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Normas sociales de iniciación sexual entre adolescentes y relaciones de género

Resúmenes

Con el objetivo de identificar las normas y expectativas sociales que se encuentran en la iniciación sexual, fueron estudiados cuatro grupos de adolescentes entre 14 y 18 años de edad, en 2.006, en la ciudad de San Pablo, Brasil. Los datos mostraron que las cuestiones de género están claramente presentes en los discursos de los entrevistados y se mostraron fundamentales en las elecciones sobre: el momento, el compañero y las prácticas contraceptivas que se encuentran en la vivencia de la primera relación sexual. Los adolescentes están subordinados a los papeles de género, tradicionalmente atribuidos a los hombres y a las mujeres, y al concepto de que el sexo es un instinto físico e incontrolable entre los muchachos, y a la intrínseca relación entre el amor, el deseo y el sexo entre las muchachas; estas percepciones tienen también un papel preponderante para mantener estos valores en el grupo en que viven.

salud del adolescente; salud sexual y reproductiva; género y salud


This study aimed to identify standards and expectations regarding sexual initiation of 14 to 18 year-old adolescents in Sao Paulo, SP, Brazil, using data from four focal groups conducted in 2006. Results revealed that gender issues are clearly present in participants' reports and showed to be essential in their choices about the moment, partners and contraceptive practices in the first sexual relation. Adolescents are subordinated to gender roles, traditionally attributed to male and female genders, i.e. the notion that sex is an uncontrolled instinct for boys, and intrinsically and closely associated to love and desire for girls. Adolescents also play a preponderant role in the perpetuation of these values within the group they live in.

adolescent health; sexual and reproductive health; gender and health


Com o objetivo de identificar normas e expectativas sociais que cercam a iniciação sexual, foram estudados quatro grupos focais com adolescentes de 14 a 18 anos de idade, em 2006, na cidade de São Paulo, Brasil. Os dados mostraram que as questões de gênero estão claramente presentes nos discursos dos entrevistados e mostram-se fundamentais nas escolhas sobre o momento, as parcerias e as práticas contraceptivas que circundam a vivência da primeira relação sexual. Os adolescentes tanto estão subordinados aos papéis de gênero tradicionalmente atribuídos aos homens e mulheres, como a concepção de que o sexo é um instinto físico e incontrolável entre os garotos e a intrínseca relação entre amor, desejo e sexo entre as garotas, quanto têm papel preponderante para a manutenção de tais valores no grupo em que vivem.

saúde do adolescente; saúde sexual e reprodutiva; gênero e saúde


ARTIGO ORIGINAL

Normas sociales de iniciación sexual entre adolescentes y relaciones de género1

Ana Luiza Vilela BorgesI; Eunice NakamuraII

IEscola de Enfermagem da Universidade de São Paulo, Brasil: Doctor en Salud Pública, Docente, e-mail: alvilela@usp.br

IIEscola de Enfermagem da Universidade de São Paulo, Brasil: Doctor en Antropología, Bolsista PRODOC/CAPES, e-mail: eunice_nakamura@hotmail.com

RESUMEN

Con el objetivo de identificar las normas y expectativas sociales que se encuentran en la iniciación sexual, fueron estudiados cuatro grupos de adolescentes entre 14 y 18 años de edad, en 2.006, en la ciudad de San Pablo, Brasil. Los datos mostraron que las cuestiones de género están claramente presentes en los discursos de los entrevistados y se mostraron fundamentales en las elecciones sobre: el momento, el compañero y las prácticas contraceptivas que se encuentran en la vivencia de la primera relación sexual. Los adolescentes están subordinados a los papeles de género, tradicionalmente atribuidos a los hombres y a las mujeres, y al concepto de que el sexo es un instinto físico e incontrolable entre los muchachos, y a la intrínseca relación entre el amor, el deseo y el sexo entre las muchachas; estas percepciones tienen también un papel preponderante para mantener estos valores en el grupo en que viven.

