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Inmigrantes Indocumentados en Lisboa: emociones en momentos de inmovilidad

Resumen

Este artículo tiene como objetivo reflexionar sobre la experiencia emocional de los inmigrantes como indocumentados y se basa en una investigación iniciada en 2017 en el Área Metropolitana de Lisboa. Ser indocumentado no solo está relacionado con la falta de finalización de un proceso administrativo y legal. También es una experiencia de aprensión del tiempo y su desaceleración, acompañada de una experiencia emocional que plantea muchas cuestiones, ansiedades y dudas sobre la vida como inmigrante. Los datos empíricos aquí presentados son el resultado del trabajo de campo en tierras multilocalizadas, utilizando entrevistas semiestructuradas con inmigrantes indocumentados de diferentes comunidades como Bangladesh, Brasil, Egipto, Guinea-Bissau, Guinea Conakry, Camerún, Nigeria, Pakistán, India y Angola, y aborda cuestiones como la regularización; la duración de la estancia en Portugal; trabajo; la relación con el Estado; la ausencia de derechos sociales; los objetivos personales y los estados emocionales de los que viven o han vivido esta situación.

Palabras clave:
inmigrantes; irregularidade; emociones; políticas públicas; integración

Resumo

Este artigo tem como objetivo refletir sobre a experiência emocional dos imigrantes enquanto indocumentados e é baseado numa pesquisa com início em 2017 na Área Metropolitana de Lisboa. Ser indocumentado não se relaciona apenas com a falta de conclusão de um processo administrativo e jurídico. É também uma experiência de apreensão do tempo e da sua desaceleração, acompanhada por uma carga emocional que suscita muitas questões, ansiedades e dúvidas sobre as suas vidas como imigrantes. Os dados empíricos aqui apresentados são o resultado do trabalho de campo em terrenos multisituados, com recurso a entrevistas semiestruturadas com imigrantes indocumentados de diferentes comunidades, nomeadamente do Bangladesh, Brasil, Egito, Guiné-Bissau, Guiné Conacri, Camarões, Nigéria, Paquistão, Índia e Angola, e abordam questões como a regularização; o tempo de permanência em Portugal; o trabalho; a relação com o Estado; a ausência de direitos sociais; os objetivos pessoais e os estados emocionais de quem vive ou viveu esta situação.

Palavras-chave:
imigrantes; irregularidade; emoções; políticas públicas; integração

Abstract

This article aims to reflect on the emotional experience of immigrants as undocumented and it’s based on research that started in 2017 in the Lisbon Metropolitan Area. Being undocumented is not exclusively related to the incompletion of the administrative and legal process. It is also an experience of apprehension of time and its deceleration, accompanied by an emotional experience that raises many questions, anxieties, and doubts about life as an immigrant. The empirical data hereby presented is the result of fieldwork in multi-situated terrains, using semi-structured interviews with undocumented immigrants from different communities, namely Bangladesh, Brazil, Egypt, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Cameroon, Nigeria, Pakistan, India and Angola, and addresses matters such as regularization; residence time in Portugal; work; relationship with the State; the absence of social rights; personal goals and the emotional states of someone who lives or has lived through this situation.

Keywords:
immigrants; irregularity; emotions; public policies; integration

¿Migrantes o inmigrantes?

Serindocumentado conlleva la connotación de ilegalidad. Sin embargo, en diversas conversaciones con los inmigrantes se repite la afirmación de que no entraron en Portugal de forma irregular, pero que tampoco reciben ninguna ayuda. Para comprender este discurso, es necesarioseñalarque el concepto de migrante tiene plasticidad paraincorporar varias subcategorías, de modo que muchas veces se confunden inmigrantes con refugiados, pese a que los motivos de su movilidad son diferentes, (Hein, 1993:44HEIN, Jeremy. 1993. “Refugees, immigrants, and the state”.Annual Review of Sociology, 19.1, p. 43-59.); así, se crea una categoría única entre los que buscan mejores condiciones de vida y los que se venobligados a buscar refugio, al no observar que son dos grupos distintos (Abdelaaty, 2020ABDELAATY, Lamis; STEELE, Liza G. 2020. “Explaining attitudes toward refugees and immigrants in Europe”. Political Studies. ). Denise Jardim se centra en esta cuestión afirmando la existencia de categorizaciones para distinguir entre los migrantes por medio de lo que ella llama un “registro e inscripción en la vida común” (2016: 245JARDIM, Denise F.2016. “Imigrantes ou refugiados? As tecnologias de governamentalidade e o êxodo palestino rumo ao Brasil no século XX”.Horizontes Antropológicos. 22, p. 243-271.), que establece, en el caso concreto, criterios de elegibilidad para la integración de los refugiados en los sistemas de protección internacional.

Ahora bien, si en el caso de los refugiados los criterios son visibles porque el Estado los acepta, cuando no se les reconoce ese estatus, atraviesanuna barrera unilateral y salen de una categoría que muchos no llegan a adquirir, para entrar en el marco de la inmigración económica. No es el caso de los inmigrantes económicos, ya que muchos inician un camino de resiliencia en la invisibilidad, por encontrarse sin documentos y por permanecer largos periodos sin que el Estado les reconozca, hasta que su situación les permiteadquirir por vía administrativa los derechos de ciudadanía y con ello una existencia en regularidad. Por tanto, se puede decir que la falta de documentos es un problema transversal que no va asociado únicamente a la inmigración económica.

Globalización, flujos y fronteras

En la actualidades difícil disociar la inmigración de la globalización y de los movimientos de capitales, personas y mercancías;este colectivo no es un simple reflejo socioeconómico de la búsqueda de mejores condiciones de vida. Didier Fassin hablaincluso de“globalización polarizada”, porque si por un lado se ha facilitadola circulación de mercancías, por otro han aumentado las restricciones a la circulación de personas, al definir quién puede o no cruzar las fronteras (2005FASSIN, Didier. 2005. “Policing borders, producing boundaries. The governmentality of immigration in dark times”. Annual Review of anthropology. Vol. 40:213-226.).

No obstante, la movilidad tiene hoy otra dimensión debido a la flexibilidad con que se circula y a factores como la reducción de los costes de los viajes, los nuevos medios de comunicación, que agilizan la información, hacen que los inmigrantes sean actualmente más visibles y que por ello se conviertan en objetode un escrutinio que se refleja en las prácticas directas de gubernamentalidad (Boomgaarden e Vliegenthart, 2007BOOMGAARDEN, Hajo G.; VLIEGENTHART. 2007. Res. “Explaining the rise of anti-immigrant parties: The role of news media content”.Electoral studies. Vol. 26, n. 2, p. 404-417. ; Foucault, 2020FOUCAULT, Michel. 2020. Nascimento da biopolítica. Lisboa: Edições 70. ).

