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Comparación entre distintos criterios de definición para diagnóstico de síndrome metabólico en mujeres adultas mayores

Resúmenes

FUNDAMENTO: Los criterios para mejor definición del síndrome metabólico/(SM), especialmente para la población de adultos mayores, son todavía poco conocidos, y su comprensión se convierte en cada vez más necesaria. OBJETIVO: Comparar cuatro propuestas de definición del SM, dos oficiales (National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III/NCEP-ATPIII e International Diabetes Federation/IDF) y dos candidatas definiciones propuestas (síndrome metabólico - National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III - modificada/SM-ATPM y Síndrome Metabólico - International Diabetes Federation - cambiada/SM-IDFM), derivadas del cambio de criterios oficiales. MÉTODOS: Participaron en este estudio 113 mujeres (60-83 años), sometidas a evaluación antropométrica, de presión arterial, de perfil lipídico, de glucemia de ayuno y de cuestiones relacionadas a hábitos de vida y condiciones de salud. Análisis estadísticas se efectuaron por medio de las pruebas chi-cuadrado y de determinación del coeficiente Kappa. RESULTADOS: La frecuencia de los altos niveles de presión fue similar en las dos definiciones oficiales (54,8%), con reducción en las dos definiciones propuestas (33,6%). La alteración en la homeostasis de glucosa fue mayor por la definición IDF y SM-IDFM (30,1%). La hipertrigliceridemia y los bajos niveles de HDL-c fueron similares en todas las definiciones (35,4%). En lo que se refiere a la obesidad abdominal, la mayor ocurrencia se registró por medio del criterio del IDF (88,5%). La presencia de síndrome metabólico tuvo mayor y menor frecuencias de acuerdo con la propuesta del IDF (45,1%) y SM-IDFM (22,1%), respectivamente. Se encontró una mayor concordancia entre la definición cambiada SM-ATPM con NCEP-ATPIII y SM-IDFM (Kappa: 0,79 y 0,77; p<0,00001). CONCLUSIÓN: La propuesta SM-ATPM se halló más adecuada para la detección del SM en las mujeres adultas mayores evaluadas.

Síndrome metabólico; adulto mayor; factores de riesgo; obesidad abdominal


FUNDAMENTO: Os critérios para melhor definição da síndrome metabólica (SM), especialmente para a população idosa, ainda são pouco conhecidos, e sua compreensão torna-se cada vez mais necessária. OBJETIVO: Comparar quatro propostas de definição da SM, duas oficiais (National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III/NCEP-ATPIII e International Diabetes Federation/IDF) e duas candidatas definições propostas (Síndrome Metabólica - National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III - modificada/SM-ATPM e Síndrome Metabólica - International Diabetes Federation - modificada/SM-IDFM), derivadas da modificação de critérios oficiais. MÉTODOS: Participaram deste estudo 113 mulheres (60-83 anos), submetidas a avaliação antropométrica, de pressão arterial, de perfil lipídico, de glicemia de jejum e de questões relacionadas a hábitos de vida e condições de saúde. Análises estatísticas foram efetuadas por meio dos testes qui-quadrado e de determinação do coeficiente Kappa. RESULTADOS: A frequência dos altos níveis pressóricos foram similares nas duas definições oficiais (54,8%), com redução nas duas definições propostas (33,6%). A alteração na homeostase de glicose foi maior pela definição IDF e SM-IDFM (30,1%). A hipertrigliceridemia e os baixos níveis de HDL-c foram similares em todas as definições (35,4%). No que se refere à obesidade abdominal, a maior ocorrência foi registrada pelo critério do IDF (88,5%). A presença de síndrome metabólica teve maior e menor frequências de acordo com a proposta do IDF (45,1%) e SM-IDFM (22,1%), respectivamente. Foi encontrada maior concordância entre a definição modificada SM-ATPM com NCEP-ATPIII e SM-IDFM (Kappa: 0,79 e 0,77; p < 0,00001). CONCLUSÃO: A proposta SM-ATPM mostrou-se mais adequada para a detecção da SM nas idosas avaliadas.

