La evaluación del profesorado universitario: una mirada del estudiantado

Resumen

El presente artículo tiene como objetivo principal analizar la percepción que tienen los estudiantes del sistema de evaluación del profesorado en sus universidades. Aunque en la mayoría de las universidades en la República Dominicana la evaluación la realizan coordinadores, profesores y estudiantes, desde este estudio se indaga la situación a partir de los resultados analizados en las opiniones de 347 estudiantes de diferentes disciplinas de la carrera de Educación de siete instituciones de educación superior de este país. Para esto se aplica un cuestionario de preguntas abiertas y cerradas, que posibilita verificar el nivel de satisfacción que poseen estos actores del proceso de la evaluación del profesorado. La población participante se selecciona por medio de método no probabilístico, casual incidental, eligiendo directamente los participantes del quinto, sexto, séptimo, octavo y noveno cuatrimestres. Los resultados indican que los estudiantes consideran de gran valor el ser tomado en cuenta en el proceso de evaluación de sus profesores, que aprecian el nivel de confiabilidad de la aplicación del instrumento de evaluación; pero que la evaluación podría mejorarse tomando en cuenta otros componentes que no aparecen en ella e integrando preguntas abiertas, que les permitan expresar sus opiniones con mayor precisión. Los resultados son relevantes para el diseño de un nuevo sistema de evaluación del profesorado.

Evaluación educacional; Evaluación de desempeño docente; Sistema de evaluación; Educación superior

Abstract

The main objective of this article is to analyze the perception that students have of the professor evaluation system in their universities. Although in most universities in the Dominican Republic the evaluation is done by coordinators, professors and students, in this study the situation is investigated based on the results analyzed in the opinions of 347 students from different disciplines of the Education career of seven higher education institutions in this country. Thus, a questionnaire of open ended and closed ended questions is applied, which makes it possible to verify the level of satisfaction that these actors have in the professor evaluation process. The participating population is selected by means of a non-probabilistic, incidental casual method, directly choosing the participants of the fifth, sixth, seventh, eighth and ninth semesters. The results indicate that students consider it of great value to be taken into account in the evaluation process of their professors, who appreciate the level of reliability of the application of the evaluation instrument; but that the evaluation could be improved by taking into account other components that do not appear in it and integrating open-ended questions, which allow them to express their opinions more accurately. The results are relevant for the design of a new professor evaluation system.

Educational evaluation; Professor performance evaluation; Evaluation system; Higher education

Introducción

¿Tienen criterios pertinentes los estudiantes al valorar el trabajo que realiza el profesorado o prima en sus decisiones la empatía que sienten por el docente o los resultados de sus calificaciones? Inquietudes como estas han surgido al momento de juzgar las opiniones del estudiantado sobre las evaluaciones que hacen al desempeño de sus docentes. Sea subjetiva o no la manera en que el alumnado universitario evalúa al profesorado, lo cierto es que ellos son actores relevantes de este proceso, puesto que son los destinatarios principales del servicio de formación que se les brinda, por lo tanto, son claves en los procesos de evaluación.

En el presente artículo se describe la apreciación que posee el alumnado de la carrera de Educación acerca del sistema de evaluación que emplean las instituciones de educación superior para valorar el desempeño de sus profesores. A partir de esto, se cuestiona al alumnado acerca de elementos del sistema que pudiesen determinar su nivel de aceptación o no de este protocolo como son: acciones a partir de los resultados, obstáculos presentados, agrados o desagrados con el sistema, modificaciones o inclusiones que considerarían pertinentes.

Siendo la evaluación un proceso inminentemente subjetivo, podría considerarse que darle mucho peso a la opinión de los estudiantes podría ser contraproducente. No obstante, el alumnado puede ser capaz de identificar conductas en los docentes que tengan que ver con su estilo de aprendizaje y que contribuyen a aumentar su interés por lo que se les enseña y por sus rendimientos (MORENO OLIVOS, 2018). Asimismo, destaca Villa Sánchez (1985) que el estudiantado puede tener una valoración fiable al momento de evaluar a los profesores, aunque no deben ser los únicos sujetos involucrados en la valoración del desempeño de los docentes.

Por otro lado, los estudiantes de la carrera de Educación podrían tener mirada distinta, al momento de evaluar, por el hecho de que serán futuros profesores y se les confiere mayores criterios de consideración al ver procesos metodológicos de enseñanza que tendrían que poner en práctica en el futuro. De ahí que se hace relevante que se les asigne igual jerarquía a estos actores del proceso de evaluación, ya que la retroalimentación que ellos puedan aportar posibilita establecer políticas y pautas dirigidas a la calidad (VÁSQUEZ RIZO; GABALÁN COELLO, 2006).

En la República Dominicana, directivos, coordinadores, docentes y estudiantes universitarios se involucran en el proceso de evaluación de desempeño del profesorado. Sin embargo, este artículo centra su atención en la manera en que los estudiantes perciben este proceso. Todo ello se hace en el marco de la puesta en marcha de la Normativa de formación de docente de calidad, promulgada en el 2015 por el Ministerio de Educación Ciencias y Tecnología (REPÚBLICA DOMINICANA, 2015), en la cual se plantea la necesidad de una revisión y actualización de los programas de formación de maestro para la asunción de un enfoque por competencia. Aun con la existencia de este documento regulador de los programas formativos de las carreras de Educación, este no ha incidido en la manera de evaluar a los docentes universitarios, manteniendo las universidades el mismo procedimiento de estimación en desarticulación con dicha normativa.

Se espera que los formadores de formadores desarrollen competencias en su alumnado, pero también es necesario que tengan las habilidades y destrezas para lograr ese fin. Por lo tanto, valorar cómo se evalúan sus competencias puede ofrecer pistas importantes sobre qué fortalezas pueden mantenerse y cuáles habría que reencaminar. Se les cede la voz a los estudiantes como informantes clave para que estimen cómo se evalúa a sus formadores. Es por esto que, desde este estudio, se considera necesario analizar la percepción que tienen los estudiantes del sistema de evaluación del profesorado en sus universidades.