Al inmigrante no se le considera un turista niun visitante (Alonso, 2009ALONSO, Angela. 2009. “As teorias dos Movimentos Sociais: um balanço do debate”. Lua Nova, Revista de Cultura e Política. (S. Paulo), n. 76, S. Paulo. p. 49-86. ; Santana, 2006SANTANA, Agustín. 2006.” Antropologia do turismo: analogias, encontros e relações”. São Paulo: Aleph.), sino un nuevo habitante que entra en un espacio geográfico delimitado por fronteras y que llevaconsigo otros modelos y otras prácticas culturales, lo que constituye la representación simbólica del cambio, de la pérdida de identidad de los autóctonos, por el reconocimiento de las diferencias culturales que evocan sentimientos de no pertenencia (Seyferth, 55: 2011SEYFERTH, Giralda. 2011. “A dimensão cultural da imigração”.Revista brasileira de ciências sociais. 26: 47-62.). Aunque estas perspectivas político-ideológicas sean preexistentes a la crisis de refugiados de 2015, es en este período que se exacerban los discursos populistas y el imaginario de muchos europeos, que construyen la imagen de una Europa “invadida”, por la visión de lasinnumerables pateras que cruzan el Mediterráneo y por las narrativas de los naufragios de los que huyen de la guerra, el hambre y la miseria, en busca de seguridad. La dimensión de este problema humanitario adquiere visibilidad en los titulares de los periódicos, lo que provocaun impacto que se superponeactualmente a las cifras reales de refugiados en elterritorio nacional y hace que el reflejo de esta mirada se dirija también ala inmigración económica, un hecho que mencionan Boomgaarden yVliegenthart (2007BOOMGAARDEN, Hajo G.; VLIEGENTHART. 2007. Res. “Explaining the rise of anti-immigrant parties: The role of news media content”.Electoral studies. Vol. 26, n. 2, p. 404-417. ). El ejercicio de un enfoque crítico, de un periodismo libre, imparcial y plural, aunque se base enprincipios éticos, en el tratamiento de algunos de los temas más sensibles para los medios de comunicación, está sujeto a interpretaciones que sufren las consecuencias teórico-prácticas de la utilización de la imagen en la perspectiva de la construcción del entorno mediático (Caviedes, 2015CAVIEDES, Alexander. 2015. “An emerging ‘European’news portrayal of immigration?”.Journal of ethnic and migration studies. Vol.41, n.6, p. 897-917.; Hutchinson, 2014HUTCHISON, Emma; BLEIKER, Roland. 2014. “Theorizing emotions in world politics.International Theory. Vol. 6.3, p. 491-514.; Miguel yBiroli, 2010MIGUEL, Luis Felipe; BIROLI, Flávia. 2010. “A produção da imparcialidade: a construção do discurso universal a partir da perspectiva jornalística”.Revista Brasileira de Ciências Sociais, 25, p. 59-76. ; KhosraviNik, 2010JOSEPH, Handerson; NEIBURG, Federico.2020 A (i) mobilidade e a pandemia nas paisagens haitianas. Horizontes Antropológicos, 2020, 26: 463-479.).

Portugal no forma parte de la lista de los países europeos que recibenmás inmigrantes: en 2019, estaban registrados enel RIFA1 1 SEF - Informe de Inmigración Fronteras y Asilo. Consultado el 10 octubre. 2019. Disponible en: http://sefstat.sef.pt/Docs/Rifa2019.pdf https://www.youtube.com/watch?v=0bM_YD0597E (Relatório de Imigração Fronteiras e Asilo), 578.976 migrantes con permisode residencia; no obstante, este número solocorresponde a las solicitudes presentadas en el SEF (Serviço de Estrangeiros e Fronteiras ) e incluye a los inmigrantes que manifestaron interés; no existe registro de los inmigrantes que se encuentran indocumentados.

Al seguir el día a día de estos inmigrantes, me he dado cuenta de que quienes deciden venir a Portugal atrabajar, no saben de antemano las dificultades que se puedenencontrar, pues creen que, en comparación con otros países de Europa, es más fácil obtener documentos en Portugal. Durante esta investigación también he constatadoque internet es un medio importante para obtener información durante el proceso de preparación del viaje. Haycanales exclusivamente dedicados a los inmigrantes que difunden información2 2 Mary Santos “Não venha para Portugal- A verdade que ninguém conta” https://www.youtube.com/watch?v=wMi00LPwN3Q visto el 16 de octubre de 2020. Carolina Luacuty “Não venha morar em Portugal” https://www.youtube.com/watch?v=paquspsNMlsvisto el 16 de julio de 2020 sobre las posibilidades de empleo y alojamiento, pero se sustentanen las perspectivas de los inmigrantes según su experiencia personal. Esto está en consonancia con la afirmación de Castells de que“la comunicación por redes trasciende fronteras” (2005CASTELLS, Manuel, et al. 2005. A sociedade em rede: do conhecimento à política.A sociedade em rede: do conhecimento à acção política. p.17-30.); por ello, las redes transnacionales, en las que seintegran los futuros inmigrantes, son las que más influyen en el impulso migratorio debido a las referencias comunes existentes, ya sean estas redes de carácter geográfico-cultural, de lazos de parentesco o simplemente redes sociales constituidas por amigos que narransus recorridos, lo que hace que la empresa sea menos angustiosa.

Pero en este proceso, la falta de un permisode residencia se revela como un obstáculo a diversos niveles, ya sea para conseguir un empleo, para alquilaruna casa, para abrir una cuenta en un banco, para pedir un número de usuario en un centro de salud, para asistir aun curso de portugués o para tener derechos de ciudadanía. Los condicionantes de la irregularidad reconfiguran totalmente la vida de estas personas; con el fin decomprender estas disonancias, he tratado deentender la experiencia de quienesno tienen documentos —que son fundamentales para los inmigrantes— no solo por el hecho de ser esta la conclusión deseada de un recorrido que se inicia en los países de origen, sino también porque son visibles las emociones y las subjetividades que se construyen en torno aeste problema.

