Acessibilidade / Reportar erro

La regulación de la parentalidad en la producción transnacional de saberes y políticas para la primera infancia

A regulação da parentalidade na produção transnacional de conhecimentos e políticas para a primeira infância

Parenting regulation in the transnational production of knowledge and policies for early childhood

Resumen:

Este artículo aborda la emergencia de la parentalidad como nodo de regulación en el marco de programas de desarrollo y de combate a la transmisión intergeneracional de la pobreza. Los datos fueron producidos a partir de una revisión analítica de documentos de organismos internacionales – agentes claves en estos procesos – en torno al desarrollo en la primera infancia. Sostengo que esta politización de la parentalidad implica un nuevo giro en los históricos procesos de regulación e intervención sobre la crianza de niños/as pequeños/as y en la construcción de éstos/as como seres maleables, incompletos y orientados al futuro, a partir de usos y entrelazamientos novedosos de argumentos basados en el cerebro y el enfoque de la inversión social.

Palabras clave
Primera infancia; Parentalidad; Desarrollo infantil; Organismos internacionales; Regulaciones

Resumo:

Este artigo aborda a emergência da parentalidade como um nó regulador dentro de programas de desenvolvimento e de combate à transmissão intergeracional da pobreza. Os dados foram produzidos a partir de uma revisão analítica de documentos de organizações internacionais – agentes-chave nesses processos – sobre o desenvolvimento da primeira infância. Defendo que esta politização da parentalidade implica uma nova viragem nos processos históricos de regulação e intervenção na educação dos filhos pequenos e na construção destes como seres maleáveis, incompletos e orientados para o futuro, a partir de usos renovados e emaranhados de argumentos baseados no cérebro e na abordagem de investimento social.

Palavras-chave
Primeira infância; Parentalidade; Desenvolvimento infantil; Organizações internacionais; Regulações

Abstract:

This article focuses on the emergence of parenting as a regulatory node within the framework of antipoverty programs and development projects. The data was produced from an analytical review of documents from international organizations – key agents in these processes – on early childhood development. I argue that this politicization of parenting implies a new turn in the historical processes of regulation and intervention on the upbringing of young children and in their construction as malleable, incomplete and future-oriented beings, based on renewed uses and entanglements of brain-based arguments and the social investment approach.

Keywords
Early childhood; Parenting; Child development; International organizations; Regulations

Introducción

La relación entre las generaciones y, en particular, la formación y cuidado de niños/as pequeños/as y su incorporación a la sociedad se han constituido históricamente en un terreno propicio donde posar preguntas fundamentales en torno a la naturaleza infantil y su desarrollo, sus necesidades y la forma de distribuir responsabilidades para afrontarlas. Desde una perspectiva sociohistórica, se considera a la infancia como una construcción de la modernidad (Carli 2002), configurada en parte por la percepción de los/as niños como incompletos y maleables (Colángelo 2012Colángelo, M. Adelaida. 2012. La crianza en disputa: medicalización del cuidado infantil en la Argentina entre 1890 y 1930. Tesis en Ciencias Naturales, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina.), y a su vez imbricada con la noción de progreso.

En particular, en América Latina, desde las primeras décadas (y a lo largo) del siglo 20, la crianza fue construida como problema político y se volvió objeto de proyectos higienistas, eugenésicos y desarrollistas (Biernat y Ramaciotti 2008Biernat, Carolina, y Karina Ramacciotti. 2008. La tutela estatal de la madre y el niño en la Argentina: estructuras administrativas, legislación y cuadros técnicos (1936-1955). História, Ciências, Saúde 15 (2): 331-51. https://doi.org/10.1590/S0104-59702008000200006.
https://doi.org/10.1590/S0104-5970200800...
; Lionetti 2009Lionetti, Lucía. 2009. Políticas sociales del Estado y la sociedad civil sobre el cuerpo de la niñez pobre en la Argentina (1900-1940). Anuario del Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos S. A. Segreti 9 (9): 97-116.; Rojas Novoa 2017Rojas Novoa, Soledad. 2017. La protección de la infancia en América: una problematización histórica del presente. El caso del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (1916-19899). Tesis en Antropología Social, Universidad de Buenos Aires, en cotutela con la Université Paris Diderot - Paris 7, Paris, Francia.), cuyos sentidos perviven hasta el día de hoy. Conectado con preocupaciones demográficas epocales, los/as niños/as fueron constituidos como políticamente significativos en cuanto salvadores de la nación, sobre los que se depositaron variables ideales y esperanzas civilizatorias. En este sentido es que Llobet (2019)Llobet, Valeria. 2019. Welfare State. In SAGE Encyclopedia of Children and Childhood Studies, editado por Daniel T.Cook, 1653-1657. Reino Unido: Sage. ha analizado que la regulación de las relaciones y distribución de responsabilidades entre el estado, la familia y los/as niños/as ha sido central para el desarrollo del estado de bienestar, a la vez que éste se constituyó en un escenario clave de constitución de la infancia moderna, en tanto experiencia y en tanto institución. En efecto, la familia y en particular el vínculo madre-hijo continúan siendo un escenario privilegiado de las políticas hacia la infancia; no obstante, es pertinente indagar en las cambiantes sensibilidades y moralidades que las atraviesan, como también en los matices que hacen posibles las continuidades.

En este artículo me centro en la creciente focalización de las intervenciones y preocupaciones políticas en la primera infancia y su desarrollo, y en las competencias parentales consideradas adecuadas para garantizarlo. Para ello, en este trabajo, que emerge de mi investigación doctoral, analizo un conjunto de documentos e informes producidos por agencias y organismos internacionales, a los fines de identificar las principales ideas, objetivos, referencias y métodos. Focalizo en aquellos documentos que colocan el eje en las políticas de apoyo parental en relación al desarrollo en la primera infancia. La selección se corresponde con el recorrido de trabajo de campo etnográfico que realicé para comprender la emergencia de saberes y políticas en torno a la primera infancia y el desarrollo infantil integral en Argentina. Las agencias y organismos referidos a lo largo de este texto eran partícipes activos de recurrentes conferencias y eventos a los que asistí; a su vez, estos documentos en particular fueron reiteradamente referidos por expertos/as a los/as que entrevisté y eran también citados como referencia en los fundamentos de las políticas de los agentes estatales con los que conversé. Indago en estos documentos guiada por los siguientes ejes de reflexión: la conceptualización y demarcación de la primera infancia, los argumentos basados en el cerebro y el enfoque de la inversión social.

