Resumen
Las poblaciones irregularizadas del Norte de Centroamérica con destino a Estados Unidos y en tránsito por México han experimentado dinámicas estatales de contención migratoria. Este artículo argumenta que, a través de la consulta de fuentes oficiales y durante la pandemia (2020-2021), se observaron cambios espaciales en las detenciones y deportaciones de migrantes centroamericanos por parte del gobierno mexicano. Esto se relacionó con dos procesos: cambios sociodemográficos de dichas migraciones y ciertas medidas estatales (cierre y securitización fronteriza). Se sostiene que la configuración territorial de detenciones y deportaciones no fue homogénea y formó parte de la contención migratoria, presentando concentraciones espaciales de detenciones y deportaciones en las fronteras sur y norte de México. El aporte del trabajo es, en el contexto de la emergencia de Covid19, abordar las transformaciones territoriales y sociodemográficas de detenciones y deportaciones como parte de procesos políticos de contención migratoria mexicana y en relación con migraciones irregularizadas.
Palabras Clave: Contención migratoria; migración irregularizada; deportaciones; detenciones; migrantes
Abstract
Irregularized populations of the North of Central America bound for the United States and in transit through Mexico have experienced state dynamics of migratory containment. This article argues that, through the consultation of official sources and during the pandemic (2020-2021), spatial changes were observed in detentions and deportations of Central American migrants by the Mexican government. This was related with two processes: sociodemographic changes of said migrations and certain state measures (closure and border securitization). It is argued that the territorial configuration of detentions and deportations was not homogeneous and was part of the migratory containment, presenting spatial concentrations of detentions and deportations on the southern and northern borders of Mexico. The contribution of the work is, in the context of the Covid19 emergency, to address the sociodemographic and territorial transformations of detentions and deportations as part of political processes of Mexican migration containment and in relation to irregularized migrations.
Key words: Deportations; detentions, migrants; changes; irregularized migration; migration containment
Introducción
Desde inicios del siglo, las migraciones internacionales se han asociado a la desigualdad de niveles de desarrollo en la globalización (Brettell, Hollifield, 2015; Gregory et al., 2009) y a los procesos económicos del neoliberalismo: integración regional, transnacionalización de cadenas productivas, desregulación de mercados laborales y deterioro del aparato productivo de países del sur (Robinson, Xantos, 2014; Márquez, Delgado, 2011). Estas migraciones han presentado diversificación de los grupos sociales que las componen (De Haas et al., 2020); han incrementado su presencia en varias regiones del mundo, y buena parte de ellas se dirigen a países con economías de altos ingresos (CONAPO, 2021).
En las Américas, las migraciones irregularizadas del Norte de Centroamérica (MNC)1 y con dirección a Estados Unidos de América (EUA) -mediante su paso por México- se han caracterizado por tener causas estructurales (REDODEM, 2019), involucrar anualmente a decenas de miles de personas (ACNUR, 2016), y por la diversificación de los perfiles de migrantes (París, Montes, 2020). También cuentan con una historia prolongada (Castillo, 2005) y se han asociado a la exclusión social y a la violencia (MSF, 2017), particularmente en contextos fronterizos (MODH, 2020; Observatorio de Legislación y Política Migratoria del COLEF, 2016), donde acontecen centenares de pérdidas de vidas migrantes (UPM, 2020b; Missing Migrant Project, 2019).
En el marco de las recientes MNC2, este trabajo tiene por objetivo, mediante la consulta de fuentes oficiales e informes de organizaciones pro migrantes, explorar los cambios en la distribución territorial y el número de las detenciones y deportaciones de migrantes provenientes de las MNC durante la pandemia (2020 - 2021), como parte de los procesos políticos de contención migratoria, y en las fronteras norte y sur de México. Se optó por el análisis de las fronteras norte y sur porque son dos de las principales regiones acumuladoras de detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC. La interrogante que guía el trabajo es: durante la emergencia sanitaria del Covid19, ¿cuáles han sido las transformaciones en el número de detenciones y deportaciones (2020-2021) como parte de las estrategias estatales de contención migratoria, y dónde se concentran territorialmente en México?
En este trabajo se argumenta que, en el entendimiento de las variaciones anuales en las detenciones y deportaciones de las MNC y su distribución territorial en las fronteras norte y sur, es necesario considerar los cambios en los volúmenes demográficos de las poblaciones en movimiento transfronterizo debido a coyunturas específicas, como las caravanas migrantes (2018-2019) y la pandemia (2020-2021). También es importante tomar en cuenta las medidas estatales sobre el control de las migraciones, como el envío de la guardia nacional a la frontera sur en 2019 y el cierre de fronteras durante la emergencia sanitaria del Covid19.
Asimismo, se muestra cómo las detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC no presentan configuraciones territorialmente homogéneas en México. Por el contrario, hay determinadas concentraciones en su distribución, particularmente en la frontera sur mexicana (con Guatemala), y, en menor medida, en la norte (con EUA).
Se parte de considerar que, al igual que las migraciones irregularizadas (Mezzadra, 2012), las detenciones y las deportaciones son procesos producidos de corte sociopolítico, dentro de los Estados nacionales y desde ciertos marcos jurídicos, en este caso del país de tránsito. Más que considerar las detenciones y deportaciones como meros ejercicios de “aplicación de la ley”, se les concibe dentro del marco de las acciones estatales de control y contención migratoria (Mezzadra, Nielson, 2013).
Este trabajo se estructura de la siguiente manera. Tras mostrar el objetivo del trabajo en la introducción, en los siguientes dos apartados se desarrolla el andamiaje conceptual para el análisis de los cambios de detenciones y deportaciones, y se detalla la estrategia metodológica y las fuentes utilizadas. Posteriormente, se hace una revisión de las investigaciones sobre las MNC. Después se da el abordaje de los cambios de detenciones y deportaciones para el periodo de estudio (2020 y 2021), y, posteriormente, el tratamiento de dichos cambios como parte de la política de contención migratoria.