Las personas indocumentadas, por regla general,tienen miedo y no se exponen, como apunta Khosravi (2010KHOSRAVI, Shahram. 2010. Illegal’traveller: an auto-ethnography of borders. Springer.), y no es fácil hablar sobre su situación como ilegales ante el Estado. Rara vez me dicendónde residen, e incluso lo que acordamos nunca es definitivo, andamos siempre en un cache-cache3 3 Esconde-esconde, en español podríamos hacer referencia al juego del escondite. N de T. , cambiamos de barrio y de lugar para tomarcafé o té, y acabamos por encontrarnos muchas veces en la calle, donde solo posteriormente se decide donde tendrá lugarla conversación. Entiendola utilización de estas estrategias iniciales, porque estas personas se rigen por una desconfianza provocada por el miedo, pues son las personas“irregulares”, las que no deben exponerse ni hacerse notar, las que se deben disolver en la sociedad de acogimiento hasta que formen parte de ella. No son las personas “legales”, sinoaquellasque se encuentran en un espacio geográfico donde administrativamente no tienen autorización para permanecer, pero en el que tienen que esperar la aprobaciónde sus documentos. Farida Adelkhah afirmaque existe una inadaptación de las prácticas y de la regulación a los tiempos actuales (2007ADELKHAH, Fariba, et al. 2007. Jornadas de Desenvolvimento: Emigração, comércio, exílio. Edições Karthala. ), lo que se refleja en las prácticas y en la actuación de los propios inmigrantes. Desdeuna perspectiva más pragmática, si el Estado recibe sus cotizaciones y es obligatorio acreditarlasen el momento de la manifestación de interés, tendríasentido que a partir de ese momento esta espera fuera más cortapara que esos mismos inmigrantes tuvieran acceso a sus derechos de ciudadanía. Los problemas que genera esta limitación solo terminan cuando se acepta la solicitud: tienen deberes, pero no derechos, a pesar de tenerun número de registro y de seguir cotizando, se quedan sin regularizar. Esta situación es tan violenta psicológicamente para alguien que en algún periodo de su vida ha estadoindocumentado que, inclusodespués de la regularización, quedan restos del malestar, prácticas interiorizadas que permanecen involuntariamente y cuyas marcas nos cuentan lo difíciles que fueron sus periplos como personas en situación de irregularidad.Incluso se podría afirmar la existencia de un reflejo incorporado que perdura después de la regularización; los miedos infundados, la ansiedad, la frustración yla falta de confianza en los servicios públicos son situaciones que suelen tardar en desaparecer. Estos reflejos y emociones rememoran una condición y están intrínsecamente asociados a sus trayectorias como personas indocumentadas y a las situaciones que vivieron o temieron durante ese periodo.

Las situaciones que hacen que la regularización se convierta en un proyecto lentoo que se postergueson diversas: para quedarse indocumentado basta con no cumplir un procedimiento administrativo, que falte un documento, una firma, tener una fecha vencida o faltar a una cita; todos los inmigrantes coinciden unánimemente en afirmar que la burocracia y los tiempos de espera no facilitan las cosas, y en que, por el contrario, existe una disonancia entre el discurso y las prácticas.

Al abordar la construcción de la ilegalidad y de las formas de vivirla, sería imposible no citar a Roberto Gonzales en Learning to be Illegal, cuando diceque ser ilegal también forma parte del aprendizaje para lidiar con el sistema” (2011GONZALES, R. G. 2011. “Learning to be illegal: Undocumented youth and shifting legal contexts in the transition to adulthood”.American sociological review, 76(4), p. 602-619. ). Según esta perspectiva, cuando se observa su transversalidad a nivel macro, se puede afirmar que no sonsolo los jóvenes inmigrantes los que deben aprender a vivir en esta condición; este aprendizaje es mucho más amplio: aprender a ser ilegal es un desafío transversal de heterogeneidad durante un periodo no cuantificable, pero un camino necesario para tener una vida (Vertovec, 2005VERTOVEC, Steven. 2005. The political importance of diasporas) y estanecesidad de “tener una vida” abarca toda la inmigración. Hay un proceso de adaptación y una reinterpretación del mundo para sobrevivir, por ejemplo: para un inmigrante indocumentado la relación con las fronteras es diferente, estas no son sololimitaciones fijas de un territorio, durante este periodo adquieren movilidad y estánrepresentadas simbólicamente por otras delimitaciones espacio-temporales con las que es necesario aprender a “relacionarse”, lo que implica elrecurso a la ausencia y ala invisibilidad en espacios que no se puedeno no se deben frecuentar, como aeropuertos, estaciones de trenes, zonas neurálgicas de la ciudad y sitios donde pueden producirse redadas policiales. (Luís, 2015LUÍS, C. M. 2015. A invisibilidade visível: entidades não governamentais e estruturas informais de suporte a imigrantes indocumentados na cidade de Lisboa. (Master Dissertation).).

Invisibilidad y emociones

Los inmigrantes indocumentados recurren a la invisibilidad para protegerse de situaciones de apremioy desconfían de quienesse ponen en contacto con ellos para pedirles que hablen de sus vidas (Bloch et al., 2014BLOCH, Alice; SIGONA, Nando; ZETTER, Roger. 2014. Sans Papiers: the social and economic lives of young undocumented migrants. Pluto Press.; Luís, 2015LUÍS, C. M. 2015. A invisibilidade visível: entidades não governamentais e estruturas informais de suporte a imigrantes indocumentados na cidade de Lisboa. (Master Dissertation).): nadiequiere que le reconozcan como una persona que se encuentra indocumentada. Un egipcio que trabajaba en un restaurante, y al que pedí que me presentara a algunas personas, mantuvo conmigo la siguiente charla:

“La gente no te conoce. ¿Por qué querrías hablar con un desconocido para saber por qué está indocumentado? ¿Y por qué las personas tienenque creer que no eres de la policía? ¡Silo fueras, averiguarías cosas sobre ellos ypodrías usar esa información!Ya te has dadocuenta de que nadie quiere hablar sobre ese tema”.