Síndrome metabólica; idoso; fatores de risco; obesidade abdominal


BACKGROUND: The criteria for best defining the metabolic syndrome (MS), especially in the elderly population, are still little known, and the understanding is increasingly necessary. OBJECTIVE: Compare the four MS definition proposals, two official ones (National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III/NCEP-ATPIII and International Diabetes Federation/IDF) and two proposed definitions (Metabolic Syndrome - National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III - modified/MS-ATPM and Metabolic Syndrome - International Diabetes Federation - modified/MS-IDFM), derived from the changes in the official criteria. METHODS: A total of 113 women (60-83 years old) participated in this study; they were submitted to anthropometric, blood pressure, lipid profile, fasting glycemia tests and answered questions related to life style habits and health conditions. Statistical analyses were performed using the chi-square test and Kappa coefficient determination. RESULTS: The frequency of the high pressure levels was similar in the two official definitions (54.8%), with a reduction in the two proposed definitions (33.6%). The homeostasis change of the glucose was higher as per the IDF and MS-IDFM (30.1%). The hypertriglyceridemia and the low levels of HDL-c were similar in all the definitions (35.4%). In relation to the abdominal obesity, the higher occurrence was registered by the IDF criteria (88.5%). The presence of the metabolic syndrome presented higher and lower frequencies as per the IDF proposal (45.1%) and MS-IDFM (22.1%), respectively. Higher agreement was found between the modified definition MS-ATPM with NCEP-ATPIII and MS-IDFM (Kappa: 0.79 and 0.77; p < 0.00001). CONCLUSION: The MS-ATPM proposal was found more adequate for the MS detection in the evaluated elderly women.

Metabolic syndrome; aged; risk factors; obesity; abdominal


ARTÍCULO ORIGINAL

Universidade Federal de Viçosa - UFV, Viçosa, MG - Brasil

Correspondencia

RESUMEN

FUNDAMENTO: Los criterios para mejor definición del síndrome metabólico/(SM), especialmente para la población de adultos mayores, son todavía poco conocidos, y su comprensión se convierte en cada vez más necesaria.

OBJETIVO: Comparar cuatro propuestas de definición del SM, dos oficiales (National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III/NCEP-ATPIII e International Diabetes Federation/IDF) y dos candidatas definiciones propuestas (síndrome metabólico - National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III - modificada/SM-ATPM y Síndrome Metabólico - International Diabetes Federation - cambiada/SM-IDFM), derivadas del cambio de criterios oficiales.

MÉTODOS: Participaron en este estudio 113 mujeres (60-83 años), sometidas a evaluación antropométrica, de presión arterial, de perfil lipídico, de glucemia de ayuno y de cuestiones relacionadas a hábitos de vida y condiciones de salud. Análisis estadísticas se efectuaron por medio de las pruebas chi-cuadrado y de determinación del coeficiente Kappa.

RESULTADOS: La frecuencia de los altos niveles de presión fue similar en las dos definiciones oficiales (54,8%), con reducción en las dos definiciones propuestas (33,6%). La alteración en la homeostasis de glucosa fue mayor por la definición IDF y SM-IDFM (30,1%). La hipertrigliceridemia y los bajos niveles de HDL-c fueron similares en todas las definiciones (35,4%). En lo que se refiere a la obesidad abdominal, la mayor ocurrencia se registró por medio del criterio del IDF (88,5%). La presencia de síndrome metabólico tuvo mayor y menor frecuencias de acuerdo con la propuesta del IDF (45,1%) y SM-IDFM (22,1%), respectivamente. Se encontró una mayor concordancia entre la definición cambiada SM-ATPM con NCEP-ATPIII y SM-IDFM (Kappa: 0,79 y 0,77; p<0,00001).

CONCLUSIÓN: La propuesta SM-ATPM se halló más adecuada para la detección del SM en las mujeres adultas mayores evaluadas.

Palabras clave: Síndrome metabólico, adulto mayor, factores de riesgo, obesidad abdominal.

