Los términos “agitación” y “niños no conformes” son la entrada al tema de reflexión y discusión de un grupo de investigadores interesados en situaciones en las que los niños y/o sus comportamientos son identificados como problemáticos y perturbadores.4
Los niños y sus comportamientos han recibido una atención significativa en varias disciplinas, incluyendo la psiquiatría, la psicología, el psicoanálisis, la educación y la pedagogía, donde se ha puesto especial énfasis en el desarrollo de los niños, su socialización y su integración social. Investigadores de estas disciplinas han venido mostrando cómo algunas teorías científicas parecen legitimar la necesidad de adaptar tanto a los niños, como sus comportamientos, a las expectativas sociales y culturales, es decir, a los patrones de normalidad sustentados por los valores morales de la sociedad en la que viven.
Sin embargo, estos temas no son estudiados sólo por las ciencias que tratan sobre el comportamiento humano normal y patológico. Los comportamientos de los niños constituyen un tema importante para las ciencias sociales en la medida en que implican una circulación de conceptos, significados, acciones, prácticas, políticas, actores sociales e instituciones, señalándonos la necesidad de una comprensión profunda de los niños y sus comportamientos: ¿Quién los identifica como problemáticos? ¿Cómo se piensa en ellos y cómo se describen? ¿Cuáles son las respuestas que se les dan?
Por lo tanto, la clasificación de los comportamientos de los niños es parte de un proceso muy complejo que no se limita a los signos o síntomas biológicos. Involucra aspectos sociales y culturales sobre las formas en que estos comportamientos se clasifican en categorías y conceptos, desde el punto de vista de los actores sociales (adultos) e instituciones (responsables del cuidado infantil), revelando también una dimensión política que depende de quién y por qué estos comportamientos son considerados problemáticos o los niños son vistos como no conformes. En este sentido, la reflexión sobre la “agitación” y los “niños no conformes” constituye una cuestión sociológica sobre la relación entre las dimensiones social y biológica de los comportamientos humanos (Mauss, 1968) y sus consecuencias, especialmente en las sociedades contemporáneas.
Los estudios de estos procesos de calificación permiten examinar críticamente la asociación de los comportamientos problemáticos y perturbadores en los niños, con las normas sociales en relación a las cuales los niños son considerados “no conformes”, específicamente en las sociedades contemporáneas y con respecto a la atención, la autonomía, el autocontrol, el rendimiento y el contexto escolar. Estos comportamientos “no conformes” son a menudo difíciles de describir y de reflexionar, porque son una combinación intrincada de problemas médicos, psicológicos, escolares y sociales. De esta manera, revelan cómo cada sociedad califica cuáles son los problemas y cómo se piensan las respuestas sociales apropiadas, con una separación o articulación entre los problemas sociales y los médicos.
Estas situaciones pueden ser abordadas desde diferentes perspectivas teóricas. Aquí se pueden identificar tres perspectivas principales, que se reflejan y articulan en los artículos presentados en este dossier.
Muchos estudios se basan en una perspectiva que destaca los procesos de medicalización o patologización de los comportamientos de los niños, evidenciando así el papel central de la escuela en la construcción social de las diferentes formas de desviación infantil (Pinell; Zafiropoulos, 1978). Una serie de estudios han examinado las transformaciones de los diagnósticos psiquiátricos y el desarrollo de diferentes denominaciones médicas de estas conductas problemáticas (trastorno de oposición desafiante, hiperactividad infantil, dificultades de aprendizaje, trastornos de conducta, etc.), dependiendo del contexto histórico, social y cultural. Por ejemplo, varios autores han analizado cómo la construcción de la entidad Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) está vinculada a diversos intereses (de la industria farmacéutica que busca vender medicamentos; de la institución educativa que busca excluir a los niños más problemáticos; de las especialidades médicas que buscan establecer su legitimidad científica) (Conrad, 1992; Conrad; Bergey, 2014; Malacrida, 2004; Rafalovitch, 2004). Estos análisis pueden complementarse con estudios sobre la tendencia a la “trivialización” de las categorías diagnósticas, es decir, su difusión en la lengua vernácula (Nakamura, 2017), como en el caso de la hiperactividad en las sociedades contemporáneas.