Descriptores: salud del adolescente; salud sexual y reproductiva; género y salud

INTRODUCCIÓN

La adolescencia es de gran relevancia para el campo de la salud colectiva, especialmente en lo que se refiere a la salud sexual y reproductiva, ya que esta es una fase en que las prácticas sexuales asumen un carácter específico, entre los cuales se destaca la iniciación sexual. Es el inicio de la vida sexual que introduce, definitivamente, a los individuos en contextos importantes de vulnerabilidades a enfermedades sexualmente transmisibles (DST y SIDA), a la gestación no planificada y al aborto, de ese modo se relevante conocer sus motivaciones, los contextos en que ocurren y sus implicaciones en el ámbito de la salud.

Uno de los aspectos determinantes, en las elecciones sobre el momento, el compañero y el contexto en que ocurren, se refiere a la presión ejercida por los pares. Así, la iniciación sexual de los muchachos sirve como modo de expresión del proceso de transformarse en hombre, de consolidación de la masculinidad, lo que solo puede ser alcanzado entre el grupo de iguales. Por lo tanto, "tener la primera experiencia sexual no es garantía automática de un nuevo status. Es necesario el reconocimiento de los pares, que confiere legitimidad a esa rito de pasaje(1). A su vez, fue observado un código de conducta que prescribe, en determinado momento, que la virginidad pasa a ser un peso en la vida de los adolescentes, operando como elemento de presión(2).

La iniciación sexual puede ser estimulada, entre otros, por a la difusión del modelo de comportamiento sexual dictado por los pares, que es moldado por el propio significado atribuido culturalmente a la sexualidad, en el cual cabe a los hombres el papel de no resistir al impulso sexual, y a las mujeres el papel de controlar sus impulsos, confirmando las relaciones de género, presentes en el escenario de la iniciación sexual(1).

Las diferencias en la iniciación sexual, de hombres y mujeres, están bien descritas en estudios poblacionales que analizan sus datos por medio de la variable sexo, ya que, en la mayoría de las veces, la iniciación sexual ocurre más precozmente entre los hombres(2-3). Sin embargo, son los estudios que toman como categoría de análisis las relaciones de género los que más captan la diversidad y complejidad de las trayectorias sexuales de los individuos. La perspectiva de género recomienda que las diferencias entre los sexos no deben ser tomadas como naturales y si considerarlas como consecuencia de una construcción social y cultural de lo que significa ser hombre o mujer, de jerarquías y relaciones de poder en cada tiempo, espacio y grupo social(1).

Las cuestiones de género se han mostrado fundamentales en las elecciones que están presentes en la primera relación sexual, ya que "circula, unánimemente, entre las mujeres el sentimiento de 'entrega' en relación al acto sexual, dando el carácter valorativo de 'raro' a la virginidad. Al mismo tiempo en que existe el deseo de descubrirse, se impone la necesidad de 'preservarse'. Por otro lado, la experiencia masculina se traduce en dos actitudes: en una, el desempeño sexual es visto como un logro, sustentando el poder de la masculinidad; en la otra, la actitud es decididamente romántica, en la que el hombre busca 'entregarse' en el momento cierto y a la compañera cierta"(4).

Este estudio toma como supuesto que las motivaciones diferenciadas para el inicio de la vida sexual de hombres y mujeres son fruto de la construcción de sus identidades basadas en las relaciones de género. No se puede dejar de lado que los adolescentes están dentro de en una red de vínculos de amistad que se constituye en un espacio fundamental de socialización. Son los pares que están sujetos a los estándares normativos de comportamiento sexual y que también los refuerzan en sus relaciones con su grupo. De esa forma, el objetivo fue identificar normas y expectativas sociales que se encuentran en la iniciación sexual en un grupo de adolescentes, analizadas a partir de los significados particulares expresados en sus discursos.