Este discurso refleja no solo la falta de disposiciónde los implicadospara abordar esta cuestión, sino que también revela que es un tema non grato: hablar sobre la irregularidad es legitimar a través del discurso una condición queadquiereun peso estructural para los inmigrantes, una situación en primera persona que pretendenocultar de sí mismos, como afirma Negrón-Gonzales (2013NEGRÓN-GONZALES. 2013. “Navegando na “Ilegalidade: Juventude indocumentada e consciência de oposição”. Revisão de Serviços para Crianças e Jovens, 2013, 35 (8), p.1284-1290.), lo que lleva a que este sea un terreno sin agenda, donde la mayor disponibilidad no es la de los interlocutores sino la del investigador —palabra que fue suprimida del trabajo de campo debido a las confusiones de interpretación dela misma— ser investigador en este caso es cualquier cosaexcepto ser antropólogo. Por eso este trabajo de intermediación nunca ha tenido éxito. Hayun tiempo necesario para que el investigador deje de ser una herramienta de trabajo y realice la inmersión. A partir de ese momento, el discurso se vuelve fluido. Jeffrey Sluka y Robben se refieren precisamente a esta necesidad del “papel inmersivo en el terreno para comprender otra cultura” (2007ROBBEN, Antonius CGM; SLUKA, Jeffrey A. (ed.).2012. Ethnographic fieldwork: an anthropological reader. John Wiley & Sons.). Esta necesidad de inmersión en la investigación cualitativa requiere tiempo para conocer y ser conocido, pero asimismo, en muchas situaciones es preciso ser olvidado como un elemento externo a ese grupo o cultura a fin de que se produzcanlas prácticas y los discursos habituales, sin que hayaun discurso construido para el investigador, sino la naturalización de este en el terreno y en la vida cotidiana.

Podemos decir que sabemos que estamos en inmersión cuando conseguimosver el terreno y sus prácticas y discursos, quedándonosen una aparenteinvisibilidad, casi en un hibridismo, ni totalmente investigadores ni totalmente nativos. Después de este proceso de aproximación y confianza, los discursos de las personas sobre la indocumentación son procedimientos catárticos, emotivos y llenos de interrogantes, como afirma Khosravi (2010KHOSRAVI, Shahram. 2010. Illegal’traveller: an auto-ethnography of borders. Springer.),hablan de los terrores y de sus angustias sobre esta “espera” que se presenta como infinita, revelando así el malestar psicológico que genera esta situación. La ansiedad y la angustia están siempre presentes y se habla de que todo es muy lento en este procesohacia el triunfo, que no es solo personal, sinotambién de las familias que se quedaron en sus países de origen. Anderson Joseph hace hincapié enesta situación cuando aborda la movilidad de los migrantes y de cómo dicha movilidad tiene por objeto contribuir al mantenimiento económico y emocional de las personas que permanecen en los países de origen de los migrantes (2020JOSEPH, Handerson; NEIBURG, Federico.2020 A (i) mobilidade e a pandemia nas paisagens haitianas. Horizontes Antropológicos, 2020, 26: 463-479.). Este “tiempo de espera” es un tiempo de silencio y omisiones, nadie quiere asumir que ha invertido en dejar su país, la familia y los amigos para convertirse enun indocumentado en Europa. Es “la espera de una existencia legal”, como indica Facundo (2019FACUNDO, Ângela. 2019. “Ficar, migrar e disputar o futuro”.Cadernos de Campo (São Paulo -1991). 28(2) p. 21-25.), se quejan de problemas para dormir, piensan en voz alta y crean alternativasa la situación actual, como salir de Portugal, poner un negocio con un amigo ya regularizado oaprender una profesión, pero la mayoría de los sueños no se logran por falta de condiciones objetivaspara su realización. La llegada de muchos inmigrantes a Portugal se relaciona con la idea de que aquí hay menos burocracia en comparación con otros países europeos, por ejemplo Italia, Alemania o Inglaterra (antes del Brexit); sin embargo, estaidea se desmorona rápidamente y los deja desmoralizados.

Pero,¿qué consecuencias pueden derivarse deeste malestar y esta desmoralización? Chiara Pussetti afirmaque los inmigrantes son en sí mismos vulnerables por múltiples factores que los dejan más expuestos a los trastornos emocionales, entre ellos “los procesos de inserción, las barreras lingüísticas y culturales y el nivel socioeconómico” (2010PUSSETTI, Chiara. 2010. “Identidades em crise: imigrantes, emoções e saúde mental em Portugal”.Saúde e Sociedade. 19, p. 94-113.). Me gustaría destacar cuatro puntos más que habría que tener en cuenta y que están directamente relacionados con la integración porque son transversales a la mayoría de los inmigrantes: el origen geográfico, la creencia religiosa y la ideología política, y muchas veces la estratificación social o el sistema de castas, ya que en la diáspora son factores fundamentales de identidad y cohesión. En este sentido, cuanto más pequeño es el grupo, mayores son las dificultades de integración en alguna red de apoyo, como ya mencionó Massey (1997MASSEY, D. Arango, J.; Hugo, G.; Kouaouci A., Pellegrino; A., Taylor, J. E. 1997. “Migration, Theory, Ethnic Mobilization and Globalization: Causes of Migration”.The Ethnicity Reader, p. 248-257.), lo que implica que los apoyos dentro de las comunidades con menor expresiónseanmás débiles,con lo cual aumenta la vulnerabilidad. Por eso es importante el apoyo étnico en la diáspora, ya que es un indicador de diferencia en los caminos de unos y otros. El apoyo y la información que los inmigrantes comparten en las redes sociales hacen que estén menos expuestos incluso a los discursos raciales y de alteridad a los que muchos se enfrentanen los servicios públicos. Entrar en un servicio público utilizando un léxico más técnico, genera que la respuesta del otro sea más asertiva. En Portugal, siguen siendo los ciudadanosde los países que estuvieron asociados a los procesos de esclavitud durante el colonialismo los que más sufren los discursos racistas, debido a los diferentes modelos de implantaciónde esas mismas colonias y al tratamiento de la población autóctona, lo que hace que hoy en día todavía haya una distinción fenotípica y estereotipadarelacionadacon el origen geográfico.

Con relación a la vulnerabilidad y al aislamiento, hay muchas referencias a la soledad entre las personas indocumentadas, porque no siempre están integradas en redes de apoyo y los efectos subjetivos estructurales y emocionales a los que alude Piras (2016PIRAS, Gioia.2016. “Emociones y migración: Las vivencias emocionales de las hijas y los hijos que se quedan en origen”.Psicoperspectivas. 15.3, p.67-77.) sobre esta situación, se mencionan con frecuencia, cuando el discurso involucra a las familias que dejaron en sus países en busca de una vida mejor, paraencontrarsedespués en un país desconocido y lejanosin recursos económicos y en situación de irregularidad.

La inseguridad y los condicionamientoshacen que pedir apoyo paracualquier tipo de problema, incluidos los de tipo emocional, no sea una de lasprioridades de estos inmigrantes: algunos, como ya he mencionado, manifiestanproblemas para dormir, así como angustia y falta de ganas de disfrutar de su tiempo libre. Rousseau y Frounfelker se refieren a este problema diciendo que los migrantes con estatus legalprecariopueden correr el riesgo de padecer depresión y trastornos de ansiedad (2019ROUSSEAU, Cécile; FROUNFELKER, Rochelle L. 2019. “Mental health needs and services for migrants: an overview for primary care providers”.Journal of Travel Medicine. 26.2.).