Introducción

El síndrome metabólico/(SM), considerado como una epidemia mundial, es un trastorno complejo asociado al alta morbimortalidad cardiovascular y un elevado costo socioeconómico. Se caracteriza por un agrupamiento de factores de riesgo cardiovascular, que incluye obesidad abdominal, altos niveles de presión, alteraciones en la homeostasis glucémica y dislipidemia1-5. Coherente al expuesto, Wang et al4 evidenciaron, por medio de estudio longitudinal, que el SM definido por distintos criterios fue predictora de mortalidad por enfermedad cardiovascular en adultos mayores finlandeses. Y, en general, se destaca que esta última se constituye en la principal causa de mortalidad en la senescencia humana6,7.

El estudio del síndrome metabólico, sin embargo, no viene siendo adecuadamente explorado en los individuos con 60 años o más, de forma que la comprensión de la extensión de dicho disturbio en este segmento de la población es necesaria para la distribución racional de recursos para cuidados médicos e investigaciones, así como para su adecuado enfrentamiento. Todavía se resalta que la prevalencia de SM en ancianos no viene siendo bien definida, en parte porque estos individuos ha estado tradicionalmente siendo sub-representados en grandes estudios epidemiológicos5,8.

Se viene documentando que la ocurrencia de esta desorden clínica se incrementa con el envejecimiento y varía dependiendo de la definición, región y población9,10. Ford et al11 indicaron que la prevalencia de SM aumentó de un 6,7% entre adultos de 20 a 29 años para aproximadamente el 40% entre aquellos con 60 años o más en los Estados Unidos, de acuerdo con el Third National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III).

En Corea, Kim et al12, al evaluar la prevalencia de SM y su asociación con enfermedad cardiovascular, averiguaron que esta relación era mayor en mujeres más viejas, mostrando, así, elevación más inclinado con el avance de la edad en este género. Este hallazgo puede ser debido a la acumulación de grasa visceral y al aumento de diversos otros factores de riesgo cardiovascular tras la menopausa13.

Diferentes estudios conducidos con mujeres adultas mayores en Italia5, Alemania14, Suecia15, Estados Unidos2, China3 y Taiwan10 registraron ocurrencia expresiva y variable de SM (59,8%; 24% a 46%; 33% a 58%; 39%; 39,2% a 54,1%; y 54,4%), utilizando los criterios National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III/NECP- ATP III; NECP - ATP III e International Diabetes Federation (IDF); NECP-ATP III e IDF; NECP-ATP III; NECP-ATP III e IDF; America Heart Association/National Heart Lung Blood Institute Definition/AHA\NHLBI, respectivamente.

Este hecho refuerza el problema relacionado con los criterios usados para la definición de SM, así como sus puntos de corte, lo que implica repercusiones en la práctica clínica, además de limitar la comparabilidad entre diferentes estudios1.

A la luz de todos los aspectos presentados, el propósito de este trabajo fue comparar cuatro propuestas de definición del SM, siendo dos oficiales (ATPIII e IDF) y dos sugeridas en este estudio (síndrome metabólico - National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III cambiada/SM-ATPM y Síndrome Metabólico - International Diabetes Federation cambiada/SM-IDFM), derivadas del cambio de criterios oficiales, para identificación de la SM en una muestra de adultos mayores.

Métodos

Diseño del estudio y casuística

Se trata de un estudio observacional, de cohorte transversal conducido en el Municipio de Viçosa (MG), con 113 mujeres (edad ³60 años) registradas en el Programa Salud de la Familia (PSF). Para el cálculo del tamaño de la muestra, se utilizó el programa Epi Info versión 6.0416, teniendo en cuenta 2.058 el número total de mujeres adultas mayores registradas en todos los PSF del municipio en cuestión; se adoptó la frecuencia esperada para la diabetes melito (DM) en adultos mayores de un 12,06%17. Se utilizó el 5% como el intervalo de variación aceptable en la estimación de la frecuencia esperada y el 95% como nivel de confianza deseado, totalizando muestra mínima de 79 adultas mayores. A este valor se añadieron el 40% como margen de seguridad, con la intención de evitarse el compromiso por pérdidas y negativas de participación en razón, especialmente, de los rigurosos criterios de inclusión.