MÉTODO

Se trata de estudio cualitativo que utilizó como técnica la discusión de grupos focales con un guión semiestruturado. La población de estudio constó de adolescentes de 14 a 18 años de edad, que eran estudiantes de una escuela estatal de la zona oeste del municipio de San Pablo. Los datos fueron recolectados por medio de cuatro grupos focales; las reuniones fueron realizadas en junio de 2.006, dos con muchachas (11 y 8 participantes) y dos con muchachos (7 y 6 participantes). La opción por conducir los grupos separadamente por sexo se justificó por la necesidad hacer sentir, a los participantes, que eran libres para exponer sus puntos de vista, sin cualquier tipo de intimidación que pudiese ocurrir en la presencia de miembros del sexo opuesto.

La elección de las salas de clases, donde fueron realizadas las invitaciones para la participación en la investigación, fue sugerida por la escuela, de forma que pudiesen participar adolescentes más jóvenes (entre 14 y 16 años de edad, que cursaban la octava serie de enseñanza fundamental) y con más edad (entre 16 y 18 años, que cursaban el segundo año de enseñanza media).

Los principales temas destacados en el guión, utilizado para apoyar las discusiones, fueron: lo cotidiano de los adolescentes en la comunidad en que viven, las relaciones afectivas amorosas en la adolescencia, las expectativas y normas sociales que orientan las decisiones sobre las relaciones sexuales en la adolescencia, aprendidas en la convivencia con los pares y la familia, incluyendo la iniciación sexual y la concepción sobre el inicio de una vida sexual saludable. Los grupos fueron conducidos por una moderadora y se contó con la presencia de una observadora, ambas autoras de este artículo. Todas las entrevistas fueron grabadas.

Fueron obedecidos los preceptos éticos estipulados por en la Resolución 196/96. Los adolescentes fueron convidados a participar del estudio después de recibir una explicación (en la sala de clases) de sus objetivos. En el día de la invitación, fueron distribuidos los términos del consentimiento libre y esclarecido para que fuesen firmados por los padres de los alumnos menores de 18 años de edad. Fue obtenido el consentimiento por escrito de los participantes y/o de sus responsables. Esta investigación fue aprobada por el Comité de Ética en Investigación de la municipalidad de San Pablo.

Los datos fueron analizados utilizando las técnicas de análisis de contenido temático de los diálogos(5). Fueron identificados los temas más relevantes expresados en las declaraciones, asociados tanto a la percepción y al comportamiento de los adolescentes frente a la primera relación sexual como a las expectativas y posibles presiones ejercidas por el grupo socio cultural al cual pertenecían.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El análisis de los grupos focales permitió identificar algunas diferencias entre los género, las que inciden en la vivencia cotidiana de los adolescentes y son fundamentales en la orientación de sus comportamientos sexuales. Los temas destacados fueron: 1) expectativas en relación al sexo opuesto; 2) la iniciación sexual; 3) control y expectativas de la familia, de vecinos y de pares, y 4) inicio de la vida sexual y salud.

Expectativas en relación al sexo opuesto

Los adolescentes fueron estimulados a discutir como veían y como les gustaría que ser vistos por los ojos del sexo opuesto. Los diálogos revelaron que hombres y mujeres tienen expectativas diferentes, mostrando un descompás en los papeles sociales a ser ejercidos por ambos. Así, las muchachas esperan que los muchachos sean responsables, respetuosos y asuman compromisos de enamoro. Para ellas, lo que está en juego es ser respetadas y valorizadas a punto de trasformarse en enamoradas y no permanecer apenas en el status de "por el momento".

Encontrar un muchacho, principalmente en la escuela, que te respete... que tu pases y tipo así, que él diga 'caramba, esa muchacha es tan simpática, es de buena familia' ... 'no, esa muchacha es una piedra'... sabe ¿así? (F4

Los muchachos también esperan que las muchachas sean serias en relación a las cuestiones de enamorar y sexo, principalmente en el sentido de la fidelidad. La virginidad no aparece como un objetivo central, pero sí la monogamia y la lealtad, o sea, la cuestión fundamental parece ser la preservación de la honra masculina, y no el comportamiento femenino propiamente dicho, ya que, para los muchachos, la fidelidad femenina es más valorizada que la virginidad(6).

