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La vivencia de envejecer en la perspectiva fenomenológica

Resúmenes

Se trata de un estudio de naturaleza cualitativa, conducido según el abordaje fenomenológico; tiene como informantes los ancianos (60 años de edad o más), visitantes de los Centros de Convivencia de la Persona Anciana (CCA), localizados en la capital de un estado del centro oeste de Brasil. El objetivo es tratar de entender la vivencia de envejecer a través de la vivencia de las personas que están envejeciendo y comprender el significado que tiene para la práctica de la enfermería. Fueron utilizadas presuposiciones fenomenológicas de la entrevista, con las siguientes preguntas orientadoras "¿Cómo es llegar esa edad? y ¿Cómo es vivir tantos años?" Las preocupaciones principales de estas personas son: mostrar que ellos no pierden su identidad por el envejecer o por la edad cronológica, ellos no se sienten ancianos; sin embargo, esperan ser reconocidos como ciudadanos; ellos refuerzan que tener salud es esencial y hacen lo posible para mantener la autonomía sobre sus vidas; ellos le dan énfasis a la importancia de recibir apoyo, de la convivencia y del cuidado en la familia; ellos valoran la independencia financiera y ellos evitan hablar sobre la condición finita del ser humano.

enfermería; envejecimiento; anciano


This qualitative study with a phenomenological approach looked at elderly people (60 years of age or more) who attend two Elderly Community Centers located in a state capital in Central-Western Brazil. The goal was to understand the experience of aging through the experience of people who are aging and its meaning for nursing practice. Phenomenological interview resources were used, with the following guiding question: "What is it like to reach this age? To live so many years?" The results showed that these people's main concerns are: to show that they do not lose their identity because they age and that, sometimes, in spite of their chronological age, they do not feel aged; they expect acknowledgement as citizens; they reinforce that being healthy is essential and grants them autonomy in their lives; they emphasize the importance of family support, life and care; they value financial independence and avoid talking about the finite nature of human beings.

nursing; aging; aged


Este estudo é de natureza qualitativa, conduzido segundo a abordagem fenomenológica, tendo como sujeitos pessoas idosas (60 anos de idade ou mais), frequentadoras de dois Centros de Convivência do Idoso, localizados na capital de um Estado da Região Centro-Oeste do Brasil. Proposta: compreensão da vivência do envelhecer por meio da experiência vivida pela pessoa que está envelhecendo e o significado desse experienciar para a prática de enfermagem. Foram utilizados os recursos da entrevista fenomenológica, tendo como questão norteadora Como é chegar a esta idade? Viver tantos anos?. Os resultados evidenciaram que as principais preocupações dessas pessoas são: mostrar que não perdem sua identidade por ficarem idosas e, às vezes, apesar da idade cronológica, não se sentem envelhecidas; esperam o reconhecimento enquanto cidadãos; reforçam que ter saúde é essencial e lhes possibilita manter autonomia sobre suas vidas; enfatizam a importância do apoio, da convivência e do cuidado na família; valorizam a independência financeira e evitam falar sobre a finitude do ser humano.

enfermagem; envelhecimento; idoso


ARTÍCULOS ORIGINALES

La vivencia de envejecer en la perspectiva fenomenológica

Maria da Graça da SilvaI; Magali Roseira BoemerII

IDoctor en Enfermería, Profesor de la Universidade Federal de Mato Grosso do Sul, Brasil, e-mail: gracasilva-ms@brturbo.com.br

IIDoctor en Enfermería, Profesor Asociado de la Escola de Enfermagem de Ribeirão Preto, da Universidade de São Paulo, Centro Colaborador de la OMS para el Desarrollo de la Investigación en Enfermería, Brasil, e-mail: boemerval@gmail.com

