, reforzaban su posición fronteriza al situarse en los límites de las posesiones portuguesas con las de otras potencias coloniales, como Francia o España. Por ejemplo, Chaves y Rebordello se encontraban entre la capitanía de Pará y las posesiones francesas de Cayenne. Tal y como se verá en las próximas páginas, la particular posición geográfica de ambas aldeas ofreció riesgos y oportunidades a sus habitantes, quienes adoptaron varias estrategias, que pretendemos recuperar a partir del estudio pormenorizado de los acontecimientos ocurridos entre 1757 y 1767.

La elección del marco temporal se debe, en parte, a la figura del misionero franciscano Fray Antonio de Santo Agostinho, quien permaneció en Rebordello por varios años después de la aplicación del Directorio. Utilizamos como base documental las cartas que escribió en esta localidad para así construir nuestra aproximación al día a día de aquellas comunidades en los primeros años de aplicación de la nueva legislación pombalina. Para completar la panorámica, consideraremos también la documentación referida a las demás comunidades con presencia aruá en la isla de Marajó, situadas en la región del río Paracauari.

Toda esta documentación se encuentra disponible en la Correspondencia de Diversos com o Governo del Arquivo Público do Estado do Pará. Cabe puntualizar que no todos los códices se encontraban disponibles para consulta durante la elaboración de la presente investigación3 3 Algunos códices se encontraban en tan mal estado que ni siquiera pueden ser consultados. Otros estaban en proceso de higienización para su posterior digitalización, en un esfuerzo tan lento como loable por parte de los trabajadores del Archivo, a quienes agradezco la colaboración durante mi investigación. . Para compensar en parte estas limitaciones se han consultado también los Manuscritos Avulsos referentes à Capitania do Pará, disponibles en el Arquivo Histórico Ultramarino de Lisboa.

El conjunto de estas fuentes analizadas nos ofrece un retrato más o menos fiel de la vida cotidiana en ambas comunidades. A través de los acontecimientos que alteraron la vida de sus habitantes durante una década, exploraremos a continuación las cuestiones relacionadas con las luchas de poder en el ámbito local, los tratos entre aruás y franceses, así como la implicación de las comunidades en la fortificación de Macapá y en la defensa de la costa, con base en una estructura que combina el eje cronológico con la discusión temática ya sugerida.

Así, se presenta en primer lugar una síntesis de las dimensiones histórica y geográfica de la región bajo estudio. A continuación, se abordan las dificultades de la aplicación del Directorio en Chaves y Rebordello, dando voz a los protagonistas locales de una historia que incluye la emergencia de Macapá como poderoso centro de influencia regional. Se analiza también la captura de una canoa francesa en el puerto de Rebordello y la posterior revuelta del capitán Francisco dos Santos contra el Principal de su comunidad. En la última parte del texto se consideran los efectos de la guerra y de las epidemias sobre los habitantes de la región.

Aruás en Marajó antes del Directorio

El archipiélago de Marajó está situado en la desembocadura del río Amazonas. Del conjunto de islas que lo forman, se destaca especialmente la enorme isla de Marajó, también conocida como Ilha Grande de Joanes en el periodo colonial, la cual cuenta con una extensión similar a la de países como Suiza o los Países Bajos. Otras islas menores son las de Caviana o Mexiana, situadas al norte del archipiélago.

Aunque todas parecen haber estado habitadas en algún momento antes de la conquista europea, la isla de Marajó presenta una mayor concentración de evidencias arqueológicas. En ella hay registro de ocupación desde hace miles de años, siendo la cultura marajoara la expresión más compleja de esa tradición. Dos de sus características más notables son los montículos de tierra empleados para lidiar con las inundaciones estacionales y la bella cerámica funeraria (SCHAAN, 2000SCHAAN, Denise Pahl. Evidências para a permanência da cultura marajoara à época do contato europeu. Revista de Arqueologia, [S. l.], v. 12-13, n. 1, p. 23-42, 2000. ISSN 1982-1999. Disponible en: <http://bit.ly/31OcHBM>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: https://doi.org/10.24885/sab.v12i1.150.
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; 2004SCHAAN, Denise Pahl. The Camutins chiefdom: rise and development of social complexity on Marajó island, Brazilian Amazon. Tesis (Doctorado) - University of Pittsburgh, Pittsburgh, 2004.).

Los europeos no llegaron a conocer el esplendor de estas poblaciones, puesto que la cultura marajoara dejó de existir como tal antes de la conquista. En su lugar, las primeras fuentes escritas nos ofrecen una descripción fragmentada del mapa humano del archipiélago. Hay registros de múltiples etnónimos, entre los que se destaca el término genérico nheengaíba, “que quer dizer má linguagem” (DANIEL, 2004DANIEL, João. Tesouro descoberto no máximo rio Amazonas, v. 1. Rio de Janeiro: Contraponto, 2004., p. 370). Todo apunta a que, en su conjunto, los grupos del archipiélago hablaban varias lenguas (algunas de origen arahuaco) y que su diversidad no impedía las interacciones culturales, comerciales y políticas.

Uno de estos grupos indígenas eran los aruás, aunque su posición estuvo limitada mayormente a la costa atlántica del archipiélago. Los rastros dejados por su cultura material permiten especular con las Guayanas como su tierra de origen, desde donde se habrían desplazado hacia el sur siguiendo el litoral en los siglos anteriores a la conquista europea (MEGGERS; EVANS, 1957MEGGERS, Betty & EVANS, Clifford. Archeological investigations at the mouth of the Amazon. Bureau of American Ethnology Bulletin 167. Washington, DC: Smithsonian Institution, 1957.).

Las primeras referencias escritas sobre los aruás datan de finales del siglo XVI, y a lo largo del siguiente siglo es posible ubicarlos en el litoral del Cabo do Norte, en la isla de Caviana y en la costa atlántica de la isla de Marajó. Su ocupación fragmentaria de estos espacios sugiere una espacialidad propia, construida sobre la base de una alta movilidad regional (ESPELT-BOMBIN, 2018aESPELT-BOMBIN, Silvia. Makers and keepers of networks: Amerindian spaces, migrations and exchanges in the Brazilian Amazon and French Guiana, 1600-1730. Ethnohistory, Albany, v. 67, n. 4, p. 597-620, 2018a, p. 597-620. ISSN 1527-5477. Disponível em: <http://bit.ly/345TqO3>. Acesso em: 7 agosto 2019. doi: https://doi.org/10.1215/00141801-6991253.
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).

Además, es posible que otros grupos participasen de esas lógicas espaciales. En varios documentos se menciona a los aruás en especial proximidad con los maraones, otro grupo poco conocido en la zona. Y es posible intuir también que los aruás mantenían contacto y relaciones, más o menos tensas, con otros grupos ubicados en el archipiélago. A fines del siglo XVIII, recordando los tiempos de sus antepasados, un indígena sacaca rememoraba las guerras entre su grupo y los aruás, en una pugna por el control de las regiones meridionales de la isla de Marajó (FERREIRA, 2008FERREIRA, Alexandre Rodrigues. Viagem filosófica pelas capitanias do Grão-Pará, Rio Negro, Mato Grosso e Cuiabá. Manaus: Valer, 2008., p. 259-261).

Ubicados en una zona de frontera entre las diversas potencias europeas, los grupos del archipiélago marajoara jugaron un papel ambiguo, aprovechando las oportunidades que les brindaba la ocasión. En la primera mitad del siglo XVII, aruás y maraones, en este caso, negociaron con los europeos que frecuentaban la región. Ya desde la segunda mitad del siglo, ambos grupos mantuvieron relaciones con los franceses establecidos en Cayenne y circularon por los territorios reivindicados por ambas coronas (BOMBARDI, 2014BOMBARDI, Fernanda Aires. Pelos interstícios do olhar do colonizador: descimentos de Índios no estado do Maranhão e Grão-Pará (1680-1750). Dissertação (Mestrado en História Social) - Universidade de São Paulo, São Paulo, 2014., p. 118-124; ESPELT-BOMBIN 2018bESPELT-BOMBIN, Silvia. Frontier politics: French, Portuguese and Amerindian alliances between the Amazon and Cayenne, 1680-1697. In: WOOD, Sarah & MACLEOD, Catriona. Locating Guyane. Liverpool: Liverpool University Press, 2018b, p. 69-90.; IBÁÑEZ-BONILLO, 2018IBÁÑEZ-BONILLO, Pablo. Rethinking the Amazon Frontier in the seventeenth century: the violent deaths of the missionaires Luis Figueira and Francisco Pires. Ethnohistory, Albany, v. 65, n. 4, p. 575-595, 2018. ISSN 1527-5477. Disponible en: <http://bit.ly/2N6f4KU>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: https://doi.org/10.1215/00141801-6991229.
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; ROCHA, 2018ROCHA, Rafael Ale. Os aruã: políticas indígenas e políticas indigenistas na Amazônia portuguesa (século XVII). Revista Brasileira de História & Ciências Sociais, Santa Vitória do Palmar, v. 10, n. 19, p. 72-93, 2018. ISSN: 2175-3423. Disponible en: <http://bit.ly/2MLPXOD>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: https://doi.org/10.14295/rbhcs.v10i19.464.
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).

Si hemos de creer a Severino dos Santos, que así se llamaba el sacaca al que nos hemos referido antes, sus antepasados fueron de los primeros en negociar una reducción permanente con los portugueses. Con los jesuitas pactaron la fundación de una misión religiosa y aprovecharon el apoyo militar de los soldados lusos para repeler a los invasores aruás (FERREIRA, 2008FERREIRA, Alexandre Rodrigues. Viagem filosófica pelas capitanias do Grão-Pará, Rio Negro, Mato Grosso e Cuiabá. Manaus: Valer, 2008., p. 260). Su misión era conocida a mediados del siglo XVII como Tipucu o Joanes (luego villa de Monforte), y fue la base del pesquero real que habría de instalarse en las cercanías del cabo de Maguari, no muy lejos de la desembocadura del río Paracauari, conocido en la época como Igarapé Grande.

En la segunda mitad del siglo XVII, aruás y maraones adoptaron una resolución similar al negociar su reducción con los misioneros franciscanos. De esas negociaciones surgieron aldeas como São José do Igarapé Grande (luego Mondim) y Bom Jesús o Menino Jesús (luego villa de Soure), ambas situadas en la región de la desembocadura de este río.

En la costa norte, también conocida en la época como Costa o Sertão dos Aruás (AMORIM, 2005AMORIM, Maria Adelina. Os Franciscanos no Maranhão e Grão-Pará: missão e cultura na primeira metade de seiscentos. Lisboa: Clepul-CEHR, 2005., p. 316-322),4 4 Frei João de Jesús. Memória acerca dos primórdios das missões do Grão-Pará e Maranhão e religiosos que nelas se distinguiram. 02-12-1761. Transcrito en Amorim (2005, p. 316-322). se establecieron otras familias. Algunas formaron las aldeas franciscanas de Santo Antonio de Anajatuba, Santa Ana de Cajuna y San Joaquín de Caviana. Las dos primeras se encontraban en la costa norte de la isla de Marajó, muy cerca ya del océano, y en su fundación participaron los aruás implicados en (y afectados por) la muerte de los “frades Frei José de Santa Maria e Frei Martinho da Conceição” (AMORIM, 2005AMORIM, Maria Adelina. Os Franciscanos no Maranhão e Grão-Pará: missão e cultura na primeira metade de seiscentos. Lisboa: Clepul-CEHR, 2005., p. 319).5 5 Los propios indígenas pidieron por misionero en Santo Antonio a Fray Bernardino de Santa Teresa, natural de Abrantes (AMORIM, 2005, p. 319).

La otra tomaba su nombre de la isla en la que se encontraba, situada frente a la isla de Marajó y a poca distancia de la misión de Santo Antonio.6 6 Según parece, existieron dos misiones franciscanas en la isla de Caviana: los misioneros de la Provincia de Conceição da Beira fundaron una primera misión, “a qual, poucos anos existiu, por a desampararem os índios”. Más tarde, los franciscanos de la Provincia de Santo Antonio fundaron la misión de São Joaquim. “Agora ouço dizer, que depois que vim para o Reino, se fundou pelos nossos frades, nova Aldeia no mesmo sítio das relíquias da outra que se quiseram de novo aldear com o título de S. Joaquim”. Copia de una carta de Frei João de Jesús (29-12-1761). Transcrito en Amorim (2011, p. 995-998). A diferencia de Santo Antonio, asociada explícitamente a los aruás, es menos evidente el perfil étnico de los habitantes de la misión de Caviana en las fuentes consultadas. No hay que descartar que una parte de ellos perteneciese a uno o más grupos étnicos distintos a los aruás, incluyendo tal vez a indígenas maraones, muy vinculados con la región del río Araguari.7 7 Las evidencias arqueológicas, por otra parte, muestran una notable diversidad en la cerámica de la isla de Caviana, aunque ni las cronologías ni las identidades de sus productores son cuestiones totalmente resueltas todavía. (MACHADO, 2012, p. 48-70; NIMUENDAJU, 2004, p. 61-95, 101-102).

A partir de 1757, la administración de estas tres misiones cambió de manos tras la aplicación del Directorio pombalino, disposición real que pretendía asegurar la civilización e integración de las poblaciones indígenas al proyecto colonial, asumiendo que el periodo misional había sido un fracaso en ambos aspectos.8 8 Por ejemplo, el padre José Monteiro de Noronha relataba cómo muchas prácticas religiosas y otras costumbres de los nativos (endo-canibalismo funerario, hechicería…) habían sobrevivido al periodo misional. Además, refiere casos de concubinato e incesto en Chaves. En Oficio Miguel de Bulhões. 16-02-1759. AHU-CU-013, Rolo 50, Cj. 44, D. 4033. Para pilotar ese proceso, se nombró a un Director para cada una de las nuevas villas. Junto con otras 60 aldeas, las tres misiones del norte fueron rebautizadas con un topónimo portugués. Santo Antonio de Anajatuba pasó a llamarse Chaves, Caviana adoptó el nombre de Rebordello, mientras que Santa Ana de Cajuna pasó a ser conocida como Parada.

