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Tras los patrones de asentamiento: interrogando los mapas de distribución espacial de los migrantes regionales en la Aglomeración Gran Buenos Aires

After the settlement patterns: interrogating the spatial distribution maps of regional migrants in the Gran Buenos Aires Agglomeration

Resumen

En el marco de la pregunta por las dinámicas que atraviesan el asentamiento de los migrantes en el espacio urbano, el artículo se propone analizar la distribución espacial de los migrantes de Bolivia, Paraguay y Perú en la Aglomeración Gran Buenos Aires, indagando en las características sociohabitacionales de los entornos, y el entramado de factores que han condicionado las formas de acceso a la ciudad para estos colectivos.

Palabras clave
distribución espacial; migraciones; condiciones sociohabitacionales

Abstract

In order to contribute to the academical concern about the settlement dynamics of migrants in the urban space, the article aims to analyse the spatial distribution of migrants from Bolivia, Paraguay and Peru in the Gran Buenos Aires Agglomeration, enquiring about the housing characteristics of the environments, and the network of factors that have conditioned the access to the city for these groups.

Keywords
spatial distribution; migrations; housing conditions

Presentación1 1 Se agradece la colaboración de Mariana Marcos, cuyos comentarios constituyeron un aporte esencial para la realización de este artículo.

Abordar la (in)migración constituye un desafío. La figura del inmigrante-extranjero sintetiza -y pone en evidencia- muchos sentidos que atraviesan la construcción del “nosotros” nacional. Por momentos temido, otras veces valorizado, sucesivamente extranjerizado, folklorizado, esencializado, negado, magnificado, invisibilizado; el inmigrante representa una presencia a veces naturalizada pero raramente natural y legítima. En la Aglomeración Gran Buenos Aires, las formas de percibir a la migración -en especial la proveniente de países de la región- siempre fueron complejas: una ciudad forjada bajo el mito del crisol de razas generoso e integrador, pero que estigmatiza y rechaza a parte importante de sus componentes. Minimizada (o excluida de los relatos fundantes) o magnificada (bajo la figura de la invasión), las percepciones sobre la presencia de personas nacidas en países de la región poco se han vinculado con su peso numérico. Con demasiada frecuencia, imaginarios y prácticas discriminatorias en este ámbito se han volcado hacia esta población que no se identifica solo por su carácter “inmigrante”, sino que la condición étnico-nacional -en especial la marcada por rasgos fenotípicos vinculados al mestizaje latinoamericano- tiende a cruzarse con una posición desventajosa en la estructura social, produciendo y reproduciendo formas materiales y simbólicas de (sub)alternidad.

El presente trabajo se propone contribuir a comprender algunas aristas de la relación entre migración y ciudad desde una perspectiva sumamente rica para el análisis social: la dimensión territorial. Partiendo de una pregunta clásica de los estudios migratorios -la vinculada con la distribución espacial urbana- se analizan los patrones de asentamiento de los migrantes y se indaga en sus posibles causas, recuperando aportes de la bibliografía especializada, con el objeto de comprender las condiciones que atraviesan el asentamiento de estos grupos y sus formas de acceso al suelo y la vivienda. Para ello se acota el universo a los migrantes nacidos en Bolivia, Paraguay y Perú, por tratarse de los principales flujos que han arribado a la ciudad en las últimas décadas, y los que ocupan las posiciones más degradadas en los imaginarios de jerarquías étnicas consolidadas por los relatos nacionales, que se reflejan -entre otros factores materiales y socioeconómicas- en sus trayectorias residenciales.

En este sentido se plantea como objetivo analizar la distribución espacial de los migrantes de Bolivia, Paraguay y Perú en la Aglomeración Gran Buenos Aires, indagando en las posibles causas que han condicionado esas inscripciones residenciales -factores vinculados tanto con los propios grupos (características sociodemográficas, trayectorias migratorias, redes sociales) como con las condiciones estructurales que brinda la sociedad de recepción. En lo que refiere a la pregunta por la distribución, se recupera una línea analítica que busca ir más allá de los clásicos mapas sociales para incorporar algunas características de los entornos de residencia; en este caso la presencia de urbanizaciones de origen informal -que, en Argentina, son mayoritariamente dos: villas y asentamientos informales- y la incidencia de condiciones sociohabitacionales deficitarias.

Para ello se plantea un diseño metodológico cuantitativo microespacial, utilizando como principal fuente de datos el último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesados con el software REDATAM+SP. Se trabaja con una cartografía que toma como base las unidades espaciales más pequeñas para las que el censo publica datos (radios censales), ajustada por Marcos2 2 Ibidem. al área de uso residencial, y a partir de ella: a) se identifica la presencia de urbanizaciones informales mediante operaciones de superposición de la capa de unidades geoestadísticas con la cartografía de villas y asentamientos, relevada por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires y el Registro Provincial de Villas y Asentamientos Precarios de la Provincia de Buenos Aires; y b) se construye un indicador de condiciones sociohabitacionales deficitarias que recupera las tradicionales cinco dimensiones de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), pero eleva los umbrales de exigencia3 3 Para mayor detalle de la metodología empleada, véase MERA, Gabriela. Entornos residenciales de los migrantes regionales en la Aglomeración Gran Buenos Aires (2010). . Para la identificación de los migrantes se trabaja a nivel de hogares -hogares particulares con al menos uno de sus miembros nacido en Bolivia, Paraguay o Perú-, con el fin de no subestimar el peso relativo de los migrantes ante la presencia de hogares con integrantes de nuevas generaciones nacidas en argentina. La elaboración de los mapas temáticos se realiza a través de la tecnología de los Sistemas de Información Geográfica (SIG), mediante el software ArcGIS, que brinda amplios recursos para la captura, edición, análisis y diseño de información geográfica4 4 Los datos se presentan en forma de mapas coroplépticos, que se colorean las unidades geoestadísticas con una intensidad que hace referencia al valor que alcanza la variable en cada unidad espacial. Respecto a los intervalos de clase elegidos, se trabajó con los denominados cortes naturales (método de optimización Jenks). .

