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Uruguay en el fin del ciclo progresista: un análisis del proceso electoral del 2019

Uruguay at the end of the progressive cycle: an analysis of the 2019 electoral process

Uruguai no final do ciclo progressivo: uma análise do processo eleitoral de 2019

Resumo:

Este artigo analisa o ciclo eleitoral de 2019, em suas três instâncias: eleições primárias, primeiro turno presidencial com eleições parlamentares e segundo turno presidencial. Argumenta-se que os resultados eleitorais trouxeram mudanças importantes no sistema político. A mudança mais transcendente é a alternância de governo, a Frente Ampla deixou seu lugar para uma coalizão de partidos liderada pelo Partido Nacional, provocando uma mudança no formato de governo, passando de governos de partido majoritário a de coalizão. Por sua vez, em um sistema partidário com alto nível de institucionalização, o surgimento de novos agentes elevou os níveis de fragmentação e volatilidade. Alterando a fisionomia do sistema partidário e criando uma dinâmica de dois blocos opostos.O trabalho está dividido em três seções. Em primeiro lugar, descreve-se o processo de nomeação de candidatos presidenciais nas primárias. Em seguida, é analisada a competição interpartidária nas eleições parlamentares e presidenciais. Finalmente, as principais características do processo eleitoral são avaliadas à luz do quadro institucional estabelecido pela reforma eleitoral de 1996.

Palavras-chave:
Eleições presidenciais; Eleições parlamentares; Sistema partidário

Abstract:

This article analyzes the 2019 electoral cycle, in its three instances: primary elections, first presidential round with parliamentary election, and second presidential round. It is argued that the electoral results brought important changes in the political system. The most transcendent change is the alternation in the government, the Broad Front left its place to a coalition of parties led by the National Party, causing a change in the format of government, going from majority party governments to a coalition one. In turn, in a party system with a high level of institutionalization, the emergence of new agents raised the levels of fragmentation and volatility. Altering the physiognomy of the party system and creating a dynamic of two opposing blocks.The article is divided into three sections. First, the nomination process for presidential candidates in primaries is described. Then, the inter-party competition in parliamentary and presidential elections is analyzed. Finally, the main characteristics of the electoral process are evaluated in light of the institutional framework established by the 1996 electoral reform.

Keywords:
Presidential elections; Parliamentary elections; Party system

Resumen:

Este artículo analiza el ciclo electoral de 2019, en sus tres instancias: elecciones primarias, primera vuelta presidencial con elección parlamentaria, y segunda vuelta presidencial. Se sostiene que los resultados electorales trajeron cambios importantes en el sistema político. El cambio más trascendente es la alternancia en el gobierno, el Frente Amplio dejó su lugar a una coalición de partidos encabezada por el Partido Nacional, provocando un cambio en el formato de gobierno, pasando de gobiernos de partido mayoritario a uno de coalición. A su vez, en un sistema de partidos con alto nivel de institucionalización, la irrupción de nuevos agentes elevaron los niveles de fragmentación y de volatilidad. Alterando la fisonomía del sistema de partidos y conformando una dinámica de dos bloques enfrentados.El trabajo se divide en tres secciones. Primero se describe el proceso de nominación de las candidaturas presidenciales en las primarias. Luego se analiza la competencia inter partidaria en las elecciones parlamentarias y presidenciales. Finalmente se evalúan las principales características que tuvo el proceso electoral a la luz del marco institucional establecido por la reforma electoral de 1996.

Palabras clave:
Elecciones presidenciales; Elecciones parlamentarias; Sistema de partidos

Introducción

Este artículo presenta un análisis del ciclo electoral del año 2019 en Uruguay, el cual implicó tres instancias: elecciones primarias, primera vuelta presidencial con elección parlamentaria, y segunda vuelta presidencial. Puestos en perspectiva, los resultados electorales trajeron aparejados cambios importantes en el sistema político uruguayo, así como algunas continuidades y confirmaciones. En este artículo se sostiene la hipótesis de que el ciclo electoral bajo análisis tuvo un impacto doble. Por un lado, la elección del año 2019 marca una transformación en el sistema de partidos uruguayo, dando lugar a un formato de multipartidismo moderado, luego de varios períodos de una fragmentación acotada por el tamaño electoral del Frente Amplio (FA). Estos dos cambios, permiten sustanciar una comparación con otros ciclos electorales críticos en la historia política del Uruguay, como las elecciones del año 1958 o las del año 2004, también signadas por la alternancia política que llevó a un incremento de la volatilidad electoral. Por otro lado, se verificó un cambio de gran porte en la modalidad de gobierno, producto de los resultados electorales del año 2019, retornando al formato de gobiernos de coalición, en este caso conformada por cinco partidos, dando lugar a una coalición muy fragmentada y con una considerable distancia ideológica entre sus socios.

Dentro de estas dos dimensiones del cambio, sin dudas el más trascendente desde el punto de vista político es la rotación de partidos en el gobierno nacional, ya que luego de tres períodos consecutivos el FA dejó su lugar a una coalición de partidos encabezada por el Partido Nacional (PN). La alternancia en el poder llevó, como se dijo, a un cambio en el formato de gobierno en comparación con los últimos quince años, pasando de gobiernos de partido mayoritario bajo el FA, a un gobierno de coalición, lo cual implica un retorno a una lógica de gobierno que el Uruguay experimentó durante varios períodos de gobierno a finales del siglo pasado y comienzos del actual. A su vez, en un sistema de partidos caracterizado por su alto nivel de institucionalización y por la existencia de partidos fuertes y estables (Chasquetti y Buquet 2004Chasquetti, Daniel y Daniel Buquet. 2004. La democracia en Uruguay: una partidocracia de consenso. Política 42: 221-247.https://doi.org/10.5354/0716-1077.2019.55540.
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), se verificó la irrupción de nuevos agentes que elevaron los niveles de fragmentación y de volatilidad. Estos cambios alteraron la fisonomía del sistema de partidos que, si bien conserva buena parte de sus rasgos característicos, comienza a exhibir un realineamiento entre los partidos tradicionales y los nuevos actores, conformando una dinámica de dos bloques enfrentados, dentro de un formato multipartidista. Dentro de las continuidades, el ciclo electoral confirmó al FA como el partido más grande del sistema, ya que, pese a no lograr retener el gobierno por cuarto período consecutivo, alcanzó cerca del 40% de las preferencias del electorado.