Para el caso que nos ocupa, sólo se nombró un Director, con residencia en la “villa” de Chaves. Rebordello quedó como un “lugar”, es decir, un asentamiento con menor jerarquía administrativa. También se designó Parada como “lugar”, pero pronto sus habitantes se integraron en la villa de Chaves (NORONHA, 1862NORONHA, José Monteiro. Roteiro da viagem da cidade do Pará até as últimas colonias do sertão da Provincia. Belém: Typographia de Santos e Irmãos, 1862., p. 14), que fue dirigida en 1759 por Félix da Cunha Silva. Las obligaciones del Director estaban detalladas en los 95 puntos del Directorio, centrados en la promoción de la agricultura y el comercio, así como en la homogeneización cultural de los nativos (ALMEIDA, 1997ALMEIDA, Rita Heloísa de. O diretório dos índios: um projeto de “civilização” no Brasil do século XVIII. Brasília, DF: Editora UnB, 1997.).

De aldea a villa: Chaves y el lugar de Rebordello a partir de 1758

Las transformaciones en las aldeas, sin embargo, fueron de carácter matizado, tal y como se puede observar en los casos de Chaves y Rebordello. Así, aunque llegó un nuevo Director para administrar ambas comunidades, los misioneros franciscanos continuaron oficiando en la villa de Chaves y en el lugar de Rebordello. Después de haber sido consultado por el obispo de Pará, el comisario de la Provincia de Santo Antonio propuso que Fray Thomas de Santa Anna ejerciese en Chaves, mientras que en Caviana debía ejercer Fray Antonio de Santo Agostinho.9 9 Fray Francisco de Santa Teresa. 19-02-1757. Copia de carta incluida en Oficio del Obispo Miguel de Bulhões. 03-06-1757. AHU-CU-013, Cj. 42, D. 3868. Ver también: Oficio de Miguel de Bulhões. 09-06-1757. AHU-CU-013, Cj. 42, D. 3872. Ambos padres recibirían un apoyo económico (congrua) de 80.000 y 60.000 reis anuales, respectivamente, en línea con lo acordado para el resto de villas y lugares de la colonia.10 10 Oficio de Manuel Bernardo de Melo Castro. 09-11-1761. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4683. Según un inventario realizado por el visitador José Raimundo de Noronha, la iglesia de Rebordello contaba con un cáliz con el cuerpo de plata, una patena y una cucharilla del mismo material, una imagen de Cristo crucificado de más de un palmo de alto, una imagen de Santo Antonio, un panel de papel de San Joaquín, así como otros elementos necesarios para la celebración de la misa.11 11 Domingo Caetano Teles. Carta al Gobernador. 30-06-1759. APEP, Cod. 95, D. 78.

Los franciscanos continuaron así al frente de la administración religiosa, ejerciendo de intermediarios efectivos entre los indígenas y el Director. La misma situación ocurrió en otros lugares, donde los misioneros pudieron seguir actuando si así lo sugerían sus respectivos superiores y confirmaba el obispo. Sin embargo, pasaban a estar bajo administración episcopal, comprometiéndose el pago de sus congruas por el producto de la Bula de la Santa Cruzada.12 12 Se debían preparar cada año 5 contos y 80.000 reis para el pago de los párrocos y vicarios de las 74 “iglesias” de la capitanía. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 09-11-1761. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4683.

Fray Antonio de Santo Agostinho permaneció en Rebordello hasta, por lo menos, 1765. En todos sus años de servicio se caracterizó por su fidelidad a la corona, hasta el punto de ser definido como “hú Religioso q não obstante o habito de q se veste, conserva tanto amor ao seo Principe e hu esperito tão militar, q me parece se esquece totalm.te de q he Religiozo, q.do lhe falhão no servº do Rey”.13 13 João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26. Esa fidelidad no le impedía mantener una relación de confianza con sus neófitos, a pesar de las permanentes fugas registradas de estos durante su estancia. Igual de ambigua fue su relación con el Director de Chaves, con quien compartía la jerarquía local.14 14 Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 06-12-1761. APEP, Cod. 108, D. 34.

El juego político en estas poblaciones también contaba con los actores indígenas, quienes ocupaban cargos locales desde los tiempos de las misiones religiosas. Principales, Sargentos Mayores, Capitanes y Ayudantes venían siendo reconocidos por la corona desde antes del Directorio, pero a partir de 1757 se intensificó el uso oficial de estos cargos, creados en origen por la corona para representar sus propios intereses (ALMEIDA, 1997ALMEIDA, Rita Heloísa de. O diretório dos índios: um projeto de “civilização” no Brasil do século XVIII. Brasília, DF: Editora UnB, 1997., p. 164), pero rápidamente apropiados por los indígenas (SANTOS, 2014SANTOS, Rafael Rogério Nascimento dos. “Dis o índio…”: Outra dimensão da lei. Políticas indígenas no âmbito do Diretório dos Índios (1777-1798). Dissertação (Mestrado) - Universidade Federal do Pará, Belém, 2014.).

Una de las prioridades del Directorio era la dinamización económica de las villas, para lo que el Director debía identificar las potencialidades de las poblaciones y estimular su producción entre los habitantes. Las tierras en Chaves y Rebordello nunca fueron demasiado propicias para la agricultura, por lo que era limitado el suministro de harina de mandioca que podían ofrecer. En cambio, el emplazamiento de ambas era ideal para la pesca (peixe grosso, tainhas), la recolección de bacuri, la captura de tortugas y la producción de aceite de andiroba. Sus habitantes fueron estimulados a comerciar estos productos por el Director, quien recibía una sexta parte de la producción total de la villa.15 15 En 1757-1758 esa sexta parte apenas rindió 20.341 reis, en línea con los números de las villas más humildes. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 04-11-1760. AHU-CU-013, Cj. 47, D. 4340.

El destino de los productos era la Tesorería General de los Indios, situada en Belém, donde regularmente acudían las canoas de las villas. A cambio, los indígenas recibían dinero con el que podían comprar los productos que necesitasen, siempre bajo supervisión del Director o de otro funcionario real. El Directorio descansaba en la idea de la necesidad de tutela para los indígenas y en la búsqueda de una civilización progresiva, que sería ayudada por el comercio y el progreso económico.

En términos generales, las poblaciones aquí estudiadas no jugaron un papel importante, siendo el aporte de Chaves uno de los más humildes de entre las 55 villas y lugares computados en 1761.16 16 Sólo sumaba 120.126 reis, derivados de: 486 (tainhas secas e de moura), 56=30 (peixe grosso), 77 (potes de azeite), 6.780 (dinero que rindió el diezmo en la Tesorería). Mapa de Rendimiento. En Oficio del Tesorero General del Comercio de los Indios, Antonio Rodrigues Martins. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4715. Y en Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 17-11-1761. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4691. Por otra parte, la Tesorería General de los Indios apenas registró el envío de jabotins, tortugas y pescado desde Chaves en 1759, rindiendo una cantidad (80.858) muy inferior a la media. El año siguiente el aporte se limitó a tortugas (46.290). Las receitas de la villa fueron de las más bajas en 1759, 1760 y 1761. Oficio del Gobernador Fernando de Costa de Ataíde Teive. 30-05-1764. AHU-CU-013, Cj. 56, D. 5099. En 1757-1758 presentaba una receita de 153.200 y unos gastos de 216.920 reis. AHU-CU-013, Cj. 47, D. 4340. La irrelevancia del comercio en Chaves y Rebordello se debía a múltiples razones, de las cuales su escasa población era una posible explicación. Dos listas de moradores realizadas en los años 1762 y 1765 desvelan que Chaves no llegaba a los 500 habitantes (458/493), mientras que Rebordello apenas superaba los 150 (163/153).17 17 Lista de moradores. 12-1762. APEP, Cod. 115, D. 40. Lista de moradores. 15-09-1765. APEP, Cod. 157, D. 62. Una lista de las parroquias de la Capitanía del Grão Pará en 1765 indica sólo 262 mayores y 25 menores en la de Santo Antonio de la villa de Chaves. São Joaquim, del lugar de Rebordello, contaba con 106 mayores y 24 menores. En Oficio del administrador del Obispado, Giraldo José de Abranches. 30-11-1765. AHU-CU-013, Cj. 58, D. 5242. Sin embargo, estas cifras eran similares en la mayoría de las villas y lugares del Directorio.

La escasa contribución económica de estas comunidades puede explicarse también a partir de la falta de voluntad de sus habitantes. El Director de Chaves lamentaba el escaso ímpetu de uno de los vecinos para viajar hacia Belém a entregar sus mercancías.18 18 Francisco Rodríguez. Carta al gobernador. 30-01-1762. APEP, Cod. 113, D. 54. Y tampoco era fluido el comercio entre los habitantes de Rebordello. Cuestionados, los oficiales de Rebordello afirmaron que estaban ocupados en la construcción de sus casas.19 19 Ibid.

La falta de tiempo, de hecho, fue una reclamación constante de los indígenas durante el Directorio, ya que se les exigían cada vez más una serie de medidas cuya aplicación práctica trataron de negociar. La nueva legislación les amparaba en estas negociaciones, puesto que los Directores no podían forzarlos a actividades comerciales, lo que generaba dudas sobre el correcto proceder ante la resistencia indígena.

También es posible que el negocio no fuera siempre tan atractivo como lo pensaron los ideólogos del Directorio y que los indígenas perdieran el interés ante la desconfianza que generaba el sistema de intercambios. En junio de 1759, el Tesorero de los Indios sólo había mandado a Chaves una parte del hilo de pescar acordado, lo que dificultaba el trabajo de los nativos, quienes se quejaban “q do negoçio q fizeram este ano pasado nam viram nada mais q tres rolos de panno q nao podia chegar a todos e asim vejo entrar na igreja algunas molheres descompostas sem camiza”.20 20 Domingos Caetano Teles. Carta al Gobernador. 30-06-1759. APEP, Cod. 95, D. 78.

A pesar de que estos factores desalentaban el comercio de los aruás con la capital, no lo impedían completamente. Los cargos indígenas, para los que el Directorio reservaba una cuota de trabajadores, enviaron regularmente su pesca y otros productos a Belém.21 21 En 1764, el Director de Chaves informaba que “são precisos p.a os [o]ficiais desta villa 15 para fazerem a pescaria de peixe seco”, siendo que las canoas de pesca no podían navegar con una tripulación inferior a 3 personas. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-07-1764. APEP, Cod. 142, D. 14. El comercio ofrecía la posibilidad de ganar prestigio y, no menos importante, de desplazarse fuera del control de las autoridades locales (indígenas y no indígenas), tanto para las campañas de pesca en alta mar como para la conducción de las canoas a la Tesorería General.

Macapá: un nuevo polo de atracción regional

Más allá del comercio, los habitantes de Chaves y Rebordello también se vieron afectados por otros proyectos de transformación durante la gobernación de Francisco Xavier de Mendonça Furtado (1751-1759); entre ellos, el refuerzo de las medidas defensivas en las diferentes fronteras de las capitanías de Pará y Rio Negro, como parte de la política fronteriza de la corona tras la firma del Tratado de Madrid (1750). En la región que nos ocupa, la preocupación defensiva se tradujo en la consolidación del puesto militar de Macapá, con la fundación de la población de São José de Macapá y con las obras posteriores de fortificación de la plaza (ARAÚJO, 1998ARAÚJO, Renata Malcher de. As cidades da Amazónia no século XVIII: Belém, Macapá e Mazagão. Porto: Faup Publicações, 1998., p. 145-198).

La emergencia de Macapá como un foco defensivo tuvo un fuerte impacto en las villas de Marajó y del Bajo Amazonas. Debido a la necesidad acuciante de mano de obra y de suministros, se enviaron regularmente trabajadores indígenas a Macapá, donde se mezclaron con la colonia de azorianos que se había mandado desde 1751 (VIEIRA JUNIOR, 2017VIEIRA JUNIOR, Antonio Otaviano. Migração açoriana na Amazônia: Conexões entre Ilha Graciosa, Lisboa e Grão-Pará (1751-1754). Territórios e Fronteiras, Cuiabá, v. 10, n. 2, p. 342-367, 2017. ISSN 1984-9036. Disponible en: <http://bit.ly/2WcWC7L>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.22228/rt-f.v10i2.642.
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) y con los esclavos africanos enviados para trabajar en las obras. En mayor o menor medida, todas las aldeas fueron afectadas por la emergencia de Macapá como plaza defensiva, pero también como centro urbano y productivo (ACEVEDO MARIN, 2005ACEVEDO MARIN, Rosa Elizabeth. Agricultura no delta do rio Amazonas: colonos produtores de alimentos em Macapá no período colonial. Novos Cadernos NAEA, Belém, v. 8, n. 1, p. 73-114, 2005. ISSN: 2179-7536. Disponible en: <http://bit.ly/2qIeYSp>. Acceso en: 7 agosto 2019. Doi: http://dx.doi.org/10.5801/ncn.v8i1.48.
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; RAVENA, 2005RAVENA, Nírvia. O abastecimento no século XVIII no Grão-Pará: Macapá e vilas circunvizinhas. Novos Cadernos NAEA, Belém, v. 8, n. 2, p. 125-149, 2005. ISSN 2179-7536. Disponible en: <http://bit.ly/366eTbn>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.5801/ncn.v8i2.55.
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).