A partir del diálogo entre el mapa de la distribución espacial de los migrantes y esta cartografía que identifica la presencia de entornos que remiten a dinámicas de informalidad o precariedad habitacional, el artículo se propone contribuir a comprender las diferencias y desigualdades que atraviesan el acceso al suelo para los migrantes, indagando en el entramado de factores que condicionan las formas de acceso a la vivienda para estos colectivos, y contribuyen a explicar su distribución espacial.

La Aglomeración Gran Buenos Aires

La Aglomeración Gran Buenos Aires (AGBA) constituye la envolvente de población o “mancha urbana” más grande de Argentina, que tiene como núcleo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y se extiende hasta donde tiene continuidad la concentración de edificaciones vinculadas por la red de calles, abarcando en forma total o parcial otros 32 municipios. En la actualidad -con sus 13.588.171 habitantes, contabilizados por el último censo del año 2010- la AGBA concentra a la tercera parte de la población del país y tiene una consolidada primacía en el sistema de asentamiento argentino5 5 VAPÑARSKY, César. Primacía y macrocefalia en la Argentina: la transformación del sistema de asentamiento humano desde 1950. .

Mapa 1
Aglomeración Gran Buenos Aires, 2010

La AGBA se encuentra atravesada por importantes heterogeneidades socioterritoriales, con contrastes históricos en sentido norte-sur y centro-periferia, que conviven con nuevas diferenciaciones a nivel microespacial. Como manifiesta el mapa 2, el centro y norte de la CABA conforma un área baja de incidencia de condiciones sociohabitacionales deficitarias, que se despliega de forma continua hacia el norte - configurando un “frente costero” hacia Vicente López y San Isidro- y a lo largo de los “tentáculos” de la mancha urbana, que coinciden con vías de comunicación ferroviarias, cuyo desarrollo dinamizó el crecimiento de la ciudad hacia mediados del siglo XX. Desde este núcleo donde la precariedad habitacional es baja, las condiciones de vida se degradan progresivamente hacia la periferia, en particular en las zonas peor comunicadas con el centro, ya sea por encontrarse a mayor distancia o por tratarse de áreas intersticiales (entre los ejes de crecimiento de la ciudad) con menor accesibilidad a las vías de comunicación que conducen al centro.

Mapa 2
Porcentaje de hogares con condiciones socio-habitacionales deficitarias y localización de villas y asentamientos informales. AGBA, 2010

Junto con estas heterogeneidades emergen, también, entornos donde la precariedad habitacional se conjuga con otro elemento (productor y productor) de desigualdad: formas de producción del suelo por fuera de los canales formales de acceso a la vivienda, que en Argentina remiten predominantemente a dos tipos de hábitat: las villas y los asentamientos informales (mapa 2).

Las villas nacen en la CABA a finales de la década de 1930, enmarcado en el proceso de industrialización y los movimientos migratorios de las provincias del interior hacia la capital. Estos tipos de hábitat -caracterizados por su trazado irregular y alto nivel de ocupación del suelo- inicialmente fueron concebidos por el Estado y los propios habitantes como de carácter transitorio, pero en las décadas siguientes se volvieron una alternativa para acceder a habitar en la ciudad, formando ya parte de su entramado urbano. Los asentamientos informales, por su parte, comenzaron a desarrollarse en la década de 1980 en la periferia de la aglomeración, en un contexto de endurecimiento de las condiciones de acceso a la ciudad. A diferencia de las villas, sus trazados tienden a ser regulares y planificados (en forma de cuadrícula), y producto de ocupaciones decididas y organizadas colectivamente, a menudo con apoyo de organizaciones, que luego buscan mediar con el Estado para luchar por su legitimación y el acceso formal a la propiedad6 6 CRAVINO, María Cristina. Relaciones entre el mercado inmobiliario y las redes sociales en asentamientos consolidados del Área Metropolitana de Buenos Aires. .

Pero, lejos de constituir una dicotomía ciudad formal-ciudad informal, el territorio de la AGBA conforma una gradiente de situaciones heterogéneas, desafiando y condicionando el acceso pleno a la ciudad para una significativa porción de su población.

