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FEDERALES Y BLANCOS. FORMACIONES NACIONALES E IDENTIDADES POLÍTICO-PARTIDARIAS EN LA REGIÓN RIOPLATENSE DURANTE LA REVOLUCIÓN DE LÓPEZ JORDÁN DE 1870

Federal and White. National Formations and Party Political Identities in the River Plate Region during the López Jordán Revolution of 1870

Resumen

Este artículo indaga sobre las identidades político partidarias en la región rioplatense en la segunda mitad del siglo XIX, en la etapa de formación de los estados nacionales. Analiza la revolución de López Jordán en Entre Ríos y parte de la constatación de que los bandos enfrentados en ella tomaron los nombres de los partidos uruguayos “blanco” y “colorado”, aunque en convivencia con otras oposiciones: “federal/ unitario” y “entrerriano/porteño”. A pesar de que los vínculos entre las bandas del río Uruguay y de la imbricación del partido blanco con el partido federal eran de larga data, recién es 1870 cuando -a través de los nombres- esa identidad parece fundirse. Se argumenta que los acontecimientos políticos en Uruguay en la década de 1860 y su particular impacto en la política entrerriana, junto a la crisis del partido federal tras la derrota de Pavón, explican esta cronología.

Palabras clave:
Identidades políticas; región rioplatense; federales; blancos; siglo XIX

Abstract

This article investigates the political party identities in the River Plate region in the second half of the 19th century, when national states where formed. It analyzes López Jordán’s revolution in Entre Ríos and starts from the verification that the opposing sides in it took the names of the Uruguayan parties “white” and “colorado”, although in coexistence with other oppositions: “federal / unitario” and “entrerriano / porteño”. Despite the long-standing ties between the sides of Uruguay River and the connection of the White Party with the Federal Party, it was not until 1870 when - through the names - that identity seemed to merge. It is argued that the political events in Uruguay in the 1860s and their particular impact on Entre Rios politics, together with the crisis of the Federal Party after Pavón’s defeat, explain this chronology.

Keywords:
Political identities; River Plate region; Federal Party; White Party; nineteenth-century

“Es indudable que ha existido, y existe, cierta relación misteriosa entre las inclinaciones de los federales argentinos y los blancos orientales “

La Tribuna, abril de18703 3 “La muerte del gobernador de Entre Ríos”. La Tribuna, Buenos Aires, 17/4/1870.

El 11 de abril de 1870, el gobernador de la provincia argentina de Entre Ríos y líder del partido federal, Justo José de Urquiza, era asesinado por una partida de federales disidentes y blancos uruguayos en el palacio San José, su residencia particular4 4 La partida estaba integrada por federales y blancos descontentos con la política de Urquiza. Su procedencia regional era diversa: había hombres de Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Buenos Aires y Uruguay. Horas más tarde, dos de sus hijos, Waldino y Justo Carmelo, fueron asesinados en Concordia. A lo largo del artículo nos referiremos a Justo José de Urquiza por su apellido. Para las referencias a sus hijos se utilizarán sus nombres completos. .

Dos días después, la legislatura de la provincia eligió gobernador a Ricardo López Jordán, cabecilla de la revolución. Sin embargo, el presidente argentino, Domingo Faustino Sarmiento, desconoció la elección y envió fuerzas del ejército a reprimir el movimiento, dando inicio así a la guerra entre la provincia y el gobierno nacional. De modo que la revolución que había comenzado contra la “tiranía” de Urquiza pronto debió afrontar la “defensa de la autonomía de la provincia” amenazada por la intervención armada del gobierno nacional. La guerra, que se prolongó hasta febrero de 1871, movilizó una enorme cantidad de hombres (se calcula que en las fuerzas jordanistas participaron entre diez y catorce mil y en las nacionales unos dieciséis mil) y supuso grandes pérdidas económicas a la economía provincial5 5 La magnitud de la movilización armada se aprecia mejor si se considera que la población de la provincia era de 134000 habitantes en 1869. .

Los motivos de la revolución contra Urquiza fueron múltiples e interpelaban a actores sociales y políticos diversos. Un punto de partida para comprender el declive de su poder y la crisis del partido federal es la batalla de Pavón de 1861. Esta significó el triunfo de Buenos Aires frente a la Confederación Argentina liderada por Urquiza, y puso fin al intento de las provincias de constituir un gobierno nacional sin la dirección de Buenos Aires (que se había separado del resto en 1852).

Como resultado, a partir de 1861, los federales entrerrianos debieron resignar su lugar de conductores y protagonistas en el proceso de organización nacional en detrimento de Buenos Aires y el partido liberal (o “unitario”, como lo denominaban los federales), liderado por Bartolomé Mitre6 6 En este trabajo los términos “partido liberal“ y “partido unitario“ (o “liberales” y “unitarios”) son equivalentes. Si bien los miembros del partido liberal no se definían como unitarios (aunque se declaraban herederos de ese partido surgido en Buenos Aires en la década de 1820), desde el campo del federalismo “liberal” y “unitario” eran sinónimos y expresión de la misma identidad política. Cabe aclarar, también, que la oposición federal versus unitario emergió en la década de 1820 como expresión de diferentes posturas en torno a la futura organización de estado nacional y, por lo tanto, precede largamente a la formación del estado argentino. Sobre el uso del término “partido” ver nota 10. . Los unitarios se impusieron en cada una de las provincias -menos en Entre Ríos- y los variados intentos de sectores del federalismo por resistir a su dominio fueron derrotados. La década de 1860 supuso, entonces, la crisis del federalismo como partido e identidad política, pero también el inicio del declive de los unitarios. La formación del estado nacional y la reconfiguración de las alianzas y equilibrios políticos interprovinciales erosionó el clivaje entre unitarios y federales y dio lugar al surgimiento de nuevas identidades políticas partidarias que se consolidarían al comenzar la década de 18807 7 Sobre el proceso de crisis del federalismo y dilución de la antinomia federal/unitario ver, entre otros, DE LA FUENTE, Ariel. Los hijos de Facundo. Caudillos y montoneras en la provincia de La Rioja durante el proceso de formación del estado nacional argentino (1853-1870). Buenos Aires: Prometeo, 2007; HALPERIN DONGHI, Tulio. Una nación para el desierto argentino. Buenos Aires: CEAL, 1992; MÍGUEZ, Eduardo José. Los trece ranchos. Las provincias, Buenos Aires y la formación de la Nación Argentina (1840-1880). Rosario: Prohistoria, 2021. .

En este contexto de retroceso del partido federal, Urquiza, reconocido como su referente máximo, optó por no confrontar. En los años siguientes a Pavón construyó alianzas y llevó a cabo políticas de entendimiento con el gobierno nacional y con el partido liberal que fueron interpretadas por muchos de sus seguidores como contrarias a las tradiciones e intereses de los federales. Entre las acciones más reprochadas estaban las de no plegarse a las rebeliones federales del interior contra el presidente Mitre y la de brindar su apoyo a la guerra contra Paraguay.

En Entre Ríos Urquiza continuó ejerciendo un poder concentrado en su figura, que restringía el juego político e impedía el acceso al poder de grupos disidentes, lo cual abonó las imágenes de su gobierno como “tiránico” sostenidas por sus oponentes. Por otro lado, durante la década de 1860 el crecimiento económico provincial fue escaso y las reformas fiscales y las políticas de tierras introdujeron nuevas tensiones sociales en la campaña. Especialmente afectados se vieron los pequeños productores rurales, la mayoría poseedores de parcelas de tierra que les habían sido otorgadas como reconocimiento por sus servicios a la patria. Las leyes privatizadoras de tierras fiscales sancionadas en la década de 1860 desconocían las tradicionales formas de tenencia y permitían el desalojo de sus ocupantes; al tiempo que nuevas leyes sobre “vagancia” criminalizaban conductas hasta el momento tenidas como legítimas por los habitantes del espacio rural. Como resultado, se dio inicio a un amplio proceso de desposesión de la tierra y de proletarización de la mano de obra que produjo un creciente descontento entre los habitantes más pobres del campo y transformó profundamente las relaciones sociales en la provincia. Además, la recluta de hombres para luchar en la guerra de la Triple Alianza y más tarde para servir en la frontera con los pueblos indígenas, fue percibida, de acuerdo al imaginario político dominante en los espacios rurales, como un servicio a los enemigos del pueblo entrerriano, es decir, los “unitarios” y “porteños” (encarnados en el gobierno nacional), lo cual sumó mayores tensiones en el espacio rural8 8 ALABART, Mónica; PÉREZ, Mariana. Conflicto político y prensa federal durante la Guerra de la Triple Alianza. Entre Ríos 1864-1867. Revista de Indias, Madrid, n. 276, p. 551-580, 2019; BRESSAN, Raquel. Alianzas, negociaciones y conflictos. Dinámicas de los elencos políticos del Litoral de los Ríos, 1862-1883. Rosario: Prohistoria, 2018; DJENDEREDJIAN, Julio. Tormenta perfecta. La rebelión jordanista en Entre Rios y los efectos del ciclo económico 1864-1873. In: FRADKIN, Raúl; GELMAN, Jorge; SANTILLI, Daniel (ed.). Rebeldes con causa. Conflicto y movilización popular en la Argentina del siglo XIX. Buenos Aires: Prometeo, 2013. p. 109-196; DUARTE, María Amalia. Urquiza y López Jordán. Buenos Aires: Platero, 1974; PÉREZ, Mariana “¡Abajo el tirano Urquiza!”. Propaganda e identidades políticas en la revolución jordanista de 1870. PolHis, Buenos Aires, v. 13, n. 26, 2020; SCHMIT, Roberto (comp.). Caudillos, política e instituciones en los orígenes de la nación Argentina. Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento, 2015. SCHMIT, Roberto. Poder político y actores subalternos en Entre Ríos. Anuario IEHS, Buenos Aires, n. 23, p. 200-223, 2008. .

En los días subsiguientes al asalto a San José circularon diversas versiones sobre lo ocurrido. No obstante, el detalle de que los asaltantes llevaban divisa blanca no pasó desapercibido y fue ampliamente difundido por la prensa. Con rapidez cobraron fuerza las interpretaciones que identificaban a los revolucionarios entrerrianos con los blancos uruguayos y poco más tarde, una vez iniciada la guerra, los bandos enfrentados tomaron los nombres de los dos partidos orientales: los “blancos” (quienes apoyaban a López Jordán) y los “colorados” (las fuerzas nacionales y sus apoyos locales).

Si bien existen numerosos trabajos sobre la revolución de 1870, los vínculos entre los “blancos” y los “federales” entrerrianos no formaron parte de las preguntas de los investigadores. Como excepción cabe citar el trabajo de Alicia Vidaurreta quien indagó sobre la emigración blanca en Entre Ríos en la década de 1860 como parte de su análisis de las relaciones diplomáticas entre Argentina y la República Oriental en el contexto de la “Revolución de las Lanzas” y las posteriores gestiones de Paz en Uruguay9 9 VIDAURRETA, Alicia. Argentina y la revolución uruguaya de 1870. Antecedentes y negociaciones. Investigaciones y ensayos, Buenos Aires, n. 1, p. 379-447, 1966. .

Los dos historiadores que con más profundidad han abordado el movimiento jordanista, Amalia Duarte y Fermín Chávez, han puesto el foco en el espacio político de Argentina para pensar en las alianzas y articulaciones del federalismo entrerriano por fuera del territorio provincial. Aunque ambos consignan en sus investigaciones que los jordanistas eran llamados “blancos”, ninguno analizó las causas y las implicancias políticas de dicha denominación10 10 Amalia Duarte, cuya obra se desarrolló entre las décadas de 1960 y 1980, no realiza ninguna explicación al respecto. Fermín Chávez, en su biografía de López Jordán publicada en 1957, solo dedica una nota al pie a la cuestión, en la que sostiene que los jordanistas utilizaban la divisa blanca para diferenciarse de los urquicistas que usaban la punzó. DUARTE, María Amalia. Tiempos de Rebelión 1870-1873. Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, 1988; DUARTE, María Amalia. Urquiza y López Jordán… Op. Cit.; CHÁVEZ, Fermín. Vida y muerte de López Jordán. Buenos Aires: Hyspamérica, 1986.En un artículo reciente Raquel Bressan analizó los modos de organización de los jordanistas en el exilio y sus formas de incidencia en la política entrerriana luego de la derrota de 1871. No obstante, la autora no indagó sobre los vínculos de los jordanistas con los blancos uruguayos ni con la política uruguaya en general. BRESSAN, Raquel. Rebelión y exilio. Las prácticas políticas de los jordanistas en la frontera. Coordenadas, Río Cuarto, v. 6, n. 2, p. 1-20, 2019. . El predominio durante el siglo XX de una historiografía encerrada en los contornos territoriales del Estado Nacional, aún para pensar aquellos períodos en los que este Estado estaba en construcción, relegó o impidió cuestionarse sobre las adscripciones políticas que traspasaran las fronteras nacionales, entre otros aspectos.