Que no traicionen, que no coloque cuernos en el marido [lo que se espera de las muchachas] (M3).

Las adolescentes tienen plena noción de las expectativas sociales que rodean sus conductas y se sienten responsables por la imagen que los otros puedan venir a tener sobre sus actitudes. Por esto, pueden surgir comportamientos que buscan mantener la valorización social en su medio, como la restricción del número de enamoramientos y compañeros sexuales, así como la resistencia a las propuestas sexuales de los muchachos.

Yo pienso así: es la muchacha que tiene que hacerse respetar (F2).

La iniciación sexual

La decisión de hombres y mujeres sobre la iniciación sexual se guía por un criterio bien definido: el momento cierto. Sin embargo, la definición de ese criterio es diferente de acuerdo con el sexo de los jóvenes.

Idealización del primer compañero sexual: la confianza para entregarse

Para las mujeres, el momento cierto para iniciarse sexualmente consiste en la vigencia de la confianza en el compañero, probablemente más importante que el amor. La confianza incluye el respeto al compañero: él no debe comentar con los amigos sobre el relación sexual - lo que haría que la virginidad saliese de la esfera privada para la esfera pública y colocaría en riesgo la moral de la muchacha - y también no debe desaparecer después de la conquista, ratificando el deseo femenino de profundizar la relación en un compromisso más serio(4).

Entonces creo que tiene un momento cierto, tiene que escoger su momento, tiene que ver cuando la mujer está pronta, tiene que confiar en la persona, conocer primero, conocer al tipo, ver si es correcto, si no va salir hablando de ti después... porque de otro modo hoy lo hago y mañana el barrio entero va a saberlo (F9).

La confianza necesita estar presente también porque la virginidad puede ser vista como un presente y es, de cierta forma, bien guardada. En otras palabras, para las muchachas, "la primera experiencia sexual aparece como formulada en términos de una 'entrega', cuya legitimidad ocurre en el ámbito de una relación afectiva ya consolidada (enamoro), concretizada a partir de la presentación del compañero a la familia, seguida del 'pedido' en enamoramiento"(6).

La iniciación sexual como entrada en el mundo adulto

El momento cierto para la iniciación sexual entre las adolescentes también contiene la etapa de la vida en que la muchacha se siente madura. La madurez puede ser señalada por la inserción en el mercado de trabajo y la consecuente autonomía financiera y también por la edad, inclusive para que pueda asumir las posibles consecuencias de la vida sexual, como la gravidez, el abandono del compañero o la evaluación negativa de su conducta.

En mi opinión, creo que el día en que trabaje, cuando seas dueña de tu nariz, ahí sí es hora hacer lo que tú quieras... (F14).

Relatos descritos en investigaciones que usaron entrevistas en profundidad denotan que, para las muchachas, la iniciación sexual las coloca como autoras de sus actos, exigido actitudes responsables, tomadas de decisión y, consecuentemente, responsabilidad por sus actos, introduciéndolas definitivamente en un universo de mayor madurez(1,4).

El juego en el enamoramiento: ¿resistir o ceder?

Otra cuestión referida como una razón para la iniciación sexual es la presión ejercida por los enamorados. Ceder puede significar la garantía de la presencia del enamorado y evitar que salga buscando otras mujeres que satisfagan su necesidad sexual, ya que entre las muchachas también es natural la concepción de que la necesidad masculina de sexo es incontrolable.

Hay muchachas que tienen sexo solo porque el enamorado quiere (F5).

No existe el muchacho que va a aguantar dos meses sin sexo... (F6).