Migrantes regionales en la AGBA: tras las huellas de su asentamiento espacial

De diferencias y desigualdades: los paraguayos

Los nativos del Paraguay conforman el contingente limítrofe que más ha crecido en la Argentina, si bien su peso en el total de la población sigue siendo pequeño. Difícilmente caracterizable de “antigua” o “reciente” -pues está compuesta por individuos y familias que arribaron al país en momentos históricos diferentes y siguieron trayectorias heterogéneas dentro del territorio argentino, con idas, vueltas y re-migraciones- las formas y dinámicas que asume la presencia paraguaya en la AGBA conforman un universo con aún muchos elementos a descubrir.

Su distribución en la ciudad (mapa 3) da cuenta de un proceso de asentamiento en el que se fueron consolidando inscripciones residenciales particulares, que en los mapas se tiñen de los pigmentos más oscuros de la escala cromática, y que sintetizan estrategias concretas de acceso a la vivienda. Así, se configura una cartografía en la cual algunas zonas se han convertido en receptoras privilegiadas de paraguayos (con extremos donde 8 de cada 10 hogares está conformados por personas nacidas en este país) mientras que en otras su presencia prácticamente nula. Y las formas que adopta esta distribución no es un dato menor: como señala Bourdieu, diferentes zonas están cargadas de sentidos no sólo disímiles, sino eminentemente desiguales: si algunos sitios consagran (material y simbólicamente) a sus habitantes, otros los estigmatizan, brindando posibilidades diferenciales de acceso a los bienes y servicios urbanos7 7 BOURDIEU, Pierre. Efectos de lugar. .

Si se pone en diálogo la distribución de los paraguayos con las heterogeneidades sociohabitacionales al interior de la ciudad (mapa 2), se constata que, en la CABA, núcleo de la aglomeración, la inserción residencial de este colectivo aparece muy vinculada con los lugares históricamente más degradados y la presencia de un tipo de hábitat particular, que remite a formas de acceso al suelo y la vivienda por fuera de las reglas institucionales del mercado formal: las villas. De hecho, las zonas que reúnen mayor concentración de paraguayos (más del 75%) están comprendidas justamente en dos de las villas más pobladas de la CABA: la Villa 21-24, en el sudeste -que en los imaginarios barriales es conocida precisamente como la “villa de los paraguayos”- y la Villa 31/31 bis, en el extremo noreste8 8 Según datos del censo 2010, el 53,5% de los hogares de la villa 21-24 y el 38,3% de los hogares de la villa 31 están conformados por paraguayos. . En menor medida, otras áreas coloreadas de pigmentos oscuros por concentrar altos porcentajes de paraguayos coinciden con (parte de) otras urbanizaciones informales, como Villa 15, Villa 19 y Villa 20.

Mapa 3
Porcentaje de hogares con al menos un paraguayo. AGBA, 2010

Las villas constituyen el ejemplo más emblemático de precariedad socio-habitacional en la CABA, donde se conjugan déficits habitacionales con falta de infraestructura y servicios, una mayor vulnerabilidad ante posibles desalojos y el verse envuelto en los imaginarios estigmatizantes que se construyen en torno a los así llamados villeros. El alto porcentaje de paraguayos en dichos entornos pone de manifiesto, así, una dinámica de acceso al suelo restrictiva para buena parte de estos actores que han hecho de la movilidad internacional parte de sus estrategias de vida.

Numerosos autores han destacado el papel fundamental que cumplen las redes sociales entre los mecanismos de acceso a la vivienda de los migrantes, y que tienden a generar barrios de concentración de población de origen migratorio común9 9 BAILY, Samuel. Patrones de residencia de los italianos en Buenos Aires y Nueva York: 1880-1914; GANDOLFO, Rómolo. Notas sobre la élite de una comunidad emigrada en cadena: el caso de los agnoneses; DA ORDEN, Liliana. Cadena migratoria, familia y pautas de residencia: una nueva mirada a una vieja cuestión. Mar del Plata, 1910-1930; entre otros . En el caso de las villas, como ha estudiado Cravino, sus habitantes destacan “la facilidad que otorgaron los contactos de connacionales para obtener una vivienda, ya sea en alquiler como por medio de la compra, en especial en los migrantes porque el conocimiento de la ciudad es limitado o nulo”10 10 CRAVINO, María Cristina. Magnitud y crecimiento de las villas y asentamientos en el Área Metropolitana de Buenos Aires en los últimos 25 años, p. 139. . Estas redes, que históricamente se traducían en estrategias de allegamiento, en las villas hoy se encuentran fuertemente mercantilizadas, por lo que, más que comenzar albergado por un tiempo en la casa de un pariente, se comienza por las piezas de alquiler para luego, si las condiciones lo permiten, comprar una casa pequeña y/o precaria en el mercado inmobiliario informal11 11 IDEM. Las villas de la ciudad: mercado e informalidad urbana, p. 52. .

El rol de las redes en el acceso a la vivienda se articula, sin embargo, con otra cuestión esencial: las restricciones que operan para acceder al mercado inmobiliario formal en amplios sectores de la población, entre los que se encuentran numerosos paraguayos. Allí, a los requisitos económicos para acceder al alquiler se les suma el contar con garantías de personas cercanas con propiedades inmuebles en la ciudad, documentación y certificados de trabajo formal: factores que definen un horizonte de difícil alcance para los sectores populares, y más aún para muchos paraguayos, insertos en nichos laborales precarios y carentes del capital económico, social y simbólico que exige entrar en este mercado. Por ello, las opciones con las que cuentan para acceder a la vivienda frecuentemente “se encuentran dentro del abanico de la informalidad urbana: ocupar una casa o alquilar un cuarto en una vivienda tomada, pagar un hotel-pensión [...] la opción más utilizada actualmente por estos grupos es la de alquilar un cuarto en una villa de emergencia”12 12 IDEM. La rebelión de los inquilinos. Procesos migratorios y ciudad informal, p. 133. .