En el contexto de México como país de tránsito en el primer corredor migratorio del mundo (OIM, 2024), la originalidad y pertinencia del presente artículo es, en el marco de la contención migratoria regional (México-EUA) durante la emergencia sanitaria del Covid19 (2020-2021), dar cuenta de la configuración territorial de las detenciones y deportaciones de personas irregularizadas de las MNC, con especial atención en las fronteras México-Guatemala y México-EUA (como dispositivos espaciales de control migratorio).
No obstante, en años posteriores (2022-2023), y como ha sido documentado por diferentes trabajos oficiales (UPM, 2023; 2024) y estudios de instituciones internacionales (OIM, 2023), hubo cambios importantes en quiénes fueron los migrantes irregularizados más detenidos en México, destacando la fuerte presencia de los venezolanos, quienes tuvieron cifras de poco más de 96 mil detenciones para el año 2022 (UPM, 2023), y de aproximadamente 145 mil para el 2023 (UPM, 2024). De este modo, y con base en los registros de 2022 y 2023, se observó que los venezolanos incluso superaron notoriamente por varias decenas de miles de detenciones a los hondureños (quienes, para los años 2020 y 2021, e incluso previamente, habían sido de los más numerosos (UPM, 2022; 2021; 2020a)3.
Finalmente, el aporte del trabajo es resaltar que, para comprender las transformaciones de detenciones y deportaciones en el periodo de 2020-2021, hay que considerar dos procesos. Primero, tomar en cuenta el crecimiento y/o reducción del número de personas que integran las MNC. Y, segundo, el abordaje de las dinámicas del endurecimiento de las políticas mexicanas en materia fronteriza y migratoria. Y esto en el contexto regional y geopolítico de la presión de los recientes gobiernos de EUA para imponer forzadamente su agenda de control migratorio sobre México y sus fronteras sur y norte. De este modo, el ejercicio y configuración de las detenciones y deportaciones de las poblaciones de las MNC por parte de las autoridades mexicanas puede ser leído como parte de los procesos de externalización de las fronteras (de EUA a México), y la fuerte dependencia de la política migratoria mexicana a las imposiciones en materia migratoria por parte de los últimos gobiernos estadounidenses. Este texto apunta a destacar la condición histórica y relacional de detenciones y deportaciones respecto a dinámicas políticas de diferentes órdenes escalares, y en referencia al entramado regional de las asimétricas relaciones entre México y su vecino del norte.
Enfoque conceptual: irregularización migratoria, detenciones y deportaciones
La migración, desde diversas perspectivas, se ha concebido como la movilidad humana espacial que atraviesa fronteras, también es una estrategia de satisfacción de necesidades, impulsada por una variedad de motivaciones, que a su vez implica procesos de relocalización. (Brettell, Hollifield, 2015).
Las migraciones tienen diferentes vertientes, una de las más frecuentes es la irregularizada por causas estructurales de carácter socioeconómico. Y generalmente suponen dinámicas entre los migrantes en movimientos transfronterizos, las fronteras entre países, y las políticas migratorias de países de tránsito y destino -a nivel nacional y regional- (Mezzadra, Nielson, 2013).
En el caso de las MNC una de sus características es la “irregularización”. Siguiendo la autonomía de las migraciones, la “irregularización” de la migración se concibe en este trabajo como una producción sociopolítica y jurídica de carácter estatal (Mezzadra, 2012). En este contexto, se crítica la idea esencialista y estigmatizada de que los migrantes son “irregulares” (De Genova, 2018). Se trata de transitar a una perspectiva suspicaz y sociopolítica de los marcos jurídicos que establecen quién es un ciudadano y quién es un migrante (ver cuadro 1).
Son ciertos marcos jurídicos (de determinados Estados) los que “irregularizan” a determinadas poblaciones extranjeras (Mezzadra, 2012), en función de los procedimientos político-administrativos que les imponen y los documentos que les solicitan. Las detenciones y deportaciones de migrantes son más que “neutros” ejercicios de aplicación de leyes (migratorias). Se trata de concebir estos procesos como parte de dinámicas estatales (y regionales) más amplias de control migratorio, y con finalidades políticas.
Las detenciones y deportaciones cambian (aumenta o decrecen), no sólo debido al incremento o reducción demográfica de las migraciones. También juegan un papel fundamental la acentuación de la contención migratoria y el endurecimiento de las políticas fronterizas, así como la criminalización de poblaciones “sin papeles” en tránsito por México. La contención migratoria alude a acciones jurídicas, políticas y de seguridad realizadas por cierto(s) Estado(s) nacional(es) hacia ciertas poblaciones extranjeras (principalmente sin documentos migratorios); donde la ejecución de detenciones y deportaciones juega un papel estratégico.
Y, en el marco del territorio estatal como espacio apropiado por instituciones gubernamentales con ciertas finalidades (Gregory et al, 2009), las configuraciones en la distribución territorial (de las concentraciones) de detenciones y deportaciones pueden estar vinculadas a la expresión de la selectividad espacial de los procesos de contención migratoria (específicamente localizados en el sur y norte del país).
Estrategia metodológica y fuentes utilizadas
La delimitación espacial y temporal de este trabajo es la siguiente. En lo relativo a la temporalidad se consideró el periodo de 2020 y 2021 (la pandemia) por los drásticos cambios ocurridos. Pero también se alude a los tres años previos (2017-2019), como un contexto histórico-político para entender lo sucedido durante la emergencia sanitaria. El 2017 fue el año anterior a las caravanas y el primero de la presidencia de Trump, con lo cual se recrudecieron las políticas antiinmigrantes estadounidenses que tuvieron impacto en México (y sus políticas migratorias). Después, en 2018 y 2019 fueron las caravanas migrantes, y hubo un incremento de migrantes. Posteriormente, en el 2020 inició la pandemia y hubo una reducción significativa del volumen demográfico de las MNC transitando por México; también fue el último año de la administración Trump. Finalmente, en 2021, pese a la pandemia y sus efectos, hubo un repunte de las MNC (CONAPO, 2022). Y durante la pandemia continuaron las medidas antiinmigrantes de EUA, como el Programa Quédate en México; y surgieron otros procesos de contención migratoria, como el Título 42 -en la administración Trump-.
