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Comportamiento, conocimiento y percepción de riesgo sobre enfermedades sexualmente transmisibles en un grupo de personas con 50 o más años de edad

Resúmenes

El objetivo fue analizar aspectos de comportamiento, conocimiento y percepción de riesgo de las ETS/SIDA, en personas con 50 o más años de edad. Se entrevistaron 165 servidores de una Secretaría del estado de Mato Groso, Brasil. Se utilizó una prueba de Chi cuadrado y de regresión logística para analizar la percepción de riesgo y las variables de comportamiento y conocimiento sobre las ETS/SIDA. La mayoría de los entrevistados era del sexo femenino (60,6%); para el comportamiento un 63,2 % tenía pareja fija y un 72,4 % tuvo relación sexual en los últimos 6 meses; apenas el 13,3 % utiliza siempre preservativo, el 21,5 % de los hombres y el 8 % de las mujeres. Se demostró que existe una asociación entre la percepción de riesgo y el uso de preservativo en la última relación sexual (p < 0,001); y, que cualquier persona puede contraer una ETS/SIDA (p =0,039). El actual desafío de las políticas públicas es incrementar las acciones que tienen como objetivo la promoción de la salud de la población adulta y de los adultos mayores, principalmente en lo que se refiere a la sexualidad y a la vulnerabilidad delante de las ETS/SIDA.

condones; conocimiento; conducta sexual; envejecimiento; sexualidad; enfermedades sexualmente transmisibles; equipo de enfermería; población en riesgo


The goal was to analyze the behavior, knowledge and risk perception about sexually transmitted diseases / AIDS (STD/AIDS) in people over 50 years old. 165 public servants at a State Secretary in Mato Grosso, Brazil were interviewed. The chi-square test and logistic regression tests were used for the analysis of risk perception and the behavior and knowledge variables about STD/AIDS. Most of the respondents were female (60.6%), 63.2 had a fixed partner, 72.4% had sexual relations in the past six months, and only 13.3% always wore condoms, with 21.5% being male and 8% female. Perception of risk was associated with non-use of condoms in their last sexual relation (p<0.001) and answering that anyone may acquire a STD/AIDS (p=0.039). The challenge of public policies is to increase actions, directing them to promote the health of the adult and elderly populations, especially regarding sexuality and vulnerability to STD/AIDS.

condoms; knowledge; sexual behavior; aging; sexuality; sexually transmitted diseases; nursing, team; population at risk


Objetivou-se analisar o comportamento, conhecimento e percepção de risco às doenças sexualmente transmissíveis/AIDS (DST/AIDS) em pessoas com 50 anos e mais de idade. Foram entrevistados 165 servidores de uma secretaria estadual de Mato Grosso, Brasil. Utilizou-se o teste de qui-quadrado e regressão logística para análise da percepção do risco e variáveis do comportamento e conhecimento sobre DST/AIDS. A maioria dos entrevistados é do sexo feminino (60,6%), 63,2% tem parceiro fixo e 72,4% tiveram relação sexual nos últimos 6 meses e apenas 13,3% utilizam sempre o preservativo, dos quais 21,5% homens e 8% mulheres. Houve associação entre percepção de risco e não uso de preservativo na última relação sexual (p<0,001) e responder que qualquer pessoa pode contrair uma DST/AIDS (p=0,039). O desafio das políticas públicas hoje é incrementar ações direcionando-as à promoção à saúde da população adulta e idosa, principalmente quanto à sexualidade e vulnerabilidade às DSTs/AIDS.

preservativos; conhecimento; comportamento sexual; envelhecimento; sexualidade; doenças sexualmente transmissíveis; equipe de enfermagem; população em risco


ARTIGO ORIGINAL

Comportamiento, conocimiento y percepción de riesgo sobre enfermedades sexualmente transmisibles en un grupo de personas con 50 o más años de edad1

Magali OliviI; Rosangela Getirana SantanaII; Thais Aidar de Freitas MathiasIII

IEnfermera, Maestra en Enfermería, Universidad de Cuiabá, Brasil, e-mail: magaliolivi@hotmail.com