Por fuera de los límites de la ciudad capital, esta modalidad de acceso al suelo (vía el mercado informal) no es tan dominante. Estudios previos ya constataban que “la presencia de migrantes de países limítrofes es notoriamente mayor en las villas de la capital que en los ‘asentamientos’ (y también las villas) del Gran Buenos Aires”13 13 IDEM. Magnitud y crecimiento…, op. cit., p. 60. . Pero el mapa de la distribución de los paraguayos permite ir más allá de la dicotomía ciudad formal-informal, manifestando que, si bien los principales espacios de recepción de paraguayos no siempre constituyen urbanizaciones informales, como sucedía en la CABA, se trata de zonas donde predominan condiciones sociohabitacionales deficitarias, mayormente en los intersticios de la mancha urbana, que se poblaron más tardíamente y tienden a concentrar falta de infraestructuras, problemas ambientales y peor conectividad con los centros urbanos. Como se observa en el mapa 3, justamente en torno a los ejes coincidentes con las líneas ferroviarias -las áreas mejor conectadas, donde la incidencia de condiciones habitacionales deficitarias es baja- tiende a haber una presencia relativa de paraguayos muy reducida (menos del 5%).

Es importante recordar que los partidos del Gran Buenos Aires -en términos generales, pues las heterogeneidades intraurbanas son muy significativas- presentan otras condiciones sociohabitacionales que la capital, donde la polarización entre villa y ciudad formal es más marcada. En la CABA, por fuera de las villas, la incidencia de condiciones sociohabitacionales deficitarias es muy reducida, por lo que vivir (o no vivir) en villa constituye una diferencia importante para las condiciones de vida de su población. En el Gran Buenos Aires, en cambio, una importante porción de la ciudad formal tiene niveles de déficit habitacional intermedios (38%) o altos (26%), por lo que residir en un entorno “formal” puede estar signado por un importante grado de precariedad (cuadro 1).

Cuadro 1
Porcentaje de hogares según entorno urbano, nivel de condiciones sociohabitacionales deficitarias y localización. AGBA, 2010

En este sentido, para numerosos paraguayos, el Gran Buenos Aires parece configurarse como una posibilidad de acceso al suelo “formal” -horizonte de más difícil alcance para muchos de estos migrantes en la ciudad capital-, pero restringido a determinadas zonas del aglomerado, históricamente más degradadas o peor posicionadas en términos de accesibilidad.

Entre redes sociales y exclusiones: los bolivianos

La migración de Bolivia comparte diversos rasgos con la nacida en Paraguay. Se trata de una corriente de larga data en Argentina, pero que mantiene renovada actualidad. Al igual que los paraguayos, su presencia en la AGBA es resultado de trayectorias espaciales diversas -de desplazamientos por etapas al comienzo, pues en sus inicios tendieron a asentarse en zonas agrícolas de frontera, y de movimientos directos a Buenos Aires en los últimos años-, y en su inserción en la ciudad se fueron construyendo jerarquías (sociales y simbólicas) que parecen tener expresión territorial. Por un lado, estos grupos presentan diferenciales sociodemográficos y socioeconómicos, en tanto tienden a alcanzar menores niveles educativos, a provenir de sectores más bajos en la estructura social, y a insertarse en el mercado laboral de modo segmentado y precarizado14 14 CERRUTI, Marcela. Diagnóstico de las poblaciones de inmigrantes en la Argentina. . Pero, asimismo, muchas distancias que se erigen en torno a ellos se ubican en un plano simbólico, pues tienden a ocupar los lugares más degradados en los imaginarios de las jerarquías étnicas argentinas, siendo con frecuencia construidos como alteridades indeseadas en el país15 15 HALPERN, Gerardo. Desigualdades y diferencias. Inmigrantes regionales en la Argentina. . Y estas desigualdades, materiales y simbólicas adquieren particularidades específicas.

Los patrones residenciales desplegados por los bolivianos en la AGBA presentan una configuración diferente al caso paraguayo. Por un lado, su nivel de concentración espacial es claramente mayor, y en un doble sentido: en la medida en que hay áreas donde hasta un 95% de los hogares están compuestos por bolivianos, y en el hecho de que muchas de las áreas con mayor peso relativo de esta población tienden a colindar en el espacio (mapa 4).

Mapa 4
Porcentaje de hogares con al menos un boliviano. AGBA, 2010

Esta mayor concentración de los bolivianos puede vincularse con un aspecto particular de esta migración: el peso de las redes sociales que la articulan. Pues, si bien las redes de paisanaje constituyen un elemento crucial en cualquier comunidad migratoria, los oriundos de Bolivia han desplegado una trama de relaciones y vínculos comunitarios más institucionalizados que el resto, circunstancia que ha favorecido el acceso a determinadas ocupaciones -como la construcción y la industria textil- y la concentración en ciertos barrios o localidades16 16 BENENCIA, Roberto, KARASIK, Gabriela. Bolivianos en Buenos Aires: aspectos de su integración laboral y cultural. .