Ventanas, urgencias y oportunidades: sobre los primeros mil días

La expansión de políticas de apoyo parental se dio en estrecha relación con la focalización en la primera infancia como una etapa delimitable y fundamental, que ha dado lugar a expresiones variadas, tales como el “desarrollo infantil temprano”, el “desarrollo en la primera infancia” o la “educación y cuidado en la primera infancia”, entre otros. Como analizaré a continuación, hacia la década de 1990 se identifica un viraje hacia nuevos modelos de protección de la infancia que comenzaron a centrarse cada vez más en el mejoramiento del desarrollo infantil en los primeros años, en particular de los/as niños/as provenientes de los territorios empobrecidos y considerados “en desarrollo”, concebidos ahora como “contextos de riesgo”. Los primeros mil días (desde la concepción hasta los dos años de vida) aparecen como la figura emblemática de una compleja narrativa sobre ventanas de oportunidad que urgen a la intervención temprana.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se ha constituido en la región en uno de los principales centros de producción y propagación de esta agenda. En una publicación de 2010, ya se argumentaba sobre “la importancia de los primeros años para el éxito de las personas durante el resto de su vida” (Araujo y López Boo 2010Araujo, María C., y Florencia López Boo. 2010. Invertir en los primeros años de vida: Una prioridad para el BID y los países de América Latina y el Caribe. Nota Técnica División de la Protección Social y Salud N°188. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo (BID)., 2). En 2012, el BID lanzó el blog “Primeros Pasos” a los fines de divulgar información sobre conocimiento experto en desarrollo infantil temprano. Cuenta hasta la actualidad con cerca de 500 entradas, que se dieron en simultáneo con la publicación de decenas de informes oficiales, entre los que se destaca “Los primeros años. El bienestar infantil y el papel de las políticas públicas”, editado por los economistas del BID Samuel Berlinski y Norbert Schady, que desde el propio organismo reconocen como su libro insignia. Allí, definen al desarrollo infantil temprano como una prioridad, tanto en las políticas que financian como en sus actividades de producción de conocimiento. La primera infancia es entendida en este libro como el período que va de los 0 a los 5 años y se coloca el foco en la importancia de la estimulación temprana para que los niños alcancen su “pleno potencial de desarrollo”. La calidad de las interacciones entre los niños y sus padres aparece como el elemento clave para asegurar entornos estimulantes y lo deseable es caracterizado como interacciones “cálidas, acogedoras y estables”. La minucia de las decisiones y prácticas ordinarias relativas al cuidado de niños/as pequeños/as se vuelven objeto de preocupación en cuanto “tienen efectos profundos y duraderos en el desarrollo infantil”. A su vez, se discuten distintos sistemas diseñados para medir dicha interacción con escalas diversas. En la publicación, se revisan experiencias previas (realizadas en Estados Unidos y Jamaica, en general en pequeña escala) y se destacan los programas de crianza como estrategia de intervención, en particular cuando se combinan con programas de transferencias monetarias. En términos generales, el documento tiene un registro persuasivo, en tanto está pensado como instrumento de incidencia, dirigido a decisores políticos. Allí se insta a los estados a modelar el entorno en que los padres toman decisiones acerca de las inversiones en los niños pequeños, a la vez que se reconoce que cambiar los comportamientos es difícil, especialmente en función de “algo tan íntimo y personal como las prácticas de crianza” (Berlinski y Schady 2015Berlinski, Samuel, y Norbert Schady. 2015. Los primeros años: el bienestar infantil y el papel de las políticas públicas. Washington: BID., 87-88).

Estas iniciativas tocan de lleno la persistente preocupación por cómo deslindar responsabilidades entre familias y estados en lo que refiere al bienestar infantil. Es justamente por la construcción de la crianza como una cuestión “íntima y personal” que las intervenciones deben ser medidas para no ser consideradas excesivas y disruptivas del espacio doméstico concebido como privado. Sin embargo, al argumentar que el desarrollo óptimo de los niños es un problema de carácter público, se insta a modelar los comportamientos de los padres. Así como las vidas de los niños son modeladas por sus padres, las prácticas de éstos pueden ser modeladas por la intervención estatal. Se trata, entonces, de un trabajo con las familias que, por medio de la propia regulación y adhesión a normas y valores, logren transformarse (Barna 2015Barna, Agustín. 2015. La gestión de la infancia entre lo local y lo global. Una etnografía sobre intervenciones destinadas a “restituir derechos de niños” en dispositivos estatales en el marco de las Leyes de Protección Integral. Tesis en Antropologia, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.; Grinberg 2014Grinberg, Julieta. 2014. El “trabajo con las familias”: como dispositivo de gobierno. Proceedings of the XI Congreso Argentino de Antropología Social, Rosario, Argentina.; Vianna 2010Vianna, Adriana. 2010. Derechos, moralidades y desigualdades: consideraciones a partir de procesos de guarda de niños. In Infancia, justicia y derechos humanos, editado por Carla Villalta, 21-72. Buenos Aires: Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes.).

Por otra parte, una cuestión clave en la creciente centralidad de esta agenda en torno a la primera infancia es que ha sido construida como una suerte de punto ciego para la intervención estatal, en cuanto período posterior al nacimiento e inscripción legal y anterior al inicio de la escolaridad obligatoria. Allí se anudan una serie de argumentos relacionados: en primer lugar, la concepción de la primera infancia como una etapa única y extraordinaria en el desarrollo; en segundo lugar, el argumento de que los/as niños/as con frecuencia llegan a la escuela primaria sin las habilidades cognitivas y emocionales necesarias y que puede ser ya demasiado tarde -o más costoso y menos exitoso- para intervenir; y, en tercer lugar, que dicho déficit no es incumbencia de la propia institución escolar, sino que son las prácticas de crianza de madres y padres las que tienen que ser re-modeladas. Si bien la expansión de los programas de transferencias condicionadas de ingreso en la región ha instado a controles sanitarios periódicos, no resultan suficientes para la regulación de las interacciones cotidianas.

Más próximo en el tiempo, en el año 2019, el BID presentó su Documento Marco Sectorial de Desarrollo Infantil Temprano (DIT), referido al área que comprende el conjunto de programas y políticas dirigidos a los niños de 0-5 años y a sus familias, con el objetivo promover el desarrollo cognitivo, del lenguaje, motor y socioemocional. Allí se argumenta que el desarrollo adecuado en los primeros años es determinante de resultados educativos, de empleo y de salud durante el resto de la vida. Por ello, se sostiene que el diseño de políticas públicas efectivas requiere entender las decisiones de las familias con respecto a las inversiones que realizan en sus hijos en los primeros años, en particular para aquellos en situación de vulnerabilidad y pobreza. A su vez, en el documento se destacan los “Programas de Trabajo con Familias (PTF)” cuyo objetivo es mejorar las prácticas de crianza de las familias y aumentar la cantidad y calidad de los estímulos e interacciones que los niños reciben en sus hogares. Se sostiene que estas intervenciones buscan cambiar el comportamiento de los padres y cuidadores y se articulan en torno al juego y la estimulación psicosocial para la promoción del apego.

