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Representaciones sociais de la familia y violencia

Resúmenes

La idea de familia remete a las relaciones de protección. En general, la familia pensada e idealizada indica hegemonía. En Brasil, sería más apropiado volver natural la idea de familias, considerando la multiplicidad étnica y cultural. Aún así, es en este refugio que involucra las relaciones entre adultos, jóvenes y niños, que la violencia familiar ocurre, ganando tal fenómeno relevancia. Este artículo de revisión objetiva discutir la relación entre las representaciones sociales de familia y de violencia en el espacio de las relaciones familiares, basado en estudios realizados con grupos sociales diversos. Se tomó como base tesis y disertaciones de la Universidad Federal de Pernambuco y de la Universidad Federal de Bahia. La lectura integral de los estudios fue guiada por una ficha de registro. Los resultados apuntaron la familia como valor moral que influencia el rompimiento de las relaciones de violencia. Los paradigmas existentes en las áreas social y de salud, que influencian y determinan las acciones profesionales, no responden a la consideración del fenómeno de violencia familiar.

familia; relaciones familiares; violencia


The idea of family alludes to relations of protection. Generally, the thought and idealized family connotes hegemony. In Brazil, adopting the idea of families would be more appropriate considering the ethnic and cultural multiplicity. However, it is in this refuge that generally involves relations between adults, youth and children, that domestic violence occurs, which is a social phenomenon of alarming relevance. This review article aimed to discuss the relation between social representations of family and violence in a space of family relations, from studies performed with various social groups composed of women and/or men, children, health professionals and health managers. Theses and dissertations, developed in the Federal Universities of Pernambuco and Bahia, Brazil, were used as the study base. The studies full reading was followed by a registration form. The results pointed the family as a moral value that makes difficulty breaking relations of violence. The existent paradigms in social and health areas that influence and establish professional actions, do not answer to the consideration of the phenomenon family violence.

family; family relations; violence


A idéia de família remete a relações de proteção. Em geral, a família pensada e idealizada denota hegemonia. No Brasil, seria mais apropriado naturalizar a idéia de famílias, considerando a multiplicidade étnico-cultural. No entanto, é nesse refúgio que envolve as relações entre adultos, jovens e crianças, que a violência familiar ocorre, ganhando tal fenômeno relevância. Este artigo de revisão objetiva discutir a relação entre representações sociais de família e de violência no espaço das relações familiares a partir de estudos realizados com grupos sociais diversos. Tomou-se como base tese e dissertações da Universidade Federal de Pernambuco e da Universidade Federal da Bahia. A leitura integral dos estudos foi acompanhada por uma ficha de registro. Os resultados apontaram a família como valor moral que dificulta o rompimento das relações de violência. Os paradigmas existentes nas áreas sociais e de saúde não respondem a consideração de fenômeno da violência familiar.

família; relações familiares; violência


ARTÍCULO DE REVISIÓN

Representaciones sociais de la familia y violencia

Normélia Maria Freire DinizI; Maria de Fátima de Souza SantosII; Regina Lúcia Mendonça LopesIII

IDoctorado en Enfermería, Profesor Adjunto de la Escuela de Enfermería de la Universidad Federal de Bahia, Brasil, e-mail: normelia@lognet.com.br

IIDoctorado en Psicología, Profesor Adjunto de la Universidad Federal de Pernambuco, Brasil, e-mail: mfsantos@ufpe.br

IIIDoctorado en Enfermería, Profesor Titular de la Escuela de Enfermería de la Universidad Federal de Bahia, Brasil, e-mail: reginalm@cpunet.com.br

RESUMEN

La idea de familia remete a las relaciones de protección. En general, la familia pensada e idealizada indica hegemonía. En Brasil, sería más apropiado volver natural la idea de familias, considerando la multiplicidad étnica y cultural. Aún así, es en este refugio que involucra las relaciones entre adultos, jóvenes y niños, que la violencia familiar ocurre, ganando tal fenómeno relevancia. Este artículo de revisión objetiva discutir la relación entre las representaciones sociales de familia y de violencia en el espacio de las relaciones familiares, basado en estudios realizados con grupos sociales diversos. Se tomó como base tesis y disertaciones de la Universidad Federal de Pernambuco y de la Universidad Federal de Bahia. La lectura integral de los estudios fue guiada por una ficha de registro. Los resultados apuntaron la familia como valor moral que influencia el rompimiento de las relaciones de violencia. Los paradigmas existentes en las áreas social y de salud, que influencian y determinan las acciones profesionales, no responden a la consideración del fenómeno de violencia familiar.