La evaluación del profesorado que forma a los docentes

La profesión pedagógica es un ejercicio que se reconstruye cada día. Es por ello que es necesaria la existencia de un sistema de evaluación que posibilite profundizar en las necesidades de mejora de habilidades y destrezas del profesorado, para a partir de sus resultados ofrecer oportunidades de revisión y transformación del ejercicio de manera continua.

Mas Torelló (2011) plantea que para hablar de valoración del trabajo del profesorado universitario es importante tener claro cuál es el perfil competencial de ese profesional. Para ello parte de tres contextos de actuación profesional: el microcontexto aula-seminario-laboratorio, el contexto general (entorno socioprofesional, cultural, etc.) y el contexto institucional (departamento, facultad, universidad). Estos aspectos propuestos por este autor se consideran una contribución para determinar cómo evaluar al profesorado universitario.

Zabalza (2016), Cámara, López y De León (2014), presentan también la dimensión profesional, articulada con el trabajo profesional que realiza el docente. También describen una dimensión personal, que conlleva a un compromiso personal, y una laboral vinculada a las situaciones contractuales, los procedimientos de selección y promoción, los beneficios y los escenarios laborales. Mientras que Casero-Martínez (2016) visualiza el perfil del profesorado universitario desde la representación de dos extensas identidades: una formal y otra no formal. Este autor plantea, además, unas variables que no están directamente relacionadas con la carrera profesional, pero desempeñan un rol primordial en su recorrido laboral. Aunque se le proporciona exigua relevancia a este aspecto, se considera que esto incide en los alumnos cuando van a estimar el desempeño de sus profesores.

El componente relacionado con lo emocional se evidencia en la docencia universitaria desde los vínculos interpersonales que instituye el profesional con el alumnado y sus colegas (CASERO-MARTÍNEZ, 2016; GALLARDO, 2018; HURTADO; SERNA; MADUEÑO, 2015). Y es posible que los estudiantes, al momento de evaluar a sus profesores, no se centren solo en aspectos académicos, sino que tomen en cuenta sus vínculos interpersonales con ellos.

Es importante valorar lo que dicen los estudiantes de la carrera de Educación sobre evaluación del profesorado, ya que ellos se pueden ver reflejados en el quehacer de su formador. Puesto que los profesores que se involucran en los procesos formativos de los futuros maestros no sólo transfieren contenidos en relación con un campo disciplinar determinado, sino también un perfil profesional vinculado a ésta.

Por otro lado, al darles la oportunidad a los estudiantes de que valoren la evaluación de sus docentes, se propician espacios para que puedan reflexionar sobre su práctica y se pueda trazar mejoras, puesto que muchas veces la mayoría de los profesores son expertos que tienen dominio de su disciplina, pero que no obligatoriamente aprendieron cómo enseñarla (MONTENEGRO; FUENTEALBA 2010).

Viendo estos diversos planteamientos, se puede inferir que el perfil que se defina del profesorado universitario incidirá en el modo en que debería ser evaluado. Además, se infiere que este perfil está determinado en articulación con las intervenciones que debe desarrollar en su quehacer docente y que abarcan el dominio de la planificación de sus docencias, estrategias en el aula, sus acciones y valores, el trabajo con los otros: compañeros y estudiantes.

Sistema de evaluación del profesor universitario

Desde este estudio se reconoce la importancia que tiene la evaluación del profesorado universitario. Vista desde la propia necesidad de una organización, Dias Sobrinho (2010) la concibe como una herramienta fundamental de una institución que requiere de transformaciones educacionales. Esto implica que su propia aplicación traería consigo cambios en el currículo, metodología, cultura de formación, transformaciones en la gestión y en la estructura de poder.

Estos aspectos señalados por Dias Sobrinho (2010) coinciden con los planteados por Tejedor (2016) cuando destaca que la evaluación del docente es un procedimiento que debe guiarse principalmente a la valoración del nivel de calidad de los procesos de enseñar con la finalidad de favorecer gradualmente a su perfeccionamiento. Mientras que Moreno Olivos (2018) la define como el procedimiento de detallar y calificar las cualidades y a estimación de los docentes basados en sus capacidades, habilidades, actitudes y los efectos de su práctica docente.

Es así como la evaluación del desempeño de los profesores debe ser un procedimiento en el que se recurra a fuentes de informaciones con unas particularidades terminantes en lo que tiene que ver su andamiaje con el contexto e instrumentos confiables y certificados de los cuales se obtengan estimaciones formales. Cuando se organiza una evaluación tomando en cuenta lo señalado con anterioridad, se frenaría, según Colina y otros autores (2008), que los datos provengan de rumores, juicios u opiniones no confiables, los cuales podrían exponer juicios confusos o desacertados e incitar decisiones injustas, desgana o insatisfacción en los docentes.

Dias Sobrinho (2010) destaca, además, que la evaluación del profesorado universitario tiene que ver con las transformaciones deseadas no solamente para la educación superior propiamente dicha, sino para la sociedad en general de presente y del futuro.

La estimación del desempeño de los profesores es una de las actividades principales para garantizar la calidad de los procesos formativos en una institución de enseñanza superior. Es por ello que cualquier sistema de valoración del profesorado debe poseer una categoría ponderada de aprobación para que se lleve a cabo, puesto que se evidencia la importancia que poseen los puntos de vista del propio enseñante sobre su propia valoración para planificarla y ejecutarla (ESCUDERO, 2016).