Chaves y Rebordello sintieron especialmente esta influencia. Los varones de entre 13 y 60 años de las villas del Directorio, a pesar de ser nominalmente libres, estaban obligados a trabajar a cambio de un salario.22 22 Entre los productos que recibieron como pago los trabajadores en Macapá, figuraban paño de lino, tafetán carmesí, sombreros, cuchillos, loza blanca o agujas. Nuno da Cunha de Atayde Varona. Carta al Gobernador. 04-08-1765. APEP, Cod. 153, D. 19. La repartición debía hacerse en dos partes iguales, quedando la mitad de los hombres en las villas, mientras que la otra mitad se podía distribuir entre los moradores. Su repartición era ordenada a través de Portarias emitidas por el Gobernador, quien podía solicitar el envío de trabajadores para distintos servicios, como las expediciones para la recolección de drogas do sertão.

Durante el periodo de estudio, no fue éste el caso de Chaves y Rebordello, ya que por su ubicación geográfica fueron eventualmente designadas para servir en exclusiva a la plaza de Macapá.23 23 Junto con las villas de Esposende y Arrayolos, y los lugares de Fragoso y Santa Anna. Manoel Bernardo de Melo e Castro. 26-06-1761. Oficio para Francisco Xavier de Mendonça Furtado. AHU-CU-013, Cj. 49, D. 4519. Este servicio implicaba el suministro de determinados productos: Pescado y harina de mandioca se enviaron regularmente desde ambas poblaciones, tanto para alimentar a los moradores como a los trabajadores en las obras de la fortificación.24 24 Nuno da Cunha Valona Atayde. Carta al Gobernador. 12-10-1762. APEP, Cod. 98, D. 167; Luis Fagundes Machado. Carta al Gobernador. 03-05-1762. APEP, Cod. 98, D. 85; APEP, Cod. 98, D. 111. El suministro se mantuvo en los años posteriores. De forma más esporádica también se enviaron otros productos, como aceite de andiroba.25 25 Nuno da Cunha de Atayde Varona. 17-08-1765. APEP, Cod. 153, D. 27.

Por otra parte, hombres y mujeres debían acudir a Macapá para trabajar. Una de las actividades más importantes para alimentar a los habitantes de la villa era la pesca. Por ejemplo, el ingeniero Henrique Galluzzi, que participó en las obras defensivas, tenía a su disposición dos pescadores de Chaves para asegurar su alimentación diaria.26 26 Henrique Antonio Galluzzi. Carta al Gobernador. 18-08-1765. APEP, Cod. 153, D. 29. Henrique Antonio Galluzzi. Carta al Gobernador. 28-05-1765. APEP, Cod. 150, D. 97. Otras ocupaciones habituales eran la participación en los trabajos de fortificación27 27 A principios de 1763, las 6 villas y lugares consignados para la fortificación de Macapá enviaron 92 trabajadores. 40 de ellos procedían de Chaves (24) y Rebordello (16). De estos, 11 se dedicaban a la pesca, mientras que 23 trabajaban en las obras de la fortificación. Los seis restantes se encontraban enfermos (1) o ausentes (5). Nuno da Cunha de Atayde Varona. Carta al Gobernador. 16-01-1763. APEP, Cod. 132, D. 2. , el cultivo de la tierra28 28 Relación de 40 hombres que se mandaron buscar de las poblaciones de Chaves (8), Rebordello (4), Esposende (8), Arrayolos (8), Fragoso (4) y Santa Anna (8); y se hizo distribuir por tiempo de diez días un hombre a cada uno de los 112 moradores de São José de Macapá, para ayudarles en el trabajo de sus tierras por tiempo de un mes. 08-09-1762. APEP, Cod. 98, D. 144. o la construcción de canoas.29 29 Nuno da Cunha de Atayde Varona. Carta al Gobernador. 15-08-1763. APEP, Cod. 153, D. 52. Algunos incluso podían aprender oficios, como la herrería,30 30 Luis Fagundes Machado. 22-07.1761. Carta al Gobernador. APEP, Cod. 98, D. 51. mientras que las mujeres servían como farinheiras.31 31 Relación de las mujeres enviadas para farinheiras desde Chaves (5), Rebordello (2), Esposende (5), Arrayolos (6), Fragoso (2). 1761. APEP, Cod. 98, D. 53.

Con vistas a facilitar el contacto con Macapá, entre otros motivos, incluso se manejó la idea de unificar las poblaciones de Chaves y Rebordello. El intendente general João Ignácio de Brito Abreu, que había llegado a Macapá en 1759,32 32 Manoel Bernardo de Melo e Castro. Oficio sobre el viaje de João Ignácio de Brito Abreu a Macapá. 13-08-1759. AHU-CU-013, Cx 45, D. 4110. defendió esta propuesta y, para reforzarla, envió al gobernador unas descripciones bastante sombrías de ambas poblaciones.

De Rebordello dijo que se encontraba en un lugar “agradavel, e limpo com hu bello porto de area, e livre de praga de mosquitos”, con las casas formadas “em giraos levantados da terra”, tapadas con juçaras y cubiertas con ubeçu. Sin embargo, las tierras “do continente do mesmo lugar, e as de quasi toda a Ilha sao m.to alagadas, e incapazes de lavouras, porq logo q chove lhe apodrece a mandioca”.33 33 João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26. A causa de ello, la alimentación de sus habitantes se limitaba a bananas y patatas.34 34 Ibid. También en Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-07-1764, APEP, Cod. 142, D. 12.

Peor todavía era la situación de Chaves, anegada, cubierta de mosquitos y con sólo un puerto de lama. Las casas también estaban formadas “em giraos levantados do chao, mas todas ellas estão sem cousa algua, q as tape de roda, e quasi descobertas por lhe ficar o tal ubeçu em grande distância da outra parte da bahia”. La iglesia era vieja y pequeña, y la sacristía servía de gallinero al padre.35 35 “porq nas costas da Igrª há dous repartim.tos hú q he galinhrº, e outro q serve de sancristia, mas como está tão mal tapada como a Igrª, fica hua e outra sujeita a servir tam bem deste ministério”. João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26. Finalmente, “as terras não só adjacentes á mesma povoação mais ainda em grandissima distancia della, sao totalmente incapa(zes) de lavouras de tal forma que os Indios vem fazer as suas pequenas lavouras de fronte do lugar de Rebordello”.

Ante esta situación, Brito de Abreu concluía que “o lugar de Rebordello não he capas de se conservarem nelle os Indios, e mº menos a v.a de Chaves”. Por ello, conminó a los Principales a que procurasen “sitio com capacidade de lavouras, e de menos perigos aonde todos juntos se fossem estabelecer”. Así lo hicieron, escogiendo el Igarapé dos Jacarés, cerca de la bahía del Vieira, con excelentes tierras, buen puerto y mucha madera.36 36 João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26.

A pesar de este y otros planes para concentrar las poblaciones,37 37 Por ejemplo, se propuso absorber a los habitantes de Rebordello en la población de Chaves, alegando que aquel traslado era “m.to útil e conveniente ao serviso de sua Mag.de tanto pª os sevelizar como pª os tirar da ignorancia em q ainda hoje vivem”. Domingos Caetano Teles. Carta al Gobernador. 02-06-1759. APEP, Cod. 95, D. 59. En cambio, Brito Abreu recomendó en determinado momento “q Chaves se mudasse p.a Rebordelo”. João Ignácio de Brito Abreu, Carta al Gobernador. 02-08-1759. APEP, Cod. 54, D. 19. los cuales resultan de difícil reconstrucción por la fragmentación de las fuentes, las dos villas no se llegaron a unificar. Rebordello continuó existiendo en la isla de Caviana, donde sus habitantes se ajustaron a los planes del Directorio. Así, levantaron nuevas casas entaipadas y techadas, formando dos calles con una plaza en el medio.38 38 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 10-08-1761. APEP, Cod. 17, D. 99. Un oficial de carpintero se habría de encargar de fabricar las puertas para las casas, lo que podemos suponer que ayudaría a cumplir con las indicaciones del Directorio sobre civilidad e intimidad en las residencias familiares.

Los vecinos de Chaves, por su parte, se prepararon para mudarse a un nuevo emplazamiento. Tras la salida del Director, el teniente José de Sampaio Lanserote inició los preparativos de la mudanza, para garantizar que las casas y los cultivos de la nueva villa estuvieran preparados antes del traslado definitivo.39 39 Lanserote explica que partieron “para o novo lugar que ha de ser vila”, pero una vez allí los Principales le comunicaron “q querião tornar outra bes para as suas pavoasois a tratarem das suas lavouras q tinhão deixado pois não querião ficar sem rosas numa e outra parte q para junho tornariam para o novo lugar da vila e como me pareseu justo este requerim.to tornei a trazer tudo para as suas pavoasois pois a chuva não da lugar a rosar e a queimar…”. José de Sampaio Lanserote. Carta al Gobernador. 25-12-1759. APEP, Cod. 95, D. 140. Es posible que este primer proyecto de mudanza fuera el propuesto por Brito Abreu. Dos años más tarde, en diciembre de 1761, estaban “na parte onde se há de fazer a povoação nova já situados com suas casas”, a la espera de una canoa grande con la que trasladar maderas y techos para las nuevas residencias,40 40 Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 06-12-1761. APEP, Cod. 108, D. 34. trazadas sobre plano.41 41 Manoel Bernardo de Melo e Castro. Oficio para Francisco Xavier de Mendonça Furtado remitiendo la planta que mandó hacer de la villa de Chaves. 03-07-1761. AHU-CU-013, Cj. 50, D. 4550 (Planta en AHU-ACL-CART-013, D. [RI-1]). Quedaban pendientes los planes para la construcción de una nueva iglesia diseñada por el ingeniero Antonio José de Landi.42 42 Alzado de la iglesia de Chaves, por Antonio José de Landi (ca. 1761), en AHU-CARTm-013, D. 0824 y D. 0825. Referencias extraídas de: Catálogo da Coleção Cartográfica e Iconográfica Manuscrita do Arquivo Histórico Ultramarino. Rio de Janeiro: Museu de Astronomia e Ciências Afins, 2011, p. 51-52.

La captura de una Canoa Francesa en Rebordello (1762)

Todas estas mudanzas no solo pretendían mejorar las condiciones de vida de los nativos, sino también evitar sus constantes fugas y controlar sus contactos con los franceses de Cayenne. Sin embargo, no se interrumpieron estos contactos. Los puntos habituales de encuentro, como la desembocadura del río Araguari o la región de Cunani, siguieron funcionando al margen del control de las autoridades portuguesas. Y las canoas francesas continuaron visitando las costas de Chaves y Rebordello, tal como venían haciendo hasta entonces. Un episodio recogido en las cartas de Fray Antonio es especialmente ilustrativo de estas relaciones.

En mayo de 1762, el Director de la villa de Chaves encontró en el puerto de Rebordello una canoa llegada desde Cayenne, y a bordo de ella un francés y siete indígenas huidos de los asentamientos portugueses.43 43 Nuno da Cunha Varona Atayde. Carta al Gobernador. 22-05-1762. APEP, Cod. 130, D. 65. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-05-1762. APEP, Cod. 114, D. 69. El francés fue enviado preso a Belém44 44 Nuno da Cunha Varona Atayde. Carta al Gobernador. 15-06-1762. APEP, Cod. 98, D. 111. (y de allí parece que a Lisboa), mientras que tres de los indígenas capturados quedaron en Rebordello a la espera de órdenes sobre su destino. Estos enfermaron estando en prisión, por lo que se decidió mandarlos con sus familias para facilitar su recuperación, lo que nos indica que no eran forasteros.

Su convalecencia se vio interrumpida con la llegada de noticias desde Belém. El principal de Chaves, Alberto Magno, miembro de una familia anclada en el poder local desde por lo menos los tiempos misionales, regresó de la capital trayendo noticias de la inminente llegada de una expedición oficial. Magno hizo saber a los presos, coterráneos sino es que familiares suyos, que el sargento Manoel Antonio Oliveira Pantoja se acercaba a la ciudad con la intención de reconocer la zona y de llevarlos presos a la capital.45 45 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 10-08-1762. APEP, Cod. 17, D. 71.

Dos de los tres presos reaccionaron con celeridad y abandonaron su lecho de enfermos para huir hacia el interior. No fueron capturados, a pesar de que el recién llegado sargento organizó una expedición de rastreo, en la que participaron algunos personajes locales. Entre ellos el capitán Francisco dos Santos, del que luego volveremos a hablar. Precisamente un pariente de la mujer de este capitán, llamado Simão, fue también capturado en el mes de junio.

El gobernador había incluido a Simão entre los miembros de la expedición de Oliveira Pantoja, quizás porque conocía perfectamente la geografía de la zona. De hecho, la conocía demasiado bien. Interrogado por el sargento, Simão le confirmó los rumores sobre la existencia de dos canoas grandes de franceses en la barra del Araguari. Pero luego se desdijo y cambió su declaración, cuando se la tomaron en Macapá. Allí dijo que no era en el Araguari, sino en Cunani donde los franceses tenían una embarcación de dos metros, con 15 soldados de guarnición y 6 piezas de artillería.46 46 Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 08-08-1762, APEP, Cod. 117, D. 27.

Ante sus erráticas declaraciones, Simão fue puesto en prisión a la espera de ser remitido a Belém. Compartió celda con el tercero de los indígenas que habían sido capturados con el francés, aunque sólo por unas pocas horas. En el mismo día de la captura de Simão, los nativos liberaron a los prisioneros sin que el centinela se enterase de la fuga. No fueron muy lejos, ya que rápidamente fueron capturados y enviados a Belém.47 47 Ibid.

Se frustró así su fuga hacia el puesto francés de Cunani, visitado habitualmente por los aruás. Estos movimientos a través de la frontera pueden ser interpretados como expresiones de libertad y agencia indígena, pero conviene estudiar cada caso en su contexto para relativizar el grado de libre elección. En esta ocasión, por ejemplo, los partidarios de establecerse con los franceses habían intimidado a sus vecinos y parientes, “dizendolhe q se assim o não fizessem os haviam de mat[ar?] a todos com feitisarias”. Y, de hecho, uno de los que habían sido capturados era “tido e avido por feiticeiro”. 48 48 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 10-08-1762. APEP, Cod. 17, D. 71.