RESUMEN

Se trata de un estudio de naturaleza cualitativa, conducido según el abordaje fenomenológico; tiene como informantes los ancianos (60 años de edad o más), visitantes de los Centros de Convivencia de la Persona Anciana (CCA), localizados en la capital de un estado del centro oeste de Brasil. El objetivo es tratar de entender la vivencia de envejecer a través de la vivencia de las personas que están envejeciendo y comprender el significado que tiene para la práctica de la enfermería. Fueron utilizadas presuposiciones fenomenológicas de la entrevista, con las siguientes preguntas orientadoras "¿Cómo es llegar esa edad? y ¿Cómo es vivir tantos años?" Las preocupaciones principales de estas personas son: mostrar que ellos no pierden su identidad por el envejecer o por la edad cronológica, ellos no se sienten ancianos; sin embargo, esperan ser reconocidos como ciudadanos; ellos refuerzan que tener salud es esencial y hacen lo posible para mantener la autonomía sobre sus vidas; ellos le dan énfasis a la importancia de recibir apoyo, de la convivencia y del cuidado en la familia; ellos valoran la independencia financiera y ellos evitan hablar sobre la condición finita del ser humano.

Descriptores: enfermería; envejecimiento; anciano

INTRODUCCIÓN

El interés por el tema - envejecimiento - surgió después algunos años de actuación profesional en la Enfermería, especialmente en la área de Clínica Médica, donde parecía que volverse anciano era sinónimo de enfermedad y muerte. Esa visión se reviste de sentido para quien conoce a las personas que necesitan de atención en esa especialidad: generalmente personas ancianas, con enfermedades crónicas y degenerativas, con internaciones prolongadas y alto índice de mortalidad. De las vivencias con esas personas se fue configurando el tema de esta investigación. La autora pasó, entonces, a cuestionarse: sería esto la vida: ¿sueños realizados, frustrados, trabajo, enfermedad y muerte? ¡Sin embargo, a pesar de los cambios físicos, siento que puedo mucho más! Entonces, que es esto: ¿el envejecer?

En ese sentido, la investigación estuvo dirigida, más específicamente, a comprender el envejecimiento bajo la perspectiva de aquellos que están en edad considerada avanzada, ya que las inquietudes están ahí reflejadas. De ese modo, al interrogar cual es el significado de vivir hasta la llamada tercera edad, se esperó encontrar sentido para la práctica de enfermería dirigida a esas personas, contribuyendo para la formación académica más humana y con el objetivo de ofrecer una asistencia integral a ese significativo segmento poblacional de nuestra sociedad.

Envejecer es un proceso secuencial, individual, irreversible, no patológico, de desgaste de un organismo maduro, propio a todos los miembros de una especie, de manera que el tiempo lo vuelve menos capaz de hacer frente al estrés del medio ambiente y, por lo tanto, aumenta su posibilidad de muerte(1). Es un proceso continuo y progresivo, en el cual ocurren modificaciones morfológicas, funcionales, bioquímicas, sociales y psicológicas(2).

Ancianos, del punto de vista cronológico y legal, clasificados en el contexto brasileño, son personas con edad igual o superior a 60 (sesenta) años. (Ley No. 10.741, de 1º de octubre de 2003). Una persona es considerada anciana al completar 65 años de edad en un país desarrollado y, en los países en desarrollo, a los 60 años(3).

"El fenómeno demográfico de elevación de la expectativa de vida y de una mayor proporción de ancianos en las sociedades, ha generado preocupación y suscitado debates sobre la vejez y el envejecimiento en todos los ámbitos...", y, por esto, estas cuestiones están en evidencia en la sociedad actual(4). La población brasileña con más de 60 años viene aumentando a lo largo de las décadas. El número de ancianos (con 60 años de edad) pasó de 3 millones, en 1960, para 7 millones, en 1975, y para 14 millones, en 2002 (aumento de 500% en cuarenta años), estimándose que alcanzará 32 millones en 2020, representando de 15 a 16% de la población total(2,5).

Las proporciones de la población "más anciana", o sea, de 80 años o más, en el total de la población brasileña, también están aumentando. De 166 mil personas, en 1940, el contingente "más anciano" pasó para casi 1,5 millones, en 1996. Representaba 11,7% de la población anciana, en 1996, y 0,9% de la población total(6).