Con el objetivo de abordar los cambios reseñados, el artículo se divide en tres secciones. En la primera se describe el proceso de nominación de las candidaturas presidenciales únicas por partido dirimida en las elecciones primarias de junio de 2019. En la segunda se analiza la fase de competencia interpartidaria desde las elecciones parlamentarias y presidenciales de octubre hasta la segunda vuelta de noviembre de 2019. En la última sección, a modo de conclusiones, se resumen los impactos del ciclo electoral analizado y se evalúan los mismos a la luz del marco institucional establecido por la reforma electoral de 1996.

Las elecciones primarias y la oferta electoral

La primera de las instancias del proceso electoral correspondió a la celebración de elecciones primarias para definir los candidatos a la presidencia por cada partido. La elección se celebró el domingo 30 de junio, y presentó varias novedades. En primer lugar, la participación electoral registró un moderado aumento en relación con las primarias del año 2014, superando levemente el 40%. Este es un punto relevante tratándose de una instancia con voto voluntario, a diferencia del resto de las instancias del ciclo electoral, donde el voto es obligatorio. Luego de tres caídas consecutivas en las que se pasó de casi un 55% en 19992 2 Las primeras elecciones internas luego de la reforma constitucional de 1996. hasta un 37% en 2014, la participación creció como consecuencia de un importante esfuerzo de movilización llevado a cabo por los partidos políticos, y por la incorporación de nuevos actores en la escena electoral.

En segundo lugar, aumentó la fragmentación de la oferta electoral, ya que el número de precandidatos creció considerablemente, tanto en el número total como dentro de los principales partidos. El que registró un mayor aumento en el número de precandidatos presidenciales fue el FA, que históricamente fue el partido con una menor oferta. En esta oportunidad, debido al proceso de recambio generacional de liderazgos,3 3 Por distintos motivos, tanto Tabaré Vázquez (impedido de competir en esta instancia por estar prohibida la reelección inmediata), como José “Pepe” Mujica, y Danilo Astori no formaron parte de la oferta del FA en las elecciones primarias. Sin sus tres líderes históricos, y sin un candidato “natural” el partido se vio obligado a renovar su liderazgo, y por ello su oferta electoral. el FA presentó cuatro precandidatos a la presidencia. El PN presentó cinco precandidatos, lo que implica un leve aumento en relación con las dos elecciones anteriores. El PC fue el partido que presentó una mayor oferta: seis precandidaturas. Curiosamente, fue el partido con una mayor concentración en el precandidato ganador.

A partir del resultado de las primarias quedó conformada la oferta de candidatos presidenciales. Un total de once partidos consiguieron superar el umbral legal de quinientos votos en las primarias, y lograron proseguir la carrera hacia la elección nacional de octubre (Grafico 1). Desde el punto de vista numérico, la fragmentación de las elecciones presidenciales del 2019 fue la más alta registrada desde la entrada en vigor de la reforma constitucional de 1996 que dispuso la candidatura única por partido. La presencia de partidos menores que lograron sobrepasar el umbral legal en las elecciones primarias determinó un considerable aumento de la fragmentación de la oferta de candidatos presidenciales.

Gráfico 1
Número de candidatos presidenciales (1984-2019)

Como se verá más adelante, cuando se toma en cuenta en qué medida la ciudadanía validó esta mayor fragmentación, se observa que el número efectivo de candidatos presidenciales también registró un considerable aumento, de casi un candidato presidencial efectivo, en comparación con la elección de 2014. Esto puede explicarse fundamentalmente por la muy buena votación inaugural de Cabildo Abierto (CA), ya que los tres partidos más importantes del sistema perdieron votos en comparación con la elección anterior.

Elección 2019 y cambio en el sistema de partidos: alternancia y triunfo de la “coalición multicolor”

La elección de 2019 mostró en algunos aspectos un parentesco respecto a las elecciones de 1999. El FA resultó por quinta vez consecutiva el partido más votado, aunque experimentó una caída significativa respecto a los comicios anteriores y obtuvo un porcentaje similar al obtenido en 1999. Esto significó que perdiera la mayoría en ambas cámaras (Tabla 1). El PN y el PC, segundo y tercer partido más votados también mostraron un repliegue aunque menos notable que el FA. El Partido Independiente (PI) perdió su banca en el senado y dos de sus tres diputados. En tanto que Asamblea Popular (AP) perdió su representación en la Cámara de Diputados. En definitiva, los partidos con representación parlamentaria perdieron pie frente a los partidos “desafiantes”: CA, Partido Ecologista Radical Intransigente (Peri) y Partido de la Gente (PG). Estos dos últimos alcanzaron una banca en Representantes, mientras que CA fue la sorpresa y el gran ganador al elegir tres senadores y once diputados.

El resultado de la primera vuelta situó al FA muy lejos de la mayoría absoluta necesaria para ganar en primera vuelta, sin obtener mayorías legislativas y comprometió sus posibilidades de cara al balotaje. La oposición en tanto se agrupó en el Compromiso por el Cambio que implicaba una hoja de ruta para la futura coalición de gobierno. El escenario de cara al balotaje mostraba de un lado un FA desalentado por el resultado en primera vuelta y por otro una “Coalición Multicolor” confiada y coordinada. El resultado del balotaje sin embargo arrojó que la competencia fue mucho más reñida de lo esperado. Rumbo a la segunda vuelta el FA tuvo una mayor capacidad para retener sus votos y captar votantes de los socios de la coalición multicolor, mientras que para Lacalle Pou fue más difícil ser elegido como segunda preferencia por los votantes de sus socios. Los partidos que lo apoyaban sumaron en octubre el 56,1 % de los votos válidos, pero en noviembre Lacalle Pou alcanzó el 50,8% (Schmidt e Porzecanski 2021Schmidt, Nicolás y Rafael Porzecanski. 2021. La pecera rebelde: explicando el trasiego de votos de octubre a noviembre. En De la estabilidad al equilibrio inestable: elecciones y comportamiento electoral Uruguay 2019, coordinación de Juan Andrés Moraes y Verónica Pérez Bentancur, 213-237. Montevideo: ICP-FCS-UdelaR.).

Tabela 1
Resultado por partido y fórmula presidencial en 2019

De un análisis territorial del voto, se desprende que el FA obtuvo su mejor votación en el litoral y el sur del país. Luego de Montevideo y Canelones, únicos donde supera el 40%, su mejor desempeño está en Paysandú, Río Negro, Salto y Soriano, pese a que en los dos últimos registró un descenso importante respecto a 2014. Por su parte, el PN reafirmó sus altos niveles de adhesión en los departamentos del centro del país, mientras que el PC superó el 20% solamente en dos departamentos (Rivera y Salto). Un análisis particular merece CA que tuvo su mejor votación en los departamentos del Norte y Noreste del país, con votaciones por encima del 15% en ocho departamentos.