IIEstadística, Doctor en Estadística, e-mail: rgsantana@uem.br

IIIEnfermera, Doctor en Salud Pública, e-mail: tafmathias@uem.br. Universidad Estadual de Maringá, Brasil

RESUMEN

El objetivo fue analizar aspectos de comportamiento, conocimiento y percepción de riesgo de las ETS/SIDA, en personas con 50 o más años de edad. Se entrevistaron 165 servidores de una Secretaría del estado de Mato Groso, Brasil. Se utilizó una prueba de Chi cuadrado y de regresión logística para analizar la percepción de riesgo y las variables de comportamiento y conocimiento sobre las ETS/SIDA. La mayoría de los entrevistados era del sexo femenino (60,6%); para el comportamiento un 63,2 % tenía pareja fija y un 72,4 % tuvo relación sexual en los últimos 6 meses; apenas el 13,3 % utiliza siempre preservativo, el 21,5 % de los hombres y el 8 % de las mujeres. Se demostró que existe una asociación entre la percepción de riesgo y el uso de preservativo en la última relación sexual (p < 0,001); y, que cualquier persona puede contraer una ETS/SIDA (p =0,039). El actual desafío de las políticas públicas es incrementar las acciones que tienen como objetivo la promoción de la salud de la población adulta y de los adultos mayores, principalmente en lo que se refiere a la sexualidad y a la vulnerabilidad delante de las ETS/SIDA.

Descriptores: condones; conocimiento; conducta sexual; envejecimiento; sexualidad; enfermedades sexualmente transmisibles/prevención & control; equipo de enfermería; población en riesgo

INTRODUCCIÓN

Las enfermedades sexualmente transmisibles (ETS) son consideradas un problema de salud pública de los más comunes en todo el mundo y una de las cinco principales causas para solicitar servicios de salud(1). En Brasil ocurren cerca de 12 millones de casos de ETS al año y como la notificación no es compulsoria (cerca de 70% de las personas con alguna ETS buscan tratamiento en farmacias) el número real de casos queda por debajo del estimado, que es de cerca de 200 mil casos al año(2). Al contrario de lo que se piensa las ETS son enfermedades que pueden tener consecuencias graves. Una persona con alguna ETS tiene una mayor probabilidad de contaminación por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y consecuente desarrollo del Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA)(2).

En Brasil el comportamiento de la epidemia del SIDA, desde su inicio en la década del 80, viene presentando alteraciones importantes permitiendo identificar momentos distintos. El primero caracterizado por la infección mayoritaria entre homosexuales y bisexuales masculinos, el segundo marcado por el incremento significativo de la categoría de los drogadictos, en la población joven y heterosexual, seguido por el avance acentuado de la transmisión entre los grupos de baja renta y entre las mujeres y también el momento actual de la epidemia que consiste en el aumento de casos de la enfermedad en personas con 50 o más años de edad(3).

El envejecimiento de la población y el aumento del número de personas ancianas acompañado por la mejoría de la calidad de vida vienen estimulando cambios de comportamiento relacionadas a la sexualidad, proporcionando a las personas relaciones afectivas de más calidad. Una investigación sobre el comportamiento de la población brasileña sexualmente activa realizada por el Programa Nacional de ETS/SIDA en el 2003 mostró que 67,1% de las personas de 50 a 59 años y 39,2% de las personas con 60 años o más de edad son sexualmente activos y la proporción de hombres sexualmente activos con más de 50 años es el doble de la observada entre las mujeres con la misma edad(4).

El Ministerio de la Salud viene notando un aumento en el número de casos de SIDA en la población con 40 años o más de edad. Del total de casos notificados en 1992, 15,6% fueron de hombres de 40 a 49 años, aumentando para 24,4% en 2003. Para el intervalo de 50 a 59 años, de 4,5% aumentó para 8,7% y de 60 años o más, de 1,8% aumentó para 2,7% en el mismo período(5). En los Estados Unidos 10% de los casos de SIDA en mujeres ocurrieron en el intervalo de 50 años o más y 32% de esas mujeres tenían 60 años o más de edad cuando fue diagnosticado, de modo que las infecciones ocurrieron después de la menopausia(6).

