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Clarice Lispector: una tragedia contemporánea de género

RESENHAS

Clarice Lispector: una tragedia contemporánea de género

María Antonia García de León

Universidad Complutense de Madrid

Ladrona de rosas: Clarice Lispector, una genialidad insoportable.

FREIXAS, Laura.

Madrid: La Esfera de los Libros, 2010.

"Women who will"

The Wellesley Campaign1 1 Lema del conocido Wellesley College (MA, USA), reputada institución specializada en educar líderes y altas profesionales femeninas.

He leído esta biografía con mucho interés, casi como una pieza teatral. La he leído como una tragedia contemporánea de género, como he escrito arriba. El subtítulo con el cual Laura Freixas subraya esta especie de tragedia femenina, "Clarice Lispector, una genialidad insoportable", da algunas pistas de que estamos ante alguien muy especial, que en absoluto nos vamos a aburrir con su lectura, que la escritora en cuestión tiene muchas aristas difícilmente clasificables y una vida que se sigue con un suspense, bien dosificado y escrito con la maestría de Freixas.

De este modo llega a mí la excelente biografía sobre la escritora Clarice Lispector, una élite femenina empoderada/desempoderada y sufriente, además de una gran literata. Un personaje más para la singular e interesante colección que he iniciado y de la cual hablo seguidamente.

Podría hacer una amplia colección de mujeres que teniéndolo todo, sin embargo, su brillo y éxito social es subsumido en la densa malla de la urdimbre patriarcal, de la cual son Herederas y heridas, profundamente infelices. Tienen este doble flanco social en el hondo significado y tratamiento que he dado a ese nudo biográfico en mi obra así llamada.2 2 María Antonia GARCÍA DE LEÓN, 2002.

Son estrellas y víctimas patriarcales. Sobre esta relevante "colección" de élites femeninas volveré. Es más, es necesario volver, pues ayudan a levantar una cartografía del poder/despoder por género, que es sin duda un excelente "test" sobre nuestros sistemas sociales en asunto tan vertebrador como es la igualdad entre hombres y mujeres, y tan estructurante de las formas de la vida social.

Notas para el análisis de género de una biografía (Clarice Lispector, 1920-1977)

Me ha interesado mucho esta biografía y me ha hecho sufrir mucho también. A ratos, sentía que no quería dedicarle tanto tiempo, que deseaba "meter el turbo" y hacerle una lectura "oblicua" a gran velocidad, que ya sabía lo que iba a pasar, que era sufrimiento sobre sufrimiento lo que claramente se barruntaba desde el comienzo, pero no, la he leído en profundidad desde el inicio hasta el final.

Al hilo de esta lectura me han surgido varias interrogantes: ¿Narra el trabajo de Laura Freixas una tragedia de género, con el epicentro en ser una mujer? ¿Cuenta este libro una triste vida en aquellos también tristes años de miembro de familia de emigrantes ucranianos a Brasil, a la que pertenecía la escritora? ¿Fue Lispector una especie de víctima de la tan patriarcalista sociedad tradicional en Brasil (o en cualquier parte del Globo, incluso en las sociedades occidentales) de aquellas décadas de su juventud? De todos es sabido que sólo muy entrado los años Setenta, el mundo comenzó a cambiar algo para las mujeres, liberalizándose un poco y cuestionándose la condición social de las mujeres por el empuje del Movimiento Feminista. Pero proseguimos con la cadena de interrogantes. ¿Incubó esta célebre literata (cuya madre había sido violada y con una infancia familiar problemática) una enfermedad mental que la llevaría a ser una persona difícil para vivir su propia vida y difícil para la creación literaria, independientemente de la época en que le tocó vivir?

En mi opinión, todos esos puntos interrogantes son como pequeños ríos que desembocan en el único gran lago que contiene toda una vida, dicho en metáfora. Todos tienen sentido "per se", y todos caminan a un sentido único que cual vector dirigen una vida y sus ultimidades.

El quid de esta lectura imposible de abandonar radica en la maestría de Laura Freixas. La ha escrito con tal empatía por una vida humana, con tal dosificación del acaecer vital de Clarice Lispector, que son contagiosos para el público lector.