Paralelamente a las modificaciones observadas en la pirámide poblacional, las enfermedades propias del envejecimiento ganan mayor expresión en el conjunto de la sociedad. Uno de los resultados de esa dinámica es la demanda creciente por servicios de salud. Los ancianos los utilizan con mayor frecuencia, las internaciones hospitalarias son periódicas y el tiempo de ocupación de la cama es mayor cuando se compara a otros intervalos de edad. En general, las enfermedades de los ancianos son crónicas y múltiples, perduran por varios años y requieren: acompañamiento constante, cuidados permanentes, medicación continua y exámenes periódicos(7). Así, es necesario encontrar medios para incorporar a los ancianos a nuestra sociedad, cambiar conceptos ya enraizados y utilizar nuevas tecnologías, con innovación y sabiduría, a fin de alcanzar, de forma justa y democrática, la equidad en la distribución de los servicios y facilidades para el grupo poblacional que más crece en nuestro país.

Considerando el envejecimiento como una cuestión significativa, inherente a la existencia humana y merecedora de ser tratada comprensivamente, se presentó, aquí, como propuesta para este estudio, la comprensión del significado de estar envejeciendo, en la perspectiva de las personas que experimentan esa situación y como sus vivencias pueden colaborar para la práctica de la enfermería. De todo lo expuesto, se justifica el presente estudio considerándose el alerta de varios autores en lo que se refiere al aumento de esa población y sus implicaciones para la práctica en salud.

LA METODOLOGÍA Y LOS ESCENARIOS DE LAS VIVENCIAS

Se buscó comprender el envejecimiento a partir de la experiencia vivida de cada sujeto, como cada uno se muestra en sus relaciones con su consciencia en lo que se refiere a emociones y sensaciones. Se optó por seguir el abordaje fenomenológico, ya que "Creemos que el marco teórico fenomenológico puede contribuir en la búsqueda de la comprensión de lo humano de quien cuidamos, el hombre, sujeto de ese cuidado. Profesional y cliente son ambos, sujeto y objeto, que se completan y experimentan la posibilidad de una interacción"(8).

Se comprende "... la necesidad y la demanda de problemas a ser investigados por la enfermería con la utilización de marcos teóricos innovadores, capaces de enfocar al ser humano de manera integral, teniendo también como base sus vertientes sociales, culturales y psicológicas"(9). La fenomenología muestra que los seres humanos no son objetos y que sus actitudes no pueden ser vistas como simples reacciones(10).

Al iniciar la investigación fenomenológica, el investigador tiene dudas sobre algo y estas lo llevan a interrogarse, recorriendo una trayectoria en dirección al fenómeno por medio del sujeto que vivencia una situación. El fenómeno surge a partir del sujeto que sabe, mediante su vivencia y su modo de ver al mundo, mostrándolo al investigador que busca captar la esencia de ese fenómeno. El abordaje fenomenológico puede contribuir cuando la cuestión central del estudio es el sujeto como persona que vivencia el mundo de modo propio - la persona de quien se cuida, sujeto de las acciones del cuidar. La Enfermería tiene por fundamento comprender al hombre en el contexto histórico cultural de su propio existir(11).

Este estudio tuvo como sujetos personas ancianas, frecuentadoras de dos Centros de Convivencia del Anciano, ambos en la capital de un Estado de la Región Centro Oeste de Brasil. Después de obtener la autorización de la Secretaría Municipal de Asistencia Social y de los coordinadores de los Centros de Convivencia, la autora pasó a frecuentar, semanalmente, los dos locales escogidos, estando presente en varios momentos, de agosto de 2005 a junio de 2006, cuando trató de convivir en el mundo de esas instituciones. Después de la aprobación del proyecto por el Comité de Ética de la Escuela de Enfermería de Ribeirao Preto de la Universidad de San Pablo - EERP/USP, fue iniciada la recolección de datos, lo que ocurrió en el período de marzo a junio de 2006, con visitas semanales a esos locales.

Fueron planificados los encuentros y, en el momento de la entrevista individual, se informaba, con más detalles, la propuesta de la investigación y, se estuviesen de acuerdo en participar, firmaban el término de consentimiento libre y esclarecido (aprobado en los Comités de Ética de la EERP/USP y de la Universidad Federal de Mato Groso del Sur - UFMS) y quedaban de pose, por escrito, de las orientaciones. Ese cuidado creó un clima de empatía y confianza entre las personas que participan en el encuentro, posibilitando un "escuchar" comprensivo. Se solicitó el permiso para grabar los diálogos y hubo concordancia de todos; solamente una no fue grabada por problemas técnicos en el equipo.