La primera infancia suele aparecer en estos documentos de forma metafórica como una ventana de oportunidad. A partir de la maleabilidad e incompletud de los/as niño/as pequeño/as (Colángelo 2012Colángelo, M. Adelaida. 2012. La crianza en disputa: medicalización del cuidado infantil en la Argentina entre 1890 y 1930. Tesis en Ciencias Naturales, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina.), pero también del carácter extraordinario que tendría el desarrollo en estos años tanto en cantidad y calidad, la primera infancia aparece como una oportunidad de inversión, pero también como una etapa de riesgo (Llobet 2014Llobet, Valeria. 2014. La producción de necesidades infantiles en las políticas de protección de derechos. Revista Psicologia em Estudo 19 (3): 369-80. https://doi.org/10.1590/1413-73722222501.
https://doi.org/10.1590/1413-73722222501...
), en la que las decisiones y prácticas parentales pueden obstaculizar el desarrollo infantil o desperdiciar su pleno potencial. Por ejemplo, en un documento de 2019, la representante de Unicef Argentina expresa sobre la primera infancia: “es tanto una fase de enorme potencial de desarrollo, si cuenta con un entorno favorecedor, como un período particularmente sensible a las vulnerabilidades”.2 2 Unicef. 2019. Políticas públicas de Primera Infancia: un camino prioritário. Nueva York: Unicef. Acedido em 21 jun. 2022, https://www.unicef.org/argentina/media/6811/file. En contraposición a parentalidades positivas, las parentalidades deficitarias suelen aparecer asociadas a la pobreza y desigualdad, concebidas como factores de riesgo y como causas de estrés crónico que impedirían a madres y padres la creación de un entorno estable, seguro y estimulante para sus hijos. Se revela, así, uno de los espirales críticos de estas argumentaciones: la pobreza aparece como condicionante para un óptimo ejercicio de la parentalidad, a la vez que una buena parentalidad es construida como estrategia idónea para interrumpir la transmisión intergeneracional de la pobreza, en tanto puede producir niños-futuros-adultos más resilientes y mejor preparados para hacer frente a condiciones adversas.

La pobreza aparece entonces representada solo en su dimensión de experiencia, marcada por la necesidad y la impotencia y que, por lo tanto, puede ser subsanada mediante estrategias de fortalecimiento y empoderamiento. En su libro sobre los cambiantes sentidos sobre la parentalidad en el Reino Unido, Hendrick (2016)Hendrick, Henry. 2016. Narcissistic parenting in an insecure world: a history of parenting culture 1920s to present. Bristol: The Policy Press. identifica en la figura de Keith Joseph, Secretario de Estado a principios de la década de 1980 y figura central del thatcherismo, un hito histórico central en esta forma de pensamiento. Joseph ideó la teoría del cycle of deprivation o ciclo de privación, también traducido como círculo de pobreza, que enfatiza la idea de una patología familiar como mecanismo de transmisión intergeneracional. Esta hipótesis se nutría a su vez de desarrollos teóricos de la época, entre los que se destaca el trabajo del antropólogo Oscar Lewis (1964)Lewis, Oscar. 1961. Antropología de la pobreza. México: FCE. sobre la “cultura de la pobreza”, que pretendía identificar una serie de rasgos de la forma de vida de poblaciones marginadas y a su vez constituirla en una variable explicativa de la persistencia de la pobreza. En suma, esta teoría construyó a la pobreza como un problema de adaptación e integración, antes que un problema vinculado con la estructura social capitalista, y como se aprecia aún porta de fuerte tracción política.

La idea de “privación maternal”, aludida por Lewis en su trabajo, resuena a la teoría del apego que aparece en los documentos del BID. Dicha teoría se remonta a los años 50 y al trabajo del psicoanalista británico John Bowlby sobre la hipótesis de la privación materna, desarrollada en un contexto de preocupaciones por los efectos de la Segunda Guerra Mundial y la experiencia de la evacuación, en particular por las consecuencias emocionales para los/as niños/as. La teoría del apego de Bowlby se inscribe entonces en una serie de producciones de la época que colocaron el énfasis en la madre como figura crucial en el desarrollo infantil y en la necesidad del apego personal para la estabilidad emocional. Esto a su vez se vinculó a una rejerarquización del valor de la domesticidad y el hogar y de la familia como ambiente seguro y amoroso y a la creencia en que el mejoramiento moral individual llevaría al progreso social (Hendrick, 2016Hendrick, Henry. 2016. Narcissistic parenting in an insecure world: a history of parenting culture 1920s to present. Bristol: The Policy Press.). Sin embargo, como apunta Kanieski (2010)Kanieski, Mary A. 2010. Securing attachment: the shifting medicalisation of attachment and attachment disorders. Health, Risk & Society 12 (4): 335-44. https://doi.org/10.1080/13698571003789682.
https://doi.org/10.1080/1369857100378968...
de este foco inicial en los trastornos de apego se produjo un desplazamiento hacia la medición de la calidad del apego, como también de un foco en el trastorno a un foco en el riesgo, de modo que un apego exitoso se construyó como un factor de protección.

Por otra parte, la teoría del apego -tanto en su formulación por Bowlby como en la esquematización producida por Mary Ainsworth y sus devenires contemporáneos- ha sido criticada por su pretensión universalizante. En especial, investigaciones antropológicas inspiradas en la obra de Margaret Mead han señalado que la crianza es un proceso sociocultural (Colángelo 2014Colángelo, M. Adelaida. 2014. La crianza como proceso sociocultural. Posibles aportes de la antropología al abordaje médico de la niñez. Primeras Jornadas Diversidad en la Niñez. Hospital El Dique. Buenos Aires: Ensenada.) y que, por lo tanto, las construcciones relativas a la calidad de los/as cuidadores/as no pueden escindirse de lógicas culturales más amplias. La psicología cultural también ha aportado desde hace décadas a una comprensión holística, interdisciplinaria y transcultural del desarrollo humano (Harkness y Super 1995Harkness, Sara, y Charles Super. 1995. Culture and parenting. In Handbook of parenting. Biology and ecology of parenting, vol. 2, editado por Marc H. Bornstein, 211-234. Hillsdale: Lawrence Erlbaum.; Whiting y Whiting 1975Whiting, John y Beatrice Whiting. 1975. Children of six cultures: a psychocultural analysis. Cambridge: Harvard University Press.). A su vez, se ha argumentado que la teoría del apego tal como ha sido definida refleja un ideal cultural occidental de buena ma/paternidad en relación con una visión de los bebés sanos como agentes independientes, emocionalmente expresivos y autorizados, que no se corresponde con las diversas formas de vida de las poblaciones humanas (Keller et al. 2018Keller, Heidi, Kim Bard, Gilda Morelli, Nandita Chaudhary, Marga Vicedo, Mariano Rosabal-Coto, Gabriel Scheidecker, Marjorie Murray, y Alba Gottlieb. 2018. The myth of universal sensitive responsiveness: comment on Mesman et al. (2017). Child Development 89 (5): 1921-28. https://doi.org/10.1111/cdev.13031.
https://doi.org/10.1111/cdev.13031...
). Por su parte, a partir de una revisión analítica de la recepción que la teoría del apego ha tenido en la antropología y la psicología cultural, Vicedo (2017)Vicedo, Marga. 2017. Putting attachment in its place:d and cultural contexts. European Journal of Developmental Psychology 14 (6): 684-99. https://doi.org/10.1080/17405629.2017.1289838.
https://doi.org/10.1080/17405629.2017.12...
argumenta que la supuesta uniformidad de los comportamientos de apego no solo fue construida en el laboratorio de formas problemáticas, sino que no se verifica en el campo. Retoma, a su vez, la incitación de la antropología de la niñez a estudiar etnográficamente las prácticas de crianza para comprender la diversidad de las experiencias humanas.