El goteo de indígenas hacia las posiciones francesas continuó en los meses posteriores. En enero de 1763, Fray Antonio informaba del envío de otro preso a Belém, quien era responsable por el traslado de decenas de habitantes de Rebordello para las partes de Cayenne y Cunani. Este hombre había fingido salir a capturar tortugas para en realidad pasar al Cunani, donde estuvo tres meses con su mujer y otros familiares. Fray Antonio pedía al gobernador que lo desterrara para siempre, pues ya había protagonizado varias fugas y aún en el periodo misional había incendiado la iglesia y casas de la población.49 49 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 13-01-1763. APEP. Cod. 17, f. 221 (tal vez, D. 85; numeración ilegible)

La misma recomendación cursó Oliveira Pantoja meses después, tras la fuga de varios habitantes de Rebordello liderados por los indígenas Bernabé, Agostinho, Paulo y Francisco. Todos ellos parecen haber sido una molestia permanente para Fray Antonio, siendo los dos últimos acusados de incluso destruir las tierras de su madre y otros parientes con el fin de forzarles a abandonar el lugar. El destierro definitivo parecía la mejor opción también para aquellos rebeldes, cuya influencia regional era importante al ser parientes de la mayoría de moradores de Rebordello, Chaves y Salvaterra.50 50 Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 01-07-1763. APEP, Cod. 129, D. 03.

Por tanto, los asentamientos franceses eran un destino atractivo (y frecuente) para los habitantes de Chaves y Rebordello, pero también para el conjunto de indígenas de Marajó. En mayo de 1762, el director de Monsarás (antigua misión franciscana de Cayá) envió tres presos al gobernador, acusándolos de haber desertado de la canoa del ganado para pasar a Cayenne, “porque lá há muito que beber”.51 51 José Félix Galvão de Araújo Oliveira. Carta al Gobernador. 13-05-1762. APEP, Cod. 114, D. 53. Unos meses más tarde, 14 personas más huyeron desde Salvaterra, sospechando el Director de aquella villa que se dirigían hacia Cayenne.52 52 Raymundo José de Betancurt. Carta al Gobernador. 22-02-1763. APEP, Cod. 130, D. 20.

Por otra parte, el flujo de refugiados era intenso en ambas direcciones, pues desde la Guayana Francesa también huían esclavos africanos en busca de unas mejores condiciones o incluso de la libertad. Muchos de ellos atravesaban Rebordello y Chaves en su fuga hacia el sur.53 53 En 1765, unos pescadores encontraron una embarcación naufragada en la costa de la isla de Caviana. Por un sombrero dedujeron que se trataba de extranjeros. Poco después, otros indígenas que estaban pescando encontraron “outo Pretos e hua Preta fugidos de Cayana”, que fueron conducidos hasta Chaves. Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 28-08-1765. APEP, Cod. 157, D. 44. Este cruce cotidiano de la frontera política europea por parte de indígenas y africanos provocó una tensión permanente entre las dos coronas a lo largo del siglo XVIII, derivando en negociaciones para el intercambio de esclavos capturados (ACEVEDO MARIN; GOMES, 2003ACEVEDO MARIN, Rosa Elizabeth & GOMES, Flávio. Reconfigurações coloniais: tráfico de indígenas, fugitivos e fronteiras no Grão-Pará e Guiana Francesa (séculos XVII e XVIII). Revista de História, São Paulo, n. 149, p. 69-107, 2003. ISSN 0034-8309. Disponible en: <http://bit.ly/33YU5R9>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: https://doi.org/10.11606/issn.2316-9141.v0i149p69-107.
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). Las autoridades de Belém veían en Chaves (Anajatuba) un enclave estratégico para estos intercambios y para controlar las expediciones francesas que cada tanto se internaban en dominio portugués para perseguir a sus esclavos huidos.54 54 Ver, por ejemplo: Mathias Paez de Albuquerque. Copia de una carta. 20-06-1758. En Oficio del Obispo Miguel de Bulhões. 15-07-1758. AHU-CU-013, Cj. 43, D. 3954.

La frontera se pobló así de expediciones francesas y portuguesas que rastreaban las huellas de cimarrones, tanto indígenas como africanos. Los primeros, huyendo de las villas pombalinas, optaron en ocasiones por establecerse en asentamientos temporales fuera del control colonial, los llamados mocambos. El río Araguari fue un lugar especialmente favorable para los fugitivos,55 55 “… me dizem q todos seguem o caminho do Arauary, a donde se achão grandes mocambos, de toda a gente destas naçoens”. Gervasio Domingues da Cruz. Carta al Gobernador. APEP, Cod. 113, D. 4. pero también hay noticias de mocambos en otros lugares, como las regiones interiores de la isla de Marajó. Los huidos contaban generalmente con la solidaridad de los indígenas de las villas cercanas, de los que recibían sustento e informaciones.56 56 Los habitantes de los mocambos situados en Mapuá y Anajás, por ejemplo, “se tinhão recolhido as d.as v.as [Melgaço y Portel] por aviso que tiveram, e assim forão avisados os dos mais mocambos e mostrava pelas casas q se acharão ser bastante gente…”. Raimundo José de Betancurt. Carta al Gobernador. 15-03-1767. APEP, Cod. 185, D. 1.

Sin embargo, no todas las fugas desde la región de Chaves y Rebordello pretendían escapar directamente del paisaje colonial. Existió también un trasvase informal de indígenas aldeados hacia la ciudad de Belém y, sobre todo, hacia otras aldeas. En octubre de 1764, por ejemplo, 25 personas (entre grandes y pequeños) de la villa de Chaves llegaron al puerto de Arraiolos (cerca de la desembocadura del río Paru), “dizendo-me q vinhão fogidos da sua vª, e q se hyao embora para o mato; perguntandolhe eu a causa q tiverão para fogir da sua vª (me diçerão) q hera sempre andarem no serviço de El Rey” .57 57 Joaquim José Estévez. Carta al Gobernador. 18-11-1764. APEP, Cod. 140, D. 97. El Director de aquella villa trató de convencerles para que dejasen allí a sus mujeres mientras los hombres buscaban un lugar donde establecerse. Así pretendía ganar tiempo e informar al Gobernador, pero parece que los fugitivos se adelantaron y evitaron ser capturados.58 58 Joaquim José Estévez. Carta al Gobernador. 15-01-1765. APEP, Cod. 151, D. 42.

La extensa frontera norte, por tanto, suponía un espacio mal controlado por las autoridades portuguesas, lo cual multiplicaba el margen de maniobra de los actores indígenas (ROCHA, 2017ROCHA, Rafael Ale. “Domínio” e “posse”: as fronteiras coloniais de Portugal e da França no Cabo Norte (primeira metade do século XVIII). Tempo, Niterói, v. 23, n. 3, p. 528-545, 2017. ISSN 1413-7704. Disponible en: <http://bit.ly/31PltQ6>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.1590/tem-1980-542x2017v230307.
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). Muchos aruás explotaron esas posibilidades jugando con el apoyo de los europeos y explorando las grietas de sus fronteras. Otros optaron por la seguridad de permanecer leales a los portugueses o, por lo menos, por la conveniencia de conservar su territorio tradicional. Así ocurrió durante la revuelta de Francisco dos Santos, episodio notable recogido en las cartas de Fray Antonio de Santo Agostinho.

La revuelta de Francisco dos Santos (1764)

Ya hemos mencionado antes la existencia de este capitán, residente en Rebordello y posiblemente indígena (aunque no se afirma explícitamente en las fuentes consultadas). Él fue quien dirigió la expedición de captura de los huidos en 1762 y también quien delató la existencia de un mocambo en la isla de Maniutuba.59 59 Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 08-08-1762, APEP, Cod. 117, D. 27. Viajaba con cierta frecuencia a Belém60 60 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 08-02-1762. APEP, Cod. 113, D. 63. y en 1763 se comportó con gran celo ante la huida de los indígenas Paulo, Agostinho, Francisco y Bernabé.61 61 Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 01-07-1763. APEP, Cod. 129, D. 03. En apariencia, por tanto, el capitán Dos Santos se encontraba perfectamente alineado con las autoridades portuguesas.

Sin embargo, su estrategia era más compleja de lo que puedan sugerir estas evidencias. En una de sus cartas al gobernador, Fray Antonio informaba que en tiempos del gobernador Mendonça Furtado (1751-1759) se había intentado mandar preso a este capitán, debido a los desórdenes que causaba en la región. No obstante, “por arte do demonio fugio da prizão em q estaba”. En su fuga arrastró “bastante gente comsigo, e por lá os deichou ficar”.62 62 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 01-12-1764. APEP, Cod. 17, D. 71. Parece que tras esta fuga siguieron algunos años de calma.

Pero, en 1764, Francisco dos Santos vuelve a causar problemas en la frontera. Esta vez aparece enfrentado al principal de Rebordello, Domingos da Costa, cuya autoridad no reconocía, insultándolo en público.63 63 Los alzamientos contra Principales designados por las autoridades coloniales no eran raros en la región. En Monforte, por ejemplo, los habitantes pidieron un nuevo Principal y al no conseguirlo se rebelaron, tratando con poco respeto al Principal y negándose a trabajar. Félix da Silva Cunha. Carta al Gobernador. 28-08-1759. APEP, Cod. 95, D. 113. El capitán Dos Santos se negaba a cumplir las órdenes del Principal “e publicam.te dizia aos Indios q ali ninguem governava, nem vigário, nem director, nem principal, nem V Exª e q so ele mandava”. Para demostrar que estaba en lo cierto, impedía con amenazas que los trabajadores acudiesen a prestar sus servicios.

Su actitud violenta causaba pánico al Principal, al que en varias ocasiones había intentado disparar con una espingarda, y hasta el propio Fray Antonio “já não dormia porq também temia lhe desse fim”.64 64 Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 25-02-1765. APEP, Cod. 151, D. 76. Francisco dos Santos había generado una atmósfera de terror en Rebordello, estrategia que le permitía tanto anular a sus débiles opositores como ganar el respeto del resto de la comunidad.

Otra estrategia empleada por este personaje era la acumulación de mujeres a través de relaciones más o menos forzadas, mecanismo que no resultaba extraño en la región.65 65 Encontramos un ejemplo al respecto en Mondim, donde el sargento mayor Luis de Miranda tenía 10 mujeres a su servicio. Entre ellas se encontraba la mujer del Principal Ignacio Coelho, que había fallecido en su visita al Reino, y una huérfana a quien decían había desflorado violentamente. Manoel da Cruz Figueiredo. Carta al Gobernador. 06-01-1765. APEP, Cod. 151, D. 21. Fray Antonio explicaba que “não ha mulher cazada nem solteira de q não esteja usando contra vontade de seus maridos levandoas pª o mato, e outras em a mesma sua casa entimandoas com prisoens e pancadas dizendo q Vª Exª e os mais senhores (do) Governo lhe tem dado esa licença e passado por ordem pª as meter em sua casa e a onde ele quiser”. Y hasta abusaba de dos nueras, las cuales ya habían parido dos o tres hijos suyos.66 66 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 01-12-1764. APEP, Cod. 17, D. 71.

Por su evidente ambición de poder, podríamos entender sus desavenencias con el Principal como un simple choque entre actores políticos locales. Sin embargo, disponemos de suficiente información para contextualizar a ambos personajes y proponer explicaciones menos coyunturales. Claro es, partiendo de la hipótesis de que este capitán fuera efectivamente indígena.

En primer lugar, hemos de tener en cuenta que el Principal de Rebordello tenía proximidad (por parentesco o alianza) con la familia Coelho, de Chaves, habiendo recibido su propio hijo el nombre de Antonio Coelho. Conocemos, en realidad, dos importantes familias con este apellido: una de ellas estaba situada en las aldeas del río Paracauari y ya ha sido mencionada por varios autores (COELHO, 2006COELHO, Mauro Cezar. O Directório dos índios e as chefias indígenas: uma inflexão. Campos, Curitiba, v. 7, n. 1, p. 117-134, 2006. ISSN 2317-6830. Disponible en: <http://bit.ly/2Phpbzh>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.5380/cam.v7i1.5444.
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, p. 123; DIAS, 2016DIAS, Joel Santos. “Confuso e intrincado labirinto”: fronteira, território e poder na Ilha Grande de Joanes (séculos XVII e XVIII). Tesis (Doctorado) - Universidade Federal do Pará, Belém, 2016.; SOMMER, 2014SOMMER, Barbara A. The Amazonian native nobility in late-colonial Pará. In: LANGFUR, Hal (ed.). Native Brazil: beyond the convert and the cannibal, 1500-1900. Albuquerque: University of New Mexico Press, 2014, p. 108-131.);67 67 En sus peticiones a la corona, los miembros de esta familia aludían a sus antepasados y, en concreto, a Ignacio Manajaboca (COELHO, 2006, p. 117-134; DIAS, 2016; SOMMER, 2014, p. 108-131). la otra radicaba en Chaves, donde copaban los cargos principales desde antes de la aplicación del Directorio.68 68 Alberto Magno parece haber sido Principal de la misión franciscana de Santo Antonio. Su hijo, Ignacio Coelho, recibió patente de Ayudante de la misma. 13-08-1752. APEP, Cod. 58, f. 52. Antonio Coelho, también hijo suyo y eventual sucesor, recibió años después la patente de Principal de Chaves. 10-09-1758. APEP, Cod. 58, f. 104. En 1764, tras la muerte de Alberto Magno, de nuevo se pasó la patente de Principal a Antonio Coelho, mientras que Ignacio Coelho recibió la patente de Sargento mor. 14-08-1764. APEP, Cod. 58, f. 278. Al rebelarse contra Domingos da Costa, por tanto, el capitán Francisco dos Santos se estaba rebelando también contra lo que parece haber sido uno de los linajes aruás más poderosos.