Para la selección de la muestra, los criterios de inclusión adoptados fueron: no haber presentado ningún evento coronario previo (infarto agudo de miocardio, angina de pecho, accidente cerebrovascular (ACV); sin hacer uso de hipoglucemiantes; antihipertensivos y/o hipolipemiantes; o otros fármacos que sabidamente pudieran interferir en la homeostasis de glucosa y/o niveles de presión y/o lípidos/lipoproteínas.

Se consultaron las fichas de registro familiar en las unidades básicas de salud, y se seleccionaron las mujeres adultas mayores que atendían a los criterios de inclusión preestablecidos. Se realizaron visitas domiciliares y, con relación a las mujeres adultas mayores que se interesaron en participar en el estudio, quedó marcada una consulta nutricional, en que fueron orientadas en cuanto al ayuno de 12 horas para exámenes bioquímicos, a la no ingesta de alcohol en las 72 horas (tres días) que antecedieron al examen y a la no realización de actividad física en las 24 horas anteriores.

La recolección de datos se llevó a cabo en el Sector de Nutrición de la División de Salud de la Universidad Federal de Viçosa (UFV).

Métodos laboratoriales

El análisis bioquímica realizó en el Laboratorio de Análisis Clínicos de la División de Salud de la UFV, en Viçosa (MG), y constó de dosificación de glucemia de ayuno, por la metodología de glucosa oxidasa, colesterol total, HDL-c/high density lipoprotein/lipoproteína de alta densidad, triglicéridos (todos estos determinados por el método colorimétrico enzimático) y LDL-c/low density lipoprotein/lipoproteína de baja densidad (cuantificada por medio de la fórmula propuesta por Friedewald et al18). Las muestras de sangre se recolectaron por punción venosa, tras 12 horas de ayuno, con material descartable, centrifugadas por 10 minutos a 3.600 rpm y dosificadas en el analizador automático de parámetros bioquímicos COBAS Mira Plus®.

Encuesta socio-sanitaria

Las voluntarias se sometieron a una entrevista estructurada para que se completara el cuestionario que se conformaba preguntas relacionadas a condiciones de salud y de estilo de vida.

Presión sanguínea

La presión arterial se calculó por medio de un esfigmomanómetro de columna de mercurio, por un único técnico de enfermería, siendo la realización de todo el procedimiento de acuerdo con propuestas oficialmente preconizadas19.

Antropometría

Esta evaluación incluyó datos de peso, altura, perímetro de la cintura (PC) e índice de masa corporal (IMC) derivado de la razón entre el peso (kg) y la estatura al cuadrado (m2), para el que se utilizó como criterio de clasificación la propuesta de Lipschitz20.

Siguiendo procedimientos preconizados por la OMS21, los cálculos fueron realizadas por un mismo evaluador entrenado, y las mujeres adultas mayores se pesaron por medio de balanza electrónica digital, con capacidad de 200 kg y sensibilidad de 100 g, llevando prendas ligeras (orientadas previamente), sin abrigos y calzados; la altura se obtuvo utilizándose un estadiómetro vertical milimetrado, con extensión de 2,2 m y escala de 0,1 cm. El perímetro de la cintura (PC) se calculó, al nivel umbilical, con cinta métrica flexible e inelástica, con precisión de 0,1 cm, sin comprimir los tejidos. Durante el cálculo, la participante permaneció en posición ortostática, con el peso corporal distribuido igualmente entre los dos pies, y la lectura se llevó a cabo al final de la espiración normal.

Definiciones de síndrome metabólico

La elección de los criterios de definición oficiales (NCEP-ATPIII e IDF) adoptados en este estudio se norteó por el hecho de ser estos los más utilizados en estudios epidemiológicos, en virtud de la mayor facilidad operacional de los datos clínicos y laboratoriales necesarios.