Las entrevistas, conducidas según el abordaje fenomenológico, tuvieron como centro la siguientes cuestiones orientadoras: ¿Cómo es llegar a esa edad? y ¿Vivir tantos años?. Se buscó no utilizar las terminologías más comunes empleadas para designar a las personas de ese intervalo de edad, tales como tercera edad, mejor edad, vejez; se usaron términos como: envejecer y envejecimiento. También se utilizaron los términos anciano y persona anciana como alternativa para viejo y vieja, considerando que algunas personas podrían entender tales términos como ofensivos. La entrevista no tuvo tiempo límite; ese tiempo fue relacionado a la disposición de las personas para que describiesen su vivencia. "Ver y observar desde una perspectiva fenomenológica es ver y observar a partir del espacio y del tiempo del cliente", captando su subjetividad(12).

Fueron realizadas diecisiete entrevistas, siendo nueve en el CCA Elias Lahdo y ocho en el CCA João Nogueira Vieira. En el primero, fueron dos hombres y siete mujeres, con edades que variaban entre 61 y 78 años; en el segundo, fueron siete mujeres y un hombre, con edades variando entre 66 y 83 años. Por esa descripción, se vislumbró la realidad general de los centros de convivencia visitados: el grupo es heterogéneo, siendo que la mayor parte es formada por mujeres, y los frecuentadores tienen edades variadas.

Después del término de cada entrevista, se retrocedía la grabación para que las personas pudiesen escuchar lo grabado, complementando o modificando lo que fue dicho. Ese procedimiento se justifica, ya que la entrevista fenomenológica busca un lenguaje que sea un "diálogo original"; que se un diálogo que posibilite la mediación con el otro y la comunicación con el mundo, yendo más allá de la suma de pensamientos e ideas, donde la actitud fundamental es la de "escuchar"(12). Además de eso, fue una forma de asegurar a ellos que se utilizaría solamente aquello que fuese permitido, esto es, las declaraciones grabadas.

Los elementos para el análisis fueron emergiendo de las descripciones obtenidas en las entrevistas, con los diálogos transcritos totalmente, procediéndose a la lectura preliminar y reportándose al momento del encuentro, con intención de tornar cada relato familiar. Aquí, se consideraron los aspectos de la comunicación no verbal, que son elementos constituyentes del fenómeno estudiado, tales como postura, gestos, tono de voz, expresión facial y silencio(12).

LAS POSIBILIDADES DE SER

Buscando personalizar los diálogos e interconectar sus contenidos a las personas entrevistadas, siempre manteniendo su anonimato, se optó por identificarlas con nombres ficticios, acrecentando el número de la entrevista y la edad de cada uno al lado.

Las varias lecturas de las declaraciones, de forma individual y conjunta, fueron mostrando el significado del envejecer, bajo la perspectiva vivida por cada persona anciana. De esos diálogos, interconectados a las vivencias de la autora, personales y profesionales, y a las observaciones que surgieron del convivir con esas personas, se fue presentando, en sus diversidades posibilidades de ser, un envejecimiento, distinto de aquel preconcebido. La interpretación de las declaraciones posibilitó la comprensión de parte de la esencia del fenómeno investigado, sin perder la riqueza de la subjetividad de cada entrevista.

En esas revelaciones, se percibió que las personas no se sienten envejeciendo; ellas continúan a vivir un otro momento de su existencia: [...] yo creo que yo no soy bien la persona indicada, así, para decir como es envejecer, porqué, en verdad, yo no siento que yo estoy envejeciendo, yo siento que yo estoy viviendo y adquiriendo cada vez más experiencia (Alice 9, 66)

Ese situación se traduce como un conflicto expresado en el siguiente cuestionamiento "... ¿Sí el modelo de la vejez siempre fue el de decadencia física y psicológica y de apartarse del mundo social, quien soy yo, que llegué a los 60, con vitalidad y necesidades sociales?(4)". Según la autora, la respuesta aparece cuando se considera la singularidad de las personas tomadas como sujetos de la experiencia y, considerando los conceptos filosóficos de Heidegger, esas personas están en un estado de absoluta libertad, ya que, como Ser, consiguen asumir, con propiedad, su "tener-que-ser" anciano, esto es, asumen la responsabilidad y el peso de estar lanzadas en el mundo, viviendo su envejecer.