A pesar de la proliferación de estas lecturas críticas, aspectos de la teoría del apego continúan informando regulaciones contemporáneas de la crianza. Así, por ejemplo, en el Documento Marco sobre el DIT del BID, se expresa que el abordaje descrito del Programa de Trabajo con Familias se fundamenta en los Lineamientos del Cuidado Cariñoso y Sensible promovidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y el Banco Mundial.3 3 World Health Organization. 2018. Nurturing care for early childhood development: a framework for helping children survive and thrive to transform health and human potential. Acedido en 21 jun. 2020, https://apps.who.int/iris/handle/10665/272603. En dicha publicación, la primera infancia es entendida como el período que va de los 0 a los 3 años, en cuanto período crítico para el desarrollo. Se la caracteriza como una “ventana de oportunidad” para sentar las bases de la salud y el bienestar cuyos beneficios duran toda la vida y se transmiten a la próxima generación. El cuidado cariñoso y sensible es definido como el conjunto de condiciones que brindan salud, nutrición, seguridad y protección a los/as niños/as, atención receptiva y oportunidades para el aprendizaje temprano. Desde esta perspectiva, criar a los/as niños/as significa mantenerlos seguros, saludables y bien alimentados, prestando atención y respondiendo a sus necesidades e intereses, alentándolos a explorar su entorno e interactuar con los cuidadores y otras personas. Resulta llamativo tanto en esta como en otras publicaciones revisadas que, si bien se insiste sobre la idea de la estimulación, lo que sigue estando en el centro es una preocupación por los vínculos y un llamado a la regulación emocional y afectiva de madres y padres. El vínculo se volvió un problema técnico que debe ser abordado a través de un trabajo constante sobre sí mismo, principalmente a través de acciones dirigidas al interior; hacia los sentimientos, las actitudes y los deseos.

Otro aspecto central que aparece claramente enunciado en la publicación conjunta sobre el Cuidado Cariñoso y Sensible y que es un rasgo compartido por un conjunto de informes es que, aun cuando se sugiere que estas iniciativas deben dirigirse especialmente hacia familias pobres, no son a priori focalizadas en un target específico. “All families need some support, but some families need all the support they can get”.4 4 World Health Organization. 2018. Nurturing care for early childhood development: a framework for helping children survive and thrive to transform health and human potential. Acedido en 21 jun. 2020, https://apps.who.int/iris/handle/10665/272603. En español: “Todas las familias necesitan algo de apoyo, pero algunas familias necesitan todo el apoyo que puedan obtener”. Se trata de una expansión de la preocupación por apoyar y dirigir a padres y madres en las elecciones íntimas que toman con sus hijos/as. A la vez que el foco se desplaza cada vez hacia los/as niños/as más pequeños, también se expande hacia un rango más amplio de padres y madres. En tanto la crianza pasó a ser concebida como un conjunto de habilidades que todos los padres y las madres pueden (y deben) adquirir, todas las familias necesitan apoyo. Estos procesos permiten pensar en una reconfiguración de la economía emocional de la familia, en la que priman ideas sobre la responsabilidad parental, competencias y habilidades, inversión en el individuo y autosuficiencia.

“¿Qué es lo más importante que poseen los niños? Sus cerebros”

En el apartado anterior, se evidenció que en las producciones de organismos internacionales la preocupación por la primera infancia aparece asociada con la necesidad de trabajar con las madres y padres para mejorar sus prácticas de crianza y así potenciar el desarrollo infantil. En esto se conjugan viejas ideas sobre la naturaleza infantil, el apego y la intervención sobre las familias con ideas cuyas fuerza moral y política es más reciente, tales como la de la responsabilidad parental, la parentalidad como un conjunto de competencias y habilidades y el desarrollo individual como un proceso en el que invertir. En este apartado, me centro en los modos en que en estos documentos e informes de OI se movilizan argumentos basados en el cerebro. Ha sido objeto de otro trabajo (Paz Landeira 2021Paz Landeira, Florencia. 2021. Narrativas sobre el desarrollo en la primera infancia. Cuadernos de Antropología Social (53): 85-101. https://doi.org/10.34096/cas.i53.8629.
https://doi.org/10.34096/cas.i53.8629...
) indagar en las controversias que estas apelaciones al desarrollo cerebral generan entre los propios investigadores/as de las neurociencias.

La cita textual que abre este apartado pertenece al prólogo del libro “La primera infancia importa para cada niño” publicado en 2017 por Unicef,5 5 Unicef. 2017. La primera infancia importa para cada niño. Nueva York: Unicef. Acedido en 21 jun. 2022, https://www.unicef.org/peru/sites/unicef.org.peru/files/2019-01/La_primera_infancia_importa_para_cada_nino_UNICEF.pdf. firmado por su Director Ejecutivo, Anthony Lake. El prólogo continúa enfatizando que la primera infancia es una etapa en la que las conexiones cerebrales se forman a una velocidad que no se repite en otro momento de la vida, por lo que resulta determinante para el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños, con repercusiones para su futuro y el de sus sociedades.

En adición a la publicación colectiva con la OMS y el BM ya referida, Unicef también ha publicado de forma persistente en los últimos años documentos, informes y notas de divulgación sobre la importancia de la primera infancia, con especial insistencia en la crianza y en lo que padres y madres pueden hacer por el desarrollo cognitivo y bienestar de sus hijos/as. Existen algunas diferencias en relación al posicionamiento y argumentaciones del BID. En primer lugar, el recorte temporal con el que identifican a la primera infancia suele aparecer como de 0 a 8 años, es decir un período más extenso. En segundo lugar, en sus producciones y discursos tienen más prominencia el lenguaje de los derechos y la referencia a la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y las observaciones periódicas emitidas por el Comité de seguimiento, en un modo que no excluye las argumentaciones hasta ahora revisadas, sino que parece investirlas de una particular fuerza moral.

Las argumentaciones que aparecen movilizadas en estos documentos caracterizan al cerebro infantil como atravesando un período de conectividad sináptica explosiva lo cual lleva a interpretar a los primeros años como una oportunidad ‘ahora o nunca’ para moldear los cerebros de los/as niños/as. A su vez, parecen producir una fragmentación del cuerpo infantil, en la que el cerebro aparece como órgano esencial del desarrollo, desde donde se absorben las experiencias tempranas dejando marcas indelebles. Como ha sido analizado por Fonseca (2019)Fonseca, Claudia. 2019. Crianças, seus cérebros... e além: reflexões em torno de uma ética feminista de pesquisa. Revista Estudos Feministas 27 (2): 1-14. https://doi.org/10.1590/1806-9584-2019v27n256169.
https://doi.org/10.1590/1806-9584-2019v2...
, el cerebro parece servir como sustituto del propio individuo. Sobre la base de ideas previas sobre la naturaleza infantil, el cerebro es construido como especialmente vulnerable. La idea de plasticidad, que es frecuentemente invocada, está asociada al riesgo y la vulnerabilidad.