Existen investigaciones sobre la necesidad de apoyo sanitario a los refugiados, e inclusive se abordan cuestiones sobre salud mental; sin embargo, cuando se trata de la inmigración indocumentada, se puede observar que no se tiene mucho en cuenta debido a la diferencia de escala y de marco, por lo que el problema queda en un segundo plano.

Para aquellos que están integrados en las redes étnicas, es dentro del grupodondebuscan apoyo y dondedefinen cómo resolver los problemas sin crear presión, pero el recurso al psiquiatra o al médico de cabecera solo se contempla si hay una urgencia, bienpor motivos de enfermedad súbita, de ansiedad o de pánico, lo que ocasiona que los inmigrantes abandonen muchas veces los tratamientos antes de su conclusión, porque creen que quedan notificados en el sistema.

Pero hay otras motivaciones: muchos no tienendinero para desplazarse o no pueden pedir permiso en sus trabajos para ir a una consulta. Varios inmigrantes, con los cuales se abordó el tema de la salud, dijeron, por ejemplo, que no querían que su comunidad los estigmatizara por tener acompañamientode salud mental, ya que deben dar pruebas de resiliencia ante los demás inmigrantes.

Sin embargo, existe un discurso común y un sentimiento de desigualdad porque no disfrutan de los mismos beneficios que otros inmigrantes ya regularizados en el Servicio Nacional de Salud y afirman que, aunque conocen sus derechos, ser atendidos en un Centro de Salud depende más del conocimiento que tenga el personal sanitario que de ellos mismos. Para estas personas, hablar de la falta de documentos es rememorar, volver a sentir emociones que son negativas y que les hacen sentirseincómodos. (Luís, 2015LUÍS, C. M. 2015. A invisibilidade visível: entidades não governamentais e estruturas informais de suporte a imigrantes indocumentados na cidade de Lisboa. (Master Dissertation).). Los documentos son un tema difícil y hay momentos que nadie quiere revivir: es evocar un malestar que está constantemente presente, pero que todos, en cualquier momento del día, intentan mantener a rayapara poder llevar una vida cotidiana normal.

Pero no siempre es así: a veces están tan inmersos que no logran distanciarse del problema, como le ocurríaa Vickram4 4 Todos los nombres que se presentanen este artículo son ficticios para mantener el anonimato de los que han participado en la investigación. , (soltero, 27 años), que fue otro de mis interlocutores. Había llegado hacíaun año de la India, del Estado de Punjab, trabajaba en una tienda de productos alimenticios con su padre. Cuando llegó a Portugal se puso a trabajar en los invernaderos delAlentejo, pero como no tenía unas condiciones de vivienda dignas y no siempre tenía trabajo, decidió venir a Lisboa. Un día me contóque para saber qué documentos había que presentar en el Servicio de Extranjeríay Fronteras, se había pasadodos días haciendo traducciones en el móvil de modo casi obsesivo, porque quería hacerlo todo sin pedir ayuda, no queríasentirse incapaz delante de los compañeros cuyos procesos se encontraban en curso. Para Vickram, era una cuestión de orgullo personal: todos habían logrado hacerlo y mi interlocutor consideraba que mostrar dificultades en comprender a qué documentos se referían era una forma de incapacidad, lo que demuestra que las barreras lingüísticas tienen un peso significativo y aumentan la frustración, porque se sientena estas alturas como una falta de autonomía (Luís, 2015LUÍS, C. M. 2015. A invisibilidade visível: entidades não governamentais e estruturas informais de suporte a imigrantes indocumentados na cidade de Lisboa. (Master Dissertation).; Ribeiro, 2019RIBEIRO, Simone Beatriz Cordeiro; DE OLIVEIRA, Gilvan Müller. 2019. “¡ Es muy difícil!¡ Es muy difícil!” Quando as barreiras linguísticas conduzem à margem a necessidade de um acolhimento intercultural e de uma formação pedagógica em línguas”.RELACult-Revista Latino-Americana de Estudos em Cultura e Sociedade. n.5.). Además, hay que tener en cuentaque estos inmigrantes vienen de países donde el Estado tiene modelos distintos de organización, utiliza otra terminología y tiene otras prácticas asociadas al ejercicio de la gobernanza. Por ello, es habitual escuchar preguntas sobre qué es “Hacienda”, para qué sirve el carnet de usuario o qué beneficios tiene la Seguridad Social. Así, inmigrar, todavía hoy, aun con toda la información preparatoria, obliga a que en el destino se aprendaun vocabulario yel funcionamiento de una maquinariaadministrativa de derechos y deberes que los inmigrantes desconocen;de hecho hasta para nosotros es un proceso acumulativo.

La construcción de la ilegalidad

¿Los inmigrantes se sienten ilegales? No. La ilegalidad es una categoría clasificatoria que el Estado les atribuye cuando no están normativamente regulados, pues, como refiere Luibhéid, la criminalización de los inmigrantes indocumentados se construye jurídica y políticamente como resultado de regímenes específicos de contextos y de una multiplicidad de dinámicas de poder (2008LUIBHÉID, Eithne. 2008. “Sexuality, migration, and the shifting line between legal and illegal status”.GLQ: A Journal of Lesbian and Gay Studies. 14.2-3, p. 289-315.).

La ilegalidad surge en binomio con la legalidad y es siempre un tema de discusión, porque los inmigrantes que no tienen documentación no desean que se les encuadre o clasifique como ilegales, porque no se ven a sí mismos en esa clasificación y, por tanto, se sienten tratados de forma injusta. Esta condición de ilegalidad la destaca un inmigrante angoleño(empleadoen artes gráficas en Angola que llegó a Portugal con su mujer y un hijo debido a la persecución política). João (35 años) me decía que había entrado de forma legal en el país, que no era ilegal, simplementeno había conseguidolos papeles:

Si aparece alguien, ando con mi contrato de trabajo en el bolsillo. Pago mis impuestos. Si estoy legal en todas partes, ¿por qué no me conceden la residencia?”

Esa conceptualización sobre la ilegalidad y sobre sus simbolismos no está de acuerdo con la interpretación de “ser regular” para estos inmigrantes: serregular significapagar los tributos y las cotizaciones y tener un contrato.