Descriptores: familia; relaciones familiares; violencia

INTRODUCCIÓN

"La familia es la base de todo"(1), afirmación taxativa como título de obra fruto de la emisión de conversas cotidianas dada como respuestas frecuentes, de sujetos variados, a cuestiones colocadas por investigadores (as). Trae la idea de familia que parece circular en la sociedad como una "institución afectiva" y armoniosa; un lugar de protección.

La familia es abordada como un refugio en un mundo que no tiene corazón(2). Es la base social, en fin, una institución que tiene como características ser abstracta, higiénica, nuclear y privada(3). Podemos afirmar que, en la mayoría de las sociedades, esa parece ser la familia pensada y idealizada.

Al hacer referencia a la familia, entre las primeras indagaciones que nos podemos preguntar, están: ¿Que familia es esa? ¿En que época esta familia está situada? ¿Que condiciones socio económicas posee? ¿A que cultura pertenece?

Sin embargo, debemos resaltar que la propia idea de familia es una construcción social, y el modelo que hoy nos parece natural no es el único existente, tampoco el más "correcto".

Corremos el riesgo de considerar los modelos de relaciones sociales, que conocemos, como modelos naturales, pues la cultura "se allá, para los que en ella nacieron, en el orden de las cosas, y el orden de las cosas es concebido como imponiéndose por si mismo por una especie de fuerza inmanente"(4).

En términos de nuestro país(5), sería, por lo tanto, más apropiado desnaturalizar la idea de familia y hablar de "familias, en el plural, teniendo en consideración la multiplicidad étnica y cultural en que está basada la composición demográfica brasileña".

Siendo así, la idea hegemónica de familia todavía parece vinculada a aquella de la familia nuclear burguesa. Desde el punto de vista académico, "no existe, histórica y antropológicamente hablando, un modelo estándar de organización familiar; no existe la familia común"(5)* * Grifo de las autoras . Del punto de vista de las representaciones sociales, que circulan en la imaginación social, parece existir apenas ese modelo "ideal" de familia, que parece ser un estándar a ser alcanzado a cualquier precio.

Si se piensa en la familia como un núcleo de convivencia armoniosa entre padre, madre e hijos, como un espacio de afecto y protección, ¿como, en el pensamiento social, se articulan tales representaciones de familia con la idea de la violencia doméstica?

El objetivo de este trabajo es discutir la relación entre representaciones sociales de familia y de violencia en el espacio de las relaciones familiares, a partir de estudios realizados con diversos grupos sociales, compuestos por mujeres y/o hombres, niños, profesionales de salud y gestores de salud.

Presente en lo cotidiano, difundida por los medios de comunicación, asunto en las conversaciones informales, fuente de preocupación de adultos, jóvenes y niños. Por excelencia, objeto cultural de múltiples facetas, la violencia ha desafiado el esfuerzo de investigaciones, que tratan de encuadrarla en un concepto cerrado y acabado.

Sea en función de los responsables de los actos de violencia, que serían, el sujeto individual, la institución o el Estado, independiente de las formas como este acto es ejecutado, pudiendo ser por las propias manos o al mando de otros, sea por las formas con que se manifiesta; entre estas la humillación moral y el homicidio, o por el significado que asume en los diferentes grupos sociales, el concepto de violencia se ha modificado a lo largo del tiempo y ha asumiendo diferentes significados en los diversos espacios.

En lo tocante a la violencia contra la mujer, ella pasa por un proceso de violencia doméstica y trae consigo esa vivencia cuando es atendida en el servicio de salud, que, a su vez, también la violenta. En lugar de la violencia ser considerada como un asunto de salud, ella no es contemplada como tal. De esa forma, aumenta la exposición de la mujer, pues, tal fenómeno ya está cristalizado, no siendo, en la mayoría de las veces, percibido por la propia mujer y por los profesionales de salud(6).

En el cuadro de la Psicología Social y, en especial, en la perspectiva de la Teoría de las Representaciones Sociales - TRS, afirmar que el fenómeno de la violencia es cultural corresponde a concebirla como un objeto social que suscita representaciones diversas, que interviene en la construcción de una dada realidad social.

Dentro de este cuadro general, en que tomamos la actividad simbólica y de representación como constitutiva de la práctica social, se hace necesario reconocer el papel fundamental que ejercen las representaciones sobre las prácticas sociales, sean estas violentas o no. En este sentido, nos parece bastante pertinente estudiar las representaciones sociales de la violencia como sistema complejo, en el cual un conjunto de representaciones y prácticas entra en interacción.