Pero también en este caso, la forma que adopta la distribución de los bolivianos no puede circunscribirse a la acción de las redes sociales. Una mirada sobre dónde han tendido a localizarse permite constatar que, como sucedía en el caso paraguayo, se trata de un asentamiento restringido a zonas históricamente relegadas y con alto predominio de condiciones sociohabitacionales deficitarias. Lo cual, nuevamente, obliga a incluir en la ecuación el rol que juegan las condiciones estructurales de la sociedad de recepción y la presencia de desigualdades sociales -donde factores socioeconómicos se articulan con cuestiones vinculadas al origen migratorio- en un acceso al suelo y la vivienda que contribuyen a reforzar jerarquías existentes.

En la CABA, los bolivianos han tendido a asentarse fundamentalmente en el sur, y al igual que los paraguayos, en su mayoría en zonas signadas por la presencia de villas; patrón de larga data, que ya se observaba en la década de 195017 17 SASSONE, Susana. Migración, territorio e identidad cultural: construcción de ‘lugares bolivianos’ en la Ciudad de Buenos Aires. . Pero no se trata de las mismas villas (o no con la misma envergadura). Por ejemplo, la villa con mayor presencia de paraguayos (la Villa 21-24) no parece haberse constituido en ámbito de recepción de bolivianos. En cambio, aquí emerge principalmente la Villa 1-11-1418 18 Según datos del censo 2010, 65,2% de los hogares de la villa 1-11-14 están conformados por bolivianos. -conocida justamente como “la villa de los bolivianos”- y, en menor medida, otras localizadas en esta parte sudoeste de la ciudad, como Villa 20 y Villa 6, entre otras. Muy cercano a la Villa 1-11-14 se encuentra el barrio General San Martín o Charrúa, que originalmente fue una villa, pero en la actualidad conforma un barrio étnico de la comunidad boliviana19 19 BERTONE DE DAGUERRE, Celia. Migración boliviana, identidad y territorio: el Barrio Charrúa de villa miseria a barrio étnico. , donde tanto “la apropiación y uso del espacio como las relaciones de sociabilidad muestran marcas visibles, reforzadas por prácticas cotidianas que hablan de la territorialización de la reproducción de la identidad étnica”20 20 SASSONE Susana, MERA, Carolina. Barrios de migrantes en Buenos Aires: Identidad, cultura y cohesión socioterritorial, p. 9. . En este sentido, la concentración de los bolivianos en la CABA sin duda se vincula con mecanismos de cohesión étnico-cultural; pero el hecho de que estos espacios se emplacen en las periferias empobrecidas o urbanizaciones informales manifiestan la persistencia de un modelo de inserción urbana segmentado, que reproduce lo que Checa Olmos y Arjona Garrido21 21 CHECA OLMOS, Juan Carlos, ARJONA GARRIDO, Ángeles. Segregación y condiciones residenciales de los inmigrantes africanos en Almería (España). denominan una “línea étnica urbana” que demarca qué zonas pueden constituir (y cuáles no) ámbitos de asentamiento de migrantes: el relegado sur y las villas.

Por su parte, en el conurbano bonaerense, los bolivianos también tendieron a concentrarse en zonas determinadas de la aglomeración, fundamentalmente siguiendo un eje sur que abarca parte de La Matanza, Lomas de Zamora y Esteban Echeverría (mapa 4). Se trata de una zona muy cercana, en términos geográficos, a la CABA, pero que forma parte de esos intersticios de la mancha urbana que se poblaron más tardíamente y donde tienden a primar peores condiciones de vida. Como se observaba en el mapa 2, en esa zona sur, la paleta cromática oscila entre polígonos oscuros, que representan una alta incidencia de condiciones sociohabitacionales deficitarias y puntos que marcan la presencia de urbanizaciones de origen informal.

Por qué esta zona devino receptor privilegiado de migrantes de Bolivia constituye un interrogante complejo. Sassone y Cortés señalan que el asentamiento de muchos bolivianos en sectores inhóspitos de estos municipios se vincula con la relocalización forzada de los habitantes de las villas producida en el marco de los procesos de erradicación de villas de la Ciudad de Buenos Aires a mediados de la década de 1970. Y que, también aquí, las redes de paisanos funcionaron orientando la elección de las áreas dónde residir, reproduciéndose el patrón de alta concentración espacial22 22 SASSONE, Susana, CORTÉS, Genevive. Escalas del espacio migratorio de los bolivianos en la Argentina. .