Una vida atormentada

Su vida es un puro tormento, siendo ella misma su peor juez, la que peor se trata, la que no puede romper el nudo gordiano al cual la ha conducido un destino trágico: entre un temprano triunfo literario que la ha cosificado muy joven, la ha alienado en un status de escritora que nunca acaba de creerse, en un destino que el azar le ha traído y del cual no puede sustraerse y, a la vez un status de "joven señora de", en el cual tampoco se encuentra bien, ni encaja. En suma, una tragedia contemporánea (digna de llevarse a escena).

Deseo dar una especie de pinceladas impresionistas, de "flashes" sobre Clarice (como es llamada en Brasil por su nombre de pila) sin orden y sin jerarquía, con la certeza de que volveré a escribir más sobre esta vida de mujer que tanto nos puede hacer reflexionar. Veamos las claves siguientes, dichas en corto y en directo:

1) En la dialéctica individuo-sociedad, la persona se construye; la persona no es sana o enferma psíquica, en general; la enfermedad se construye y también se deconstruye jugando con los materiales sanos o insanos que estén a mano de la persona. Clarice creció sobre un complicado suelo psíquico (su familia de origen, la emigración, la enfermedad de su madre, una identidad judía negada...). Pero también una infancia y primera juventud en el esplendor de la naturaleza de Brasil, tierra que le daría un amor de por vida a la belleza de los espacios naturales y al placer de vivir en ellos, y la llenaría de sensualidad y una especie de idolatría por los sentimientos a los que dice preferir sobre los hechos en su escribir.

En este sentido, cabría preguntarse: ¿es Clarice un caso psiquiátrico o un caso literario? Tal vez la respuesta sea no esa disyuntiva, sino ambas cosas a un tiempo realimentándose. Es enorme la literatura especializada que se ha escrito sobre este extremo. Imposible detallarla. Sólo quiero citar un excelente artículo leído en prensa, mientras escribía este texto.3 3 Gustavo Martín GARZO, 2011.

2) Contexto y texto. La realidad familiar en la que se crió no era tal vez la mejor atmósfera social para deconstruir sus problemas psíquicos, sus inseguridades y construir una identidad fuerte y saludable. De ahí que la vemos circulando por la vida con esta trinidad de noes (no escritora, no ama de casa, no personaje público) y al tiempo de síes. Nada de ello quiere ser y sin embargo lo es, la vida se lo ha impuesto fatalmente: es escritora, es mujer joven casada que llega a tener dos hijos y es figura pública y famosa por aquel insólito primer premio Cerca del corazón salvaje (1944) que la persigue toda su vida como su gloria y su cruz.

Como puede observarse, todo lo que acabamos de anotar es un asunto eminentemente de género, una especie de existir angustioso bajo el síndrome "Dorys Day" y la Pluma, que difícilmente podríamos encontrar en un hombre. Es una ambigüedad, ambivalencia y dualidad muy femenina y afortunadamente ya muy de una época. Llama la atención que una mujer tan inteligente, tan de buen gusto, que gana dinero con la literatura, de unos consejos tan de "señora Francis", tan de "marujas" a las mujeres y escriba con gran soltura sobre ello. Cabría preguntarse: ¿cinismo? Más, creo que es un botón de muestra de su desdoblamiento psicológico y existencial. Como decíamos antes: entre la aspiradora y la pluma. Una especie de Jekill & Hyde, por otro lado muy característico de la sempiterna conciliación femenina con todo, sin buscar un estricto perfil profesional. Pero siempre hay grados, y Clarice los sobrepasaba todos.