En los últimos años, el desarrollo de una historiografía regional (que cuestiona los espacios nacionales como marco natural de referencia para el análisis histórico), en paralelo a una más reciente historia trasnacional que pone el foco en la circulación de saberes, ideas y sujetos a través de las fronteras nacionales, ha favorecido el estudio de los procesos políticos del siglo XIX desde perspectivas que integran espacios argentinos, uruguayos y brasileños ofreciendo, de este modo, miradas renovadas sobre el proceso de conformación de los Estados Nacionales en el Río de la Plata11 11 Como ejemplos de trabajos recientes ver JOHANSSON, María Lucrecia. La gran máquina de publicidad. Redes transnacionales e intercambios periodísticos durante la guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Sevilla: Universidad Internacional de Andalucía, 2017; MENEGAT, Carla. “Transportando fortunas para povoar deserta e inculta campanha”: atuação política e negócios dos brasileiros no norte do Estado Oriental do Uruguai (ca. 1845-1865). 2015. Tese (Doutorado em História) Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Porto Alegre, 2015; REALI, Maria Laura. Exilio, política y guerra: los emigrados orientales en Argentina y Brasil en las últimas décadas del siglo XIX. Estudios Interdisciplinares de América Latina y el Caribe, Buenos Aires, v. 32, n. 2, p. 122-149, 2021. Una síntesis sobre las cuestiones de historia regional y su desarrollo en la historiografía argentina en los últimos años en BOHOSLAVSKY, Ernesto (coord.). Debates y conflictos de la historia regional en la Argentina actual. Quinto Sol, Santa Rosa, v. 22, n. 3, p. 1-51, 2018. .

Este trabajo indaga sobre las identidades político-partidarias en la región rioplatense a partir de la pregunta de por qué los bandos en pugna en Entre Ríos fueron identificados como “blancos” y “colorados”. Como se verá en las próximas páginas, estas denominaciones convivieron en el contexto de la guerra con otras oposiciones de larga data: “federales/ unitarios” y “entrerrianos/porteños”. A pesar de los fuertes vínculos entre las bandas del río Uruguay y de la imbricación del partido blanco con el partido federal desde la década 1840, recién es 1870 cuando -a través de los nombres- esa identidad parece fundirse12 12 Aquí se entiende por “partidos” a entramados políticos laxos articulados en torno a líderes políticos. Si bien carecían de institucionalidad y de programas claramente definidos es posible identificar en ellos sensibilidades y tradiciones que constituían marcos de referencia que delimitaban los grupos y orientaban la práctica política. En los últimos años la historiografía ha debatido en profundidad sobre las características de los partidos latinoamericanos del siglo XIX. Ver, por ejemplo, el dossier organizado por ETCHECHURY BARRERA, Mario; ZUBIZARRETA, Ignacio (comp.). Facciones y grupos políticos en la Hispanoamérica del siglo XIX. Illes i Imperis, Barcelona, n. 17, 2015. . Los acontecimientos políticos en Uruguay en la década de 1860 y su particular impacto en la política entrerriana, junto a la crisis del federalismo abierta tras la derrota de Pavón, explican en parte esta cronología.

1. Federales entrerrianos y blancos orientales en la década de 1860

En 1860 fue elegido presidente de Uruguay Manuel Berro quien formalmente continuó con la política de fusión de partidos iniciada en la década anterior, aunque mantenía vínculos con la tradición blanca, y gran parte de su gabinete estaba compuesto por hombres de ese partido. En abril de 1863 el caudillo colorado Venancio Flores invadió el territorio uruguayo con el fin de iniciar una revolución para derrocar al gobierno. Su lema legitimador era vengar la “Hecatombe de Quinteros”, y fue apoyado informalmente por el presidente Mitre y contó con la ayuda explícita del Imperio del Brasil13 13 La hecatombe de Quinteros refiere a la ejecución de unas ciento cincuenta personas vinculadas al partido colorado que participaron en 1858 de una sublevación contra el gobierno de Gabriel Pereira. Los sublevados habían capitulado frente a las fuerzas gubernistas, no obstante, fueron fusilados por orden del gobierno. Al inicio de la sublevación, el gobierno de Montevideo había solicitado la ayuda de tropas de la Confederación Argentina. Varios batallones entrerrianos se trasladaron a la República Oriental, al tiempo que armas y municiones fueron facilitadas desde el territorio entrerriano. En Entre Ríos varios actores interpretaron la derrota de los colorados como un triunfo contra “los setembristas”, es decir, contra los porteños que tras la revolución del 11 de septiembre de 1852 habían provocado la secesión de Buenos Aires (e intentado invadir Entre Ríos en ese mismo año). .

La invasión de Venancio Flores y el comienzo de la guerra entre blancos y colorados en Uruguay tuvo un fuerte impacto en la política entrerriana. El conflicto coincidió con el desarrollo en la provincia de múltiples protestas contra el presidente Mitre (e indirectamente contra la política de Urquiza de acatamiento al nuevo orden político nacional), alentadas por la prensa y apoyadas por los principales jefes militares entrerrianos. Si bien los blancos esperaban la ayuda de Urquiza, este optó por seguir una política de “neutralidad”. Pese a ello, se organizó una “Legión de Voluntarios” al mando del coronel Waldino Urquiza (hijo de Justo José) que se sumó a la lucha contra los colorados14 14 PÉREZ, Mariana. “El eco de la patria indignada”. Protesta política, crisis del federalismo y construcción del orden nacional en Entre Ríos. In: ISLAS, Ariadna; REALI, Laura (ed.). Guerras civiles. Un enfoque para entender la política en Iberoamérica (1830-1935). Madrid: Iberoamericana/Vervuert, 2018. p. 159-179. .

Los conflictos de Uruguay eran leídos en la provincia como una expresión de las luchas partidarias entre federales y unitarios. Para los federales, Flores era “la vanguardia de los salvajes unitarios de Buenos Aires” que apostaban a la caída del gobierno de Berro para luego apoderarse de la provincia de Entre Ríos y así acabar con el principal bastión del federalismo y resistencia a los porteños15 15 Waldino Urquiza a Justo José de Urquiza, Salto, 20/10/1863, en CHÁVEZ, Fermín. Vida y muerte… Op. Cit., p. 83. La idea generalizada entre los federales de que los unitarios ansiaban invadir y destruir a la provincia estará presente en el discurso político hasta 1870. . Efectivamente, Venancio Flores contaba con un historial de participación en las filas del unitarismo y de enfrentamiento con los federales. Como hecho sobresaliente, dos años antes, poco después de la batalla de Pavón, actuando como oficial del ejército porteño, Flores había sorprendido con sus tropas a las fuerzas federales mientras dormían acampadas en las cercanías de Cañada de Gómez en Santa Fe y mandado a degollar unos trescientos hombres.

Cuando a fines de septiembre se conocieron en Entre Ríos noticias sobre algunos triunfos obtenidos sobre los colorados, se organizaron “serenatas” en varios pueblos. Los “mueras” a Mitre y a “los salvajes unitarios”, se alternaban con “vivas” al Chacho Peñaloza, al gobierno oriental y al General Urquiza16 16 En febrero de 1863 Chacho Peñaloza, caudillo federal de la provincia de La Rioja, había iniciado su segunda rebelión contra el gobierno de Bartolomé Mitre. Peñaloza sería derrotado y luego asesinado en noviembre de ese año. . Estas consignas evidenciaban tanto la esperanza, todavía fuerte, de poder contrarrestar la creciente hegemonía del partido liberal y de Buenos Aires, y el amplio horizonte regional en el que los actores inscribían sus alianzas e identidades políticas.

En paralelo al desarrollo del conflicto en Uruguay, en la corte brasileña fueron ganando terreno los partidarios de una intervención directa en territorio uruguayo, que se concretó en octubre de 1864. Las fuerzas coaligadas de Flores y Brasil tomaron la ciudad de Salto y pusieron sitio a Paysandú. Esta ciudad, que contaba con una guarnición de unos mil hombres, entre los que había un nutrido número de federales, resistió al mando del coronel Leandro Gómez el asalto de las fuerzas invasoras hasta el dos de enero de 1865. Luego de su rendición, el comandante y sus oficiales fueron fusilados.

El episodio del asedio y el fusilamiento causó gran consternación en la región y complejizó las alianzas y las interpretaciones del conflicto. A fines de diciembre, el rumor que indicaba que López Jordán y el general Benjamín Virasoro se habían puesto al frente de 15000 paraguayos para ayudar a Leandro Gómez daba cuenta de los ánimos políticos y de las lecturas en curso sobre la toma de Paysandú y la guerra en Uruguay: a la conocida antinomia blancos/federales versus colorados/unitarios se incorporaban los paraguayos y el Imperio del Brasil que, según insistía la prensa federal entrerriana, pretendía destruir la “nacionalidad” oriental y la provincia de Entre Ríos con el fin último de dominar la región rioplatense.

Los relatos de los testigos y sobrevivientes rápidamente se esparcieron entre los pueblos de la costa del Uruguay, y por carta y a través de los periódicos llegaron al resto de la provincia. La prensa federal denunció con vehemencia el ataque brasileño y resaltó la “heroica” defensa de la ciudad: se publicaron partes de guerra, la nómina de oficiales caídos en la defensa, cartas de testigos de los hechos, editoriales, notas y los versos “Paysandú” firmados por Un Entrerriano, reproducidos en varios periódicos17 17 REALI, María Laura. El recuerdo de la “Defensa de Paysandú” en las tradiciones del Partido Nacional Uruguayo. Folia Histórica del Nordeste, Resistencia, n. 25, p. 159-186, 2016; ALABART, Mónica; PEREZ, Mariana. Conflicto político… Op. Cit. . En abril se anunció en Gualeguaychú la obra de teatro “La Triple Alianza” que condenaba la alianza tejida por Flores, Mitre y el Imperio del Brasil18 18 La obra finalmente no se representó. En marzo de 1870, en el contexto del inicio de la “Revolución de las Lanzas” y semanas antes de la revolución jordanista, fue editada en forma de folleto y dedicada a Federico Aberastury, un jefe del partido blanco que había luchado en Paysandú. Un análisis de la obra teatral en ALABART, Mónica; PÉREZ, Mariana. Teatro y política: Francisco F. Fernández un político militante entre el periodismo y la dramaturgia (1862-1870), Prohistoria. Historia, políticas De La Historia, Rosario, n.38, p.1-20, 2022. , y, meses más tarde, la imprenta de El Republicano (de la ciudad de Concordia) publicó el folleto “Nueva Numancia”, en el que -según se anunciaba en el periódico- a lo largo de doscientas páginas se relataban los hechos y se incluía una biografía del general entrerriano Lucas Piris, del coronel Leandro Gómez, del comandante Pedro Rivero y del coronel Emilio Raña. En mayo, el redactor del periódico federal El Porvenir anunció que había recibido de regalo “la banda y la espada damasquina que usaba el General Leandro Gómez en el sitio de Paysandú”, mientras que distintas imprentas de la provincia vendían su retrato19 19 “Regalo”. La Democracia, Gualeguaychú, 2/5/1870. La Democracia, periódico de tendencia unitaria y opositor a los federales y los blancos, publicó una biografía por entregas de Venancio Flores. Su imprenta vendía el retrato de Flores, pero también el de Leandro Gómez, posiblemente debido a su popularidad y a la consecuente expectativa de buenas ventas. .