Los resultados del balotaje confirmaron la caída del FA y si bien el resultado final fue muy ajustado, la fórmula del FA sólo triunfó en Montevideo y Canelones, escenario muy similar al de 1999 y perdió votos en todos los departamentos respecto a 2014.

Durante muchos años, superar el clivaje Montevideo-Interior fue una de las “asignaturas pendientes” de la izquierda (Cardarello y Guerrini 2004Cardarello, Antonio y Aldo Guerrini. 2004. El Frente Amplio en el interior: la conquista de la legitimidad política. En La izquierda uruguaya entre la oposición y el gobierno, coordinación de Jorge Lanzaro, 321-351. Montevideo: Editorial Fin de Siglo.; Cardarello 2013Cardarello, Antonio. 2013. La cuenta de pérdidas y ganancias. El Frente Amplio y la elección de gobiernos departamentales 2010. Revista Iberoamericana de Estudios Municipales 8: 275-320.https://doi.org/10.32457/riem.vi8.395.
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). Esta pareció culminada en la segunda vuelta del 2014 al obtener la mayoría de los votos incluso en territorios con un fuerte arraigo nacionalista o incluso en Rivera, pero en 2019 el FA volvió a perder pie en estos departamentos.

Para evaluar la magnitud del resultado de la elección de 2019 lo que sigue se concentra en cuatro componentes claves del sistema de partidos que permiten caracterizarlo: volatilidad electoral, fragmentación, fraccionalización y nacionalización.

Volatilidad electoral

La volatilidad electoral refleja el porcentaje de votantes que cambiaron su voto entre dos elecciones, y usualmente se aplica para dos elecciones de ciclos electorales distintos (inter cíclica). Dado el nuevo mapa político, es necesario analizar la volatilidad entre las elecciones de 2014 y 2019. En el gráfico 2, tomando en cuenta las elecciones de 1942 a 2019, Uruguay exhibe una volatilidad electoral moderada en términos comparados, lo que explica en buena medida la estabilidad del sistema de partidos.6 6 Según los datos de Cohen, Kobilanski y Zechmeister (2018) el promedio de volatilidad electoral en América Latina entre 1960 y 2017 es de 36.5%, con una mediana de 30.9%. Es un indicador útil que permite observar la estabilidad de un sistema de partidos. La misma se mide a través del Índice de Pedersen (1979)Pedersen, Mogens N. 1979.The dynamics of european party systems: changing patterns of electoral volatility. European Journal of Political Research 7 (1): 1-26 https://doi.org/10.1111/j.1475-6765.1979.tb01267.x.
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, que se obtiene como resultado de sumar el cambio neto en el porcentaje de votos que cada partido gana o pierde entre una elección y otra y luego dividirlo entre dos. La media de volatilidad del periodo es 10,6%, esto es que uno de cada diez electores cambia de preferencia de voto de una elección a la siguiente.

Gráfico 2
Volatilidad electoral en Uruguay (1946-2019)

Los valores máximos volatilidad que se aprecian en el gráfico 2 en general están asociados a hechos relevantes como por ejemplo una alternancia. El pico histórico tuvo lugar en 2004,8 8 Más que por el crecimiento del FA se explica por la drástica caída del PC, que cayó 22 % respecto a 1999. seguido de la victoria PN en 1958 y el menor valor se registró en 2014. En 2019 la volatilidad alcanzada se explica en parte por la alternancia y la irrupción de CA, expresa un valor similar al registrado cuando emergió el FA en 1971.

Resulta útil también ver el comportamiento electoral en cada uno de los departamentos. Al comparar los departamentos se observa que Rivera encabeza la tabla con un 25,5% de los votantes cambiando de preferencia respecto a 2014, le siguen otros siete departamentos donde la volatilidad se ubicó entre un 20% y un 25% de los electores, y en todos ellos CA tuvo una votación destacada. Los niveles más bajos se registran en el sur y litoral donde el FA tuvo mayor capacidad para retener a sus votantes.

Entre 1999 y 2014 el FA registró una tendencia creciente, fue el partido más votado en cuatro departamentos en 1999, siete en 2004, once en 2009 y catorce en 2014. En octubre de 2019 resultó el partido más votado en nueve departamentos.9 9 Dejó de serlo en Artigas, Cerro Largo, Florida, Maldonado y Rivera. En Rivera perdió casi la mitad de su electorado y aproximadamente un tercio en Artigas, Cerro Largo y Treinta y Tres.

El crecimiento en el interior del país del FA tuvo históricamente un ritmo más lento, desde la región metropolitana, extendiéndose luego en el sudeste y en el litoral, coincidente con los indicadores de modernización más favorables. En 2004 el clivaje Montevideo-Interior pareció superado, la capital representó el 50,3% de los votos del FA contra el 49,7% del interior. En 2009 por primera vez el apoyo recibido en el Interior (52,8%) superó al de la capital (47,2%). Pese al retroceso experimentado en 2019, Montevideo representó el 46,2% y el interior el 53,8%.

El PN por su parte resultó el partido más votado en nueve departamentos, frente a cinco en 2014, y tuvo su mejor desempeño en Artigas, Cerro Largo, Treinta y Tres, Maldonado y Lavalleja. Pero solo exhibió crecimiento respecto al 2014 en cuatro distritos: Artigas, Maldonado, Salto y Cerro Largo. Llama la atención que su mejor resultado y crecimiento fuese en Artigas, históricamente colorado.10 10 Si bien últimamente el PN (2005 y 2015) y el FA (2010) ganaron el gobierno departamental. Asimismo, es llamativa la disminución de su caudal electoral en departamentos de la “diagonal blanca”: Flores, Durazno, Treinta y Tres y Tacuarembó. En Rivera la caída del PN es notoria y sumado al declive del FA, explica la votación de CA.

En el caso del PC su mejor desempeño fue en Rivera, único en que ocupó el primer lugar.11 11 Por primera vez desde 1999 y luego de tres elecciones, El PC resulta el más votado en algún departamento. En realidad el PC perdió votos respecto a 2014 y su triunfo se debe a que su descenso fue menos pronunciado que el del FA y el PN. En resumen, el PC creció en seis departamentos, pero retrocedió en once, destacándose el caso de Artigas en el cual su electorado se redujo prácticamente a la mitad, repartiéndose entre CA y el PN. También experimento retrocesos en Cerro Largo, Rocha y en Maldonado. Paradójicamente su mayor tasa de crecimiento es en Flores, departamento con histórico predominio blanco.