El conocimiento de las representaciones sociales sobre violencia doméstica ofrecerá subsidios para la comprensión de este fenómeno, que tanto afecta la salud de la población, y posibilitará a los profesionales de salud pensar en nuevas formas de cuidados para personas en situaciones crónicas de violencia y/o de riesgo.

Así, para resaltar lo en encima expresado, un estudio de esta naturaleza divulga el saber científico sobre el tema violencia y familia, presentado bajo la forma de disertación y tesis, no solo en el área de la enfermería como también en la de servicio social, demostrando que la complejidad del tema necesita de investigaciones bajo los más variados aspectos.

MÉTODOS

La población del estudio fue compuesta por seis trabajos científicos de la Universidad Federal de Pernambuco - UFPE - y de la Universidad Federal de Bahía - UFBA -, defendidos entre 2002 y 2005, siendo una tesis de la UFPE y cinco disertaciones, (tres de Enfermería) de la UFBA, dos de Servicio Social y una de Salud Colectiva, esas últimas de la UFPE.

Esta selección, no solo contempla a las multidisciplinas, sino también la producción científica de dos Instituciones de Enseñanza Superior - IES - del Noreste.

Como fuente de datos, fueron analizados los referidos estudios a partir de los informes finales, que tuvieron como criterios de selección tener como tema la violencia doméstica y como soporte teórico la Teoría de las Representaciones Sociales.

Tal situación nos permitió un análisis de las teorías construidas y compartidas en el sentido común al respecto de la violencia doméstica por grupos sociales diversos compuestos por mujeres y/o hombres, niños, profesionales de salud y gestores de salud.

Se procedió a la lectura integral de los estudios, buscándose las representaciones sociales de las relaciones familiares. Así, cada informe tubo el registro en una ficha que contenía: - tipo de violencia, - sujetos que la sufrieron; y - forma de expresión de la violencia en el ámbito de la relación familiar.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En tesis defendida en el Doctorado de Servicio Social de la Universidad Federal de Pernambuco, se discutieron las representaciones sociales de violencia entre mujeres(7). La autora entrevistó mujeres de clases socio económicas bajas, que fueron víctimas de violencia doméstica. A partir de las entrevistas, analizó las representaciones sociales de hombre, de mujer, de matrimonio y de violencia. Las entrevistadas consideraban que el hombre, en general, es naturalmente* * Grifo de las autoras violento, sin embargo, es figura de autoridad necesaria a la preservación de la familia. Dijeron que ser mujer es estar asociado a la idea de maternidad. En la conversaciones de las entrevistas, hay nítidamente, la vinculación entre la concepción de mujer y de madre, lo que nos lleva a suponer la existencia de un punto común, que unifica la representación madre mujer y va más allá de las diversas experiencias vivenciadas por las mujeres.

Tal representación social demuestra, claramente, que la maternidad permanece como la base que fundamenta las representaciones de mujer. El estudio resalta que, ni siquiera, las variadas transformaciones en la sociedad y en la vida de las mujeres, ocurridas en las recientes décadas, fueron suficientes para la disociación del papel de mujer y de madre.

"Las representaciones sociales que vinculan mujer y maternidad constituyen un ejemplo de la expresión de esa red de significados calcada en convicciones de que son naturales"(8).

Las mujeres entrevistadas, aseguraban la estabilidad del núcleo familiar a través de las relaciones afectivas con los hijos. El casamiento fue representado con una predominancia de elementos negativos, marcado por la falta de respeto, traición, soledad y violencia, rompiendo, así, con el ideal de amor romántico. A pesar de una vivencia negativa del casamiento, las entrevistadas afirmaron que prefieren convivir con la violencia a permanecer solas. Relataron la dificultad que tiene una mujer al vivir sola, el miedo de la pérdida del proveedor, y, sobre todo, la importancia del mantenimiento de la familia. La familia apareció en las entrevistas como un valor moral que las impide de romper con la violencia. Ellas afirmaron, con mucha frecuencia, que la familia es la base de todo.

Al hablar de violencia doméstica estamos hablando de relaciones violentas que envuelven personas con las cuales se tiene lazos afectivos o de parentesco. Su víctima puede ser el niño, el adolescente, el anciano, el hombre o la mujer. Tal modalidad de violencia ocurre entre personas que viven bajo el mismo techo, aún cuando no tengan vínculos de parentesco entre si. Para Santos(9), a pesar de que sea frecuentemente pensada en el sentido común como algo que amenaza el sujeto, sobre todo en el espacio público, en la calle, son frecuentes las ocurrencias de violencia en el ámbito familiar.