El descontento por el desenlace de la guerra en Uruguay trascendió el discurso de la prensa. Las demostraciones en el espacio público de apoyo a los blancos se generalizaron. Por ejemplo, en enero se representó en Gualeguaychú la obra de teatro Patria, escrita por el uruguayo Eduardo Gordon20 20 Gordon tenía participación activa en el debate público de la provincia, puesto que era el editor y redactor principal del ya citado El Republicano de Concordia. , que trataba sobre una historia de amor entre un “mozo colorado” y una “moza blanca” y tomaba una postura contraria a Flores. Según las crónicas periodísticas, personas del público abucheaban al “mozo colorado” y gritaban “¡Muera Brasil!, ¡Viva Leandro Gómez!” durante las funciones21 21 “Teatro”. La Democracia, Gualeguaychú, 6 /1/1865; “Algasarra”. La Democracia, Gualeguaychú, 8/1/1865. El periódico dejaba entrever el interés del público con la temática con la siguiente afirmación: “el programa de la función de hoy es un aliento para que el teatro sea invadido por una gran concurrencia”. La obra también fue representada en Concepción del Uruguay. . Durante el carnaval, la comparsa “Abajo el imperio” (compuesta de “jefes entrerrianos”) recorrió la ciudad dando mueras a los colorados, a los “salvajes unitarios” y vivas al Paraguay22 22 “Mazhorcada”. La Democracia, Gualeguaychú, 3/3/ 1865; “Como pueden”. La Democracia, Gualeguaychú, 3 /3/ 1865. . En simultáneo, circulaban rumores en la provincia de la reunión de fuerzas de federales y blancos que pasarían a Uruguay para continuar con la lucha23 23 “M. E. Funes anuncia que marcha al Estado Oriental a luchar”. La Democracia, Gualeguaychú, 8/1/.1865; “Telmo López». La Democracia, Gualeguaychú, 17/1/. 1865. .

Tras el triunfo de Flores y el partido colorado, la casi totalidad del elenco político- militar del partido blanco debió emigrar. La gran mayoría se dirigió a la provincia de Entre Ríos y se asentó en las ciudades de la costa del río Uruguay (Concordia, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Federación y Colón) en las que muchos contaban con fluidas relaciones personales24 24 No he podido determinar la cantidad de emigrados que se radicó en Entre Ríos. El Río de la Plata calculó en seis mil los emigrados residentes en Entre Ríos, cifra que estimo es exagerada. “La guerra civil en el Estado Oriental”, El Río de la Plata (Buenos Aires), citado en La Capital, Rosario, 13/1/1870. El censo de población de 1869 consignó en Gualeguaychú 1727 residentes uruguayos; en Concepción del Uruguay, 1082; en Concordia, 848; en Federación 300; en Colón, 255; en Gualeguay, 208; en Villaguay, 159; en Paraná, 153; Tala, 90; Nogoyá, 60; Victoria, 51; La Paz, 42; San José de Feliciano, 27; Diamante, 19; Villa Urquiza, 1. Estas cifras claramente tampoco indican la cantidad de emigrados y, además, pueden existir importantes subregistros. Sin embargo, muestran el peso de la población uruguaya en el este entrerriano. En Gualguaychú, Concepción del Uruguay y Concordia los uruguayos superaban el 15% de la población censada. ARGENTINA. Primer censo de la República Argentina. Buenos Aires: Imprenta del Porvenir, 1872. p. 152-153. .

Si bien nunca contaron con el apoyo abierto de Urquiza, que continuó su política de “prescindencia”, es muy probable que el caudillo haya dado ayudas económicas a familias de emigrados, continuando con su costumbre de ofrecer hospitalidad y protección a exiliados de diversas extracciones partidarias desde finales de la década de 184025 25 En la correspondencia de Urquiza de los meses de febrero y marzo de 1865 se encuentran varias cartas de blancos que le solicitan asilo y ayuda, pero no es posible saber en qué medida el general respondió positivamente a los pedidos. Archivo General de la Nación Argentina [AGNA], VII, Fondo Urquiza [FU], leg.1733. . También ofrecieron asistencia a los emigrados otros referentes del partido federal en Entre Ríos, como Waldino Urquiza, el General Miguel Galarza y el estanciero de origen riograndense Manuel Bica -compadre y socio de Urquiza- quienes tenían fuertes y públicas simpatías con los blancos26 26 Manuel Bica a Justo José de Urquiza, Concordia, 21/2/1865, AGNA, VII, FU,1733, f.353; Waldino Urquiza a Justo, 26/2/1865, 1735, f. 642. .

Apenas llegados a la provincia a principios de 1865, un grupo procuró continuar su lucha contra los brasileños. A fines de febrero, Justo Carmelo de Urquiza (jefe político de Concordia) informaba que “el Mayor Salvañac, y el coronel Orrego y el Dr. Salvañac salen mañana hasta donde se halla el ejército del Paraguay”27 27 Justo Carmelo de Urquiza a Justo José de Urquiza. Concordia, 22/2/1865. AGNA, VII, FU, 1733, f. 373. Los hermanos Salvañac regresarán a Entre Ríos en donde tendrán una intensa participación política. . Más tarde actuarían como oficiales en las fuerzas al mando del teniente coronel Estigarribia hasta la rendición de Uruguayana en septiembre de 1865. Otro grupo, en el que se encontraba Antonio de las Carreras -el destituido ministro de relaciones exteriores uruguayo- se unió en el mes de agosto a Telmo López con destino a Paraguay.

Todavía resta estudiar en detalle la vida y derroteros de los emigrados orientales en Entre Ríos en los años transcurridos hasta la Revolución de las Lanzas en 1870, pero se sabe que no cesaron en los intentos de organizarse y continuar la lucha política a pesar de las dificultades 28 28 Por ejemplo, entre febrero y marzo de 1865 se organizaron reuniones públicas a las que concurrieron numerosos emigrados.” Mariscales ridículos”. La Democracia, Gualeguaychú, 1/2/ 1865; “Reunión”. La Democracia, Gualeguaychú,19 /3/ 1865. . Aunque habían sido bien recibidos en Entre Ríos, el gobierno provincial (por interés propio y por presión del gobierno nacional) osciló entre permitir o tolerar las actividades políticas de los emigrados y la prohibición y el control de sus movimientos. La vigilancia empezó tras la incorporación de Argentina a la guerra contra Paraguay en mayo de 1865, cuando se ordenó el enrolamiento de todos los emigrados que no hubiesen sido oficiales al momento de la rendición de Montevideo frente a las fuerzas brasileñas y coloradas, medida que se consideró sumamente “humillante” para los blancos que permanecían en la provincia29 29 La obligación de enrolamiento no incluyó a otros extranjeros y -de acuerdo a las quejas de los emigrados- solo se aplicó a Entre Ríos, por lo que cabe interpretarla como un gesto político para controlar y castigar a los blancos, aliados potenciales de los paraguayos. Sobre los lamentos de los emigrados, ver, por ejemplo, Antonio de las Carreras a Justo José de Urquiza, Uruguay, 26/5/1865, AGNA, VII, FU, 1735, f.635. También la prensa, incluso la de tendencia unitaria, se opuso a tal medida. . Meses más tarde, luego del desbande de las tropas entrerrianas en las inmediaciones del arroyo Basualdo -porque se negaban a marchar al frente paraguayo-, cuando todavía existía la posibilidad de que los paraguayos tomasen Uruguay y Entre Ríos, y corrían rumores de una pronta invasión de blancos al Uruguay, las medidas se endurecieron. El gobierno nacional ordenó la expulsión de Entre Ríos de todos los jefes orientales y de quienes hubiesen ocupado cargos en la administración del gobierno blanco30 30 La cuestión se resolvió con negociaciones entre Mitre y Urquiza en las que éste se comprometió a vigilar la actividad de los emigrados y se acordó que solo quienes habían sido ministros del gobierno blanco destituido fuesen trasladados a Buenos Aires. La información sobre las medidas y las negociaciones se encuentra en la correspondencia de Justo J. de Urquiza del mes de agosto (AGNA, VII, FU, 1737) y en la correspondencia de Bartolomé Mitre y Rufino Elizalde de los meses de julio y agosto. MITRE, Bartolomé. Correspondencia Mitre Elizalde. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, 1960. . Se trataba de medidas que tendían al control e incluían cierto revanchismo, también indican la percepción de la peligrosidad política de los blancos en el contexto de la guerra y del debilitamiento del liderazgo de Urquiza. En los años siguientes, la vigilancia sobre los emigrados para impedir su regreso organizado a Uruguay continuó, pero convivió con cierta complicidad de jefes locales con los planes políticos de los blancos.

Alicia Vidaurreta señala que se fueron perfilando dos tendencias entre los emigrados: una, liderada por Timoteo Aparicio, propiciaba la invasión inmediata a Uruguay; otra, cuyo referente era Anacleto Medina, actuaba en combinación con un club político en Montevideo y sostenía que cualquier intento de invasión debía apoyarse en un trabajo previo de organización para asegurar su éxito31 31 VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 381. . El 10 de febrero de 1868 dos pequeñas partidas al mando de Timoteo Aparicio y de Inocencio Benítez cruzaron el río e intentaron tomar la ciudad de Salto, pero fueron dispersados y obligados a retornar en fuga a Entre Ríos32 32 El 15 de febrero debía iniciarse una revolución blanca en Montevideo que finalmente estalló el 19, pero fracasó. Este día murieron asesinados Bernardo Berro y Venancio Flores. Si bien es dable suponer vinculaciones entre la fallida invasión de Aparicio y Benítez y el movimiento revolucionario de los blancos en Montevideo, no he hallado fuentes que confirmen que se trataron de acciones coordinadas. . Este episodio evidenció una vez más cómo los conflictos se ordenaban en función de lealtades e identidades políticas regionales: la pequeña tropa invasora estaba compuesta de orientales, brasileños y entrerrianos, daban vivas a Urquiza y “las banderas o estandartes” que llevaban eran “Orientales, Entrerrianas y Paraguayas”33 33 Justo Carmelo de Urquiza a Justo José de Urquiza, Concordia, 11/2/1868. AGNA, VII, FU, 1764, f.490. Sobre la nacionalidad de los invasores ver VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 385. .

Urquiza, que desconocía los planes de Aparicio y Benítez y desaprobaba la invasión, ordenó la prisión de los jefes y de la tropa que regresó a la provincia34 34 Sin embargo, las autoridades uruguayas dudaban de la autenticidad de las medidas de Urquiza y denunciaban una política de duplicidad. Ibidem, p. 385. . Pero su política de impedir que los blancos organizasen en Entre Ríos un movimiento político para deponer al gobierno uruguayo no estaba reñida con la posibilidad de que los jefes blancos participasen en la política entrerriana ni restó, en principio, apoyo de los blancos a Urquiza35 35 De hecho, un emigrado blanco, Juan José Soto, era uno de los redactores de El Uruguay (el periódico oficial en la provincia) y actuó como uno de los principales publicistas de Urquiza entre 1867 y 1870. . En junio de 1868, un grupo de orientales al mando del Comandante Juan Pedro Salvañac se unió al ejército entrerriano para enfrentar a las fuerzas liberales que habían depuesto al gobernador federal de Corrientes36 36 En mayo de 1868 una revolución liberal depuso al gobernador correntino de extracción federal Evaristo López. Los revolucionarios contaban con el apoyo de jefes del ejército nacional y del gobierno de Mitre. El principal objetivo era impedir que en Corrientes ganase la candidatura de Urquiza como presidente. En el sur de la provincia, el general Cáceres organizó las fuerzas federales para oponerse a los revolucionarios mientras que tropas entrerrianas ingresaron en Corrientes para expulsar a los liberales que habían tomado la ciudad de Esquina. Si bien en un primer momento los federales correntinos contaron con el apoyo de Urquiza, éste luego se lo retiró y prefirió pactar con el gobierno nacional. El conflicto tuvo una gran trascendencia para los federales entrerrianos (y correntinos), y ahondó los resentimientos hacia Urquiza. . Según relató Justo Carmelo de Urquiza, quince oficiales emigrados con una tropa de unos sesenta hombres le solicitaron incorporarse para “compensar la gratitud que deben al General Urquiza”37 37 Justo Carmelo de Urquiza a Justo José de Urquiza, Concordia, 1/6/1868. AGNA, VII, FU, 1769, f.12. . Esta solicitud se enmarcaba en el contexto de las próximas elecciones presidenciales en las que Urquiza era candidato y de las especulaciones que señalaban que si ganaba firmaría la paz con Paraguay y declararía la guerra a Brasil, cuestión que involucraba de lleno los intereses de los blancos38 38 También se especulaba que si Urquiza perdía se “sublevaría parte de las provincias, con él a la cabeza y en cualquiera de las dos hipótesis el Estado Oriental va a tener participación en la lucha”. Diego Lamas a Domingo Ereño, Buenos Aires 5/4/1868, Archivo Nacional de Uruguay [ANU], Museo Histórico Nacional [MHN], Fondo Diego Lamas, tomo 617. VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 387. . También se explica por las afinidades políticas y vínculos personales que los blancos mantenían con variados jefes del federalismo entrerriano y correntino. Los rumores y las quejas recurrentes de las autoridades uruguayas muestran que la actividad de los emigrados se concentraba, sobre todo, en el noreste de Entre Ríos y desde el año anterior existían denuncias sobre grupos armados de blancos que circulaban en la frontera entre ambas provincias.