La irrupción de CA es clave en el aumento de la volatilidad, lo que se observa en el comportamiento electoral del CA por departamento, respecto a la diferencia de los tres partidos principales entre 2014 y 2019. Además de Rivera, en otros cinco obtuvo valores cercanos al 20% de los votos. Su apoyo cae en relación a esos departamentos en el área metropolitana (Montevideo, Canelones, San José, Florida); en el litoral (Río Negro y Paysandú) y en el sur (Colonia).

Fragmentación

La fragmentación es una dimensión medular al analizar los sistemas de partidos. El formato o grado de fragmentación refiere a la composición numérica del sistema de partidos (Sartori 1992Sartori, Giovanni. 1992. Partidos y sistemas de partidos. Marco para un análisis. Madrid: Alianza Editorial.). En sistemas competitivos (donde hay competencia genuina entre al menos dos partidos), la fragmentación partidaria puede oscilar entre el bipartidismo puro y el multipartidismo extremo. Desde el punto de vista de cómo el formato puede impactar sobre el funcionamiento del propio sistema partidario, la formación de gobiernos o la producción de políticas públicas, lo que interesa no es tanto cuántos partidos hay sino cuántos son los verdaderamente significativos de acuerdo con su capacidad de incidencia. Suponiendo que esta es en lo fundamental una función del tamaño de cada partido, conviene medir la fragmentación partidaria a través del número de partidos relevantes. Esto es lo que se hace a través del número efectivo de partidos (Laakso y Taagepera 1979Laakso, Markku y Rein Taagepera. 1979. Effective number of parties: a measure with application to West Europe. Comparative Political Studies 12 (1): 3-27. https://doi.org/10.1177%2F001041407901200101.
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). Este puede calcularse a partir de los caudales electorales de los partidos y/o de la magnitud de sus bancadas parlamentarias. Dado que los mecanismos de adjudicación de bancas nunca son completamente proporcionales y que el grado de proporcionalidad varía de acuerdo con las peculiaridades de los diversos sistemas electorales, este indicador registra distintos valores según se calcule en el escenario electoral o en el parlamentario. Cuanto mayor sea el grado de desproporcionalidad del sistema electoral mayor deberá ser la diferencia registrada entre ambos indicadores. En el caso uruguayo ambos valores son muy cercanos, lo que es lo mismo que decir que se trata de un caso donde la proporcionalidad del sistema electoral es elevada.

El Número Efectivo de Partidos (NEP) había caído en las elecciones de octubre de 2004 a 2,5 debido en gran medida a la caída del PC. En octubre de 2009 se situó en 2,8, en 2014 en 2,7 y en 2019 en 3,5, valor similar al observado entre 1989 y 1994.

Gráfico 3
Evolución del número efectivo de partidos (1984-2019)

La fragmentación de un sistema de partidos depende en buena medida del nivel de coordinación electoral, tanto a nivel de las élites como entre los votantes (Cox 1997Cox, Gary W. 1997. Making votes count: strategic coordination in the world’s electoral systems. Cambridge: Cambridge University Press.). Es decir, es una combinación entre lo que el sistema de partidos ofrece (cantidad de partidos que compiten) como la proporción de electores que votan a cada uno de esos partidos. Existen indicadores complementarios a la fragmentación que permiten observar la evolución en el nivel de coordinación electoral, como el Second/First Ratio propuesto por Cox (1997)Cox, Gary W. 1997. Making votes count: strategic coordination in the world’s electoral systems. Cambridge: Cambridge University Press.. Otra forma de evaluar el nivel de coordinación electoral es a partir de la cantidad de votos desperdiciados, es decir, aquellos votos emitidos en favor de candidatos “excedentes” o no viables (Luján 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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). Los votos desperdiciados están en la base de la argumentación de Duverger sobre el mecanismo psicológico que sustenta su famosa ley (los sistemas electorales de mayoría simple tienen a producir sistemas bipartidistas), y supone que los votantes buscan evitar desperdiciar su voto apoyando a candidatos no viables, apoyando en su lugar a candidatos que tengan chances serias de ganar la elección. Según el indicador propuesto por Luján (2020)Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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, por “excedentes” se entienden a aquellos candidatos que superan la capacidad de carga del sistema expresada en la forma de M + 1, donde M es el número de cargos en disputa (Cox 1997Cox, Gary W. 1997. Making votes count: strategic coordination in the world’s electoral systems. Cambridge: Cambridge University Press.).13 13 El índice de votos desperdiciados se calcula del siguiente modo: donde M es el tamaño de la circunscripción, y p es la proporción de votos que obtiene el iésimo candidato. El índice varía entre 0, cuando no existen votos desperdiciados, y 1 cuando todos los votos son desperdiciados (Luján 2020,41). A partir del índice de votos desperdiciados puede observarse en el gráfico 4 que la elección presidencial del 2019 conllevó un aumento en el nivel de votos desperdiciados, por lo cual el resultado implicó un aumento de la ineficiencia del sistema. Luego de un mínimo en la elección del 2004 (cuando el FA accedió por primera vez al gobierno) se han registrado leves aumentos en el nivel de votos desperdiciados, llegando en 2019 al 20%.

Gráfico 4
Índice de votos desperdiciados (1984-2019)

Desde el punto de vista de la fragmentación en el parlamento, cabe señalar que la adopción de la mayoría absoluta para la elección presidencial y su combinación con la representación proporcional para la elección legislativa, configuró un marco institucional propicio para una mayor fragmentación del sistema partidario. Los comicios de 2019 mostraron un aumento moderado del NEP (3,5) similar al observado en las instancias electorales anteriores a la reforma de 1996.

Fraccionalización

Los partidos políticos uruguayos se han caracterizado por presentar un alto número de fracciones internas, institucionalizadas y estables a través del tiempo (Buquet, Chasquetti y Moraes 1998Buquet, Daniel, Daniel Chasquetti y Juan Andrés Moraes.1998. Fragmentación política y gobierno en el Uruguay ¿Un enfermo imaginario? Montevideo: Facultad de Ciencias Sociales.). Los resultados de octubre permiten apreciar cambios no solo en el formato del sistema de partidos, sino también en la configuración interna de los tres partidos mayores. Como vimos, el sistema de partidos parece estar consolidando un formato multipartidista, pero al mismo tiempo un reforzamiento de una política de dos bloques apreciado en 1999. El reacomodamiento del esquema multipartidista de 2019 se explica por el descenso del FA, la relativa estabilidad del PC y el PN y el surgimiento de un cuarto actor relevante, CA.