“¿Por qué somos ilegales? Contribuimos ala economía del país. Siestuviera sin contrato y sin pagar mis cotizacionesa la seguridad social seríailegal. Ahora las personas que están allíven que lo hago todo correctamente. ¿Qué van a hacer? ¿Venir y decirme que soyilegal? No tengo tarjeta de residencia, pero trabajo aquí. Es injusto, porque mi trabajo es como el de mi colega que tiene un documento. ¡Creo que por algún motivo estamosmarginados!”

Por eso, João consideraba que estaba en situación de regularidad, pero sin documentos. Ese discurso es también una forma de disociar la connotación peyorativa asociada al concepto de ilegal.

En este caso, la regularización dependía delaaprobacióndel proceso, ya que, después de presentar por internet la Manifestación de interés, nadie se puso nunca en contacto con él, ni siquieradespués de sus intentos de averiguar cuál era su situación: solo pudo saber que su proceso se encontraba en evaluación.

Aplazarla regularización es otra situación común y no depende de los inmigrantes, sino de sus horarios de trabajo. Muchos inmigrantes, incluso con un contrato, llegan a trabajar de doce a catorce horas al día, lo que les impide gestionar la documentación y presentarse a las citas, porque son necesarios en sus puestos de trabajo y no tienen quien los sustituya para poderacudira los servicios competentes.

Al analizarlo bajo esta óptica, aunque los inmigrantes vengan a ocupar puestos que nadie quiere ocupar, tienen más dificultades de inserción en el mercado de trabajo que los autóctonos, forman parte de una mano de obra barata por razones de supervivencia y pasan a depender de un contrato de trabajo durante meses, con frecuenciadesconocen sus derechos o acaban aceptando trabajos precarios pagados por días, lo que dificulta su regularización. Haypuestos de trabajo que se cubren con la inmigración; la limpieza, el área de cuidado de los mayores, las cocinas de los restaurantes, las cafeterías, los invernaderos y todos los trabajos que no tienen prestigio, que se consideran pesados o sucios y que se encuentran en la esfera de los trabajos rechazados por los autóctonos, los ocupan los inmigrantes por cuestiones de supervivencia, para poder acceder a los contratos de trabajo, tan necesarios para la regularización (Lopes et al., 2019LOPES, A.; POTECHI, B.; LUÍS, C. M.; MORAES, J. D. S. P.; RODRIGUES, L., COSTA, R. 2019. “Mulheres e (In)visibilidades: Notas sobre formas de visibilidade, cerceamento e violências contra mulheres”. Lisboa, CRIA - Working Paper.).

Pero para estas personas muchas veces existe una negociación sobre los puestos de trabajo, las tareas, la carga horaria e incluso los salarios, que origina una nuevaoladeesclavitud moderna que Cedric Robinson (2018CEDRIC, Robinson. 2018.Capitalismo racial: el carácter no objetivo del desarrollo capitalista. Tabula Rasa., 28, p. 23-56. ) describe como la “racialización del capitalismo”, en que la subalternidad para la construcción del capital se hace sacando provecho de las desigualdades, y considera que ese es un efecto perverso de la globalización porque ha facilitadolos procesos de exclusión pero propicia la explotación de la mano de obra ilegal (Dupas, 2015DUPAS, Gilberto. 2015. “Pobreza, desigualdade e trabalho no Capitalismo Global”. Fundación Friedrich Ebert (FES), Nueva sociedad. 215.; Facundo, 2019FACUNDO, Ângela. 2019. “Ficar, migrar e disputar o futuro”.Cadernos de Campo (São Paulo -1991). 28(2) p. 21-25.).

El componente emocional

En este contexto de precariedad, los inmigrantes indocumentados intercalansus estados de ánimo fluctuantes en un desahogo que oscila entre la esperanza, el desaliento y el terror por una ilegalidad impuesta por las trabasdel Estado. Las estrategias para regular la inmigraciónpresentanuna variedad de prácticas, de procedimientos implementados por medio de herramientas y tecnologías específicas (Esposito et al. 2020ESPOSITO, F., MURTAZA, A., PEANO, I.,VACCHIANO, F. 2020. “Fragmented citizenship: contemporary infrastructures of mobility containment along two migratory routes”.Citizenship Studies, Vol. 24(5), p. 625-641. ), y por este motivo, ante las autoridades, serindocumentado suponetener una confrontación permanente con fronteras simbólicas que se les cierran constantemente por cuestiones administrativas. Cuando hablamos de regularización, las personas indocumentadas afirman que ir al SEF es simbólicamente ir a la frontera a solicitar autorización para cruzarcuando ya están aquí, lo que les causa una profunda indignación. Esto significa que la frontera no es un mero lugar de paso, sino una delimitación politizada cuya porosidad es relativa, porquedefine quién tiene derecho a cruzarla (Inda y Rosaldo, 2008INDA, Jonathan Xavier; ROSALDO, Renato. 2008. “Tracking global flows”.The anthropology of globalization: A reader. 2, p.3-46. );se establece una relación de poder, pero también una lectura y un reconocimiento de las personas aptas, aquellasque cumplen lo que se les pidey que tienen medios para hacerlo.

Para los inmigrantes indocumentados, no tener un documento que certifiquela autorización de permanencia es lo mismo que no tener autonomía y derechos, lo que los lleva a estaafirmación recurrente:

“¿Cómo es que puedo trabajar en un país en el que no tengo derechos? Pero tampoco puedo irme porque mis cotizacionesestán aquí.”

Suelen decir que no es lo que esperaban para sus vidas, y por eso lollaman “una vida de espera” (Luís, 2015LUÍS, C. M. 2015. A invisibilidade visível: entidades não governamentais e estruturas informais de suporte a imigrantes indocumentados na cidade de Lisboa. (Master Dissertation).), porque si no hay contrato no se regularizan;por otro lado, las empresas tampoco los contratan por su condición deirregulares, así que a losinmigrantesindocumentados se les confina a un espacio simbólico y límbico, un espacio no identitario, no relacional y efímero en su conjunto, porque se asume como espacio de no-pertenencia, que se caracterizapor la falta de estabilidaden un puesto de trabajo, en una casa, en un territorio, lo que los hace sentir sudesigualdad con respecto a otros trabajadores que han tenidoéxito en su proyecto y que han logrado tramitar las Manifestaciones de interés y se consideran integrados.