A pesar de que se observa un aumento del número de casos de infección por el VIH y SIDA en personas con 50 años o más de edad no es común que esa población se considere en riesgo para contraer ETS/SIDA, y a pesar de que puedan envolverse en comportamientos de riesgo, como sexo desprotegido, todavía no se perciben como vulnerables a las enfermedades sexualmente transmisibles(7). Los temas sobre sexualidad, conocimiento y comportamiento en relación con las ETS/SIDA y la percepción de riesgo son, en general, tratados apenas para algunos grupos específicos de la población, como los adolescentes y los adultos en edad reproductiva. Los asuntos sobre sexualidad para la población anciana que ya no tiene preocupación con anticoncepción son tratados por la literatura enfatizando aspectos relativos al desempeño o a las disfunciones sexuales y sus relaciones con la calidad de vida, dando menor énfasis a la promoción de la salud sexual y prevención de ETS/SIDA.

Las acciones de promoción en salud relativas a las ETS deben tener en cuenta el comportamiento sexual de los individuos, las informaciones sobre sus prácticas sexuales además de considerar cuales informaciones o que las personas conocen sobre ETS. La comprensión sobre las prácticas sexuales y sobre el conocimiento que las personas tiene sobre ETS puede acrecentar evidencias sobre los factores de riesgo y de protección en relación a la enfermedad(8). Así, considerando el aumento de ancianos y el creciente número de casos de SIDA registrados en esa parte de la población, el presente estudio tuvo por objetivo describir características del comportamiento sexual, conocimiento sobre ETS/SIDA y percepción de riesgo en personas con 50 años o más de edad y verificar la asociación entre la percepción de riesgo y aspectos del comportamiento y conocimiento.

MÉTODOS

La población de estudio fue constituida por todos los servidores de una secretaría del Estado de Mato Groso con 50 años o más de edad que actuaban en el municipio de Cuiabá en 2005. Entre los 425 servidores, fueron entrevistados 165 sorteados aleatoriamente, excluidos los que estaban en licencia de cualquier naturaleza, de vacaciones o jubilados. El instrumento utilizado para recolección de datos fue elaborado por los investigadores a partir de cuestionarios utilizados en estudios nacionales(9-10); fue realizada una apreciación previa por enfermeros y psicólogo y realizado una pre-prueba. Fueron indagadas cuestiones como la actividad sexual en los últimos 6 meses, tipo de compañero sexual, realización de la prueba de VIH, utilización de preservativos y drogas, conocimiento sobre los tipos de ETS, vulnerabilidad a la enfermedad, prevención de ETS por la utilización de preservativos y las fuentes más comunes en la obtención de esas informaciones. No hubo rechazo y todos los 165 servidores sorteados fueron entrevistados. Fue realizado un análisis descriptivo univariado y multivariado de la percepción de riesgo como variable dependiente y las variables del comportamiento y conocimiento sobre ETS/SIDA como variables independientes. Fue calculada la frecuencia de la percepción de riesgo a las ETS/SIDA, intervalos de confianza y niveles de significancia con la prueba Chi-cuadrado. Para el modelo de regresión logística múltiple fueron incluidas todas las variables que se mostraron asociadas a la percepción de riesgo con nivel de significancia p<0,05, utilizando el Statistic 6.0(11). Atendiendo a los procedimientos éticos, fue garantizado el anonimato; a los participantes, se les presentó y fue firmado el término de consentimiento libre esclarecido. El proyecto de investigación fue analizado y aprobado por el Consejo de Ética en Investigación Envolviendo Seres Humanos de la Universidad Estatal de Maringá (parecer nº 230/2005).

RESULTADOS

La edad varió de 50 a 66 años, la mayoría fueron mujeres (60,6%) y 87,4% de ellos dentro del intervalo de 50 a 59 años. Con relación a la escolaridad, 45% tenía nivel superior, 35,7% nivel medio y 66,7% afirmaron utilizar convenios privados y planos de salud. La renta familiar fue de 6 o más salarios mínimos para 55,5% de los entrevistados.