La participación en el conflicto correntino fortaleció los vínculos de los federales disidentes con los blancos. Es posible que haya sido en este momento de movilización bélica que los blancos hayan estrechado las relaciones con Ricardo López Jordán, quien había comandado las fuerzas federales a las que se había incorporado el escuadrón de orientales. También, la resolución del conflicto, en la que el abandono de Urquiza a sus aliados correntinos fue crucial, y que culminó con la derrota de los federales y la emigración de la mayoría de los jefes correntinos a Entre Ríos, debe haber creado la percepción de que Urquiza no podía ser un aliado de los blancos para retomar el poder en Uruguay.

A principios de 1869 circulaban rumores sobre un pronto levantamiento liderado por López Jordán en conjunto con blancos emigrados. Por ejemplo, el periódico urquicista El Uruguay desmentía uno en febrero de 1869, que decía que el general Cáceres había invadido la Banda Oriental desde Corrientes y López Jordán “con un ejército mayor todavía, opera en el Estado Oriental habiendo tomado las ciudades de Salto y Paysandú, en donde fue proclamado presidente de la República dicho general en virtud de ser hijo de Paysandú”39 39 “Infundadas alarmas”. El Uruguay, Concepción del Uruguay, 24/2/ 1869. En la correspondencia de Urquiza existente en el Archivo General de la Nación Argentina, se encuentran numerosas cartas que alertan sobre posibles revoluciones y asesinato del caudillo gobernador. .

Rumores de este tipo y amenazas de asesinato a Urquiza se sucedieron durante todo el año. Finalmente, en marzo de 1870 un grupo de emigrados se reunió cerca de Concordia en la estancia de Manuel Bica (el ya citado exmilitar riograndense y socio de Urquiza), juraron sostener la “bandera nacional” y nombraron a Timoteo Aparicio como comandante y a Inocencio Benítez como su segundo. En la noche del 4 al 5 de marzo cruzaron el río desde el norte de Federación, dando inicio así a la “Revolución de las Lanzas” y la nueva guerra en el Uruguay40 40 En 1870 gobernaba Uruguay Lorenzo Batlle, quien había asumido la presidencia en 1868 y continuado con la política de exclusión y persecución a los blancos. La guerra iniciada en 1870 se prolongó hasta abril de 1872. Con la firma de la paz se llegó a una fórmula de coparticipación política que ponía fin al exclusivismo colorado mediante la obligación del Poder Ejecutivo de nombrar ciudadanos del partido blanco en cuatro de las jefaturas políticas del Estado Oriental. La Revolución de las Lanzas ha sido escasamente estudiada por la historiografía. El trabajo más detallado es el de AROZTEGUY, Abdón. La revolución oriental de 1870. Buenos Aires: Félix Lajouane, 1889. En 1972, la revista Cuadernos de Marcha dedicó el número 57 a la Revolución de las Lanzas que incluyó un estudio introductorio y fuentes documentales. . Un mes después, el 11 de abril, la revolución de López Jordán acababa con la vida de Urquiza y abría las puertas a la guerra en Entre Ríos.

2. La Revolución jordanista y la Revolución de las Lanzas

Una vez iniciada la “Revolución de las Lanzas” se sucedieron los debates en torno a los apoyos argentinos a los blancos y al rol de Urquiza y de los federales entrerrianos en la invasión. No había dudas sobre las simpatías de López Jordán, al que -ya bastante antes- se lo asociaba públicamente al partido blanco. En cuanto al general Urquiza las opiniones estaban divididas. Estaban quienes sostenían que había ofrecido ayuda al movimiento y que se beneficiaba con la invasión de los blancos, por el contrario, otros afirmaban que había tratado de impedirla. La cuestión no estaba saldada cuando fue asesinado en abril. En los días posteriores corrieron versiones contradictorias sobre quiénes eran sus asesinos y los móviles del crimen: se trataba de una partida de blancos descontentos con Urquiza porque obstaculizaba sus planes revolucionarios; de colorados aliados con unitarios que deseaban la desaparición de Urquiza en tanto jefe del partido federal; o de un grupo disidente dentro del federalismo en alianza con los blancos41 41 Por ejemplo, La Capital de la ciudad de Rosario publicaba “Primero circuló la voz de que el crimen había sido cometido por una banda de hombres del partido colorado. Después se aseguraba que, por el contrario, había sido perpetrado por una cuadrilla del partido blanco Posteriormente, se ha dicho que por descontentos del mismo Entre Ríos”. “Asesinato del General Urquiza. La Capital, Rosario, 17 /4/ 1870. . Sea cual fuese la versión, todas daban cuenta de la idea ampliamente difundida en ambas márgenes del Plata que sostenía -en términos del cónsul francés en Montevideo- la existencia de una “analogía” y “especie de solidaridad que acercan al partido blanco oriental y al partido federalista argentino”42 42 M. Maillefer al Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, 23/3/1870. Cuadernos de Marcha, Montevideo, n. 57, p. 10, 1972. . Para todos los observadores, las disputas entre blancos y colorados tenían incidencia directa en el devenir de la política en Entre Ríos.

Con el transcurrir de los días, quedó claro que se trataba de un movimiento revolucionario de federales disidentes que incluía en sus filas emigrados del partido blanco y la tesis de que la intención de López Jordán era insurreccionar al país y hacer una alianza con los blancos orientales fue tomando fuerza. El 14 de abril el presidente Sarmiento, basándose en la información de que “asilados orientales” habían formado parte de la partida que asesinó a Urquiza, emitió la orden del envío de un ejército de observación a las costas del río Uruguay para prevenir el cruce de simpatizantes del partido blanco y asegurar la neutralidad argentina en el conflicto uruguayo, al tiempo que ordenaba el arresto de varios emigrados blancos residentes en Buenos Aires43 43 CODESIDO, Lucas. El ejército de línea y el poder central. Guerra, política militar y construcción estatal en Argentina, 1860-1880. Rosario: Prohistoria, 2021. CHÁVEZ, Fermín. Vida y muerte… Op. Cit., p. 166. .

En la prensa porteña se abrió el debate sobre las implicancias de la participación de sujetos del partido blanco en la revolución de Entre Ríos. La mayoría de los periódicos remarcaba los lazos entre los federales entrerrianos y los blancos, que eran definidos en base a sus luchas y aliados comunes. Para La Prensa, por ejemplo, los blancos tenían interés en la desaparición de Urquiza puesto que éste había puesto obstáculos a sus fines de invasión y “conociendo el espíritu de las masas entrerrianas” se sumaron a la revolución jordanista creyendo que el nuevo gobierno “sería favorable a sus propósitos” dado que “por la afinidad que existe entre nuestros partidos y los orientales, los blancos veían un aliado natural a López Jordán”44 44 “Indicios”. La Prensa, en La Verdad, Buenos Aires, 16/3/1870. . Con un argumento similar La Discusión sostenía que los “perpetradores de este crimen [asesinato de Urquiza]” eran “los enemigos de la situación en ambas márgenes del plata” que habían encontrado en el gobernador una “valla insuperable para sus fines liberticidas”45 45 “La conflagración en Entre Ríos”. La Discusión, en La Verdad, Buenos Aires. 16/3/1870. Más abajo el articulista agregaba que ambos partidos habían “cooperado simultánea y eficazmente en favor de la revuelta que hoy tiene en armas al Estado Oriental del Uruguay”. El Nacional era de una opinión similar. . Por su parte, La Verdad, evocando a figuras repudiadas por la opinión pública porteña, reafirmaba la identidad entre blancos y federales sintetizada en la figura de López Jordán: “La opinión pública es una respecto de los fines de la revuelta, López es, sin duda, el representante de la reacción roja en la República y del partido de Oribe en la Banda Oriental, y la revolución en Entre Ríos es la primera manifestación de esa reacción” 46 46 “Otra voz simpática”. La Verdad, Buenos Aires, 23/4/1870. .

Una nota publicada en Le Courriere de la Plata ahondaba en la tesis de la acción mancomunada de federales y blancos e incluso afirmaba que entre los objetivos de López Jordán estaba quitar “a la Confederación las dos Provincias de la otra margen del Paraná, ligarse fuertemente a la República Oriental, y apoyar todo sobre el Imperio, proclamando el protectorado brasilero”47 47 “La actitud del gobierno”, El Courriere de la Plata, en La Capital, Rosario, 29/4/1870. .

Casi en soledad, Agustín de Vedia, emigrado blanco residente en Buenos Aires se esforzaba en señalar como falsas y mal intencionadas las versiones que involucraban al partido blanco en la revolución jordanista. En dos largos artículos publicados en La República y en La Prensa protestando por las detenciones “arbitrarias” de otros emigrados orientales en Buenos Aires, de Vedia señalaba que la revolución jordanista había perjudicado al movimiento armado en Uruguay, puesto que López Jordán había interrumpido el pase de emigrados a su patria48 48 En el marco de las negociaciones entre el gobierno nacional y Ricardo López Jordán antes del inicio de los enfrentamientos bélicos, este había ordenado la prohibición del cruce de partidas de blancos a la costa uruguaya. . Además, ponía énfasis en el anhelo de los orientales de cortar con el pasado de intervenciones extranjeras en los asuntos de Uruguay y de los males que traería para la revolución contra el gobierno de Batlle involucrarse en una “lucha extraña” a sus intereses. Por tal motivo, solicitaba que el gobierno de Sarmiento mantuviese la más estricta neutralidad para los asuntos orientales49 49 “La neutralidad”. La República, Buenos Aires, 1/5/1870. Luego volvería sobre los mismos argumentos en una nota publicada en La Prensa, 3/5/1870. .

Es que junto a las opiniones que creían ver un plan conjunto entre los jordanistas y los blancos discurría también la idea y la presión hacia el gobierno nacional de formar una alianza con el gobierno de Montevideo para hacer frente a “un enemigo común”50 50 La Nación, 7/9/1870, en VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 405. . Finalmente, Sarmiento optó por continuar la política de neutralidad y de no injerencia formal en los asuntos uruguayos, no obstante, los reclamos en parte de la prensa porteña sobre la necesidad de intervenir continuaron hasta la finalización del conflicto en Entre Ríos51 51 Incluso se publicaron notas a favor de la anexión del Uruguay a la Argentina. Por ejemplo, “Anexión de la República Oriental”. Le Courriere de la Plata, en La Capital, Rosario, 2/7/1870. También ver VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 404. Durante la segunda mitad del siglo XIX la idea de integrar al Estado Oriental a un espacio político estatal más amplio fue periódicamente discutida en Uruguay y en Argentina. Al respecto ver: ETCHECHURY BARRERA, Mario. Uruguay en el mundo. In: CAETANO, Gerardo. (org.). Uruguay. Revolución, independencia y construcción del Estado, 1808-1880. Montevideo: Planeta, 2016. t. 1, p. 87-132. VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit. .