Un poco de ciencia ficción: imaginando otra fecha de nacimiento para Clarice

Evidentemente, si la vida fuera elegible, podría decir que esta escritora se equivocó de fecha al nacer, que si hubiera pertenecido a una generación posterior hubiera tenido muchos más recursos y vías vitales a su alrededor (al menos como posibilidades o alternativas a su destino). Voy a dar unos ejemplos:

1) no lanzarse al tálamo nupcial que era la salida "quasi" obligada social y psíquicamente para las jóvenes en su época (casi a lo medieval: o casada o monja, sin una tercera vía de soltería-mujer independiente, con casa propia y profesión);

2) divorciarse antes de un matrimonio que, al parecer, no le satisfacía. Sin embargo, ella tardó muchos años en divorciarse y con mucho desgaste interior. O bien, haber hecho una adaptación saludable a él, y haberse beneficiado del positivo status social (oportunidades culturales, cosmopolitismo, ayuda doméstica..., ingredientes que pueden sentar bien a la vida de una escritora) que un marido diplomático, el suyo lo era, podía aportarle;

3) emplear abierta y sabiamente recursos de salud, como una terapia psicológica para sus inseguridades, un psicoanálisis para sus miedos y fantasmas etc. A estos sabios remedios acudió también muy tarde; y

4) empoderarse como mujer y, si quería, como escritora, en el aliento de la inspiración que el Feminismo está dando hoy a las mujeres. Nada de eso abundaba en "su tiempo", y su persona tampoco lo buscó en los resquicios por los que se iba filtrando.

Una lectura desde la perspectiva de Género, como la que estoy apuntando, daría mucho de sí. Por ejemplo, de la alienación matrimonial en una sociedad patriarcal. La falta de fuerza personal y de ambición literaria la sumió en la inconsistencia.

Ninguno de esos puntos mencionados arriba hizo, y se quedó bamboleante en indefinición permanente que no tuvo fortaleza psíquica para imponerla, si ello le hubiera placido. Por el contrario, el nudo gordiano literario cada vez la iba cercando más, estrangulándola. Era el cerco de los años que pasaba sin escribir, de los compromisos por hacer con sus editores. Igualmente la iba cercando el nudo vital de su infeliz matrimonio.

El sistema patriarcal como generador de notables vidas paralelas de género

La escritora Carmen Laforet muestra unas concomitancias más que notables con Clarice Lispector, lo cual es un buen indicador de cómo el sistema patriarcal salta fronteras y contextos geográficos (España, Brasil) y pone de manifiesto un impresionante denominador común entre estas dos vidas de mujeres escritoras, y muy probablemente de otras muchas que pudiéramos analizar. En una magnífica biografía reciente sobre esta literata española, se nos habla de sus dilaciones sin cuento, en su vida de escritora, de Laforet. Impotencia, angustia y más angustia eran su alimento ante la escritura. No es ocioso el subtítulo que Anna Caballé, la gran biógrafa de esta novelista y autora de esa obra, ha puesto a la vida de Laforet: "Una mujer en fuga", al que yo añado: que no acaba de huir ni de quedarse. Igual inconsistencia, patética relación de negación con su profesión de escritora, muestra Lispector.

"Yo, es otra", es la expresión que yo adapto para estas dos escritoras, de un joven con uno de los triunfos literarios más precoces y grandes de toda la historia de la literatura, que sí supo cortar, definirse que es sus antípodas. Estoy hablando de Arthur Rimbaud.

Sobre las élites profesionales femeninas

Las élites profesionales femeninas reúnen unas características típicas que en muchas ocasiones, por exceso, también dan la pista sobre sofisticadas discriminaciones y/o desigualdades de género. Como es característico en toda profesional de élite y además aglutinando en ella los rasgos de pionera, joven y guapa, Clarice Lispector causó sensación en el mundo literario brasileño por su primera novela, tanto por el texto en sí, como por provenir de una mujer (pensar que en este paréntesis caben todas las exclamaciones de la prensa de la época ¡¡¡!!!), que además era una joven mujer, y que además era guapa (al igual que Carmen Laforet, ambas contaban con una belleza física muy notable). He ahí tres elementos de una fórmula socio-patriarcal de gran éxito que sin embargo puede conllevar grandes dosis de alienación para la persona, y, en efecto, los causó sobre sus vidas.