Asimismo, esta concentración de familias bolivianas en el conurbano bonaerense puede ponerse en diálogo con otros procesos, vinculados con su inserción sociolaboral. Como señala Pascucci, es interesante observar que los municipios de mayor presencia de bolivianos justamente son barrios “donde existe una mayor concentración de trabajadores a domicilio para la industria del vestido, uno de los principales destinos laborales de los inmigrantes bolivianos”23 23 PASCUCCI, Silvina. Migraciones y clase social. Un análisis crítico de la bibliografía sobre inmigrantes bolivianos en Argentina, p. 10. . Según datos del censo 2001, La Matanza, Lomas de Zamora y Esteban Echeverría son los municipios donde -con la excepción de CABA- hay mayor porcentaje de bolivianos dedicados a la fabricación de productos textiles o prendas de vestir (entre 10 y 12%), principalmente mujeres (entre las cuales el porcentaje asciende a 15 y 20%). Estos valores, sin embargo, distan de ser concluyentes. La industria de la confección de indumentaria constituye una rama compleja de abordar cuantitativamente; signada por el desligamiento en pequeños talleres (muchas veces no registrados) y trabajo a domicilio, frecuentemente vinculado con situaciones de precariedad y sobreexplotación. Este tipo de trabajo se extiende, por ello, en sectores de gran vulnerabilidad, mayormente migrantes (en particular, bolivianos), muchos de ellos en condiciones de reducción a la servidumbre24 24 SALGADO, Paula. Deslocalización de la producción y la fuerza de trabajo: Bolivia - Argentina y las tendencias mundiales en la confección de indumentaria. .

Finalmente, cabe destacar un último patrón de asentamiento de los bolivianos en los límites exteriores de la Aglomeración, tanto en el extremo norte como en el sur y en algunos puntos del oeste, en zonas que constituyen (o lindan con) espacios periurbanos (mapa 4). Este último patrón se vincula con la inserción que ha tenido un importante número de familias provenientes de ciertas provincias de Bolivia (Tarija, Potosí, Cochabamba) en la agricultura periférica de la AGBA -así como de otras grandes ciudades de Argentina, donde han contribuido a la conformación o reestructuración de cinturones verdes- a través de la producción de hortalizas para el consumo en fresco. Parte importante de estos trabajadores migrantes se han involucrado en procesos de movilidad social ascendente, que Benencia ha denominado escalera boliviana, y se han transformado con el tiempo de trabajadores en arrendatarios, e inclusive algunos han alcanzado la categoría de propietarios25 25 BENENCIA, Roberto. De peones a patrones quinteros. Movilidad social de familias bolivianas en la periferia bonaerense. .

De alternativas de migrantes recientes: los peruanos

El tercer colectivo más numeroso en la AGBA, los peruanos, con frecuencia son agrupados, junto a los oriundos de Bolivia y Paraguay, bajo imaginarios estigmatizantes. Pero los flujos del Perú presentan características diferenciales: se trata de una corriente reciente -el mayor dinamismo lo experimentó en la década de 1990-, en gran medida integrada por personas provenientes de ámbitos urbanos y con altos niveles de instrucción formal26 26 CERRUTI, Marcela. La migración peruana a la Ciudad de Buenos Aires: su evolución y características. .

Otra característica significativa de este colectivo se vincula con su alta concentración en la AGBA y en la CABA en particular. En el año 2010, 72,5% de los hogares conformados por peruanos se localizaban en esta gran Aglomeración (38% en CABA y 34,6% en su conurbación). Este rasgo la distingue de los otros dos grupos migratorios mayoritarios: de los paraguayos, también muy concentrados en la AGBA, pero con mayor presencia en el Gran Buenos Aires que en la ciudad capital; y de los bolivianos, distribuidos en mayor medida en otras partes del país (Gráfico 1).

Gráfico 1
Distribución espacial de los hogares con al menos un peruano, paraguayo y boliviano. Argentina, 2010

Esta concentración de peruanos en la CABA podría vincularse, señala Cerruti, con dos cuestiones. Por un lado, con el carácter más reciente de la migración peruana, por lo que sus protagonistas no cuentan con redes sociales antiguas y extendidas, como sucede con los paraguayos (en el conurbano bonaerense) o los bolivianos (en otras regiones del país). Y, por otro lado, con el origen principalmente urbano de los nacidos en el Perú, por lo que su preferencia a establecerse en la ciudad capital se vincularía a la elección de un lugar donde el acceso a servicios y al trabajo se vería facilitado27 27 Ibidem. .

La distribución de los peruanos en la AGBA también presenta características distintivas respecto a los otros dos colectivos. Por un lado, el nivel de concentración espacial es menor: las áreas con mayor porcentaje de peruanos se encuentran entre 23 y 62% (lo que entre los paraguayos alcanzaba un máximo de 80% y entre los bolivianos de 96%). Y, por otro lado, el dónde se localizan estas áreas adquiere también sus particularidades (mapa 5).

Comenzando por la CABA, en el caso peruano no se observa un acceso al suelo tan restringido a villas o al sur degradado, como sucedía con paraguayos y bolivianos. Si bien algunas áreas de alta presencia peruana coinciden con entornos informales, una importante porción de estos migrantes reside en la denominada ciudad formal, particularmente en la zona este, cercana al casco histórico y el centro Administrativo y de Negocios.