Las opiniones sobre la colaboración entre blancos y federales se veían confirmadas con las noticias que llegaban desde Entre Ríos. A pesar de que López Jordán había ordenado impedir la salida de asilados orientales como forma de demostrar su intención de respetar al gobierno nacional y evitar así la intervención armada en Entre Ríos, las reuniones de grupos armados de emigrados blancos se hicieron públicas y el pasaje de blancos a la República Oriental fueron más numerosos y frecuentes. Las crónicas publicadas en la prensa, la correspondencia de los jefes jordanistas y otros testimonios muestran una alta circulación de hombres armados en torno al río Uruguay y la dificultad para distinguir las tropas de blancos de las de federales. Así, por ejemplo, La República publicaba una noticia de La Tribuna Oriental que decía que frente a Paysandú: “Confirman la noticia que hay de 500 a 600 hombres con divisas blancas. ¿Qué hace esta gente frente a Paysandú hace tres días? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Son fuerzas de López Jordán o son blancos? Unos y otros son los mismos. Los enemigos del gobierno argentino son nuestros enemigos”52 52 “Paysandú”. La República, Buenos Aires, 17/5/1870.

A fines de abril, Héctor Varela (que había viajado a Entre Ríos junto al comisionado nacional) relataba en una carta que “Basterrica [emigrado oriental] seguía reuniendo infantes en el Uruguay, unos creen que para los blancos, pero otros que para López Jordán”53 53 Se refiere a la ciudad de Concepción del Uruguay. “Importante de Entre Ríos”. La Capital, Rosario, 25/4/1870. .

Efectivamente, las tropas jordanistas contaban en sus filas con muchos emigrados orientales, varios con una larga historia de participación política y militar como el citado coronel Lesmes Basterrica, Juan Pedro Salvañach y el general Anacleto Medina quienes permanecieron en Entre Ríos hasta el mes de agosto de 187054 54 En 1872 el vice cónsul de Uruguay en Gualeguaychú declaró que en 1870 “varios Jefes Orientales emigrados reunían a sus compatriotas, por grado o por fuerza” para “engrosar las filas de la rebelión en la provincia, pasando después a invadir a su país a mano armada” (Archivo General de la Provincia de Entre Ríos, Gobierno, Serie XIVC, Fiscalía del Estado, Caja 1A , Legajo 12, 20 enero de 1872). .

Sin embargo, en el transcurso de la guerra no se intentaron acciones coordinadas entre ambos movimientos revolucionarios y en el discurso oficial de la revolución jordanista no hay mención al partido blanco ni a la situación política en el Uruguay (tampoco las hay a los federales en los discursos de los revolucionarios blancos orientales). Por el contrario, se trataba de un programa con un horizonte acotado a la provincia, que prometía poner fin a la “tiranía” de Urquiza y traer la libertad y el progreso a los entrerrianos. También eludía identificarse abiertamente con la identidad federal y omitía las críticas que en las filas del federalismo disidente se hacían a las alianzas de Urquiza con el partido unitario/liberal tras la derrota de Pavón en 1861. Probablemente la ausencia de referencias a la identidad federal en el discurso oficial del movimiento jordanista se deba a la necesidad de ganar aliados y a la aspiración a construir una coalición amplia con actores de distintos ámbitos sociales y diversas trayectorias políticas en un contexto de fuerte debilidad del partido federal, que terminaba una década de repetidas derrotas militares y políticas55 55 PÉREZ, Mariana. Abajo el Tirano Urquiza… Op. Cit. . No obstante, por fuera del discurso oficial, en la prensa entrerriana y en el lenguaje cotidiano, la tradicional antinomia federal/entrerriano versus unitario/porteño continuaba ordenando el discurso político y definía las adscripciones partidarias. Pero en 1870 se dio una novedad: en esas antinomias se sumaron los términos “blancos” versus “colorados”.

3. Los blancos y los federales en la prensa entrerriana

A principios de 1870 se editaban en Entre Ríos diez periódicos. La mayoría respondía al oficialismo y solo dos, desde el campo del federalismo, eran abiertamente opositores, El Obrero Nacional, de Paraná y El Independiente de Concepción del Uruguay. Al iniciarse la revolución y luego la guerra, la prensa entrerriana se vio fuertemente afectada.

Varios periódicos dejaron de editarse, como el urquicista y otrora vocero del gobierno, El Uruguay. En otros casos, debieron interrumpir su salida de acuerdo al desarrollo de la guerra, que implicó la toma de imprentas, la escasez de fondos y el desplazamiento de los editores y colaboradores ya sea para sumarse a los ejércitos o para huir de las persecuciones de sus oponentes políticos.

Como la prensa era una importante arma de propaganda, desde los inicios de la revolución los jordanistas procuraron sostener periódicos para uniformar la opinión y fortalecer los apoyos. Se conoce que continuaron publicando El Independiente y El Obrero Nacional. Este último, una vez iniciada la guerra, fue editado en Nogoyá y en formato de hoja suelta desde el campamento de López Jordán. También publicaron El Amigo del Pueblo (en Paraná), La Nueva Era (en Gualeguay) y El Avisador (en Gualeguaychú).

Los urquicistas y quienes apoyaron la intervención también contaron con prensa propia en la provincia. El Comercio y El Paraná, editados en la ciudad de Paraná desde la década anterior, se volcaron contra López Jordán y continuaron publicándose -aunque no se conoce con exactitud si lo hicieron con periodicidad. También se publicó La Libertad en Gualeguaychú (que luego pasó a editarse en Concordia) y en la segunda mitad del año apareció El Liberal en Paraná. Desafortunadamente, la gran mayoría de los ejemplares de la prensa publicada en el año 1870 no se ha conservado. Pero se cuenta con números sueltos y reproducciones de artículos en otros periódicos que permiten un acercamiento al discurso periodístico durante el desarrollo de la guerra56 56 Únicamente se conserva la colección bastante completa de El Liberal entre los meses de octubre de 1870 y marzo de 1871. .

De manera similar a la prensa porteña, en los periódicos entrerrianos también se señalaba la ligazón entre los partidos orientales y los entrerrianos. En una nota sobre “El partido jordanista” El Liberal, periódico favorable al gobierno nacional, si bien acusaba al jordanismo de “localista” (en el sentido de resistir a la conformación de un orden nacional) señalaba los vínculos que tenía con actores por fuera de la provincia: “El partido jordanista es el partido personalísimo, compuesto de los elementos más impuros que hay en Entre Ríos, las provincias del interior y el Estado Oriental”57 57 “El partido jordanista”. El Liberal, Paraná, 2/12/ 1870. .

Estos elementos “impuros” -podía deducir el lector- eran los restos del partido federal y los blancos de la República Oriental. En otra nota de días más tarde, llamaba a los entrerrianos a abandonar “al oriental López Jordán, no sirvan de escala a sus ambiciones personales y vengan a formar en las filas de los buenos hijos de la Provincia que solo descansan en paz, tranquilidad, orden y progreso”58 58 “La defensa de Paraná”. El Liberal, Paraná, 7/12/1870. . En este caso, se apelaba a su carácter de extranjero para deslegitimar su accionar político, sin embargo, este argumento se anudaba con la noción de que sus intereses estaban ligados a los de los uruguayos y a los blancos (recordemos el rumor que circulaba en 1869 que decía que López Jordán había invadido Uruguay y se había hecho elegir presidente). También El Liberal reconocía los vínculos entre los colorados y el partido liberal de la Argentina. Así, por ejemplo, en una nota extraída de El Independiente de Fray Bentos, en la que se felicitaba a la Guardia Nacional de Gualeguaychú por su éxito en combatir a los jordanistas se podía leer:

“A despecho de la política mezquina que tiende a separar en la presente lucha dos pueblos cuyas tradiciones y aspiraciones son idénticas y cuyos intereses en la guerra que devasta al Río de la Plata son comunes, hemos de permanecer unidos ya que no para combatir en los mismos campos de batalla al caudillaje reaccionario de aquende y al ende el Uruguay, al menos para fortalecernos en los reverses y regocijarnos con las victorias de nuestras armas”

Párrafos más abajo el articulista se lamentaba de la neutralidad guardada por los gobiernos (“por razones de política mal entendida”), no obstante lo cual eso no borraba las tradiciones que unían y definían a los partidos a ambos lados del Río Uruguay: “Pero los pueblos cuya mirada va más lejos que la de los gobernantes; los pueblos que están unidos por los vínculos indisolubles de la gloria y del sacrificio, han de permanecer fieles a esa tradición que hace de los pueblos y de los partidos políticos del Río de la Plata una sola familia.”59 59 El Liberal. Paraná, 30/11/1870.

Casi en espejo, en la prensa jordanista se seguía con atención el devenir de la guerra en el Uruguay, sobre todo el de las tropas al mando de los orientales que habían partido desde Entre Ríos, y se ocupaba especial lugar para celebrar los triunfos de “la gran revolución oriental”. En una nota del mes de octubre El Obrero Nacional retomaba la idea bastante repetida en la prensa de Buenos Aires de que, si triunfaban los blancos, la revolución jordanista ganaría empuje y podría poner en peligro el orden nacional. Al celebrar la victoria en la batalla de El Corralito en la que las tropas de Anacleto Medina y Timoteo Aparicio vencieron a las de Francisco Caraballo, el articulista afirmaba (y arengaba): “El triunfo, lo repetimos, ha sido completo y a la fecha la revolución no tiene elemento que vencer en la campaña (...) Tan espléndidas victorias han producido gran entusiasmo en este ejército y no hay milico que no diga a cada momento “AHORA NOS TOCA A NOSOTROS”60 60 “Grandes triunfos”. El Obrero Nacional, Campamento en Marcha, 6/10/1870. En mayúsculas en el original. .

En este caso, la idea de un destino colectivo se ancla en la experiencia del exilio y los momentos compartidos en campamentos y campos de batalla, lugares preferenciales de construcción de una identidad política común. Con claridad, lo expresaba Juan Mur en una carta enviada a López Jordán también celebrando el resultado de la batalla de El Corralito. Para Mur, el triunfo de los blancos estaba cerca, por tal motivo, escribía que “sin riesgos de ser optimistas, podemos dar como triunfo a la columna que salió de su lado, que vivaqueó con usted, que se calentó en los fogones del ejército federal: a vd. la enhorabuena!” 61 61 Juan Mur a Ricardo López Jordán, Concepción del Uruguay, 5/10/1870. Archivo López Jordán, Academia Nacional de la Historia, Caja 4, f.12. Resaltado mío. .

Asimismo, desde la prensa jordanista se trataba de crear o fortalecer una genealogía histórica en la que la figura de Francisco Ramírez -como “padre” de los entrerrianos y defensor de la autonomía frente a las pretensiones avasallantes de los porteños- aparecía ligada a la de Artigas, con la clara intención de invocar un pasado de luchas en común entre entrerrianos y orientales que se prolongaba en el presente62 62 La Nueva Era, Gualeguay, 26/9/1870. .

A pesar del reconocimiento de las similitudes e intereses comunes entre los partidos uruguayos y los entrerrianos, el uso de los términos “blanco” y “colorado” para referirse a los bandos en la guerra en Entre Ríos era muy escaso en la prensa entrerriana. La oposición más utilizada por los periódicos jordanistas era “pueblo entrerriano” (que defendía su autonomía) versus “fuerzas invasoras”. De aquí se derivaban otras oposiciones más tradicionales en el juego político entrerriano y con una gran carga emotiva, federales versus unitarios y entrerrianos versus porteños, en la que los primeros representaban la libertad de los pueblos y las autonomías provinciales y los segundos el centralismo y despotismo. En la prensa nacionalista, los términos más usuales para definir a los bandos enfrentados eran “partido jordanista” versus “nacionalistas”. Si bien eran términos nuevos en el lenguaje político local, las cualidades de cada uno eran definidas de acuerdo a categorías bien conocidas y de largo arraigo en el discurso político: los primeros simbolizaban la “barbarie”, el atraso, el localismo y el caudillismo; mientras que los segundos eran la civilización, el progreso, la nación argentina y la defensa de las instituciones republicanas. “Blanco” o “colorado” aparecen en los periódicos solo para designar al oponente político. Su uso era marginal y, en la mayoría de los casos, los términos aparecían impresos en bastardilla, signo de que se quería indicar al lector que no pertenecían al registro propio de la escritura de la prensa, pero que, sin embargo, todos conocían su significado.