De cualquier forma, son ellas que van a decidir sobre la primera vez y, en ese juego, existe un intenso y permanente movimiento de resistencia e insistencia, en que las muchachas se sienten todo el tiempo evaluando los pros y contras de la iniciación sexual. También existe un delicado equilibrio, enfrentado por esas muchachas, entre atender la regla de resistir y, por otro lado, el arriesgarse a perder el compañero(7). En ese sentido, "el dilema entre ceder y no ceder, o de cuanto ceder, es muchas veces ponderado a la luz de un mercado sexual donde abundan mujeres 'fáciles'"(7). Como le cabe a la mujer determinar el ritmo y la dinámica de la relación(6), la recusa generalmente está basada en subterfugios para negar o aplazar la iniciación y hasta los muchachos tienen plena claridad de los motivos alegados para tal y contraponen, con mucha convicción, las diferencias en la naturaleza sexual entre hombres y mujeres. La necesidad sexual masculina es comprendida como más frecuente e intensa que la femenina, de la misma forma que en otros estudios han sido considerados individuos de grupos sociales más menos abastados(1,7-8).

Para el hombre no existe hora. Para la mujer es diferente, es 'hoy no quiero, estoy cansada, estoy con dolor de cabeza' (M8).

La inevitabilidad de la iniciación sexual antes del casamiento

Los discursos dejan claro que no se puede mantener la virginidad [femenina] hasta el casamiento (F4). Considerando que la pérdida de la virginidad es inexorable, la cuestión pasa a ser, con quien la muchacha va a tener su primera relación sexual, Sin embargo, en la actualidad, los cambios de las reglas sociales del enamoramiento entre los adolescentes están acompañadas de mayor tolerancia por parte de los padres y del ejercicio de la sexualidad disociado del casamiento, lo que no quiere decir que no existan clasificaciones morales sobre el comportamiento femenino, ya que "una cierta discreción, una subordinación de la práctica sexual al vínculo afectivo y el no abusar teniendo numerosos compañeros sexuales, continúan siendo los pilares de evaluación de la honra femenina entre los jóvenes"(9).

Yo pienso que es muy bonito casarse virgen, no se si voy a conseguirlo porque pienso que no se puede mismo, pero yo pienso que es esencial casarse virgen (F12).

Se puede decir, entonces, que la pérdida de la virginidad no está totalmente banalizada, ya que el enfriamiento del valor social dado a la virginidad no disminuye la importancia que las mujeres le dan y la atención que los hombres le dedican, inclusive existiendo otra visión sobre la virginidad, en la cual es desvalorizada como un peso del cual es preciso librarse(10).

Hasta las muchachas que son vírgenes dicen que no son, solo para vanagloriarse (M6).

A pesar de que las mujeres están iniciando su vida sexual cada vez más temprano y que la edad de la iniciación sexual está próxima a la de los hombres(2), sus motivaciones para iniciar la actividad sexual continúan respondiendo a los papeles de género tradicionalmente atribuidos a la mujer, como el amor, el romance y el compromiso como propulsores de las primeras prácticas sexuales. De cualquier forma, no se puede dejar de considerar que la población del estudio se constituyó de adolescentes urbanos que viven en una gran metrópolis, de modo que lo encontrado, tal vez, no pueda ser generalizado a los adolescentes que viven en ciudades pequeñas o en comunidades rurales.

Cualquier hora es hora

El momento cierto para la iniciación sexual de los muchachos está pautado en el hecho de que las necesidades sexuales masculinas son percibidas como más fuertes y menos pasibles de control(8). Así, la concepción del momento cierto es que cualquier hora es hora (M11). Muchas veces, inclusive no sintiéndose preparados o sin deseo de mantener una relación sexual, los muchachos no se sienten en el derecho de decir "no"; también en caso de ser seducido, él no puede elegir su compañera. Es por esa razón que la virginidad masculina es considerada una debilidad del hombre, ya que él estaría siempre preparado para el sexo. El sexo como instinto es la explicación natural para la imposibilidad masculina de negarse a realizarlo; también el miedo que un rechazo de su parte se vuelva público, constituye la razón social para no recusarlo(7). Es así que más hombres que mujeres, revelan que ya tuvieron relaciones sexuales sin desearlo (7).