Respecto a la delimitación espacial del trabajo, se circunscribe a México, y en especial a las entidades federativas de las fronteras norte y sur del país. Lo anterior en función del siguiente proceso. Desde hace años, México se ha consolidado como país de tránsito de poblaciones de las MNC que se dirigen principal y masivamente a EUA. En su paso por el territorio nacional, y a semejanza de la selectividad de las rutas migratorias, las detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC no se dan de manera homogénea en México.
Por el contrario, estos procesos presentan selectividad territorial, y se concentran en entidades federativas fronterizas; particularmente en el sur del país, en las zonas limítrofes con Guatemala (Chiapas y Tabasco). El otro polo es la frontera norte de México (con Coahuila y Tamaulipas). La elección de estas dos fronteras tiene que ver con dos dinámicas. Primera, son los lugares de entrada y salida de las MNC con destino a EUA, y tienen un papel clave en las rutas migratorias. Y, segunda, dichas fronteras son las principales regiones que concentran las detenciones y deportaciones. La frontera norte mexicana tiene una extensión de 3,152 kilómetros, colinda con EUA, y está compuesta por Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Y la frontera sur está conformada por Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco; tiene una extensión de 1,149 kilómetros, y colinda con Guatemala y con Belice (mapa 1).
En lo concerniente al uso de fuentes, fue fundamental la información oficial de tipo cuantitativo. Se consultaron los boletines estadísticos anuales de la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la Secretaría de Gobernación. Los boletines son registros detallados de las detenciones y deportaciones de migrantes sin documentación migratoria en diferentes sitios del país. Dichos boletines tienen organizada la información por países de origen de los migrantes. Conforme el periodo a trabajar, se revisaron los boletines relativos a los años 2017-2021 (UPM, 2022; 2021; 2020a; 2019 ; 2018). Y, para una cuestión de contexto de las MNC, se revisaron los anuarios de migración y remesas del Consejo Nacional de Población (CONAPO).
También se consultaron informes de organizaciones pro migrantes religiosas y laicas. Se revisaron los informes de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM), de Médicos Sin Fronteras (MSF) y de la Misión de Observación de Derechos Humanos en la Frontera Sur de México (MODH). Estos trabajos abordan las migraciones irregularizadas de diferentes países, así como su relación con la exclusión, la violación a derechos humanos y la violencia (MODH, 2020; MSF, 2024, 2017; REDODEM, 2020).
Finalmente, y con miras a dar cuenta del marco histórico y sociopolítico en el que acontecen los procesos migratorios abordados y sus respectivos procesos de contención, se hizo una revisión de la bibliografía académica sobre las MNC (CONAPO, 2024; 2023; Frank, Núñez, 2020; Villafuerte, García, 2018), así como de los estudios que abordan las políticas hacia dichas migraciones (González, 2022; París, Montes, 2020; París, Díaz, 2020) y sus efectos sobre las poblaciones migrantes (Proyecto Covid19 e Inmovilidad en las Américas, 2021a; Robert Strauss Center, 2019; Winton, 2018).
Contexto de las MNC durante el siglo XXI
Las MNC con dirección a EUA han sido abordadas por disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades: historia (Castillo, 2005), demografía (Casillas, 2012), economía (García, Villafuerte, 2014), sociología (París, Montes, 2020) y geografía (González, 2022; Castillo, 2020; Winton, 2018), entre otras. Además, organizaciones nacionales e internacionales han abordado las relaciones entre migración, violaciones a derechos humanos y políticas migratorias (MSF, 2017; REDODEM, 2018). Las MNC, además de tener una larga historia y causas de tipo histórico/estructural (García, Villafuerte, 2014), se han caracterizado por su irregularización, y por tener volúmenes demográficos anuales de decenas de miles (ACNUR, 2016; CONAPO, 2021); además, presentan dinámicas de violencia (MODH, 2020; Izcara-Palacios, Andrade, 2015), especialmente en contextos fronterizos (Robert Strauss Center, 2019). En este tenor, para el periodo de 2014-2019, el proyecto Missing Migrant Project (2019) ha registrado la muerte de centenas de migrantes de las MNC en diversos puntos entre Centroamérica y el sur de EUA (particularmente en las fronteras).
Un punto de inflexión de la MNC fue el otoño de 2018, con el inicio de las caravanas migrantes masivas (Villafuerte, García, 2018), y su desarrollo durante 2019. Las caravanas implicaron nuevas movilidades transfronterizas de poblaciones irregularizadas. Por un lado, se diversificaron los perfiles migratorios (con familias, mujeres, población LGTBQ, infantes y adolescentes) (París, Montes, 2020). Por otra parte, las caravanas usaron la visibilidad como estrategia de protección, y mostraron organización y acción colectiva (Frank, Núñez, 2020; Ruíz, Varela, 2020).
Pero, debido a la presión geopolítica y económica de la administración estadounidense de Trump (París, Díaz, 2020), las caravanas fueron detenidas y desarticuladas a mediados de 2019 por la guardia nacional en la frontera sur de México (utilizando el sur de Chiapas como punto de control territorial)4. Esto se dio en el marco de una articulación regional con el Programa Quédate en México de EUA, que fue parte del control migratorio en diversas escalas (local, nacional y regional). Los procesos de control migratorio de México son encuadres necesarios para leer los cambios en las detenciones y deportaciones de MNC de una manera más integral, y no sólo como “neutros” ejercicios de aplicación de la ley migratoria.
Después, en el primer año de pandemia (2020), hubo una notoria reducción demográfica de las MNC (UPM, 2021). Pero, también aconteció que, con el uso político de la contingencia sanitaria, se dieron procesos de fronteras securitizadas (Guatemala-México y México-EUA), y se incrementó la criminalización de migrantes por ser supuestamente posibles vectores de Covid19 (Proyecto Covid19 e Inmovilidad en las Américas, 2021b). Para el 2021, y debido a los impactos económicos de la pandemia y las repercusiones de los huracanes Eta e Iota, las MNC se incrementaron, pero, relacionado con este aumento, permanecieron políticas de control migratorio hacia estas poblaciones, desde el Norte de Centroamérica (Proyecto Covid19 e Inmovilidad en las Américas, 2021c) hasta la frontera México-EUA (REDODEM, 2023).