“La Ley no es objetiva” (Luís, 2015LUÍS, C. M. 2015. A invisibilidade visível: entidades não governamentais e estruturas informais de suporte a imigrantes indocumentados na cidade de Lisboa. (Master Dissertation).), afirmaba uno de mis interlocutores, calificándolo como un ciclo sin término a la vista.Porquelos doce meses de plazoactuales permiten la legalización, pero no todos la logran en un corto espacio de tiempo. Tal vez por eso no sea extraño en el trabajo de campo encontrar inmigrantes que están en Portugal hace más de veinte años sin estar regularizados, cuando, de hecho,ya podrían tener la nacionalidad. Depende mucho de la trayectoria individual, hay inmigrantes que logran tener contrato de trabajo y pagar sus cotizaciones, mientras que otros,con más precarización, van alternando los contratos de trabajo y las cotizaciones con trabajos esporádicos,a menudo sin contrato.

Muchos de mis interlocutores viven hacinados en casas, porque solo así consiguen pagar la renta. Cuando hablamos de las condiciones en las que viven, manifiestan el deseo de tener una casa, un espacio que no sea compartido, aunque la casa sea pequeña, porque una habitación no siempre es una habitación, sino un lugar con una cama que se alquila por meses. Por eso, la casa es una representación de bienestar que tiene un gran simbolismo, pues es la concretización de distintas etapas: el permiso de residencia, la independencia económica, la llegadade la familia y, por último, la serenidad, pues esel final de un proceso doloroso y el camino hacia una nueva fase en sus vidas. Por ejemplo, Marly (45 años y un hijo de 20 años que vive con ella) vino de Brasil donde trabajaba en una ONG;estaba a punto de perderel contrato de trabajo como empleada doméstica y tenía una cita en el SEF para renovar el permiso de residencia; me llamó preocupada porque si no le hacían un nuevo contrato no le renovarían el permiso. Ese día, después de una largaconversación, me dijo:

“Mi sueño era tener una llave de la puerta solo para mí, una sala con una televisión grande y bonita, sofás bonitos para recibir a los amigos. Entoncestambién vendrías a visitarme… ”.

Marly sabía que podía quedarse sin documentos, pero seguíacreyendo en su vida deinmigrante, con perspectivas de futuro que se materializaban en su objetivo de tener una casa propia.

Entre la permanencia y el retorno

Un día acompañéa un interlocutor de Bangladesh a una agencia tributaria y, en una conversación, mientras esperábamos a que nos atendieran, me hizo una pregunta: “Teavisan, pero no te expulsan,¿verdad?”, lo que hizo recaer sobre míla responsabilidad de dar una respuesta afirmativa acerca de las medidas del SEF sobre los indocumentados. Era la confirmación que esperaba parasentir algo de tranquilidad. Efectivamente, este interlocutor afirmaba muchas veces que le gustaba vivir aquí y que no le gustaría irse. Salir de Europa era una posibilidad que no se planteaba, pero, también sabía que, para regularizarse, tenía que permanecer en Portugal. Pedir esa confirmación, era pedir que le garantizaran que nada malo le iba a ocurrir, haciendoaflorar el temor sobre su situación y la posibilidad de ser deportado con todas las consecuencias de este acto.

Didier Fassin señala que hay ciertos periodos de la historia que son más propicios al crecimiento de las barreras entre territorios y personas (2005FASSIN, Didier. 2005. “Policing borders, producing boundaries. The governmentality of immigration in dark times”. Annual Review of anthropology. Vol. 40:213-226.). La construcción del espacio Schengen creó fronteras externas, permitiendo, sin embargo, ciertapermeabilidad en las fronteras internas. Así, ser deportado no es solo salir de Portugal, sinodel Espacio Schengen y volver al país de origen, lo que compromete la circulación y la búsqueda de mejores condiciones en otro país europeo (Schiller, 1995SCHILLER, Nina Glick; BASCH, Linda; BLANC, Cristina Szanton. 1995. “From immigrant to transmigrant: Theorizing transnational migration”.Anthropological quarterly. p. 48-63.).

“¿Cómo explicar a un familiar que te han deportado? Si eso ocurriera, volvería a casa de mis padres. Sé que me acogerían, pero vine a Europa porque necesitaba libertad”.

Libertad significa autonomía, movilidad, y no condicionamiento y retorno, y esta era la preocupación que sentía mi interlocutor, que tenía 33 años y formación académica. Le pregunté qué significaba ser libre, de qué libertad hablaba:

Mis padres siempre me han cuidado mucho. Soy hijo único, en casa tengo todo lo que necesito, pero no deseo que mis padres me cuiden para siempre. Venir aEuropa fue un proceso de crecimiento y una lucha para llegar aquí. ¿Crees que ahora volvería a casa así? ¿Sin haber hecho nada conmi vida? Eso seríavolver atrás y mi vida sería peor. En mi barrio todo el mundo se conoce, les parecería raro quevolviera. Todo esto es extraño para mí, pero siempre es mejor que volver...

Esta experiencia de la urbanidad europea, de la libertad, evoca lo que dice Arjun Appadurai en Modernity at Large sobre la experiencia de nuevos modelos de vida y de consumo (1996APPADURAI, Arjun.1996. Modernity at Large: cultural dimensions of globalization. University of Minnesota Press. 248 p.), sobre la necesidad de experimentar Europa. Ese día hablamos de las avenidas, de los monumentos, de los espacios que Europa tiene para caminar sin tropezar con nadie, algoque no ocurre en Dacca.

Como he venido mencionando, las emociones están repletas de sentimientos contradictorios y evocan vivencias anteriores a la migración que convierteneste periodo en un proceso aún más angustioso, como (2007LECHNER, Elsa. 2007. “Imigração e saúde mental”.Migrações. 1, p. 79-101.); sin embargo, el regreso es siempre el último reducto. Esta construcción simbólica del poder también se revela en la angustia que tienen los inmigrantes al pensar en regresar a su lugar de origen, por el sentimiento de frustración que les causaría, por la exposición frente a amigos y familiares al no haber realizado un viaje haciael éxito, que es la gran prueba de resiliencia para los indocumentados:asegurarse de que pueden mantenerse en los países de destino hasta que se resuelva la situación, al igual quelos inmigrantes regularizados.

Para este inmigrante existía la noción de que podría estar mejor con su familia que en la situación en que se encontraba, pero existía también la fuerza y la determinación de proseguir su camino hasta suconclusión con laperspectiva de una nueva vida (Jackson, 1991JACKSON, John A. 1991. Migrações. Lisboa: Escher.Fim de Século Edições Lda.) que ansiabatener en Europa. Siempre habíauna relación ambivalente entre el deseo devolver y el impulso de quedarse e intentarlo una vez más.