Desde otra perspectiva (que podría llamarse el análisis de la producción de patologías sociales), algunos autores han propuesto otra interpretación de la creciente prevalencia de entidades patológicas construidas en torno a los trastornos del comportamiento. Argumentan que el aumento de estos trastornos puede ser analizado como consecuencia de las transformaciones en las normas y valores dominantes en varias sociedades. A partir de este marco analítico, podemos entender cómo las transformaciones sociales y normativas constituyen sujetos, conforman subjetividades individuales, producen formas de incomodidad y ponen a disposición gramáticas o registros para expresar el sufrimiento. Alain Ehrenberg (2014) plantea la hipótesis de que las transformaciones del concepto de individuo se basan en la difusión de ajustes de comportamiento en las sociedades contemporáneas, especialmente aquellos relacionados con la idea de autonomía y la capacidad de los individuos para la automotivación y el autocontrol. La creciente necesidad de estos ajustes puede producir nuevos trastornos, cada vez más numerosos y visibles, como lo atestiguan los fenómenos sociales de aislamiento y agitación. En diálogo con este tipo de enfoque, también se puede poner más énfasis -como proponen varios autores en este dossier- en cómo las desigualdades sociales y las relaciones sociales, en un determinado contexto histórico y político, crean formas de vulnerabilidad y guían la expresión del sufrimiento individual (Radiszcz, 2016).
Los artículos de este dossier especial se basan en estas dos perspectivas, y también en una tercera que revela un conjunto de reflexiones y líneas de investigación, que podrían resumirse en lo que podemos entender como un análisis de los usos sociales de los trastornos en los procesos de calificación (cómo se califican las conductas de los niños; cómo viven los niños directamente afectados; cómo abordan los diferentes diagnósticos disponibles; qué significado les dan) y en las prácticas, las intervenciones y la producción de cuidados (cómo los diferentes actores abordan las situaciones consideradas problemáticas, responden a comportamientos perturbadores y gestionan las crisis). Esta tercera perspectiva pone de relieve la multiplicidad de puntos de vista y de negociaciones entre todos los actores implicados (el niño, sus padres y hermanos, los profesionales de la escuela y del cuidado, etc.) (Béliard et al., 2018; Nakamura; Planche; Ehrenberg, 2018; Singh, 2004, 2012).
Los conceptos de “agitación” y “niños no conformes” parecen implicar dimensiones discursivas y epistemológicas de profundo significado político. Las relaciones entre el conocimiento común de uso general (“niño problemático”, “problemas escolares”, “hiperactividad”, etc.) y el conocimiento especializado (diagnósticos, tratamientos clínicos, medicamentos, reglamentos y protocolos, etc.) producen un conjunto de situaciones típicas o regulares que incluyen acciones de adultos, instituciones y niños. Así, los regímenes de verdad que se refieren a las situaciones asociadas a la “agitación” y a los “niños no conformes” parecen revelar conflictos en diferentes niveles de análisis, a partir de los cuales destacamos al menos dos principales en los cinco artículos de este dossier.
El primer nivel de análisis, que podría llamarse socio-epistémico, apunta al conflicto entre el sentido común y el conocimiento especializado, entre las perspectivas científicas (psicodinámicas, neurobiológicas, psicosociales, etc.), entre las perspectivas institucionales (pedagógicas, escolares, de salud mental, familiares, etc.) y entre las perspectivas generacionales (punto de vista de niños y adultos).