El apellido Dos Santos también resultaba habitual en las fuentes de la región. Sin embargo, no estaba tan asociado con cargos principales en el entorno dominado por los aruás. En este sentido, es posible que los desórdenes muestren una insatisfacción ante el monopolio político ejercido por el clan de los Coelho, sobre todo a raíz del redimensionamiento de los liderazgos indígenas que siguió al Directorio (COELHO, 2006COELHO, Mauro Cezar. O Directório dos índios e as chefias indígenas: uma inflexão. Campos, Curitiba, v. 7, n. 1, p. 117-134, 2006. ISSN 2317-6830. Disponible en: <http://bit.ly/2Phpbzh>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.5380/cam.v7i1.5444.
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).69 69 Dos de los elementos que fueron alterados fueron la coerción como mecanismo de poder y el carácter hereditario de los cargos (COELHO, 2006). Y máxime teniendo en cuenta que en el mismo año de 1764 falleció el Principal de Chaves, Alberto Magno, lo que abrió quizás disputas sobre el liderazgo en la región.70 70 El Director informaba de la muerte del Principal, indicando que su hijo mayor (Antonio Coelho) se postulaba para ocupar el cargo. Es interesante notar que ya el obispo Miguel de Bulhões había reconocido la patente del aspirante en el pasado, pero que éste no había ejercido mientras su padre estuvo con vida. Los cargos del Directorio, por tanto, quedaban supeditados a las prácticas locales de liderazgo entre los indígenas. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-07-1764. APEP, Cod. 142, D. 12.

Los apellidos nos permiten aventurar también hipótesis vinculadas con la identidad étnica de los protagonistas. Mientras que los Coelho y los Da Costa de esta región pueden ser identificados como aruá, la situación no es tan evidente para el apellido Dos Santos. Conocemos a Severino dos Santos, de la villa de Monforte, que es claramente sacaca;71 71 Además de la referencia ya citada de Alexandre Rodrigues Ferreira, identificamos a este personaje en 1760, cuando se le pasó la patente de Sargento mor en la villa de Monforte. 18-11-1760. APEP, Cod. 58, f. 192. y a Manuel dos Santos Maraunû, “capitão dos de sua nação” en una de las aldeas del Paracauari, donde Barnabé Aroan dirigía el destino de los aruás.72 72 APEP, Sesmarias, livro 7, f. 145 En ambos casos el apellido Dos Santos designa a representantes de otros grupos étnicos que compartían espacio con los aruás, no siempre en buena sintonía.

Es cierto que el apellido también aparece en el registro de otros personajes de los que desconocemos su filiación étnica, por lo que es arriesgado extraer conclusiones. Y tampoco está claro que el apellido pasase siempre de padre a hijo, aunque la tendencia aparece en la documentación analizada. Sin embargo, con todas las precauciones, podemos especular con que Francisco dos Santos perteneciese a otro grupo étnico regional (¿quizás maraon?), minoritario en Rebordello, y que su alzamiento contra el Principal expresase la insatisfacción de los actores no-aruá.

Sea como fuere, la revuelta de Francisco dos Santos acabó derivando en un plan de fuga junto con sus partidarios, “mandándoos esconder nos matos, dandolhe canoas, o que tem feito por muitas vezes, e vai despavoando esta pavoação mandandoos pª o Coanani”.73 73 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 01-12-1764. APEP, Cod. 17, D. 71. Ante esta situación, Fray Antonio acabó por escribir a Macapá para sugerir su detención. Pero capturarlo no era sencillo. Además de ser un personaje imponente, Francisco dos Santos era un hombre sagaz y experto en el trato con las autoridades portuguesas, como ya había demostrado en el pasado.

Así, en una ocasión fue enviado con una carta para entregar al gobernador. Sin embargo, Francisco dos Santos la abrió antes de llegar a su destino y vio el contenido, que no debió agradarle. Luego se deshizo del documento y al llegar inventó un naufragio, seguramente para justificar su pérdida. El gobernador, ignorando todo, le recompensó con ropa nueva, la cual Francisco dos Santos lució burlonamente ante sus enemigos tras su regreso a Rebordello.74 74 “(…) abalizandose que ninguem o avia de enganar, porq se lhe mandassem levar cartas q avia de ver se herão contra ele, e q tinha emganado a Sr Gn.al porq vinha com vestido novo q por sua emdustria lhe tinha tirado”. Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 25-02-1765. APEP, Cod. 151, D. 76.

Esta anécdota define bien al hombre que, consciente de su capacidad y trayectoria, puso en jaque al Principal de Rebordello, a una influyente familia de aruás, al misionero franciscano, al Director de Chaves y al resto de autoridades militares de Macapá. Pero su aventura no acabó bien. El sargento Oliveira Pantoja organizó una nueva expedición de captura, auxiliado esta vez por el hijo del afrentado principal de Rebordello. No tardaron en dar con Francisco dos Santos, al que llevaron preso. Lejos de amilanarse tras su captura, el rebelde aún tuvo tiempo de amenazar a viva voz con vengarse de todos sus enemigos.75 75 Ibid.

Fray Antonio le sugirió al gobernador que Francisco dos Santos nunca regresara a aquellos lugares, por ser uno de los “oficiales más traidores” que habitaban en aquella costa y por estar en contacto permanente con los huidos al Cunani.76 76 Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 18-02-1765. APEP, Cod. 17, D. 72. Por lo que sabemos, el gobernador atendió la petición y el capitán rebelde no regresó a Rebordello para cumplir sus amenazas. Tampoco las necesitaban sus habitantes para vivir en un estado de permanente agitación.

Guerra y epidemias

La implicación militar de Portugal en la Guerra de los Siete Años,77 77 La alianza franco-española conllevó un intento de invasión de Portugal y una serie de operaciones en las distintas colonias de los países implicados en la guerra, como las capturas de La Habana o Manila por parte de los ingleses. El propio Director de Chaves entregó al comandante de Macapá la gaceta en que se informaba de la toma de La Habana. Nuno da Cunha Atayde Varona. Carta al Gobernador. 27-04-1763. APEP, Cod 132, D. 34. a partir de 1762, repercutió en las exigencias laborales de los aruás. Ante la posibilidad de una invasión francesa desde Cayenne, se intensificaron las defensas de la colonia y, con ellas, las obras de fortificación de Macapá.78 78 Por ejemplo: Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro sobre el peligro que corren las conquistas y la necesidad de defender la ciudad de Belém de navíos castellanos y franceses. 28-06-1762. AHU-CU-013, Cj. 52, D. 4790. El final de la contienda fue celebrado con tres noches de luminarias y otros espectáculos. Sin embargo, siguiendo las órdenes del rey, no se alteraron las prevenciones defensivas y continuaron las obras de fortificación en todas las partes expuestas y necesitadas. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 09-03-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4902. Además, se mandaron copias de los artículos del tratado de paz al gobernador de Rio Negro y al comandante de Macapá. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 15-06-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4939. Por esa época, se ordenó al sargento Oliveira Pantoja que vigilara los movimientos de los franceses y desde entonces dedicó parte de su tiempo a la vigilancia de las costas en la desembocadura del Amazonas.

Ya en 1765, el sargento recibiría órdenes de patrullar la costa hasta la altura del Cabo do Norte y de la desembocadura del río Oyapock. Debía asegurarse que no hubiera ninguna embarcación extranjera en la costa, teniendo obligación de reportar cualquier avistamiento en Macapá.79 79 Regimento de Manoel Antonio Oliveira Pantoja. APEP, Cod. 150, D. 57. En este contexto de rivalidades entre potencias europeas, las otras villas atlánticas de Marajó también recibieron órdenes para permanecer atentas en la vigía de navíos enemigos; y a mediados de 1762 tomaron posesión los dos Capitanes que habían sido designados para las villas de Monforte y Monsarás.80 80 Manoel Bernardo de Melo e Castro. Carta al Rey. 23-07-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4968.

Los aruás fueron escogidos para formar parte de la tripulación de las canoas de guarda costa.81 81 El sargento Oliveira tenía una portaria del Gobernador para que se le diesen 13 indígenas de Chaves y Rebordello para la tripulación de la canoa, aunque sólo consiguió 7. Francisco Rodrigues. Carta al Gobernador. 30-11-1764. APEP, Cod. 140, D. 105. Meses después, el cabo de Escuadra acudió a Chaves “a equiparce de Indios Aruans”. Nuno da Cunha Atayde Varona. Carta al Gobernador. 14-04-1765. APEP, Cod. 150, D. 60. No era una tarea nueva para ellos, puesto que ya habían participado en labores de vigilancia similares durante el periodo misional.82 82 Así, por ejemplo, el sargento mor Francisco de Mello Palheta, comandante de una tropa de guarda costa, recibió órdenes en la década de 1720 para visitar las aldeas de Ganhõao y Caviana de los Padres de Santo Antonio y Conceição, “para nellas tomar guias e valler-se de alguns Indios que precisos lhe forem por serem as ditas aldeas isentas de outro serviço de S Mag.e mais q são som.te aplicadas pª o da guarda costa”. Regimiento de Francisco de Mello Palheta. APEP, Cod. 7, ff. 20-28. Esta labor ocupó de nuevo su tiempo, a pesar de la resistencia del Director de Chaves, que celaba tanto por sus propios intereses como por los de la comunidad.83 83 El trabajo en las canoas de guarda costa absorbió parte de la mano de obra local, lo que el Director de Chaves se encargaba de recordar a aquellos que acudían con más peticiones. Henrique Antonio Galluzzi. Carta al Gobernador. APEP, Cod. 150, D. 97; Bento de Oliveira. Carta al Gobernador. 14-11-1765. APEP, Cod. 153, D. 81. De esta manera, los aruás se convirtieron en un elemento imprescindible para la defensa de la frontera.

Paradójicamente, por la misma época se les seguía representando como traidores y aliados de los franceses en eventuales invasiones. Los capitanes Antonio Infante de Siqueira Lobo y Florentino da Silveira Frade propusieron la creación de una Compañía de Caballería en la Ilha Grande de Joanes (Marajó). Entre los motivos para justificar su petición estaba el impedir que los franceses de Cayenne, “associados com os Indios da Nação Aroan e Maruanuns”, pudieran desembarcar en las playas de la isla con malas intenciones.84 84 En Manoel Bernardo de Melo e Castro. Oficio para Francisco Xavier Mendonça de Furtado. 11-04-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4916.

En su petición, ambos capitanes definían aquella frontera como “couto de desertores, ladrões e facinerosos, que nela continuam.e causão bastantes insultos”.85 85 Ibid. Entre los desertores deberían figurar muchos indígenas, que habían abandonado las aldeas de Chaves y Rebordello, engordando la categoría de “Ausentes” en los censos locales. La historiografía ha interpretado que estas fugas vaciaron las aldeas tras la aplicación del Directorio, si bien en los últimos años se ha cuestionado este despoblamiento (FONSECA, 2017FONSECA, André Augusto da. Os mapas da população no estado do Grão-Pará: consolidação de uma população colonial na segunda metade do século XVIII. Revista Brasileira de Estudos de População, Belo Horizonte, v. 34, n. 3, p. 439-464, 2017. ISSN 0102-3098. Disponible en: <http://bit.ly/2Pn4sdt>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.20947/s0102-3098a0034.
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; MELLO, 2015MELLO, Márcia Eliane de Souza. Contribuição para uma demografia do Estado do Grão-Pará e Maranhão, 1774-1821. Anais de História de Além-Mar, Lisboa, n. 16, p. 227-253, 2015. ISSN 0874-9671. Disponible en: <http://bit.ly/2JC0qdN>. Acceso en: 7 agosto 2019.
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; ROLLER, 2014ROLLER, Heather F. Amazonian routes: indigenous mobility and colonial communities in Northern Brazil. Stanford: Stanford University Press, 2014., p. 127-164).

Además de las exigencias laborales, otras coyunturas favorecían estas fugas, siendo las epidemias una de las causas habituales.86 86 Aruás y maraones, por ejemplo, habían abandonado las aldeas de Joanes e Igarapé Grande a causa de una epidemia de viruela, tal como consta en un regimiento de la década de 1720. APEP, Cod. 7, f. 31v. Desde los tiempos misionales, la concentración humana facilitó el contagio de las nuevas enfermedades que fueron traídas por los europeos. Célebre es la epidemia de 1748-1750 (VIEIRA JUNIOR; MARTINS, 2015VIEIRA JUNIOR, Antonio Otaviano & MARTINS, Roberta Sauaia. Epidemia de sarampo e trabalho escravo no Grão-Pará (1748-1778). Revista Brasileira de Estudos de População, São Paulo, v. 32, n. 2, p. 293-311, 2015. ISSN 0102-3098. Disponible en: <http://bit.ly/2pfxnFB>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.1590/S0102-30982015000000017.
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), que dejó un balance de decenas de fallecidos en las aldeas de Santo Antonio de Anajatuba (Chaves), San Joaquín de Caviana y Santa Anna de Cajuna.87 87 Recuento de las bajas en múltiples aldeas en Carta de la Cámara de Pará al rey. 15-09-1750. AHU-CU-013, Cj. 32, D. 3001.

Las obras en Macapá fueron otro foco infeccioso de relevancia. Ya en 1762 se registraron brotes infecciosos, y en febrero de 1765 el hospital de Macapá atendía a 17 indígenas y 17 esclavos africanos.88 88 Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 16-02-1765. APEP, Cod. 150, D. 25. En marzo la situación había empeorado considerablemente. El hospital albergaba entonces 52 hombres “assistidos de vitela e galinhas”, y el comandante se vio obligado a construir un nuevo pabellón, “separando os de bixigas, e de sarampo que vierão em calcetas dessa cidade, em distinta casa, para que as queixas contagiosas se não comunicassem aos pretos, e mais indios”.89 89 Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 08-03-1765. APEP, Cod. 150, D. 41. Se trataba así de evitar el inicio de una epidemia, pero los intentos fueron en balde y pronto se extendieron los casos de sarampión por la región. En el mes de abril ya estaban hospitalizadas más de cien personas.90 90 Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 09-04-1765. APEP, Cod. 150, D. 56.