La hora es ahora, para el hombre no hay una hora [para tener la primera relación sexual] (M13).

El grupo femenino corrobora la perpetuación de ese escenario de presión social al enfatizar que los hombres que se mantienen vírgenes deben presentar algún problema, ya que, de lo contrario, ya tendrían conseguido una compañera para la iniciación sexual, evidenciando que la elección sobre la iniciación sexual, o sobre otras esferas de la sexualidad, no es exclusivamente individual, pero social y culturalmente determinada.

Hombre virgen es siempre feo... (F8).

Control y expectativas de la familia, de la comunidad y del grupo de pares

Se resalta el nítido control social al cual los adolescentes, en general, están sujetos, lo que incluye la observación de su comportamiento y el posterior relato de lo juzgado por los padres. La intensidad de ese control parece ser la misma para ambos sexos, estando los hombres y las mujeres sujetos a chismes y críticas como resultado de sus ropas, sus amistades, su apariencia física, los horarios de entrada y salida de casa, entre otros. Sin embargo, los requisitos utilizados para establecer y rotular a los adolescentes fueron bastante diversos en lo que se refiere al sexo de los mismos, o sea, las concepciones de género también forman la base del mecanismo que opera en las representaciones de ese grupo que convive próximo de adolescentes.

Para las muchachas, ese control tiene como objetivo, principalmente, vigilar su comportamiento y evaluar su conducta moral. Para los muchachos, la preocupación recae sobre el consumo y el tráfico de drogas, o la posibilidad de permanecer sin cualquier actividad de trabajo.

Es verdad, [si] engordó... estas embarazada... si tiene pechos grandes es leche... es así, donde yo vivo, es así (F12).

Llegas tarde en casa, ya piensan que estas usando drogas... (M8).

En relación a los padres, se observa que existe el control de comportamiento social de las hijas mujeres(11), que puede ser ejercido de forma indirecta, cuando los padres buscan dialogar con la hija con la intención de mantenerse informados sobre los acontecimientos relacionados a la sexualidad y de las relaciones amorosas, principalmente en relación a la pérdida de la virginidad o de forma directa, cuando se trata de aceptar determinadas amistades, de imponer horarios para llegar en casa, especialmente cuando salen con enamorados, y de los consejos sobre el nivel de intimidad física a ser establecido con los compañeros. En relación a los hijos hombres, el control de los padres es ejercido en función de la expectativa de que el adolescente se transforme en un hombre trabajador y responsable, dándole poca importancia a su comportamiento sexual.

Mi madre decía mucho, algo como, mira donde colocas la mano, ve bien lo que el tipo está haciendo, la mano boba (F17).

La cosa que ellos [los padres] más quieren es: 'si la perdiste [la virginidad], me lo cuentas...' (F9).

En el escenario de la iniciación sexual, el control ejercido por los pares sobre las mujeres está vinculado principalmente a la posibilidad de que ellas tengan otros compañeros sexuales diferentes del primero. En ese caso, el término "usada" es ampliamente utilizado, sin que los hombres experimenten ese tipo de desvalorización.

Si [la muchacha] se queda una semana con un y luego con otro... Ahí ya se vuelve famosa (M2).

La iniciación sexual, independientemente del matrimonio, entre las mujeres es consentida, desde que la relación tenga como finalidad un compromiso y lazos de afecto, y desde que los compañeros sexuales no sean muchos. Probablemente, esto se debe a que en la concepción del grupo investigado, el deseo femenino surge apenas a partir de la relación amorosa con su compañero, o sea, el origen del deseo estaría en el amor y no en el instinto, como es el caso de los hombres(12). Las muchachas que rompen el triángulo amor, deseo y sexo, se están desviando de un camino que sería naturalmente recorrido por las mujeres en el ámbito de la vivencia de su sexualidad.