Sobre el comportamiento sexual, 63,2% afirmaron tener un compañero y 72,4% tuvieron relación sexual en los últimos 6 meses. Los hombres tienen 1,7 vez más relaciones sexuales que las mujeres (97% contra 56,1%; p<0,001) (Tabla 1). Apenas 13,3% afirmaron utilizar siempre el preservativo (Tabla 1). En cuanto a la utilización de preservativo en la última relación sexual, 83,1% respondieron que no lo utilizaron (Tabla 1), de los cuales 60% eran mujeres. De los entrevistados que ya realizaron la prueba de VIH, 70,3% eran mujeres y 29,7% hombres.

Las ETS más citadas fueron: SIDA, sífilis, gonorrea, herpes, HPV y hepatitis, y 92% estuvieron de acuerdo en que el preservativo previene ETS/SIDA. Cuando se indagó sobre quien podría "agarrar" una ETS/SIDA, 83,6% consideraron cualquier persona y 16,4% respondieron que apenas algunos grupos específicos (p<0,001), como por ejemplo: hombre, mujer, adolescente, usuario de drogas, profesionales del sexo y homosexual masculino y femenino. Con relación a la percepción de riesgo, 53,1% consideraron la posibilidad de contraer una ETS; 50,8% de los hombres y 54,6% de las mujeres (Tabla 1).

En el análisis univariado hubo asociación estadísticamente significativa entre la percepción de riesgo y la frecuencia de utilización del preservativo (p=0,028), la utilización del preservativo en la última relación sexual (p<0,001) y el acceso a los medios de comunicación (p<0,002) (Tabla 2).

En el análisis de regresión logística permaneció la asociación entre la percepción de riesgo y el uso de preservativo en la última relación sexual (p<0,001) con una proporción de 24,43 veces más de percepción de riesgo para los que no usaron el preservativo (Tabla 3).

DISCUSIÓN

Aspectos importantes del comportamiento y conocimiento sobre ETS/SIDA en la población de esta investigación fueron evidenciados estos resultados, sumados a informaciones de otros estudios, llevan a la construcción de indicadores que pueden contribuir para el monitoreo de las medidas y estrategias de prevención de las enfermedades sexualmente transmisibles.

La constatación de que 72,4% de los entrevistados tuvieron relación sexual en los últimos seis meses, con mayor frecuencia para los hombres, sugiere semejanza con resultados de un trabajo realizado por el IBGE, en que los hombres consiguen mantener altas tasas de nupcialidad a lo largo de la vida, ya que para la población adulta y en la madurez ese trabajo apuntó que 70,9% de los hombres y 27,9% de las mujeres viven en unión conyugal(12). Por otro lado la actividad sexual de los participantes de este estudio fue mayor que la encontrada en la investigación diseñada por el Programa Nacional de ETS/SIDA, para la cual 67,1% de las personas de 50 a 59 años y 39,2% de la población con 60 o más años eran activas sexualmente(4).

Otro resultado importante del presente estudio relativo al comportamiento, fue en lo relacionado a la práctica de sexo seguro. Los entrevistados tienen el conocimiento de la importancia del uso del preservativo en la prevención de las ETS/SIDA, sin embargo se observó que 78,5% de los hombres y 86,5% de las mujeres no utilizaron el preservativo en la última relación sexual. Algunos estudios revelan que, a pesar del conocimiento sobre las formas de transmisión de las ETS/SIDA son pocos los adultos en su madurez que afirman usar preservativo en todas las relaciones sexuales(1,3,6,13). Como el SIDA es una enfermedad reciente, de la década de 80, es posible que exista dificultad en percibir la necesidad del uso del preservativo por los más viejos, ya que esa práctica no hace parte de su cultura, por eso es importante desarrollar orientaciones específicas para esa parte de la población.