El Banco Mundial también se encuentra entre las principales agencias que promueven esta agenda. En 2010, publicó el libro “The Promise of Early Childhood Development in Latin America and the Caribbean”, escrito por Emiliana Vegas y Lucrecia Santibáñez, economista senior y consultora del BID, respectivamente. Allí, la plasticidad es entendida como la capacidad del cerebro de cambiar en respuesta a los estímulos, a partir de crear y fortalecer ciertas conexiones neuronales y debilitar o eliminar otras. Se argumenta que las experiencias durante este período, más que en cualquier otro momento, moldean físicamente la estructura del cerebro infantil porque éste es más maleable y receptivo. Sin embargo, esta plasticidad extrema es entendida como un arma de doble filo, en cuanto su capacidad adaptativa es equivalente a su vulnerabilidad. Pareciera que quien sostiene el arma son los padres y las madres, principal fuente de estimulación.

En el libro de Unicef, “La primera infancia importa…”,6 6 Unicef. 2017. La primera infancia importa para cada niño. Nueva York: Unicef. Acedido en 21 jun. 2022, https://www.unicef.org/peru/sites/unicef.org.peru/files/2019-01/La_primera_infancia_importa_para_cada_nino_UNICEF.pdf. se define al desarrollo cerebral como el proceso mediante el cual niños y niñas adquieren sus habilidades físicas, motrices, cognitivas, sociales, emocionales y lingüísticas básicas. Habilidades que se considera que sientan las bases de la vida adulta. A su vez, se afirma que, si bien es importante que todos los niños tengan un buen desarrollo en la primera infancia, para los “más desfavorecidos” la adquisición de estas habilidades constituye una vía para salir de la adversidad, a la vez que tendrán mejores condiciones para cuidar y educar a sus propios hijos e hijas, lo que ayudará a frenar los ciclos intergeneracionales de desventajas.

Tal como señalaba anteriormente, estos argumentos basados en el cerebro, aun cuando refieren a las potencialidades de la estimulación del capital cognitivo, tienden a producir concepciones biologizadas del amor y el afecto parental y especialmente maternal. El amor se vuelve un recurso tangible con efectos identificables en la neurobiología del niño o la niña. El amor parental se vuelve literalmente incorporado en el cerebro infantil, es evidente en la felicidad y los logros de niños y niñas y teóricamente legible a través de la tecnología de escaneo cerebral. Diversos trabajos han llamado la atención sobre la atracción explicativa que producen las imágenes del cerebro, en lo que parece ser una nueva forma de materialismo. Rapp (2011)Rapp, Rayna. 2011. Chasing science: children’s brains, scientific inquiries, and family labors. Science, Technology, and Human Values 36 (5): 662-84. https://doi.org/10.1177/0162243910392796.
https://doi.org/10.1177/0162243910392796...
sostiene que la relación entre el mapeo de la actividad cerebral y un diagnóstico determinado no es causal sino asociacional. A su vez, la antropóloga ubica esta asociación en una larga genealogía de explicaciones y representaciones reduccionistas y referidas a trazos corporales sobre problemas y prácticas sociales, tales como la frenología y la craneología entre fines del siglo 19 y principios del 20. En esa sintonía, otros/as autores/as han analizado la “neuromanía” o el “neurocientificismo” como formas de movilizar el estudio del cerebro para ofrecer explicaciones acerca del significado de casi cualquier aspecto del comportamiento humano (Legrenzi y Umilta 2011Legrenzi, Paolo y Carlo Umiltà. 2011. Neuromania: on the limits of brain science. Oxford University Press.; Macvarish, Lee y Lowe 2015Macvarish, Jan; Ellie Lee y Pam Lowe. 2015. Neuroscience and family policy: what becomes of the parent? Critical Social Policy 35 (2): 248-69. https://doi.org/10.1177/0261018315574019.
https://doi.org/10.1177/0261018315574019...
; Tallis 2012Tallis, Raymond. 2012. Aping mankind: neuromania, darwinitis, and the misrepresentation of humanity. Durham: Acumen.).

La neurociencia parece transformarse en una nueva forma de autoridad, a través de la reproducción y reiteración de estos argumentos, en las políticas e intervenciones en primera infancia. En este proceso, se ha vuelto un discurso global que normaliza y regula la forma en que entendemos a los niños y las niñas y al cuidado infantil (Adriany y Newberry 2021Adriany, Vina, y Jan Newberry. 2021. Neuroscience and the construction of a new child in early childhood education in Indonesia: a neoliberal legacy. Current Sociology 70: 539-56. https://doi.org/10.1177/0011392120985875.
https://doi.org/10.1177/0011392120985875...
). Se propaga la idea de que la intervención sobre el cerebro infantil es una vía de solución privilegiada para numerosos problemas sociales, lo que a su vez implica la idea de que dicho cerebro es visible, medible y aprehensible, en especial mediante medios tecnológicos y medidas de desarrollo estandarizadas.

Sin embargo, lejos del carácter taxativo y concluyente del que se pretende dotar a los argumentos basados en el cerebro, investigaciones neurocientíficas y psicológicas recientes (Lipina y Segretin 2019Lipina, Sebastián y María Soledad Segretín, eds. 2019. Exploraciones neurocientíficas de la pobreza. Erice: International School on Mind, Brain, and Education, Ettore Majorana Foundations and Center for Scientific Culture.) dan cuenta del carácter provisorio y dilemático de estos argumentos. En efecto, en una etapa temprana del estudio del desarrollo neurocognitivo infantil, primaba un modelo normativo, rígido y de pretensión universal, que ya ha mostrado ser inapropiado para comprender la variabilidad, para explicar que, en efecto, los cerebros funcionan distinto, de acuerdo a distintos patrones de conectividad. De tal modo, lo que era leído previamente como déficit, pasó a ser considerado como diferencia, por lo que se ha avanzando hacia consideraciones complejas acerca de las múltiples trayectorias de desarrollo posible. El desarrollo estaría caracterizado por una transformación permanente y de mutua influencia entre sistemas biológicos y sociales a lo largo de toda la vida. Es por ello que se refieren más a procesos y experiencias que a etapas o períodos fijos.