4. Los blancos y colorados en el lenguaje oral

Una vez iniciada la guerra, en el lenguaje informal y cotidiano se impusieron las categorías de “blanco” y “colorado” para identificar los bandos en pugna. Seguramente esta clasificación comenzó con el uso de la divisa blanca por parte de los jordanistas. No se sabe con certeza cuándo ni por qué se optó por ella. Existe un testimonio que indica que hacia fines de 1868 -una vez finalizado el conflicto con los liberales correntinos- López Jordán animó a usarla a dos divisiones correntinas exiliadas, causando alarma entre autoridades uruguayas, pero no he encontrado ningún documento en el que se evidencien las razones de la elección de la divisa blanca por parte del federalismo disidente63 63 Eduardo Olave a Francisco Caraballo, Salto, 18/12/1868, ANU, AHN, caja 69. Citado por VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit. p. 393. .

Es muy probable que las categorías “blanco” y “colorado” hayan comenzado a utilizarse en la oralidad y luego hayan pasado al registro escrito. Las narraciones de la Encuesta Nacional de Folklore de 1921 sobre los acontecimientos de 1870 sugieren tanto la novedad de los términos para definir las adscripciones políticas como la extensión y aceptación de su uso. Por ejemplo, un anciano ex soldado de los ejércitos entrerrianos, que había luchado junto a las tropas jordanistas, recordaba que fue entonces “cuando apareció la división de blancos y colorados”64 64 Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, Escuela N°79, informante Francisco Gómez de 99 años. . Un narrador de Rosario de Tala explicaba que: “La guerra civil en Entre Ríos que fue del 70 en adelante enardecía tanto los ánimos que hasta las familias tomaban participación, teniendo grandes disgustos entre ellas por defender los partidos Blancos y Colorados”65 65 Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 86, Rosario Tala, informante José Gerez de 80 años.

Indicios en el mismo sentido otorga el relato del comerciante francés Laurentien Forgues cuando, en su viaje por Entre Ríos, fue a negociar la venta de unos cueros a un saladero cercano a Paraná controlado por los jordanistas en agosto de 1870. En su relato explica que “Buenos Aires (partido colorado) controlaba las costas, los rebeldes o Blancos, la campaña y particularmente el saladero”. En un pequeño barco se dirigió al campamento de los rebeldes, contento de poder observar de cerca su atuendo “pintoresco, sus sombreros de bandas blancas, sus miradas orgullosas de bandidos”, pero con temor de ser mal recibido. Sin embargo, apenas desembarcó, fue cortésmente atendido por el jefe de los rebeldes. Al notar, en el transcurso de la conversación, de que no conseguían tabaco desde hacía dos meses, Forgues repartió todo el que tenía entre el jefe y sus hombres, que lo tomaron como un objeto precioso. Las efusivas gracias fueron bruscamente interrumpidas por un jinete que al galope se acercó anunciando “¡Vienen los colorados!”66 66 FORGUES, M. L. Le Paraguay. Fragments de journal et de correspondances. Le Tour Du Monde, XXVII. Paris: Livraison, 1874. p. 379. (Traducción mía). . Un pasaje de la crónica de un soldado que recoge sus experiencias en el ejército jordanista y nacional durante el año 1870 también muestra cómo el mote de “blanco” era propio de la oralidad y el lenguaje informal. Luego de varias páginas en las que narra sus vicisitudes de soldado, recién cuando se representa el diálogo con un oficial emerge esa categoría:

“Una vez en su presencia [del Coronel Luis María Campos] me dijo que cómo estaba ahora con los blancos, habiendo servido antes en el Ejército Nacional. Contesté que había caído prisionero (...). Entonces dijo al ayudante que me pusieran preso, incomunicable y agregó para mí: ...si no prueba que fue prisionero le voy hacer pegar cuatro tiros blanco hijo de p...67 67 ROMERO, Carmelo. Apuntes autobiográficos de un soldado. La vida de Carmelo Romero. In: MORENO, Isidoro Ruiz. Historias y documentos de historia entrerriana. Colón: s.n., 2010. p. 231. Resaltado en el original.

Numerosos versos que eran entonados con el acompañamiento de las guitarras, en carreras, bailes, almacenes, pulperías y los campamentos militares, muestran también el extendido uso de los términos “blanco” y “colorado” en el transcurso de la guerra. Unos versos partidarios a los jordanistas decían: “La flor blanca es muy lucida/de las damas apreciada/por esta misma razón yo no/Quiero flor colorada”68 68 Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, informante Ana Marietto, de 65 años. . Otros expresaban la oposición a los revolucionarios: “A los blancos exaltados, noticias les vengo a dar/Baibienes de una puntada/ para el vientre de Jordán”69 69 Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, informante Ana Marietto, de 65 años. Se refiere al gobernador correntino de extracción liberal Santiago Baibiene quien comandaba los batallones del ejército nacional que invadieron la provincia desde Corrientes por la costa del Uruguay. .

En otros casos se daba cuenta de la reticencia a la guerra y a las divisiones partidarias por algunos sectores de la sociedad entrerriana: “Suplir y tener paciencia/ Que la guerra va adelante/El que cae como un ignorante/ No le vale la inocencia/ No son blanquillo ni quiero/ Ni menos ser colorado/ Soy matrero declarado/ Mientras que dure la guerra/ Tome consejo el que quiera”70 70 Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 120, Tezanos Pinto, informante Antonio Ojeda, 61 años. Se consigna que otras personas también conocen los versos. .

Resulta sugestivo que casi ningún verso o relato sobre el movimiento jordanista recabado en la Encuesta haya incluido las categorías de “federal” o “unitario”71 71 Sí aparecen los términos anexos de esta oposición: “entrerrianos” versus “porteños” y “gringos”. . Su ausencia en el registro de las expresiones orales fortalece la idea del uso preferente de los términos “blanco” y “colorado” en la comunicación oral y cotidiana, aunque no significa que esas categorías políticas partidarias careciesen de importancia en la definición de las identidades y fidelidades políticas durante el conflicto. Más bien, esta ausencia invita a pensar que la oposición federal/unitario era problemática en el marco de un conflicto que tenía como una de sus aristas una puja al interior del propio partido federal. Entre los versos de la Encuesta hay una excepción, muy significativa, en la que aparece la referencia al federalismo, que confirmaría esta hipótesis: “Dicen que son federales/ estos que cargan divisa/ federales llamo yo/ a los que acompañan a Urquiza”72 72 Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, informante Ana Marietto, de 65 años.

Con la revolución y asesinato de Urquiza se quebró definitivamente el partido federal en Entre Ríos (y en Argentina) y, si bien el prestigio de Urquiza estaba deteriorado hacia 1870, su ascendente seguía siendo importante y su rol de referente máximo del partido no fue ocupado por otra figura. En suma, en 1870 estaba en disputa quiénes eran los “verdaderos” federales.

Entonces, volviendo sobre la cuestión de las razones de la elección de la divisa blanca como distintivo del ejército jordanista, es muy probable que hayan obedecido a la necesidad de buscar una divisa que diferenciara a los federales disidentes de las tropas que permanecían fieles a Urquiza y que, al mismo tiempo, representara una identidad política conocida y cercana. La incorporación exitosa al lenguaje político entrerriano de la oposición blanco/colorado refleja la doble necesidad de nombrar algo nuevo, pero sin modificar demasiado el horizonte de referencia que había articulado las identidades políticas en Entre Ríos durante largo tiempo.

5. Consideraciones finales

En febrero de 1868, en una carta dirigida a Urquiza, Inocencio Benítez afirmaba que: “yo fui uno de los invasores al País Oriental, como Coronel de esa República y como Argentino hijo de esta patria”73 73 Inocencio Benítez a Urquiza, Federación, 13/2/1868, AGNA,VII, FU, 1764, f. 518. Benítez había nacido en Mandisoví. . Así ponía en palabras un aspecto que creemos es ineludible para comprender las identidades y lealtades políticas entrerrianas: las trayectorias y experiencias vitales de muchos de los actores políticos de la provincia transcurrían en un espacio que incluía a ambas bandas del río Uruguay. Las conexiones, amistades, intereses económicos eran especialmente intensos e involucraban a todos los niveles del elenco político-militar entrerriano, sobre todo, a quienes vivían en la costa oriental de la provincia. Trayectorias cruzadas, que hacen imposible nacionalizarlas sin forzar sus términos.

Esta característica transnacional de los derroteros políticos y de los horizontes de referencia era un rasgo muy común en la política rioplatense y muchos políticos y militares destacados de Argentina y Uruguay construyeron sus carreras entre ambos espacios. Manuel Oribe, Juan Lavalle, Venancio Flores, Bartolomé Mitre o Ignacio Rivas son algunos de ellos. Éste último, que había nacido en Paysandú, y hacia 1870 había desarrollado una impresionante carrera militar en el ejército argentino en formación, fue destinado a sofocar la rebelión jordanista en la costa del Río Uruguay. Allí, supo desplegar sus conexiones familiares: fueron los caballos aportados de los campos de su hermano cercanos a Paysandú los que le permitieron abastecer al ejército argentino en momentos de apuro (y hacer negocios). Mientras, a la espera de su éxito en Entre Ríos, barajaba la posibilidad de candidatearse a presidente del Uruguay74 74 DUARTE, María Amalia. Tiempos de rebelión… Op. Cit., p. 135. .

Hacia 1870 en Entre Ríos estaba viva la memoria de las campañas militares que se habían desarrollado en la Banda Oriental desde la década de 1840, las que habían demostrado la “valentía” y formaban parte de la “gloria” de los soldados entrerrianos. En tal sentido, Urquiza era llamado por sus publicistas como el “Libertador de dos Repúblicas” y es significativo que, en 1871 cuando sus restos fueron depositados en la cripta familiar en la Iglesia Matriz de Concepción de Uruguay, la bandera que cubría su féretro fuese la uruguaya (como homenaje del presidente colorado Batlle)75 75 ALABART, Mónica; PÉREZ, Mariana. Morir sin gloria. Reflexiones sobre los significados políticos de la muerte de Justo José de Urquiza. In: BRAGONI, Beatriz; CUCCHI, Laura; LANTERI, Ana Laura. Las tramas del poder: instituciones, liderazgos y vida política en la argentina del siglo XIX. Mendoza: Incihusa-Conicet, 2021. p. 60-85. .

La existencia de estos espacios regionales de práctica política facilitó la transposición de los nombres de los partidos uruguayos a la política entrerriana. Esto fue así porque las categorías de “blanco” y “colorado” resultaban operativas para definir los términos de los conflictos y las identidades políticas en 1870. Los acontecimientos de la década de 1860 habían fijado contornos y antagonismos claramente identificables. Desde el punto de vista de los federales, lo blanco en oposición a lo colorado expresaba las resistencias a la guerra del Paraguay, las luchas contra el Imperio del Brasil y los intereses de Buenos Aires (ambos representados por el partido colorado), y la defensa de la autonomía o independencia de los pueblos, cuestiones centrales de la identidad del federalismo entrerriano en 1870.

Mapa
Principales pueblos y ciudades de la costa del bajo Río Uruguay. Año 1870.