Dos otras definiciones (síndrome metabólico - National Cholesterol Education Program's Adult Treatment Panel III - ATP cambiada/SM-ATPM y Síndrome Metabólico - International Diabetes Federation - IDF cambiada/SM-IDFM), derivadas del cambio de criterios oficiales (NCEP-ATPIII e IDF), se propusieron en este estudio, en virtud de distintas clasificaciones en los criterios sugeridos por la comunidad científica. En las dos definiciones cambiadas, se consideró el punto de corte de 92 cm para perímetro de la cintura, para clasificar la obesidad abdominal, con base en los resultados encontrados en trabajo preliminar realizado con esta misma muestra de mujeres adultas mayores (n=113), siguiendo el mismo protocolo de este estudio, en que se identificó tal punto de corte como el mejor valor observado en términos de sensibilidad (80,0%) y especificidad (58,2%) para predicción de anormalidades características del síndrome metabólico, con el área bajo la curva ROC (Receiver Operating Characteristic Curve) ± error-estándar: 0,694 ± 0,079; intervalo de confianza del 95%: 0,600-0,777 y p=0,015.

Se consideraron como hipertensos a los adultos mayores que presentaron niveles de presión <u>&gt;</u>140/90 mmHg, conforme sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS)22. Para el diagnóstico del síndrome metabólico, las definiciones adoptadas están descriptas en el cuadro 1.


Colesterol total y LDL-c se incluyeron en los análisis por representar riesgo cardiovascular global.

Análisis de los datos

Para el análisis de los datos se utilizaron los softwares Sigma Statistic® for Windows23y Epi Info versión 6.0416. El nivel de significancia estadística adoptado fue del 5%. La normalidad de la distribución de las variables se determinó a partir de la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Acto seguido, se aplicaron las mediciones de tendencia central y variabilidad para el análisis descriptivo de los datos, y las variables categóricas se presentaron en proporciones.

En la comparación entre variables categóricas, se utilizó la prueba chi-cuadrado de Pearson (χ2). La concordancia entre los distintos criterios utilizados para la definición del síndrome metabólico se abalizó por medio de la determinación del coeficiente Kappa24.

Aspectos éticos

Este trabajo fue analizado y aprobado por el Comité de Ética en Investigación con Seres Humanos de la Universidad Federal de Viçosa, en Viçosa (MG). Antes de iniciar el estudio, todas las participantes firmaron el formulario de consentimiento informado.

Resultados

De las 113 mujeres adultas mayores evaluadas, la edad mediana fue de 65 años, y el estado nutricional presentó un perfil predominante de eutrofia (47,8%), seguido de exceso de peso (35,4%). Las características generales de la muestra están presentadas en la Tabla 1. Entre los factores agravantes del riesgo cardiovascular, despierta atención el predominio de la ausencia de la práctica de ejercicio físico regular (70,8% n=80) y la presencia de historia familiar de hipertensión arterial (38,1% n=43), de diabetes melito (23,0% n=26), de dislipidemias (15,0% n=17), de angina (10,6% n=12) y de problemas de circulación (ACV y/o infarto y/o trombosis) (30,9% n=35). Baja escolaridad, categorización representada por adultas mayores analfabetas o con enseñanza fundamental incompleto, presentó porcentual expresivo (85,8% n=94). En lo que toca a la renta familiar per capita, un 13,5% (n=14) presentó menos de ½ salario mínimo, límite inferior de lo que se define una familia como pobre.

Los niveles de presión inadecuados (tab. 2) se hallaron similares (54,8%) en las dos definiciones oficiales (NCEP-ATPIII y IDF) e inferiores (33,6%) en las dos definiciones propuestas (SM-ATPM y SM-IDFM). La alteración en la homeostasis de glucosa fue mayor por la definición IDF y SM-IDFM, mientras que la hipertrigliceridemia y los bajos niveles de HDL-c presentaron frecuencia similar para todas las definiciones. En lo que se refiere a la obesidad abdominal, la mayor ocurrencia se registró por el criterio del IDF (88,5%), cuyo punto de corte es el más "riguroso" entre los demás. La presencia de SM tuvo mayor y menor frecuencias de acuerdo con la propuesta del IDF (45,1%) y SM-IDFM (22,1%), respectivamente (tab. 2).