Cuanto antes mejor: inversiones y rendimientos

Una idea fuerza que se trasluce de los documentos revisados hasta aquí es la de inversión. Como señalé anteriormente, los padres y las madres son instados a invertir en el desarrollo de sus hijos/as y de forma análoga los estados son instados a invertir en la primera infancia y en fortalecer las prácticas de crianza. El argumento de que los primeros años son un punto crítico en el ciclo vital en términos de desarrollo, y especialmente en relación al capital cognitivo, es extrapolado a nivel poblacional. La referencia más recurrente en este tipo de propuestas es el libro Invest in the Very Young del economista James Heckman (2000)Heckman, James. 2000. Invest in the Very Young. Chicago: University of Chicago Harris School of Public Policy Studies. y las publicaciones subsiguientes del autor. El argumento es que cuanto más demore una sociedad en intervenir en el ciclo de vida de un/a niño/a desfavorecido/a, más costoso es remediar esa desventaja. Se sostiene entonces que las intervenciones en el desarrollo en primera infancia tienen una alta ratio costo-beneficio, a la vez que una tasa de retorno por dólar invertido mayor respecto de intervenciones dirigidas a niños/as mayores o adultos/as.

Un conjunto de trabajos ha reflexionado sobre la emergencia del/a niño/a como figura icónica en los programas de inversión social, tales como Hendrick (2003)Hendrick, Henry. 2003. Child welfare: historical dimensions, contemporary debate. Bristol: The Policy Press y Lister (2003)Lister, Ruth. 2003. Investing in the citizen-workers of the future: trans-formations in citizenship and the state under new labour. Social Policyand Administration 37 (5): 427-43. https://doi.org/10.1111/1467-9515.00350.
https://doi.org/10.1111/1467-9515.00350...
en sus análisis sobre las políticas del New Labour en Reino Unido y Mahon (2010)Mahon, Rianne. 2010. After Neo-Liberalism?: The OECD, the World Bank and the Child. Global Social Policy 10 (2): 172-92. https://doi.org/10.1177/1468018110366615.
https://doi.org/10.1177/1468018110366615...
sobre el rol de organismos internacionales en la difusión de esta agenda desde mediados de la década de 1990. Penn (2011)Penn, Helen. 2011. Travelling policies and global buzzwords: how internacional non-governmental organizations and charities spread the word about childhood in the Global South. Childhood 18 (1): 94-113. https://doi.org/10.1177/0907568210369846.
https://doi.org/10.1177/0907568210369846...
también ha analizado los documentos de las principales agencias internacionales orientadas al desarrollo infantil temprano y señaló que estos suelen sustentarse en la teoría del capital humano que se enfoca en la productividad económica de los individuos y las situaciones en las que puede ser maximizado. En términos generales, el término inversión social se originó como una forma de alentar la inversión en capital humano, en un proceso de transformación del estado de bienestar hacia un modelo preventivo y de la política social como un factor productivo, esencial para el desarrollo económico y el crecimiento del empleo (Morel, Palier y Palme 2012Morel, Nathalie; Bruno Palier, y Joakim Palme, eds. 2012. Towards a social investment welfare state? Ideas, policies and challenges. Bristol: Policy Press.)

Hacia fines de 2018, el Banco Mundial publicó el Policy Research Working Paper “Promoting Early Childhood Development through Combining Cash Transfers and Parenting Programs”. Allí se afirma que la inversión en los primeros años es el fundamento del capital humano, entendido como el conocimiento, las habilidades y la salud que las personas acumulan a lo largo de su vida, lo que les permite realizar su potencial como miembros productivos de la sociedad. Comenzando desde el útero, la inversión temprana se vuelve acumulativa y por lo tanto, es una de las inversiones más inteligentes que los países pueden realizar para su crecimiento económico y desarrollo. Sobre esta base, el documento alienta a los países -en particular aquellos considerados en desarrollo- a combinar programas de transferencias monetarias con programas de crianza.

Dicha publicación se enmarca en una historia más amplia en la que el BM se ubica como una agencia central en el desarrollo y difusión de la agenda de la inversión social, orientada especialmente hacia el Sur y con foco en la pobreza infantil como núcleo del problema de la transmisión intergeneracional de la pobreza. De acuerdo a Mahon (2019)Mahon, Rianne. 2019. Broadening the social investment agenda: the OECD, the World Bank and inclusive growth. Global Social Policy 19 (1–2): 121-38. https://doi.org/10.1177/1468018119826404.
https://doi.org/10.1177/1468018119826404...
, el origen de la promoción de esta estrategia se remonta a la década de 1990, frente al desafío de identificar una estrategia adecuada para aliviar (algunos de) los costos humanos de los ajustes estructurales que, desde el Banco, junto con otras OI, habían promovido en la década de 1980. Siguiendo el análisis de la autora, Unicef desempeñó un papel clave en llamar la atención de los principales funcionarios del Banco Mundial sobre el “ajuste con rostro humano” (Jenson 2010Jenson, Jane. 2010. Diffusing ideas after neoliberalism: The social investment perspective in Europe and Latin America. Global Social Policy 10 (1): 59–84. https://doi.org/10.1177/1468018109354813.
https://doi.org/10.1177/1468018109354813...
; Mahon 2010Mahon, Rianne. 2010. After Neo-Liberalism?: The OECD, the World Bank and the Child. Global Social Policy 10 (2): 172-92. https://doi.org/10.1177/1468018110366615.
https://doi.org/10.1177/1468018110366615...
). Por otra parte, fue un informe influyente encargado por el Banco Mundial -The Eleven Who Survive (Myers y Hertenberg 1987Myers, Robert, y Rachelle Hertenberg. 1987. The eleven who survive: toward a re-examination of Early Childhood Development Program Options and Costs. Discussion paper produced for the World Bank, Education and Training Department. Washington: World Bank.)- el que cambió la definición del problema del Banco de la reducción de la mortalidad infantil hacia una preocupación más amplia por el desarrollo infantil, que llegó a ocupar un lugar central en la versión del Banco de inversión social. El título del informe se refería al dato de que once de cada doce niños/as nacidos/as en el “mundo en desarrollo” en 1985 sobrevivió el primer año de vida, lo que representaba una notable disminución de la mortalidad infantil para la época. A partir de ello, instaba a redirigir el foco hacia esos once sobrevivientes. A partir de la pregunta retórica “¿supervivencia para qué?”, en el informe se proponía desplazarse de los programas centrados en la supervivencia para avanzar en programas dirigidos a mejorar el desarrollo de los niños, de 0 a 6 años, de familias pobres del Tercer Mundo. Esta orientación se reforzó cuando la pediatra Mary Eming Young fue contratada en 1989 como Especialista en Desarrollo Infantil en la Red de Desarrollo Humano, la División del Banco más influenciada por el discurso de inversión social.

Las investigaciones y producciones del Banco Mundial sobre el desarrollo infantil desde ese momento se basan en gran medida en estudios y experiencias norteamericanas, con la incorporación más reciente de referencias a evidencia proveniente del Sur, en especial los trabajos del Global Child Development Group basado en la University of West Indies en Jamaica, con el fin instrumental de argumentar la universalidad de sus argumentos. La investigación de este grupo se centra en el impacto de los programas de nutrición y las visitas domiciliarias en los niños con “retraso del crecimiento” y “desnutrición” en el sur, pero no tiene en cuenta la economía política más amplia que ha dado lugar a la pobreza, al mismo tiempo que ignora o subordina los conocimientos locales sobre la crianza de los hijos. Esto contribuye a modelar un modelo de desarrollo infantil único y universal, en el que los países del sur aparecen como proveedores de variedad etnográfica.