Ultrapasando los límites socialmente impuestos para las edades más avanzadas de la vida, esas personas encaran la vejez como propicia para el placer y para la realización de sueños aplazados en épocas anteriores. Estoy bien, yo me siento bien, estoy feliz de la vida, vivo feliz, estoy allá con mi nieto, juego con mi nieto, tengo mi dinero, soy jubilado del INSS, cuando yo quiero salir, yo salgo, cuando yo quiero viajar, yo viajo, quiero comer algo caro, yo compro y como, y estoy viviendo (Bárbara 8, 73).

Para algunos, la jubilación deja de ser un marco que indica la entrada en la vejez o una forma de garantizar la subsistencia de aquellos que, como consecuencia de la edad, no están más en condiciones de realizar un trabajo productivo, pasando a ser un momento privilegiado para la renovación personal, que conduce a la búsqueda del placer y de la satisfacción(13).

Así, algunos diálogos expresan otro lado de la vejez, contrastando con algunos de los dramas conocidos de la llamada "tercera edad", propiciando el placer de vivir colectivamente en los centros de convivencia, valorizando el estar con el otro, en una diversidad de posibilidades de ser. [...] siempre vivo también muy satisfecho, por causa de los amigos que tenemos... (Abraham 2,,78). [...] cuestión así de convivencia así con las personas para mí es normal, me gusta participar, así, pasear, conversar con las personas, no me gusta quedarme en casa parada mucho tiempo, quedarme sentada no me gusta...me gusta conversar con las personas, participar de las cosas... de aquí del centro de convivencia, de la iglesia, de la asociación (Marina 7, 61).

Los ancianos expresan aquí, de cierta forma, el concepto de Heidegger sobre la presencia, ya que, para ese filósofo, la presencia no apenas es un estar en el mundo, es también el relacionarse con el mundo, según un modo predominante de ser. En el mundo de los centros de convivencia no hay un yo aislado de los otros; hay algo que es compartido con los otros, abierto como posibilidad de encuentro. Allí surge la posibilidad de vivir, colectivamente, la experiencia del envejecimiento(14).

Otro aspecto revelado por las personas entrevistadas fue la cuestión de la salud. Tal vez, por ser destacada, en la sociedad occidental, la relación de reciprocidad entre vejez y enfermedad, la salud emergió como algo esencial para vivir bien. Esas personas esperan que el aumento en la duración de sus vidas sea acompañado también por una mejor calidad, para que puedan continuar activos. Mira, llegar a los 70 años... 74 años de edad es bueno teniendo salud...salud (Sara 12, 74). -Mira, yo... yo creo que al llegar a esa edad lo principal es la persona tener salud, tener el bienestar... creo que la salud es una cosa muy importante (Ida 15, 67).

La salud para los ancianos sería "...la capacidad para continuar ejerciendo funciones en su medio físico y social, con autonomía e independencia - expresiones de libertad - contribuyendo para la sociedad e interactuando con ella(15)".

Las transformaciones impuestas, tanto físicas como sociales y emocionales, no pasan sin ser notadas por esas personas y son expresadas por la dificultad en aceptar el propio envejecimiento y el dolor de tener que reconocerlo en sí mismo. Mira, envejecer... nosotros vamos envejeciendo y no está... y no lo vamos sintiendo ¿sabes? Cuando llegas a cierta edad, como yo que tengo ya 83 años, ahí es que la vamos a sentir las uniones más duras, los huesos más pesados, (Helena 13, 83).

La representación de la vejez como proceso continuo de pérdidas, asociado al abandono, desprecio y ausencia de papeles sociales, fue responsable por una serie de estereotipos negativos en relación a los ancianos, sin embargo, también contribuyó para la legitimación de un conjunto de derechos sociales, entre ellos la universalización de la jubilación(13).