El artículo “Problematic, disturbing and non-conforming children’s behaviours: the concepts and care demands related to agitation in children in Santos and Campinas, Brazil”, pone de relieve algunos de estos conflictos. Las autoras, Eunice Nakamura y Tatiana Barbarini, investigan las consecuencias sociales de la imposibilidad de definir específicamente los límites del concepto de trastorno mental que parece ser un término “vago” sin una definición satisfactoria, especialmente con respecto a los comportamientos de los niños. En este sentido, argumentan que para pensar en comportamientos problemáticos, perturbadores o no conformes de los niños es necesario comprender los conceptos que sustentan las categorías clasificatorias de los comportamientos de los niños, presentados como demandas de atención, ya sea en términos del sentido común o en los de los discursos biomédicos. Basándose en lo que parece ser una relación entre la disfunción biológico-psicológica y la expectativa o respuesta sociocultural, toman como punto de partida la idea de que la agitación es una categoría multidimensional y vaga que puede indicar diferentes tipos de problemas asociados con los comportamientos de los niños. El artículo presenta una descripción y reflexión teórica sobre el flujo de discursos, conocimientos y conceptos de agitación que componen las redes de demandas de atención, considerando los diversos actores sociales e instituciones involucradas. El análisis se centra en: los diferentes usos de la categoría “agitación” y el comportamiento normal, anormal, problemático o patológico que los subyace; los actores sociales e instituciones involucradas en las demandas de cuidado y cómo están conectadas interdependientemente; y finalmente, desde una perspectiva sociocultural, las implicaciones de clasificar y definir el comportamiento de los niños desde esta vaga categoría.
El artículo “Against the tide: psychodynamic approaches to agitated childhood in France, between crisis and resistance”, analiza las tensiones que existen en el discurso especializado en el contexto francés, marcado por grandes controversias. Los autores (Céline Borelle, Jean-Sébastien Eideliman, Maïa Fansten, Maëlle Planche, Amélie Turlais) toman como punto de partida las preguntas en torno a una “crisis” del psicoanálisis. Estas preguntas son recurrentes en los comentarios de los profesionales que trabajan con una orientación psicoanalítica y que fueron encontrados al aplicar una encuesta colectiva sobre las trayectorias de los niños en Francia considerados agitados. Durante esta investigación, se entrevistaron a niños, niñas y sus familias, así como a profesionales que trabajan en centros de atención, escuelas y administraciones públicas. También realizaron observaciones y recopilaron datos en los centros de atención. En estos lugares, los autores observaron una diversidad de prácticas, pero una clara mayoría de ellas fueron afirmadas como enfoques más o menos estrictamente psicoanalíticos o más ampliamente psicodinámicos. Después de presentar algunos principios que desentrañan el enfoque psicodinámico de la agitación, el artículo discute el sentimiento de crisis expresado por los profesionales estudiados, y las razones que pueden haberla causado. Un desvío a través de un análisis reflexivo de las relaciones de investigación ayuda a arrojar más luz sobre las consecuencias de este clima en el trabajo diario en general y en las relaciones entre las asociaciones institucionales en particular.
Un segundo nivel de análisis, político y sociocultural, derivado de los debates asociados a lo que las teorías feministas han llamado “interseccionalidad” (Crenshaw, 1989), presenta otras dimensiones que añaden complejidad al nivel de los conflictos socio-epistémicos antes mencionados. Las dimensiones de género, etnia, generación, clase y nivel socioeconómico, orientación sexual y capacidades diferentes, constituyen claves importantes para entender los fenómenos de subordinación y dominación, que también deben ser considerados en los estudios sobre “agitación” y “niños no conformes”. La interseccionalidad entre estas diferentes dimensiones puede influir en las trayectorias de los niños, así como en las de los adultos responsables de su cuidado.
La noción de “trayectoria” también ha generado diálogos entre nuestras diferentes investigaciones, con la idea subyacente de que la historia de la persona se construye en las interacciones entre los diferentes puntos de vista y las intervenciones de todos los actores implicados. Algunos de los artículos abordan estas trayectorias explorando la experiencia particular de la persona cuyos comportamientos, o los de sus seres queridos, se consideran problemáticos, a veces agravados por la intersección de aspectos socioculturales.