Distribución de detenciones y deportaciones en las fronteras
En el contexto del control migratorio estatal y de dinámicas locales y globales sanitarias por la pandemia, las detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC en los últimos años han presentado cambios importantes, y se podrían identificar tres pequeños períodos (pre caravanas, caravanas migrantes y la pandemia).
Pre caravanas (2017)
Durante el 2017 hubo una reducción de las detenciones de las MNC respecto a los años en que estuvo operando el Programa Integral Frontera Sur (2014 y 2015). No obstante, continuó la tendencia de que, dentro de los migrantes irregularizados de las MNC, hondureños y guatemaltecos fueron los más numerosos (con 31,349 y 36,337 respectivamente), y después siguieron los salvadoreños (con 12,074) (ver cuadro 2) (UPM, 2018). En el caso de las deportaciones hubo una tendencia similar (35,874 guatemaltecos, 29,959 hondureños y 11,706 salvadoreños) (ver cuadro 3) (UPM, 2018). Sin embargo, en los años de las caravanas (2018 y 2019) hubo un incremento del número de migrantes, y los hondureños se consolidaron como el grupo más numeroso.
En 2017, en lo que respecta al total de detenciones de migrantes de las MNC fue de 79,760, que representó el 84.99% del acumulado nacional de todos los migrantes detenidos (cuya cifra fue de 93,846) (UPM, 2018). Y las deportaciones de migrantes de las MNC fueron de 77,512, que fue el 94.25% del total nacional (que dicho año registró 82,237) (UPM, 2018).
En el caso de la localización, se observaron procesos no homogéneos en la distribución de las detenciones de migrantes de las MNC, con tendencias diferenciadas según la ubicación geográfica de las entidades y la importancia de éstas dentro de las rutas de migración irregularizada, y de la configuración espacial de la infraestructura de control migratorio estatal. Hubo dinámicas de concentración en ciertas regiones del país. Para el 2017, la frontera sur tuvo 31,225 detenciones, lo que representó el 34% del total acumulado nacional de los migrantes de las MNC, que fue de 79,760 detenciones (UPM, 2018). Respecto a las deportaciones, la frontera sur tuvo 27,830, lo que significó el 35.90% de las 77,512 deportaciones a nivel nacional (ver cuadros 4 y 5) (UPM, 2018)5.
Para el 2017, la frontera norte presentó 11,883 detenciones, lo que significó el 14.89% del total acumulado nacional de las 79,760 detenciones (UPM, 2018). Y en las deportaciones, frontera norte registró 9,812, lo que fue el 12.65% de las 77,512 deportaciones a nivel nacional (UPM, 2018)6.
Y, dentro de la dinámica de concentración de detenciones y deportaciones en las zonas limítrofes con Guatemala y EUA, hubo ciertas entidades federativas, como Chiapas y Tabasco en el sur, y Coahuila y Tamaulipas en el norte, que presentaron muy altos registros. Esto muy probablemente tiene que ver con su ubicación geográfica estratégica para las rutas migratorias y para la contención migratoria local y nacional (UPM, 2018).
Caravanas migrantes y su contención (2018 y 2019)
Posteriormente, aconteció un cambio en las MNC. Particularmente con las masivas caravanas migrantes de 2018 y 2019. Dichas caravanas coexistieron con las vertientes invisibilizadas e históricas de migrantes de las MNC que, en pequeños grupos en situaciones de clandestinidad y bajo condiciones acentuadas de violencia, acumularon anualmente decenas de miles de personas. Durante este periodo (2018 y 2019), hubo un claro incremento de detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC respecto a 2017 (UPM, 2018). En 2018 se registraron los siguientes datos: El Salvador con 13,325 detenciones y 12,666 deportaciones; Guatemala con 45,607 detenciones y 44,680 deportaciones; y Honduras con 56,076 detenciones y 53,571 deportaciones (cuadros 2 y 3) (UPM, 2019). En el 2019 se acentuó aún más dicha tendencia, y se registraron algunas de las cifras más altas de la década de 2020 (UPM, 2020a). Los datos fueron: 21,494 detenciones y 20,039 deportaciones de salvadoreños; 52,412 detenciones y 50,794 deportaciones de guatemaltecos; y 78,232 detenciones y 72,125 deportaciones de hondureños (cuadro 2 y 3) (UPM, 2020a).
En 2018 el total de las detenciones de migrantes de las MNC fue de 115,008, lo que representó el 87.49% del acumulado nacional de todos los migrantes detenidos (cuyo registro fue de 131,445) (UPM, 2019). En lo concerniente a las deportaciones fueron 110,917, que significó el 95.87% del total nacional de todas las deportaciones (que fue de 115,686) (UPM, 2019). Para 2019 las detenciones de migrantes de las MNC fueron 152,138, lo que representó el 83.16% del acumulado nacional de todos los migrantes detenidos (cuya cifra fue de 182,940) (UPM, 2020a). Y las deportaciones de migrantes fueron 142,958, que fue el 95.42% del total nacional de todas las deportaciones (cuyo registro fue de 149,812) (UPM, 2020a).
Y, en lo relativo a la distribución territorial de detenciones y deportaciones durante el periodo de las caravanas prepandemia (2018 y 2019), hubo procesos similares a lo acontecido en 2017. No hubo dinámicas homogéneas, presentándose selectividad territorial en la ubicación de detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC en el sur y el norte del país.