El nivel de fraccionalización electoral y parlamentario15 15 Obtenido por el número de fracciones que efectivamente obtiene bancas en el Senado. puede ser medido por el Número Efectivo de Fracciones (NEF). Para el Número Efectivo de Fracciones (Buquet, Chasquetti y Moraes 1998Buquet, Daniel, Daniel Chasquetti y Juan Andrés Moraes.1998. Fragmentación política y gobierno en el Uruguay ¿Un enfermo imaginario? Montevideo: Facultad de Ciencias Sociales.) valen las mismas consideraciones realizadas anteriormente con respecto al Número Efectivo de Partidos con tres salvedades. En primer lugar, se trata de un indicador que permite medir la fraccionalización intrapartidaria en lugar de la fragmentación interpartidaria. En segundo lugar, en este caso se ha calculado considerando únicamente la votación y las bancas obtenidas por las listas de candidatos al Senado presentadas dentro de cada partido. En tercer lugar la distancia entre los valores registrados en el escenario electoral y en el parlamentario es en general mayor, lo cual evidencia que el sistema electoral uruguayo produce al interior de los partidos una proporcionalidad menor que en la competencia interpartidaria.

De acuerdo con el gráfico 5 se puede notar una evolución diferente de los partidos tradicionales con respecto al FA a partir de la reforma de 1996. En el caso del PC el esquema intrapartidario se mantiene en los niveles de 2014, tanto a nivel electoral como parlamentario. En tanto en el caso del PN se evidencia un aumento reflejando guarismos prácticamente idénticos a los de 1994.16 16 Al respecto de los determinantes y de la evolución de la fraccionalización partidaria en Uruguay existe una importante acumulación de trabajos teóricos y empíricos. Entre otros: Vernazza 1989, González 1990, Mieres 1997, Monestier 1999, Buquet 2000, Yaffé 2000.

El FA muestra una fraccionalización significativamente mayor, electoralmente el NEF de 2019 registra la cifra más elevada del periodo, que podría explicarse entre otros factores por la ruptura del Frente Líber Seregni.17 17 Surgido en 2009, a partir de tres fracciones que en 2004 se habían presentado en forma separada, Asamblea Uruguay, Nuevo Espacio y Alianza Progresista, que habían obtenido 17,6%, 7,7% y 8,0% del total de la votación del FA. Mientras que la fraccionalización parlamentaria se encuentra por debajo de la registrada en 1999 y 200418 18 Mientras que los valores del año 2004 representan la máxima fraccionalización electoral histórica del FA, la mayor fraccionalización en el ámbito parlamentario tuvo lugar en 1999. y pudo haberse visto atenuada por el mantenimiento del MPP19 19 El Movimiento de Participación Popular fue creado en torno al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T) tras su ingreso al FA en 1989. y su Espacio 609 como el grupo mayoritario en el FA.

Gráfico 5
Fraccionalización partidaria en el parlamento (1984- 2019)

Esta reforma con la eliminación de los sublemas para la elección de diputados y la imposibilidad de la acumulación por identidad de listas, había incentivado una mayor coordinación entre la conformación de listas de candidatos senatoriales a nivel nacional y la de listas de candidatos a diputados a nivel departamental, evitando una excesiva fraccionalización.21 21 Acerca de la importancia de la coordinación estratégica en el escenario electoral véase Cox 1997; para el caso uruguayo, Piñeiro 2007; y específicamente para el del Frente Amplio, Piñeiro y Yaffé 2004. La evolución del NEF (1999-2014) permite observar dos escenarios distintos: en el PC y el PN se estimuló una caída de la fraccionalización electoral y parlamentaria con valores del NEF en esta última de 1,7 y 2,5 fracciones efectivas respectivamente, mientras en el FA la fraccionalización se mantuvo estable con un leve decrecimiento, en torno a cuatro fracciones efectivas Para 2019, la situación en el PC se mantuvo estable, mientras que el FA tuvo un aumento moderado, en tanto el PN experimentó un crecimiento que lo llevó a duplicar el NEF de la elección anterior y situarse en el mismo guarismo de 1994, última elección previa a la reforma.

Nacionalización

La nacionalización puede definirse como “el grado en que las unidades subnacionales se asemejan a los patrones de votación nacionales” (Jones y Mainwaring 2003Jones, Mark P. y Scott Mainwaring. 2003. The Nationalization of parties and party systems: an empirical measure and an application to the Americas. Party Politics 9 (2): 139-66. https://doi.org/10.1177/13540688030092002.
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, 67). Para ello, estos autores, manejan dos indicadores: el índice de nacionalización de partidos (INP)22 22 Se utiliza el índice de Gini invertido (1–Gini) para que un valor alto indique alta nacionalización. y el índice de nacionalización del sistema de partidos (INSP). El primero permite ver la evolución de un partido en el tiempo y compararlo con partidos dentro y fuera del sistema; el segundo resulta útil para comparar sistemas.

También puede utilizarse para realizar dicha medición el índice de nacionalización de partidos estandarizado (Bochsler 2010Bochsler, Daniel. 2010. Measuring party nationalisation: a new Gini-based indicator that corrects for the number of units. Electoral Studies 29 (1):155-168. https://doi.org/10.1016/j.electstud.2009.06.003.
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). Este índice permite, por un lado, ponderar las variaciones de electores entre los distintos distritos electorales, de modo tal que la concentración de importantes cantidades de votos hacia un partido en particular en aquellas circunscripciones pequeñas con pocos electores (en especial rurales) afecte igualitariamente los resultados de los distritos grandes en cantidad de electores.23 23 El índice de nacionalización, (que mide dispersión) está basado en el coeficiente de Gini (Bochsler 2010), oscila de 1 a 0, donde valores más cercanos a 1 se corresponde a sistemas de partidos altamente nacionalizados en los que los partidos obtienen exactamente los mismos niveles de apoyo electoral relativo en cada uno de los distritos.

De acuerdo con el indicador desarrollado por Jones y Mainwaring (2003)Jones, Mark P. y Scott Mainwaring. 2003. The Nationalization of parties and party systems: an empirical measure and an application to the Americas. Party Politics 9 (2): 139-66. https://doi.org/10.1177/13540688030092002.
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, Uruguay exhibe un alto nivel de nacionalización asociado a sistemas unitarios con un promedio de 0,87 (el índice varía entre 0 y 1, siendo 1 el score máximo de nacionalización) entre 1984 y 2019, que sitúa a Uruguay entre los sistemas de partidos más nacionalizados del continente (ver gráfico 6). Utilizando el indicador propuesto por Boschler, los resultados exhiben una tendencia muy similar a la reportada en el gráfico 6 con el indicador de nacionalización de Jones y Mainwaring.