En el artículo “Rethinking medicalization: discursive positions of children and their caregivers on the diagnosis and treatment of ADHD in Chile”, Pablo Reyes, Pablo Cottet, Álvaro Jiménez y Gabriela Jauregui analizan el discurso de los menores diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). En Chile, la prevalencia del TDAH es tres veces superior a la estimación mundial, lo que plantea la cuestión de la experiencia de los sujetos bajo este diagnóstico. Utilizando un enfoque estructuralista de investigación cualitativa, se analizaron los discursos de siete niños y sus respectivos cuidadores en dos escuelas públicas del país. Para ello se realizaron 14 entrevistas en profundidad, las cuales fueron analizadas a partir de la estrategia de análisis estructural del discurso. Los resultados se organizan según el concepto “situación-TDAH” con una estructura discursiva que configura cuatro realidades emergentes que representan la experiencia subjetiva de los menores: (1) el mito del origen, que sitúa su origen en alteraciones difusas del comportamiento y del aprendizaje; (2) la ambivalencia en/de la medicalización, que se refiere a la sospecha de los adultos (en su mayoría profesores) y a los efectos iniciales; (3) la (des)estabilización de la identidad, cuando está en juego la posibilidad de recuperar o no la autonomía en el diagnóstico; y (4) la subversión de la medicalización, que parece imposible en la trayectoria subjetiva de los menores. Los resultados abren perspectivas interesantes que muestran que la experiencia subjetiva de los niños con diagnóstico de TDAH en Chile no es homogénea. El TDAH puede ser una fuente de molestias, cuyo tratamiento tendrá resultados diferentes, en algunos casos atenuando su incidencia, pero en otros intensificándola.
El artículo “The multiple meanings of ADHD: between deficit, disruption and hidden potential” (Aude Béliard, Álvaro Jiménez-Molina, Javiera Díaz-Valdés, Alice Le Goff, Sarra Mougel e Hugo Sir), examina la experiencia subjetiva del diagnóstico del TDAH y los significados culturales que conforman esta experiencia. Se basa en dos estudios, en Chile y Francia, que consisten en entrevistas y observaciones con las personas diagnosticadas y sus familias. Estos datos muestran que el diagnóstico del TDAH puede tener significados muy diferentes. A partir de un análisis temático, los autores identificaron tres registros o formas de vivir y pensar el TDAH. En el registro de déficit, el trastorno se experimenta principalmente como un fracaso de ciertas habilidades. En el registro de trastorno, este se experimenta como una perturbación de la vida, la personalidad y las interacciones de la persona, que luego debe normalizarse. En el registro de potencial oculto, en el que especialmente se centra este artículo, el TDAH se concibe como un estado diferente, difícil y valioso, fuente de capacidades excepcionales y extraordinarias que a menudo se ocultan en el funcionamiento ordinario de la vida social. A partir de estudios de caso, los autores invitan a una reflexión que identifica los factores que explican la movilización o no movilización del registro de potenciales ocultos, con especial énfasis en las configuraciones relacionales, en las variables socioeconómicas, en la variable de género, pero también en el contexto institucional y político de cada país.
El artículo “ADHD and gender: subjective experiences of children in Chile”, presentado por Pía Uribe, Gabriel Abarca Brown, Esteban Radiszcz y Eleonora López Contreras, explora cómo la experiencia subjetiva de los niños diagnosticados con TDAH es atravesada por una dimensión de género. A partir de entrevistas abiertas realizadas a niños de entre 7 y 13 años, los autores muestran tendencias generales que articulan género y características asociadas al diagnóstico del TDAH, con experiencias de los niños que desmantelan dichas tendencias. Aunque la investigación sobre el TDAH ha tendido a ignorar las diferencias de género, las recientes contribuciones producidas principalmente a partir de la epidemiología han revelado que esta categoría de diagnóstico parece estar fuertemente relacionada con el género. Sin embargo, estas contribuciones parecen limitar su alcance al estudio de los síntomas así como al funcionamiento cognitivo, afectivo y social de los niños, descuidando aspectos subjetivos asociados al diagnóstico y a las prácticas de tratamiento del TDAH. Los resultados se agruparon según cuatro ejes emergentes: (1) ubicaciones, (2) habilidades, (3) enfoques, (4) interacciones. Así, se muestra cómo las experiencias de niños y niñas son múltiples en relación con el diagnóstico y no es posible reducirlas a una perspectiva binaria de género.