Un sistema que busca la valoración de desempeño del profesor debe poseer una serie de componentes que posibiliten analizar el nivel en que los individuos logran los estándares que se requieren para el cargo que van a desempeñar en la institución; este ejercicio profesional deberá estar articulado con los propósitos y misión de la institución (TEJEDOR; GARCÍA VALCÁRCEL, 2010).

Para Embiruçu, Fontes y Almeida, (2010), una valoración del desempeño del profesorado en una universidad similar a la estimación del desempeño de cualquier otro profesional es de gran relevancia para el desarrollo profesional de los profesores y para la progresión institucional, contribuyendo con la garantía de que las metas cualitativas y cuantitativas que se espera en la sociedad sean logradas.

Por otro lado, destacan Matuichuk y Silva (2013) que un procedimiento de evaluación precisa del establecimiento de antecedentes o conocimientos que ya existen y una interacción de esos nuevos datos en un proceso en que el que se articulan esas informaciones procedentes de la evaluación.

Acerca de ese sistema de evaluación, sostienen Embiruçu, Fontes, y Almeida, (2010) que, aunque es solo uno de los componentes de un sistema de evaluación, la valoración del desempeño de los distintos aspectos de este procedimiento es un requerimiento previo relevante para un óptimo sistema de evaluación. Afirman que no es posible valorar o dar seguimiento de manera adecuada a lo que no se puede evaluar o inferir de manera correcta. De ahí se plantea la necesidad de contar con instrumentos adecuados para ese proceso de valoración.

En torno al sistema de evaluación de las universidades, Macedo (2001) enfatiza que instituciones de educación superior utilizan unas evaluaciones estandarizadas, sin tener en cuenta el contexto en que se diseñaron los procedimientos de dichas evaluaciones, quiénes participaron en la programación y ejecución del sistema y la utilidad que les dieron a esos resultados con función correctiva.

Sobre cómo evaluar a los docentes universitarios, Valdés (2020) señala que no se cuenta con un modelo único y que llegar a un acuerdo sobre la manera en cómo realizar esta valoración no implica necesariamente tener consensuado lo que es ser un buen profesor. Sin embargo, destaca el autor que sí es relevante saber qué realizan los demás para alcanzar el diseño de un ejercicio de valoración que dé atención a los requerimientos de cada universidad, teniendo un sentido que contribuya a enriquecer el accionar del profesorado y la promoción de una práctica de calidad.

Continua Valdés (2020) destacando que evaluar, sólo por el hecho de evaluar, independiente del criterio o punto de vista que se emplee, sin que conlleve una reflexión posterior y una planificación para la mejora ulterior, se transforma en un sistema para rotular al profesor. Por ello esta autora señala que es preciso tener en cuenta que la formación del profesor no concluye al finalizar su formación superior; sino que el docente sigue construyéndose a sí mismo, desarrollándose y transformándose cada día a través de la experiencia e interacción con sus compañeros y alumnos estudiantes, y la evaluación aporta insumos relevantes en esta construcción (VALDÉS, 2020).

Concluye la autora que cada uno de los modelos de evaluación proporciona tipos, objetivos de evaluación del profesor, propuestas de los sujetos que deben tomar parte en estas, criterios y competencias; aspectos que pueden ser tomados en cuenta al momento de plantear un sistema de evaluación del profesorado en las instituciones de educación superior.

Necesidad de evaluar al profesorado

No cabe duda de que evaluar es una acción relevante, siendo considerada una práctica que debe ser cotidiana en los diversos ámbitos de la educación superior. Según Macedo (2001), el docente generalmente ha padecido la ausencia de una capacitación profesional y académica en el contexto de la evaluación; por ello estos autores consideran que más que ser crítico en los procesos de evaluación, son más bien consumidores.

Por otro lado, para Andriola y otros autores (2012), desde el ámbito actual se requiere cada vez más evidencias de la calidad del trabajo del profesor universitario; no obstante, persiste el convencimiento general de que la calidad de las acciones profesionales rara vez se evalúan de manera global. La evaluación del profesor universitario plantea nuevas preguntas y discusiones acerca de sus acciones, pero también de su trabajo articulado con otros colegas.

Asimismo, haciendo énfasis en la necesidad de la evaluación, Macedo (2001) destaca que el docente de educación superior, individuo con capacidad de criticar la ejecución de su propio desempeño, debería tomar en consideración la evaluación de su práctica docente como una acción natural, un aspecto integral del propio procedimiento de enseñar. Mediante un proceso de reflexión, los docentes deben tomar en consideración los resultados de su valoración para planear, volver a planear y / o reconsiderar su accionar pedagógico.

A medida que el profesor universitario vivencia un procedimiento de evaluación significativo para su propio desarrollo profesional, estará descubriendo la forma más adecuada de ofrecer la enseñanza al alumnado y por tanto lo evaluará de la manera más apropiada, tratando de que ellos puedan superarse como futuros docentes y como seres humanos (MACEDO, 2001).

Cuando los estudiantes evalúan a sus profesores, de cierta manera esperan que en su accionar, estos docentes les ofrezcan referentes para la reconstrucción de las conductas vinculadas al desempeño que tendrían que evaluar (POULCHERIA et al., 2015). Por otro lado, Vlad y Ciascai (2014) señalan que el profesorado se hace partícipe en el proceso de desarrollo mostrando esas habilidades, conocimiento y personalidad a sus alumnos.

Escudero (2016) asegura que la actividad profesional de los individuos, y por supuesto la del profesorado, se puede apreciar desde dos puntos de vista: el primero tiene que ver con sus capacidades y habilidades y el segundo con las bifurcaciones en el ámbito laboral. Destaca, además, que las cualidades y las actitudes del profesorado son algunos de los aspectos mandatorios en su evaluación, puesto que no solo se valora la manera que forman a otros profesionales, sino aspectos que repercuten en su promoción laboral. Por ello se le atribuye una carga subjetiva inmensa a la manera en que los estudiantes puedan valorar el desempeño de sus profesores a través de la evaluación.