En disertación de Maestría en Enfermería defendida en la Universidad Federal de Bahía(10) fueron abordadas las representaciones de parejas sobre violencia doméstica en la gravidez. La representación social de hombre presente en las conversaciones fue la del [...] proveedor de las necesidades de la familia. O sea, el hombre es quien posee la función de proveer, en términos financieros, el hogar. La identidad femenina, bajo el punto de vista de los entrevistados, está lejos de ser natural. Es construida, previamente, a partir de un discurso social que valoriza los atributos femeninos de docilidad, fragilidad, intuición y sensibilidad.

Tales atributos son considerados propios de la naturaleza femenina, y, como tal, adquieren el carácter inmutable(7).

Al entrevistar a los hombres que mantenían una relación conyugal de violencia(11), fue observado que, en su mayoría, la violencia masculina representaba la manifestación de una amenaza de la pérdida de poder sobre la mujer. Para esos hombres, la familia se constituía a partir del poder total que el hombre debe ejercer sobre sus mujeres, como una forma de demostrar su masculinidad. El hombre decide sobre las relaciones de amistad, las ropas y el tipo de trabajo que sus mujeres pueden tener. Para la autora, la violencia física aparece como una tentativa de restablecer el poder masculino dentro de la familia. Para ellos, las peleas familiares eran exclusivamente del ámbito privado y tenían como objetivo restablecer las relaciones "normales" dentro de la familia.

Este tipo de dominación es resultante de un largo proceso de socialización a través del cual la idea de fortaleza, dominación y fuerza es asociada a la de virilidad como un componente exclusivo masculino. En la imaginación social, crease por asociación, la idea de debilidad, docilidad y sumisión de la mujer por no poseer ese componente viril. Es producto de un trabajo social de nominación e inculcación, en la formación de la identidad social conocida y reconocida por todos, identidad esta diseñada en el mundo social(12).

La misma idea parece envolver a la familia de hombres que cometieron abuso sexual contra sus hijas. El estudio(13) demuestra que después de haber denunciado al hombre, tanto la mujer como la hija, víctima de abuso sexual, deseó volver al hogar para "restablecer la familia". Como afirmaron los sujetos entrevistados, la presencia del padre caracteriza a la familia como completa.

La familia nuclear e higiénica debe ser preservada. Si falta la figura del padre la familia está incompleta y amenazada. Pensar en la violencia doméstica es, necesariamente, pensar en las relaciones de hombre y mujer, relaciones asimétricas, jerarquizadas; sin embargo, es necesario pensar que concepciones de familia están subyacentes a esa relación.

El estudio mostró que las representaciones sociales de la violencia doméstica no son autónomas, estando fuertemente unidas a las representaciones sociales hegemónicas de familia y del significado dado al papel del hombre y de la mujer, en el ámbito familiar. Los resultados obtenidos con los diferentes grupos apuntaron hacia una homogeneidad de los papeles de género atribuidos al masculino y al femenino, determinando, así, relaciones desiguales de poder. Subyacente a esos modelos, persiste la idea de una familia nuclear que justifica y legitima la permanencia de relaciones violentas en la medida en que dificulta el rompimiento de las relaciones desiguales resultantes de la "familia ideal", perpetuando la violencia entre generaciones.

La lógica de esas mujeres que sufren violencia doméstica no es comprendida por los profesionales de salud, que llegan, inclusive, a culpar a las mujeres por el su propio sufrimiento(14). Para esos profesionales, el poder económico y el gustar de ser golpeada justificaron la permanencia al lado de sus compañeros y "[...] en los servicios de salud, la mujer también está expuesta a la situación de violencia", una vez que la relación entre cliente y profesional de salud es una relación impersonal, jerárquica, envuelta por el prejuicio por parte del profesional, que considera a la mujer víctima de violencia como alguien que no tiene voluntad de acabar con el propio sufrimiento.

Los profesionales de salud entrevistados por la autora consideraran que la violencia conyugal es algo que se restringe al ámbito privado no cabiendo, por lo tanto, a ellos intervenir. Para ellos, ese es un problema a ser atendido por otros profesionales, como asistentes sociales, psicólogos y delegados. Su acción debe restringirse al cuidado de los síntomas y lesiones. Tales representaciones parecen indicar que, al restringir el concepto de salud apenas a la dimensión biológica, esos profesionales acaban colocando en acción una nueva forma de violencia, surgiendo el descuido y la no inversión en prácticas de educación en salud, que tendrían como objetivo la prevención de nuevos episodios de violencia.