El enfoque de la inversión social en relación al desarrollo infantil y los programas de crianza no es exclusivo del BM, sino que es extensamente compartido por diversas agencias internacionales. Por ejemplo, en el documento ya citado del BID, “Los primeros años: el bienestar infantil y el papel de las políticas públicas” (Berlinski y Schady 2015Berlinski, Samuel, y Norbert Schady. 2015. Los primeros años: el bienestar infantil y el papel de las políticas públicas. Washington: BID.), se afirma que es la mejor inversión que un gobierno puede hacer. En el prólogo firmado por el entonces presidente del BID, Luis Alberto Moreno, los niños y las niñas son referidos como uno de los recursos más preciados de los países y como una oportunidad única de inversión. Unicef7 7 Unicef. 2017. La primera infancia importa para cada niño. Nueva York: Unicef. Acedido en 21 jun. 2022, https://www.unicef.org/peru/sites/unicef.org.peru/files/2019-01/La_primera_infancia_importa_para_cada_nino_UNICEF.pdf. también argumenta en sus producciones que invertir en la primera infancia tiene elevados niveles de retorno y es una estrategia efectiva para el desarrollo nacional y en particular para la erradicación de la pobreza intergeneracional. No invertir en esta etapa aparece asociado a economías frágiles y sobre todo a sociedades más dependientes lo que significa mayor carga sobre los sistemas de salud, educación y bienestar.

Reflexiones finales

En este artículo me he centrado en una revisión analítica de documentos producidos por organismos internacionales a partir de algunos ejes de reflexión: la conceptualización y demarcación de la primera infancia, los argumentos basados en el cerebro y el enfoque de la inversión social. En ellos, la primera infancia aparece como figura central de la agenda de protección social, a la vez que las intervenciones sobre los comportamientos parentales y la crianza son postuladas como estrategia para interrumpir la transmisión intergeneracional de la pobreza y como vía para producir la sociedad futura a partir de la optimización de sus integrantes. De ello emergen continuidades –la maleabilidad y futuridad atribuida a la infancia, como también la moralización de las relaciones familias-, pero también rupturas y nuevos sentidos; principalmente, la neurobiologización del desarrollo infantil y su ensamblaje con el enfoque de la inversión social y el capital humano y aquellos implicados en la categoría de parentalidad como modo de nominar la relación primordial entre adultos/as y niños/as en lo que refiere a la crianza.

La parentalidad se refiere en estos contextos a una distinción normativa entre comportamientos parentales positivos y negativos, enfatiza la inversión en el hacer de la parentalidad y promueve la necesidad de habilidades comportamentales que deben ser adquiridas para ser padres/madres efectivos. Como se ha señalado, a partir de estos argumentos se legitima un foco explícito y sostenido en la minucia de las prácticas parentales cotidianas como vinculadas con el bien de la sociedad en su conjunto. En particular, los llamados programas de parenting, de crianza o de trabajo con las familias, promueven estrategias de intervención temprana que dicen estar “basadas en evidencia”, y son apuntaladas por teorías de determinismo infantil y usos de las neurociencias. Estas estrategias identifican a la parentalidad como proceso de socialización doméstico, instrumental y orientado al futuro. De esta forma, las necesidades y el bienestar infantil -ligados a determinadas nociones e indicadores acerca del cuerpo, el crecimiento y el desarrollo- sustentan una serie de programas e iniciativas de gobierno que buscan intervenir sobre (y, a su criterio, mejorar) las prácticas de crianza dirigidas hacia los/as niños/as más pequeños/as en el núcleo familiar. Los primeros mil días (desde la concepción hasta los dos años de vida) aparecen como la figura emblemática de una compleja narrativa sobre ventanas de oportunidad que urgen a la intervención temprana.

En sintonía con investigaciones socioantropológicas y psicológicas críticas como algunas de las revisadas, que han mostrado otros modos de construir vínculos, de criar y cuidar y de vivir la parentalidad, este trabajo espera haber aportado a señalar la limitación que significa ver a los niños y las niñas solo a través del vínculo parento-filial y a la primera infancia como una etapa crítica de un desarrollo teleológico y dependiente de los comportamientos parentales. Esta construcción, moldeada por una variedad de discursos expertos que, a su vez, tienden a desarraigar la producción de conocimiento de sus implicancias éticas, políticas y afectivas y a difuminar su carácter situado y controvertido, producen a los/as niños/as pequeños/as como capital humano y como sitio nodal de retóricas asociadas al riesgo y a la esperanza. Construcción que obtura no sólo otras formas de pensar a la experiencia infantil y las relaciones intergeneracionales, sino también formas de imaginar e intervenir sobre el futuro que no estén asociadas a la responsabilidad, la inversión y la competencia individual frente a un contexto que se postula como ajeno, adverso e incierto.