A partir de las aportaciones de autores tales como Buendía y colaboradores (2017), Ruiz-Corbella y Aguilar-Feijoo (2017), Vera y González-Ledesma (2018) y Triado y colaboradores (2014), se considera relevante tener claro el perfil del docente que se requiere en la institución para poder diseñar una evaluación de desempeño acorde a su misión y visión. Por ello, contar con una propuesta de evaluación donde el estudiantado valore de manera objetiva el desempeño de los docentes, sería una forma pertinente de ir perfilando un proceso de calidad de la universidad.

El profesorado valorado por los estudiantes

A la hora de valorar las evaluaciones que se les hace a los profesores, los estudiantes son capaces de plantearse el perfil que debe exhibir un buen profesor. En este sentido, destaca Alonso Martín (2019) que un buen profesor debe dominar a la perfección los contenidos científicos que se plantea enseñar, pero, además, debe tutelar al alumnado en la indagación y análisis de la información para lograr un estudiante participativo y autónomo en su mismo proceso de enseñanza y aprendizaje.

Los futuros docentes en sus procesos de formación irán construyen un modelo de profesor que transferirán cuando sean profesionales (ALONSO MARTÍN, 2019). Estos informantes dan gran valor, no solo a las cualidades académicas y profesionales de sus formadores, sino también a las personales. Pero no son solo los estudiantes los que moldean ese perfil del docente universitario. Se plantea que el sistema de evaluación del desempeño del profesorado posibilite concebir un perfil de docente más coherente con el modelo educativo institucional, de forma tal que sea una guía para el mejoramiento del quehacer pedagógico (VÁSQUEZ RIZO; GABALÁN COELLO, 2006).

Se valida más la necesidad de darles peso a lo que dicen los estudiantes de la evaluación del profesorado universitario, cuando se encuentran datos de investigaciones como la que hace Alonso Martín (2019), en la cual se evidencia que los alumnos aprecian la empatía, el carácter agradable, tolerante y con habilidades de escucha, el acompañamiento en el proceso de aprendizaje y ser tratados con respeto y consideración, es decir, estiman un vínculo agradable entre profesor-alumno.

El alumnado también es capaz de identificar, en los instrumentos de evaluación, qué aspectos deberían estar incorporados a estos para evaluar mejor a sus maestros. Es posible que el estudiantado tal vez no posea un conocimiento sobradamente desarrollado sobre los procesos de enseñanza; sin embargo, podrían ser hábiles para identificar si el instrumento no posee contenidos relevantes que en su opinión podrán ser indicadores de una buena enseñanza (MORENO OLIVOS, 2018).

En síntesis, no se considera posible transitar hacia la docencia universitaria de calidad, sin tomar en cuenta al alumnado, actores principales a los que va dirigido el proceso formativo. Por lo tanto, ellos deberán ser tomados en cuenta, no solo para la aplicación de las evaluaciones, sino para validar el procedimiento de llevarla a cabo y participar en el diseño de cualquier sistema de evaluación del desempeño docente universitario.

Metodología

El diseño de este estudio es cuantitativo–cualitativo. A través de este se presentan informaciones de carácter cuantitativo que permiten la comprensión, de forma estadística, de los porcentajes de los procesos de evaluación de desempeño de los profesores en las universidades visto desde los estudiantes. Desde el ámbito cualitativo, se ofrece informaciones valorativas de los procedimientos, análisis e interpretación de estas evaluaciones. Con estas dos miradas se favorece más la triangulación de las informaciones, con mira a que los resultados contribuyan a plantear una propuesta de sistema de evaluación del desempeño docente más acorde a las necesidades de los estudiantes y enfocados en desarrollo de competencias.

Sujetos

La población muestra se selecciona por medio de método no probabilístico, casual incidental, eligiendo directamente los participantes del quinto, sexto, séptimo, octavo y noveno cuatrimestres de la carrera. Esta elección toma en cuenta que en estos cuatrimestres el alumnado posee mayor experticia en los procesos de evaluación del profesorado.

Los datos que se plantean en este documento se realizan a partir de los aportes que hacen 347 estudiantes de la carrera de Educación de siete universidades de la República Dominicana. Estas instituciones de educación superior (IES) se encuentran ubicadas en zona urbana, rural y rural apartada del país. Además, algunas de ellas imparten la carrera de Educación desde hace cinco años o menos y otras las imparten desde hace más de veinte años. Las siete universidades son de carácter privado; sin embargo, los programas de educación que poseen son subsidiados por el Estado y los estudiantes acceden a ellos a través de becas de cobertura completa.

Es relevante destacar que los instrumentos que utilizan estas universidades para evaluar el desempeño del profesorado universitario no es estandarizado, cada uno posee cuestionarios distintos; sin embargo, las dimensiones que evalúan son semejantes, siendo las más relevantes la Pedagógica, Profesional y de Gestión.

Tabla 1
Muestra implicada

Universidades	Estudiantes
7	Masculino	79	22.8%
	Femenino	268	77.2 %
	Total	347	100%

Fuente: Elaborado por las autoras.

Se puede apreciar en la muestra que la mayoría son de sexo femenino, debido a que esta carrera en el país tiene una población mayoritaria de este género.

Las licenciaturas que cursaban estos estudiantes se desglosan a continuación:

Tabla 2
Titulación de los estudiantes

Licenciaturas	Cantidad	Porcentaje
Ciencias Naturales	100	28.8 %
Primaria Primer Ciclo	86	24.8%
Orientación Escolar	52	15%
Matemáticas	24	6.9%
Educación Inicial (Infantil)	11	3.2%
Lengua Española y Literatura	9	2.6 %
Ciencias Sociales	4	1.2%
Total	347	100%

Fuente: Elaborado por las autoras.