El uso del preservativo por las mujeres como método de prevención y no como anticoncepción todavía no es una práctica consciente. Así como las mujeres más jóvenes, las mujeres sobre los 50 años de este estudio revelaron poca percepción del riesgo. Poco más de la mitad de las mujeres (54,6%) consideró la posibilidad de contraer ETS/SIDA. Es interesante percibir que inclusive considerado un porcentaje bajo, él fue superior al encontrado en otros estudios para el mismo intervalo de edad(6) y al de la auto percepción de las ETS en mujeres(9). La baja percepción de riesgo presentada para las mujeres puede estar relacionada a la sensación de protección, principalmente cuando las mujeres tienen compañero fijo y estable y no tiene más la posibilidad de quedar embarazada por encontrarse en la fase del climaterio o después de la menopausia. Ese hecho fue señalado en las declaraciones de los entrevistados en un espacio destinado a comentarios en los cuestionarios. Fueron varios los comentarios justificando el no usar el preservativo por ejemplo, "tener compañero fijo", "confiar en el compañero" y también por "miedo de herir al compañero".

El análisis de regresión mostró una asociación significativa entre la percepción de riesgo y el uso del preservativo en la última relación sexual. Los entrevistados que respondieron no haber utilizado el preservativo en la última relación sexual tuvieron 24 veces más percepción del riesgo de adquirir ETS/SIDA. De los entrevistados, 83,6% demostraron conocimiento afirmando que cualquier persona puede contraer una ETS/SIDA. O sea, saben lo que es una ETS/SIDA, conocen una o más ETS, creen que el preservativo previene y que cualquier persona puede contraer ETS/SIDA y todavía respondieron que tienen acceso a los medios de comunicación. Pero aun así, ese conocimiento parece interferir en apenas parte del comportamiento preventivo de la población entrevistada, ya que 63,1% de los hombres y 50% de las mujeres nunca usan el preservativo en sus relaciones sexuales. Del punto de vista sanitario, la vulnerabilidad es consecuencia de factores del grupo social que influyen negativamente en la capacidad del individuo de ejercer control sobre su propia salud y está regida por varios factores personales relacionados a la calidad y a la cobertura de los servicios y programas de prevención, asistencia y apoyo social(14). La vulnerabilidad depende de una postura activa y autónoma de los sujetos, además del papel de las políticas sociales en la contribución de la reducción de la vulnerabilidad colectiva(15).

Es sabido que las mujeres utilizan más los servicios de salud. Fue verificado un porcentaje mayor de mujeres (62,3%), en relación a los hombres (46,7%), en la búsqueda de servicios de salud en Brasil(16). Este hecho puede ser justificado muchas veces, por ser la mujer la responsable por la salud de la familia, otras veces por ser la principal cuidadora de algún familiar dependiente y por eso demandar una mayor cantidad de procedimientos, incluyendo los exámenes de laboratorio. Los aspectos de la utilización de los servicios de salud, más frecuentes por las mujeres también pueden ser percibidos en esta investigación ya que 52% de las mujeres y apenas 33,8% de los hombres realizaron la prueba para detectar el VIH (Tabla 1).

Los resultados relativos al comportamiento, más de una vez, ponen en evidencia que la producción de conocimientos sobre prácticas de prevención de las ETS/SIDA debe considerar hombres y mujeres de forma singular en el ámbito de las relaciones y en su comportamiento. Nuevos estudios, con diseños elaborados con fundamentos de psicología, sociología y otras áreas, serían necesarios para comprender la relación entre comportamiento preventivo y conocimiento sobre ETS/SIDA. La asimilación de la práctica de medidas preventivas de las ETS/SIDA pasa también a crear una conciencia de su importancia en el propio equipo de salud que actúa en las Unidades Básicas de Salud, en los Equipos de Salud de la Familia y también en cualquier otro servicio de salud que atienda a planos y seguros de salud privados. Los profesionales de salud tienen dificultad en considerar la vida sexual del anciano como una realidad, no incorporan esa realidad en la agenda de trabajo y no discuten sobre medidas preventivas de las ETS/SIDA destinadas a esa población. Lo que se observa es que la asistencia a la población con 50 o más años está dirigida, muchas veces, apenas para la libre demanda con quejas ya establecidas. Es necesario que los programas de prevención de las ETS/SIDA produzcan material audiovisual para la población con 50 o más años de edad reforzando la urgencia de la promoción de la salud enfocando también su sexualidad.