En este sentido puede conjeturarse que el perfil sociodemográfico y socioeconómico que diferencia a los peruanos de los otros dos grandes flujos migratorios tiene su correlato en dinámicas residenciales particulares. Como sintetiza el cuadro 2, en la CABA tiende a haber menor peso de peruanos en ranchos/casillas (8,6%) o casas con condiciones deficitarias (8,9%) que de bolivianos y paraguayos (cuyos valores oscilan entre 15 y 27%): tipos de vivienda que remiten, particularmente en el primer caso, a entornos de villa28 28 En la CABA, las villas más históricas cuentan con un alto nivel de consolidación, por lo que muchas de las viviendas no pueden considerarse casillas, sino casas (en condiciones de mayor o menor precariedad). En este sentido, la presencia de casas tipo B —viviendas de tipo casa, pero con condiciones deficitarias vinculadas al saneamiento o la materialidad de los pisos— pueden estar remitiendo a un entorno de villa. . Pero eso no redunda en un acceso mayoritario a tipos de vivienda adecuados, pues entre los peruanos cobra importancia una alternativa habitacional -que en la dicotomía ciudad informal-ciudad formal, queda amalgamada a la segunda- que también remite a una forma de hábitat precaria: las piezas en hoteles o pensiones (12,4%).

Mapa 5
Porcentaje de hogares con al menos un peruano. AGBA, 2010

El mercado de alquiler de piezas históricamente devino una de las opciones que se le presentan a los sectores populares para residir en la CABA. En ausencia de otras opciones de vivienda, el alquiler de un cuarto por un pago mensual constituye una alternativa plausible para quienes descartan asentarse en una villa, y valoran una localización que facilite la cercanía a las fuentes laborales y equipamientos urbanos29 29 PASTRANA, Ernesto. El alquiler de piezas en la Ciudad de Buenos Aires en 2008: condiciones de vida y estrategias residenciales de sus habitantes. . Y estos hoteles-pensión se ubican, mayoritariamente, en el centro y este de la ciudad: zonas en las cuales se constataba alta presencia de peruanos.

Cuadro 2
Porcentaje de hogares con al menos un peruano, boliviano o paraguayo según tipo de vivienda. CABA, 2010

Por otro lado, en el caso de los peruanos que sí residen en entornos con villas, hay que rescatar que las villas más pobladas por estos migrantes no son las mismas villas que han tendido a recibir mayoritariamente a paraguayos y bolivianos. Si se acerca la lupa al mapa 5, se observa un alto peso de peruanos en un área del extremo este que incluye a la Villa Rodrigo Bueno (61,7%); en otra próxima al centro geográfico de la ciudad, que coincide con la Villa Fraga (45,8%); en el sur, en un área que forma parte de la Villa 1-11-14 (49,6%); en el sudeste, donde se emplaza la Villa Lamadrid (25%); y en algunos sectores de la Villa 31 y 31bis, en el extremo noreste (entre 25 y 30%). Excepto en el caso de las Villas 1-11-14 y 31 -ya mencionadas a propósito de los paraguayos y bolivianos, que constituyen urbanizaciones informales históricas-, las de mayor presencia relativa de peruanos constituyen villas mucho más nuevas en la ciudad30 30 De hecho, muchos de estos nuevos enclaves de pobreza no han sido considerados como “villas” oficiales de la ciudad. En el año 2006, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires acuñó el concepto de Nuevos Asentamientos Urbanos (NAUs) para denominar a estas formas de ocupación informal de tierra que, por su carácter reciente, no contaban con un reconocimiento formal por parte del Estado. . El mayor predominio de peruanos en estas villas en particular se condice, nuevamente, con el carácter más reciente de dicha migración, que la diferencia de los bolivianos y paraguayos, con redes históricas en las villas más consolidadas.

Por fuera de la ciudad capital, en los partidos del Gran Buenos Aires, los peruanos se han asentado en lugares diversos, sin seguir un patrón específico. Se destacan algunos puntos con alto peso de peruanos en zonas dispersas de la aglomeración, que en dos casos coinciden con entornos con villa -una pequeña área del partido de Tigre (34,7%) y otra en el municipio de Lanús próxima al Riachuelo (38,6%)- y los otros dos, en los partidos de Gral. Rodríguez y Pte. Perón (25%), que se corresponden con la ciudad formal, pero tienen altos niveles de condiciones sociohabitacionales deficitarias, como revelaba el mapa 2. Con la excepción de estos puntos, la distribución de los peruanos en el Gran Buenos Aires no parece circunscribirse a zonas determinadas, ni a entornos habitacionales críticos o informales -como sucedía a propósito de bolivianos y paraguayos, vinculado con la acción de redes consolidadas y restricciones en el acceso al mercado inmobiliario formal. En el caso peruano, ambas cuestiones (al tratarse de una migración más reciente, y de otro perfil sociodemográfico) parecen tener un peso menor, lo cual se manifiesta en sus patrones residenciales.

Reflexiones finales

El presente artículo se propuso abordar algunas aristas de las (múltiples) dinámicas que atraviesan el asentamiento de los migrantes regionales en la AGBA, a partir de la pregunta por los factores que condicionan su distribución espacial. Pues esa configuración de posiciones residenciales que puede sintetizarse en un mapa da cuenta de la estructura urbana y las condiciones de acceso al suelo que brinda el mercado y el Estado, así como de estrategias de asentamiento realizadas por actores desigualmente posicionados en el campo social. En un territorio marcado por relaciones de poder, localizaciones diferenciales dan cuenta de jerarquías y distancias sociales.