Bibliografía

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  • VIDAURRETA, Alicia. Argentina y la revolución uruguaya de 1870. Antecedentes y negociaciones. Investigaciones y ensayos, Buenos Aires, n. 1, p. 379-447, 1966.
  • 3
    “La muerte del gobernador de Entre Ríos”. La Tribuna, Buenos Aires, 17/4/1870.
  • 4
    La partida estaba integrada por federales y blancos descontentos con la política de Urquiza. Su procedencia regional era diversa: había hombres de Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Buenos Aires y Uruguay. Horas más tarde, dos de sus hijos, Waldino y Justo Carmelo, fueron asesinados en Concordia. A lo largo del artículo nos referiremos a Justo José de Urquiza por su apellido. Para las referencias a sus hijos se utilizarán sus nombres completos.
  • 5
    La magnitud de la movilización armada se aprecia mejor si se considera que la población de la provincia era de 134000 habitantes en 1869.
  • 6
    En este trabajo los términos “partido liberal“ y “partido unitario“ (o “liberales” y “unitarios”) son equivalentes. Si bien los miembros del partido liberal no se definían como unitarios (aunque se declaraban herederos de ese partido surgido en Buenos Aires en la década de 1820), desde el campo del federalismo “liberal” y “unitario” eran sinónimos y expresión de la misma identidad política. Cabe aclarar, también, que la oposición federal versus unitario emergió en la década de 1820 como expresión de diferentes posturas en torno a la futura organización de estado nacional y, por lo tanto, precede largamente a la formación del estado argentino. Sobre el uso del término “partido” ver nota 10.
  • 7
    Sobre el proceso de crisis del federalismo y dilución de la antinomia federal/unitario ver, entre otros, DE LA FUENTE, Ariel. Los hijos de Facundo. Caudillos y montoneras en la provincia de La Rioja durante el proceso de formación del estado nacional argentino (1853-1870). Buenos Aires: Prometeo, 2007; HALPERIN DONGHI, Tulio. Una nación para el desierto argentino. Buenos Aires: CEAL, 1992; MÍGUEZ, Eduardo José. Los trece ranchos. Las provincias, Buenos Aires y la formación de la Nación Argentina (1840-1880). Rosario: Prohistoria, 2021.
  • 8
    ALABARTALABART, Mónica; PÉREZ, Mariana. Conflicto político y prensa federal durante la Guerra de la Triple Alianza. Entre Ríos 1864-1867. Revista de Indias, Madrid, n. 276, p. 551-580, 2019., Mónica; PÉREZ, Mariana. Conflicto político y prensa federal durante la Guerra de la Triple Alianza. Entre Ríos 1864-1867. Revista de Indias, Madrid, n. 276, p. 551-580, 2019; BRESSAN, Raquel. Alianzas, negociaciones y conflictos. Dinámicas de los elencos políticos del Litoral de los Ríos, 1862-1883. Rosario: Prohistoria, 2018; DJENDEREDJIAN, Julio. Tormenta perfecta. La rebelión jordanista en Entre Rios y los efectos del ciclo económico 1864-1873. In: FRADKIN, Raúl; GELMAN, Jorge; SANTILLI, Daniel (ed.). Rebeldes con causa. Conflicto y movilización popular en la Argentina del siglo XIX. Buenos Aires: Prometeo, 2013. p. 109-196; DUARTE, María Amalia. Urquiza y López Jordán. Buenos Aires: Platero, 1974; PÉREZ, Mariana “¡Abajo el tirano Urquiza!”. Propaganda e identidades políticas en la revolución jordanista de 1870. PolHis, Buenos Aires, v. 13, n. 26, 2020; SCHMIT, Roberto (comp.). Caudillos, política e instituciones en los orígenes de la nación Argentina. Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento, 2015. SCHMIT, Roberto. Poder político y actores subalternos en Entre Ríos. Anuario IEHS, Buenos Aires, n. 23, p. 200-223, 2008.
  • 9
    VIDAURRETA, Alicia. Argentina y la revolución uruguaya de 1870. Antecedentes y negociaciones. Investigaciones y ensayos, Buenos Aires, n. 1, p. 379-447, 1966.
  • 10
    Amalia Duarte, cuya obra se desarrolló entre las décadas de 1960 y 1980, no realiza ninguna explicación al respecto. Fermín Chávez, en su biografía de López Jordán publicada en 1957, solo dedica una nota al pie a la cuestión, en la que sostiene que los jordanistas utilizaban la divisa blanca para diferenciarse de los urquicistas que usaban la punzó. DUARTE, María Amalia. Tiempos de Rebelión 1870-1873. Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, 1988; DUARTE, María Amalia. Urquiza y López JordánOp. Cit.; CHÁVEZ, Fermín. Vida y muerte de López Jordán. Buenos Aires: Hyspamérica, 1986.En un artículo reciente Raquel Bressan analizó los modos de organización de los jordanistas en el exilio y sus formas de incidencia en la política entrerriana luego de la derrota de 1871. No obstante, la autora no indagó sobre los vínculos de los jordanistas con los blancos uruguayos ni con la política uruguaya en general. BRESSAN, Raquel. Rebelión y exilio. Las prácticas políticas de los jordanistas en la frontera. Coordenadas, Río Cuarto, v. 6, n. 2, p. 1-20, 2019.
  • 11
    Como ejemplos de trabajos recientes ver JOHANSSON, María Lucrecia. La gran máquina de publicidad. Redes transnacionales e intercambios periodísticos durante la guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Sevilla: Universidad Internacional de Andalucía, 2017; MENEGAT, Carla. “Transportando fortunas para povoar deserta e inculta campanha”: atuação política e negócios dos brasileiros no norte do Estado Oriental do Uruguai (ca. 1845-1865). 2015. Tese (Doutorado em História) Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Porto Alegre, 2015; REALI, Maria Laura. Exilio, política y guerra: los emigrados orientales en Argentina y Brasil en las últimas décadas del siglo XIX. Estudios Interdisciplinares de América Latina y el Caribe, Buenos Aires, v. 32, n. 2, p. 122-149, 2021. Una síntesis sobre las cuestiones de historia regional y su desarrollo en la historiografía argentina en los últimos años en BOHOSLAVSKY, Ernesto (coord.). Debates y conflictos de la historia regional en la Argentina actual. Quinto Sol, Santa Rosa, v. 22, n. 3, p. 1-51, 2018.
  • 12
    Aquí se entiende por “partidos” a entramados políticos laxos articulados en torno a líderes políticos. Si bien carecían de institucionalidad y de programas claramente definidos es posible identificar en ellos sensibilidades y tradiciones que constituían marcos de referencia que delimitaban los grupos y orientaban la práctica política. En los últimos años la historiografía ha debatido en profundidad sobre las características de los partidos latinoamericanos del siglo XIX. Ver, por ejemplo, el dossier organizado por ETCHECHURY BARRERA, Mario; ZUBIZARRETA, Ignacio (comp.). Facciones y grupos políticos en la Hispanoamérica del siglo XIX. Illes i Imperis, Barcelona, n. 17, 2015.
  • 13
    La hecatombe de Quinteros refiere a la ejecución de unas ciento cincuenta personas vinculadas al partido colorado que participaron en 1858 de una sublevación contra el gobierno de Gabriel Pereira. Los sublevados habían capitulado frente a las fuerzas gubernistas, no obstante, fueron fusilados por orden del gobierno. Al inicio de la sublevación, el gobierno de Montevideo había solicitado la ayuda de tropas de la Confederación Argentina. Varios batallones entrerrianos se trasladaron a la República Oriental, al tiempo que armas y municiones fueron facilitadas desde el territorio entrerriano. En Entre Ríos varios actores interpretaron la derrota de los colorados como un triunfo contra “los setembristas”, es decir, contra los porteños que tras la revolución del 11 de septiembre de 1852 habían provocado la secesión de Buenos Aires (e intentado invadir Entre Ríos en ese mismo año).
  • 14
    PÉREZ, Mariana. “El eco de la patria indignada”. Protesta política, crisis del federalismo y construcción del orden nacional en Entre Ríos. In: ISLAS, Ariadna; REALI, Laura (ed.). Guerras civiles. Un enfoque para entender la política en Iberoamérica (1830-1935). Madrid: Iberoamericana/Vervuert, 2018. p. 159-179.
  • 15
    Waldino Urquiza a Justo José de Urquiza, Salto, 20/10/1863, en CHÁVEZ, Fermín. Vida y muerteOp. Cit., p. 83. La idea generalizada entre los federales de que los unitarios ansiaban invadir y destruir a la provincia estará presente en el discurso político hasta 1870.
  • 16
    En febrero de 1863 Chacho Peñaloza, caudillo federal de la provincia de La Rioja, había iniciado su segunda rebelión contra el gobierno de Bartolomé Mitre. Peñaloza sería derrotado y luego asesinado en noviembre de ese año.
  • 17
    REALI, María Laura. El recuerdo de la “Defensa de Paysandú” en las tradiciones del Partido Nacional Uruguayo. Folia Histórica del Nordeste, Resistencia, n. 25, p. 159-186, 2016; ALABART, Mónica; PEREZ, Mariana. Conflicto político… Op. Cit.
  • 18
    La obra finalmente no se representó. En marzo de 1870, en el contexto del inicio de la “Revolución de las Lanzas” y semanas antes de la revolución jordanista, fue editada en forma de folleto y dedicada a Federico Aberastury, un jefe del partido blanco que había luchado en Paysandú. Un análisis de la obra teatral en ALABART, Mónica; PÉREZ, Mariana. Teatro y política: Francisco F. Fernández un político militante entre el periodismo y la dramaturgia (1862-1870), Prohistoria. Historia, políticas De La Historia, Rosario, n.38, p.1-20, 2022.
  • 19
    “Regalo”. La Democracia, Gualeguaychú, 2/5/1870. La Democracia, periódico de tendencia unitaria y opositor a los federales y los blancos, publicó una biografía por entregas de Venancio Flores. Su imprenta vendía el retrato de Flores, pero también el de Leandro Gómez, posiblemente debido a su popularidad y a la consecuente expectativa de buenas ventas.
  • 20
    Gordon tenía participación activa en el debate público de la provincia, puesto que era el editor y redactor principal del ya citado El Republicano de Concordia.
  • 21
    “Teatro”. La Democracia, Gualeguaychú, 6 /1/1865; “Algasarra”. La Democracia, Gualeguaychú, 8/1/1865. El periódico dejaba entrever el interés del público con la temática con la siguiente afirmación: “el programa de la función de hoy es un aliento para que el teatro sea invadido por una gran concurrencia”. La obra también fue representada en Concepción del Uruguay.
  • 22
    “Mazhorcada”. La Democracia, Gualeguaychú, 3/3/ 1865; “Como pueden”. La Democracia, Gualeguaychú, 3 /3/ 1865.
  • 23
    “M. E. Funes anuncia que marcha al Estado Oriental a luchar”. La Democracia, Gualeguaychú, 8/1/.1865; “Telmo López». La Democracia, Gualeguaychú, 17/1/. 1865.
  • 24
    No he podido determinar la cantidad de emigrados que se radicó en Entre Ríos. El Río de la Plata calculó en seis mil los emigrados residentes en Entre Ríos, cifra que estimo es exagerada. “La guerra civil en el Estado Oriental”, El Río de la Plata (Buenos Aires), citado en La Capital, Rosario, 13/1/1870. El censo de población de 1869 consignó en Gualeguaychú 1727 residentes uruguayos; en Concepción del Uruguay, 1082; en Concordia, 848; en Federación 300; en Colón, 255; en Gualeguay, 208; en Villaguay, 159; en Paraná, 153; Tala, 90; Nogoyá, 60; Victoria, 51; La Paz, 42; San José de Feliciano, 27; Diamante, 19; Villa Urquiza, 1. Estas cifras claramente tampoco indican la cantidad de emigrados y, además, pueden existir importantes subregistros. Sin embargo, muestran el peso de la población uruguaya en el este entrerriano. En Gualguaychú, Concepción del Uruguay y Concordia los uruguayos superaban el 15% de la población censada. ARGENTINA. Primer censo de la República Argentina. Buenos Aires: Imprenta del Porvenir, 1872. p. 152-153.
  • 25
    En la correspondencia de Urquiza de los meses de febrero y marzo de 1865 se encuentran varias cartas de blancos que le solicitan asilo y ayuda, pero no es posible saber en qué medida el general respondió positivamente a los pedidos. Archivo General de la Nación Argentina [AGNA], VII, Fondo Urquiza [FU], leg.1733.