"¡Es tan guapa como Marlene Dietrich y escribe tan bien como Virginia Woolf!", exclamó impresionado al conocerla el que sería su traductor al inglés. El tratamiento del factor belleza es un campo bastante desértico en estudios; parece arduo para la selección de temas que filtra para su investigación y estudio el pudor de un cierto escolasticismo académico. Habrá que volver sobre ello y la nueva mirada que incorporan los Estudios de Género, tendrán mucho trabajo al respecto.

De este modo, y por tantos ingredientes citados, Clarice Lispector estuvo en el punto de mira de la opinión pública, incluso tal vez espoleada por la curiosidad del difícil acceso a ella (sus problemas de identidad hacían que la rehuyera). Una sociedad patriarcal puede encumbrar a una mujer, es el éxito de las minorías, la excepción que confirma la regla de la situación postergada de la generalidad de las mujeres (este es sólo un aspecto del tema complejo y muy matizado con curiosos resortes sociales que he analizado durante tres décadas de investigación sociológica sobre las élites profesionales femeninas).

Texto y contexto (invierto ahora el orden respecto al apartado inicial en que he tratado contexto y texto). Con mucha sagacidad (y conocimiento de causa, pues Laura Freixas es escritora joven y feminista) registra en esta biografía cómo la obra inicial - y también la posterior - de Clarice estuvo rodeada con esta especie de "superpluses" sospechosos, tal vez excesivos por ser mujer. "Una de las pocas...", como suelen decir sistemáticamente los cronistas y críticos literarios. En suma, elogios cargados de gran ambigüedad.

Biografías, biógrafas y lectoras

He leído esta obra con una gran piedad hacia la fragilidad humana, hacia el vulnerable curso de la vida que incluso lo bueno, el éxito, puede arruinar.

He leído esta obra con empatía a la condición humana siempre sufriente pero siempre tratando de salir a flote de Clarice.

Y la he leído también con admiración a Laura Freixas que nos ha brindado este navegar con maestría por el alma humana, nos ha mostrado con sabiduría y elegancia esa especie de safari peligroso que es la existencia humana, incluso caída por tierra ante el empuje de algo tan bueno en principio como el éxito literario.

Así pues, auguro un amplio abanico de público lector (porque la obra interesa desde la Literatura, desde los Estudios de Género, desde la Psicología, el Psicoanálisis etc.). En cualquier caso, es obra que nos interesa enormemente a las mujeres que a fin de cuentas somos las nuevas lectoras voraces del Siglo XXI (como ya alertan con mucha curiosidad las estadísticas), y somos las "rebeldes ilustradas"4 4 Es esa una denominación que me gusta y que es veraz, por ello la he utilizado como título de una obra mía, editada por Anthropos, en 2008. de nuestra contemporaneidad, siempre dispuestas a viajar, a ir a conferencias, cursos, talleres etc. etc. Por algo será.

Además de biografías, hablamos de biógrafas que no es asunto baladí, pues no sólo nos hablan de literatura sino también del creador, del contexto, en síntesis, nos dan una mirada más holística sobre un todo que, por el contrario, la mirada androcéntrica de lo que ha sido la biografía oficial o convencional, suele cercenar. Por ejemplo, el clásico producto de crítica literaria sin más. La mirada de la Otra, la mirada de estas biógrafas cultas enriquecen enormemente el "arte de biografiar", como lo he llamado.5 5 "El arte de biografiar" es el título de un capítulo de mi primera obra sobre biografías de élites profesionales (GARCÍA DE LEÓN, 1982). Prosigamos con estas notables autoras de biografías.

Otra excelente biógrafa, Fabienne Bradu obsequia a su personaje, la mexicana Antonieta Rivas (una élite mexicana, cuya vida Carlos Saura llevó al cine, y que tuvo también una relación atormentada con la escritura y con la vida) con esta cita de cabecera que enfatiza al comienzo de toda su biografía, a modo de definición de la persona. La cita pertenece a André Gide: "Y si nuestra alma valió algo es porque ardió más fuertemente que otras". En efecto, y siguiendo a Gide, podríamos decir que su alma ardía vivamente. Al igual que el alma de Clarice y el alma de Laforet, que "ardían", y mucho.