Tres trabajadores naturales de Chaves se encontraban entre los enfermos.91 91 José Antonio Salgado. Carta al Gobernador. 13-04-1765. APEP, Cod. 150, D. 59. Sus parientes no se libraron del azote del sarampión. A principios de mayo, el sargento Oliveira intentó reclutar remeros en Chaves, pero la aldea se encontraba casi vacía, “bem pela falta de Indios q nestas pavuaçoens há como também pela peste de sarampo q nelas tem dado”.92 92 Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 03-05-1765. APEP, Cod. 151, D. 138. Finalmente consiguió formar una nueva tripulación, ayudado también por seis aruás que el comandante de Macapá le concedió, retirándolos del servicio a los moradores de aquella ciudad.93 93 Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 07-05-1765. APEP, Cod 150, D. 84.

Enfermedades,94 94 Tras la epidemia de sarampión se desató un contagio de viruela en Macapá, que también acabó afectando a Chaves. Carta de Francisco Rodríguez. 23-07-1767. APEP, Cod. 177, D. 29. servicios personales, peonadas en la fortificación, pesca para el comercio, agricultura de supervivencia y pilotaje de canoas ocupaban el tiempo de los aruás a mediados de la década de 1760. Su situación continuaba siendo precaria e inestable, con la colonia francesa como foco permanente de atracción. El hijo del principal de Rebordello, Antonio Coelho, informó que a fines de marzo de 1765 había encontrado una canoa “de Indios do partido Francez, e que estes lhe derão a noticia de ter chegado a Cayena muita gente da Europa”.95 95 Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 07-05-1765. APEP, Cod 150, D. 84. Y en 1766 hubo noticias sobre nuevos planes de fuga, organizados esta vez por el propio Principal de Rebordello, Domingos da Costa, que habría de fallecer en abril de 1767.96 96 Carta de Francisco Rodríguez. 04-02-1766. APEP, Cod. 164, D. 17. Carta de Francisco Rodríguez. 23-04-1767. APEP, Cod. 175, D. 75.

Y es que, a pesar de la voluntad transformadora del Directorio, muchos aspectos de la vida diaria permanecieron inalterados en los primeros años de su ejecución; entre ellos, elementos como la movilidad y las relaciones con los franceses; pero también otros aspectos culturales, como el uso de sus lenguas originarias. Así, a fines de la década de 1750, “os Indios da Nação Aruàa, moradores em a villa de Chaves” se conservaban sin noticia de más lengua que la suya “nacional”, en la cual habían sido doctrinados por los misioneros franciscanos. Las mujeres y los niños, que no acostumbraban a viajar, eran los que menos portugués sabían y eran ellos los que debían recibir más atención en la educación. Tarea que no se podía delegar en los franciscanos, “pelo péssimo costume, em que estão de falar a ponderada língua Aruàa”.97 97 Oficio del Obispo de Pará…, AHU-CU-013, Rolo 50, Cj. 44, D. 4033.

Ciertamente, los franciscanos habían dedicado muchos esfuerzos a dominar las lenguas de los aruás, sacacas y maraones, las cuales emplearon en la redacción de gramáticas, diccionarios y textos doctrinarios.98 98 Lamentablemente, todos los trabajos de los franciscanos al respecto se encuentran extraviados. Para una relación de algunos títulos, ver Annaes da Bibliotheca Nacional de Rio de Janeiro, v. VIII, 1880-1881, 201-202. Estos esfuerzos ayudaron a la pervivencia de lenguas e identidades y, en concreto, a la pervivencia de los aruás. También contribuyó el hecho de que Chaves y Rebordello no se vieran tan afectadas por la introducción de nuevos elementos étnicos (vía descendimientos) como en otros lugares.99 99 Sí hay noticias de la inserción de otros grupos étnicos en otras aldeas de la región. En Monsarás fueron ubicadas 126 personas procedentes del río Pacajás. Mathias Paez de Albuquerque. Relación de los Descendimientos. En Certidão de Claudio António de Almeida. 22-09-1763. AHU-CU-013, Cj. 55, D. 4991. En la misma población, un indígena que era fruto de un descendimiento fue acusado de matar a otros tres con veneno. José Félix Galvão de Araújo Oliveira. Carta al Gobernador. 21-11-1763. APEP, Cod 131, D. 87. Y en Salvaterra, hay varias referencias a indígenas barés. Ver, por ejemplo: Pedro Fernandes Gavinho. Carta al Gobernador. 06-10-1766. APEP, Cod 168, D. 43.

A pesar de esta relativa homogeneidad cultural, no debemos imaginar un hipotético aislamiento de ambas comunidades. Los varones de Chaves y Rebordello viajaban cotidianamente a Belém y Macapá, así como a otros lugares de la Capitanía. Y hasta ellas llegaban habitantes de otras villas, tan lejanas como Cametá, Oeiras o Porto de Moz, para sorpresa de los Directores.100 100 Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 28-08-1765. APEP, Cod. 157, D. 49. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 30-09-1765. APEP, Cod. 157, D. 77. También sabemos que ambos sitios contaban con familias de “forasteros”, de los cuales se desconocía el apellido y, por lo tanto, sus aldeas de origen.101 101 Referidos como “os de fora” en la lista de moradores analizada de 1765. Lista de moradores. 15-09-1765. APEP, Cod. 157, D. 62.

Es posible que entre estos “forasteros” figurasen algunos aruás del río Paracauari, quienes mantenían lazos de parentesco con los aruás del norte. En junio de 1765, por ejemplo, 35 habitantes del lugar de Mondim (antigua misión de São José dos Aruans do Igarapé Grande) pidieron ser moradores de la villa de Chaves “por nella estarem os seos parentes”. Hacía casi cuatro años que habían abandonado Mondim.102 102 Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 30-06-1765. APEP, Cod. 151, D. 187.

Conclusiones

Los habitantes de las villas del Directorio, en definitiva, regatearon frecuentemente el control de las autoridades coloniales. Su capacidad para negociar los cambios les permitió conservar parcelas de autonomía en diferentes planos, tanto materiales como simbólicos. Así, a pesar de las políticas homogeneizadoras del Directorio, pudieron mantener, por lo menos en los primeros años de su aplicación, lazos de parentesco y alianza, territorialidades propias, lenguas y prácticas culturales.

En este sentido, las categorías étnicas empleadas desde la conquista portuguesa continuaban activas a fines del siglo XVIII. Los nheengaíbas de Ponte de Pedras son mencionados en las fuentes de aquella época103 103 Por ejemplo, en Relação dos moradores de Ponta de Pedra “da nação Ingaiva”. APEP, Cod. 151, ff. 280-291. y Alexandre Rodrigues Ferreira escribió poco después que la “nação Ingaíba existe em duas povoações que hoje se chamam Vila de Conde e Vila de Beja”. El mismo autor señalaba que en la villa de Joanes quedaron los juioanes (por otro nombre sacacas), mientras que de los “Moco-ons (…), Mariapãs, Kadipunas já se acabaram e por acaso se acham algum descendente deles” (FERREIRA, 2008FERREIRA, Alexandre Rodrigues. Viagem filosófica pelas capitanias do Grão-Pará, Rio Negro, Mato Grosso e Cuiabá. Manaus: Valer, 2008., p. 261).

En la costa norte de Marajó, así como en el río Paracauari, continuaban existiendo los aruás. Sin embargo, su presencia se fue diluyendo en la documentación colonial con el paso de los años. La voluntad homogeneizadora del Directorio es en parte responsable de esta aparente invisibilización étnica en las representaciones oficiales, que en este artículo hemos podido contrarrestar a partir del análisis a nivel micro.

Pero no es menos cierto que, más allá de los artefactos documentales, los aruás del norte y el resto de los grupos de la región se fueron abriendo a nuevas identidades en complejos procesos etnogenéticos, tanto con otros grupos indígenas como con europeos y africanos que fueron llegando a la región. Roller menciona el caso de dos hermanos de Salvaterra que en 1775 optaron por presentarse como mamelucos (mestizos) para escapar de las obligaciones que el Directorio imponía a los indígenas aldeados (ROLLER, 2014ROLLER, Heather F. Amazonian routes: indigenous mobility and colonial communities in Northern Brazil. Stanford: Stanford University Press, 2014., p. 177-179).

Los aruás de Chaves y Rebordello, en esa línea, ni desaparecieron engullidos por la voracidad de las reformas pombalinas ni permanecieron inalterados, puros en su esencia, congelados en el tiempo a través de tácticas de resistencia. Su historia, nada extraordinaria en la frontera colonial, es la de tantos otros grupos que se vieron forzados al contacto permanente con los portugueses y que negociaron su participación en el sistema de trabajo a partir de variadas estrategias políticas e identitarias.

Recuperar su participación en los procesos históricos es una tarea ardua, debido a la escasez de documentación, por otra parte siempre de naturaleza indirecta. Obviamente, los Principales y otros cargos relevantes suelen ser los personajes más fácilmente rastreables en las fuentes, aunque no siempre es fácil dilucidar su identidad. En este artículo hemos podido ver las tensiones entre el capitán Francisco dos Santos y el principal Domingos da Costa, y a partir de ellas intuir una inabarcable pluralidad de puntos de vista.

Además, sus respectivas posiciones eran siempre ambiguas. El capitán Dos Santos alternaba la colaboración con la desobediencia, del mismo modo que también lo hacía el principal Domingos da Costa y el resto de los personajes indígenas en la frontera norte. Todos ellos participaron de las obras de fortificación de Macapá y de la vigilancia de las costas, también del comercio con Belém, pero ello no significaba una aceptación gregaria de las imposiciones coloniales.

Al contrario, en sus decisiones intuimos una negociación permanente, que se veía alimentada por la proximidad de la colonia francesa en Cayenne. En este sentido, los aruás experimentaron la particularidad de que su territorio tradicional quedase atravesado por intereses de frontera de las potencias europeas. Ello les situó en la vanguardia de las escaramuzas militares, pero también les otorgó una posición de privilegio para negociar sus lealtades.

Los habitantes de Rebordello, especialmente, se mostraron en la década estudiada en una permanente amenaza de fuga y despoblamiento. Su presencia en la isla de Caviana no podía darse por sentada y tanto Fray Antonio como los Directores de Chaves tuvieron que gestionar, tal y como hemos visto en las páginas anteriores, sucesivas crisis de convivencia. La captura de indios rebeldes y las peticiones de destierro fueron recurrentes para tratar de contener la movilidad irrefrenable de aquellas familias.

Fue de esta manera, negociada e imprevisible, que los habitantes de Chaves y Rebordello transitaron el gran pliegue de la historia colonial, ignorando las interpretaciones rupturistas que más tarde haría la historiografía sobre el Directorio. Ambas comunidades navegaron el proceso en un estado de fluidez permanente, adoptando nuevas categorías étnicas, viajando a Belém, incorporando nuevos habitantes y aprovechando las grietas del sistema para buscar su promoción social (SAMPAIO 2012SAMPAIO, Patricia Melo. Espelhos partidos: etnia, legislação e desigualdade na colônia. Manaus: Edua, 2012.).

Si además recordamos que los propios nativos dirigieron la aplicación del Directorio desde sus cargos oficiales, se nos deshace en las manos la imagen de los indígenas como víctimas de una imposición arbitraria del poder metropolitano. Por el contrario, junto a Fray Antonio de Santo Agostinho y los Directores de Chaves, junto a el sargento Manoel Antonio Oliveira Pantoja y al intendente João Ignacio de Brito Abreu, los habitantes indígenas de Chaves y Rebordello fueron los principales protagonistas de la vida política local, tal y como hemos visto en este artículo.

Es imposible entender las lógicas de la defensa fronteriza o de la economía colonial sin tenerlos en cuenta. De la misma manera, resulta inútil cualquier estudio sobre el Directorio que no incorpore ya a las poblaciones nativas como sujetos protagónicos de sus interpretaciones. Pero no unos sujetos genéricos, que responden a lógicas colectivas y cuya identidad (tanto étnica como familiar, regional o personal) se difumina en anónimos apellidos portugueses; sino como unos sujetos a los cuales podemos rastrear en las fuentes, devolviéndoles agencia y perspectiva propia.

Así desde el análisis documental de la cotidiana normalidad de estas dos comunidades, se enfatizó en este artículo la participación de los nativos en la construcción de las fronteras amazónicas. Y con ello la permanencia de identidades, lenguas y costumbres durante el periodo colonial, en la continuidad de grupos étnicos que progresivamente fueron desapareciendo de la terminología colonial, pero no necesariamente del paisaje amazónico.104 104 Los propios aruás continuaron existiendo hasta el siglo XIX e incluso se puede pensar en ciertas continuidades de tipo indirecto con las poblaciones ribeirinhas actuales, a través por ejemplo de la reproducción de saberes. Sobre las relaciones entre historia, paisaje y poblaciones actuales de Caviana, ver: Machado (2012).