Una de las preguntas esenciales en el instrumento y que ha servido para este estudio ha sido conocer la cantidad de veces que los estudiantes han evaluado a sus docentes, ya que esto posibilita saber el nivel de experiencia que tienen con este proceso y obtener respuestas más pertinentes vinculadas con su experticia.

Tabla 3
Frecuencias en que han realizado evaluación los estudiantes

Cantidad de veces que han evaluado	N° de estudiantes	Porcentaje
Más de 6 veces	80	23.1 %
Entre 4 – 6 veces	59	17%
Entre 2-4 veces	84	24.5%
Menos de dos veces	124	35.4 %
Total	347	100%

Fuente: Elaborado por las autoras.

Se observa en el cuadro anterior que mucho más de la mitad de los estudiantes de la muestra habían participado más de dos veces en procesos de evaluación de sus docentes, lo que implica una experiencia en este tipo de tarea.

Técnicas, instrumentos y procedimientos empleados

Se diseña un cuestionario con ítems de selección y preguntas abiertas de manera que los estudiantes puedan estimar el proceso de evaluación del profesorado que se aplica en sus universidades. Los indicadores abordan aspectos sobre su satisfacción con el formato, resultados y obstáculos del sistema de evaluación. Este instrumento consta de 20 preguntas, de las cuales 16 son cerradas, de selección múltiple y 4 son de respuestas abiertas.

El cuestionario fue previamente validado por diez expertos en diseño de evaluación, quienes hicieron observaciones y sugerencias que fueron tomadas en cuenta. Luego fue piloteado en un grupo de 44 estudiantes de las Licenciatura en Educación Inicial, Primaria Primer Ciclo y Primaria Segundo Ciclo, de otra universidad no incluida en la muestra definitiva de este estudio. A través de este pilotaje se confirmó que los ítems y preguntas eran pertinentes para la indagación del estudio. Como una manera de analizar el grado de fiabilidad de este instrumento se utilizó la herramienta SPSS en su versión 23. Este grado de confiabilidad llegó a 0.817, lo que evidencia un grado significativo de fiabilidad del instrumento.

Tomando en cuenta la cantidad de estudiantes por carrera, se seleccionaron al azar los informantes. Se visitaron las universidades y se constataron los grupos. La aplicación se realiza en el aula de manera grupal en el periodo de clase correspondiente.

A fin de garantizar el carácter anonimato, los únicos datos demográficos solicitados a los estudiantes fueron la edad, tiempo en la universidad y carrera que cursaban. A los estudiantes se les facilitó un link de google form para completar el cuestionario en línea a través de sus móviles o en el centro de informática de la universidad. La recolección de los datos se realizó durante los meses de septiembre y octubre de 2018.

En este estudio se ejecuta un análisis cuantitativo y cualitativo de los datos. El cuantitativo permitió establecer de manera estadística los porcentajes en las valoraciones sobre la adecuación, conocimientos de los resultados, obstáculos y satisfacción en el sistema de evaluación de sus universidades; mientras que con el cualitativo se pudo apreciar opiniones más abiertas acerca del grado de satisfacción que tienen con el sistema de evaluación del profesorado empleado por las instituciones. Las respuestas a las preguntas abiertas de los 347 estudiantes se colocaron en una base de datos de manera textual y se obtuvieron códigos y finalmente categorías y subcategorías.

Para examinar las informaciones cualitativas de este procedimiento de recopilación de datos, se esbozaron en el mismo instrumento algunos ítems de preguntas abiertas que lograsen proporcionar contestación más cualitativa del proceso. A fin de inspeccionar esos datos, se ha apelado a la categorización de las variables contenidas en esas preguntas.

Mediante la categorización se puede delinear un procedimiento de categorías para instaurar conceptos existentes en las informaciones analizadas. De este procedimiento se han empleado las categorías a priori, ya que están establecidas por los objetivos del estudio. En la tabla siguiente esbozamos las categorías, subcategorías e indicadores que se fueron definiendo para analizar las informaciones que brindaron los estudiantes sobre su visión acerca de la evaluación del profesorado.

En la tabla 4 se pueden observar las categorías planteadas para el análisis cualitativo de los datos. Se establece articulación entre los aspectos que les agradan y desagradan, así como los cambios que realizarán al sistema de evaluación del profesorado para determinar el nivel de satisfacción de los estudiantes con este proceso de valoración.

Tabla 4
Sistema de categorías

CATEGORIAS	SUBCATEGORÍAS	INDICADORES
Nivel de satisfacción	Deleite Desagrado A medias	Me gusta la evaluación Complacencia Valoración positiva (que tan buena es) Valoración negativa (que tan desagradable es) Fortalezas y debilidades del proceso
Aspectos que le agradan	Beneficios Facilidades	Cumplimiento o no con expectativas Uso adecuado
Cambios al sistema de Evaluación existente	Modificación Mejoramiento Inclusión	Sugerencias de transformaciones Aportes para la mejora Inclusión de nuevos elementos

Fuente: Elaborado por las autoras.

Resultados cuantitativos

Para analizar la mirada que dan los estudiantes a la evaluación del profesorado realizada en sus universidades, se les cuestiona sobre el nivel de satisfacción y los obstáculos que se les presentan para realizarla. Al respecto, el 68% del alumnado consultado dice que nunca se les han presentado obstáculos para completar las evaluaciones, el 30.3% señala que a veces y el 1.7% asegura que siempre. Estas respuestas dan evidencia de que los procedimientos con los que los estudiantes de estas instituciones evalúan a sus docentes, no les acarrean limitaciones. En este sentido, la satisfacción en esta parte de la evaluación se considera alta.