Cuando se leen los artículos de este dossier, surgen algunos elementos de reflexión. Los lugares respectivos de los diferentes enfoques profesionales son muy diferentes en los tres países, y tienen lugar en diferentes articulaciones entre el sistema de salud pública y el sector privado. Las relaciones entre las familias, las escuelas, los profesionales de la salud y las posibilidades administrativas para reconocer un problema de salud, se articulan de diferentes maneras, dando diferentes significados a los diagnósticos. Todos estos datos invitan a un análisis más sistemático de las relaciones entre el punto de vista de los niños y las familias, el punto de vista de los profesionales de la escuela, de la producción de cuidados (las prácticas y representaciones de los profesionales, que conforman las experiencias de las personas y orientan sus trayectorias), las cuestiones burocráticas y técnicas, y los contextos sociopolíticos propios de cada país.
Los análisis presentados en los artículos muestran tanto la centralidad del fenómeno del malestar infantil en la diversidad de las sociedades contemporáneas como el interés de continuar este trabajo conjunto de comparación de contextos nacionales singulares.
Referencias bibliográficas
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Los resultados presentados en este dossier por los autores brasileños forman parte de tres proyectos de investigación diferentes: “Significado social y cultural de los problemas de salud mental infantil en Santos, Brasil, y París, Francia: representaciones contemporáneas de los niños”, un estudio postdoctoral con una beca del Consejo Nacional de Desarrollo Tecnológico y Científico (CNPq-Brasil); “La condición del niño hiperactivo y desatento: un estudio sobre la intervención psiquiátrica en las formas contemporáneas de inclusión social infantil” y “La red de demanda y atención en salud mental infantil - Relaciones sociales, familiares, escolares y de salud en torno a los problemas de aprendizaje y conducta infantil”. Los dos últimos se llevan a cabo en Campinas con becas de la Fundación de Investigación de São Paulo (FAPESP-Brasil) y del Consejo Nacional de Desarrollo Tecnológico y Científico (CNPq-Brasil), respectivamente.
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Todos los autores chilenos de este dossier participaron en el proyecto de investigación “Trayectorias de malestar en niños diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)”: Experiencia subjetiva y social de sufrimiento multiforme”, desarrollado por LaPSoS. La investigación fue financiada por el Concurso para el Fortalecimiento de la Productividad y Continuidad de la Investigación (FPCI) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, así como por CONICYT a través de su Programa de Cooperación Internacional/Apoyo para la Formación de Redes Internacionales entre Centros de Investigación (Concurso 2017), Folio REDES170095.Cooperação Internacional/Apoio para a Formação de Redes Internacionais entre Centros de Pesquisa (Concurso 2017), Folio REDES170095.
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Los autores franceses de este dossier participaron en el proyecto de investigación “Los significados de la agitación en la infancia: caminos individuales, dinámicas familiares, prácticas profesionales”, financiado por el Instituto de Investigación en Salud Pública (IRESP) y la Fundación Pfizer.
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Esta red de investigación se ha desarrollado a partir de los intercambios entre las investigaciones realizadas en Brasil en el LICHSS (Universidad Federal de Sao Paulo), en Chile en el LaPSoS (Universidad de Chile) y en Francia en el CERMES3 (Universidad de París Descartes). Para más información, consúltese el sitio web de la red: https://en.nonconformes.org/
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
Jan-Mar 2019
Histórico
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Recibido
30 Nov 2018 -
Acepto
10 Dic 2018