El autor muestra que si el adolescente cuestiona tanto la familia y la civilización moderna en relación a los ideales, es porque a través de él reaparece intensamente la cuestión de la diferencia, cuestionando al otro en el centro de lo que lo funda y lo divide, en el cruce de lo singular y de lo colectivo. Esta diferencia que se reaviva a través de la experiencia del crecimiento y que se exacerba en el contexto de la inmigración, puede ser constructiva cuando se la reconoce como portadora de alteridad. Pero puede desembocar en fracaso cuando se la percibe como una amenaza y no es acompañada de referencias simbólicas. Es lo que testimonia la experiencia clínica cotidiana con un buen número de adolescentes considerados en ruptura de lazo social, que terminan por confundirse con la imagen deficitaria de si mismos que el Otro Social y/o parental les devuelve.
Adolescencia; diferencia; lazo social y familiar; reconstrucción/ deconstrucción