No es una rutina, en las actividades de atención al anciano, la verificación del comportamiento sexual, del conocimiento sobre la importancia de los métodos preventivos y de la utilización frecuente del preservativo. Es posible que el equipo de salud tenga dificultades o resistencia en tratar la sexualidad con personas ancianas. Existe, de cierta forma, consenso de que el anciano es un ser asexuado, que no piensa en sexo(17), incapaz de producir deseo en otras personas lo que coloca a esa población en una situación de mayor vulnerabilidad frente a las ETS/SIDA(18). La actualización de los profesionales sobre los cambios del comportamiento, perfil epidemiológico y contexto histórico de la sociedad es importante para mejorar su potencial de acción transformadora de las condiciones de vida y de la atención a la salud de la población.

La prevención de las ETS/SIDA entre las personas con 50 o más años de edad depende de cuán consciente está este sobre la existencia del riesgo; la percepción adecuada contribuiría para adoptar las medidas preventivas. Con relación al concepto de riesgo, específicamente para el SIDA, hubo un cambio durante la trayectoria de la existencia de la epidemia. El término "grupo de riesgo" fue gradualmente substituido por "comportamiento de riesgo"(9). Entretanto la idea de "grupo de riesgo" todavía persiste en la comprensión y percepción de las personas con relación a la transmisión y vulnerabilidad a las ETS/SIDA. Tal percepción fue captada en esta investigación cuando se observó que 32,3% de los hombres respondieron que algunos grupos específicos de personas serían los más expuestos a las ETS/SIDA. Sobre la población entrevistada vale resaltar que, en este estudio ella es de cierta forma diferenciada por estar constituida por personas que, además de estar en el mercado de trabajo, 80% de ellas tenía nivel medio o superior de escolaridad; 55,5% afirmaron tener una renta familiar mayor que seis salarios mínimos y 66,7% utilizan la asistencia médica suplementaria. Otro factor que debe ser observado es la variabilidad de la magnitud del comportamiento, conocimiento y percepción de riesgo en contraer ETS/SIDA entre los resultados encontrados en otras investigaciones(7). La percepción de riesgo difiere de manera importante entre los grupos de personas, jóvenes, adultos jóvenes, ancianos jóvenes, ancianos viejos, además de su inserción en la sociedad, aspectos sociodemográficos y culturales.

Cuestiones subyacentes a los resultados de este estudio pudieron ser extraídas, como por ejemplo algunas características del comportamiento de los hombres, de tener mayor facilidad en tener compañero sexual y mantener la actividad sexual activa, además de la mayor utilización de preservativo. A su vez las mujeres demostraron un mayor conocimiento de las ETS, mayor utilización de medios de comunicación y mayor utilización de los servicios de salud, lo que puede haber contribuido para responder con más frecuencia con relación a los hombres, que cualquier persona puede contraer una ETS.

Los avances y conquistas en investigaciones y acceso a la medicación en la epidemia del SIDA son innegables. Sin embargo, en el campo de la prevención, los programas deben ser perfeccionados lo que constituye un desafío para el Sistema Único de Salud actuar con eficiencia y eficacia, incrementando acciones en el sentido de revertir la tendencia de aumento de la incidencia de las ETS/SIDA en la población con 50 o más años de edad. También son necesarios muchos estudios para entender el fenómeno del envejecimiento y también para entender el contexto sociocultural de esa parte de la población, para que ella sea reconocida en la sociedad como merecedora de recursos efectivos a fin de acrecentar calidad a los años de vida prolongados. La población anciana tiene característica de gran usuaria de los servicios de salud, busca regularmente los consultorios médicos, las unidades básicas de salud y gran parte de las camas de los hospitales es utilizada por ella. Los servicios y el equipo deben "aprovechar" la presencia de las personas ancianas en los servicios de salud y estar preparados para una demanda cada vez mayor, acrecentando en su agenda de atención integral los aspectos relacionados a la sexualidad, comportamientos y conocimientos de las personas ancianas sobre las ETS/SIDA.

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    Article extracted from Master's Thesis
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      29 Set 2008
    • Fecha del número
      Ago 2008

    Histórico

    • Acepto
      24 Feb 2008
    • Recibido
      23 Jul 2007
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