En el 2018, la frontera sur registró 61,126 detenciones, lo que significó el 53.14% del total acumulado nacional de migrantes de las MNC, que fue de 115,008 detenciones (UPM, 2019). Y en lo concerniente a las deportaciones, frontera sur tuvo 60,749 deportaciones, lo que significó el 54.76% de las 110,917 deportaciones de las MNC a nivel nacional (ver cuadros 4 y 5) (UPM, 2019). Y, un año después (2019), la frontera sur tuvo 74,993 detenciones, lo que representó el 49.29% del total acumulado nacional, que ese año fue de 152,138 detenciones (UPM, 2020a). Y para las deportaciones, frontera sur tuvo 70,359, lo que significó el 49.21% de las 142,958 deportaciones de las MNC a nivel nacional (UPM, 2020a)7.
En el año 2018, la frontera norte tuvo 19,440 detenciones, lo que representó el 16.90% del total del conjunto nacional de las 115,008 detenciones de las MNC (UPM, 2019). Y para las deportaciones, frontera norte presentó 12,311 deportaciones, lo que fue el 11.09% de las 110,917 deportaciones de las MNC a nivel nacional (UPM, 2019). Y, en 2019, la frontera norte registró 33,020 detenciones, lo que significó el 21.70% del total acumulado nacional de las 152,138 detenciones de las MNC (UPM, 2020a). Y en lo relativo a las deportaciones, la frontera norte presentó 21,696, lo que fue el 15.17% de las 142,958 deportaciones de las MNC a nivel nacional (UPM, 2020a)8.
Y, en consonancia con el 2017 y dentro de las entidades federativas con altas concentraciones de detenciones y deportaciones (UPM, 2018), particularmente Chiapas y Tabasco en el sur, y Coahuila y Tamaulipas en el norte, tuvieron algunos de los registros más elevados durante el periodo de las caravanas, con las cifras más altas en 2019.
La pandemia (2020-2021)
Durante el primer año de la pandemia hubo cambios muy drásticos en las MNC, así mismo hubo cierre de fronteras y control migratorio estatales, basados en supuestos argumentos sanitarios en el contexto del Covid19 (MODH, 2020). En el 2020, las detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC, particularmente en relación con el año anterior (UPM, 2020a), tuvieron un drástico decrecimiento de más del 30%, y, en algunos casos (como los hondureños), fue más acentuado el descenso (UPM, 2021; 2020a). Durante el primer año de pandemia (2020) el escenario fue el siguiente: El Salvador presentó 8,170 detenciones y 4,450 deportaciones; Guatemala tuvo 31,479 detenciones y 26,149 deportaciones; y, finalmente, Honduras con 35,741 detenciones y 27,320 deportaciones (cuadro 4) (UPM, 2021). En 2020 las detenciones de los migrantes de las MNC fueron 75,399, cifra que representó el 91.52% del acumulado nacional de todos los migrantes detenidos (que fue de 82,379); y las deportaciones de migrantes de las MNC fueron 57,919, que fue el 96.02% del total nacional de todas las deportaciones (que fue de 60,315) (UPM, 2021).
Sin embargo, y pese a las estrategias de control migratorio y del cierre fronterizo (principalmente en el sur de México), durante el segundo año de pandemia (2021) se observó un notable aumento en las migraciones de las MNC respecto al año previo, y también de los procesos de detención y deportación del gobierno mexicano (UPM, 2022). El aumento de detenciones fue drástico (ver cuadros 2 y 3), e incluso tuvo mayores registros que el segundo año de las caravanas migrantes previas a la pandemia (2019). El Salvador pasó de 8,179 en 2020 a 24,514 en el 2021 (casi se multiplicó por tres la cifra de detenciones) (UPM, 2022; 2021). Guatemala, de 31,479 detenciones en 2020, aumentó a 80,767 para el 2021 (UPM, 2022; 2021). Y Honduras que, de 35,741 migrantes detenidos en el 2020, llegó a 127,225 para el 2021 (las detenciones se multiplicaron cerca de 3.5 veces) (UPM, 2022; 2021).
Para el 2021, las deportaciones de salvadoreños fueron 5,804, las de guatemaltecos 45,787 y las de hondureños 56,621 (UPM, 2022). En las deportaciones también hubo aumento respecto a 2020, aunque no fue tan pronunciado como el de las detenciones (ver cuadro 3) (UPM, 2022; 2021). Para 2021 las detenciones de migrantes de las MNC fueron de 142,056, lo que representó el 75.87% del acumulado nacional de todos los migrantes detenidos (que fue de 187,231) (UPM, 2022). Y las deportaciones de migrantes de las MNC fueron 122,840, que fue el 94.29% del total nacional de todas las deportaciones (que fue de 130,269) (UPM, 2022).
En lo relativo a la distribución territorial de detenciones y deportaciones durante la pandemia (2020 y 2021), hubo dinámicas semejantes al periodo de las caravanas y años anteriores. No se presentaron procesos homogéneos. A semejanza de años previos (2017-2019), durante 2020 y 2021 hubo selectividad territorial, y se concentraron las detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC en entidades federativas del sur y el norte del país. No obstante, fue notorio, por un lado, la reducción drástica de la cifra de detenciones y deportaciones durante el primer año de pandemia (2020). Además, se observó un aumento significativo en estos registros, alcanzando niveles muy altos el año siguiente (2021) (UPM, 2022; 2021).
En el 2020, la frontera sur presentó 31,215 detenciones, lo que representó el 41.39% del total del conjunto nacional de las 75,399 detenciones de migrantes de las MNC (UPM, 2021). Y la frontera norte presentó 27,830 deportaciones, lo que fue el 48.04% de las 57,919 deportaciones a nivel nacional (ver cuadros 4 y 5) (UPM, 2021). Y, para el 2021, la frontera sur registró 57,552 detenciones, lo que significó el 40.51% del total acumulado nacional de las 142,056 detenciones (UPM, 2022). Y frontera sur presentó 58,126 detenciones, lo que fue el 47.31% de las 122,840 deportaciones a nivel nacional (UPM, 2022)9.