  • 1
    A pesar de ello, Ferreira Penna dedicó un artículo de prensa a Rebordello en 1888 mencionando algunos de los pasajes incluidos en este artículo. (FERREIRA PENNA, 1973FERREIRA PENNA, Domingos Soares. Obras completas, v. 2. Belém do Pará: Conselho Estadual de Cultura, 1973., p. 251-253).
  • 2
    Ver también los ensayos incluidos en: Saito y Rosas (2017)SAITO, Akira & ROSAS, Claudia (ed.). Reducciones: la concentración forzada de las poblaciones indígenas en el Virreinato del Perú. Lima: Fondo Editorial PUCP, 2017.. Sobre la Amazonía brasileña, ver: Lopes (1999)LOPES, Paulo Roberto do Canto. A Colonização Portuguesa da Ilha de Marajó: Espaço e Contexto Arqueológico-Histórico na Missão Religiosa de Joanes. Dissertação (Mestrado em História) - Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul, Porto Alegre, 1999., Sampaio (2003)SAMPAIO, Patricia Melo. Cidades desaparecidas na Amazônia portuguesa: Poiares, séculos XVIII e XIX. História Social, Campinas, n. 10, p. 73-100, 2003. ISSN 2178-1141. Disponible en: <http://bit.ly/31Rf4UN>. Acceso en: 7 agosto 2019.
    http://bit.ly/31Rf4UN...
    .
  • 3
    Algunos códices se encontraban en tan mal estado que ni siquiera pueden ser consultados. Otros estaban en proceso de higienización para su posterior digitalización, en un esfuerzo tan lento como loable por parte de los trabajadores del Archivo, a quienes agradezco la colaboración durante mi investigación.
  • 4
    Frei João de Jesús. Memória acerca dos primórdios das missões do Grão-Pará e Maranhão e religiosos que nelas se distinguiram. 02-12-1761. Transcrito en Amorim (2005, p. 316-322)AMORIM, Maria Adelina. Os Franciscanos no Maranhão e Grão-Pará: missão e cultura na primeira metade de seiscentos. Lisboa: Clepul-CEHR, 2005..
  • 5
    Los propios indígenas pidieron por misionero en Santo Antonio a Fray Bernardino de Santa Teresa, natural de Abrantes (AMORIM, 2005AMORIM, Maria Adelina. Os Franciscanos no Maranhão e Grão-Pará: missão e cultura na primeira metade de seiscentos. Lisboa: Clepul-CEHR, 2005., p. 319).
  • 6
    Según parece, existieron dos misiones franciscanas en la isla de Caviana: los misioneros de la Provincia de Conceição da Beira fundaron una primera misión, “a qual, poucos anos existiu, por a desampararem os índios”. Más tarde, los franciscanos de la Provincia de Santo Antonio fundaron la misión de São Joaquim. “Agora ouço dizer, que depois que vim para o Reino, se fundou pelos nossos frades, nova Aldeia no mesmo sítio das relíquias da outra que se quiseram de novo aldear com o título de S. Joaquim”. Copia de una carta de Frei João de Jesús (29-12-1761). Transcrito en Amorim (2011, p. 995-998)AMORIM, Maria Adelina. A missionação franciscana no estado do Grão-Pará e Maranhão (1622-1750): agentes, Estruturas e Dinâmicas. Tesis (Doctorado en Historia) - Faculdade de Letras, Universidade de Lisboa, Lisboa, 2011..
  • 7
    Las evidencias arqueológicas, por otra parte, muestran una notable diversidad en la cerámica de la isla de Caviana, aunque ni las cronologías ni las identidades de sus productores son cuestiones totalmente resueltas todavía. (MACHADO, 2012MACHADO, Juliana Salles. Lugares de gente: mulheres, plantas e redes de troca no Delta Amazônico. Tesis (Doctorado) - Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2012., p. 48-70; NIMUENDAJU, 2004NIMUENDAJU, Curt. In pursuit of a past Amazon: archaeological researches in the Brazilian Guyana and in the Amazon Region. Per Stenborg (Ed.), Göteborg: Etnologiska Studiera, 2004., p. 61-95, 101-102).
  • 8
    Por ejemplo, el padre José Monteiro de Noronha relataba cómo muchas prácticas religiosas y otras costumbres de los nativos (endo-canibalismo funerario, hechicería…) habían sobrevivido al periodo misional. Además, refiere casos de concubinato e incesto en Chaves. En Oficio Miguel de Bulhões. 16-02-1759. AHU-CU-013, Rolo 50, Cj. 44, D. 4033.
  • 9
    Fray Francisco de Santa Teresa. 19-02-1757. Copia de carta incluida en Oficio del Obispo Miguel de Bulhões. 03-06-1757. AHU-CU-013, Cj. 42, D. 3868. Ver también: Oficio de Miguel de Bulhões. 09-06-1757. AHU-CU-013, Cj. 42, D. 3872.
  • 10
    Oficio de Manuel Bernardo de Melo Castro. 09-11-1761. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4683.
  • 11
    Domingo Caetano Teles. Carta al Gobernador. 30-06-1759. APEP, Cod. 95, D. 78.
  • 12
    Se debían preparar cada año 5 contos y 80.000 reis para el pago de los párrocos y vicarios de las 74 “iglesias” de la capitanía. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 09-11-1761. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4683.
  • 13
    João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26.
  • 14
    Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 06-12-1761. APEP, Cod. 108, D. 34.
  • 15
    En 1757-1758 esa sexta parte apenas rindió 20.341 reis, en línea con los números de las villas más humildes. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 04-11-1760. AHU-CU-013, Cj. 47, D. 4340.
  • 16
    Sólo sumaba 120.126 reis, derivados de: 486 (tainhas secas e de moura), 56=30 (peixe grosso), 77 (potes de azeite), 6.780 (dinero que rindió el diezmo en la Tesorería). Mapa de Rendimiento. En Oficio del Tesorero General del Comercio de los Indios, Antonio Rodrigues Martins. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4715. Y en Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 17-11-1761. AHU-CU-013, Cj. 51, D. 4691. Por otra parte, la Tesorería General de los Indios apenas registró el envío de jabotins, tortugas y pescado desde Chaves en 1759, rindiendo una cantidad (80.858) muy inferior a la media. El año siguiente el aporte se limitó a tortugas (46.290). Las receitas de la villa fueron de las más bajas en 1759, 1760 y 1761. Oficio del Gobernador Fernando de Costa de Ataíde Teive. 30-05-1764. AHU-CU-013, Cj. 56, D. 5099. En 1757-1758 presentaba una receita de 153.200 y unos gastos de 216.920 reis. AHU-CU-013, Cj. 47, D. 4340.
  • 17
    Lista de moradores. 12-1762. APEP, Cod. 115, D. 40. Lista de moradores. 15-09-1765. APEP, Cod. 157, D. 62. Una lista de las parroquias de la Capitanía del Grão Pará en 1765 indica sólo 262 mayores y 25 menores en la de Santo Antonio de la villa de Chaves. São Joaquim, del lugar de Rebordello, contaba con 106 mayores y 24 menores. En Oficio del administrador del Obispado, Giraldo José de Abranches. 30-11-1765. AHU-CU-013, Cj. 58, D. 5242.
  • 18
    Francisco Rodríguez. Carta al gobernador. 30-01-1762. APEP, Cod. 113, D. 54.
  • 19
    Ibid.
  • 20
    Domingos Caetano Teles. Carta al Gobernador. 30-06-1759. APEP, Cod. 95, D. 78.
  • 21
    En 1764, el Director de Chaves informaba que “são precisos p.a os [o]ficiais desta villa 15 para fazerem a pescaria de peixe seco”, siendo que las canoas de pesca no podían navegar con una tripulación inferior a 3 personas. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-07-1764. APEP, Cod. 142, D. 14.
  • 22
    Entre los productos que recibieron como pago los trabajadores en Macapá, figuraban paño de lino, tafetán carmesí, sombreros, cuchillos, loza blanca o agujas. Nuno da Cunha de Atayde Varona. Carta al Gobernador. 04-08-1765. APEP, Cod. 153, D. 19.
  • 23
    Junto con las villas de Esposende y Arrayolos, y los lugares de Fragoso y Santa Anna. Manoel Bernardo de Melo e Castro. 26-06-1761. Oficio para Francisco Xavier de Mendonça Furtado. AHU-CU-013, Cj. 49, D. 4519.
  • 24
    Nuno da Cunha Valona Atayde. Carta al Gobernador. 12-10-1762. APEP, Cod. 98, D. 167; Luis Fagundes Machado. Carta al Gobernador. 03-05-1762. APEP, Cod. 98, D. 85; APEP, Cod. 98, D. 111. El suministro se mantuvo en los años posteriores.
  • 25
    Nuno da Cunha de Atayde Varona. 17-08-1765. APEP, Cod. 153, D. 27.
  • 26
    Henrique Antonio Galluzzi. Carta al Gobernador. 18-08-1765. APEP, Cod. 153, D. 29. Henrique Antonio Galluzzi. Carta al Gobernador. 28-05-1765. APEP, Cod. 150, D. 97.
  • 27
    A principios de 1763, las 6 villas y lugares consignados para la fortificación de Macapá enviaron 92 trabajadores. 40 de ellos procedían de Chaves (24) y Rebordello (16). De estos, 11 se dedicaban a la pesca, mientras que 23 trabajaban en las obras de la fortificación. Los seis restantes se encontraban enfermos (1) o ausentes (5). Nuno da Cunha de Atayde Varona. Carta al Gobernador. 16-01-1763. APEP, Cod. 132, D. 2.
  • 28
    Relación de 40 hombres que se mandaron buscar de las poblaciones de Chaves (8), Rebordello (4), Esposende (8), Arrayolos (8), Fragoso (4) y Santa Anna (8); y se hizo distribuir por tiempo de diez días un hombre a cada uno de los 112 moradores de São José de Macapá, para ayudarles en el trabajo de sus tierras por tiempo de un mes. 08-09-1762. APEP, Cod. 98, D. 144.
  • 29
    Nuno da Cunha de Atayde Varona. Carta al Gobernador. 15-08-1763. APEP, Cod. 153, D. 52.
  • 30
    Luis Fagundes Machado. 22-07.1761. Carta al Gobernador. APEP, Cod. 98, D. 51.
  • 31
    Relación de las mujeres enviadas para farinheiras desde Chaves (5), Rebordello (2), Esposende (5), Arrayolos (6), Fragoso (2). 1761. APEP, Cod. 98, D. 53.
  • 32
    Manoel Bernardo de Melo e Castro. Oficio sobre el viaje de João Ignácio de Brito Abreu a Macapá. 13-08-1759. AHU-CU-013, Cx 45, D. 4110.
  • 33
    João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26.
  • 34
    Ibid. También en Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-07-1764, APEP, Cod. 142, D. 12.
  • 35
    “porq nas costas da Igrª há dous repartim.tos hú q he galinhrº, e outro q serve de sancristia, mas como está tão mal tapada como a Igrª, fica hua e outra sujeita a servir tam bem deste ministério”. João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26.
  • 36
    João Ignácio de Brito Abreu. Carta al Gobernador. 17-09-1759. APEP, Cod. 54, D. 26.
  • 37
    Por ejemplo, se propuso absorber a los habitantes de Rebordello en la población de Chaves, alegando que aquel traslado era “m.to útil e conveniente ao serviso de sua Mag.de tanto pª os sevelizar como pª os tirar da ignorancia em q ainda hoje vivem”. Domingos Caetano Teles. Carta al Gobernador. 02-06-1759. APEP, Cod. 95, D. 59. En cambio, Brito Abreu recomendó en determinado momento “q Chaves se mudasse p.a Rebordelo”. João Ignácio de Brito Abreu, Carta al Gobernador. 02-08-1759. APEP, Cod. 54, D. 19.
  • 38
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 10-08-1761. APEP, Cod. 17, D. 99.
  • 39
    Lanserote explica que partieron “para o novo lugar que ha de ser vila”, pero una vez allí los Principales le comunicaron “q querião tornar outra bes para as suas pavoasois a tratarem das suas lavouras q tinhão deixado pois não querião ficar sem rosas numa e outra parte q para junho tornariam para o novo lugar da vila e como me pareseu justo este requerim.to tornei a trazer tudo para as suas pavoasois pois a chuva não da lugar a rosar e a queimar…”. José de Sampaio Lanserote. Carta al Gobernador. 25-12-1759. APEP, Cod. 95, D. 140. Es posible que este primer proyecto de mudanza fuera el propuesto por Brito Abreu.
  • 40
    Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 06-12-1761. APEP, Cod. 108, D. 34.
  • 41
    Manoel Bernardo de Melo e Castro. Oficio para Francisco Xavier de Mendonça Furtado remitiendo la planta que mandó hacer de la villa de Chaves. 03-07-1761. AHU-CU-013, Cj. 50, D. 4550 (Planta en AHU-ACL-CART-013, D. [RI-1]).
  • 42
    Alzado de la iglesia de Chaves, por Antonio José de Landi (ca. 1761), en AHU-CARTm-013, D. 0824 y D. 0825. Referencias extraídas de: Catálogo da Coleção Cartográfica e Iconográfica Manuscrita do Arquivo Histórico Ultramarino. Rio de Janeiro: Museu de Astronomia e Ciências Afins, 2011, p. 51-52.
  • 43
    Nuno da Cunha Varona Atayde. Carta al Gobernador. 22-05-1762. APEP, Cod. 130, D. 65. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-05-1762. APEP, Cod. 114, D. 69.
  • 44
    Nuno da Cunha Varona Atayde. Carta al Gobernador. 15-06-1762. APEP, Cod. 98, D. 111.
  • 45
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 10-08-1762. APEP, Cod. 17, D. 71.
  • 46
    Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 08-08-1762, APEP, Cod. 117, D. 27.
  • 47
    Ibid.
  • 48
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 10-08-1762. APEP, Cod. 17, D. 71.
  • 49
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 13-01-1763. APEP. Cod. 17, f. 221 (tal vez, D. 85; numeración ilegible)
  • 50
    Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 01-07-1763. APEP, Cod. 129, D. 03.
  • 51
    José Félix Galvão de Araújo Oliveira. Carta al Gobernador. 13-05-1762. APEP, Cod. 114, D. 53.
  • 52
    Raymundo José de Betancurt. Carta al Gobernador. 22-02-1763. APEP, Cod. 130, D. 20.
  • 53