En el caso de los hombres, la presión para la iniciación sexual viene de los pares: es necesario mentir a los amigos en caso de que el muchacho permanezca virgen; se destaca que el desempeño sexual ocupa un lugar fundamental. Al compartir con los amigos las vivencias de las relaciones sexuales, surge la preocupación en no "fallar"; así, numerosas mentiras son contadas para impresionar a los amigos. En ese sentido, ya fue mencionado que la honra y la identidad masculina son evaluadas por el desempeño de la sexualidad y, por esto, existe una gran inquietud sobre el posible cuestionamiento de su desempeño(7).

Si tus hablas que no va - se burlan (M10) [que no va a tener sexo cuando la muchacha lo seduce].

Nítidamente, los padres de los adolescentes hombres no tratan postergar su iniciación sexual. Para ellos, los muchachos pueden hacer sexo sin restricciones, desde que de esto no surja el problema de la gravidez. Los padres pasan, de esa forma, a estimular el uso del preservativo masculino. En ningún momento, aparentemente, los muchachos son estimulados a preservar su virginidad o a esperar un momento o una compañera especial.

Mi [padre] dice que usando preservativo se puede hacer sin problemas (M1).

Los padres tienen claramente un papel en la iniciación sexual de sus hijos. Fue observada(13) una diferencia de actitudes y expectativas maternas y paternas en relación a la conducta femenina y masculina frente a la sexualidad, o sea, los muchachos parecen sentirse más libres para iniciar la vida sexual independientemente del casamiento (los padres transmiten una idea positiva sobre la iniciación sexual), al paso que las muchachas presienten que esa práctica está en desacuerdo con el deseo de su progenitor. Tales expectativas fueron estadísticamente asociadas al inicio de la vida sexual entre los adolescentes hombres, indicando que la preocupación con la familia es un instrumento de promoción de la salud sexual y reproductiva de adolescentes. Esa idea hace más sentido si recordamos que hay, en el país, políticas de reorientación de la atención primaria de la salud dirigida a la familia, que es el Programa de Salud de la Familia, ya implantado, en mayor o menor extensión, en todas las regiones del país(14).

Otro punto interesante es el intenso estímulo al uso del preservativo masculino por los padres, medios de comunicación y profesionales de la salud. Contradictoriamente, fue observada una aversión consensual, ya que retira la espontaneidad y el placer. La dimensión de esa concepción y su impacto real en la utilización de ese método necesitan ser mejor investigadas entre los adolescentes, lo que constituye un gran desafío para los profesionales de la salud.

Tengo unos [amigos] que antes de tener [relación sexual] ya dicen, va sin preservativo porque con él es horrible (F5).

Inicio de la vida sexual y salud

A primera vista, en la opinión de los entrevistados, un inicio de la vida sexual saludable está íntimamente relacionado a la prevención de DST y SIDA, o sea, al uso del preservativo masculino. Sin embargo, ese uso estará restricto apenas a los primeros contactos sexuales hasta que se establezca la relación de plena confianza (3), habiendo, entonces, delante de la vigencia de relaciones estables, la sustitución del preservativo masculino por la pastilla(2-3). Curiosamente, esa sustitución no viene aisladamente, viene acompañada de la realización de exámenes de laboratorio: SIDA y otras DSTs.

[Un inicio de vida sexual saludable] es usar preservativo, es hacer exámenes de HIV... (M8).

A pesar de la vulnerabilidad a la cual están sujetos en relación a la DST y al SIDA, la preocupación central es, sin duda, la gravidez. Para los adolescentes, evitar la gravidez es, antes de nada, un papel femenino, ya que son las mujeres que lo hace y, siendo así, son ellas que deben asumir las consecuencias de tal evento, enfatizando la clásica dicotomía entre reproducción y sexualidad(8). No se puede negar que la contracepción raramente es vivida en un contexto de igualdad entre los compañeros, lo que trae consecuencias sobre la manera por la cual es encarada y puesta en práctica.