Algunos gestores municipales de salud(15) consideran que la violencia doméstica colocada como un asunto de género, o como mezclada a la cuestión de clase o como alguna patología masculina. Ese grupo de entrevistados presentó una discordancia entre la idea y las propuestas de acciones como gestores, en la medida en que sus discursos incorporaron las concepciones de genero previstas en las normas. Entretanto, ellos no consiguen vislumbrar prácticas específicas para mujeres en situación de violencia. Los gestores afirmaron que "[...] son las mujeres feministas que presionan por las acciones para las mujeres y, en particular, para las mujeres en situación de violencia. Las demandas por esas acciones aparecen todavía como una cuestión del movimiento feminista y no como referentes a un asunto de salud pública y, consecuentemente, de la sociedad".

La naturalización de los significados dados a hombres y a mujeres va más allá del espacio público en el que actúan el profesional y los gestores de salud, tanto en la atención como en la elaboración de políticas públicas de salud. Anclados en las construcciones sociales de género, los profesionales y los gestores consideran, en general, a la violencia doméstica como un problema de ámbito privado o como una patología a ser tratada. Algunos llegan, inclusive, a culpar a la mujer por su propio sufrimiento. Al dislocar el análisis de la violencia doméstica para el ámbito público, algunos tratan a la violencia doméstica como consecuencia de las desigualdades económicas. De todos modos, en la mayoría de las veces, los profesionales de salud consideran que su competencia se restringe a la atención de las patologías y que otros servicios, como la justicia, son responsables de la atención de la violencia.

A pesar de que los estudios tengan como deponentes varios grupos sociales, los datos estadísticos nacionales, independientes de la región geográfica, clase social, sexo o raza/etnia denuncian que las mujeres son las mayores víctimas de la violencia doméstica. Ella ocurre en el espacio de las relaciones familiares, lo que es una contradicción, considerando del punto de vista social, que lo toma como un local privilegiado, donde debería existir protección, amor y solidariedad.

En este sentido, conforme lo apuntado por los estudios, las mujeres son las mayores víctimas de violencia, independiente de sus formas de manifestación (violencia emocional, física, sexual, simbólica o institucional). A pesar de que la violencia es un problema de salud pública, la sociedad continúa a naturalizar las relaciones violentas en el espacio familiar. Los profesionales de salud y autoridades al relegar la violencia doméstica al ámbito privado omitiéndose de sus responsabilidades profesionales y legales de protección las personas violentadas, colaboran para la perpetuación de ese tipo de violencia.

CONSIDERACIONES FINALES

Los paradigmas existentes en las áreas sociales y de la salud, que influencian y determinan las acciones profesionales, no toman en cuenta tal fenómeno. En relación a estudios sobre violencia doméstica y la teoría de las representaciones sociales (TRS), esta busca aprender el pensamiento social construido a lo largo de la historia en una sociedad específica. En este sentido, las TRS pueden contribuir para la comprensión de este fenómeno, a partir de la investigación de los sentidos atribuidos por los sujetos a las relaciones interpersonales y al acto de violencia, bien como comprender como los modelos de pensamiento guían las conductas y construyen las prácticas en una determinada sociedad.

De entre las graves consecuencias de la violencia, está el estrés postraumático, efecto devastador tanto de la violencia familiar como de la violencia política, generado por la transformación del victimario del protector en violento(16).

Los significados expresos por mujeres en lo cotidiano del trabajo de enfermería apuntan dos facetas de los trabajadores de enfermería, que son: agente de violencia y receptor de la violencia. Apunta acciones educativas como enfrentamiento(17).

La violencia es un fenómeno social, específico e histórico que está relacionado con las condiciones socioeconómicas; sus raíces y formas provienen de las relaciones cotidianas interpersonales(18). Las marcas que cada uno lleva, muchas veces de forma explícita o sutil, al ser confrontadas con las de otros individuos, llevan a revivir, de forma dolorosa, las situaciones de violencia(19), trayendo consecuencias perjudiciales para el ámbito personal y familiar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Recebido em: 6.11.2006

Aprovado em: 6.8.2007

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  • *
    Grifo de las autoras
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      24 Ene 2008
    • Fecha del número
      Dic 2007

    Histórico

    • Recibido
      06 Nov 2006
    • Acepto
      06 Ago 2007
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