Gráfico 6
Nacionalización del Sistema de partidos (1984-2019)

A su vez, para la elección del 2019 parece verificarse una relación inversa entre volatilidad y nacionalización, dado que, como ya fue señalado, se apreció una mayor volatilidad y un leve retroceso en la nacionalización. Por último, en el último ciclo electoral se observa que, como desde 2004, el PN y el FA son los partidos que obtienen mayor respaldo electoral y los más nacionalizados del sistema. En particular, en la elección bajo análisis, el descenso en el nivel de nacionalización del sistema de partidos, pudo estar explicado por un descenso en el nivel de nacionalización del FA. Este partido nació en el año 1971 como un partido de base montevideana, experimentando luego un continuo proceso de nacionalización hasta llegar a un máximo en la elección del 2014. En 2019, este proceso se revirtió parcialmente, al perder el FA buena parte de su base de apoyo en los departamentos del interior del país.

Resumiendo los cambios reportados en esta sección, parece claro que se produjeron cambios significativos en el comportamiento electoral de 2019, dentro de la estabilidad del sistema político uruguayo, respecto al ciclo electoral anterior. Todos los indicadores vistos, si bien están relacionados muestran las tendencias esperadas en una elección en donde se produjo alternancia en el gobierno. La oferta electoral aumentó, esto impactó en la volatilidad electoral, afectando el nivel de coordinación electoral al tener un porcentaje elevado de votos desperdiciados en relación con elecciones anteriores. Sin embargo, los cambios no se produjeron en forma homogénea en todo el territorio y los fenómenos más singulares, el retroceso del FA y el surgimiento de CA tuvieron como escenario principal algunos departamentos. Identificar qué factores explican este cambio ayudaría a comprender las variaciones en las preferencias políticas de los uruguayos. Estas cuestiones si bien son necesarias develar, exceden el alcance de este trabajo.

Reflexiones finales

El resultado principal del proceso electoral 2019 analizado en este texto – la alternancia de partidos en el gobierno – no puede considerarse un hecho inesperado. El FA, luego de tres períodos consecutivos de gobierno con mayoría parlamentaria propia, se mantuvo como el partido más grande del sistema, pero su desempeño electoral fue similar al año 1999. La caída en la aprobación de la gestión del segundo gobierno de Tabaré Vázquez (2015-2020), las dificultades para superar el recambio de los liderazgos históricos y las resistencias que podría generar su propia fórmula condicionaron al oficialismo, haciendo difícil su victoria. Pese a esto, y como en todo proceso competitivo, el resultado no puede explicarse a partir de la acción de uno solo de los protagonistas de la contienda. Si bien el FA tuvo un importante repunte en la segunda vuelta, la campaña de Lacalle Pou se basó en la temprana construcción de una coalición opositora “multicolor” que le permitió mostrarse como alternativa real de gobierno en la segunda vuelta de noviembre.

Observando el fenómeno en perspectiva debe señalarse que la derrota del FA en las elecciones de 2019 fue el resultado de un largo, gradual y continuo proceso de cambio en el comportamiento electoral de los uruguayos que se produjo desde la restauración democrática. Ese proceso estuvo signado hasta 2004 por el declive de los partidos tradicionales y el ascenso del FA25 25 Este proceso de cambio en los comportamientos electorales de la ciudadanía uruguaya ha sido extensamente analizado desde diversas perspectivas teóricas y metodológicas: González 1999, Buquet 2005, González y Queirolo 2000, Buquet y De Armas 2004, Lanzaro 2004, Moreira 2004, Chasquetti y Garcé 2005, Yaffé 2005, entre otros. desde la oposición. La novedad del ciclo electoral del 2019 fue el desgaste del partido gobernante a lo que se agregó una mayor fragmentación del sistema, una oposición más proactiva y competitiva encabezada por el PN y PC, y en particular el surgimiento de CA, elementos que a la postre terminaron siendo claves para la conformación de la coalición “multicolor”.

Era razonable esperar, en esas condiciones, el fin de la “era progresista” (Garcé y Yaffé, 2004Garcé, Adolfo y Jaime Yaffé. 2004. La era progresista. Montevideo: Editorial Fin de Siglo.) inaugurada por Vázquez a partir del triunfo electoral del año 2004. El importante y efectivo esfuerzo que el FA realizó para mejorar sus posibilidades de cara al balotaje no compensó las dificultades que el resultado de octubre había provocado.

Este escenario sin embargo tampoco fue capitalizado por el PN y su candidato, que si bien mejor posicionado que en 2014, mostraba limitaciones para alcanzar un apoyo mayoritario en el electorado. Consciente de esto Lacalle Pou hizo una campaña paciente y por etapas para que sus eventuales socios jugaran un rol protagónico en el armado de la futura coalición. Fue resaltando los puntos de encuentro con los demás partidos y abrió un amplio margen para la negociación. Al mismo tiempo la estrategia para marcar las debilidades del FA fue mucho más efectivo que en 2009 y 2014. El resultado de octubre dejó abierta la puerta a la alternancia que terminó concretándose en noviembre.

La alternancia en el gobierno tuvo consecuencias sobre el formato del sistema de partidos, y sobre la dinámica de la competencia política. Los efectos sobre distintas dimensiones del sistema de partidos uruguayo permiten sostener que el ciclo electoral conllevó cambios destacables. En primer lugar, una mayor fragmentación del sistema, tanto si se mide la oferta electoral como la fragmentación efectiva. Esta última propiciada en parte por la aparición de nuevos partidos políticos que lograron superar el umbral legal y competir con cierto éxito en la elección legislativa. Entre ellos, CA logró convertirse en el partido nuevo más exitoso en la historia política uruguaya, y se transformó en un socio fundamental para Lacalle Pou a la hora de conformar su coalición de gobierno. En un sistema de partidos históricamente caracterizado por su nivel de institucionalización y por la fortaleza de sus partidos, la irrupción de CA configura un punto de inflexión.

En segundo lugar, una mirada a los resultados a nivel territorial confirma que siguen siendo atendibles las explicaciones que Jones y Maiwaring (2003)Jones, Mark P. y Scott Mainwaring. 2003. The Nationalization of parties and party systems: an empirical measure and an application to the Americas. Party Politics 9 (2): 139-66. https://doi.org/10.1177/13540688030092002.
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. Primero porque existe un alto nivel de nacionalización asociado a sistemas unitarios. Segundo parece verificarse una relación positiva entre la baja fragmentación y alta nacionalización del sistema de partidos. Tercero, también se comprueba la relación inversa entre volatilidad y nacionalización. Por último se observa que, como ocurre desde 2004, el PN y el FA son los partidos más nacionalizados, y al tiempo son los que obtienen mayor respaldo electoral.26 26 Jones y Mainwaring (2003) sostienen que, los sistemas de partidos más fragmentados tienden a ser los menos nacionalizados y la correlación entre el INSP y el NEP es un notable –0,87. Mencionan asimismo que existe una relación inversa entre la volatilidad electoral y nacionalización de partidos. Sin embargo, estiman que muy probablemente la fuerza impulsora detrás de esto sea la correlación entre la fragmentación y nacionalización. Finalmente destacan la variación entre partidos individuales. En este sentido los partidos pequeños tienden a tener puntuaciones de nacionalización más bajas. En tanto los partidos más grandes del sistema (por encima del 30 % de los votos) casi siempre compiten, y ganan escaños, en prácticamente todas las unidades subnacionales.