  • 26
    Manuel Bica a Justo José de Urquiza, Concordia, 21/2/1865, AGNA, VII, FU,1733, f.353; Waldino Urquiza a Justo, 26/2/1865, 1735, f. 642.
  • 27
    Justo Carmelo de Urquiza a Justo José de Urquiza. Concordia, 22/2/1865. AGNA, VII, FU, 1733, f. 373. Los hermanos Salvañac regresarán a Entre Ríos en donde tendrán una intensa participación política.
  • 28
    Por ejemplo, entre febrero y marzo de 1865 se organizaron reuniones públicas a las que concurrieron numerosos emigrados.” Mariscales ridículos”. La Democracia, Gualeguaychú, 1/2/ 1865; “Reunión”. La Democracia, Gualeguaychú,19 /3/ 1865.
  • 29
    La obligación de enrolamiento no incluyó a otros extranjeros y -de acuerdo a las quejas de los emigrados- solo se aplicó a Entre Ríos, por lo que cabe interpretarla como un gesto político para controlar y castigar a los blancos, aliados potenciales de los paraguayos. Sobre los lamentos de los emigrados, ver, por ejemplo, Antonio de las Carreras a Justo José de Urquiza, Uruguay, 26/5/1865, AGNA, VII, FU, 1735, f.635. También la prensa, incluso la de tendencia unitaria, se opuso a tal medida.
  • 30
    La cuestión se resolvió con negociaciones entre Mitre y Urquiza en las que éste se comprometió a vigilar la actividad de los emigrados y se acordó que solo quienes habían sido ministros del gobierno blanco destituido fuesen trasladados a Buenos Aires. La información sobre las medidas y las negociaciones se encuentra en la correspondencia de Justo J. de Urquiza del mes de agosto (AGNA, VII, FU, 1737) y en la correspondencia de Bartolomé Mitre y Rufino Elizalde de los meses de julio y agosto. MITRE, Bartolomé. Correspondencia Mitre Elizalde. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, 1960.
  • 31
    VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 381.
  • 32
    El 15 de febrero debía iniciarse una revolución blanca en Montevideo que finalmente estalló el 19, pero fracasó. Este día murieron asesinados Bernardo Berro y Venancio Flores. Si bien es dable suponer vinculaciones entre la fallida invasión de Aparicio y Benítez y el movimiento revolucionario de los blancos en Montevideo, no he hallado fuentes que confirmen que se trataron de acciones coordinadas.
  • 33
    Justo Carmelo de Urquiza a Justo José de Urquiza, Concordia, 11/2/1868. AGNA, VII, FU, 1764, f.490. Sobre la nacionalidad de los invasores ver VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 385.
  • 34
    Sin embargo, las autoridades uruguayas dudaban de la autenticidad de las medidas de Urquiza y denunciaban una política de duplicidad. Ibidem, p. 385.
  • 35
    De hecho, un emigrado blanco, Juan José Soto, era uno de los redactores de El Uruguay (el periódico oficial en la provincia) y actuó como uno de los principales publicistas de Urquiza entre 1867 y 1870.
  • 36
    En mayo de 1868 una revolución liberal depuso al gobernador correntino de extracción federal Evaristo López. Los revolucionarios contaban con el apoyo de jefes del ejército nacional y del gobierno de Mitre. El principal objetivo era impedir que en Corrientes ganase la candidatura de Urquiza como presidente. En el sur de la provincia, el general Cáceres organizó las fuerzas federales para oponerse a los revolucionarios mientras que tropas entrerrianas ingresaron en Corrientes para expulsar a los liberales que habían tomado la ciudad de Esquina. Si bien en un primer momento los federales correntinos contaron con el apoyo de Urquiza, éste luego se lo retiró y prefirió pactar con el gobierno nacional. El conflicto tuvo una gran trascendencia para los federales entrerrianos (y correntinos), y ahondó los resentimientos hacia Urquiza.
  • 37
    Justo Carmelo de Urquiza a Justo José de Urquiza, Concordia, 1/6/1868. AGNA, VII, FU, 1769, f.12.
  • 38
    También se especulaba que si Urquiza perdía se “sublevaría parte de las provincias, con él a la cabeza y en cualquiera de las dos hipótesis el Estado Oriental va a tener participación en la lucha”. Diego Lamas a Domingo Ereño, Buenos Aires 5/4/1868, Archivo Nacional de Uruguay [ANU], Museo Histórico Nacional [MHN], Fondo Diego Lamas, tomo 617. VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 387.
  • 39
    “Infundadas alarmas”. El Uruguay, Concepción del Uruguay, 24/2/ 1869. En la correspondencia de Urquiza existente en el Archivo General de la Nación Argentina, se encuentran numerosas cartas que alertan sobre posibles revoluciones y asesinato del caudillo gobernador.
  • 40
    En 1870 gobernaba Uruguay Lorenzo Batlle, quien había asumido la presidencia en 1868 y continuado con la política de exclusión y persecución a los blancos. La guerra iniciada en 1870 se prolongó hasta abril de 1872. Con la firma de la paz se llegó a una fórmula de coparticipación política que ponía fin al exclusivismo colorado mediante la obligación del Poder Ejecutivo de nombrar ciudadanos del partido blanco en cuatro de las jefaturas políticas del Estado Oriental. La Revolución de las Lanzas ha sido escasamente estudiada por la historiografía. El trabajo más detallado es el de AROZTEGUY, Abdón. La revolución oriental de 1870. Buenos Aires: Félix Lajouane, 1889. En 1972, la revista Cuadernos de Marcha dedicó el número 57 a la Revolución de las Lanzas que incluyó un estudio introductorio y fuentes documentales.
  • 41
    Por ejemplo, La Capital de la ciudad de Rosario publicaba “Primero circuló la voz de que el crimen había sido cometido por una banda de hombres del partido colorado. Después se aseguraba que, por el contrario, había sido perpetrado por una cuadrilla del partido blanco Posteriormente, se ha dicho que por descontentos del mismo Entre Ríos”. “Asesinato del General Urquiza. La Capital, Rosario, 17 /4/ 1870.
  • 42
    M. Maillefer al Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, 23/3/1870. Cuadernos de Marcha, Montevideo, n. 57, p. 10, 1972.
  • 43
    CODESIDO, Lucas. El ejército de línea y el poder central. Guerra, política militar y construcción estatal en Argentina, 1860-1880. Rosario: Prohistoria, 2021. CHÁVEZ, Fermín. Vida y muerteOp. Cit., p. 166.
  • 44
    “Indicios”. La Prensa, en La Verdad, Buenos Aires, 16/3/1870.
  • 45
    “La conflagración en Entre Ríos”. La Discusión, en La Verdad, Buenos Aires. 16/3/1870. Más abajo el articulista agregaba que ambos partidos habían “cooperado simultánea y eficazmente en favor de la revuelta que hoy tiene en armas al Estado Oriental del Uruguay”. El Nacional era de una opinión similar.
  • 46
    “Otra voz simpática”. La Verdad, Buenos Aires, 23/4/1870.
  • 47
    “La actitud del gobierno”, El Courriere de la Plata, en La Capital, Rosario, 29/4/1870.
  • 48
    En el marco de las negociaciones entre el gobierno nacional y Ricardo López Jordán antes del inicio de los enfrentamientos bélicos, este había ordenado la prohibición del cruce de partidas de blancos a la costa uruguaya.
  • 49
    “La neutralidad”. La República, Buenos Aires, 1/5/1870. Luego volvería sobre los mismos argumentos en una nota publicada en La Prensa, 3/5/1870.
  • 50
    La Nación, 7/9/1870, en VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 405.
  • 51
    Incluso se publicaron notas a favor de la anexión del Uruguay a la Argentina. Por ejemplo, “Anexión de la República Oriental”. Le Courriere de la Plata, en La Capital, Rosario, 2/7/1870. También ver VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit., p. 404. Durante la segunda mitad del siglo XIX la idea de integrar al Estado Oriental a un espacio político estatal más amplio fue periódicamente discutida en Uruguay y en Argentina. Al respecto ver: ETCHECHURY BARRERA, Mario. Uruguay en el mundo. In: CAETANO, Gerardo. (org.). Uruguay. Revolución, independencia y construcción del Estado, 1808-1880. Montevideo: Planeta, 2016. t. 1, p. 87-132. VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit.
  • 52
    “Paysandú”. La República, Buenos Aires, 17/5/1870.
  • 53
    Se refiere a la ciudad de Concepción del Uruguay. “Importante de Entre Ríos”. La Capital, Rosario, 25/4/1870.
  • 54
    En 1872 el vice cónsul de Uruguay en Gualeguaychú declaró que en 1870 “varios Jefes Orientales emigrados reunían a sus compatriotas, por grado o por fuerza” para “engrosar las filas de la rebelión en la provincia, pasando después a invadir a su país a mano armada” (Archivo General de la Provincia de Entre Ríos, Gobierno, Serie XIVC, Fiscalía del Estado, Caja 1A , Legajo 12, 20 enero de 1872).
  • 55
    PÉREZ, Mariana. Abajo el Tirano Urquiza… Op. Cit.
  • 56
    Únicamente se conserva la colección bastante completa de El Liberal entre los meses de octubre de 1870 y marzo de 1871.
  • 57
    “El partido jordanista”. El Liberal, Paraná, 2/12/ 1870.
  • 58
    “La defensa de Paraná”. El Liberal, Paraná, 7/12/1870.
  • 59
    El Liberal. Paraná, 30/11/1870.
  • 60
    “Grandes triunfos”. El Obrero Nacional, Campamento en Marcha, 6/10/1870. En mayúsculas en el original.
  • 61
    Juan Mur a Ricardo López Jordán, Concepción del Uruguay, 5/10/1870. Archivo López Jordán, Academia Nacional de la Historia, Caja 4, f.12. Resaltado mío.
  • 62
    La Nueva Era, Gualeguay, 26/9/1870.
  • 63
    Eduardo Olave a Francisco Caraballo, Salto, 18/12/1868, ANU, AHN, caja 69. Citado por VIDAURRETA, Alicia. Argentina… Op. Cit. p. 393.
  • 64
    Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, Escuela N°79, informante Francisco Gómez de 99 años.
  • 65
    Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 86, Rosario Tala, informante José Gerez de 80 años.
  • 66
    FORGUES, M. L. Le Paraguay. Fragments de journal et de correspondances. Le Tour Du Monde, XXVII. Paris: Livraison, 1874. p. 379. (Traducción mía).
  • 67
    ROMERO, Carmelo. Apuntes autobiográficos de un soldado. La vida de Carmelo Romero. In: MORENO, Isidoro Ruiz. Historias y documentos de historia entrerriana. Colón: s.n., 2010. p. 231. Resaltado en el original.
  • 68
    Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, informante Ana Marietto, de 65 años.
  • 69
    Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, informante Ana Marietto, de 65 años. Se refiere al gobernador correntino de extracción liberal Santiago Baibiene quien comandaba los batallones del ejército nacional que invadieron la provincia desde Corrientes por la costa del Uruguay.
  • 70
    Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 120, Tezanos Pinto, informante Antonio Ojeda, 61 años. Se consigna que otras personas también conocen los versos.
  • 71
    Sí aparecen los términos anexos de esta oposición: “entrerrianos” versus “porteños” y “gringos”.
  • 72
    Encuesta Nacional de Folklore, Entre Ríos, Carpeta 155, Gualeguaychú, informante Ana Marietto, de 65 años.
  • 73
    Inocencio Benítez a Urquiza, Federación, 13/2/1868, AGNA,VII, FU, 1764, f. 518. Benítez había nacido en Mandisoví.
  • 74
    DUARTE, María Amalia. Tiempos de rebeliónOp. Cit., p. 135.
  • 75
    ALABART, Mónica; PÉREZ, Mariana. Morir sin gloria. Reflexiones sobre los significados políticos de la muerte de Justo José de Urquiza. In: BRAGONI, Beatriz; CUCCHI, Laura; LANTERI, Ana Laura. Las tramas del poder: instituciones, liderazgos y vida política en la argentina del siglo XIX. Mendoza: Incihusa-Conicet, 2021. p. 60-85.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    15 Mayo 2023
  • Fecha del número
    2023

Histórico

  • Recibido
    29 Nov 2021
  • Acepto
    01 Jul 2022
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