También surgieron expresiones de rabia y protesta sobre determinadas denominaciones, ya que esas personas están buscando su singularidad para no volverse "viejos" sin identidad, una clase impersonal. ... esa cosa de mejor edad... yo creo que es tonto, sabe, en mi punto de vista, porque no es fácil mirarnos en el espejo y ver el peso de la edad, de querer hacer, quedar dependiendo. Yo todavía no estoy dependiendo, yo soy muy autosuficiente todavía, con 66 años, sin embargo hay personas hasta con menos edad que yo que depende totalmente de las personas. ¡Eso es horrible! (Lucía 14, 66).

A pesar de la consciencia de las modificaciones y limitaciones provenientes del avanzar del tiempo, fueron pocas las referencias que confirmaron lo finito de la vida humana, inclusive de manera general e impersonal. Otros diálogos mencionan el tema, refiriéndose a las personas próximas que morirán. [...] tener una buena experiencia, en el hecho de nuestra no existencia... (Isaac 10, 69). Todo lo que nace, muere, sí no va de pequeño, de viejo no escapa (Noel 17, 76). [...] porque muchos, como mi padre y mi madre, fueron jóvenes, y yo, con 72 años, gracias a Dios, estoy feliz de haber llegado hasta ahora (Margarita 1, 72).

... la pérdida de mi marido, la enfermedad que tuvo fue muy triste, muy, así, muy desgastante también, me dejó así muy perturbada. Ya hacen 4, ya van a hacer 5 años ahora que falleció, ahí después de unos 3 años del fallecimiento... aquello allí ya fue pasando, ya (pausa y emoción) (Ana 5, 73).

El tema de la muerte surge como una posibilidad del ser humano, por él ser un ser-para-la-muerte; y, la muerte de los otros es más penetrante por ser "objetivamente" accesible. La muerte siempre sucede con los otros, ya que la mortalidad y la muerte solamente son reconocidas por aquellos que permanecen vivos. La dificultad de las personas en dialogar sobre su finitud está en que, para la mayoría de ellas, morir significa salir del mundo, no ser más "presencia", perder el ser-en-el-mundo(14).

Sí por un lado el dialogar de finitud es evitado, la manifestación de la religiosidad aparece en las expresiones de gratitud a Dios por los años ya vividos, por la familia, por los recursos materiales obtenidos y también por la manifestación de actividades religiosas. Gracias a Dios, mi vida está siendo maravillosa! ... Con 72 años, gracias a Dios, estoy feliz de haber llegado hasta ahora (Margarita 1, 72). [...] está todo muy bien, entonces yo solamente tengo que agradecer a Dios... (Júlia 6, 65).

Brasil continua siendo un país predominantemente católico apostólico y romano, sin embargo con un ritmo de crecimiento pequeño; la segunda mayor proporción de personas religiosas corresponde a los evangélicos, con un fuerte crecimiento de los pentecostales(16). Los ancianos son más religiosos, poseen mayor convicción religiosa, por eso, se observa su mayor proporción, tanto entre los católicos apostólicos romanos como en las otras religiones, en la medida en que la edad va aumentando(16).

Además de la religiosidad, está la espiritualidad, término mucho más amplio que religión, siendo definida como "una tendencia innata en dirección a Dios o hacia una fuerza superior", se refiere a todo lo relacionado con la existencia de una persona, como auto trascendencia, relaciones, amor, deseo, creatividad, altruismo, auto sacrificio, fe y creencias(17).

Así, se comprende que la convivencia con sus pares y la relación con otras generaciones son fundamentales para una vejez saludable, así como la proximidad y el ser aceptado en el núcleo familiar, como quedó explícito en las siguientes declaraciones. [...] tengo mi familia que vive cerca, mis hijos siempre están en casa... vivo solo, sin embargo mi familia "está" todos juntos conmigo (Abraham 2, 78). Nosotros vivimos todos en paz, todos los hijos se reúnen en casa, son maravillosos... y nosotros tenemos paz con todo . (Ana 5, 73).