Análisis de la cuestión del regreso: si para una mujer el retornopuede ser frustrante en las sociedades patriarcales, cuando se es hombre lo es más aún;esto es lo que ocurre por ejemplo con los inmigrantes de Asía del Sur por cuestiones culturales, porque cuando se apartan de su familia, es para aportarcomodidad, calidad de vida y no para regresar sin nada, lo que significa que, al tener que hacerlo, van a vivir, aunque no quieran, esa exposiciónsocial de pérdida de estatus y dignidad delante de la familia y los amigos, porquesiempre se les comparará con los casos de éxito en la diáspora y serán losque no lograron mantenerse y no prosperaron en la vida. Ningún inmigrante desea experimentarun retorno en estas condiciones, porquees plenamente consciente de que eso ledesprestigiaría e infantilizaría, y de que seconvertiría, durante un tiempo, en una persona a laque es necesario cuidar hasta que vuelvaa su cotidianidad. En este sentido, podemos afirmar que las emociones también se construyen al amparo de las relaciones de poder, como refiere Hutchison (2014HUTCHISON, Emma; BLEIKER, Roland. 2014. “Theorizing emotions in world politics.International Theory. Vol. 6.3, p. 491-514.), de la subalternidad, puestienenla capacidad de interferir en los estados subjetivos del otro, porque, como afirma Michelle Rosaldo, las emociones son “pensamientos materializados” (1984ROSALDO, M. 1984. “Toward an Anthropology of Self and Feeling, Culture Theory: Essays on Mind, Self and Emotion”, red. RA Shweder, RA LeVine.) y relacionales. Por lo tanto, pensar en el retorno es una situación indeseable, no por la situación en sí, sino por el miedo a las reacciones de la propia familia, que ha invertido emocionalmente, y muchas veces materialmente, en esta decisión. Pero, como sostiene Piras, la inmigración internacional se caracteriza por esta posibilidad de “transnacionalizar” las relaciones entre familias y lugares dispersos geográficamente, y permite una circulación global de cuidados, afectos y emociones, que a pesar de la distancia física, conectan origen y destino (2016), traspasando las fronteras geográficas, lo que ayuda a los inmigrantes indocumentados a ser resilientes en una fase difícil de sus vidas, porque continúan teniendo este apoyo, ocultando sus dificultades.

Así, los inmigrantes ven todo el proceso de regularizacióncomo una gran violencia simbólica, administrativa, procesal y burocrática. El Servicio de Extranjería y Fronteras es una frontera simbólica que los remite auna situación de limbo, de hibridez. porque no se es ni inmigrante ni ciudadano, como si se tratara de la construcción de una “persona” por vía de un proceso que les vapermitir tener una identidad jurídica. De ahí vienenlos discursos en el terreno sobre “ser gente” y “ser persona” (Luís, 2015LUÍS, C. M. 2015. A invisibilidade visível: entidades não governamentais e estruturas informais de suporte a imigrantes indocumentados na cidade de Lisboa. (Master Dissertation).), terminología que simbólicamente se refiere a una relación que se establece entre ser visible o invisible y poseer o no documentos.

Tener por fin un permiso de residencia es para estas personas el comienzo de la vida. Un interlocutor brasileño hizouna vez una definición curiosa de frontera en referencia al Servicio de Extranjería y Fronteras y a la concesión de los permisos de residencia:

“Aquello es como una gran puerta. Si tienes suerte, pasas. En caso contrario, tienes que volver a intentarlo.Casi como cuando te bautizaron”.

Es una comparación que eleva este proceso al nivel de lo divino, porque se ve casi como una cuestión dogmática. Recibir un permiso de residencia adquiereuna importancia tan grande que llega a ser trascendente y su simbolismo es tan grande que las fotografías de los carnets se comparten en las redes sociales y, a menudo, los autores de esas publicaciones dan gracias a Dios públicamente. Es como si la obtención de ese permiso no dependiera de un Estado administrativo regulador, sino de una entidad suprema que eligiera concienzudamente quién tiene el derecho de cruzaradministrativamente esa frontera simbólica.

Conclusión

Alno tener el reconocimiento del Estado, los inmigrantes indocumentados constituyen un grupo que sufre de invisibilidad estructural, porque solo adquieren una existencia jurídica a partir del momento en que realizan sus Manifestaciones de interés, aunque eso no les conceda derechos. Sin embargo, esta peticiónes permanente y muestrala situación de desigualdad en que se encuentran; es una situación quepuede durar largos periodos de tiempo en que se consideran no visibles y no audibles. Aprenden a vivir con esta limitación que frustra sus expectativas de vida y sienten que se enfrentan a una máquina burocrática que les crea una sensación de imposibilidad y condicionamiento.

Muchos inmigrantes tienen contratos de trabajo y pagan sus cotizaciones, la Seguridad Social y los impuestos, pero por diversos motivos, noconsiguen regularizarse. La falta de documentos, la insuficiencia económica, las fechas vencidas, las citas tardías o fallidasy los empleos que condicionan sus salidas son factores que retrasan la regularización.

Desde el punto de vista emocional, mientras se encuentran indocumentadas, estas personas viven un periodo de incertidumbre, de vulnerabilidad, de miedos y angustias y frustraciones que les producenuna profunda insatisfacción con la vida, lo que, desdesu perspectiva sobre del proceso migratorio, no se corresponde con lo que se esperaba, por lo que alternan periodos de tristeza y periodos de gran esperanza, determinación y resiliencia.

Las emociones adquierengran importancia en estatrayectoriaporque son expresiones que se plasman en las experiencias del individuo y forman parte de un acto dialógico, como señalan Lutz y White (1986LUTZ, Catherine; WHITE, Geoffrey M. 1986. “The anthropology of emotions”. Annual Review of anthropology . 15.1, p. 405-436.);estas emociones no se pueden disociar de los discursos de los inmigrantes, porque están constantemente presentes, se encarnan, como apunta Rosaldo (1948) y tienenexpresión en el simbolismo que se les atribuye en el diálogo (Abu-Lughod y Lutz, 1990LUTZ, Catherine A.; ABU-LUGHOD, Lila. 1990. “Language and the politics of emotion”. In:This book grew out of a session at the 1987 annual meeting of the American Anthropological Association called” Emotion and Discourse.”. Editions de la Maison des Sciences de l’Homme.). Así, disociar las emociones de las narrativas de las personas indocumentadas sería desvirtuaruna parte considerable de lo que se comparteen torno a una situación de gran opresiónque condiciona todo su futuro.

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    Todos los nombres que se presentanen este artículo son ficticios para mantener el anonimato de los que han participado en la investigación.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    06 Ene 2023
  • Fecha del número
    2022

Histórico

  • Recibido
    06 Ene 2022
  • Acepto
    12 Abr 2022
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