El enfoque del Joanna Briggs Institute para revisiones sistemáticas

En las últimas décadas, estudios de revisión sistemática e integradora han ocupado espacio importante en revistas de alto impacto. Las revisiones, en teoría, ofrecen la mejor evidencia sobre ciertos temas; son estudios originales; y no requieren aprobación en Comités de Ética de Investigación (CEI). La necesidad de apoyar las prácticas, especialmente de carácter clínico y educativo, en contraste con la posibilidad de dispensar registro en el CEI y el conocimiento limitado de Centros Internacional Especializados en Revisiones han favorecido la difusión de trabajos de calidad cuestionable.

En 2017, un artículo publicado informó, sobre la base de una revisión integradora utilizando el método del Joanna Briggs Institute (JBI) - las ganancias percibidas por de estudiantes y profesionales la salud en el uso de la simulación clínica utilizando la dramatización¹. Estos estudiosos utilizaron el término “examen integrador”; sin embargo, un examen minucioso de su obra revela que esta comenzó como una “revisión complete” (con preguntas cuantitativas y cualitativas) y terminó como un rudimentario “revisión de ámbito”.

El término “revisión integral” ha sido utilizado libremente, y algunos autores han considerado como comentarios de cualquier tipo (incluidas las de diseños de estudio variable; por ejemplo, experimental, observacional y descriptivo) integrativas². Sin embargo, otros autores sugieren que la revisión integradora requiere una síntesis de estudios teóricos, es decir, algo más que mera evidencia empírica². JBI proporciona una guía formal para 10 tipos de revisiones; sin embargo, ninguno de ellos se refiere a cómo una revisión integrativa debe ser realizada³.

Las revisiones sistemáticas de la JBI se basan en el modelo de atención sanitaria fundamentado en evidencia, que no se preocupa exclusivamente con la eficacia, sino que más bien se centra en basar la práctica en la mejor evidencia disponible, siendo adaptable a los diversos orígenes del problemas de salud y utilizando una amplia gama de metodologías de investigación para generar evidencia referente al asunto³. JBI considera que profesionales de la salud requieren pruebas para justificar una amplia gama de actividades e intervenciones, y durante la toma de decisiones clínicas, deben examinar si su enfoque es factible, apropiado, significativo y efectivo^3-4.

Las revisiones sistemáticas de JBI están dirigidas a proporcionar una síntesis completa y objetiva de un gran número de estudios relevantes dentro de los límites de un único documento mediante el uso de métodos rigurosos y transparentes^4). Dicha revisión sistemática busca sintetizar y resumir los conocimientos existentes en lugar de crear nuevos conocimiento⁵. Esto produce la toma de decisiones que considera la viabilidad, pertinencia, significación y eficacia de la práctica profesional de la salud^4-5). La mejor evidencia disponible, el contexto en el cual se da la asistencia, cada paciente, y la experiencia y juicio profesional de los trabajadores de la salud juegan un papel en este proceso^4-6.

Así, se recomienda utilizar metodología del JBI para llevar a cabo revisiones sistemáticas de los siguientes itens: eficacia, experiencial (cualitativo), evaluación económico/costo, prevalencia o incidencia, exactitud del texto diagnóstico, etiología, y/o riesgo, opinión/ política del especialista, psicométrica, pronóstico y metodología⁶.

La credibilidad de los conocimientos producidos y la utilidad del producto generado, basado en los estudios de revisión, según las delineaciones epidemiológicas, están estrechamente relacionados con el rigor metodológico, un aspecto que se puede calificar a partir de las directrices de los Centros de Revisión.

Agradecimientos

Los autores desean reconocer la ayuda del profesor Edoardo Aromataris.

References

• ¹
  Negri EC, Mazzo A, Martins JCA, Pereira GAJ, Almeida R, Pedersoli CE. Clinical simulation with dramatization: gains perceived by students and health professionals. Rev. Latino-Am. Enfermagem. 2017;25:e2916. doi: 10.1590/1518-8345.1807.2916.
  » https://doi.org/10.1590/1518-8345.1807.2916
• ²
  Hopia H, Latvala E, Liimatainen L. Reviewing the methodology of an integrative review. Scand J Caring Sci. 2016;30(4):662-9. doi: 10.1111/scs.12327.
  » https://doi.org/10.1111/scs.12327
• ³
  Institute TJB. Joanna Briggs Institute Reviewers' Manual: 2014 Edition. [Internet]. Adelaide: Joanna Briggs Institute; 2014. [cited Ago 23 2018]. Available from: http://joannabriggs.org/assets/docs/sumari/ReviewersManual-2014.pdf.
• ⁴
  Pearson A, Wiechula R, Court A, Lockwood C. The JBI model of evidence-based healthcare. Int J Evid Based Healthc. 2005;3(8):207-15. doi: 10.1111/j.1479-6988.2005.00026.x.
  » https://doi.org/10.1111/j.1479-6988.2005.00026.x
• ⁵
  Aromataris E, Pearson A. The systematic review: an overview. Am J Nurs. 2014;114(3):53-8. doi: 10.1097/01.NAJ.0000444496.24228.2c.
  » https://doi.org/10.1097/01.NAJ.0000444496.24228.2c
• ⁶
  Munn Z, Stern C, Aromatraris E, Lockwood, Jordan Z. What kind of systematic review should conduct? A proposed typology and guidance for systematic reviewers in the medical and health sciences. BMC Med Res Methodol. 2018:18(1):5. doi 10.1186/s12874-017-0468-4.
  » https://doi.org/10.1186/s12874-017-0468-4

Fechas de Publicación

• Publicación en esta colección
  2018

Histórico

• Recibido
  23 Mayo 2018
• Acepto
  21 Ago 2018