Las generaciones viven en espacios segmentados en la sociedad actual, siendo una excepción el contexto familiar en el cual los encuentros entre generaciones ocurren con mayor frecuencia(18). La tendencia es que haya inversión en la representación de la vejez, como un proceso de pérdidas y atribución de nuevos significados a ese período de la vida, que pasa a ser tratado como momento privilegiado para nuevas conquistas. Los más viejos, con las experiencias vividas y los conocimientos acumulados, buscan nuevas oportunidades y establecen relaciones más provechosas con el mundo que los más jóvenes(18).

La base para comprender el ser-aquí está el hecho de que el mundo es siempre compartido con los otros. El mundo del ser-aquí es un mundo compartido. Así, nuestra existencia solamente tiene sentido con la presencia del otro, siendo que es propio de la condición humana vivir junto a los otros, en una red de relaciones significativas(14).

REFLEXIONES SOBRE LO REVELADO

La vejez es una vivencia tan personal que apenas puede expresar esa experiencia quien llegó hasta a las fases más avanzadas de la vida. Muchos aspectos pueden ser comunes, plurales, sin embargo el vivir es particular, singular y tan diferenciado como cada rostro que fue observado por la autora. Se comprende que, para esas personas, no hay un proceso de envejecimiento, lo que hay es la continuidad del vivir; el anciano continua siendo la misma persona que siempre fue.

También, se aprende que las principales preocupaciones de las personas entrevistadas son: mostrar que no pierden su identidad al volverse ancianas y, a veces, a pesar de la edad cronológica, no se sienten envejecidas; esperan el reconocimiento como ciudadanos; expresan que tener salud es esencial y les posibilita mantener autonomía sobre sus vidas; enfatizan la importancia del apoyo, de la convivencia y del cuidado en la familia; valorizan su independencia financiera y evitan diálogos sobre la finitud del ser humano.

Las personas de este estudio mostraron que la vejez se presenta a ellos como un tiempo de descubrimientos y vivencias de nuevas posibilidades, sin conformismo, con comprometimiento político y social en la lucha para ejercer derechos ya asegurados por ley y garantizar otros, todavía no adquiridos.

Se cree que el cuidado humano es la esencia de la enfermería, lo que viene acompañado por valores que dan prioridad a la paz, a la libertad, al respeto y al amor, siendo fundamental, para la práctica de la enfermería gerontogeriátrica, que el concepto de "calidad de vida" asuma un mayor destaque que el concepto de "cura de la enfermedad". La prioridad es promover la salud del anciano, no se preocupando apenas con el cuadro patológico. El cuidar incluye, entonces, la reducción de factores de riesgo previsibles. El objetivo más importante es buscar el mejor desempeño posible de la persona, siendo imprescindible el respeto a la autonomía y a la dignidad del otro. Por medio de la complicidad y del apoyo mutuo, se puede conocer a sí mismo y al contexto en el cual se vive, para, en conjunto con el otro, transformar la realidad. Creemos que para concretizar esta actuación, es necesario mirar a la persona anciana como un sujeto histórico, considerando su cultura, sentimientos y cuestionamientos - su vivencia del envejecer.

Aproximarse de la vivencia del envejecer implica en resaltar la subjetividad de cada persona, fortalecer el vínculo profesional usuario, proporcionar acogimiento y ofrecer prácticas de enfermería dirigidas a las necesidades y a las características de esa población. La perspectiva es de actuar a partir de la visión del anciano como sujeto y no como alguien inútil y dependiente, que no consigue dialogar y actuar por sí propio.

En ese sentido, esta investigación, en la medida en que permitió comprender a esas personas en su proceso de envejecimiento, permite, también, la aproximación, revelando facetas de ese momento. En lo que se refiere a las propuestas gubernamentales de acciones efectivas, considerándose los aspectos epidemiológicos y el contexto de nuestro país y también toda la dimensión de la educación en salud, el conocimiento de esas facetas puede aproximar a los profesionales enfermeros de esas personas, acogiéndolas en su envejecer, por medio de acciones que contemplen su sentir, sus expectativas y necesidades. Sin duda que este es un nuevo tema que viene imponiéndose como de extrema necesidad.

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  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      03 Ago 2009
    • Fecha del número
      Jun 2009

    Histórico

    • Acepto
      10 Feb 2009
    • Recibido
      01 Ago 2008
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