Se encontró mayor concordancia entre la definición cambiada SM-ATPM con NCEP-ATPIII y SM-IDFM, conforme expresado por los coeficientes de concordancia Kappa (0,79 y 0,77 - p<0,00001), en este orden (tab. 3).

En la tabla 4, se presentan dispuestos el número de factores de riesgo metabólico según las definiciones NCEP-ATPIII y SM-ATPM por grupo de edad, y se verifica que en la propuesta cambiada el total de factores de riesgo desfavorables fue menor, numéricamente, con relación a la propuesta oficial. No se observó asociación entre el grupo de edad y el número de factores de riesgo cardiometabólico (p>0,05).

El número de factores de riesgo para el síndrome metabólico se distinguió estadísticamente entre el grupo PC elevado y PC normal por la definición del IDF, sin observarse diferencia estadística de este quesito con la SM-IDFM y entre el grupo de edad y los dos criterios de definición para SM en análisis (tab. 5).

Discusión

Todavía se desconoce un único criterio para una mejor clasificación del SM25, y la utilización de distintos criterios diagnósticos, a su vez, limita la comparación de las frecuencias de ella entre poblaciones. La multicausalidad, como diferencias genéticas, grupo de edad, sexo y factores ambientales (como alimentación y nivel de actividad física), es también elemento que contribuye para la variabilidad en la prevalencia de este desorden22. Así, el incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular asociado con el SM puede depender de la definición usada3.

La Federación Internacional de Diabetes (IDF) formuló una definición mundial para síndrome metabólico divulgado en 200526 teniendo como diferenciales la obesidad abdominal como prerrequisito, respetando las diferentes etnias, además de un punto de corte menor para considerar anormalidad glucémica. De acuerdo con Brown et al25, análisis en poblaciones sanas sugieren que la definición del IDF identifica más a varones con SM que el criterio NCEP-ATPIII, con pequeñas diferencias entre mujeres.

Así que, desde que se publicó la definición del IDF para el SM, surgió una gran especulación sobre cual (NCEP-ATPIII ó IDF) sería el mejor predictor de eventos cardiovasculares25. Hasta el momento, lo que se viene evidenciando es que la definición NCEP-ATPIII ha estado asociada con el alta prevalencia de enfermedad cardiovascular y como mejor predictor de la incidencia del referido evento, en comparación con la propuesta por el IDF. En pacientes austríacos, el SM segundo NCEP-ATPIII detectó significantemente eventos vasculares (razón de riesgo ajustada 1,74; 95% CI 1,255-2,427; p=0,001), sin embargo el SM definido por el criterio IDF no demostró esta predicción (1,18; 0,859 -1,646) y p=0,297)27.

Ya Athyros et al9 evidenciaron que la prevalencia de enfermedad cardiovascular aumentó en la presencia de SM, independientemente de la definición usada. Sin embargo, como destacado por estos autores, este incremento fue más pronunciado cuando utilizado el criterio NCEP-ATPIII, en comparación con la definición del IDF. Además de ello, esta última incluyó amplia proporción de personas que no tuvieron incremento en la prevalencia de enfermedad cardiovascular.

He et al3 constataron, sin embargo, en adultos chinos, que aquellos que presentaron SM por el criterio del IDF, pero no por el NCEP-ATPIII, tuvieron elevadas razones de probabilidad para enfermedad arterial coronaria (1,66; 95%IC: 1,31-2,10) y accidente vascular cerebral (1,53; 95%IC: 1,13-2,06), indicando, así, que en esta población estudiada el criterio IDF mostró ser más pertinente que el del NCEP-ATPIII para screening y estimación de riesgo.