Referencias

  • Adriany, Vina, y Jan Newberry. 2021. Neuroscience and the construction of a new child in early childhood education in Indonesia: a neoliberal legacy. Current Sociology 70: 539-56. https://doi.org/10.1177/0011392120985875
    » https://doi.org/10.1177/0011392120985875
  • Araujo, María C., y Florencia López Boo. 2010. Invertir en los primeros años de vida: Una prioridad para el BID y los países de América Latina y el Caribe Nota Técnica División de la Protección Social y Salud N°188. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
  • Barna, Agustín. 2015. La gestión de la infancia entre lo local y lo global. Una etnografía sobre intervenciones destinadas a “restituir derechos de niños” en dispositivos estatales en el marco de las Leyes de Protección Integral. Tesis en Antropologia, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.
  • Berlinski, Samuel, y Norbert Schady. 2015. Los primeros años: el bienestar infantil y el papel de las políticas públicas Washington: BID.
  • Biernat, Carolina, y Karina Ramacciotti. 2008. La tutela estatal de la madre y el niño en la Argentina: estructuras administrativas, legislación y cuadros técnicos (1936-1955). História, Ciências, Saúde 15 (2): 331-51. https://doi.org/10.1590/S0104-59702008000200006
    » https://doi.org/10.1590/S0104-59702008000200006
  • Colángelo, M. Adelaida. 2012. La crianza en disputa: medicalización del cuidado infantil en la Argentina entre 1890 y 1930. Tesis en Ciencias Naturales, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina.
  • Colángelo, M. Adelaida. 2014. La crianza como proceso sociocultural. Posibles aportes de la antropología al abordaje médico de la niñez. Primeras Jornadas Diversidad en la Niñez. Hospital El Dique Buenos Aires: Ensenada.
  • Fonseca, Claudia. 2019. Crianças, seus cérebros... e além: reflexões em torno de uma ética feminista de pesquisa. Revista Estudos Feministas 27 (2): 1-14. https://doi.org/10.1590/1806-9584-2019v27n256169
    » https://doi.org/10.1590/1806-9584-2019v27n256169
  • Grinberg, Julieta. 2014. El “trabajo con las familias”: como dispositivo de gobierno. Proceedings of the XI Congreso Argentino de Antropología Social, Rosario, Argentina.
  • Harkness, Sara, y Charles Super. 1995. Culture and parenting. In Handbook of parenting. Biology and ecology of parenting, vol. 2, editado por Marc H. Bornstein, 211-234. Hillsdale: Lawrence Erlbaum.
  • Heckman, James. 2000. Invest in the Very Young. Chicago: University of Chicago Harris School of Public Policy Studies.
  • Hendrick, Henry. 2003. Child welfare: historical dimensions, contemporary debate Bristol: The Policy Press
  • Hendrick, Henry. 2016. Narcissistic parenting in an insecure world: a history of parenting culture 1920s to present. Bristol: The Policy Press.
  • Jenson, Jane. 2010. Diffusing ideas after neoliberalism: The social investment perspective in Europe and Latin America. Global Social Policy 10 (1): 59–84. https://doi.org/10.1177/1468018109354813
    » https://doi.org/10.1177/1468018109354813
  • Kanieski, Mary A. 2010. Securing attachment: the shifting medicalisation of attachment and attachment disorders. Health, Risk & Society 12 (4): 335-44. https://doi.org/10.1080/13698571003789682
    » https://doi.org/10.1080/13698571003789682
  • Keller, Heidi, Kim Bard, Gilda Morelli, Nandita Chaudhary, Marga Vicedo, Mariano Rosabal-Coto, Gabriel Scheidecker, Marjorie Murray, y Alba Gottlieb. 2018. The myth of universal sensitive responsiveness: comment on Mesman et al. (2017). Child Development 89 (5): 1921-28. https://doi.org/10.1111/cdev.13031
    » https://doi.org/10.1111/cdev.13031
  • Legrenzi, Paolo y Carlo Umiltà. 2011. Neuromania: on the limits of brain science Oxford University Press.
  • Lewis, Oscar. 1961. Antropología de la pobreza México: FCE.
  • Lionetti, Lucía. 2009. Políticas sociales del Estado y la sociedad civil sobre el cuerpo de la niñez pobre en la Argentina (1900-1940). Anuario del Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos S. A. Segreti 9 (9): 97-116.
  • Lister, Ruth. 2003. Investing in the citizen-workers of the future: trans-formations in citizenship and the state under new labour. Social Policyand Administration 37 (5): 427-43. https://doi.org/10.1111/1467-9515.00350
    » https://doi.org/10.1111/1467-9515.00350
  • Llobet, Valeria. 2014. La producción de necesidades infantiles en las políticas de protección de derechos. Revista Psicologia em Estudo 19 (3): 369-80. https://doi.org/10.1590/1413-73722222501
    » https://doi.org/10.1590/1413-73722222501
  • Llobet, Valeria. 2019. Welfare State. In SAGE Encyclopedia of Children and Childhood Studies, editado por Daniel T.Cook, 1653-1657. Reino Unido: Sage.
  • Lipina, Sebastián y María Soledad Segretín, eds. 2019. Exploraciones neurocientíficas de la pobreza Erice: International School on Mind, Brain, and Education, Ettore Majorana Foundations and Center for Scientific Culture.
  • Macvarish, Jan; Ellie Lee y Pam Lowe. 2015. Neuroscience and family policy: what becomes of the parent? Critical Social Policy 35 (2): 248-69. https://doi.org/10.1177/0261018315574019
    » https://doi.org/10.1177/0261018315574019
  • Mahon, Rianne. 2010. After Neo-Liberalism?: The OECD, the World Bank and the Child. Global Social Policy 10 (2): 172-92. https://doi.org/10.1177/1468018110366615
    » https://doi.org/10.1177/1468018110366615
  • Mahon, Rianne. 2019. Broadening the social investment agenda: the OECD, the World Bank and inclusive growth. Global Social Policy 19 (1–2): 121-38. https://doi.org/10.1177/1468018119826404
    » https://doi.org/10.1177/1468018119826404
  • Morel, Nathalie; Bruno Palier, y Joakim Palme, eds. 2012. Towards a social investment welfare state? Ideas, policies and challenges Bristol: Policy Press.
  • Myers, Robert, y Rachelle Hertenberg. 1987. The eleven who survive: toward a re-examination of Early Childhood Development Program Options and Costs. Discussion paper produced for the World Bank, Education and Training Department. Washington: World Bank.
  • Paz Landeira, Florencia. 2021. Narrativas sobre el desarrollo en la primera infancia. Cuadernos de Antropología Social (53): 85-101. https://doi.org/10.34096/cas.i53.8629
    » https://doi.org/10.34096/cas.i53.8629
  • Penn, Helen. 2011. Travelling policies and global buzzwords: how internacional non-governmental organizations and charities spread the word about childhood in the Global South. Childhood 18 (1): 94-113. https://doi.org/10.1177/0907568210369846
    » https://doi.org/10.1177/0907568210369846
  • Rapp, Rayna. 2011. Chasing science: children’s brains, scientific inquiries, and family labors. Science, Technology, and Human Values 36 (5): 662-84. https://doi.org/10.1177/0162243910392796
    » https://doi.org/10.1177/0162243910392796
  • Rojas Novoa, Soledad. 2017. La protección de la infancia en América: una problematización histórica del presente. El caso del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (1916-19899). Tesis en Antropología Social, Universidad de Buenos Aires, en cotutela con la Université Paris Diderot - Paris 7, Paris, Francia.
  • Tallis, Raymond. 2012. Aping mankind: neuromania, darwinitis, and the misrepresentation of humanity. Durham: Acumen.
  • Vegas, Emiliana, y Lucrecia Santibáñez. 2010. La promesa del desarrollo en la primera infancia en América Latina y el Caribe Bogotá: Banco Mundial-Mayol.
  • Vicedo, Marga. 2017. Putting attachment in its place:d and cultural contexts. European Journal of Developmental Psychology 14 (6): 684-99. https://doi.org/10.1080/17405629.2017.1289838
    » https://doi.org/10.1080/17405629.2017.1289838
  • Whiting, John y Beatrice Whiting. 1975. Children of six cultures: a psychocultural analysis. Cambridge: Harvard University Press.
  • Vianna, Adriana. 2010. Derechos, moralidades y desigualdades: consideraciones a partir de procesos de guarda de niños. In Infancia, justicia y derechos humanos, editado por Carla Villalta, 21-72. Buenos Aires: Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes.

Datas de Publicação

  • Publicação nesta coleção
    16 Dez 2022
  • Data do Fascículo
    2022

Histórico

  • Recebido
    28 Jul 2021
  • Aceito
    16 Dez 2021
  • Publicado
    03 Nov 2022
Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul Av. Ipiranga, 6681 - Partenon, Cep: 90619-900, Tel: +55 51 3320 3681 - Porto Alegre - RS - Brazil
E-mail: civitas@pucrs.br