En el 2020, la frontera norte tuvo 31,349 detenciones de migrantes de las MNC, lo que representó el 41.57% del total del conjunto nacional de las 75,399 detenciones (UPM, 2021). Y en las deportaciones, la frontera norte presentó 17,433, lo que fue el 30.09% de las 57,919 deportaciones a nivel nacional (UPM, 2021). Y, para 2021, la frontera norte registró 49,793 detenciones, lo que significó el 35.05% del total acumulado nacional de las 142,056 detenciones (UPM, 2022). Y en lo concerniente a las deportaciones, frontera norte presentó 26,741, lo que fue el 21.76% de las 122,840 deportaciones a nivel nacional (UPM, 2022)10.
Y, en concordancia con años previos (la etapa de caravanas), las entidades federativas con elevadas concentraciones de detenciones y deportaciones (UPM, 2022; 2021; 2020a; 2018), espacialmente Chiapas y Tabasco en el sur, y Coahuila y Tamaulipas en el norte, concentraron los registros más altos durante los primeros años de pandemia (ver cuadros 6, 7, 8 y 9) (2020-2021).
Procesos territoriales en el marco de la contención migratoria
Los cambios (aumento/decrecimiento) demográficos de detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC pueden estar relacionados a procesos sociodemográficos y políticos. Por una parte, la vinculación entre el incremento o decremento del flujo demográfico de las poblaciones de las MNC en tránsito por México y las transformaciones en las deportaciones y detenciones. Por ejemplo, con las caravanas migrantes (2018-2019) y el aumento del número de migrantes (y la diversificación de perfiles sociodemográficos: mujeres, infantes, familias y población LGTBQ+), también hubo un alza de detenciones y deportaciones de las MNC en 2018 y 2019 (UPM, 2019; 2020a). Durante la pandemia hubo cambios en las MNC (CONAPO, 2022; 2021) y en la contención migratoria. En el 2020 hubo una reducción de detenciones y deportaciones, pero en el 2021 aconteció un repunte (UPM, 2022), con cifras cercanas a las del 2019 (UPM, 2020a). Además, con la pandemia y en años previos (2017-2019), las detenciones y deportaciones de migrantes de las MNC fueron la gran mayoría -más del 75%- de todas las detenciones y deportaciones a nivel nacional (UPM, 2022; 2021; 2020a; 2019; 2018).
Por otra parte, también jugó un papel importante en los cambios de detenciones y deportaciones la creciente acentuación y reforzamiento de las políticas migratorias de los últimos años. No obstante, esto aconteció en el marco de la presión geopolítica de EUA sobre México y Centroamérica (Robert Strauss Center, 2019). La agenda y política regional estadounidense para detener y desarticular las migraciones son un proceso clave en el reforzamiento de las fronteras y operativos de contención migratoria del actual y pasado gobierno mexicano.
Sobre las configuraciones territoriales (de concentración/dispersión) de detenciones y deportaciones en México, encontramos dos procesos. Por un lado, una concentración de gran parte de todas las detenciones y deportaciones en la frontera norte y en la frontera sur -siendo esta última la gran acumuladora a nivel nacional- (UPM, 2022; 2021). Por otra parte, y con relación a las fronteras sur y norte, acontecieron dinámicas diferenciadas según entidad federativa. Chiapas y Tabasco (en frontera sur), y Coahuila y Tamaulipas (en frontera norte), acumularon gran número de detenidos y deportados (ver cuadros 6, 7, 8 y 9) (UPM; 2022; 2021; 2020a; 2019).
En este contexto, las MNC, y sus respectivas detenciones y deportaciones, no son territorialmente homogéneas en México como país de tránsito. Las detenciones y deportaciones se concentran en las entidades mexicanas por las que se realizan las rutas migratorias, y especialmente en las de entrada (en frontera sur) y también, aunque en menor medida, en algunos puntos del norte (particularmente en frontera con EUA). E, incluso, en ciertas coyunturas, como las caravanas, estas dinámicas se acentuaron. Determinadas entidades federativas -como Chiapas, Coahuila, Tabasco y Tamaulipas- tuvieron una función estratégica en las rutas migratorias y en la contención migratoria estatal.
Se hizo un ejercicio de pensar las detenciones y deportaciones en un marco más amplio. Estos procesos no sólo se ven desde la perspectiva estatal de acciones del “cumplimiento de la ley migratoria”. Por el contrario, se ubican en el marco de la contención migratoria diferenciada hacia poblaciones migrantes específicas, como los grupos de las MNC. Las detenciones y deportaciones no sólo se entienden en sí mismas, sino en relación con dinámicas sociopolíticas más amplias, como las políticas de control migratorio nacionales (con el envío de la guardia nacional en 2019 y los operativos de securitización fronteriza del gobierno mexicano en 2019, 2020 y 2021); pero también esto acontece a nivel regional entre Centro y Norteamérica, con el Programa Quédate en México y el Título 42 del gobierno de EUA. Es necesaria una lectura geopolítica de esto. Las detenciones y deportaciones no sólo están relacionadas a la agenda de seguridad nacional y los intereses internos de México. También hay que dimensionar regionalmente el peso de la agenda antiinmigrante de EUA sobre las dinámicas de control fronterizo y de las políticas de contención migratoria mexicanas hacia las MNC.
Las detenciones y deportaciones son procesos socio históricos, y cambian en el tiempo y el territorio. Así, en ciertos años hay incrementos en los detenidos y deportados, como el caso de las caravanas migrantes (2018-2019) y el segundo año de la pandemia. Y, asimismo, las detenciones y deportaciones no están distribuidas de forma espacialmente homogénea en México; son más elevadas en ciertos lugares. Por ejemplo, Chiapas es un caso emblemático de esto. Las concentraciones de detenciones y deportaciones en ciertas entidades federativas están relacionadas, no sólo con las rutas migratorias, sino también y especialmente con el control de las poblaciones migrantes (en el sur de México) en las zonas limítrofes entre países, y con el uso de las fronteras como dispositivos de contención de poblaciones extranjeras.