Teniendo en cuenta la ocurrencia de cada componente del SM, de acuerdo con la definición del NCEP-ATPIII los valores encontrados en este estudio para altos niveles de presión (54,8%) y alteración en la homeostasis glucémica (10,6%) fueron inferiores al reportado en mujeres adultas mayores italianas5 y estadounidenses2,28 (90,1%, 23,9%; 80,5%, 19,9%; y 70,5%, 14,4%, respectivamente). Para hipertrigluceridemia, el valor encontrado (30,1%) fue también inferior al observado en otras muestras de ancianas2,5 (36,8%) y (32,5%). Los bajos niveles de HDL-c (35,4%) y obesidad abdominal (64,6%), a su vez, fueron inferiores al encontrado por Maggi5 (56,4% y 75,2%, respectivamente) y superiores al verificado por McNeill et al28 (24,0% y 53,7%, en este orden).

La concordancia entre las cuatro definiciones para síndrome metabólico probadas en este estudio fue buena entre las propuestas SM-ATPM y NCEP-ATP III (0,79), SM-ATPM y SM-IDFM (0,77) y NCEP-ATPIII e IDF (0,70). Sin embargo, se mostró moderada entre SM-ATPM (0,53) e IDF y de este con SM-IDFM (0,51).

En los Estados Unidos25 se comparó la prevalencia de SM de acuerdo con las definiciones NCEP-ATPIII (70%) e IDF (74%), presentando concordancia de un 92,2%, en mujeres en la posmenopausa, con edad promedio de 65,3 ± 8,4 años.

El punto de corte de 92 cm para perímetro de la cintura, aunque mayor que lo recomendado por comités internacionales, de 80cm26 y 88cm29 puede, probablemente, ser más adecuado al avaluarse en mujeres adultas mayores. Aunque la obesidad abdominal se encuentre frecuentemente en asociación con la resistencia insulínica, que a su vez se viene indicando como el eslabón etiológico para el SM, la ocurrencia de este tipo de obesidad no se puede usar, a la primera vista, como evidencia para la coexistencia de RI, visto que el PC es influenciado tanto por grasa subcutánea como visceral15.

El límite de clasificación para presión arterial inadecuada es también distinto entre los distintos criterios sugeridos por la comunidad científica, variando de ³130/85 mmHg a ³140/9022,30. Ante del expuesto, es importante destacar que el proceso de envejecimiento determina diversas alteraciones en el sistema cardiocirculatorio, entre las que hay aumento del componente colágeno y pérdida del componente elástico en las grandes arterias, ocasionando una mayor rigidez de la pared. En las arteriolas, se observó un aumento del espesor de la pared y una reducción de su luz. Y, todavía, en el sistema nervioso autónomo hay disminución del número de receptores adrenergicos y menor respuesta cardiovascular a los estímulos simpáticos y parasimpáticos31.

La caracterización del metabolismo anormal de glucosa, por medio de la prueba de la glucemia de ayuno, pasó por alteración del punto de corte, antes considerado <u>&gt;</u>110 mg/dl y ahora considerado <u>&gt;</u>100 mg/dl por el "Expert Committee on the Diagnosis and Classification of Diabetes Mellitus"32. La definición del NCEP-ATPIII considera el primer valor, mientras que el criterio del IDF tiene como presupuesto la adopción del segundo valor descripto. Según McNeill et al28 hay algunas críticas en cuanto a este cambio, las que se sostienen por la ausencia de resultados consistentes de alto riesgo de enfermedad cardiovascular atribuido a niveles de glucemia, una vez que otros factores de riesgo establecidos se tuvieron en cuenta, como el sustancial número de estadounidenses que se clasificaron como con "pre-diabetes", pero que nunca habían desarrollado diabetes melito.