Los resultados de las evaluaciones son uno de los aspectos más relevantes para los estudiantes. El 69.2 % de alumnado enfatiza que nunca han conocido los resultados de estas evaluaciones. El alto el porcentaje de estudiantes que no conocen los resultados de la evaluación que le aplican al profesorado contrasta con el 13.5% estudiantes que dicen que si conocen estos resultados.

Mientras que en relación con lo que hace la universidad con esos resultados, un 45% considera que se diseñan procesos formativos tomando en cuenta las necesidades reflejadas y un 6.1. % dice que se penaliza a los que obtienen bajas calificaciones. Esta segunda respuesta ofrecida por el estudiantado se contradice con la anterior, al observarse que una gran mayoría dice que se ofrecen procesos formativos, aspecto que revela que los alumnos asumen lo que hace la universidad, aunque no tengan informaciones sobre lo que se hace con esos resultados.

De acuerdo con la tabla 6 y las informaciones anteriores, se puede apreciar como cobra un valor relevante para los estudiantes el saber los resultados de las evaluaciones del profesorado. El hecho de que un alto porcentaje nunca recibe información sobre los resultados de las evaluaciones puede incidir en el grado de satisfacción que estos alumnos tengan con el sistema.

Tabla 6
Conocimientos de los resultados de la evaluación

Respuestas	Porcentaje	Cantidad
Nunca	69.2%	240
A veces	17.3 %	60
Siempre	13.5%	47
Total	100%	347

Fuente: Elaborado por las autoras.

En lo referente al nivel de satisfacción que tienen los estudiantes con el sistema de evaluación, el 51.3 % se siente bastante satisfecho con el sistema de evaluación del profesorado de su universidad, con la salvedad de que debería mejorarse; mientras que un 7.5% se siente poco satisfecho.

En la tabla 7 se puede apreciar el gran porcentaje de estudiantes que se siente satisfecho con el sistema de evaluación del profesorado en sus universidades. Sin embargo, este nivel de satisfacción no es total, ya que han seleccionado la respuesta de satisfecho, pero que debería mejorarse. Esto es un indicativo de que este nivel de satisfacción podría considerarse parcialmente.

Tabla 7
Niveles de satisfacción de los estudiantes

Respuestas	Porcentaje	Cantidad
Bastante satisfecho	40.1%	139
Estoy satisfecho, pero debería mejorar más	51.3%	178
Poco satisfecho	7.5%	26
No le agrada el sistema de evaluación	1.2%	4
Total	100%	347

Fuente: Elaborado por las autoras.

Resultados cualitativos

A partir de las categorías antes señaladas, describimos a continuación los resultados de estos elementos cualitativos.

Valoración del instrumento de evaluación

Para saber el nivel de agrado o desagrado que tienen los estudiantes en relación al instrumento de evaluación del profesorado, se les cuestiona acerca de sus consideraciones sobre si este sistema evalúa con precisión todas las competencias que debería tener un profesor universitario y por qué. En torno a esto, las respuestas de los estudiantes varían pudiéndose apreciar que algunos aceptan con deleite, otros a medias y otros con desagrado total este sistema de evaluación.

Quienes valoraron positivamente este instrumento, destacan que los formularios de evaluación cumplen con todos los requisitos para evaluar de forma directa y sin perjudicar al estudiante. También señalan que con este proceso los docentes se autoevalúan y mejoran sus competencias. En este mismo orden, señalan:

Considero que sí, porque mediante estas evaluaciones se va mejorando la forma de impartir docencia, también ayudan al crecimiento profesional y personal”. (E, 127³).

El instrumento utilizado para evaluar a los profesores está muy bien formulado porque cumple con todo lo que debería tener un buen profesor para transmitir su conocimiento. (E,142).

Las respuestas anteriores contrastan con las que plantean otros estudiantes al señalar que, aunque estos instrumentos contribuyen con la evaluación del profesorado, faltarían algunas competencias que deberían ser evaluadas para que los docentes avancen.

No me gusta este instrumento porque la mayoría de sus preguntas son irrelevantes y repetitivas, además de que las respuestas deberían ser abiertas y no de selección. (E, 50).

Valoración del sistema de evaluación

Para conocer la manera en cómo ve el estudiantado el sistema de evaluación del profesorado de su universidad, también se considera imprescindible saber lo que más les gusta de este sistema. Al cuestionarles al respeto, algunos estudiantes ofrecen respuestas favorables al señalar que con la evaluación tienen la opción de dar a conocer si un profesor no está trabajando bien; lo que les agrada porque pueden evaluar a los profesores que son excelentes y pueden manifestarlo por esa vía.

El agrado por este sistema se evidencia de manera notoria en las palabras de algunos de estos estudiantes:

Lo que más me agrada es que al igual que ellos, nosotros los estudiantes también podemos evaluarlos y esto los ayuda a tener un mejor desempeño. (E, 40).

A través esta evaluación puedo captar las pautas para ser un buen maestro, ya que este instrumento además del nivel superior encaja al nivel secundario. (E, 130).

Me gusta que pueda decir lo que creo que está bien y lo que se puede mejorar. Es como sentir que lo que diga es importante. (E, 173).

En este renglón, sobre lo que agrada del sistema de evaluación, un elemento que apareció en un gran número de respuesta fue el referido al anonimato. Con relación a esto, algunos estudiantes expresan que les gusta lo confidencial que puede ser la evaluación, condición esta que les permite expresarse sin ningún problema. Una muestra de esto lo encontramos en las siguientes respuestas:

La evaluación se realiza de manera anónima, es decir sin colocar nombre de los participantes. Esto es una manera muy discreta sin tener que señalar a ninguna persona. (E, 234).

Me gustan que las evaluaciones sean anónimas, porque te da la libertad de expresarte sin miedo a que esto pueda molestar a alguien si tus comentarios no fueron del agrado de la persona evaluada. (E, 247).