Las detenciones y deportaciones están relacionadas a dinámicas de exclusión, violaciones de derechos humanos y violencia hacia los migrantes (REDODEM, 2020; 2019; 2018). En las detenciones en estaciones migratorias en México, frecuentemente los migrantes irregularizados han estado en condiciones de hacinamiento, insalubridad, sin acceso a servicios médicos y carentes de asesoría jurídica (MODH, 2020; Proyecto Covid19 e Inmovilidad en las Américas, 2021a). Y las deportaciones frecuentemente se realizan sin considerar sí, al ser devueltos forzadamente a sus países de origen y en contextos de inseguridad y violencia, los deportados corren riesgos, y se pone en peligro su vida (París, Díaz, 2020).
Conclusiones, contención migratoria en pandemia
En el marco de las investigaciones que recientemente han abordado las vinculaciones entre las MNC, políticas migratorias (nacionales y regionales), fronteras (Robert Strauss Center, 2019; París, Montes, 2020), y particularmente en el contexto de la pandemia (Proyecto Covid19 e Inmovilidad en las Américas, 2021a), el aporte de este trabajo es abordar la relación entre ciertos procesos políticos (como la contención migratoria) y los cambios en el número de las detenciones y deportaciones, y su configuración territorial, en especial respecto a la contingencia sanitaria y acotado a contextos fronterizos.
El aumento de las detenciones y deportaciones de las poblaciones de las MNC en el segundo año de pandemia (2021) muy probablemente se debió a dos procesos: (1) el incremento de dichas migraciones, y (2) la continuación de los procesos de control migratorio. En lo que respecta al aumento de las MNC a partir del 2021, este crecimiento estuvo relacionado con que, en el contexto de la pandemia las causas económicas de estas migraciones (empleos insuficientes, salarios precarios, pobreza y contextos de violencia) (REDODEM, 2020) no sólo continuaron vigentes en la región del istmo centroamericano, sino que varias de dichas causas se incrementaron de forma notoria con los impactos socioeconómicos de la emergencia del Covid19 y con los daños socio materiales provocados por los huracanes Eta e Ita a finales del 2020 (REDODEM, 2023); de este modo, la creciente pauperización, el aumento de la informalidad, el decrecimiento de los opciones de trabajo sólo acentuaron los contextos de expulsión en Honduras, Guatemala y El Salvador.
Además, después del primer año de pandemia (2020) y como lo han documentado instituciones especializadas en el estudio de las migraciones, se ha venido presentando un notorio incremento en los registros poblaciones extranjeras irregularizadas en tránsito por México, y con destino a EUA (CONAPO, 2024; 2023; OIM, 2024). Y, junto con este proceso, han ocurrido transformaciones relevantes en relación con quiénes han sido las poblaciones migrantes más detenidas. Quizás el caso que más sobresale son los venezolanos, que tuvieron poco más de 96 mil detenciones en el 2022 (UPM, 2023), y cerca de 145 mil en el año 2023 (UPM, 2024). Lo que supone que, en los dos últimos años (2022-2023), las detenciones de venezolanos fueron mucho más numerosas que las detenciones de los hondureños; pero, justo en el periodo de 2020-2021 (los dos primeros años de la pandemia), los hondureños, seguidos por los guatemaltecos, fueron los migrantes irregularizados más detenidos en México (UPM, 2022; 2021).
Este trabajo subraya que, para entender los cambios en las detenciones y deportaciones de las MNC, no sólo hay que considerarlas como dinámicas del ejercicio de la ley migratoria. También hay que comprender dichos procesos en relación estrecha, tanto con el aumento y/o decrecimiento demográfico de las MNC (CONAPO, 2022; 2021), como con los crecientes procesos de endurecimiento de las políticas (de contención) migratoria en México (REDODEM, 2020). Es fundamental la consideración del fuerte peso de la agenda de EUA en la definición de las políticas migratorias y fronterizas mexicanas (García, 2021; International Crisis Group, 2018; Villafuerte, García, 2018). La ejecución y selectividad territorial de los procesos de detenciones y deportaciones de las personas de las MNC forman parte del entramado de las dinámicas de externalización de las fronteras (desde del sur del territorio estadounidense y hacia México) (París, 2022), y particularmente pueden entenderse en cierta medida como la drástica sujeción de las recientes políticas migratorias mexicanas hacia las injerencias e imposiciones de los últimos gobiernos de EUA en materia migratoria. Así, se reitera el carácter histórico, cambiante y relacional de las detenciones y deportaciones de los migrantes de las MNC respecto a procesos políticos más amplios y de diversas escalas.
Para otro momento, sería bueno indagar lo que pasa con los migrantes de las MNC (y sus respectivas detenciones y deportaciones) en relación con otras poblaciones migrantes como los cubanos, haitianos y venezolanos (que crecieron recientemente) (UPM, 2023; 2024), o los migrantes extracontinentales, como los africanos en el sur de México, particularmente en Tapachula. También, en una futura ocasión, hace falta hacer una vinculación entre el abordaje de detenciones y las deportaciones (UPM, 2021; 2020a) y las líneas de estudio que abordan la relación entre la aplicación de las políticas y leyes migratorias (Proyecto Covid19 e Inmovilidad en las Américas, 2021a; París, Díaz, 2020) y los procesos de violencia que sufren los migrantes en contextos oficiales/estatales (fronteras, centros de detención, estaciones migratorias, garitas fronterizas y migratorias) (MODH, 2020; Robert Strauss Center, 2019).
Finalmente, mientras siga una política de contención y criminalización de poblaciones extranjeras irregularizadas en tránsito, continuarán la exclusión, la transgresión de derechos humanos y la violencia hacia los migrantes. Es fundamental una lectura de estos procesos sociales que, sin omitir las perspectivas de los actores e instituciones involucrados, ponga en el centro el respeto de la dignidad humana y el ejercicio de los derechos de los migrantes.
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1
Las MNC se conforman, mayoritariamente, por poblaciones hondureñas (CONAPO, 2021). No obstante, también son numerosas y de mayor antigüedad las guatemaltecas (Castillo, 2005) y salvadoreñas. Aunque Belice también es parte de la región, en este trabajo no se consideró a las personas de dicho país.