En este estudio, se observó que la diferencia en los puntos de corte para la glucemia de ayuno, entre las definiciones utilizadas, implicó, aproximadamente, tres veces mayor ocurrencia de alteración glucémica, comparando una definición con la otra, es decir, de un 10,6% (NCEP-ATPIII y SM-ATPM) para un 30,1% (IDF y SM-IDFM). Un comportamiento semejante se verificó por McNeil et al28 en un estudio con adultos mayores estadounidenses (65-92 años), en que se constató que la prevalencia de individuos con glucemia de ayuno alterada varió de un 14,4% para un 40,7%, como resultado también de la distinción entre los puntos de corte adoptados.

En cuanto al número de factores de riesgo para SM, de acuerdo con las diferentes definiciones, por los criterios NCEP-ATPIII y SM-ATPM, la mayoría de las mujeres adultas mayores se concentró en el grupo de menor número de factores de riesgo (0 a 2) (69,0% y 76,9%, respectivamente), próximo al observado en Tailandia33, en mujeres con edad ³ 55 años (62,1%). Por el criterio IDF, se observaron mayores frecuencias entre los grupos de factores de riesgo en aquellas mujeres con PC elevado. Aunque no se pueda establecer una relación de causa-efecto por tratarse de un estudio transversal, la asociación estadísticamente significativa lleva a suponer que el PC elevado, según los parámetros propuestos, predispone a un mayor número de factores de riesgo para el SM. Con todo, una limitación importante del criterio de obesidad abdominal por el IDF es que se utiliza para las Américas Central y del Sur la misma recomendación para surasiáticos. En el caso de la propuesta SM-IDFM, hubo predominio de la muestra en el grupo de PC normal. Santibhavank33 también verificó, como se hizo en este estudio (51%), que por el criterio IDF se ha sobresalido el grupo de dos a cuatro factores de riesgo (66,2%) para el SM.

Como se puede observar, el cambio en los criterios NCEP-ATPIII e IDF tuvo como efecto variaciones expresivas en la ocurrencia de altos niveles de presión y en la obesidad abdominal, como esperado, en virtud de los umbrales mayores en los puntos de corte sustitutos, lo que reflejó en la reducción de la prevalencia de SM por los dos criterios adaptados, en comparación con las propuestas oficiales.

Conclusión

Ante todos los aspectos explorados en este estudio, en el marco de la salud pública, en que hay necesidad mayor de direccionar más eficazmente los recursos humanos y financieros para los grupos con más alto riesgo de morbimortalidad, el criterio SM-ATPM se mostró lo más pertinente para identificación del SM en la muestra evaluada de mujeres de 60 a 83 años. Vale destacar que la propuesta SM-ATPM es derivada del criterio NCEP-ATPIII, que a su vez se viene indicando como mejor predictor de desenlace cardiovascular en adultos mayores. Además, el mejor coeficiente Kappa se observó entre dichas definiciones. Sin embargo, esta conclusión no se puede extrapolar para la población adulta mayor en general, visto que, para adoptar determinado criterio como el mejor para la clasificación del síndrome metabólico en este segmento etario, se hace necesario comparar las diferentes propuestas de definición del SM evaluadas, por medio de una muestra poblacional mayor.

Agradecimientos

A la Fapemig (CDS APQ - 4752-4.08/07), por el recurso utilizado en la ejecución del Proyecto; al CNPq, por la concesión de la beca de maestría; y a todas las voluntarias que participaron en este estudio.

Potencial Conflicto de Intereses

Declaro no haber conflicto de intereses pertinentes.

Fuentes de Financiación

El presente estudio se financió por la FAPEMIG y parcialmente financiado por el CNPq.

Vinculación Académica

Este artículo forma parte de disertación de Maestría de Hudsara Aparecida de Almeida Paula por la Universidad Federal de Viçosa - UFV.

Referencias

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    Hudsara Aparecida de Almeida Paula; Rita de Cássia Lanes Ribeiro; Lina Enriqueta Frandsen Paez de Lima Rosado; Renan Salazar Ferreira Pereira; Sylvia do Carmo Castro Franceschini
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      30 Jul 2010
    • Fecha del número
      Set 2010

    Histórico

    • Recibido
      04 Oct 2009
    • Acepto
      04 Mar 2010
    • Revisado
      26 Dic 2009
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