    En 1765, unos pescadores encontraron una embarcación naufragada en la costa de la isla de Caviana. Por un sombrero dedujeron que se trataba de extranjeros. Poco después, otros indígenas que estaban pescando encontraron “outo Pretos e hua Preta fugidos de Cayana”, que fueron conducidos hasta Chaves. Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 28-08-1765. APEP, Cod. 157, D. 44.
  • 54
    Ver, por ejemplo: Mathias Paez de Albuquerque. Copia de una carta. 20-06-1758. En Oficio del Obispo Miguel de Bulhões. 15-07-1758. AHU-CU-013, Cj. 43, D. 3954.
  • 55
    “… me dizem q todos seguem o caminho do Arauary, a donde se achão grandes mocambos, de toda a gente destas naçoens”. Gervasio Domingues da Cruz. Carta al Gobernador. APEP, Cod. 113, D. 4.
  • 56
    Los habitantes de los mocambos situados en Mapuá y Anajás, por ejemplo, “se tinhão recolhido as d.as v.as [Melgaço y Portel] por aviso que tiveram, e assim forão avisados os dos mais mocambos e mostrava pelas casas q se acharão ser bastante gente…”. Raimundo José de Betancurt. Carta al Gobernador. 15-03-1767. APEP, Cod. 185, D. 1.
  • 57
    Joaquim José Estévez. Carta al Gobernador. 18-11-1764. APEP, Cod. 140, D. 97.
  • 58
    Joaquim José Estévez. Carta al Gobernador. 15-01-1765. APEP, Cod. 151, D. 42.
  • 59
    Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 08-08-1762, APEP, Cod. 117, D. 27.
  • 60
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 08-02-1762. APEP, Cod. 113, D. 63.
  • 61
    Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 01-07-1763. APEP, Cod. 129, D. 03.
  • 62
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 01-12-1764. APEP, Cod. 17, D. 71.
  • 63
    Los alzamientos contra Principales designados por las autoridades coloniales no eran raros en la región. En Monforte, por ejemplo, los habitantes pidieron un nuevo Principal y al no conseguirlo se rebelaron, tratando con poco respeto al Principal y negándose a trabajar. Félix da Silva Cunha. Carta al Gobernador. 28-08-1759. APEP, Cod. 95, D. 113.
  • 64
    Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 25-02-1765. APEP, Cod. 151, D. 76.
  • 65
    Encontramos un ejemplo al respecto en Mondim, donde el sargento mayor Luis de Miranda tenía 10 mujeres a su servicio. Entre ellas se encontraba la mujer del Principal Ignacio Coelho, que había fallecido en su visita al Reino, y una huérfana a quien decían había desflorado violentamente. Manoel da Cruz Figueiredo. Carta al Gobernador. 06-01-1765. APEP, Cod. 151, D. 21.
  • 66
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 01-12-1764. APEP, Cod. 17, D. 71.
  • 67
    En sus peticiones a la corona, los miembros de esta familia aludían a sus antepasados y, en concreto, a Ignacio Manajaboca (COELHO, 2006COELHO, Mauro Cezar. O Directório dos índios e as chefias indígenas: uma inflexão. Campos, Curitiba, v. 7, n. 1, p. 117-134, 2006. ISSN 2317-6830. Disponible en: <http://bit.ly/2Phpbzh>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.5380/cam.v7i1.5444.
    http://bit.ly/2Phpbzh...
    , p. 117-134; DIAS, 2016DIAS, Joel Santos. “Confuso e intrincado labirinto”: fronteira, território e poder na Ilha Grande de Joanes (séculos XVII e XVIII). Tesis (Doctorado) - Universidade Federal do Pará, Belém, 2016.; SOMMER, 2014SOMMER, Barbara A. The Amazonian native nobility in late-colonial Pará. In: LANGFUR, Hal (ed.). Native Brazil: beyond the convert and the cannibal, 1500-1900. Albuquerque: University of New Mexico Press, 2014, p. 108-131., p. 108-131).
  • 68
    Alberto Magno parece haber sido Principal de la misión franciscana de Santo Antonio. Su hijo, Ignacio Coelho, recibió patente de Ayudante de la misma. 13-08-1752. APEP, Cod. 58, f. 52. Antonio Coelho, también hijo suyo y eventual sucesor, recibió años después la patente de Principal de Chaves. 10-09-1758. APEP, Cod. 58, f. 104. En 1764, tras la muerte de Alberto Magno, de nuevo se pasó la patente de Principal a Antonio Coelho, mientras que Ignacio Coelho recibió la patente de Sargento mor. 14-08-1764. APEP, Cod. 58, f. 278.
  • 69
    Dos de los elementos que fueron alterados fueron la coerción como mecanismo de poder y el carácter hereditario de los cargos (COELHO, 2006COELHO, Mauro Cezar. O Directório dos índios e as chefias indígenas: uma inflexão. Campos, Curitiba, v. 7, n. 1, p. 117-134, 2006. ISSN 2317-6830. Disponible en: <http://bit.ly/2Phpbzh>. Acceso en: 7 agosto 2019. doi: http://dx.doi.org/10.5380/cam.v7i1.5444.
    http://bit.ly/2Phpbzh...
    ).
  • 70
    El Director informaba de la muerte del Principal, indicando que su hijo mayor (Antonio Coelho) se postulaba para ocupar el cargo. Es interesante notar que ya el obispo Miguel de Bulhões había reconocido la patente del aspirante en el pasado, pero que éste no había ejercido mientras su padre estuvo con vida. Los cargos del Directorio, por tanto, quedaban supeditados a las prácticas locales de liderazgo entre los indígenas. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 26-07-1764. APEP, Cod. 142, D. 12.
  • 71
    Además de la referencia ya citada de Alexandre Rodrigues Ferreira, identificamos a este personaje en 1760, cuando se le pasó la patente de Sargento mor en la villa de Monforte. 18-11-1760. APEP, Cod. 58, f. 192.
  • 72
    APEP, Sesmarias, livro 7, f. 145
  • 73
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 01-12-1764. APEP, Cod. 17, D. 71.
  • 74
    “(…) abalizandose que ninguem o avia de enganar, porq se lhe mandassem levar cartas q avia de ver se herão contra ele, e q tinha emganado a Sr Gn.al porq vinha com vestido novo q por sua emdustria lhe tinha tirado”. Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 25-02-1765. APEP, Cod. 151, D. 76.
  • 75
    Ibid.
  • 76
    Fray Antonio de Santo Agostinho. Carta al Gobernador. 18-02-1765. APEP, Cod. 17, D. 72.
  • 77
    La alianza franco-española conllevó un intento de invasión de Portugal y una serie de operaciones en las distintas colonias de los países implicados en la guerra, como las capturas de La Habana o Manila por parte de los ingleses. El propio Director de Chaves entregó al comandante de Macapá la gaceta en que se informaba de la toma de La Habana. Nuno da Cunha Atayde Varona. Carta al Gobernador. 27-04-1763. APEP, Cod 132, D. 34.
  • 78
    Por ejemplo: Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro sobre el peligro que corren las conquistas y la necesidad de defender la ciudad de Belém de navíos castellanos y franceses. 28-06-1762. AHU-CU-013, Cj. 52, D. 4790. El final de la contienda fue celebrado con tres noches de luminarias y otros espectáculos. Sin embargo, siguiendo las órdenes del rey, no se alteraron las prevenciones defensivas y continuaron las obras de fortificación en todas las partes expuestas y necesitadas. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 09-03-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4902. Además, se mandaron copias de los artículos del tratado de paz al gobernador de Rio Negro y al comandante de Macapá. Oficio de Manoel Bernardo de Melo e Castro. 15-06-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4939.
  • 79
    Regimento de Manoel Antonio Oliveira Pantoja. APEP, Cod. 150, D. 57.
  • 80
    Manoel Bernardo de Melo e Castro. Carta al Rey. 23-07-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4968.
  • 81
    El sargento Oliveira tenía una portaria del Gobernador para que se le diesen 13 indígenas de Chaves y Rebordello para la tripulación de la canoa, aunque sólo consiguió 7. Francisco Rodrigues. Carta al Gobernador. 30-11-1764. APEP, Cod. 140, D. 105. Meses después, el cabo de Escuadra acudió a Chaves “a equiparce de Indios Aruans”. Nuno da Cunha Atayde Varona. Carta al Gobernador. 14-04-1765. APEP, Cod. 150, D. 60.
  • 82
    Así, por ejemplo, el sargento mor Francisco de Mello Palheta, comandante de una tropa de guarda costa, recibió órdenes en la década de 1720 para visitar las aldeas de Ganhõao y Caviana de los Padres de Santo Antonio y Conceição, “para nellas tomar guias e valler-se de alguns Indios que precisos lhe forem por serem as ditas aldeas isentas de outro serviço de S Mag.e mais q são som.te aplicadas pª o da guarda costa”. Regimiento de Francisco de Mello Palheta. APEP, Cod. 7, ff. 20-28.
  • 83
    El trabajo en las canoas de guarda costa absorbió parte de la mano de obra local, lo que el Director de Chaves se encargaba de recordar a aquellos que acudían con más peticiones. Henrique Antonio Galluzzi. Carta al Gobernador. APEP, Cod. 150, D. 97; Bento de Oliveira. Carta al Gobernador. 14-11-1765. APEP, Cod. 153, D. 81.
  • 84
    En Manoel Bernardo de Melo e Castro. Oficio para Francisco Xavier Mendonça de Furtado. 11-04-1763. AHU-CU-013, Cj. 54, D. 4916.
  • 85
    Ibid.
  • 86
    Aruás y maraones, por ejemplo, habían abandonado las aldeas de Joanes e Igarapé Grande a causa de una epidemia de viruela, tal como consta en un regimiento de la década de 1720. APEP, Cod. 7, f. 31v.
  • 87
    Recuento de las bajas en múltiples aldeas en Carta de la Cámara de Pará al rey. 15-09-1750. AHU-CU-013, Cj. 32, D. 3001.
  • 88
    Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 16-02-1765. APEP, Cod. 150, D. 25.
  • 89
    Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 08-03-1765. APEP, Cod. 150, D. 41.
  • 90
    Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 09-04-1765. APEP, Cod. 150, D. 56.
  • 91
    José Antonio Salgado. Carta al Gobernador. 13-04-1765. APEP, Cod. 150, D. 59.
  • 92
    Manoel Antonio Oliveira Pantoja. Carta al Gobernador. 03-05-1765. APEP, Cod. 151, D. 138.
  • 93
    Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 07-05-1765. APEP, Cod 150, D. 84.
  • 94
    Tras la epidemia de sarampión se desató un contagio de viruela en Macapá, que también acabó afectando a Chaves. Carta de Francisco Rodríguez. 23-07-1767. APEP, Cod. 177, D. 29.
  • 95
    Nuno da Cunha Athayde Varona. Carta al Gobernador. 07-05-1765. APEP, Cod 150, D. 84.
  • 96
    Carta de Francisco Rodríguez. 04-02-1766. APEP, Cod. 164, D. 17. Carta de Francisco Rodríguez. 23-04-1767. APEP, Cod. 175, D. 75.
  • 97
    Oficio del Obispo de Pará…, AHU-CU-013, Rolo 50, Cj. 44, D. 4033.
  • 98
    Lamentablemente, todos los trabajos de los franciscanos al respecto se encuentran extraviados. Para una relación de algunos títulos, ver Annaes da Bibliotheca Nacional de Rio de Janeiro, v. VIII, 1880-1881, 201-202.
  • 99
    Sí hay noticias de la inserción de otros grupos étnicos en otras aldeas de la región. En Monsarás fueron ubicadas 126 personas procedentes del río Pacajás. Mathias Paez de Albuquerque. Relación de los Descendimientos. En Certidão de Claudio António de Almeida. 22-09-1763. AHU-CU-013, Cj. 55, D. 4991. En la misma población, un indígena que era fruto de un descendimiento fue acusado de matar a otros tres con veneno. José Félix Galvão de Araújo Oliveira. Carta al Gobernador. 21-11-1763. APEP, Cod 131, D. 87. Y en Salvaterra, hay varias referencias a indígenas barés. Ver, por ejemplo: Pedro Fernandes Gavinho. Carta al Gobernador. 06-10-1766. APEP, Cod 168, D. 43.
  • 100
    Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 28-08-1765. APEP, Cod. 157, D. 49. Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 30-09-1765. APEP, Cod. 157, D. 77.
  • 101
    Referidos como “os de fora” en la lista de moradores analizada de 1765. Lista de moradores. 15-09-1765. APEP, Cod. 157, D. 62.
  • 102
    Francisco Rodríguez. Carta al Gobernador. 30-06-1765. APEP, Cod. 151, D. 187.
  • 103
    Por ejemplo, en Relação dos moradores de Ponta de Pedra “da nação Ingaiva”. APEP, Cod. 151, ff. 280-291.
  • 104
    Los propios aruás continuaron existiendo hasta el siglo XIX e incluso se puede pensar en ciertas continuidades de tipo indirecto con las poblaciones ribeirinhas actuales, a través por ejemplo de la reproducción de saberes. Sobre las relaciones entre historia, paisaje y poblaciones actuales de Caviana, ver: Machado (2012)MACHADO, Juliana Salles. Lugares de gente: mulheres, plantas e redes de troca no Delta Amazônico. Tesis (Doctorado) - Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2012..
  • *
    Todas as obras e todos os documentos utilizados na pesquisa e na elaboração do artigo são citados nas notas e na bibliografia. Este trabalho é financiado por fundos nacionais através da FCT - Fundação para a Ciência e a Tecnologia, I.P., no âmbito da Norma Transitória - DL 57/2016/CP1453/CT0094.

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Editado por

Editores responsáveis pela publicação:
Júlio Pimentel Pinto e Flavio de Campos

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    19 Jun 2020
  • Fecha del número
    2019

Histórico

  • Recibido
    21 Nov 2018
  • Acepto
    22 Jul 2019
Universidade de São Paulo, Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas, Departamento de História Av. Prof. Lineu Prestes, 338, 01305-000 São Paulo/SP Brasil, Tel.: (55 11) 3091-3701 - São Paulo - SP - Brazil
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