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2
Los migrantes no son los que tienen una condición “irregular” (Mezzadra, 2012). Son determinados Estados nacionales los que demandan documentos y procesos administrativos legales a ciertos extranjeros, y son estos países los que producen la “irregularidad” (De Genova, 2018). En lugar de hablar de “migración irregular” o “migrantes irregulares”, se denomina migración irregularizada.
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3
En 2022 y 2023, y con base en información de registros oficiales (UPM, 2024; 2023), pueden identificarse con claridad que, además del importante protagonismo de los migrantes del Norte de Centroamérica (sobre todo los hondureños y guatemaltecos), también poblaciones de otras regiones y países de origen fueron objeto de claros procesos de control migratorio (principalmente en lo relativo a las detenciones). Particularmente, y por el notorio volumen de decenas de miles de detenciones que presentan, destacaron los casos de Venezuela, en Sudamérica, y de Cuba y Haití, en el Caribe (UPM, 2024; 2023). Dichas tendencias del incremento de detenciones de migrantes irregularizados de otros países (como Venezuela, Cuba y Haití) también han sido documentadas en trabajos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM, 2023), así como en los más recientes Anuarios de Migración y Remesas (CONAPO, 2024; 2023).
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4
Estos procesos de control migratorio tenían sus antecedentes en el Programa Integral Frontera Sur (2014), con la crisis de los niños y adolescentes migrantes no acompañados de 2014 (Robert Strauss Center, 2019).
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6
En frontera norte estuvo Baja California con 522 detenciones y 484 deportaciones; Chihuahua con 776 detenciones y 657 deportaciones; Coahuila con 2,093 detenciones y 2,172 deportaciones; Nuevo León con 2,254 detenciones y 1,340 deportaciones; Sonora con 988 detenciones y 945 deportaciones; y Tamaulipas con 12,364 detenciones y 4,214 deportaciones (UPM, 2018) (ver cuadros 6 y 8).
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7
En el caso del sur estuvieron Campeche con 384 detenciones y 335 deportaciones durante 2018, y en el año 2019 fueron 480 detenciones y 462 deportaciones; Chiapas con 47,594 detenciones y 48,405 deportaciones en 2018, y para 2019 los registros fueron más altos con 58,346 detenciones y 55,585 deportaciones; Quintana Roo, para el 2018, tuvo 170 detenciones y 184 deportaciones, y para el año 2019 presentó un incremento con 468 detenciones y 462 deportaciones; y finalmente, Tabasco presentó 12,978 detenciones y 11,825 deportaciones en 2018, y en 2019 fueron 15,679 detenciones y 13,850 deportaciones (ver cuadros 7 y 9) (UPM, 2019; 2020a).
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En la frontera norte, el escenario fue el siguiente. Baja California con 2,021 detenciones de migrantes del NC y 842 deportaciones en 2018, y para el 2019 se incrementó a 1,437 detenciones y 1,127 detenciones. Chihuahua para 2018 presentó 1,232 detenciones y 1,193 deportaciones, y en 2019 aumentó a 3,858 detenciones y 1,309 deportaciones. En 2018 Coahuila tuvo 3,682 detenciones y 2,710 deportaciones, y para el año 2019 llegó a 7,425 detenciones y 5,968 deportaciones. Nuevo León para el 2018 tuvo 3,682 detenciones y 2,710 deportaciones, y para el 2019 subió a 6,376 detenciones y 4,969 deportaciones. Sonora en el 2018 presentó 1,393 detenciones y 1,282 deportaciones, y en el año 2019 llegó a 4,013 detenciones y 3,578 deportaciones; y, finalmente, Tamaulipas en 2018 presentó 7,461 detenciones y 4,127 deportaciones, y en el año 2019 aumentó a 9,912 detenciones y 4,745 deportaciones (ver cuadros 6 y 8) (UPM, 2019; 2020a).
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En la frontera sur el escenario fue el siguiente. Campeche presentó 73 detenciones y 63 deportaciones en el año 2020, y para el 2021 aumentó a 105 detenciones y 68 deportaciones; Chiapas tuvo 30,123 detenciones y 20,432 deportaciones en 2020, y, para el segundo año de la pandemia las cifras fueron más elevadas, con 41,239 detenciones y 31,047 deportaciones; Quintana Roo registró 151 detenciones y 81 deportaciones en el primer año de la pandemia (2020), y para el 2021 hubo un proceso de incremento muy notorio con 437 detenciones y 318 deportaciones; y, finalmente, Tabasco tuvo 5,993 detenciones y 4,543 deportaciones para 2020, y en el 2021 se registró un aumento con 15,694 detenciones y 18,948 deportaciones (ver cuadros 7 y 9) (UPM, 2021; 2022).
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Y, en la frontera norte, el contexto fue el siguiente. En 2020 Baja California presentó 1,196 detenciones y 341 deportaciones, y para el 2021 las cifras se elevaron a 1,793 detenciones y 382 detenciones; Chihuahua en el 2020 tuvo 1,974 detenciones y 1,459 deportaciones, y para el 2021 se elevó a 4,344 detenciones y 2,728 deportaciones; en Coahuila fueron 5,430 detenciones y 3,760 deportaciones para 2020, y posteriormente en el 2021 los registros ascendieron a 12,119 detenciones y 3,535 deportaciones; Nuevo León, en 2020, tuvo 2,972 detenciones y 1,540 deportaciones, y para el año siguiente las cifras aumentaron a 9,166 detenciones y 4,394 deportaciones; Sonora, para 2020, presentó 4,288 detenciones y 2,901 deportaciones, y en para 2021 registró 9,166 detenciones y 4,394 deportaciones; y Tamaulipas tuvo 16,205 detenciones y 4,272 deportaciones en 2020, y en 2021 se incrementó a 16,557 detenciones y 8,581 deportaciones (ver cuadros 6 y 8) (UPM, 2021; 2022).
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Editores de sección
Roberto Marinucci, Barbara Marciano Marques
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
16 Dic 2024 -
Fecha del número
2024
Histórico
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Recibido
22 Mayo 2024 -
Acepto
18 Set 2024