Propuesta de cambios sugeridas por los estudiantes

La aceptación o no de un sistema de evaluación puede ser analizada por la manera en que los usuarios de este proponen cambios, mejoramiento e inclusiones de nuevos elementos. En este sentido, el alumnado presenta opiniones sobre las transformaciones que podrían tener los procesos de evaluación de sus universidades y que se han agrupados en los siguientes renglones:

Comunicación de los resultados: decisiones a partir de los resultados

En este renglón algunos estudiantes señalan que debe tomarse en cuenta en este proceso la comunicación de los resultados, hacerlos partícipes de en qué medida estos profesores cumplen con las competencias planteadas en esas evaluaciones. Afirman que si van a tomar en cuenta la opinión de los estudiantes haciéndoles llenar encuestas para evaluar a los docentes, también deberían de tomarlos en cuenta para presentarles los resultados y para informarles sobre las acciones que se tomarían con los profesores que no cumplen con los criterios establecidos.

En palabras textuales de los estudiantes, podemos encontrar las siguientes expresiones:

Que podamos saber los resultados, que sepamos al menos para que se usan o cuál es la razón de hacerlas, porque se evalúan los docentes, nos usan como estudiantes y después nada. (E, 165).

Creo que lo que debería mejorar es que estas evaluaciones se tomen en cuenta de verdad y si un maestro no reúne las cualidades entonces removerlo. (E, 206).

En cuanto al tiempo en que se realiza la evaluación, el alumnado destaca que debería aplicarse desde el primer parcial que está programado en el calendario. También señalan que cambiarían la rigurosidad con el tiempo de aplicación, porque este sistema solo es implementado en algunos cuatrimestres y lo ideal sería que fuera siempre al finalizar el ciclo. Estas ideas coinciden con otra que aseveran que la evaluación debería ocurrir cada dos meses para ver que satisfactorio ha sido el desempeño del docente.

Tipos de preguntas

En relación con los tipos de preguntas, se hace notoria la manera en que el alumnado solicita que los instrumentos contengan ítems más abiertos, en las cuales puedan expresar más sus opiniones. Con relación a esto, la mayoría prefiere que no sean listas de cotejo, sino preguntas abiertas en las que los estudiantes expresen sus opiniones libremente.

A continuación, algunas opiniones del alumnado con respecto a los tipos de preguntas:

Me gustaría que la evaluación tenga preguntas abiertas que me permitan expresarme mejor. (E, 144).

Me gustaría que fuese un conversatorio y así arreglar lo que está mal y mejorar en donde se necesite mejorar. (E, 149).

Cambiaría el tipo de preguntas, en mi opinión deberían ser más abiertas, para que los estudiantes puedan expresarse con más libertad. (E, 348).

En esta recogida de datos, se pudo observar muchas opiniones breves de los estudiantes acerca del sistema de evaluación de las universidades, pero hubo otras con gran nivel de detalle, como el texto expresado por un estudiante que se presenta a continuación:

Las evaluaciones de la universidad: 1°. Deberían ser a través de una plataforma virtual; Facilitaría la evaluación sin la necesidad de interrumpir la sesión de clases. 2°. Revelar los resultados de dichas pruebas a todos los estudiantes, para que se conozcan la validez de dichas pruebas. 3-°. Tomar en cuenta las observaciones de los estudiantes, pues algunos docentes al inicio y durante el proceso de enseñanza-aprendizaje usan estrategias casi obsoletas, obstruyendo el aprendizaje de los estudiantes que a su vez deben repetir y pagar una asignatura dos veces por causa de la metodología del docente. (E, 140).

Formato y metodología de aplicación

En torno a los formatos y metodología de aplicación, algunos estudiantes dicen que cambiarían el método físico por el digital y que modificarían la escala de valoración. Sugieren, además, que la aplicación sea menos monótona.

Aunque algunos estudiantes señalan diferentes aspectos que quisieran cambiar em el sistema de evaluación, también, aunque en minoría, se encuentra un grupo que prefiere no hacer ningún cambio.

Aspectos para evaluar en el desempeño docente

Por último, era fundamental conocer los aspectos que los estudiantes quieren evaluar del desempeño de profesorado y cuáles elementos no observan que contempla la evaluación que realizan. Sobre esto, el estudiantado responde que quieren evaluar la didáctica al enseñar, las diferentes formas que tienen los docentes de expresarse con sus estudiantes, su creatividad, cómo domina los temas a tratar y cómo planifica su clase, su ética y moral profesional, la evaluación de las competencias según el currículo actualizado dominicano, entre otras.

En este mismo renglón algunos estudiantes expresan que les gustaría que se evalúe:

La integración de los docentes en las actividades organizadas tanto por la administración de la Universidad como las organizadas por los estudiantes. (E, 140).

El respeto al desarrollo de sus clases de acuerdo a lo que establece el programa introducido el primer día de clases. (E, 186).

En las informaciones que ofrecen los estudiantes en las preguntas abiertas del instrumento, se puede observar que, aunque destacan que están de acuerdo con los formatos, y les agrada el carácter de confidencialidad de las evaluaciones, hacen diferentes propuestas de cambios que están relacionados con la comunicación de los resultados, el tiempo de aplicación, los tipos de preguntas y sugieren otros elementos que podrían estar en las evaluaciones. Estos datos muestran que los estudiantes tienen en consideración otros elementos que deberían ser incluidos en el sistema de evaluación, lo que implica que no aceptan en totalidad cómo está diseñado.