Pero interrogarse por la relación entre inmigración y condiciones habitacionales no es tarea sencilla. Con demasiada frecuencia circulan discursos reduccionistas que asocian de manera automática inmigración y problemas de vivienda, magnificando la incidencia de la primera (con la imagen de la ola de inmigración descontrolada) y culpabilizándola de los problemas que se plantean en torno a lo segundo, haciendo de la inmigración la responsable del déficit habitacional urbano. Pero la necesidad de tomar distancia de este tipo discursos, corre el peligro de invisibilizar otra parte importante de esta ecuación: el hecho de que una gran proporción de migrantes en la AGBA efectivamente experimenta formas de inserción habitacional deficitarias, dando cuenta de un proceso de vulneración de derechos hacia un amplio sector de la población.

A lo largo del trabajo se pudo constatar que, en este contexto, dinámicas socioeconómicas tienden a conjugarse con el origen migratorio para relegar a una significativa parte de estos colectivos a zonas signadas por condiciones sociohabitacionales deficitarias y/o entornos definidos por la informalidad. Pero la relación entre migración y condiciones habitacionales precarias no es un fenómeno lineal: los diferentes colectivos plantean especificidades -vinculadas con sus trayectorias, perfiles y posiciones en el campo social- y las condiciones que brinda la AGBA como espacio de recepción también son muy heterogéneas. Si bien para muchos migrantes (como para numerosos nativos) las villas se configuran como una alternativa de acceso a la vivienda en una ciudad signada por un mercado inmobiliario excluyente, no todos los migrantes se insertan en villas, ni todas las villas devienen igualmente ámbitos de recepción migratoria. Factores como la presencia de redes sociales, su antigüedad y las particularidades de los colectivos generan formas de asentamiento diversas, que dan cuenta de muchas de las diferencias (y desigualdades) que atraviesan el acceso a habitar la ciudad para los grupos procedentes de la migración.

El presente trabajo espera constituir un aporte para pensar esta problemática (académica, social y política), desde el gran desafío que implica no alimentar procesos de estigmatización hacia los migrantes, sin por ello desconocer las interacciones -complejas y efectivamente problemáticas en términos de vulneración de derechos- entre ciertas migraciones internacionales y su inserción residencial en condiciones deficitarias.

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  • 1
    Se agradece la colaboración de Mariana Marcos, cuyos comentarios constituyeron un aporte esencial para la realización de este artículo.
  • 2
    Ibidem.
  • 3
    Para mayor detalle de la metodología empleada, véase MERA, GabrielaMERA, Gabriela. Entornos residenciales de los migrantes regionales en la Aglomeración Gran Buenos Aires (2010). XIV Jornadas Argentinas de Estudios de Población - I Congreso Internacional de Población del Cono Sur. 2017. . Entornos residenciales de los migrantes regionales en la Aglomeración Gran Buenos Aires (2010).
  • 4
    Los datos se presentan en forma de mapas coroplépticos, que se colorean las unidades geoestadísticas con una intensidad que hace referencia al valor que alcanza la variable en cada unidad espacial. Respecto a los intervalos de clase elegidos, se trabajó con los denominados cortes naturales (método de optimización Jenks).
  • 5
    VAPÑARSKY, CésarVAPÑARSKY, César. Primacía y macrocefalia en la Argentina: la transformación del sistema de asentamiento humano desde 1950. Desarrollo económico, v. 35, 1995, p. 227-254.. Primacía y macrocefalia en la Argentina: la transformación del sistema de asentamiento humano desde 1950.
  • 6
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  • 7
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  • 8
    Según datos del censo 2010, el 53,5% de los hogares de la villa 21-24 y el 38,3% de los hogares de la villa 31 están conformados por paraguayos.
  • 9
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  • 10
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  • 13
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  • 18
    Según datos del censo 2010, 65,2% de los hogares de la villa 1-11-14 están conformados por bolivianos.
  • 19
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  • 25
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  • 26
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  • 27
    IbidemCERRUTI, Marcela. La migración peruana a la Ciudad de Buenos Aires: su evolución y características. Población de Buenos Aires, v. 2, n. 2, 2005, p. 7-28. .
  • 28
    En la CABA, las villas más históricas cuentan con un alto nivel de consolidación, por lo que muchas de las viviendas no pueden considerarse casillas, sino casas (en condiciones de mayor o menor precariedad). En este sentido, la presencia de casas tipo B —viviendas de tipo casa, pero con condiciones deficitarias vinculadas al saneamiento o la materialidad de los pisos— pueden estar remitiendo a un entorno de villa.
  • 29
    PASTRANA, ErnestoPASTRANA, Ernesto. El alquiler de piezas en la Ciudad de Buenos Aires en 2008: condiciones de vida y estrategias residenciales de sus habitantes. Buenos Aires: Ministerio de Hacienda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Informe diagnóstico, 2008.. El alquiler de piezas en la Ciudad de Buenos Aires en 2008: condiciones de vida y estrategias residenciales de sus habitantes.
  • 30
    De hecho, muchos de estos nuevos enclaves de pobreza no han sido considerados como “villas” oficiales de la ciudad. En el año 2006, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires acuñó el concepto de Nuevos Asentamientos Urbanos (NAUs) para denominar a estas formas de ocupación informal de tierra que, por su carácter reciente, no contaban con un reconocimiento formal por parte del Estado.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Jan-Apr 2018

Histórico

  • Recibido
    29 Ene 2018
  • Acepto
    13 Abr 2018
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