Pero también podríamos decir que todas ellas fueron "women who do not will", que lucharon mal y desperdiciaron sus armas, emboscadas en un zigzag vital y duda permanente, "ergo" desactivantes. Por ello, ponemos en negativo el lema de aliento a las mujeres que propugna el Wellesley College que elegimos al inicio de este texto como ejemplo positivo para las mujeres.

Pues bien, ambas (Lispector y Laforet) están trágicamente unidas, ligadas por la sombra del Patriarcado, en tanto que "desempoderadas". Llama la atención su angustiado forcejeo con el trabajo de escritura, su no poder romper el nudo gordiano de abandonarlo, o bien, realizarlo (realizándose en él). Es patético su no poder desalinearse de ese trabajo hercúleo que es el oficio de escribir. Son una especie de tragedia sus dudas sobre su identidad como escritoras, o llevado al límite, su no saber instalarse en la condición de amas de casas a secas, la antigua "sus labores". Por el contrario, en el pasado, sí vimos hacerlo, como ya hemos dicho antes (romper las "cadenas" de la escritura) en ejemplo histórico y paradigmático, a un ser tan consagrado por el triunfo como fue el poeta Arthur Rimbaud. Como igualmente es patético su no poder desalinearse de sus situaciones matrimoniales. Y, en suma, no encontrar un mínimo "status quo" con la vida, en todas sus dimensiones.

Clarice Lispector, Carmen Laforet y la propia Antonieta Rivas son unas "desempoderadas" de un sistema de dominación patriarcal, unas élites discriminadas6 6 Élites discriminadas es la paradójica etiqueta con la cual yo defino un fenómeno de sobreselección social para las mujeres altas profesionales (una especie de darwinismo social) comparativamente con sus iguales masculinos. Es un alto filtro social que " a sensu contrario" muestra su desempoderamiento (GARCÍA DE LEÓN, 1994). (cualquier hombre sacaría enorme partido, provecho, y ventaja a sus "inputs"). Son unas víctimas del "amor romántico" (o del concepto del amor y matrimonio de su época) que probablemente este tipo de "amor-matrimonio", les acentúa su debilidad psicológica.

Son mujeres poderosas (mimadas por la sociedad y el éxito) y, sin embargo, desempoderadas por la estructura social de género que les tocó vivir y que tenían fuertemente interiorizada, a pesar de ellas mismas y sus conatos de salirse de la norma y de la norma de género (a veces consumados). Son creadoras diezmadas por habitar en y desde los arquetipos de género.

Notas

  • GARZO, Gustavo Martín. "El anacoreta y el psicótico". El País, 20 feb. 2011.
  • GARCÍA DE LEÓN, María Antonia. Las élites femeninas españolas Madrid: Queimada, 1982.
  • ______. Élites discriminadas (sobre el poder de las mujeres) Barcelona: Anthropos, 1994.
  • ______. Herederas y heridas (elites profesionales femeninas) Madrid: Cátedra, 2002.
  • ______. Cabeza moderna/corazón patriarcal. Barcelona: Anthropos, 2011.
  • 1
    Lema del conocido Wellesley College (MA, USA), reputada institución specializada en educar líderes y altas profesionales femeninas.
  • 2
    María Antonia GARCÍA DE LEÓN, 2002.
  • 3
    Gustavo Martín GARZO, 2011.
  • 4
    Es esa una denominación que me gusta y que es veraz, por ello la he utilizado como título de una obra mía, editada por Anthropos, en 2008.
  • 5
    "El arte de biografiar" es el título de un capítulo de mi primera obra sobre biografías de élites profesionales (GARCÍA DE LEÓN, 1982).
  • 6
    Élites discriminadas es la paradójica etiqueta con la cual yo defino un fenómeno de sobreselección social para las mujeres altas profesionales (una especie de darwinismo social) comparativamente con sus iguales masculinos. Es un alto filtro social que "
    a sensu contrario" muestra su desempoderamiento (GARCÍA DE LEÓN, 1994).
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      13 Ene 2012
    • Fecha del número
      Dic 2011
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