Resultados y discusión

Después de ser analizadas las informaciones que ofrecen los estudiantes acerca de la evaluación del profesorado universitario en siete universidades de la República Dominicana, se puede apreciar que una gran mayoría de ellos considera adecuados los instrumentos que se utilizan para evaluar el desempeño docente, lo que implica un nivel de aceptación alto con los instrumentos que son utilizados para estos fines. De igual manera, un alto porcentaje del alumnado enfatiza que nunca han sido tomados en cuenta para presentarles los resultados de esas evaluaciones o qué decisiones se toman con esos resultados. Esto coincide con los resultados de la investigación de Moreno Olivos (2018) en la cual los estudiantes enfatizan que desconocen qué se hace con los resultados de las evaluaciones.

El grado de satisfacción que tienen los estudiantes con la evaluación puede ser considerado por factores vinculados con las facilidades y obstáculos, al momento de completar el instrumento. Por otro lado, conocer las opiniones abiertas de los estudiantes posibilitó tener una visión más amplia de sus puntos de vista. Esto permite ver que quienes aprueban el formulario de evaluación se basan en ideas sobre el cambio que puede generarse en los docentes con la evaluación de sus competencias. Fue notorio el énfasis que hacen al carácter confidencial de la evaluación, como la parte que más les agradaba del sistema. También valoran el hecho de hacerlo partícipe del proceso. Esto también confirma que el nivel de confidencialidad es un elemento para valorar en las evaluaciones de los docentes y que sería un elemento que no se recomienda eliminar, ya que está vinculado con el nivel de satisfacción que tienen con este sistema.

En el estudio de Moreno Olivos (2018) sobre las visiones que tienen los estudiantes sobre la evaluación del profesorado, los alumnos critican las evaluaciones basadas en preguntas cerradas, ya que les limita a responder con mayor amplitud. Coinciden estas ideas con lo planteado por el alumnado del presente estudio, quienes señalan que prefieren preguntas abiertas en las cuales puedan expresar con más profundidad sus opiniones. Asimismo, lo reiteran Lukas y otros autores (2014) cuando aconsejan que conviniera que el cuestionario contara con algunos ítems abiertos en los que el alumnado tenga la posibilidad de manifestar su opinión sobre la docencia del profesorado.

La didáctica al enseñar, la creatividad, la flexibilidad, métodos y técnicas que el docente implementa son aspectos que los estudiantes señalan que deben ser valorados. Estas ideas se encuentran en coherencia con lo que señala Fernandes, Sotolongo y Martínez (2016) cuando destacan que la competencia que consideran más importante para evaluar de acuerdo con los alumnos y docentes es la pedagógica – didáctica, vinculada ésta a la facilitación de los aprendizajes.

Alonso Martín (2019) indica que los estudiantes confieren tanta relevancia a las cualidades personales como profesionales; dando así una gran importancia al valor humano de la figura del profesorado. Esto también se evidencia en este estudio, cuando los estudiantes señalan aspectos que no aparecen en el instrumento tales como la empatía, integración en las actividades de la universidad, la puntualidad, entre otros.

En síntesis, si se quiere tener una evaluación con mayor aceptación del estudiantado, convendría echarle una mirada profunda a los instrumentos de evaluación que estos actores utilizan, dando oportunidad a los estudiantes a tener opiniones más abiertas acerca del servicio educativo que recibe del profesorado.

Es importante destacar que los maestros en formación pueden tener una visión más cualificada al momento de evaluar a sus profesores, puesto que como futuros profesionales de esta disciplina se ven reflejados en el accionar de sus formadores y van construyendo ese perfil ideal de docencia.

Solano y otros autores (2016) destacan que, en una evaluación del profesorado universitario, consultar a los alumnos es fundamental porque son informantes clave de lo que ocurre en los salones de clase. Con los resultados de este estudio se evidencia que las informaciones que los estudiantes ofrecen permiten tomar decisiones para la mejora de los instrumentos, revisión de las acciones que realizan los docentes en sus aulas, tiempos en que deberían aplicarse las evaluaciones y por ende contribuir, en sentido general, en las aportaciones de sugerencias que pudiese hacer del sistema de evaluación de sus universidades una herramienta cada vez más eficiente. Posiblemente los estudiantes universitarios de Educación no tengan tantas experiencias en procesos de enseñanza, no obstante, podrían tener habilidades para identificar elementos relevantes o no en un instrumento de evaluación.

Se puede destacar que los estudiantes consultados son capaces de hacer valoraciones positivas o negativas del sistema de evaluación del profesorado, que pueden expresar su nivel de satisfacción con este sistema a partir de las limitaciones, obstáculos y facilidades que tienen para realizar estas evaluaciones. De igual manera, este grado de satisfacción puede ser observado por los cambios sugeridos al sistema que van desde modificaciones hasta la inclusión de nuevos elementos.

Por el carácter de autonomía y capacidades que ya poseen los estudiantes universitarios, pueden ser partícipes en proceso de validación de cualquier sistema de evaluación del profesorado que pudiese implementar una institución de educación superior.

Como limitaciones de este estudio se podría señalar el tamaño pequeño de la muestra. Puesto que solo fueron seleccionados los estudiantes de la carrera de Educación de las universidades; por lo que para indagaciones futuras se podrían incluir otras carreras dando oportunidad de contratar las opiniones desde diferentes disciplinas.

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• 3
  - E se refiere a Estudiante. Los cuestionarios de los estudiantes fueron numerados, lo que significa que E,127 corresponde al cuestionario del alumno 127.

Editora responsable: Márcia Aparecida Jacomini

Bilda Valentín-Martínez es profesora del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU) en República Dominicana.

Cristina Mayor-Ruiz es doctora en Ciencias de la Educación. Catedrática Universidad Sevilla. Actualmente es la directora del doctorado en educación de la Universidad de Sevilla.

Fechas de Publicación

• Publicación en esta colección
  13 Mar 2023
• Fecha del número
  2023

Histórico

• Recibido
  05 Ago 2020
• Revisado
  01 Jun 2021
• Acepto
  14 Set 2021