Por otra parte, el ciclo electoral del 2019 mostró un aumento modesto en la fraccionalización en el PN. A partir de la reforma de 1996, la evolución NEF mostraba que por un lado en los partidos tradicionales se observaba una caída hacia valores cercanos a 2,5. En el caso del FA en tanto alcanzó un NEF de 6 en 2004. El resultado de 2019 llevó a que el FA, y por primera vez el PN, experimentaran un aumento moderado en su grado de fraccionalización respecto a 2014.

Por último, cabe hacer una mención al efecto del cambio de reglas electorales implementado en 1996 sobre el formato del sistema de partidos y sobre los partidos propiamente dichos. La introducción de la candidatura única por partido y de la fórmula de mayoría absoluta con doble vuelta para la elección presidencial tuvo los efectos esperados, no sólo desde el punto de vista de la fragmentación, como ya fue señalado, sino fundamentalmente sobre la dinámica de la competencia política entre el FA por un lado, y el resto del sistema por el otro. Los resultados del ciclo electoral del 2019 parecen reforzar la tendencia a una política de competencia y alternancia entre dos grandes bloques, con el FA por un lado y el resto de los partidos que conforman la coalición “multicolor” por el otro.

  • 2
    Las primeras elecciones internas luego de la reforma constitucional de 1996.
  • 3
    Por distintos motivos, tanto Tabaré Vázquez (impedido de competir en esta instancia por estar prohibida la reelección inmediata), como José “Pepe” Mujica, y Danilo Astori no formaron parte de la oferta del FA en las elecciones primarias. Sin sus tres líderes históricos, y sin un candidato “natural” el partido se vio obligado a renovar su liderazgo, y por ello su oferta electoral.
  • 4
    Schmidt, Nicolás, Antonio Cardarello y Diego Luján. 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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  • 5
    Schmidt, Nicolás, Antonio Cardarello y Diego Luján. 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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  • 6
    Según los datos de Cohen, Kobilanski y Zechmeister (2018)Cohen, Mollie. J., Facundo E. Salles Kobilanski y Elizabeth J. Zechmeister. 2018. Electoral volatility in Latin America. The Journal of Politics 80 (3): 1017-1022. https://doi.org/10.1086/697464.
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    el promedio de volatilidad electoral en América Latina entre 1960 y 2017 es de 36.5%, con una mediana de 30.9%.
  • 7
    Schmidt, Nicolás, Antonio Cardarello y Diego Luján. 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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  • 8
    Más que por el crecimiento del FA se explica por la drástica caída del PC, que cayó 22 % respecto a 1999.
  • 9
    Dejó de serlo en Artigas, Cerro Largo, Florida, Maldonado y Rivera.
  • 10
    Si bien últimamente el PN (2005 y 2015) y el FA (2010) ganaron el gobierno departamental.
  • 11
    Por primera vez desde 1999 y luego de tres elecciones, El PC resulta el más votado en algún departamento.
  • 12
    Schmidt, Nicolás, Antonio Cardarello y Diego Luján. 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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  • 13
    El índice de votos desperdiciados se calcula del siguiente modo: donde M es el tamaño de la circunscripción, y p es la proporción de votos que obtiene el iésimo candidato. El índice varía entre 0, cuando no existen votos desperdiciados, y 1 cuando todos los votos son desperdiciados (Luján 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
    http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103...
    ,41).
  • 14
    Schmidt, Nicolás, Antonio Cardarello y Diego Luján. 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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  • 15
    Obtenido por el número de fracciones que efectivamente obtiene bancas en el Senado.
  • 16
    Al respecto de los determinantes y de la evolución de la fraccionalización partidaria en Uruguay existe una importante acumulación de trabajos teóricos y empíricos. Entre otros: Vernazza 1989Vernazza, Francisco. 1989. Minoristas, mayoristas y generalistas en el sistema electoral uruguayo. Revista Uruguaya de Ciencia Política 3: 35-71., González 1990González, Luis. 1990. Legislación electoral y sistemas de partidos: el caso uruguayo. Revista Uruguaya de Ciencia Política 4: 9-28., Mieres 1997Mieres, Pablo. 1997. La reforma constitucional de 1996 en Uruguay y sus posibles efectos sobre los partidos y el sistema de partidos. Cuadernos del Claeh 80. Revista Uruguaya de Ciencias Sociales 4: 5-30., Monestier 1999Monestier, Felipe. 1999. Partidos por dentro: la fraccionalización de los partidos políticos en el Uruguay (1954-1994). En Los partidos políticos uruguayos en tiempos de cambio, coordinación de Luis González, 19-86. Montevideo: Fundación Banco de Boston., Buquet 2000Buquet, Daniel. 2000. La elección uruguaya después de la reforma electoral de 1997: los cambios que aseguraron la continuidad. Perfiles Latinoamericanos 9 (16): 127-147., Yaffé 2000Yaffé, Jaime. 2000. Nuevas reglas, viejos actores ¿nuevos comportamientos? En Elecciones 1999/2000, coordinación de Instituto de Ciencia Política, 27-54. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental..
  • 17
    Surgido en 2009, a partir de tres fracciones que en 2004 se habían presentado en forma separada, Asamblea Uruguay, Nuevo Espacio y Alianza Progresista, que habían obtenido 17,6%, 7,7% y 8,0% del total de la votación del FA.
  • 18
    Mientras que los valores del año 2004 representan la máxima fraccionalización electoral histórica del FA, la mayor fraccionalización en el ámbito parlamentario tuvo lugar en 1999.
  • 19
    El Movimiento de Participación Popular fue creado en torno al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T) tras su ingreso al FA en 1989.
  • 20
    Schmidt, Nicolás, Antonio Cardarello y Diego Luján. 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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    . Boreluy: Datos electorales de Uruguay 1910-2020. R package version 0.1.1. Accedido en 20 enero 2019. https://nicolas-schmidt.github.io/Boreluy. Schmidt, Nicolás. 2021Schmidt, Nicolás y Rafael Porzecanski. 2021. La pecera rebelde: explicando el trasiego de votos de octubre a noviembre. En De la estabilidad al equilibrio inestable: elecciones y comportamiento electoral Uruguay 2019, coordinación de Juan Andrés Moraes y Verónica Pérez Bentancur, 213-237. Montevideo: ICP-FCS-UdelaR.. Esaps: Indicators of Electoral Systems and Party Systems. R package version 0.2.2. Accedido en 20 enero 2019. https://CRAN.R-project.org/package=esaps.