El muchacho no queda con mala fama, ¿Por qué la muchacha siempre tiene que quedar con mal fama? ¡El muchacho puede todo, no queda embarazado! (F6).

Hay una cierta auto responsabilidad en la prevención de la gravidez, de las DST y del SIDA, o sea, los jóvenes se sienten responsables por su salud reproductiva y sexual y no se refieren a cualquier reflexión sobre la esfera de los derechos reproductivos y sexuales como derechos humanos básicos y de ciudadanía. Esto es confirmado cuando ellos no consiguen expresar como podrían ser auxiliados, en esas cuestiones, por los profesionales de la salud - el auxilio se resume a la obtención gratuita del preservativo masculino en la unidad básica de salud, que está localizada a apenas a una cuadra de la escuela donde fue realizada la investigación.

CONSIDERACIONES FINALES

Las cuestiones de género están presentes en los discursos de los entrevistados y se muestran fundamentales en las decisiones que toman sobre la iniciación sexual, sean ellas el momento, el compañero ideal o la adopción de prácticas que previenen la gravidez, las DST y el SIDA. De esa forma, valores diferenciados - sociales, históricos y culturales - son atribuidos a ese evento y orientan una iniciación sexual distinta entre hombres y mujeres que, a su vez, tienen un papel preponderante en la manutención de esos valores en el grupo en que viven.

Los diálogos confirman que la convivencia entre los pares sería un "lugar" importante en la socialización para la práctica de la sexualidad(12). Además de eso, el aprendizaje de la sexualidad es un proceso de experiencias personales y de impregnación de la cultura sexual del grupo, que se acelera en la adolescencia y en la juventud. El aprendizaje está constituido por la familiarización de representaciones, valores, papeles de género, rituales de interacción y de prácticas(1). La iniciación sexual debe ser comprendida considerando que la importancia del grupo de pares es transitoria y que tal instancia es crucial en el período entre el alejamiento progresivo de la familia de origen y la constitución de un nuevo grupo familiar.

Los discursos muestran que la iniciación sexual no puede ser entendida simplemente como la primera relación sexual, y sí como un recorrido que los adolescentes atraviesan de forma no linear, con reglas propias a ser respetadas o refutadas, con retrocesos y avances, con experiencias y elecciones. Quedó claro la manera en que los entrevistados están sujetos a las normas sociales que rigen la esfera de la sexualidad - altamente influenciadas por las relaciones de género vigentes - y como ellos reproducen esas normas en lo cotidiano sin cuestionar las desigualdades creadas por esas representaciones.

Se puede concluir que los profesionales de la salud deben comprender lo distante que se encuentra la unidad básica de salud de los adolescentes; lo que se debe a que sus necesidades no se encajan en el perfil tradicional de prioridades que los servicios habitualmente consideran en su planificación de actividades. El desafío en la promoción de la salud sexual y reproductiva de los adolescentes se encuentra, sobre todo, en la comprensión de que las concepciones de mundo y los comportamientos frente a las cuestiones de la vida sexual son guiados por las identidades de género, desde muy temprano construidas, asimiladas y repetidas; y, de que pocos son aquellos que se sienten subordinados a la presión del grupo de iguales y de familiares en el ámbito de la iniciación sexual. Hoy, los abordajes e intervenciones en salud deben considera que los adolescentes tienen necesidades individuales y singulares, que se moldan en sus relaciones con el otro, sea o no del mismo sexo, y esas relaciones son fuertemente marcadas por los imperativos del género.

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  • 2
    ).
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      14 Abr 2009
    • Fecha del número
      Feb 2009

    Histórico

    • Recibido
      19 Jul 2007
    • Acepto
      23 Dic 2008
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