  • 21
    Acerca de la importancia de la coordinación estratégica en el escenario electoral véase Cox 1997Cox, Gary W. 1997. Making votes count: strategic coordination in the world’s electoral systems. Cambridge: Cambridge University Press.; para el caso uruguayo, Piñeiro 2007Piñeiro, Rafael. 2007. El sueño de la lista propia: los dilemas de coordinación electoral post-reforma de 1997. Revista Uruguaya de Ciencia Política 16 (1): 51-71.; y específicamente para el del Frente Amplio, Piñeiro y Yaffé 2004Piñeiro, Rafael y Jaime Yaffé. 2004. El Frente Amplio por dentro. Las fracciones frenteamplistas 1971-1999. En La Izquierda Uruguaya entre la oposición y el gobierno, coordinación de Jorge Lanzaro, 297-320. Montevideo: Editorial Fin de Siglo..
  • 22
    Se utiliza el índice de Gini invertido (1–Gini) para que un valor alto indique alta nacionalización.
  • 23
    El índice de nacionalización, (que mide dispersión) está basado en el coeficiente de Gini (Bochsler 2010Bochsler, Daniel. 2010. Measuring party nationalisation: a new Gini-based indicator that corrects for the number of units. Electoral Studies 29 (1):155-168. https://doi.org/10.1016/j.electstud.2009.06.003.
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    ), oscila de 1 a 0, donde valores más cercanos a 1 se corresponde a sistemas de partidos altamente nacionalizados en los que los partidos obtienen exactamente los mismos niveles de apoyo electoral relativo en cada uno de los distritos.
  • 24
    Schmidt, Nicolás, Antonio Cardarello y Diego Luján. 2020Luján, Diego. 2020. Diferenciación ideológica y coordinación estratégica en elecciones presidenciales en América Latina. Colombia Internacional 103: 29-55. http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint103.2020.02.
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    . Boreluy: Datos electorales de Uruguay 1910-2020. R package version 0.1.1. Accedido en 20 enero 2019. https://nicolas-schmidt.github.io/Boreluy. Schmidt, Nicolás. 2021Monestier, Felipe. 1999. Partidos por dentro: la fraccionalización de los partidos políticos en el Uruguay (1954-1994). En Los partidos políticos uruguayos en tiempos de cambio, coordinación de Luis González, 19-86. Montevideo: Fundación Banco de Boston.. Esaps: Indicators of Electoral Systems and Party Systems. R package version 0.2.2. Accedido en 20 enero 2019. https://CRAN.R-project.org/package=esaps.
  • 25
    Este proceso de cambio en los comportamientos electorales de la ciudadanía uruguaya ha sido extensamente analizado desde diversas perspectivas teóricas y metodológicas: González 1999González, Luis. 1999. Los partidos establecidos y sus desafiantes. En Los partidos políticos uruguayos en tiempos de cambio, coordinación de Luis González, 19-30. Montevideo: Fundación Cultura Universitaria., Buquet 2005Buquet, Daniel. 2005. Elecciones uruguayas 2004-2005: de la vieja oposición a la nueva mayoría. En Las claves del cambio. Ciclo electoral y nuevo gobierno 2004/2005, coordinación de Daniel Buquet, 11-26. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental – Instituto de Ciencia Política., González y Queirolo 2000González, Luis y Rosario Queirolo. 2000. Las elecciones del 2004: posibles escenarios. En Elecciones 1999/2000, coordinación de Instituto de Ciencia Política, 299-322. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental., Buquet y De Armas 2004Buquet, Daniel, y Gustavo De Armas. 2004. La evolución electoral de la izquierda: crecimiento demográfico y moderación ideológica. En La izquierda uruguaya entre la oposición y el gobierno, coordinación de Jorge Lanzaro, 109-138. Montevideo: Editorial Fin de Siglo., Lanzaro 2004Lanzaro, Jorge. 2004. La izquierda se acerca a los uruguayos y los uruguayos se acercan a la izquierda. Claves del desarrollo del Frente Amplio. En La izquierda uruguaya entre la oposición y el gobierno, coordinación Jorge Lanzaro, 13-108. Montevideo: Editorial Fin de Siglo., Moreira 2004Moreira, Constanza. Final de juego. 2004. Del bipartidismo tradicional al triunfo de la izquierda en Uruguay. Montevideo: Ediciones Trilce., Chasquetti y Garcé 2005Chasquetti, Daniel y Adolfo Garcé. 2005. Unidos por la historia. Desempeño electoral de colorados y blancos como bloque político. En Las claves del cambio. Ciclo electoral y nuevo gobierno, coordinación de Daniel Buquet, 123-148. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental., Yaffé 2005Yaffé, Jaime. 2005. Al centro y adentro. La renovación de la izquierda y el triunfo del Frente Amplio. Montevideo: Linardi y Risso., entre otros.
  • 26
    Jones y Mainwaring (2003)Jones, Mark P. y Scott Mainwaring. 2003. The Nationalization of parties and party systems: an empirical measure and an application to the Americas. Party Politics 9 (2): 139-66. https://doi.org/10.1177/13540688030092002.
    https://doi.org/10.1177/1354068803009200...
    sostienen que, los sistemas de partidos más fragmentados tienden a ser los menos nacionalizados y la correlación entre el INSP y el NEP es un notable –0,87. Mencionan asimismo que existe una relación inversa entre la volatilidad electoral y nacionalización de partidos. Sin embargo, estiman que muy probablemente la fuerza impulsora detrás de esto sea la correlación entre la fragmentación y nacionalización. Finalmente destacan la variación entre partidos individuales. En este sentido los partidos pequeños tienden a tener puntuaciones de nacionalización más bajas. En tanto los partidos más grandes del sistema (por encima del 30 % de los votos) casi siempre compiten, y ganan escaños, en prácticamente todas las unidades subnacionales.
  • Os textos deste artigo foram revisados pela Poá Comunicação e submetidos para validação do(s) autor(es) antes da publicação.

Referencias

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Datas de Publicação

  • Publicação nesta coleção
    13 Jan 2023
  • Data do Fascículo
    2022

Histórico

  • Recebido
    28 Dez 2020
  • Aceito
    24 Ago 2021
  • Publicado
    30 Nov 2022
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